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Blog de masallaesoteric
27 de Noviembre, 2010 · General

OSHO LA FIRMA DE ORIENTE

OSHO,LA FIRMA DE ORIENTE : 

QUIEN FUE OSHO ?-QUE ES LA MEDITACION ?-DEL SEXO A LA SUPERCONSCIENCIA-LOS MANDAMIENTOS Y LA MEDITACION EN LA ROSA-SOBRE EL EGO-LOS 3 ESENCIALES-¿ ES POSIBLE CELEBRAR LA TRISTEZA ?-LA ALEGRIA DE VIVIR PELIGROSAMENTE-DIOS NO ES MIEDO NI AMA A LOS QUE TEMEN-QUE ES LA ALQUIMIA INTERIOR ?-LOS 3 SUTRAS BASICOS-DESEO Y SEPARATIVIDAD-EL DESEO Y EL EXITO-BUSCA TU CAMINO-HALLANDO AL MAESTRO INTERNO-EL CENTRO DEL GUERRERO INTERIOR-ESOTERICO O INTERNO...NO SON LO MISMO ?-TRASCENDIENDO LOS SIETE CUERPOS-EL INTELECTO ES UNA VENDA-DIOS NO ES UNO NI TRES-LA VERDAD TIENE LIMITES O FORMAS ?-CONSCIENCIA: LA PUERTA HACIA EL EDÉN-LA LÁMPARA MAGICA DE LA CONSCIENCIA-ILUMINADOS DE LA EVOLUCION COLECTIVA-DESPIERTA Y ERES ESO-PENSAMIENTO Y EMOCIONES-EL ARTE DE VIVIR-LA ILUMINACION NO ES DIFICIL-CONCIENCIA Y ENERGIA-ACERCA DE LA RISA Y LA CELEBRACIÓN



QUIEN FUE OSHO ? :

(NOTA DEL COPISTA : Acerca de esta recopilacion,todo esta tomado de obras de OSHO,por una cuestion de espacio,he extraido las partes que me parecia imposible que faltasen,dejando aclarado que el maestro dejo una buena cantidad de material escrito y de valor espiritual sublime,siendo muy dificil seleccionar que deberia citar,humildemente este pequeño trabajo,que pudiera ser calificado de bizarro,pretende ser un homenaje a un gran maestro que servira de referencia a todos los esoteristas y buscadores de todos los tiempos.)

OSHO es un místico contemporáneo cuya vida y enseñanzas han influenciado a millones de personas de todas las edades y condiciones. Ha sido descrito por el Sunday Times de Londres como uno de los «1.000 artífices del siglo xx» y por el Sunday Míd-Day (India) como una de las diez personas -junto con Ghandi Nehru y Buda- que ha cambiado el destino de India. 
Acerca de su trabajo Osho ha dicho que está ayudando a crear las condiciones para el nacimiento de un nuevo tipo de ser humano. A menudo ha caracterizado a este ser humano como «Zorba el Buda»; capaz de disfrutar de los placeres terrenales, como Zorba el Griego, y de la silenciosa serenidad de Cautama el Buda. Como un hilo conductor a través de todos los aspectos del trabajo de Osho, está una visión que conjuga la intemporal sabiduría oriental y el potencial más elevado de la ciencia y la tecnología occidental. 
También es conocido por su revolucionaria contribución a la ciencia de la transformación interna, con una perspectiva de la meditación que reconoce el ritmo acelerado de la vida contemporánea. Sus singulares «meditaciones activas» están diseñadas para liberar primero el estrés acumulado del cuerpo y la mente, y así facilitar la experiencia del estado, relajado y libre de pensamientos, de la meditación. 
Los libros de Osho no han sido escritos, sino que son transcripciones de grabaciones de audio y vídeo de las charlas espontáneas que dio a amigos y discípulos a lo largo de su vida. 
Osho Commune International, el lugar para la meditación que Osho fundó en India, como un oasis en donde sus enseñanzas pueden ser puestas en práctica, continúa atrayendo más de 15.000 visitantes al año de más de cien países diferentes de todo el mundo.

Osho, antes conocido como Bhagwan Shree Rajneesh, es un maestro iluminado en nuestra época. 
Todas las palabras aquí impresas, han sido pronunciadas ante una audiencia en vivo. 
Somos conscientes que toda traducción es susceptible a deformaciones, pese a esto es la única forma de que Osho-pueda llegar al público hispano hablante, para transmitir su visión, su pensamiento, su enfoque sobre el nombre, su estado, su potencial y sus posibilidades de realización tanto en el aspecto material como en el aspecto espiritual. 
"No soy un pensador. No soy un filósofo. No soy un hombre de palabras. 
Aunque he usado las palabras más que nadie en la historia del hombre, aún así, no soy un hombre de palabras. Mis palabras son sólo indicadores hacia el silencio. Hablo para que puedas aprender cómo no hablar. Te digo cosas para que puedas ser capaz de entrar en silencio. Es un trabajo muy contradictorio, pero lo he disfrutado, lo he amado y he encontrado gente que ha entendido la contradicción básica... 
Ellos han desechado las palabras y han llevado el contenido profundamente al interior de ellos mismos. Las palabras son sólo envases. El contenido es el silencio".

OSHO The Path of the Mystic

BIOGRAFIA DE BHAGWAN  SHREE RAJNEESH

“Existe una historia detrás de nuestra mal llamada historia, la cual no podrás ni siquiera concebir. La historia tiene una base más profunda. La periferia que conocemos como historia no es de acontecimientos  reales, detrás de nuestra mal llamada historia, la otra continúa, una mas profunda, de la que no sabemos nada.”

Bhagwan  Shree  Rajneesh "Yo soy la puerta"

Colorido, origina1, fuera de serie, Bhagwan Shree Rajneesh es el primer místico iluminado en la historia, en reunir la atención de todo el mundo, estando vivo. Pero contemplarlo meramente en términos de la historia mundial, es perder el enfoque místico, es cegarse ante las estrellas por haber mirado fijamente al sol."

Nacido en Kuchwada, Madhya Pradesh, en el centro de India, el 11 de Diciembre, de 1931, demostró rápidamente tener un espíritu independiente y temerario. "Rajneesh" como fue llamado: “Señor de la noche” saltaba desde puentes de ferrocarril de 100 pies de altura y cruzaba a nado ríos crecidos por los monzones. Con misterioso ingenio y persistencia, expuso las estupideces e hipocresías de curas, santos, profesores y otros que pretendían saber más allá de su propia experiencia.

Rajneesh siguió su propio parecer.

E121 de marzo de 1953, mientras se especializaba en filosofía en la 
Universidad de Jabalpur, Rajneesh se iluminó. Tenía 21 años de edad. Describiendo la experiencia, Bhagwan dijo: "Empecé a desprenderme de mi pasado; desenraizándome de mi historia, estaba perdiendo mi autobiografía."

Continuó sus estudios, graduándose como el primero de su clase con los más altos honores, y recibiendo consiguientemente su licenciatura en Filosofía en la Universidad de Sagar en 1957. Dos años más tarde se convirtió en profesor de Filosofía en la Universidad de Jabalpur. Era tremendamente popular entre sus alumnos. 
Durante sus nueve años de carrera universitaria, Bhagwan viajó alrededor de la India, a menudo 15 días de cada mes. Siempre un poderoso y apasionado polemista, repentinamente, desafió a los líderes de las religiones ortodoxas, cuestionando a sus oponentes para ver si su conocimiento provenía de libros o de su experiencia personal.

A menudo se dirigía a audiencias de 100.000 personas, Bhagwan hablaba con una autoridad derivada de su propia iluminación. De la misma manera que el filósofo alemán Emmanuel Kant decía que estaba destruyendo la fe para dar cabida a la razón, Bhagwan estaba destruyendo el conocimiento falso para dar cabida al conocimiento verdadero, destruyendo las religiones muertas para dar paso a la “religiosidad” viva.

En 1966 Bhagwan abandonó su carrera universitaria, para consagrarse enteramente a compartir el arte de la meditación y su visión del hombre nuevo, Zorba el Buda, con la mayor cantidad de gente posible. Zorba el Buda reúne lo mejor de las tradiciones de Oriente y Occidente: un hombre capaz de celebrar una vida material completa, y también capaz de sentarse silenciosamente en meditación. Un hombre inestimablemente  rico, tanto material como espiritualmente.

En 1968 Bhagwan se instaló en Bombay, y en 1970 los primeros buscadores occidentales empezaron a llegar. Entre ellos había miembros del movimiento de potencial humano, quienes estaban en la búsqueda del próximo paso en el crecimiento de sí mismos.

El próximo paso, dijo Bhagwan, era la meditación.

En el mismo año, Bhagwan empezó a iniciar indios y occidentales en neo-sannyas, un camino de exploración personal que  finalmente conduce a la iluminación del discípulo. En esta época a Acharya (profesor) Rajneesh se le empezó a conocer como Bhagwan "el que se ha realizado a sí mismo."

En 1974 Bhagwan y un grupo de sannyasins, se trasladaron a Poona para abrir el "Shree Rajneesh Ashram."

Durante los siete años siguientes, cientos de miles de personas llegaron de, todas partes del mundo para experimentar las meditaciones de Bhagwan, tomar sannyas y escuchar sus discursos de profunda percepción y humor vivaz, acerca de todas las figuras significativas de la historia, de Buda a Einstein y Freud, de Lao Tzu Wilheim Reich. Una combinación de técnicas de meditación, orientales y grupos de crecimiento psicológico occidentales, atrajeron miles más, y el Ashram de Poona mereció la fama de ser el centro espiritual más grande del mundo moderno.

Después de sufrir por años de asma y diabetes, su cuerpo manifestó una condición degenerativa en la columna y entró en un período de silencio en la primavera de 1981. Por recomendación de sus doctores, Bhagwan fue llevado a los Estados Unidos en junio del mismo año, para una posible intervención quirúrgica. Finalmente la operación evidenció ser innecesaria.

Los discípulos estadounidenses de Bhagwan adquirieron un rancho de 64.000 acres en el centro de Oregón, y le invitaron en agosto de 1981. Mantuvo su residencia en Rajneeshpuram hasta el 14 de noviembre de 1985.

Durante los cuatro años que Bhagwan vivió allí, Rajneeshpuram se convirtió en el experimento más ambicioso de la historia, al crear una comunidad basada en la espiritualidad. Cada festival anual de verano atraía más de 15,000 visitantes de Europa, Asia, Sudamérica y Australia. Finalmente la comuna se convirtió en una ciudad próspera con una población anual estable de 5.000 personas.

Tan repentinamente como había dejado de hablar, Bhagwan empezó nuevamente en Octubre de 1984. Habló acerca del amor, la meditación y los problemas humanos en un mundo insano y fuertemente condicionado. Acusó a los curas y políticos de corruptores del alma humana, de destructores de la libertad humana y proclamó a Dios, la primera y más grande de las mentiras.

Desde el comienzo mismo del experimento comunal, los gobiernos federal, local y estatal, se esforzaron de cualquier manera en destruirlo.

Después que la secretaria personal de Bhagwan huyó de RajIleeshpuram, a mediados de septiembre de 1985, rumores acerca de sus crímenes llegaron a Bhagwan, por lo que convocó a una conferencia de prensa y una reunión pública, para desenmascararla. Mientras instaba, a las, autoridades para su arresto, éstas montaron una investigación multifacética, más destinada a destruir la comuna que aprobar esos actos criminales.

En octubre de 1985, el gobierno de los Estados Unidos acusó a Bhagwan de 5 cargos, de violación a las leyes de inmigración. Sin ninguna orden se le arrestó, y sin hacerle saber sus derechos, Bhagwan fue detenido a punta de pistola. 
Su anterior secretaria fue arrestada en cosa de horas en Haurem, Alemania Federal. La motivación detrás de esta secuencia coordinada de arrestos, era hacer creer a la opinión pública que ambos eran aliados y, que estaban siendo acusados de los mismos crímenes.

En realidad, Bhagwan fue detenido por  cargos federales de inmigración, y su ex-secretaria por intento de asesinato en el estado de Oregón.

Esposado y encadenado donde quiera que fuese, se le negó la libertad bajo fianza y fue confinado por doce días. Luego fue trasladado a través del país hasta Portland, Oregón. Un viaje que es normalmente de 5 horas, se demoró 8 días.

Durante la permanencia de Bhagwan, en la cárce1,fue maltratado 
físicamente y envenenado por oficiales federales," aparentemente con 
Thallium.

Temerosos por la vida de Bhagwan en las manos de  hostiles agentes estadounidenses, sus abogados accedieron a hacer una "negociación," propuesta por los abogados del gobierno. El trato era que Bhagwan, podía mantener su inocencia en todos los 35 cargos, pero sería sentenciado por dos de ellos.

El gobierno tenía lo que quería aparente "culpabilidad" de Bhagwan y la justificación  para todas las acciones cometidas y por cometer, en su contra y en contra de su comuna.

Bhagwan salió de América el 4 de noviembre de 1985. En menos de una semana se hizo obvio que sin su presencia la comuna no podría continuar.

El abogado federal en PortIand, Charles Turner, fiscal del gobierno, en el caso, hizo posteriormente tres declaraciones en una conferencia de prensa, cuando se le preguntó por qué los cargos impuestos a la ex -secretaria de Bhagwan no habían también sido usados en su contra.

Turner señaló que la prioridad fundamental del gobierno era destruir la comuna y que las autoridades sabían que la remoción de Bhagwan precipitaría esta destrucción. Segundo, no querían hacer de él un mártir. Tercero no había evidencia que lo implicara en ninguno de esos crímenes.

Bhagwan retornó a India donde el gobierno intentó aislarlo. Los visados de sus asistentes personales occidentales, fueron deliberadamente cancelados y periodistas occidentales y otros visitantes, deseosos de verlo, fueron también rechazados. Bhagwan viajó a Nepal.

Aun cuando el Rey de Nepal estaba personalmente interesado en Bhagwan y su trabajo por décadas, no se le permitió quedarse. Los americanos, quienes aportan por año a este pequeño país, alrededor de mil millones de dólares en concepto de ayuda, estaban en contra de cualquier hospitalidad brindada a Bhagwan.

En febrero de 1986 Bhagwan inició un 'tour' alrededor del mundo, que empezó en Grecia. De cualquier manera, como resultado de deliberadas campañas de desinformación montadas por la administración Reagan, veintiún países, o lo deportaban o rechazaban su entrada.

Entre estas mal llamadas naciones libres y democráticas, estaban Grecia, Italia, Suiza, Suecia, Gran Bretaña, Alemania Federal, Holanda, Canadá, Jamaica y España.

Condenado casi universalmente por las élites en poder y los fabricantes de opinión, sus argumentos y desafíos nunca han sido directamente respondidos por nadie.

Bhagwan retornó a Bombay en julio de 1986, y al ashram de Poona que ahora se llama "Rajneesdham", a principios de 1987.

A pesar de las difamaciones y el escándalo públicos, Bhagwan continúa atrayendo gente culta de todas partes del globo, demostrando así que sigue siendo hoy la primera figura espiritual viva.

Diariamente los discursos de Bhagwan son seguidos por una audiencia, mayoritariamente occidental, de más de 5.000 personas.

Junto con las condenas llegaron suntuosos halagos. "Un gran hombre... El hombre más peligroso desde Jesucristo", dijo Tom Robbins, uno de los autores más vendidos en América.

"Bhagwan Shree Rajneesh es uno de los más importantes educadores, líderes filosóficos y religiosos de la última parte de este siglo." dijo Robert Rimmer, otro famoso escritor americano.

Kasuyoski Kino, profesor de estudios budistas en Japón, ha llamado a Bhagwan, "el más sobresaliente y talentoso conocedor de la religión, surgido en este siglo."

Con más de 400 libros publicados a su crédito en inglés e hindi, muchos traducidos en más de 30 lenguas diferentes, Bhagwan es el autor más prolífico de la historia, sólo en el último año ha agregado 50 nuevos títulos a la ya extraordinaria producción.

Bhagwan repetidamente ha dicho que el mundo se enfrenta a dos alternativas: suicidio global o meditación.

El aborrecible pasado que llamamos "historia", él señaló, es la creación de curas y políticos, "la mafia del alma". Si se sigue a estas gentes, llevarán el planeta a una ruina total. Ellos son el problema, no parte de la solución.

Bhagwan dice que el hombre meditativo es la solución. Sin ninguna continuidad con el pasado, él vivirá su vida dichosa, consciente y creativamente. Junto con una ciencia liberada por primera vez de las cadenas de las organizaciones interesadas únicamente en el poder y la destrucción, transformará el futuro en dorado y la tierra en un paraíso.

En 1985 el Gobierno americano decidió atacar.  Rajneesh fue acusado de treinta y cinco cargos de representación fraudulenta por incumplir las leyes de inmigración.  Tras permanecer arrestado y retenido en prisión durante diecisiete días, fue deportado. 
 Rajneesh volvió a la India sin seguridad alguna acerca de dónde podría crear un nuevo centro.  En febrero de 986 se embarcó en una gira alrededor del mundo esperando encontrar un nuevo refugio.  Se le rechazó la visa de entrada en veintiún países.  Volvió a Bombay en julio de ese mismo año, y en enero de 1987 retomó su ashram en Puna, ahora conocido como Osho Commune International.

 Yo visité el centro de Osho de Puna, en Koregaon Park.  Osho Rajneesh estaba en un delicado estado de salud y se le había aconsejado no recibir visitas.  Pasé un par de horas visitando la comuna.  En la gran sala de meditación resonaba la música; había una banda de cuatro músicos tocando, mientras algunos sannyasins bailaban y otros estaban tranquilamente sentados en silencio cogidos de las manos o en profunda meditación.  Cada uno iba a lo suyo.  Entre los laberínticos senderos que atravesaban una profunda vegetación había una cascada, un estanque con cisnes, estudios, una gran biblioteca, diferentes salas de actividades, habitaciones residenciales, un centro comercial, librería, y oficinas.  Toda la comuna había sido construida por los discípulos, entre los que se hallaban arquitectos, ingenieros, carpinteros, electricistas, fontaneros; cada uno contribuía lo mejor que podía.  Nada había sido construido por constructores a mano de obra contratada.  Lo que más me sorprendía era la sonrisa que encontraba al cruzarme con ellos.  Un espíritu de armonía impregnaba la comuna.  Era distinto a las docenas de ashrams que había visitado en las diferentes partes del país, donde nadie sonreía y todo el mundo parecía que estaba estreñido por la desdichas del mundo, al considerar que una buena risa era una blasfemia.  Me pregunto si esto se debía a su liberación de las inhibiciones sexuales acerca de las que tanto se ha dicho y escrito.  Permitidme que vuelva años atrás, a mi encuentro con la joven italiana Gracia Marciano, quien me introdujo a las enseñanzas de Rajneesh.

 Gracia había venido a verme de vez en cuando y siempre me traía algo de literatura acerca de Rajneesh.  Yo leía todo lo que me traía, sobre todo para mantener la conversación en nuestro próximo encuentro.  Ella me hablaba de otra cosa; obviamente trataba de acercarme a él.  Un día en tono desenfadado le dije: “Gracia, ¿me quieres convertir en discípulo de Bhagwan?  No tienes que hacerme leer todo esto.  “Mi precio es otro”.  No me preguntó cuál era el precio: mantuvo una mirada inocente en sus ojos.  Esto volvió a ocurrir dos o tres veces y Gracia decidió que no la estaba tomando muy en serio, así que en un siguiente encuentro me confrontó abiertamente: “¿Te gusta mi cuerpo?  ¿Te gustaría hacer el amor conmigo?  Mi cuerpo no es nada, lo puedes tener cuando quieras.  Yo vendré a ti”.  Esto desmoronó todo el enamoramiento ilícito que tenía dentro.  Ella no tenía complejos acerca de eso, era yo el que los tenía; mi mente estaba estancada por deseos libidinosos.  Al confrontarme tan directamente derribó la barrera que se levantaba entre nosotros y nos hicimos amigos.  Algunos meses después cuando mi esposa y yo pasamos por Roma de camino a los lagos italianos, nos llevó a cenar.  Algún tiempo después me volví a encontrar con ella en una conferencia en Los Ángeles; se había casado con un productor de televisión.  Y ya no llevaba las ropas naranjas ni el medallón con la foto de Rajneesh al cuello. 
 Cuando volví a visitar la comuna de Puna, Rajneesh había dejado el honorífico nombre de Bhagwan y tomado el calificativo japonés Osho.  No es una palabra fácil de traducir: “o” significa amor, respeto y gratitud; “sho” quiere decir: expansión multidimensional de la consciencia y la existencia viniendo desde todas las direcciones.  Y finalmente dejó el nombre de Rajneesh y aludía a él simplemente como Osho.

 A mediados de 1988 sintió que había dicho todo lo que tenía que decir: comenzó a retirarse gradualmente de la vida pública y sus discursos se fueron espaciando.  No gozaba de buena salud, sufría de diabetes y asma, y también tenía razones para creer que había sido deliberadamente envenenado en la cárcel: sus discípulos creen que le pusieron talio en la comida (es un veneno sin sabor que tarda mucho tiempo en destruir el cuerpo).  A pesar de disponer de la mejor atención médica al respecto, Rajneesh nunca fue capaz de recuperar su salud.  Dio su último discurso público en abril de 1989.  Dos de sus discípulos cercanos, el canadiense Swami Jayesh y el doctor inglés Swami Amrito, le atendieron constantemente durante los últimos días de su vida.  Swami Amrito proporcionó un vívido relato de su diálogo con Osho en los últimos momentos antes de su muerte.  Amrito le tomó el pulso y le indicó que su fin estaba cerca; Osho simplemente asintió con la cabeza indicando que lo sabía.  Amrito le preguntó si debería pedir un cardiólogo para reanimarle el corazón, a lo que Osho contestó: “No, simplemente dejadme marchar.  La existencia decide el momento”. 
 Osho dio instrucciones acerca de qué hacer con su habitación y sus pertenencias: “Poned una moqueta como la del baño en toda la habitación”.  Y señalando a su estéreo, dijo: “¡A Nirupa le gustará!”.  Nirupa había limpiado su habitación durante muchos años.

 “Aquellos, ¡sacadlos! –continuó apuntando a los humidificadores (son muy ruidosos)-, pero aseguraos de que el aire acondicionado esté siempre puesto.”  Se le preguntó acerca de su Samadhi, y respondió que después de su muerte su cuerpo debería ser llevado a la sala de meditación.  “Luego llevadlo a los crematorios; ponedme el gorro y los calcetines antes de sacar mi cuerpo.” 
 Unas semanas antes de su muerte alguien le preguntó qué ocurriría con su trabajo después de haberse ido.  Osho contestó: “Mi confianza en a existencia es absoluta.  Si hay algo de verdad en lo que digo, sobrevivirá…; la gente que siga interesada en mi trabajo simplemente llevará la antorcha, pero sin imponer nada a nadie. 
 “Yo seguiré siendo fuente de inspiración para mi gente.  Y eso es lo que la mayoría de los sannyasins sentirán.  Quiero que crezcan por sí solos; cualidades como el amor, alrededor del cual no puede crearse ninguna Iglesia; como la consciencia, la cual no es monopolio de nadie, al igual que la celebración, regocijándose y manteniendo unos ojos claros e inocentes, como los de un niño…” 
 Según parece, justo antes de morir, a las cinco de la tarde del 19 de enero de 1990.  Osho dijo: “Os dejo mi sueño”. 
 Había prohibido el luto y la lamentación.  Esa tarde su féretro fue sacado del ashram entre una multitud de sus discípulos cantando y bailando durante todo el camino hasta la Tulsi Ram Gat.  Su hermano Swami Vijay Bharti encendió la pira funeraria y sus cenizas se llevaron de regreso al ashram al día siguiente. 
 Nueve meses antes de morir, Osho mismo dictó las palabras que deberían ser escritas en el lugar donde se depositaran sus cenizas. 
 Están inscritas en una placa de mármol:

OSHO 
NUNCA NACIÓ – NUNCA MURIÓ 
SÓLO VISITÓ ESTE 
PLANETA TIERRA ENTRE 
EL 11 DE DICIEMBRE DE 1931 Y EL 19 DE ENERO DE 1990

Bhagwan ha dicho acerca de su trabajo: "Soy la muerte del hombre viejo y el nacimiento del nuevo hombre."

Para más información acerca de Osho y su trabajo, incluyendo una visita virtual al centro de meditación en India, véase:

http://www.osho.com


QUE ES LA MEDITACION ? :

La meditación es un proceso simple de observar tu propia mente. No hay que luchar con la mente, tampoco se trata de controlarla. Sólo hay que permanecer ahí, como un testigo que no elige. Cualquier cosa que pase, tú simplemente tomas nota de ello, sin prejuicios en pro o en contra. Tú no calificas diciendo: esto no debe venir a mi mente o éste es un pensamiento feo y éste es un pensamiento muy bonito y virtuoso. Tú no debes juzgar. Debes permanecer sin juzgar porque, cuando juzgas, pierdes la meditación. Te llegas a identificar o te conviertes en amigo o enemigo. Creas relaciones. La meditación implica permanecer sin relacionarse con el proceso de tu pensamiento. Estás sin relación alguna, fresco, calmado, observando cualquier cosa que esté pasando. 
 

Y luego aparece el milagro: poco a poco uno se vuelve consciente de que menos y menos pensamientos están pasando. Entre más consciente estés, menos pensamientos pasan. Entre menos alerta estés, más pensamientos pasan. Es como si el tráfico dependiera de tu atención. Cuando estás perfectamente atento, aunque sea por un sólo momento, todos los pensamientos paran. Inmediatamente, hay una parada súbita y el camino está vacía, no hay tráfico. Ese momento es de meditación. 
Poco a poco, esos momentos vienen más y más, estos espacios vacíos vienen una y otra vez y permanecen más tiempo. Y eres capaz de desplazarte fácilmente a esos espacios de vacío sin esfuerzo alguno.

Así, cada vez que quieras, te puedes desplazar a esos espacios vacíos sin esfuerzo. Son refrescantes, rejuvenecedores y te hacen consciente de quién eres tú. Liberado de la mente, eres liberado de todas las ideas sobre ti mismo. Ahora puedes ver quién eres sin ningún prejuicio.

Y el conocerse a uno mismo es conocer todo lo que merece ser conocido. Y perderse el auto conocimiento, es perderlo todo. Un hombre puede conocerlo todo en el mundo pero si no se conoce a sí mismo lo ignora todo por completo, es sólo una Enciclopedia Británica caminando.

La libertad sin conciencia es sólo una idea vacía. No contiene nada. Uno no puede ser realmente libre sin ser consciente porque tu inconsciente te domina, tu inconsciente va tirando de tus cuerdas.

Tú puedes pensar, puedes creer que eres libre pero no eres libre, eres sólo una victima de fuerzas naturales, fuerzas ciegas. Así, hay dos tipos de personas. La mayoría sigue la tradición, la sociedad, el estado. La gente ortodoxa, la convencional, los conformistas; ellos siguen la multitud, no son libres. Y hay algunos pocos espíritus rebeldes, marginados, bohemios, artistas, ellos piensan que están viviendo en libertad pero sólo piensan. El que te rebeles nada más, el que estés en contra de la tradición, no te hace libre. Todavía estás bajo el dominio de los instintos naturales. Estás poseído por la lujuria, la codicia, las ambiciones. Y no eres el amo de estas cosas, eres un esclavo. Por eso digo: La Libertad sólo es posible a través de la Atención. A menos que uno transforme su inconsciencia en consciencia, no hay libertad. Y por esto, sólo muy pocas personas lo han conseguido: un Jesús, un Lao Tze, un Zarathustra, un Buda. Solamente pocas personas, que pueden ser contadas con los dedos, han vivido realmente en libertad, porque han vivido en conciencia. Éste debe ser el trabajo de cada buscador: El crear más y más conciencia. Entonces la libertad viene a su propio tiempo. La libertad es la fragancia de la flor de la conciencia. 



DEL SEXO A LA SUPERCONSCIENCIA :

Osho

LIBERACION

(Extracto del libro)

Una mañana temprano, antes de la salida del sol, un pescador fue al río. Cerca de la orilla sintió algo debajo de sus pies, y descubrió que era una pequeña bolsa de piedras. Recogió la bolsa y echando la red a un lado, se acuclilló a la orilla del agua, esperando la salida del sol. Estaba esperando la luz del día para iniciar su trabajo diario. Perezosamente cogió una piedra de la bolsa y la lanzó al agua. "Plop", se oyó en el agua. Entretenido con el sonido lanzó otra piedra. A1 no tener otra cosa que hacer, siguió lanzando las piedras, una por una... Poco a poco el sol se levantó. Llegó la luz. Ya para entonces había lanzado todas las piedras, excepto una. La última piedra estaba en su palma. Su corazón casi le falló cuando, a la luz del día, vio lo que tenía en la mano. ¡Era una piedra preciosa! En la oscuridad, había arrojado muchas de ellas. ¡Cuánto había perdido sin darse cuenta! Lleno de remordimientos, se maldijo a sí mismo, sollozó, lloró y casi enloqueció de pesar. Por accidente, se había encontrado con una gran riqueza que podría haberle proporcionado un extraordinario bienestar en su vida. Pero sin darse cuenta, la había perdido en medio de la oscuridad. Y sin embargo, era afortunado, pues aún le quedaba una gema : la luz había llegado antes que arrojara la última "piedra".

En general, la mayoría no es ni siquiera tan afortunada. La oscuridad te rodea por todos lados, eI tiempo se va consumiendo, el sol no se levanta y ya hemos desperdiciado todas las gemas de la vida. La vida es un gigantesco tesoro, y el hombre no hace otra cosa que desperdiciarla. Cuando llegamos a damos cuenta de la importancia de la vida, ya se nos ha escurrido entre los dedos. Los secretos, los misterios, la felicidad, la liberación, el paraíso: todo lo hemos perdido. Hemos malgastado la vida. En los próximos tres días, tengo la intención de hablar acerca de los Tesoros de la Vida. Es difícil instruir a la gente que trata la vida como a una bolsa de piedras. Esta gente se irritará si les señalas el hecho de que lo que están arrojando no son piedras, sino joyas. Se enfurecerán. No debido a que lo que se les dice sea falso, sino porque se les demuestra su insensatez. Se les recuerda lo que han perdido. El ego hace su aparición. Sin embargo, sin importar lo que se haya perdido hasta ahora, si aún queda un poco de vida, si sólo queda una "piedra", aún puede ser salvada. Nunca es demasiado tarde para aprender. Incluso uno podría beneficiarse. Y especialmente en la búsqueda de la Verdad de la Vida, nunca es tarde; no hay motivo para apocarse.

Sin embargo, debido a nuestra ignorancia, en medio de la oscuridad , hemos dado por sentado que la bolsa de la vida no es otra cosa que una colección de piedras. Los caprichosos han aceptado la derrota antes de hacer un esfuerzo en la búsqueda de la verdad. Para empezar, deseo advertirles en contra de la trampa del fatalismo, la ilusión de este falso fracaso. La vida no es un montón de arena y piedras. Si tienes la actitud correcta para verlo, encontrarás muchas cosas buenas en la vida. Encontrarás en ella una escalera para llegar a Dios. En nuestro cuerpo hecho de sangre, carne y huesos, existe algo, alguien que se halla separado de estas cosas. No guarda ninguna relación con la sangre, la carne y los huesos. Está allí, aun en el cuerpo físico, que nace hoy y muere mañana. Es inmortal. No tiene ni principio ni fin. Esto, lo que no tiene forma, se encuentra aun en la misma muerte. Desde la oscuridad de la ignorancia anhela y busca esta llama imperecedera. La llama inmortal se halla oculta tras el humo mortal. No podemos ver la luz. Vemos el humo y retrocedemos. Algunos, los valerosos, buscan sólo en medio del humo, y es así que no pueden llegar a la llama, a la fuente de la iluminación.

¿Cómo realizar el viaje hacia esta llama oculta detrás del humo? ¿Al yo dentro del cuerpo? ¿Cómo podemos comprender cabalmente al Supremo, lo Universal, que se halla camuflado - oculto - en la naturaleza? Hablaré acerca de ello en tres etapas.

En primer lugar, nos hemos cubierto con tales prejuicios, ideas infiltradas y pseudo-filosofías, que nos hemos impedido ver la verdad desnuda. Ya tenemos hipótesis de lo que la vida es, sin saber, sin buscar, sin sentir curiosidad. Se nos ha enseñado durante miles de años que la vida no tiene sentido, que la vida es inútil, que la vida es sufrimiento. Se nos ha hipnotizado para que creamos que nuestra existencia es inútil, carente de propósito, pesarosa. La vida debiera ser despreciada, debiera ser pasada por alto. Se nos ha recitado esto una y otra vez, y es así que ahora sentimos que la vida es un gran caos: sólo es fuente de sufrimiento.

Es a causa de este menosprecio por lo que el hombre ha perdido todo encanto, alegría y amor. El hombre se ha transformado en un bulto informe. El hombre se ha convertido en un turbulento mar de pesadumbre. No es de asombrarse que, debido a estas ideas erróneas, el hombre haya dejado de intentar reflexionar sobre sí mismo. ¿Por qué deberíamos buscar la belleza en un bulto? Y cuando creemos firmemente que la vida es sólo para arrojarla - es sólo una aflicción - ¿qué sentido tiene aceptarla, purificarla y hacerla más hermosa? Creemos que el esfuerzo es inútil.

Nuestra actitud hacia la vida es similar a la del hombre que se instala en la sala de espera de una estación de ferrocarril, como la de un viajero que utiliza la sala de espera. Este hombre sabe que se ha detenido aquí sólo por un rato. Deberá irse pronto. Por tanto, ¿qué importancia tiene esta sala de espera? Ninguna en absoluto. No tiene significado. Tira diversos objetos al suelo, escupe, la ensucia. Es descuidado. No se halla interesado en ningún acto de decencia, después de todo, debe irse en un rato, al oír el TAÑIDO DE LA CAMPANA.

Del mismo modo consideramos la vida como una residencia temporal. La tendencia es: ¿por qué sería necesario buscar la verdad y la belleza en ella? Quisiera enfatizar que esta vida llegará a su fin en su momento, pero que no hay forma de huir de la "verdadera" vida. Podemos cambiar esta casa, este lugar; pero la esencia de la vida permanecerá con nosotros. Y éste es nuestro Yo, con una Y mayúscula. No existe forma alguna de deshacerse de él.

Somos moldeados por lo que hacemos. En último término, nuestros actos nos moldean, para bien o para mal. Modifican y dan forma a la vida y moldean el alma. Lo que hagamos con nuestra vida y cómo lo hagamos indicará nuestro desarrollo futuro. Nuestra actitud hacia la vida guiará el camino de nuestra alma: cómo evolucionará, qué misterios hasta ahora inexplorados - descifrará. Si somos conscientes de que nuestra actitud hacia la vida nos moldeará en el futuro, podremos descartar de inmediato el pesimista punto de vista según el cual la vida es discordante, inútil, carente de significado. Entonces, puede que nos demos cuenta de la falsedad de la creencia de que la vida es pesarosa. Entonces no hay un esquema para las cosas. Entonces, puede que descubramos que todo lo que se opone a la vida es irreligioso.

Sin embargo, en nombre de la religión se nos ha enseñado la negación de la vida. La filosofía de la religión ha estado orientada hacia la muerte, no hacia la vida. Predica que aquello que se halla después de la vida es importante, mientras que aquello que se halla antes de la muerte no tiene significado. Hasta ahora, la religión ha adorado a la muerte, pero no ha mostrado respeto alguno por la vida. En ninguna parte de ella encontraremos la aceptación jubilosa de las flores y frutos de la vida, pero sí la hallaremos impregnada de una fe regida en las flores muertas. ¡Eso es cantar loas en la tumba de flores muertas! La especulación religiosa siempre se ha concentrado al otro lado de la muerte: en el paraíso, en la liberación (cielo-moksha-nirvana), como si no le interesara lo que ocurre antes de la muerte. Les quiero decir que si son incapaces de probar lo que hay antes de la muerte, ¿cómo podríamos arreglárnoslas con lo que hay después de la vida? ¡Casi imposible! Si no podemos beneficiamos con lo que hay antes de la muerte, no podremos preparamos o capacitamos para lo que vendrá después de ella. La preparación para la muerte también debe hacerse, en torno a la vida y durante ella. Si existe otro mundo después de la muerte, también allí nos veremos enfrentados a aquello que hemos experimentado en esta vida.

No existe forma de sustraerse a estos efectos, a pesar de lo que se proclama para descalificar esta existencia y renunciar a esta vida.

Yo afirmo que no hay ni podrá haber ningún Supremo ni Dios ajeno a esta vida. También afirmo que adorar la vida es sadhana (práctica espiritual). La verdadera religión consiste en aprovechar la vida misma. Comprender la verdad suprema de la vida es el primer paso prometedor para lograr la liberación. Aquel que se pierda la vida se perderá todo lo demás. Pero la tendencia ha sido exactamente la opuesta: abandonar la vida, renunciar al mundo. La religión no aconseja la contemplación de la vida, no prepara para dirigir la propia vida. No declara que lo único que determina tu vida es la forma en que la vivas. Si la vida parece desalentadora, es debido a que la percibes en forma errónea. La vida puede llenarte de felicidad si conoces la forma apropiada de vivir. 
 

Yo llamo a la religión, EL ARTE DE VIVIR. La religión no es la disolución de la vida, sino un medio para explorar profundamente los misterios de la Existencia. La religión no consiste en volverle la espalda a la vida, sino en enfrentarla directamente. La religión no es escapismo, es abrazar la vida en forma total. Es una comprensión cabal de la vida. Como consecuencia directa del concepto erróneo fundamental de la religión, sólo los ancianos se interesan en ella. Sólo verás ancianos en los lugares de Dios: los templos, las iglesias, las gurudwaras, las mezquitas, etc. ¡No verás jóvenes en su mayoría allí! No verás niños allí. ¿Por qué?... Só1o existe una explicación. Nuestra religión ha sido la religión de las personas de edad avanzada. Teñida del miedo a la muerte, es para aquellos que se hallan al final de sus vidas. Están llenos de ansiedad: ¿Qué habrá después de la muerte? ¿Cómo puede iluminar la vida una religión que se basa en la filosofía de la muerte?

Aun con las enseñanzas religiosas de cinco mil años, esta tierra va de mal en peor. Aun cuando a este planeta no le faltan templos, mezquitas, iglesias, sacerdotes, maestros, ascetas, etc., la gente aún no se vuelve religiosa. Esto se debe a que la religión tiene una base falsa. La vida no se halla en los cimientos de la religión. La religión está concebida en torno a la muerte. No es un símbolo metafórico, sino la lápida de un cementerio. Esta religión torcida no puede vitalizar la vida... ¿Cuál es el motivo de todo esto?

En estos tres días hablaré acerca de la religión de la vida - la realidad viva - y de un principio elemental que de allí se desprende. Al hombre común no se le inspira para descubrir o conocer este principio. En el pasado se ha hecho todo lo posible para ahogar esta ley básica de la vida, para acallar esta verdad. Y el efecto de este grave error se ha convertido en una enfermedad universal.

¿Cuál es el elemento central en la vida común del hombre? ¿Dios? no. ¿El alma? no ¿La verdad? no. ¿Qué hay en el núcleo del hombre? ¿Qué es lo que más estimula al hombre común, desde su "psicología profunda", un hombre promedio que nunca medita, nunca busca el alma, nunca realiza un peregrinaje? ¿La devoción?...no. ¿La oración?...no. ¿La liberación?...no. ¿El nirvana?...no, en absoluto. Si intentamos descubrir el impulso más fuerte del hombre común, si buscamos la fuente de la fuerza vital en el hombre, no encontraremos ni a la devoción ni a Dios: ni la oración ni la sed por conocer. Encontraremos allí algo diferente, algo que está siendo olvidado, que no es enfrentado conscientemente, que nunca es evaluado. ¿Qué es ese algo? ¿Qué encontrarás si dìsectas, analizas el fundamento del hombre, ese "algo" que resplandece en el interior del hombre?

Dejando de lado al hombre y concentrándonos en el reino animal o en el reino vegetal, ¿qué encontraríamos en el núcleo de todo? Observando las actividades de una planta, ¿qué encontramos allí? ¿a dónde conduce su crecimiento? Toda su energía se dirige a producir una nueva semilla. ¡Todo su ser está ocupado en producir una nueva semilla! ¿Qué está haciendo un pájaro? ¿Qué está haciendo un animal? Si observamos en profundidad las actividades de la Naturaleza entera, encontraremos un solo proceso ocurriendo en forma entusiasta, y éste es, una "creación continua" - el proceso de procrear, de crear nuevamente diferentes formas de ser. Las flores tienen polen - semillas -; los frutos tienen semillas. ¿Cuál es el propósito de la semilla? La semilla crecerá y se volverá una planta, una flor, fruto, semilla y así sucesivamente, y el ciclo se repetirá.... El proceso de procreación en el "mundo vivo" es eterno. La vida es una fuerza que está ocupada continuamente en regenerarse a sí misma. La vida es creatividad, es un proceso de autocreación.

Lo mismo es válido en el caso del hombre. A esta pasión, a este proceso, lo hemos bautizado con el nombre de "sexo". También se le llama lujuria. De allí han surgido otros nombres. Se ha transformado en un insulto. Y el acto mismo de desacreditarlo ha contaminado el ambiente.

Y entonces, ¿qué es esta lujuria, pasión? ¿Cuál es el poder del sexo? Desde tiempos inmemoriales, las olas del mar vienen, una tras otra, y se estrellan contra la playa. Las olas vienen, se rompen y regresan. Nuevamente vienen, empujan, luchan, se dispersan y regresan. La vida tiene una necesidad interna de progresar, de ir hacia adelante. Estas olas del mar, estas olas de la vida, tienen en sí una inquietud: existe un esfuerzo continuo por lograr algo. ¿Cuál es este propósito? Es un deseo intenso por lograr una mejor posición. Es una pasión por lograr alturas más elevadas. Detrás de esta energía interminable, la vida lucha por alcanzar una vida grandiosa, una vida mejor.

No hace mucho - sólo unos pocos miles de años - que el hombre apareció en la tierra. Antes de eso, sólo había animales en ella. No hace tanto tiempo que los animales comenzaron a existir. Antes de eso, hubo un tiempo en el cual no había animales - sólo plantas. Y tampoco las plantas han estado en este planeta desde hace mucho. Antes que ellas aparecieran, sólo había rocas, montañas, ríos y océanos.

¿Y con qué motivo se hallaba inquieto este mundo de rocas, montañas, ríos y océanos? Estaba luchando por producir plantas. Poco a poco, las plantas aparecieron en la existencia. La fuerza vital se manifestó en una nueva forma. La tierra se cubrió de vegetación. Siguió produciendo vida, procreó. Surgieron las flores, las frutas. Pero las plantas se sentían intranquilas. No se hallaban satisfechas consigo mismas. El impulso interno las llevaba a algo más elevado. Estaban ansiosas de producir al animal... y al ave. Entonces comenzaron a existir los animales y las aves. Ellos ocuparon este planeta por muchísimo tiempo, pero no había ningún hombre a la vista. El hombre estuvo siempre allí, inherente en los animales, esforzándose por romper la barrera para nacer... Y entonces, en su momento, el hombre apareció.

Y ahora, ¿en qué situación se encuentra el hombre? El hombre está esforzándose incesantemente para crear nueva vida. A esta tendencia la hemos llamado sexo; la llamamos "la pasión de la lujuria." ¿Cuál es la dimensión, el significado de esta "lujuria"? Este impulso básico se dirige a crear, a producir nueva vida. No desea terminar consigo misma... Pero, ¿para qué? ¿Es acaso cierto que desde adentro el hombre está intentando crear un hombre mejor? ¿Una forma de vida más elevada que él mismo? ¿Es acaso cierto que la fuerza de la vida se halla a la expectativa de un ser que es mucho mejor que el hombre mismo? Sabios, desde Nietzche hasta Aurobindo, de Patanjali a Bertrand Russell, han alimentado un sueño en lo más profundo de sus corazones, un sueño en el cual aparece un hombre superior a sí mismo. ¡Un superhombre! ¿Cómo puede surgir un hombre mejor que el Hombre?

Sin embargo, desde hace miles de años hemos condenado deliberadamente a este impulso de procrear. En vez de aceptarle, le hemos maltratado. Le hemos desacreditado hasta hacerle caer al punto más bajo. Le hemos ocultado y hemos simulado que no está allí, como si no hubiera espacio para él en la vida, en la disposición de las cosas. Siendo que la verdad del asunto es que no existe nada tan vital como este impulso, al que debiera adjudicársele el lugar que legítimamente le corresponde. Con ocultarle y pisotearle, el hombre no se ha liberado. Al contrario: el hombre se halla ahora en una situación más enredada y peor que antes. La represión ha producido el resultado opuesto.

Alguien está aprendiendo a andar en bicicleta. El camino es grande y ancho. Hay una pequeña roca a un costado del camino. El hombre teme, estrellarse contra la roca. Existe una posibilidad en cien de que choque contra esa piedra. Aun un ciego tiene las probabilidades totalmente a su favor en cuanto a pasar sano y salvo. Sin embargo, debido al temor a la roca, el hombre se concentra solamente en ella. La roca cobra demasiada importancia en su conciencia. El camino se desvanece de su visión. Se halla hipnotizado, y es atraído por esa roca; y finalmente se estrella contra ella. Un novato choca contra aquello -una roca o un poste de energía eléctrica- de lo cual intenta, por todos los medios, salvarse. Y sin embargo, el camino era grande y amplio, ¿cómo se las arregló este hombre para accidentarse?

Según el psicólogo Kouye, una mente promedio se halla gobernada por la "ley del Efecto Contrario". Nos estrellamos contra aquello que deseamos evitar, pues el objeto del miedo se transforma en el centro de la conciencia: una precaución. Del mismo modo, el hombre ha estado intentando, durante los últimos cinco mil años, salvarse del sexo, y la consecuencia de ello es que se enfrenta con el sexo, en todas sus formas, en todos los rincones de su vida. La ley del efecto contrario ha capturado el alma del hombre.

¿No te has dado cuenta de que la mente es atraída, es hipnotizada por aquello que intenta eludir? La gente que enseñó al hombre a estar en contra del sexo es totalmente responsable del hecho de que la mente humana esté llena de sexo. La sexualidad exacerbada del hombre se debe a enseñanzas pervertidas. Hoy en día, nos sentimos temerosos de hablar acerca del sexo. ¿Por qué sentimos un "temor moral" frente a este tema? Eso se debe a la suposición de que el hombre se volverá más sexual si habla de sexo. Esta idea es totalmente errónea; después de todo, existe una amplia diferencia entre "sexo" y "sexualidad". Nuestra sociedad sólo se verá liberada del fantasma del sexo si desarrollamos el valor necesario para hablar acerca del sexo en forma racional y sana. No podremos trascender el sexo si no lo comprendemos en todos sus aspectos.

No podrás liberarte si cierras los ojos frente a un problema. Aquel que cree que el enemigo desaparecerá si cierra los ojos, está loco. En el desierto, el avestruz piensa de la misma manera. Entierra su cabeza en la arena y cree que, puesto que no puede ver al enemigo, el enemigo no está allí. Este tipo de lógica es perdonable en el caso de un avestruz, pero en el caso del hombre, resulta imperdonable. El hombre no se ha comportado mejor que un avestruz en el caso del sexo. Cree que el sexo se desvanecerá si lo ignora, si cierra sus ojos. Si milagros como ésos ocurrieran, la vida sería fácil, sería muy fácil vivir en el mundo. Sin embargo, desgraciadamente, nada desaparece con sólo cerrar los postigos. AI contrario: ésta es una prueba de que le tememos, de que su atracción es más poderosa de lo que podemos resistir. Cerramos nuestros ojos porque nos damos cuenta de que no podemos reprimirlo. Cerrar los ojos es señal de debilidad, y la humanidad entera es la culpable.

El hombre no sólo ha cerrado abiertamente los ojos frente al sexo, sino que además, con ello se ha involucrado en una cantidad de conflictos internos. Las devastadoras consecuencias de esto son demasiado bien conocidas como para enumerarlas. El noventa y ocho por ciento de los enfermos mentales -los neuróticos- lo están debido a la represión del sexo. La causa del noventa y nueve por ciento de las histerias y enfermedades similares que sufre la mujer, son desórdenes sexuales. La causa principal del miedo, la duda y la ansiedad -la tensión del hombre contemporáneo- es la presión de la pasión, la lujuria. El hombre le ha dado la espalda a una marejada intrínsecamente poderosa. Sin intentar comprenderla, nuestros ojos están cerrados debido al miedo, y las consecuencias de esto han sido demoledoras.

Para comprender esto, el hombre debiera revisar su literatura, el espejo de su mente. Si un hombre de la Luna o Marte viniera aquí y revisara nuestra literatura, leyera nuestros libros y poesía, viera nuestras pinturas... se sorprendería. Se preguntaría por qué todas nuestras artes y literatura giran sólo en torno al sexo. ¿Por qué todas las poesías, novelas, revistas e historias del hombre se hallan saturadas de sexo? ¿Por qué hay una fotografía de una mujer semidesnuda en todas las revistas? ¿Cómo es que todas las películas hechas por el hombre están hiladas en tomo a la lujuria y la pasión? Estaría perplejo. ¡Este visitante extraterrestre se preguntaría por qué el hombre sólo piensa en sexo!. Se vería doblemente confundido si se encuentra con un hombre y habla con él, pues éste se esforzará mucho por darle la impresión de que no tiene nada que ver con la existencia del sexo.

Y viceversa: el hombre hablará acerca de Dios, el paraíso, la liberación, etc. No dirá una palabra acerca del sexo, aun cuando todo su ser se halla infectado de ideas respecto al sexo. El extraterrestre quedaría estupefacto al darse cuenta de que el hombre inventa innumerables artificios para satisfacer ese deseo del cual no articula una palabra.

La religión orientada hacia la muerte ha llenado de sexo la mente del hombre.

También hemos pervertido al hombre desde otro ángulo. ¡Y eso en nombre de elevados ideales! Le mostramos el pináculo dorado del celibato - brahmacharya - pero no se entrega ninguna indicación para colocar el pie en el primer peldaño, para comprender la base. En primer lugar, debiéramos aceptar y comprender al sexo, el impulso fundamental, y sólo entonces podríamos esforzarnos por trascenderlo, por sublimarlo, que es el modo para alcanzar la etapa del celibato. Sin comprender esta fuerza de vida fundamental en todas sus formas y facetas, todos los esfuerzos por restringirla o suprimirla tomarán al hombre en un loco enfermo e incoherente. No nos concentramos en esta enfermedad principal y hablamos de los altos ideales del celibato. El hombre nunca ha estado tan enfermo, tan neurótico, tan infeliz, tan desgraciado. El hombre está pervertido. Está envenenado desde sus mismas raíces...

DEL SEXO A LA SUPERCONSCIENCIA

El amor... ¿qué es el amor? Sentirlo es fácil, pero definirlo es en verdad difícil. Si le preguntas a un pez qué es el mar, el pez dirá: «Esto es el mar, mira a tu alrededor... y esto es lo que es». Pero si insistes: «Por favor defínelo», entonces el problema resultará muy difícil.

Las cosas mejores y más bellas de la vida pueden ser vividas, pueden ser conocidas, pero son difíciles de definir, son difíciles de describir.

Esta es la desgracia del hombre: durante los últimos cuatro o cinco mil años el hombre se ha limitado a hablar y hablar del amor, de eso que debiera haber vivido intensamente, de eso que ha de ser vivido desde el interior. Ha habido grandes conferencias sobre el amor; se han cantado canciones de amor, se han entonado himnos devocionales en los templos e iglesias. ¿Qué es lo que no se hace para alabar el amor? Y aun así no hay lugar para el amor en la vida del hombre. Si examinamos detenidamente el lenguaje del hombre, veremos que no existe palabra más falsa que «amor».

Todas las religiones predican el amor, pero la clase de amor que predomina, la clase de amor que ha envuelto a la Humanidad como una desgracia hereditaria, sólo ha conseguido cerrar todas las entradas al amor en la vida del hombre. Y las masas idolatran como creadores del amor a los líderes de las religiones. Estos han sido los que han falsificado al amor, los que han secado todas las corrientes del amor. Respecto a esto, no existe diferencia básica en cuanto a actitud entre Oriente y Occidente, entre la India y América.

El manantial del amor aún no emerge en la vida del hombre. Esta situación la atribuimos al hombre mismo. Decimos que el amor no ha surgido, que no hay una corriente de amor en nuestras vidas debido a que el hombre se halla viciado. Culpamos a nuestra mente; decimos que la mente es venenosa. La mente no es veneno. Aquellos que están corrompiendo a la mente han envenenado al amor, no han permitido que el amor florezca. Nada es venenoso en este mundo. No existe nada que sea malo en toda la creación de Dios; todo es néctar. Es el hombre quien ha convertido todo el néctar en veneno. Y los mayores culpables de esto son los llamados profesores, los denominados santones y santos, los políticos.

Reflexiona detenidamente sobre esto. Si esta enfermedad no es comprendida, si no es corregida ahora mismo, ni ahora ni en el futuro habrá posibilidades para el amor en la vida humana.

La ironía es que hemos aceptado ciegamente las justificaciones de este hecho, las cuales provienen de las mismas fuentes que son las culpables de que el amor aún no brille en el horizonte humano. Si se repiten, se reiteran, siglo tras siglo, los principios que nos hacen errar el camino, no lograremos ver la falsedad fundamental oculta tras los principios originales. Y entonces surge el caos, porque el hombre es intrínsecamente incapaz de convertirse en aquello que esas reglas antinaturales dicen que debería convertirse. Simplemente aceptamos que el hombre está errado.

He oído que en tiempos remotos, un buhonero de abanicos de mano solía pasar a diario frente al palacio de un rey, vociferando acerca de lo excepcionales y estupendos que eran los abanicos que tenía a la venta. Proclamaba que nunca nadie había fabricado ni visto abanicos como estos.

El rey tenía una colección de todo tipo de abanicos provenientes de todos los rincones del planeta. Sintió curiosidad y salió al balcón para ver al vendedor de tan extraordinarios y estupendos abanicos. Sin embargo, le pareció que los abanicos eran corrientes, a lo más, que valdrían una rupia cada uno, pero hizo llamar al hombre.

El rey preguntó: «¿Por qué son tan extraordinarios estos abanicos y cuál es su precio?»

El buhonero respondió: «Su Majestad, el precio no es muy alto. En comparación con la calidad de estos abanicos el precio es muy bajo. Cien rupias cada abanico».

El rey estaba asombrado. «¿Cien rupias? Estos abanicos que valen una rupia cada uno, que no valen más de diez pesetas, pueden encontrarse en todas partes... ¿y pides cien rupias por cada uno? ¿Qué tienen de especial estos abanicos?»

El hombre dijo: «¡La calidad! Cada abanico está garantizado durante cien años. No se estropearán ni siquiera en cien años».

«Si me baso en su aspecto, parece imposible que duren ni siquiera una semana. ¿Estás tratando de engañarme? ¿Es esto un fraude total? ¿Y además al rey?»

El buhonero replicó: «¡Mi Señor! ¿Cómo me atrevería? Usted sabe muy bien, Señor, que paso diariamente bajo su balcón vendiendo abanicos... El precio es de cien rupias por abanico, y me hago responsable si no dura cien años. Me podéis encontrar todos los días en la calle. Y además, sois el soberano de estas tierras, ¿cómo podría estar a salvo si os engaño?»

El abanico fue comprado por el precio solicitado. Aún cuando el rey no confiaba, se moría de curiosidad por saber en qué se basaba el buhonero para hacer esas afirmaciones. Se le ordenó al hombre que se presentara después de siete días.

La varilla central se desprendió en tres días, y el abanico se desintegró antes de una semana.

El rey estaba seguro de que el hombre de los abanicos nunca se presentaría nuevamente. Sin embargo, para su completa sorpresa, el hombre se presentó por su propia voluntad tal como se le había requerido: a tiempo, al séptimo día.

«¡A su servicio, su Señoría!»

El rey estaba furioso: «¡Canalla! ¿Eres un bobo? Mira, ahí está tu abanico, todo roto. Este es el estado en que se encuentra después de una semana y tú me garantizaste que duraría cien años. ¿Estás loco o eres un gran timador?»

El hombre replicó humildemente: «Con las debidas excusas, parece ser que mi Señor no sabe utilizar un abanico. El abanico debe durar cien años. Está garantizado... ¿Cómo lo utilizó?»

«El rey le dijo: «¡Dios mío! ¡Ahora también deberé aprender a utilizar un abanico!»

«Por favor no se enfade. ¿Cómo llegó el abanico a este estado en siete días? ¿Cómo lo utilizó?»

El rey tomó el abanico y le mostró la forma según la cual uno se abanica.

Y el hombre dijo: «Ahora comprendo el error. No ha de abanicarse de esa forma».

«¿Qué otro método existe para abanicarse?»

El hombre le explicó: «Sostenga el abanico; manténgalo inmóvil frente a usted y luego mueva la cabeza de un lado a otro. El abanico durará cien años. Puede que usted muera, pero el abanico seguirá intacto. El abanico no tiene nada malo. Su forma de abanicarse es la que está equivocada. Mantenga la cabeza inmóvil y agite el abanico. ¡Qué culpa tiene mi abanico! La culpa es suya, no de mi abanico».

¡La Humanidad, el hombre, es acusada de un error parecido! Observa nuestra Humanidad: El hombre se halla muy enfermo, consecuencia de cinco, seis o diez mil años de acumular enfermedad. Se afirma una y otra vez que es el hombre el que está mal, y no la cultura. El hombre se está pudriendo; la cultura es ensalzada. ¡Nuestra grandiosa cultura! ¡La grandiosa religión!... ¡Todo es grandioso! ¡y observa el resultado! 
 

Afirman que el hombre está mal, que el hombre debiera cambiar. Y sin embargo, ningún hombre se pone en pie y cuestiona si las cosas son como debieran ser debido a que nuestra cultura y nuestra religión, que no han logrado llenar de amor al hombre desde hace diez mil años, están basadas en falsos valores. Y si el amor no se ha desarro-llado en los últimos diez mil años, cree mi palabra de que no existe ninguna posibilidad futura de un hombre amoroso si nos hemos de basar en esta cultura y religión. Lo que no pudo lograrse en los últimos diez mil años no puede ser alcanzado en los próximos diez mil años, porque el hombre de hoy será el mismo que el de mañana. Aun cuando las capas externas de etiqueta, civilización y tecnología cambian de una época a otra, el hombre es y será siempre el mismo.

¡No estamos dispuestos a reexaminar nuestra cultura y nuestra religión, y sin embargo las ensalzamos a voz en grito y besamos los pies de sus santos y custodios! Ni siquiera estamos dispuestos a mirar atrás, a reflexionar acerca de nuestra forma de vida y el curso de nuestro pensamiento para verificar si no nos conducen por caminos equivocados, si es que no están totalmente errados...

Quiero decir que la base es defectuosa, que los valores son falsos. Prueba de ello es el hombre actual. ¿Qué otra prueba podría haber?

Al plantar una semilla, ¿qué conclusión extraemos si los frutos son venenosos y amargos? Se deduce que la semilla debe de haber sido venenosa y amarga... Pero, por supuesto, es difícil vaticinar si una semilla determinada producirá o no frutos amargos. Puedes observarla, mirarla por todos lados, presionarla, romperla, sin embargo, no podrás predecir con seguridad si los frutos serán dulces o no lo serán. Tendrás que esperar la prueba del tiempo.

Planta una semilla. Una planta brotará. Pasarán los años y crecerá un árbol que se elevará más y más, sus ramas se extenderán hacia el cielo, dará frutos... y sólo entonces podrás saber si la semilla que plantaste era o no era amarga. El hombre moderno es el fruto de estas semillas de cultura y religión que fueron plantadas y nutridas hace diez mil años. Y este fruto es amargo, lleno de conflictos y sufrimiento.

Y sin embargo nosotros somos los que alabamos estas semillas y esperamos que el amor florezca de ellas. Eso no va a ocurrir, lo repito, porque la posibilidad misma de que el amor surja ha sido destruida por la religión. La posibilidad ha sido envenenada. Más que en el hombre, podemos ver el amor en las aves, animales y plantas; en aquellos que no tienen religión ni cultura. Podemos ver más amor en el hombre incivilizad, en un montañés subdesarrollado, que el que podemos encontrar en el mal llamado progresivo, culto y civilizado hombre actual. Y os lo recuerdo, los aborígenes no han desarrollado civilización, cultura o religión.

¿Por qué el hombre se está volviendo cada vez más estéril respecto al amor cuanto más civilizado, culto y religioso es, cuanto más acude a orar a templos e iglesias? Existen motivos, y quisiera discutirlos. El manantial perenne del amor podrá brotar si logramos comprender esto. Sin embargo, ahora está cubierto de piedras: no puede fluir. Está cerrado por todos lados, y el río Ganges no puede salir a borbotones, no puede fluir libremente.

El amor se halla en el interior del hombre. No es necesario importarlo desde el exterior. No es una mercancía que debamos adquirir en algún mercado. Está allí, como la fragancia de la vida. Está en el interior de todo el mundo. La búsqueda del amor, la aspiración de alcanzarlo, no es una acción positiva o un acto abierto de acudir a un lugar determinado y extraerlo...

Un escultor se hallaba tallando una roca. Alguien que había ido a ver cómo se hacía una estatua, observó que no había indicio alguno de una estatua. Sólo había una roca que era tallada aquí y allá con cincel y martillo.

El hombre preguntó: «¿Qué estás haciendo? ¿No vas a hacer una estatua? He venido a ver cómo se hace una estatua, pero veo que estás cincelando una roca».

El artista respondió: «La estatua se halla oculta en su interior. No es necesario hacerla. Sólo hay que quitar el volumen de piedra inútil que la cubre y la estatua aparecerá. Una estatua no se fabrica: es descubierta. Es desvelada, es traída a la luz».

El amor se halla encerrado en el interior del hombre: sólo hay que liberarlo. No se trata de producirlo: hay que descubrirlo. Sin embargo, ¿con qué nos hemos cubierto, qué es lo que le impide salir?

Trata de preguntarle a un médico qué es la salud. Es algo muy ex-traño el hecho de que ningún médico en el mundo pueda decirte qué es la salud. Aun cuando toda la ciencia médica se basa en la salud, ¿no hay nadie que pueda decirte qué es la salud? Si le preguntas a un doctor, te contestará que él puede decirte lo que son las enfermedades, lo que son los síntomas. Puede que conozca diferentes términos técnicos para todas y cada una de las enfermedades, y también puede prescribir la cura... ¿Pero la salud? Acerca de la salud no sabe nada. Sólo puede decir que la salud es aquello que queda cuando no está presente ninguna enfermedad. Esto se debe a que la salud se halla oculta en el interior del hombre. Trasciende sus posibilidades de definición.

La enfermedad proviene de afuera, y por tanto, puede ser definida; la salud proviene de nuestro interior, por lo tanto no puede ser definida. Se resiste a la definición. Sólo podemos decir que la salud es la ausencia de enfermedad. Eso está bien, ¿pero es ésta la definición de salud? En ella, no se dice nada respecto a la salud en sí. El hablar acerca de la ausencia de enfermedad nos dice algo acerca de la enfer-medad, no acerca de la salud. Y la verdad es que no es necesario crear la salud. O bien se halla oculta por la enfermedad o aparece si la enfermedad desaparece, si se retira o es expulsada. La salud se encuentra en nuestro interior; la salud es nuestra naturaleza.

El amor se halla en nuestro interior. El amor es nuestra naturaleza intrínseca. Es un completo error pedirle al hombre que dé amor. El problema no consiste en crear amor, sino en indagar y descubrir los motivos por los cuales no logra manifestarse. ¿Cuál es el obstáculo, la dificultad? ¿Dónde está el dique que lo refrena?

Si no existen barreras, el amor aparecerá. No es necesario per-suadirle o guiarle. Cada hombre se hallará lleno de amor si no existen barreras de falsa cultura o de tradiciones degradantes y dañinas. Nadapuede sofocar al amor. El amor es inevitable. El amor es nuestra na-turaleza.

El Ganges fluye desde los Himalayas. Su corriente de agua es fuerte y fluida. No le pregunta a un sacerdote por el camino hacia el océano. ¿Has visto alguna vez a un río en un cruce de caminos, soli-citándole a un policía las indicaciones para llegar al océano? Por muy lejos que el mar se encuentre, por oculto que esté, es seguro que el río hallará el camino. Eso es inevitable. Tiene el impulso interno. No tiene ninguna guía, pero es totalmente seguro que llegará a su destino. Socavará las montañas, cruzará las llanuras y atravesará el campo en su deseo de alcanzar el océano. Un deseo insaciable, una impre-sionante energía se aloja en lo más profundo de su corazón.

Sin embargo, ¿qué pasará si el hombre interpone obstáculos en su camino, si los seres humanos construyen diques? Un río supera, atraviesa las barreras naturales -que en realidad no constituyen un verdadero obstáculo para él- pero si el hombre crea barreras, si ingenieros humanos construyen diques que lo obstaculicen, es posible que el río nunca llegue al océano. Uno debiera tener presente la obvia diferencia en esta situación. El hombre, la inteligencia suprema de la creación, puede impedir, si así lo decide, que el río llegue al mar.

En la naturaleza existe una unidad fundamental, una armonía. Las obstrucciones, los aparentes obstáculos que se ven en la natu-raleza, son desafíos para despertar la energía: cumplen la función de toques de clarinete que despiertan aquello que se halla latente en el interior. No existe desarmonía en la naturaleza.

Cuando sembramos una semilla, parece ser que la capa de tierra que se halla sobre la semilla la está presionando, le está impidiendo crecer. Es así como parece ser; pero en realidad, esa capa de tierra no constituye una obstrucción. Sin esa capa, la semilla no puede germi-nar: la tierra presiona a la semilla a fin de ablandarla, desintegrarla y transformarla en un árbol joven. Aparentemente, la tierra está sofocando a la semilla, pero la tierra sólo está realizando la labor de un amigo. Esta es una operación clínica. Si una semilla no se transforma en una planta pensamos que la tierra puede no ser la apropiada o que la semilla no ha tenido suficiente agua o suficiente luz solar. No culpamos a la semilla. Sin embargo, si no se producen flores en la vida del hombre, afirmamos que el hombre es el respon-sable de ello. Nadie piensa en abonos de mala calidad, en una falta o de agua o de luz solar, y hace algo en consecuencia. En este caso, todo se limita a acusar al hombre de «maligno». Y el hecho es que la planta del hombre se ha quedado subdesarrollada, ha sido reprimida por una actitud hostil, no ha logrado alcanzar el estado de flo-recimiento.

La naturaleza es una armonía rítmica, pero la artificialidad que el hombre ha impuesto sobre ella, la ingeniería que ha llevado a cabo sobre ella, el conocimiento mecánico que ha arrojado a la corriente de la vida, han creado obstrucciones en muchos lugares, han detenido el flujo... Y se culpa al río. Dicen: «El hombre es malo; la semilla es venenosa»...

Quiero atraer tu atención hacia el hecho de que los principales obstáculos han sido construidos por el hombre, creados por él mismo; de otro modo, el río del amor podría correr libremente y llegar al océano de Dios. El amor es algo inherente al hombre. Si los obstáculos son eliminados con discernimiento, el amor podrá fluir. El amor podrá elevarse hasta alcanzar a Dios, al Sublime Supremo.

¿Cuáles son estas imposiciones hechas por el hombre?

En primer lugar, la obstrucción más obvia ha sido la oposición al sexo, a la pasión. Esta prohibición ha destruido la posibilidad de que el amor nazca en el hombre.

Y la pura verdad es que el sexo es el punto de partida del amor. El sexo es el inicio del viaje en pos del amor. El origen, el Gangotri del Gangs del amor es el sexo, la pasión, y todo el mundo se comporta como si éste fuese el enemigo. Todas las culturas, todas las religiones, todos los gurús, todos los profetas y videntes han atacado a este Gangotri, a esta fuente, y el río se ha quedado detenido allá arriba. El vocerío público siempre ha dicho que el sexo es un pecado, que es irreligioso: el sexo es veneno. Nunca nos damos cuenta de que, en último término, es la misma energía sexual la que viaja y llega al océano del amor. El amor es la transformación de la energía sexual. El amor florece de la semilla del sexo.

Osho,

¿Qué es la religión? ¿Cuál es tu opinión sobre las religiones organizadas?

La religión es la más alta aspiración de la consciencia humana: es la búsqueda individual de la verdad. 
La verdad interna no puede ser un objetivo del conocimiento común. Cada uno ha de entrar en sí mismo; cada vez es un nuevo descubrimiento. No importa cuánta gente alcance su realización, su despertamiento, en cuanto se alcanza éste es absolutamente nuevo, porque no puede tomarse prestado. 
La búsqueda básicamente consiste en llegar a conocer tu interioridad. Tienes una parte externa, y ninguna parte externa existe sin una interna. La propia existencia de lo externo es prueba de la existencia del mundo interior. 
El mundo interior consiste de tres capas: los pensamientos es la más superficial, sentimientos es más profunda y luego el ser, que es tu divinidad. Conocer la propia divinidad—la propia eternidad—es la búsqueda básica de la religión. 
Todos los sentidos te llevan hacia el exterior: los ojos se abren para mirar lo externo, los oídos oyen lo que sucede en el exterior, tus manos tocan lo que está afuera. Los sentidos son las puertas para salir. Y recuerda siempre: la puerta que te sirve para salir, también te sirve para entrar, la misma puerta por la que sales de tu casa, es por la que entres de regreso. Sólo cambia la dirección: para salir necesitas los ojos abiertos, para entrar necesitas los ojos cerrados; todos tus sentidos en silencio. 
El primer encuentro es con la mente, pero esa no es tu realidad. Aunque esté en tu cerebro, no eres tú; es el reflejo del exterior. 
Todos tus pensamientos son un reflejo del exterior. 
Por ejemplo, un ciego no puede pensar en los colores porque no los ha visto; por lo tanto ese reflejo no es posible. El ciego ni siquiera sabe si hay luz u oscuridad, ambos términos carecen de sentido y si analizaras tus pensamientos encontrarías que todos han sido provocados dentro de ti por la realidad externa, de manera que son básicamente externos, reflejándose en el lago interior de tu consciencia. 
Pero debido a estos pensamientos —que son una multitud inmensa y se siguen acumulando en ti— se crea una muralla china. Tienes que ir más allá de tus pensamientos. Y la religión conoce un solo método —con diferentes nombres, pero un solo método, que es la observación, que es el ser un testigo. Simplemente observa tus pensamientos, sin juzgarlos, sin condenarlos, sin apreciarlos; con extremo desprendimiento. Sólo miras tus pensamientos pasando por la pantalla de tu mente. 
Y en cuanto tu testigo se fortalece, tus pensamientos disminuyen en la misma proporción. Si el observador toma el diez por ciento de tu energía, entonces el noventa por ciento se desperdicia en los pensamientos. Si tu observador se vuelve el noventa por ciento, entonces sólo el diez por ciento se invierte en pensamientos. En el momento en que tú eres cien por ciento un observador, la mente queda vacía. 
Todo este proceso es lo que se conoce como meditación. Al atravesar los pensamientos llegas a la segunda capa, que es la de los sentimientos—tu corazón—que es más sutil. Pero ahora tu observador es ya capaz de observar tus estados de ánimo, tus sentimientos, tus sensaciones; así sean de lo más sutil. Y el mismo método funciona como con los pensamientos: pronto no habrá sentimientos, sensaciones, estados de ánimo... Has ido más allá de la mente y el corazón. Ahora queda un silencio profundo: nada se mueve. Este es tu ser. Esto eres tú. 
El sabor de tu ser es la verdad. 
La belleza de tu ser es la belleza de la existencia. 
El silencio de tu ser es el lenguaje que la existencia entiende. 
Y recogido en tu ser, has llegado a casa, tu peregrinaje se ha terminado; tu lucha ha cesado. Cómodamente te sientas en silencio dentro de tu ser. 
Un gran esplendor oculto se te revela porque no estás separado de la realidad: eres uno con ella. 
Los árboles, la luna, las estrellas y las montañas, todo es parte de una unidad orgánica. Tú eres también parte de esa unidad orgánica: eres parte de Dios. 
La religión es el supremo logro del hombre. 
Más allá de la religión no hay nada, pero tampoco hay necesidad. Tu ser es tan abundante, tan rebosante de felicidad, silencio, paz, comprensión, éxtasis, que por primera vez la vida se vuelve realmente un canto, una danza, una celebración. Pero la religión organizada es algo totalmente distinto, así que siento que debo aclararte que la religión auténtica es siempre individual. Al momento en que la verdad se organiza, muere; se vuelve una doctrina, una teología, una filosofía; pero deja de ser una experiencia. La multitud no puede tener experiencias, las experiencias suceden sólo a los individuos por separado. 
Es casi como el amor. No se pueden tener organizaciones de amor, para así no tener que preocuparse, la organización se encargará de todo; el sacerdote amará en tu lugar. Y eso es lo que le ha sucedido a la religión. Cada vez que un hombre descubre la verdad, inmediatamente una parte de la Humanidad—la más astuta: los sacerdotes—la rodea. Empiezan a recopilar sus palabras; empiezan a interpretarla y empiezan a proclamar que si hay gente quiere saber la verdad, tiene que ser por su conducto; ellos son los intermediarios de Dios. Pueden llamarse a sí mismos profetas; pueden llamarse mensajeros; pueden escoger cualquier nombre; pero la realidad es que se han colocado a sí mismos como agentes de Dios. No conocen a Dios, pero en nombre de Dios explotan a la Humanidad. 
La religión organizada es otra forma de la política. Así como he condenado a la política como la más baja de las actividades humanas, lo mismo hago con las religiones organizadas. Tú puedes verlo: los sacerdotes y los políticos han estado siempre en conspiración contra la Humanidad. Se han apoyado unos a los otros. Han dividido las cosas entre ellos para que lo mundano sea de los políticos—ahí gobiernan ellos—y tu vida interior pertenece al sacerdote, él es quien rige allí. 
Uno a veces se asombra, parece increíble que en pleno siglo veinte el Papa pueda declarar—como lo hizo hace unos meses—que el comunicarse directamente con Dios es un pecado. Debes hacerlo por el conducto adecuado: el sacerdote, pues si la gente comenzara a dirigirse directamente a Dios—confesarse a Dios, rezarle a Dios—millones de sacerdotes quedarán desempleados. Ellos no hacen nada, su función es engañarte, puesto que tú no conoces el lenguaje de Dios ni eres tan evolucionado, por sólo una donación a su iglesia o templo, ellos hacen el trabajo por ti. 
Todas esas donaciones van a la bolsa de los sacerdotes. No saben nada de Dios, pero son muy conocedores, pueden repetir las escrituras como loros. Pero su íntimo deseo no es de Dios ni de la verdad. No son buscadores, son explotadores. 
Supe que un cura compró dos loros a los que enseñó, con mucho trabajo, hermosos pasajes relativos a Jesucristo. Y todos estaban asombrados, pues hablaban con tanta precisión. Les hizo unos pequeños rosarios para que estuviesen constantemente rezando y también les compró unas pequeñas Biblias... Así que tenían siempre sus Biblias abiertas mientras repasaban las cuentas, aunque no podían leer, pero ya sabían todo de memoria. El cura abría la página decía: “Página doce”. Y ellos empezaban a leer. No que leyeran, repetían de memoria. 
El cura estaba muy satisfecho y pensó que sería bueno tener otro loro para enseñarle a decir sermones completos en vez de recitar la Biblia y pasar las cuentas. Encontró un loro cuyo dueño le aseguró: “Su deseo será satisfecho; este loro es el más inteligente que yo he visto”. 
Pero no se dio cuenta que era un loro hembra, en cuanto fue puesto en la jaula con los otros dos loros que estaban repasando sus cuentas y leyendo la Biblia, ambos miraron a la hembra y uno de ellos dijo: “¡Jorge, suelta el rosario, nuestras plegarias han sido escuchadas!” 
Tus sacerdotes no son más que loros y sus plegarias son para tener poder, prestigio, dinero. Son políticos disfrazados; hacen política en el nombre de Dios, la política de los números. Hay ahora setecientos millones de católicos. Naturalmente el Papa es el hombre religioso más poderoso del mundo. 
Cada religión ha estado incrementando su población por diferentes métodos. A los mahometanos se les permite tener cuatro esposas para así producir cuatro niños al año. Han tenido buen éxito, son la segunda gran religión después del cristianismo. 
La religión organizada es sólo una palabra sin contenido, sin significado; en ella se esconde la política de los números. Y lo sabes perfectamente, cuando las elecciones se acercan, tus políticos van a ver al shankaracharya. Por cinco años nadie va a visitarlo, pero cuando las elecciones vienen, entonces el primer ministro visita al shankaracharya, va en peregrinación hacia los templos arriba y debajo de las montañas Himalayas. ¿Para qué? Repentinamente una gran devoción religiosa surge, la cual declina en cuanto las elecciones terminan. 
Esta gente necesita de los votos, tienen que mostrar respeto a los dirigentes de las religiones. Y un shankaracharya se siente halagado cuando un primer ministro le toca los pies y los hindúes, los seguidores del shankaracharya, piensan que su primer ministro es muy religioso. 
Cuando el Papa viene a la India, incluso el presidente y el primer ministro con todo su gabinete se forman en fila para recibirle en el aeropuerto. ¿Para qué? La tercera gran religión en la India es ahora el cristianismo y mostrar respeto por el Papa significa que todos los votos de los cristianos van a ser para él. 
Religiones organizadas—ya sea el cristianismo o el hinduismo o el islamismo—no son de buscadores de la verdad. En dos mil años, ¿qué verdad ha organizado el cristianismo además de lo ya dicho por Jesús? ¿Así que cuál es la necesidad de esta organización? Esta no ha incrementado la religiosidad en el mundo, simplemente ha repetido lo que dijo Jesús, lo que está a disposición de todos en los libros. En veinticinco siglos, ¿cuántos budistas han ido en busca de la verdad o la han hallado? Son sólo una larga fila de loros repitiendo lo que Gautama Buda encontró. 
Y debes recordar que Buda no fue parte de ninguna religión organizada. Ni tampoco lo fue Mahavira, ni Jesús fue parte de ninguna religión organizada; ellos eran buscadores individuales: ése es el privilegio y la dignidad del individuo. 
Las religiones organizadas han hecho guerras, tal como los políticos lo hacen. Los nombres pueden cambiar: los políticos luchan por el socialismo, el comunismo, el fascismo, el nazismo... y las religiones organizadas han estado luchando por Dios, por el amor, por su propio concepto de lo que es la verdad. Y millones de personas se han matado en encuentros entre cristianos y mahometanos, entre cristianos y judíos, entre mahometanos e hindúes, entre hindúes y budistas. La religión no tiene nada que ver con la guerra, es la búsqueda de la paz. Pero las religiones organizadas no están interesadas en la paz, están interesadas en volverse más y más poderosas y dominantes. 
Condeno a los políticos y de la misma manera condeno a las religiones organizadas, pues éstas no son otra cosa que política. Así que cuando digo que los religiosos deben ser respetados, honrados y que los políticos deben acudir a ellos en demanda de consejo, no estaba hablando de las religiones organizadas: hablaba sólo de individuos religiosos. Y un individuo religioso no es ni hindú, ni cristiano, ni mahometano. ¿Cómo podría serlo? Dios mismo no es ni hindú ni mahometano ni cristiano y el hombre que conoce algo de lo divino se tiñe de los colores de su divinidad, se compenetra de la fragancia divina. 
En el antiguo Oriente, esta gente religiosa fue la más elevada floración, incluso reyes y emperadores acudían a ellos para postrarse a sus pies y recibir su bendición; para pedir consejo sobre los problemas difíciles de resolver. 
Si queremos que el mundo siga viviendo, tenemos que retornar a nuestros antiguos días de infancia, cuando la persona religiosa no tenía intereses privados. Por eso sus ojos estaban limpios, su corazón era puro amor, su ser era en sí una bendición. Quienquiera que llegaba a él, era sanado; sus problemas, resueltos; su visión de los viejos problemas, adquiría una nueva claridad. 
Las religiones organizadas deben desaparecer del mundo; deben dejar caer la máscara de religiosidad. Son simplemente políticos, lobos con piel de oveja; deben descubrirse en sus verdaderos colores; son políticos, no hay nada malo en ello. Siempre han sido políticos, pero han estado jugando en el nombre de la religión. 
Las religiones organizadas no tienen futuro alguno. 
Deben abandonar su disfraz y salir al frente como políticos y ser parte del mundo político, para que así nos dejen encontrar al individuo auténticamente religioso, que es muy raro de encontrar. Pero unos cuantos individuos auténticamente religiosos bastan para conducir al mundo entero hacia la luz, hacia la vida inmortal, hacia la verdad última.

Osho,

¿Qué es la religión? ¿Cuál es tu opinión sobre las religiones organizadas?

La religión es la más alta aspiración de la consciencia humana: es la búsqueda individual de la verdad. 
La verdad interna no puede ser un objetivo del conocimiento común. Cada uno ha de entrar en sí mismo; cada vez es un nuevo descubrimiento. No importa cuánta gente alcance su realización, su despertamiento, en cuanto se alcanza éste es absolutamente nuevo, porque no puede tomarse prestado. 
La búsqueda básicamente consiste en llegar a conocer tu interioridad. Tienes una parte externa, y ninguna parte externa existe sin una interna. La propia existencia de lo externo es prueba de la existencia del mundo interior. 
El mundo interior consiste de tres capas: los pensamientos es la más superficial, sentimientos es más profunda y luego el ser, que es tu divinidad. Conocer la propia divinidad—la propia eternidad—es la búsqueda básica de la religión. 
Todos los sentidos te llevan hacia el exterior: los ojos se abren para mirar lo externo, los oídos oyen lo que sucede en el exterior, tus manos tocan lo que está afuera. Los sentidos son las puertas para salir. Y recuerda siempre: la puerta que te sirve para salir, también te sirve para entrar, la misma puerta por la que sales de tu casa, es por la que entres de regreso. Sólo cambia la dirección: para salir necesitas los ojos abiertos, para entrar necesitas los ojos cerrados; todos tus sentidos en silencio. 
El primer encuentro es con la mente, pero esa no es tu realidad. Aunque esté en tu cerebro, no eres tú; es el reflejo del exterior. 
Todos tus pensamientos son un reflejo del exterior. 
Por ejemplo, un ciego no puede pensar en los colores porque no los ha visto; por lo tanto ese reflejo no es posible. El ciego ni siquiera sabe si hay luz u oscuridad, ambos términos carecen de sentido y si analizaras tus pensamientos encontrarías que todos han sido provocados dentro de ti por la realidad externa, de manera que son básicamente externos, reflejándose en el lago interior de tu consciencia. 
Pero debido a estos pensamientos —que son una multitud inmensa y se siguen acumulando en ti— se crea una muralla china. Tienes que ir más allá de tus pensamientos. Y la religión conoce un solo método —con diferentes nombres, pero un solo método, que es la observación, que es el ser un testigo. Simplemente observa tus pensamientos, sin juzgarlos, sin condenarlos, sin apreciarlos; con extremo desprendimiento. Sólo miras tus pensamientos pasando por la pantalla de tu mente. 
Y en cuanto tu testigo se fortalece, tus pensamientos disminuyen en la misma proporción. Si el observador toma el diez por ciento de tu energía, entonces el noventa por ciento se desperdicia en los pensamientos. Si tu observador se vuelve el noventa por ciento, entonces sólo el diez por ciento se invierte en pensamientos. En el momento en que tú eres cien por ciento un observador, la mente queda vacía. 
Todo este proceso es lo que se conoce como meditación. Al atravesar los pensamientos llegas a la segunda capa, que es la de los sentimientos—tu corazón—que es más sutil. Pero ahora tu observador es ya capaz de observar tus estados de ánimo, tus sentimientos, tus sensaciones; así sean de lo más sutil. Y el mismo método funciona como con los pensamientos: pronto no habrá sentimientos, sensaciones, estados de ánimo... Has ido más allá de la mente y el corazón. Ahora queda un silencio profundo: nada se mueve. Este es tu ser. Esto eres tú. 
El sabor de tu ser es la verdad. 
La belleza de tu ser es la belleza de la existencia. 
El silencio de tu ser es el lenguaje que la existencia entiende. 
Y recogido en tu ser, has llegado a casa, tu peregrinaje se ha terminado; tu lucha ha cesado. Cómodamente te sientas en silencio dentro de tu ser. 
Un gran esplendor oculto se te revela porque no estás separado de la realidad: eres uno con ella. 
Los árboles, la luna, las estrellas y las montañas, todo es parte de una unidad orgánica. Tú eres también parte de esa unidad orgánica: eres parte de Dios. 
La religión es el supremo logro del hombre. 
Más allá de la religión no hay nada, pero tampoco hay necesidad. Tu ser es tan abundante, tan rebosante de felicidad, silencio, paz, comprensión, éxtasis, que por primera vez la vida se vuelve realmente un canto, una danza, una celebración. Pero la religión organizada es algo totalmente distinto, así que siento que debo aclararte que la religión auténtica es siempre individual. Al momento en que la verdad se organiza, muere; se vuelve una doctrina, una teología, una filosofía; pero deja de ser una experiencia. La multitud no puede tener experiencias, las experiencias suceden sólo a los individuos por separado. 
Es casi como el amor. No se pueden tener organizaciones de amor, para así no tener que preocuparse, la organización se encargará de todo; el sacerdote amará en tu lugar. Y eso es lo que le ha sucedido a la religión. Cada vez que un hombre descubre la verdad, inmediatamente una parte de la Humanidad—la más astuta: los sacerdotes—la rodea. Empiezan a recopilar sus palabras; empiezan a interpretarla y empiezan a proclamar que si hay gente quiere saber la verdad, tiene que ser por su conducto; ellos son los intermediarios de Dios. Pueden llamarse a sí mismos profetas; pueden llamarse mensajeros; pueden escoger cualquier nombre; pero la realidad es que se han colocado a sí mismos como agentes de Dios. No conocen a Dios, pero en nombre de Dios explotan a la Humanidad. 
La religión organizada es otra forma de la política. Así como he condenado a la política como la más baja de las actividades humanas, lo mismo hago con las religiones organizadas. Tú puedes verlo: los sacerdotes y los políticos han estado siempre en conspiración contra la Humanidad. Se han apoyado unos a los otros. Han dividido las cosas entre ellos para que lo mundano sea de los políticos—ahí gobiernan ellos—y tu vida interior pertenece al sacerdote, él es quien rige allí. 
Uno a veces se asombra, parece increíble que en pleno siglo veinte el Papa pueda declarar—como lo hizo hace unos meses—que el comunicarse directamente con Dios es un pecado. Debes hacerlo por el conducto adecuado: el sacerdote, pues si la gente comenzara a dirigirse directamente a Dios—confesarse a Dios, rezarle a Dios—millones de sacerdotes quedarán desempleados. Ellos no hacen nada, su función es engañarte, puesto que tú no conoces el lenguaje de Dios ni eres tan evolucionado, por sólo una donación a su iglesia o templo, ellos hacen el trabajo por ti. 
Todas esas donaciones van a la bolsa de los sacerdotes. No saben nada de Dios, pero son muy conocedores, pueden repetir las escrituras como loros. Pero su íntimo deseo no es de Dios ni de la verdad. No son buscadores, son explotadores. 
Supe que un cura compró dos loros a los que enseñó, con mucho trabajo, hermosos pasajes relativos a Jesucristo. Y todos estaban asombrados, pues hablaban con tanta precisión. Les hizo unos pequeños rosarios para que estuviesen constantemente rezando y también les compró unas pequeñas Biblias... Así que tenían siempre sus Biblias abiertas mientras repasaban las cuentas, aunque no podían leer, pero ya sabían todo de memoria. El cura abría la página decía: “Página doce”. Y ellos empezaban a leer. No que leyeran, repetían de memoria. 
El cura estaba muy satisfecho y pensó que sería bueno tener otro loro para enseñarle a decir sermones completos en vez de recitar la Biblia y pasar las cuentas. Encontró un loro cuyo dueño le aseguró: “Su deseo será satisfecho; este loro es el más inteligente que yo he visto”. 
Pero no se dio cuenta que era un loro hembra, en cuanto fue puesto en la jaula con los otros dos loros que estaban repasando sus cuentas y leyendo la Biblia, ambos miraron a la hembra y uno de ellos dijo: “¡Jorge, suelta el rosario, nuestras plegarias han sido escuchadas!” 
Tus sacerdotes no son más que loros y sus plegarias son para tener poder, prestigio, dinero. Son políticos disfrazados; hacen política en el nombre de Dios, la política de los números. Hay ahora setecientos millones de católicos. Naturalmente el Papa es el hombre religioso más poderoso del mundo. 
Cada religión ha estado incrementando su población por diferentes métodos. A los mahometanos se les permite tener cuatro esposas para así producir cuatro niños al año. Han tenido buen éxito, son la segunda gran religión después del cristianismo. 
La religión organizada es sólo una palabra sin contenido, sin significado; en ella se esconde la política de los números. Y lo sabes perfectamente, cuando las elecciones se acercan, tus políticos van a ver al shankaracharya. Por cinco años nadie va a visitarlo, pero cuando las elecciones vienen, entonces el primer ministro visita al shankaracharya, va en peregrinación hacia los templos arriba y debajo de las montañas Himalayas. ¿Para qué? Repentinamente una gran devoción religiosa surge, la cual declina en cuanto las elecciones terminan. 
Esta gente necesita de los votos, tienen que mostrar respeto a los dirigentes de las religiones. Y un shankaracharya se siente halagado cuando un primer ministro le toca los pies y los hindúes, los seguidores del shankaracharya, piensan que su primer ministro es muy religioso. 
Cuando el Papa viene a la India, incluso el presidente y el primer ministro con todo su gabinete se forman en fila para recibirle en el aeropuerto. ¿Para qué? La tercera gran religión en la India es ahora el cristianismo y mostrar respeto por el Papa significa que todos los votos de los cristianos van a ser para él. 
Religiones organizadas—ya sea el cristianismo o el hinduismo o el islamismo—no son de buscadores de la verdad. En dos mil años, ¿qué verdad ha organizado el cristianismo además de lo ya dicho por Jesús? ¿Así que cuál es la necesidad de esta organización? Esta no ha incrementado la religiosidad en el mundo, simplemente ha repetido lo que dijo Jesús, lo que está a disposición de todos en los libros. En veinticinco siglos, ¿cuántos budistas han ido en busca de la verdad o la han hallado? Son sólo una larga fila de loros repitiendo lo que Gautama Buda encontró. 
Y debes recordar que Buda no fue parte de ninguna religión organizada. Ni tampoco lo fue Mahavira, ni Jesús fue parte de ninguna religión organizada; ellos eran buscadores individuales: ése es el privilegio y la dignidad del individuo. 
Las religiones organizadas han hecho guerras, tal como los políticos lo hacen. Los nombres pueden cambiar: los políticos luchan por el socialismo, el comunismo, el fascismo, el nazismo... y las religiones organizadas han estado luchando por Dios, por el amor, por su propio concepto de lo que es la verdad. Y millones de personas se han matado en encuentros entre cristianos y mahometanos, entre cristianos y judíos, entre mahometanos e hindúes, entre hindúes y budistas. La religión no tiene nada que ver con la guerra, es la búsqueda de la paz. Pero las religiones organizadas no están interesadas en la paz, están interesadas en volverse más y más poderosas y dominantes. 
Condeno a los políticos y de la misma manera condeno a las religiones organizadas, pues éstas no son otra cosa que política. Así que cuando digo que los religiosos deben ser respetados, honrados y que los políticos deben acudir a ellos en demanda de consejo, no estaba hablando de las religiones organizadas: hablaba sólo de individuos religiosos. Y un individuo religioso no es ni hindú, ni cristiano, ni mahometano. ¿Cómo podría serlo? Dios mismo no es ni hindú ni mahometano ni cristiano y el hombre que conoce algo de lo divino se tiñe de los colores de su divinidad, se compenetra de la fragancia divina. 
En el antiguo Oriente, esta gente religiosa fue la más elevada floración, incluso reyes y emperadores acudían a ellos para postrarse a sus pies y recibir su bendición; para pedir consejo sobre los problemas difíciles de resolver. 
Si queremos que el mundo siga viviendo, tenemos que retornar a nuestros antiguos días de infancia, cuando la persona religiosa no tenía intereses privados. Por eso sus ojos estaban limpios, su corazón era puro amor, su ser era en sí una bendición. Quienquiera que llegaba a él, era sanado; sus problemas, resueltos; su visión de los viejos problemas, adquiría una nueva claridad. 
Las religiones organizadas deben desaparecer del mundo; deben dejar caer la máscara de religiosidad. Son simplemente políticos, lobos con piel de oveja; deben descubrirse en sus verdaderos colores; son políticos, no hay nada malo en ello. Siempre han sido políticos, pero han estado jugando en el nombre de la religión. 
Las religiones organizadas no tienen futuro alguno. 
Deben abandonar su disfraz y salir al frente como políticos y ser parte del mundo político, para que así nos dejen encontrar al individuo auténticamente religioso, que es muy raro de encontrar. Pero unos cuantos individuos auténticamente religiosos bastan para conducir al mundo entero hacia la luz, hacia la vida inmortal, hacia la verdad última. 



LOS MANDAMIENTOS Y LA MEDITACION EN LA ROSA :

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE OSHO

 No obedezcas ningún mandato a no ser que sea un mandato desde tu interior. 
 No hay otro Dios que la vida misma. 
 La verdad está dentro tuyo. No la busques en otra parte. 
 El amor es una plegaria. 
 El vacío es la puerta abierta hacia la verdad. El vacío es el medio, el destino el logro. 
 La vida es aquí y ahora. 
 Vive, totalmente despierto. 
 No nades, flota. 
 Muere a cada instante para que puedas nacer de nuevo a cada instante. 
 No busques, aquello que es, es; párate y mira.

La meditación de la Rosa Mística

"El símbolo de la Rosa Mística es que si un hombre cuida de la semilla con la que nace, si le da el suelo apropiado, si le da la atmósfera y vibraciones apropiadas, si va por el camino correcto, donde la semilla pueda comenzar a crecer, entonces el crecimiento supremo se simboliza como una rosa mística; cuando tu ser florece, abre todos sus pétalos y libera su bella fragancia." 
El 21 de abril de 1988, Osho introdujo una nueva terapia meditativa llamada "La meditación de la Rosa Mística". La meditación es así: una semana de risas por tres horas al día, una semana de llanto por tres horas al día y una semana de presenciar por tres horas al día. Desde entonces miles de personas han participado en la Meditación de la Rosa Mística en la Columna de Osho en Poona, India, y en los centros de meditación de Osho alrededor del mundo. 
Estudios científicos realizados durante y después de los veintiún días del ciclo de meditación, revelan que los participantes experimentan cambios profundos y permanentes en varias dimensiones de sus vidas. Éstos incluyen una relajación interna más profunda, mejoran en una amplia variedad los cuadros psicosomáticos, y una mayor habilidad para sentir y expresar las emociones en la vida diaria, y al mismo tiempo estar desidentificados de ellas, llegando a ser testigos de sus propias experiencias. 
Para aquellos que quieran ir más profundamente, he creado una terapia meditativa. La primera parte va a ser risa, por tres horas la gente se ríe sin ningún motivo, y cada vez que la risa comienza a disminuir, otra vez dicen "¡Yaa-Jú!" y regresará. Excavando por tres horas, te sorprenderás de cuántas capas de polvo se han acumulado sobre tu ser. Las cortarás como con una espada, de un solo golpe. Por siete días, continuamente, tres horas cada día... no te puedes imaginar cuánta transformación puede llegar a tu ser.

Y a continuación la segunda parte son lágrimas. La primera parte impide todo lo que impide tu risa, todas tus inhibiciones desde la antigua humanidad, todas las represiones, las extirpa. Trae una nueva dimensión dentro de ti. Pero aún tienes que ir unos cuantos pasos más para alcanzar el templo de tu ser, porque has reprimido tanta tristeza, tanta desesperanza, tanta ansiedad, tantas lágrimas, todo eso está ahí dentro, cubriéndote a ti y destruyendo tu belleza, tu gracia y tu dicha. 
En la antigua Mongolia tenían la idea de que en cada vida, todo dolor era reprimido... y el dolor es reprimido, porque nadie lo quiere. Tú no quieres estar dolorido, así que lo reprimes, lo evitas, miras a alguna otra parte y ello permanece. Y la idea de los mongoles era, y yo estoy de acuerdo con ella, que vida tras vida continúa acumulándose dentro de ti, se convierte casi en una dura costra de dolor. Si vas hacia adentro encontrarás ambas, risa y llanto. Por eso es que a veces sucede que riéndote, repentinamente, las lágrimas comienzan a fluir al mismo tiempo. Confunde mucho, porque normalmente pensamos que son opuestas. Cuando estás lleno de lágrimas no es tiempo de reír, o cuando te estás riendo no es la estación apropiada para las lágrimas. Pero la existencia no cree en tus conceptos e ideologías; la existencia trasciende todos tus conceptos, que son dualistas, que están basados en la dualidad. Día y noche, risas y lágrimas, dolor y bienaventuranza, ambos llegan juntos. 
Cuando un hombre alcanza su ser más profundo, descubrirá que la primera capa es de risas, y la segunda es de agonía, de lágrimas.

Así que por siete días permítete llorar, derramar lágrimas sin ningún motivo, simplemente que las lágrimas están listas a salir. Tú las estás impidiendo, sencillamente no las impidas, y cada vez que sientas que no salen, di sólo "¡Yaa-Bú!". Éstos son los sonidos puros, usados como una técnica para sacar toda tu risa y todas tus lágrimas y limpiarte completamente, para que puedas llegar a ser inocente como un niño. 
Finalmente, la tercera parte es ser un testigo, el observador en la cima. Finalmente, después de la risa y las lágrimas, sólo hay un testigo silencioso. El ser testigo por sí solo, es automáticamente represivo. El llanto se detiene cuando eres testigo, se duerme. Esta meditación se deshace de la risa y las lágrimas de antemano, así que no hay nada que reprimir cuando está el testigo. Entonces al ser testigo, simplemente se abre un cielo limpio. Así que por siete días experimentas simplemente una claridad. 
Esta es absolutamente mi meditación.

Te sorprenderás que ninguna meditación te pueda dar tanto como esta pequeña estrategia. Ésta es mi experiencia de muchas meditaciones, que lo que se tiene que hacer es romper dos capas en ti. Tu risa ha sido reprimida; se te ha dicho: "No te rías, es un asunto serio". No se te permite reírte en una iglesia, o en una clase universitaria... 
Así que la primera capa es de risa, pero una vez que la risa termina, repentinamente te sentirás inundado de lágrimas, de agonía. Pero ése también será un gran fenómeno de descarga. Muchas vidas de dolor y sufrimiento desaparecerían. Si te puedes deshacer de esas dos capas, te has encontrado a ti mismo. 
No hay significado en las palabras "Yaa-Bú" y "Yaa-Jú". Simplemente son técnicas, sonidos que pueden ser usados para cierto propósito, para entrar en tu propio ser. 
He inventado muchas meditaciones, pero tal vez ésta sea la más esencial y fundamental. Puede posesionarse de todo el mundo... 
Toda la sociedad ha hecho tanto daño al impedirte todas tus alegrías y todas tus lágrimas. Si un hombre de edad comienza a llorar, tú dirás: "¡Qué estás haciendo!, deberías avergonzarte, no eres un niño, que alguien te quitó un plátano y te has puesto a llorar. Toma otro plátano pero no llores". 
Simplemente mira, ponte de pie en la calle y empieza a llorar, y la muchedumbre se congregará a consolarte: "¡No llores! Lo que haya sucedido, olvídalo, ya sucedió". Nadie sabe lo que ha sucedido, nadie te puede ayudar, pero todo el mundo tratará. "¡No llores!". Y la razón es que si tú continúas llorando, entonces ellos comenzarán a llorar, porque ellos también están inundados de lágrimas y esas lágrimas están muy cercanas a los ojos... 
Y es saludable llorar, reír. Ahora los científicos están descubriendo que el llanto y la risa son inmensamente saludables, no sólo físicamente, sino también psicológicamente. Son muy capaces de mantenerte sano. Toda la humanidad está un poco loca, por la sencilla razón que nadie se ríe completamente, porque en todas partes hay gente que dirá: "¡Qué estás haciendo! ¿Eres un niño? ¿A esa edad? ¿Qué pensarán tus niños? ¡Quédate tranquilo!". 
Si lloras y derramas lágrimas sin ninguna razón, sólo como un ejercicio, como una meditación... nadie lo creerá. Las lágrimas nunca han sido aceptadas como una meditación. Y te digo, no son sólo una meditación, son también una medicina. Tendrás mejor visión y tendrás también mejor visión interna.

Te estoy dando una técnica muy fundamental, fresca y sin uso. Y va a extenderse por todo el mundo, sin ninguna duda, porque sus efectos le mostrarán a cualquiera que la persona ha rejuvenecido, que se ha hecho más amorosa, que tiene más gracia; se ha hecho más flexible, menos fanática. La persona se ha hecho más alegre, con más celebración. 
Todo lo que este mundo necesita es una buena limpieza del corazón, de todas las inhibiciones del pasado. Y la risa y las lágrimas pueden hacer ambas. Las lágrimas te sacarán toda la agonía que está escondida dentro de ti, y la risa te sacará todo lo que impide tu éxtasis. Una vez que hayas aprendido el arte, te asombrarás inmensamente. ¿Por qué esto no ha sido dicho hasta ahora? Hay alguna razón: nadie ha querido que la humanidad tenga la frescura de una rosa, ni su fragancia, ni su belleza. 
He llamado a esta serie de charlas "La Rosa Mística". "¡Yaa-Jú!" es el mantra para traer la Rosa Mística a tu mismo centro, para abrir tu centro y liberar tu fragancia, y la Rosa Mística es la realización de tu ser interno. 
"¡Yaa-Jú!" Un sonido de celebración

Ninguna palabra tiene significado por sí misma. Los significados son dados, son arbitrarios; de otro modo cada palabra es sólo un sonido sin sentido. Pero podemos darle significado a cualquier sonido, y el sonido se convierte en una palabra cuando le damos un significado. A veces el significado es muy importante y a veces no; la mayor parte del tiempo no es importante, es arbitrario, útil, pero no existencial. Por lo tanto, los lenguajes no consisten en palabras existenciales. Por ejemplo, "Om" no tiene significado, o es parte de ningún alfabeto, pero tiene un propósito existencial: provoca en ti el sonido de lo eterno... Es algo similar al sonido de la misma existencia, no exactamente lo mismo, un eco lejano, pero de todas maneras representativo. 
Del mismo modo es la palabra "¡Yaa-Jú!". Ju es una antigua práctica de los sufís. Ellos han descubierto que en vez de repetir el mantra "Allah", repitiendo "Allah-Jú" te ayuda a ir más profundo dentro de ti. Y alguien encontró en el camino que ni siquiera hay necesidad de decir "Allah-Jú", sólo el Jú cumple el propósito, porque este sonido golpea dentro de tu ser. Solo repitiendo "Jú" una y otra vez te sorprenderás, has dejado tu mente muy lejos, tus pensamientos han cesado, el tiempo ha desaparecido y has entrado en un espacio que es tuyo, pero del cual nunca has estado consciente. He unido al "Jú" con el "Yaa" porque es mi sentir que "Jú" ciertamente funciona, pero es serio. Te centra, pero en tu centro no hay risa, no hay danza. Ciertamente el botón florece, pero no hay fragancia. El sonido "Yaa" hace el trabajo, hace a la palabra "Jú" completa y total. "¡Yaa-Jú!" no sólo golpea tu centro, tu mismo ser, sino que también trae un tremendo sentimiento de alegría, una risa, una danza; es celebración. 
Simplemente repitiendo "¡Yaa-Jú!" te sorprenderás, no te vas volviendo triste y serio, como los sanos están supuestos a ser, sino que una dimensión totalmente nueva comienza a abrirse: el santo reilón, el dios saltarín. "¡Yaa-Jú!" es sólo una expresión representativa de un ser que ríe y danza.

Instrucciones

Esta meditación es en tres partes, con una duración de 21 días; puede ser hecha también solo.

1) Instrucciones para la risa

"La risa auténtica no tiene un motivo. Simplemente surge en ti como una flor florece en un árbol. No tiene motivo, no hay explicación racional. Es tan misteriosa, de ahí el símbolo de la Rosa Mística". 
Por siete días comienza gritando "¡Yaa-Jú!" unas cuantas veces, luego simplemente ríe sin ningún motivo por 45 minutos. Puedes sentarte o echarte; algunas personas sienten que echándose de espaldas, las ayuda a relajar los músculos del estómago y permite que la energía se mueva más fácilmente. El énfasis es en encontrar tu risa interna, risa sin ningún motivo, así que tus ojos están generalmente cerrados; sin embargo algún contacto visual con tus amigos para desencadenar la risa también está bien. 
Deja que tu cuerpo se balancee en una manera risueña y juguetona, con la inocencia del niño dentro de ti y permítete a ti mismo reírte con totalidad. Por momentos puedes encontrarte con bloqueos que han estado ahí por siglos, impidiendo tu risa. Cuando suceda esto, grita "¡Yaa-Jú!" o emite sonidos sin sentido hasta que la risa comience de nuevo. 
Al final de la etapa de risa, siéntate perfectamente quieto, con los ojos cerrados, por unos cuantos minutos. El cuerpo está congelado como una estatua, acumulando toda la energía dentro. Entonces relaja el cuerpo completamente y permítete caer sin ningún esfuerzo ni control, y cuando te sientas listo, siéntate otra vez y hazlo en silencio, observando por quince minutos.

2) Instrucciones para el llanto

Para la segunda semana, comienza diciendo: "¡Yaa-Bú!" suavemente unas cuantas veces, luego simplemente permítete a ti mismo llorar por 45 minutos. Puede ser que prefieras tener la habitación ligeramente a oscuras, para ayudarte a entrar en tu tristeza; puedes sentarte o echarte. Cierra los ojos y entra profundamente en todos los sentimientos que te hacen llorar. 
Permítete llorar en forma realmente profunda, limpiando y descargando el corazón. Siente que la represa de todas tus heridas y sentimientos reprimidos está rompiéndose, deja que tus lágrimas te inunden. Si te sientes bloqueado o con sueño después de llorar un rato haz sonidos sin sentido. Balancea un poco el cuerpo hacia atrás y adelante o di "¡Yaa-Bú!" de nuevo por unas cuantas veces; las lágrimas están ahí, sólo no las impidas. 
Al término de la etapa del llanto cada día, siéntate perfectamente quieto por unos cuantos momentos y luego relaja el cuerpo completamente y permítete caer sin ningún esfuerzo ni control, y cuando te sientas listo, siéntate otra vez y hazlo en silencio, observando por quince minutos. 
Durante esta semana del llanto, debes estar abierto a cualquier situación que pueda traer lágrimas; permítete estar vulnerable.

3) Instrucciones para el Observador de la cima

Para la tercera semana, siéntate en silencio por cualquier período de tiempo que te sea cómodo y luego baila con música que toque el corazón. Puedes sentarte en el piso o usar una silla; tu cabeza y espalda deben estar tan derechas como sea posible, tus ojos cerrados y tu respiración natural. 
Relájate, sé consciente, conviértete en el observador en la cima de una colina que simplemente observa lo que le suceda. Meditación es el proceso de observar, lo que estés observando no es importante. Recuerda no identificarte o extraviarte con cualquier cosa que suceda: pensamientos, sensaciones corporales, sentimientos, juicios. 
Luego de sentarte, pon alguna música suave de tu preferencia y baila; permite que el cuerpo encuentre su propio movimiento y prosigue observando mientras te estás moviendo, no te pierdas en la música. 
4) Algunos consejos 
 Durante el período de 21 días es preferible no realizar otras meditaciones o sesiones catárticas. 
 Si estás haciendo la meditación Rosa Mística con amigos, no habléis unos con otros durante la meditación. 
 Mucha gente se encuentra en un nivel de ira durante la semana de risa o la semana de llanto; no hay necesidad de quedarse estancado ahí. Deja que se exprese haciendo sonidos sin sentido y movimientos corporales y después vuelve a la risa o el llanto. 
 ¡Celebra tu risa! ¡Celebra tu llanto! ¡Celebra tus momentos de observación silenciosa! 
enviado por Tabdar

El amor no tiene nada que ver con otra persona, es tu estado de ser. 
Amor no es una relación. 
Una relación es posible pero el amor no esta confinado en ella, esta más allá de esta. 
Es más que eso. 
El hombre se vuelve maduro en el momento que el comienza a ser cariñoso en vez de necesitar.. 
El comienza a rebosar, el comienza a dar, y cuando dos personas maduras están enamoradas, una de las más grandes paradojas de la vida sucede. 
Uno de los fenómenos más maravillosos.... 
Ellos están juntos y a la misma vez tremendamente solos. 
Ellos son casi uno, pero su unidad no destruye la individualidad de cada uno. 
OSHO.

Osho- Zen

No desperdicies tu vida, tu energía vital en esfuerzos por mantener la máquina enorme y ridícula de autoimportancia y productividad.

No te olvides de descansar por  mantenerlo "todo en marcha" y "buscando que todo marche adecuadamente".

Permítete ser juguetón .

No Abandonas tu deber por dar un paseo en la playa. 
No seas adicto al trabajo ni establezcas rutinas "seguras" que te mantengan alejado de lo caótico y espontáneo.

La vida no es un negocio para ser dirigido, es un misterio para ser vivido.

Permítete romper la tarjeta de los horarios, y hacer un pequeño viaje hacia lo desconocido.

Busca una salida curativa para esa explosión potencial que tienes en tu interior, permíte circular libremente a tu energía.

Tu trabajo puede fluir más apropiadamente si lo haces desde un estado relajado de la mente.

Cuando te sientas abandonado o excluido, no te comportes como un niño pequeño que parado frente a una reja sólo mira a través de ella. Porque es 
tan pequeño y está tan convencido de que no puede pasar, que es incapaz de ver que la cadena que aguanta la reja no está cerrada, y todo lo que tiene 
que hacer es abrirla.

Cuando nos sentimos abandonados o excluidos, esto nos trae el sentimiento de ser un niño pequeño y desamparado y el problema consiste en que está tan 
profundamente arraigado, que suena una y otra vez, como una cinta de cassette en nuestras vidas.

Tú tienes ahora la oportunidad de detener la cinta, de dejar las ideas de que no vales lo suficiente para ser aceptado e incluido. Sólo tienes que reconocer las raíces de estos sentimientos y abandonalos.

Esto te traerá claridad para ver cómo podrías abrir la puerta y entrar hacia aquello que más deseas llegar a ser. 
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  Misterios y Milagros

El hombre es un misterio, la mujer es un misterio, todo lo que existe es un 
misterio, y todos nuestros esfuerzos para comprenderlo van a fracasar.

"Recuerdo a un hombre que estaba comprando un regalo para su hijo en una 
tienda de juguetes por Navidad. Era un conocido matemático, así que, 
naturalmene, el dependiente le trajo un rompecabezas. El matemático trató de 
resolverlo... Era un bello rompecabezas. Lo intentó y lo intentó, y empezó a 
sudar. La situación se estaba volviendo incómoda. Los clientes y los 
vendedores y el dependiente estaban mirando, y él no lograba resolver el 
rompecabezas. Finalmente, abandonó la idea y gritó al dependiente: Soy 
matemático, y ni siquiera yo puedo resolver el rompecabezas, ¿cómo cree que 
va a poder mi hijo pequeño? 
El dependiente dijo: Usted no comprende. Está hecho de tal manera que nadie 
puede resolverlo, matemático o no matemático. 
El matematico dijo: Pero, ¿por qué lo han hecho así? 
El dependiente dijo: Está hecho de esa forma para que el muchacho empiece a 
comprender desde el principio que la vida no se puede resolver, no se puede 
comprender.

Puedes vivirla, puedes regocijarte en ella, puedes hacerte uno con el 
misterio, pero la idea de comprender como observador no es posible en 
absoluto.

La clave de la felicidad: puedes hablar del amor y de ternura y de pasión, 
pero el verdadero éxtasis es descubrir que no has perdido las llaves después 
de todo.

Todo es misterioso: es mejor disfrutarlo en vez de tratar de comprenderlo. 
Al final, el hombre que sigue tratando de comprender la vida resulta ser un 
tonto, y el hombre que disfruta la vida se vuelve sabio y sigue disfrutando 
la vida, porque se hace más y más conciente del misterio que nos rodea.

El mayor entendimiento es saber que no se puede comprender nada, que todo es 
misterioso y milagroso. 
Para mi, ese es el inicio de la religión en tu vida.

Osho



SOBRE EL EGO :

 Ego 
  
 

Ego 
  
 

La mujer y el cruce del río

El ego es un fenómeno social; es la sociedad, no eres tú. Pero te da una función en sociedad, un lugar en la jerarquía social. Y si te quedas satisfecho con él, perderás la oportunidad de encontrar tu verdadero ser. ¿Te has dado cuenta alguna vez de que a través del ego entran en ti todo tipo de desgracias? No puede hacerte dichoso; sólo puede hacerte desgraciado. El ego es el infierno. Cuando sufras, trata de observar y analizar, y descubrirás que de algún modo el ego es la causa del sufrimiento.

Dos monjes budistas están volviendo al monasterio y llegan a la orilla de un río. La corriente es muy fuerte, es un lugar montañoso. Una muchacha joven y muy hermosa está esperando allí a que alguien le ayude a cruzar. Teme entrar en el río sola.

Uno de los monjes, que es el mayor de los dos, por supuesto... como tiene más edad camina por delante: un juego del ego. Si eres mayor, tienes que caminar por delante; los monjes más jóvenes tienen que caminar un poco más atrás. El monje más anciano va el primero. La joven le pregunta: —¿Me ayudaría? Bastaría con que me diese la mano. Me da miedo, la corriente es muy fuerte y el río tal vez sea profundo.

El anciano cierra los ojos; esto es lo que Buda había dicho a sus monjes, que si veían una mujer, en especial si es hermosa, debían cerrar los ojos. Es algo que me sorprende: ya la has visto y después cierras los ojos; si no la hubieses visto, ¿cómo sabrías que es mujer y que es hermosa? Ya te ha afectado, ¡y entonces cierras los ojos! Por tanto, el monje cierra los ojos y entra en el río sin responder a la mujer. 
Entonces llega el segundo monje, el más joven. La muchacha tiene miedo, pero no puede hacer otra cosa: el sol está a punto de ocultarse, pronto se hará de noche. Por tanto, le pide al monje: —¿Me darías la mano para ayudarme a cruzar, por favor? El río parece profundo y la corriente es muy fuerte... tengo miedo. 
El monje dice: —Es profundo, lo sé, no basta con que te coja de la mano; siéntate sobre mis hombros y te llevaré al otro lado.

Cuando están llegando al monasterio, el monje más anciano pregunta al joven: —Escucha, compañero, has cometido un pecado y voy a informar de que no sólo tocaste a una mujer y hablaste con ella, ¡sino que la llevaste a hombros! Debes ser expulsado de la comunidad; no mereces ser un monje 
El joven simplemente se rió y dijo: —Parece que yo dejé a la muchacha en el suelo hace tres kilómetros y tú sigues llevándola a hombros. Hemos recorrido tres kilómetros y sigues preocupado por el incidente. 
Ahora bien, ¿qué está ocurriendo con este viejo monje? La muchacha era preciosa; ha perdido la oportunidad. Está enfadado, celoso. Está lleno de sexualidad, está hecho un verdadero lío. El joven está completamente limpio. Cruzó el río con la muchacha y la dejó en la otra orilla, y eso es todo, la cosa acabó allí mismo. 
Nunca luches con la avaricia, el ego, la ira, los celos, el odio; no puedes matarlos, no puedes aplastarlos, no puedes luchar con ellos. Lo único que puedes hacer es tomar conciencia de ellos y, en el momento en que tomas conciencia, desaparecen. Ante la luz, la oscuridad simplemente desaparece.



 LOS 3 ESENCIALES :

LOS  TRES  ESENCIALES

La meditación tiene algunas cosas esenciales. Cualquiera sea el método, son necesarias. El primer punto es un estado relajado: no pelear con la mente, no controlar la mente, no concentrarse. Segundo, presenciá lo que pase a tu alrededor con una conciencia relajada, sin ninguna interferencia -solamente mirando la mente, silenciosamente, sin ningún juicio, sin evaluación. 
Estas son las tres cosas: relajación, observación, no juicio, y de a poco, desciende sobre vos un gran silencio;  para todo el movimiento adentro tuyo. Sos, pero no está el sentimiento de “Yo soy” -solamente hay espacio puro. 
Hay ciento doce métodos de meditación; hablé sobre cada uno de ellos. En lo único que se diferencian es en su constitución, porque en lo esencial son lo mismo: relajación, observación y una actitud de no juzgar.

SÉ  JUGUETON

Millones de personas se pierden la posibilidad de meditar porque la meditación fue tomando una connotación errada. Parece demasiado seria, demasiado triste, que tiene algo de iglesia; pareciera como si fuera solamente para gente muerta, o casi muerta -lúgubres, serios, de caras largas, que perdieron festividad, diversión, alegría, celebración… 
Las cualidades de la persona meditativa son: ser juguetón, tomar la vida como leela, un juego, como una diversión; gozarla tremendamente; no ser serio; estar relajado.

TENÉ PACIENCIA

No te apures. Muchas veces el apuro causa retraso. Mientras lo anhelás, esperá pacientemente. Cuanto más profunda es la espera, más rápido llega. 
Ya sembraste la semilla, ahora sentáte en la sombra y observá lo que pasa: la semilla se va a romper; va a florecer, pero no podés acelerar el proceso; ¿acaso no se necesita tiempo para todo? El trabajo tenés que hacerlo, pero dejále los resultados a Dios. En la vida jamás se pierde nada, en especial los pasos hacia la verdad. 
Pero a veces viene la impaciencia: viene con la sed, pero es un obstáculo. Quedate con la sed y dejá la impaciencia. No confundas el anhelo con la impaciencia. Con el anhelo hay añoranza, pero no hay lucha; con la impaciencia hay lucha inquieta. 
A la verdad no se la puede asaltar; se la consigue con la entrega, no con la lucha. Se la conquista con la rendición total.

NO BUSQUES RESULTADOS

El ego está orientado a los resultados, la mente siempre busca resultados; la mente jamás se interesa en el acto en sí, su interés está en el resultado: 
“¿y qué gano con eso?” 
Si la mente se las puede ingeniar para ganar algo sin ninguna acción, entonces va a elegir el camino más corto. 
Por eso la gente educada se vuelve muy astuta, porque son capaces de encontrar el camino más corto. Si ganás plata por un medio legal, va a llevarte toda tu vida; pero si podés ganar plata con el contrabando, con el juego o con alguna otra cosa -llegando a ser un líder político, un primer ministro, un presidente- , entonces tenés a tu alcance todos los caminos más cortos. La persona educada se vuelve astuta; no se vuelve sabia; solamente se vuelve astuta. Se vuelve tan astuta que quiere tenerlo todo, sin tener que hacer nada. 
La meditación le sucede solamente a quienes no están orientados a los resultados. La meditación es un estado de no estar orientado a ninguna meta.

DISFRUTA LA INCONSCIENCIA

Mientras estés conciente, disfrutá tu conciencia, y mientras estás inconsciente disfrutá tu inconsciencia. no tiene nada de malo, porque la inconsciencia es como un descanso, si no el estar conciente se convertiría en una tensión. Si estás despierto veinticuatro horas, ¿cuántos días creés que podés sobrevivir? Sin comida un hombre puede vivir tres meses; sin dormir, en tres semanas se va a volver loco y se va a querer suicidar…Durante el día estás alerta, durante la noche te relajás, y esa relajación te ayuda para que durante el día estés más alerta, fresco otra vez. Las energías pasaron por un período de descanso, entonces en la mañana están más vivas de nuevo. 
Lo mismo pasa con la meditación: por unos momentos estás perfectamente conciente, en la cúspide, y por unos momentos estás en el valle, descansando. La conciencia desapareció, te olvidaste; pero, ¿qué hay de errado en eso? 
Es simple: por medio de la inconsciencia, va a surgir la conciencia otra vez, fresca y joven. Y esto va a continuar. Si podés disfrutar de las dos, vas a llegar a ser el tercero y este es el punto que hay que entender; si podés disfrutar de ambas, quiere decir que no sos ninguna de las dos -ni conciencia, ni inconsciencia- sos el que puede disfrutar de ambas; te penetró algo del más allá. 
De hecho, este es el verdadero espectador. La felicidad la disfrutás, ¿qué hay de malo en eso? Cuando la felicidad se fue y  te pusiste triste, ¿qué tiene de malo la tristeza? Disfrutála. Una vez que seas capaz de disfrutar la tristeza, entonces no sos ninguna de las dos cosas. 
Y te digo esto: si disfrutás la tristeza, va a tener su propia belleza. La felicidad es un poco hueca, se queda en la superficie. La tristeza es como una noche oscura, muy profunda. La oscuridad tiene su propio silencio y la tristeza también. La felicidad es burbujeante, tiene un sonido, es como un río en las montañas;  se crea el sonido. Pero en las montañas un río nunca puede ser muy profundo; siempre es hueco. Cuando llega a la planicie, llega a ser profundo, pero ya no hay sonido.Avanza como sin moverse. La tristeza tiene su profundidad. 
¿Por qué crear problemas? mientras estés feliz, estáte feliz, disfrutalo. No te identifiques con la felicidad; cuando digo que seas feliz, quiero decir que lo disfrutes. Dejá que sea como el clima, que pase y cambie. El amanecer se convierte en día, el día en atardecer y después viene la noche. Dejá que la felicidad sea el clima alrededor tuyo. Disfrutala, y cuando venga la tristeza, disfrutala también. Te estoy enseñando a gozar en cualquier caso. Sentáte en silencio y disfrutá la tristeza, y de repente, la tristeza ya no es más tristeza; se transformó en un momento de silencio y de paz, bello en sí mismo. No hay nada de errado en eso. 
Y después viene la última alquimia, el punto donde repentinamente te das cuenta que no sos nada de eso -ni la felicidad, ni la tristeza. Sos el observador: observás las cumbres, observás los valles; pero vos no sos nada de eso. 
Una vez que llegás a ese punto, podés empezar a celebrar  todo: celebrás la vida, celebrás la muerte.

LAS MAQUINAS AYUDAN, PERO NO CREAN MEDITACION

Están creándose tantas máquinas en el mundo que pretenden dar meditación... Solamente te ponés unos auriculares,  te relajás, y en diez minutos llegás al estado de meditación... 
Esto es estupidez pura. Pero hay un motivo por el cual entró esta idea en las mentes de gente técnica. La mente funciona en una cierta longitud de onda cuando está en la vigilia. Cuando está soñando, funciona en otra. Cuando está profundamente dormida, funciona en una longitud de onda diferente. Pero ninguna de ellas es meditación. 
Por miles de años llamamos a la meditación turiya, “el cuarto”. Cuando vas más allá del sueño más profundo, y todavía estás conciente, esa conciencia es meditación. No es una experiencia, es tu mismo ser. 
Pero estos mecanismos de alta tecnología pueden ser de gran utilidad en las manos apropiadas. Pueden ayudar a crear en tu mente el tipo de ondas para que empieces a sentirte relajado, como si estuvieras medio dormido…los pensamientos empiezan a desaparecer, y viene un momento en que todo se silencia en vos. 
Ese es el momento en que las ondas son las de un sueño profundo. No vas a ser conciente de este sueño profundo, pero después de diez minutos, cuando te desconecten la máquina, vas a ver los efectos: estás tranquilo, quieto, en paz, sin preocupación, sin tensión; la vida parece más risueña y alegre. Uno se siente como si se hubiese dado un baño interno. Todo tu ser está calmo y fresco. 
Con las máquinas las cosas son muy ciertas, porque no dependen de ninguna acción tuya; es como escuchar música: te sentís en paz y en armonía. Esas máquinas te llevan hasta el tercer estado -un dormir profundo, un dormir sin sueños. 
Pero si pensás que esto es meditación, estás equivocado. Te voy a decir que es una buena experiencia, y si también podés estar conciente desde el mismo comienzo, cuando empezás a profundizar en el sueño, mientras la mente empieza a cambiar sus ondas…tenés que estar más alerta, más despierto, más vigilante -¿Qué está pasando?- y vas a ver que de a poco la mente se va cayendo dormida. Y si podés ver que la mente se va cayendo dormida…ese que está viendo a tu mente dormirse, es tu ser y ese es el propósito de toda meditación auténtica. 
Esas máquinas no pueden crear esa conciencia; esa conciencia la tenés que crear vos mismo. Pero esas máquinas ciertamente pueden crear, en diez minutos, una posibilidad que probablemente vos no seas capaz de crear en años de esfuerzo. 
Entonces, no estoy en contra de estos instrumentos de alta tecnología; estoy totalmente a favor. Solamente quiero que esta gente que está diseminando estas máquinas por todo el mundo, sepa que está haciendo un buen trabajo, pero que está incompleto. Va a estar completo solamente cuando la persona en el silencio más profundo, esté también alerta, como una pequeña llama de conciencia que sigue ardiendo. 
Todo desaparece; hay oscuridad, silencio y paz alrededor -excepto una inconmovible llama de conciencia. Entonces, si la máquina está en las manos apropiadas, y si se le puede enseñar a la gente que lo más real no va a llegar por la máquina, la máquina va a poder crear el terreno esencial para que esa llama pueda crecer. 
Pero esa llama depende de vos, no de la máquina. 
Entonces, por un lado estoy a favor de esas máquinas y por otro estoy muy en contra, porque mucha, mucha gente va a pensar: 
 “Esto es meditación”. 
Y va a ser engañada. Estas máquinas van a hacer un daño inmenso, pero se van a extender por todo el mundo muy pronto. Y son simples -no hay mucho en ellas; es solamente cuestión de crear ciertas ondas. 
Los músicos pueden aprender de esas máquinas el tipo de ondas que crean en la gente y pueden empezar a crear esas ondas con sus instrumentos. No hay necesidad de máquinas, los músicos solamente ya pueden crearte esas ondas, ¡y vas a empezar a quedarte dormido! Pero si podés estar despierto incluso en el sueño más profundo, cuando veas que te falta un paso para quedar inconsciente, aprendiste un secreto. Esa máquina puede usarse hermosamente. 
Y esto es verdad para todas las máquinas del mundo: en las manos apropiadas, pueden usarse tremendamente para el beneficio de la humanidad. En las manos equivocadas pueden convertirse en trabas. 
Y, lamentablemente, hay tantas manos equivocadas… 
Pero no es meditación; es solamente un cambio en las ondas de radio en el aire que continuamente están pasando alrededor  tuyo. Seguramente puede ser útil como experiencia; de otra manera, para mucha gente, la meditación se quedaría solamente en la palabra. Piensan que en algún momento van a meditar, y queda la duda de si alguien verdaderamente medita. 
Pero en el oeste, la mente es mecánica, la actitud es mecánica; todo lo quieren reducir a una máquina -y son capaces de eso. Pero hay cosas que están más allá de la capacidad de cualquier máquina. La conciencia no puede crearse con ninguna máquina; está más allá del alcance de toda alta tecnología. Pero lo que puede darte la tecnología,  ciertamente puede usarse. Esto puede usarse como un hermoso trampolín hacia la meditación. 
Y una vez que probaste la conciencia, por unas cuantas veces tal vez la máquina te pueda ser útil para que se te haga más claro, para que tu conciencia se separe cada vez más del silencio que está creando la máquina. Y después tendrías que empezar a hacerlo sin la máquina. Una vez que hayas aprendido a hacerlo sin la máquina, la máquina te ayudó inmensamente.

VOS NO SOS TUS EXPERIENCIAS

Una de las cosas más fundamentales que hay que tener presente -no solo vos , sino todos- es que vos no sos nada de lo que te puedas llegar a cruzar en tu viaje interno. 
Vos sos el que lo presencia -puede no ser nada, puede ser felicidad, puede ser silencio. Pero hay que acordarse de algo: por más bella y encantadora que sea la experiencia que encuentres, vos no sos nada de eso. 
Vos sos el que lo está experimentando y seguís y seguís y seguís hasta el final del viaje, donde ya no quedan experiencias -ni silencio, ni alegría, ni nada. Ya no hay objetos para vos; solamente tu subjetividad. 
El espejo está vacío; no refleja nada. Ese sos vos. 
Incluso grandes viajeros de la interioridad se quedaron detenidos en bellas experiencias y se identificaron con ellas pensando: 
“Me encontré a mí mismo”. 
Se detuvieron antes de llegar a la etapa final donde desaparecen todas las experiencias. 
La iluminación no es una experiencia. Es el estado en el que te quedás absolutamente solo, sin nada que saber. No hay ningún objeto por más bello que sea. Recién en ese momento, tu conciencia, que no está obstruida por ningún objeto, vuelve a su fuente; llega a ser auto-realización; llega a ser iluminación. 
Tengo que recordarte la palabra ‘objeto’. Cada objeto significa un impedimento. El significado mismo de la palabra es impedimento, objeción. 
Entonces, el objeto puede estar fuera de vos, en el mundo material; el objeto puede estar adentro tuyo, en tu mundo psicológico; los objetos pueden estar en tu corazón, en tus sentimientos, en tus estados de ánimo. 
Y los objetos pueden estar incluso en tu mundo espiritual. Y son tan extáticos que uno no puede imaginarse que puede haber más. Y muchos místicos del mundo se detuvieron en el éxtasis, que es un bello lugar, un lugar pintoresco, pero todavía no llegaron a casa. 
Cuando llegás a un punto donde las experiencias están ausentes, entonces no hay objeto, entonces la conciencia sin obstáculos se mueve en un círculo -en la existencia todo se mueve en círculos, si no se lo bloquea- , viene de la fuente misma de tu ser y da una vuelta. Al no encontrar obstáculos -ni experiencias, ni objetos- vuelve. Y el sujeto mismo se convierte en objeto. 
Eso es lo que J. Krishnamurti estuvo diciendo toda su vida: cuando el observador se vuelve el observado, sabés que llegaste a casa. Antes de eso hay miles de cosas en el camino. El cuerpo da sus propias experiencias, que se llegaron a conocer como la experiencia de los centros del kundalini; los siete centros se convierten en siete flores de loto. Cada uno es más grande y más elevado que el anterior y su fragancia es intoxicante. La mente te da grandes espacios, ilimitados, infinitos; pero acordate de la máxima fundamental: todavía no llegaste a casa. 
Disfrutá el camino y disfrutá todos los paisajes que aparecen -los árboles, las montañas, las flores, los ríos, el sol, la luna y las estrellas- pero no te detengas en ninguna parte, a no ser que tu propia subjetividad sea su propio objeto. Cuando el observador es lo observado, cuando el conocedor es lo observado, llegaste a casa. 
Esta casa es un templo real que estuvimos buscando durante muchas vidas, pero siempre nos perdemos; quedamos satisfechos con experiencias bellas. 
Un buscador valiente tiene que dejar todas esas bellas experiencias de lado y seguir avanzando. Cuando se hayan agotado todas las experiencias y quede solamente él mismo en su soledad…no hay éxtasis más grande que ese, ninguna suerte es mayor, no hay verdad más verdadera; ingresaste a lo que llamo divinidad, te hiciste un dios. 
Un viejo va a ver a su doctor: 
-“Tengo problemas con el baño”, se queja. 
-“Bien,  a ver decime, ¿cómo está tu orina? ” 
-“Todos los días a las siete, como un bebé” 
-“Muy bien ¿y cómo va tu evacuación? ” 
-“Todas las mañanas a las ocho en punto, como un reloj” 
-“Pero, entonces, ¿cuál es el problema?”, pregunta el doctor. 
-“Es que me despierto recién a las nueve…”

Estás durmiendo y llegó el momento de despertar. 
Todas esas experiencias son experiencias de una mente somnolienta. 
La mente que llegó a despertar no tiene experiencias en absoluto.



¿ ES POSIBLE CELEBRAR LA TRISTEZA ?

Osho:

No te identifiques con la tristeza. Transfórmate en su testigo y disfruta del momento de tristeza, porque la tristeza tiene su propia belleza. Nunca te has fijado en ello. Te identificas tanto, que nunca penetras en la belleza de un momento triste. Si te fijas, te sorprenderás de los tesoros que te has estado perdiendo. Fíjate: cuando eres feliz nunca eres tan profundo como cuando estás triste. La tristeza tiene profundidad; la felicidad tiene algo de superficial. Observa a la gente feliz. 
Los que pretenden ser felices—los playboys y playgirls que encontrarás en los clubs, en los hoteles, en los teatros—siempre están sonriendo y burbujean felicidad. Los encontrarás insípidos, superficiales. No tienen ninguna profundidad. La felicidad es como las olas, solamente superficial; vives una vida trivial. Pero la tristeza tiene algo de profundo. Cuando estás triste no es como las olas en la superficie, es como la profundidad misma del Océano Pacífico; millas y millas. 
Sumérgete en su profundidad, obsérvala. La felicidad es ruidosa; la tristeza tiene un cierto silencio. La felicidad puede ser como el día, la tristeza es como la noche. La felicidad puede ser como la luz, la tristeza es como la oscuridad. La luz va y viene; la oscuridad permanece, es eterna. La luz se presenta a veces; la oscuridad está siempre ahí. Si penetras en la tristeza sentirás todas estas cosas. De pronto te darás cuenta que la tristeza está ahí como un objeto, tú la estás observando, eres testigo de ella, y repentinamente empiezas a sentirte feliz.  ¡Qué bella es la tristeza! 
Una flor de la oscuridad, una flor de eterna profundidad. Como un abismo sin fondo, tan silenciosa, tan musical; no hay ruido en absoluto, ninguna perturbación. Uno puede ir cayendo en ella incesantemente y uno puede salir de ella absolutamente rejuvenecido. Es un descanso. 
Depende de la actitud. Cuando te entristeces piensas que te ha sucedido algo malo. El que algo malo te ha ocurrido es sólo una interpretación y entonces tratas de escapar. Nunca meditas sobre ello. Luego quieres ir a ver a alguien; a una fiesta, al club, o enciendes la televisión o la radio, o empiezas a leer el periódico; haces algo para poder olvidar. Esta— que la tristeza es algo malo—es una actitud errónea que te ha sido transmitida: No hay nada malo en ella. Es otro polo de la vida. 
La felicidad es un polo, la tristeza es el otro. La dicha suprema es un polo, la infelicidad es el otro. La vida es ambos. Una vida de pura dicha tendrá extensión, pero no tendrá profundidad. Una vida de pura tristeza tendrá profundidad, pero no tendrá extensión. Una vida de ambas, tristeza y felicidad, es multidimensional; se mueve en todas las direcciones conjuntamente. Fíjate en la estatua de Buda o, a veces, mira mis ojos y encontrarás ambas; encontrarás una felicidad que contiene también tristeza, una paz y también una tristeza. Porque esa tristeza le da profundidad. Observa la estatua de Buda: dichoso, sin embargo triste. La propia palabra "triste" te da connotaciones equivocadas de que algo está mal. Esa es tú interpretación. 
Para mí, la vida es buena en su totalidad. Y cuando entiendes la vida en su totalidad, sólo entonces puedes celebrarla; de otro modo no. Celebración significa: cualquier cosa que suceda no importa, la celebraré. La celebración no está condicionada a ciertas cosas: "Cuando sea feliz lo celebraré" o "Cuando esté triste no lo celebraré". La celebración es incondicional; celebro la vida. Si trae infelicidad, bien, lo celebro. Si trae felicidad, bien, lo celebro. La celebración es mi actitud, independientemente de lo que la vida traiga. 
Pero cada vez que utilizo las palabras, surge un problema. Esas palabras tienen connotaciones en tu mente. Cuando digo "celebra", tú piensas que uno tiene que estar feliz. ¿Cómo puede uno celebrar cuando está triste? No estoy diciendo que uno tenga que estar feliz para celebrar. La celebración es gratitud por cualquier cosa que la vida te dé, cualquier cosa que Dios te dé. Celebración es una gratitud, es estar lleno de agradecimiento. Os lo he contado y os lo contaré otra vez... 
Un místico sufí, muy pobre, marginado, hambriento y cansado de viajar llegó a un pueblo por la noche y nadie le aceptó. Era un pueblo de gente muy ortodoxa y cuando hay musulmanes ortodoxos es muy difícil persuadirles. Ni siquiera querían alojarlo en el pueblo. La noche era fría y estaba hambriento, agotado, temblando, sin suficiente ropa. Estaba sentado en las afueras del pueblo, bajo un árbol. Sus discípulos estaban sentados allí muy deprimidos, muy tristes e incluso enojados. 
Y entonces empezó a rezar diciendo a Dios: "¡Eres maravilloso! Siempre me das todo lo que necesito". Esto fue demasiado. Un discípulo le dijo: "Espera, ahora estás yendo demasiado lejos, especialmente esta noche. Estas palabras son falsas. Estamos hambrientos, cansados, sin abrigo y nos espera una fría noche. Hay animales salvajes por todos lados, hemos sido rechazados por la gente del pueblo, estamos sin refugio. ¿Por qué le estás dando gracias a Dios? ¿Qué quieres decir cuando dices: "Siempre me has dado lo que necesito"? 
El místico dijo: "Sí, y lo repito otra vez: Dios me da todo lo que necesito. Esta noche necesito pobreza, esta noche necesito ser rechazado, esta noche necesito tener hambre, estar en peligro. De otra manera ¿por qué me estaría dando? Debe de ser que lo necesito. Es lo que necesito y tengo que estar agradecido. ¡El cuida tan bien de mis necesidades! ¡Es realmente maravilloso!" 
Esta es una actitud que no depende de la situación. La situación no es importante. Celebra, ante cualquier suceso. Si estás triste, celebra por estar triste. Haz la prueba. Haz solamente la prueba y te sorprenderás; sucede. ¿Estás triste? Empieza a bailar, porque la tristeza es muy bella, ¡Silenciosa flor del ser! Baila, disfruta, y de pronto sentirás que la tristeza está desapareciendo; se crea una distancia. Poco a poco olvidarás la tristeza y estarás celebrando. Habrás transformado tu energía. 
Esto es alquimia: transformar los metales comunes en el oro más puro. La tristeza, la ira, los celos; metales bajos que pueden ser transformados en oro porque están constituidos por los mismos elementos que el oro. No hay diferencia entre el oro y el hierro, porque tienen los mismos elementos, los mismos electrones. ¿Has pensado alguna vez que un trozo de carbón y el más preciado de los brillantes del mundo son la misma cosa? No hay ninguna diferencia. En efecto, el carbón comprimido por la tierra durante millones de años se convierte en diamante. Sólo una diferencia de presión, pero ambos son carbón, ambos están constituidos por los mismos elementos. 
Lo más bajo puede ser transformado en lo más alto. A lo bajo no le falta nada. 
Sólo se necesita una redistribución, una recomposición. La alquimia no es más que esto. Cuando estés triste, celebra y le estarás dando una nueva composición a la tristeza. Le estás aportando algo que la transformará. Le estás aportando celebración. ¿Está enojado? Entrégate a una hermosa danza. Al principio el baile será agresivo, violento. Poco a poco, se hará más suave y más suave y más suave; entonces de pronto, te habrás olvidado del enojo. La energía habrá cambiado, se habrá convertido en danza. 
Pero cuando estás enojado, no eres capaz de pensar en bailar. Cuando estás triste no eres capaz de pensar en cantar. ¿Por qué no hacer de tu tristeza una canción? Canta, toca tu flauta. Al principio las notas serán tristes, pero no hay nada malo en una nota triste. ¿Has oído? A veces, en la tarde, cuando todo está caliente, todo quema, cuando todo es fuego a tu alrededor, de pronto, desde un huerto de mangos, puedes oír un pajarito que empieza a cantar. Al principio la nota es triste. Está llamando a su amada, a su amor, en una tarde muy calurosa. Todo es fuego alrededor, está ansioso de amor. Una nota muy triste, pero bella. Poco a poco, la nota triste se convierte en una nota alegre. La amante empieza a responderle desde otro bosquecillo. Ahora ya no es una tarde calurosa; todo se refresca en el corazón. Ahora la nota es diferente. Cuando la amante responde, todo ha cambiado. Es un cambio alquímico. 
¿Estás triste? Empieza a cantar, a rezar, a bailar. Lo que puedas hacer, hazlo, y poco a poco, el metal más bajo se transformará en el más alto, en oro. Una vez que conozcas la llave, tu vida no volverá a ser nunca la misma. Podrás abrir cualquier puerta. Y ésta es la llave maestra: celebrarlo todo. 
He oído la historia de tres místicos chinos. Nadie conoce sus nombres. Se les conocía solamente como "Los Tres Santos que ríen" , porque nunca hicieron otra cosa, simplemente se reían... Iban de un pueblo a otro, riéndose. Se paraban en la plaza donde estaba el mercado y se reían a carcajadas: Todo el pueblo les rodeaba. La gente acudía a verlos, cerraban las tiendas y los clientes se olvidaban de para qué habían venido. Estos tres hombres eran realmente hermosos, riendo y con sus vientres estremeciéndose. Esto se volvía contagioso y pronto los demás empezaban también a reír. Entonces todo el mercado reía. Habían cambiado la atmósfera del mercado. Y si alguien decía: "Decidnos algo". Ellos contestaban: "No tenemos nada que decir. Simplemente reímos y la atmósfera cambia". Hace sólo unos momentos éste era un lugar desagradable donde todos pensaban únicamente en el dinero; ansiosos de dinero, ambiciosos. El dinero lo era todo. De pronto estos tres locos llegaron y empezaron a reír y así cambiaron el ambiente mismo de todo el mercado. 
Ahora nadie era un cliente. Se habían olvidado de que habían ido a comprar y a vender. Nadie se preocupaba de obtener un beneficio. Reían y bailaban alrededor de aquellos tres locos. Durante unos segundos se abría un nuevo mundo. 
Viajaban por toda la China, de un lugar a otro, de aldea en aldea, solamente ayudando a la gente a reír. Gente triste, enojada, gente codiciosa, celosa; todos empezaban a reír con ellos. Y muchos comprendieron la clave: te puedes transformar. 
Entonces, ocurrió que en una de las aldeas uno de los tres murió. La gente del pueblo se reunió y dijo: "Ahora sí que habrá problemas. ¡Ahora veremos si se ríen!  Su amigo ha muerto; seguro que llorarán". Pero cuando llegaron, los dos estaban bailando, riendo y celebrando la muerte. La gente del pueblo decía: "Esto es demasiado. Es de mala educación. Cuando un hombre muere es una irreverencia reír y bailar". 
Y ellos dijeron: "¡No sabéis lo que ha pasado! Los tres siempre pensábamos cuál de nosotros moriría primero. Este hombre ha ganado; hemos sido derrotados. Toda la vida hemos reído con él. ¿Cómo podríamos darle el último adiós de otra manera? Tenemos que reír, tenemos que disfrutar, tenemos que celebrar. Esta es la única despedida posible para un hombre que ha reído toda su vida. Y si no reímos, él se reirá de nosotros y pensará:" ¡Qué tontos! ¿Así que otra vez han caído en la trampa?" Para nosotros no ha muerto. ¿Cómo puede la risa morir, cómo puede la vida morir?" La risa es eterna, la vida es eterna, la celebración continúa. Los actores cambian, pero el drama continúa. Las olas cambian, pero el océano continúa. Ríes, cambias y algún otro ríe, pero la risa continúa. Celebras, algún otro celebra, pero la celebración continúa. La existencia es continua, es un continum. No hay ni siquiera un solo momento de vacío en ella. Pero la gente del pueblo no podía entenderlo y aquel día no podían participar de la risa. 
El cuerpo estaba a punto de ser incinerado y la gente del pueblo decía: "Le bañaremos, tal como establece el ritual". Pero los dos amigos dijeron: "No, nuestro amigo ha dicho: `"o llevéis a cabo ningún ritual, no me cambiéis de ropas y no me bañéis Tal y como estoy, ponedme en la pira crematoria". Estas son sus instrucciones". 
Y entonces, de repente, sucedió algo extraordinario; aquel viejo les había gastado su última broma. Había escondido bajo su ropa fuegos artificiales y cuando colocaron el cuerpo sobre el fuego, de pronto hubo ¡Diwali! (*) Entonces todo el pueblo empezó a reír. Los dos locos, sus amigos, se pusieron a bailar y todo el pueblo empezó a bailar también. No era una muerte, era una nueva vida Ninguna muerte es muerte, porque cada muerte abre una nueva puerta; es un principio. La vida no tiene fin, siempre hay un nuevo principio, una resurrección. 
Si cambias tu tristeza por celebración, también serás capaz de transformar tu muerte en una resurrección. Así que aprende el arte mientras todavía hay tiempo. No dejes que la muerte llegue antes de que hayas aprendido la secreta alquimia de cambiar los metales inferiores en metales superiores. Porque si puedes cambiar la tristeza, puedes cambiar la muerte. Si puedes celebrar incondicionalmente, cuando la muerte llegue, serás capaz de celebrar, partirás feliz. Y cuando te vas celebrando, la muerte no te puede matar. Al contrario, tú has matado a la muerte. Pero empieza, haz una prueba. No hay nada que perder. Pero la gente es tan tonta que incluso cuando no hay nada que perder, no quieren hacer la prueba. ¿Qué puedes perder?



 LA ALEGRIA DE VIVIR PELIGROSAMENTE :

La alegría de vivir peligrosamente 
  
 

Los que son valientes se tiran de cabeza. Buscan todas las 
oportunidades de peligro. Su filosofía de vida no es la de las 
compañías aseguradoras. Su filosofía de vida es la de un escalador, 
un esquiador, un surfista Y no hacen surf sólo en los mares 
exteriores, - surfean en sus mares internos. Y no sólo escalan los Alpes 
y el Himalaya sino que buscan cumbres internas. 
 

VIVIR peligrosamente es vivir. Si no vives peligrosamente, no vives. La vida sólo florece cuando hay peligro. La vida no florece en la seguridad; sólo florece en la inseguridad.

Si empiezas a tener seguridad, te conviertes en una charca empantanada. Tu energía ya no se mueve. Tienes miedo... porque nadie sabe cómo entrar en lo desconocido. ¿Para qué arriesgarse? Lo conocido es más seguro. Pero después te obsesionas con lo que te resulta familiar. Te hartas de ello, te aburre, te hace infeliz, sin embargo, es familiar y cómodo. Por lo menos ya lo conoces. Lo desconocido te da miedo. Simplemente la idea de lo desconocido te hace sentir inseguro. 
Sólo hay dos tipos de personas en el mundo. Las que quieren vivir cómodamente: están buscando la muerte, quieren una tumba cómoda. Y las que quieren vivir: escogen vivir peligrosamente porque la vida sólo prospera si hay algún riesgo. 
¿Has escalado alguna vez una montaña? Cuanto más alto escalas mejor te sientes. Cuanto mayor es el peligro de caer, cuanto mayor es el abismo, más vivo estás. Cuando estás entre la vida y la muerte, cuando estás colgando entre la vida y la muerte, no existe el aburrimiento, no existe el polvo del pasado ni el deseo del futuro. El momento presente es muy afilado, es como una llama. Es suficiente: vives en el aquí y ahora. 
O haciendo surf... o esquiando, o patinando; siempre que haya peligro de perder la vida hay una enorme alegría, porque el riesgo de perder la vida te hace estar muy vivo. Por eso le atraen los deportes peligrosos a la gente. 
La gente escala montañas... Alguien le preguntó a Edmund Hillary: -¿Por qué has intentado escalar el Everest? ¿Por qué? -Hillary respondió-: Porque está ahí, es un reto constante. -Era arriesgado, había muerto mucha gente intentándolo. Había grupos de escaladores desde hacía sesenta o setenta años, la muerte era casi segura, pero la gente seguía yendo. ¿Qué es lo que les atrae? 
Al llegar más alto, al alejarte de lo establecido, de la rutina de la vida, te vuelves salvaje de nuevo, te vuelves de nuevo parte del mundo animal. Vuelves a vivir como un tigre, como un león, como un río. Vuelves a surcar los cielos como un pájaro, volando cada vez más alto. Y cada momento que pasa, la seguridad, la cuenta del banco, la esposa, el marido, la familia, la sociedad, la Iglesia, la respetabilidad... van desvaneciéndose, alejándose. Estás solo. 
Por eso le interesan tanto los deportes a la gente. Pero ese peligro tampoco es real, porque llegas a tener mucha práctica. Puedes aprenderlo, puedes entrenarte. Es un riesgo calculado. Puedes entrenarte haciendo montañismo y tomar todas las precauciones. O conducir a gran velocidad... puedes ir a 160 kilómetros por hora, es peligroso, es excitante. Puedes llegar a ser muy hábil y es peligroso para los de fuera, pero no para ti. Aunque exista un riesgo, es secundario. Además, esos riesgos son riesgos físicos, sólo afectan al cuerpo. 
Cuando te digo vive peligrosamente, no me refiero al riesgo físico sino al psicológico y, finalmente, al riesgo espiritual. La religiosidad es un riesgo espiritual. Nos lleva a tanta altura que tal vez no podamos regresar. Ése es el significado del término anagamin de Buda: aquel que nunca regresa. Es llegar muy alto, a un lugar sin retorno... después simplemente te pierdes. No regresas jamás. 
Cuando digo vive peligrosamente, no me refiero a vivir una vida ordinaria de respetabilidad, ser el alcalde de la ciudad, o el miembro de una asociación. Eso no es vida. O ser ministro, tener una buena profesión y un buen sueldo, y ver cómo se acumula el dinero en tu banco y cómo todo va a la perfección. Cuando todo va perfectamente, fíjate, te estás muriendo pero no pasa nada. La gente te puede respetar y cuando te mueras habrá una gran procesión. Muy bien, eso es todo; publicarán tu foto en los periódicos y escribirán editoriales, y después la gente se olvidará de ti. Y has vivido toda la vida para esto. 
Obsérvalo, se puede perder toda la vida en cosas ordinarias, mundanas. Ser espiritual significa entender que no deberíamos dar demasiada importancia a estas pequeñas cosas. No estoy diciendo que sean insignificantes. Digo que tienen importancia, pero no tanta como creéis. 
El dinero es necesario. El dinero es una necesidad. Pero el dinero no es el fin y no puede serlo. Evidentemente, es necesaria una casa. Es una necesidad. No soy un asceta y no quiero que destruyas tu casa y huyas al Himalaya. Necesitas una casa, pero eres tú quien necesita la casa, y no viceversa. No lo malinterpretes. 
Por lo que puedo ver, todo el asunto está del revés. Es como si fuesen necesarios para la casa; trabajan para la casa. Es como si fuesen necesarios para la cuenta del banco; acumulan dinero y después se mueren. Y no han vivido. Nunca han tenido un momento de vida vibrante, total. Están aprisionados en su seguridad, familiaridad, respetabilidad. 
Después, es normal que estés aburrido. Las personas me dicen que están muy aburridas. Que están hartas, estancadas, ¿qué pueden hacer? Creen que basta repetir un mantra para volver a estar vivo. No es tan sencillo. Tendrán que cambiar el patrón de vida. 
Ama, pero no pienses que mañana esa mujer seguirá a tu disposición. No esperes nada. No reduzcas a la mujer a una esposa. Entonces, estarás viviendo peligrosamente. No reduzcas al hombre a un marido, porque un marido es algo horrible. Deja que tu hombre sea tu hombre y tu mujer tu mujer, y no vuelvas predecible el futuro. No esperes nada y estate preparado para todo. Eso es lo que quiero decir cuando digo vive peligrosamente. 
¿Qué es lo que hacemos? Nos enamoramos de una mujer y enseguida empezamos a ir al juzgado, al registro y a la iglesia para casarnos. No estoy diciendo que no te cases. Es una formalidad. De acuerdo, puedes satisfacer a la sociedad pero, en el fondo de tu mente, no poseas nunca a la mujer. No digas nunca: «Me perteneces. » Porque, ¿cómo te puede pertenecer una persona? Y cuando empiezas a poseer a una mujer, ella empezará a poseerte a ti. Entonces, ya no estáis enamorados. Sólo estáis aplastándoos y matándoos mutuamente, paralizándoos. 
Ama, pero no dejes que tu amor se reduzca a un matrimonio. Trabaja -el trabajo es necesario- pero no permitas que el trabajo se convierta en tu vida. El juego debería ser tu vida, el centro de tu vida. El trabajo sólo debería ser un medio que te conduce al juego. Trabaja en la oficina, trabaja en la fábrica y en la tienda, pero para tener tiempo y oportunidades de jugar. No permitas que tu vida se reduzca a una rutina de trabajo, ¡porque el objetivo de la vida es el juego! 
Jugar significa hacer algo por sí mismo. Si disfrutas muchas cosas por sí mismas, estarás más vivo. Por supuesto, tu vida siempre tendrá riesgos, peligros. Pero la vida tiene que ser así. El riesgo forma parte de ella. De hecho, el riesgo es la mejor parte, lo mejor de la vida. La parte más hermosa es el riesgo. Cada momento es un riesgo. Quizá no te des cuenta... Inhalas, exhalas. Incluso cuando exhalas, ¿quién sabe si volverás a respirar o no? No puedes estar seguro, no está garantizado. 
Pero hay personas cuya religión es la seguridad. Aunque hablen de Dios, hablan de Dios como la seguridad suprema. Si piensan en Dios, sólo piensan en él porque tienen miedo. Si rezan y meditan, es para seguir estando bien con él, bien con Dios: «Si hay un Dios, sabrá que siempre iba a misa, que le alababa. Puedo dar fe de ello. » Incluso su oración es un medio. 
Vivir peligrosamente significa vivir la vida como si cada momento fuese un fin en sí mismo. Cada momento tiene un valor intrínseco, y no tienes miedo. Sabes que la muerte está ahí, y aceptas el hecho de que esté ahí. Disfrutas de esos momentos en los que te encuentras con la muerte físicamente, psicológicamente, espiritualmente. 
Disfrutar de los momentos en los que entras en contacto directo con la muerte -cuando la muerte es casi una realidad-, es lo que quiero decir con vivir peligrosamente. 
Los que son valientes, se tiran de cabeza. Buscan todas las oportunidades de peligro. Su filosofía de vida no es la de las compañías aseguradoras. Su filosofía de vida es la de un escalador, un esquiador, un surfista. Y no hacen surf sólo en los mares exteriores; surfean en sus mares internos. Y no sólo escalan los Alpes y el Himalaya sino que buscan cumbres internas. 
Pero ten en cuenta una cosa: no te olvides nunca del arte de arriesgar. Sigue siendo capaz de arriesgar. Siempre que encuentres una oportunidad de riesgo, no la desaproveches, y así no serás un perdedor. El riesgo es la única garantía que tienes de estar realmente vivo. 
 

HAGAS LO QUE HAGAS, LA VIDA ES UN MISTERIO 
 

La mente tiene problemas para aceptar la idea de que hay cosas inexplicables. La mente tiene un gran deseo de explicarlo todo... y si no lo explica, ¡al menos de justificarlo! Todo lo que es un enigma, una paradoja, sigue causando preocupación en la mente. 
La historia de la filosofía, de la religión, de la ciencia, de las matemáticas, tienen el mismo origen, la misma mente... el mismo prurito. Tú te puedes rascar de una manera y otra persona de otra... pero tienes que comprender el prurito. El prurito es la creencia de que la existencia no es un misterio. La mente sólo está cómoda cuando se desmitifica la existencia. 
La religión lo ha conseguido creando a Dios, al Espíritu Santo, al Hijo encarnado de Dios; cada religión crea algo diferente. Es la forma de cubrir un agujero que no se puede cubrir; hagas lo que hagas el agujero sigue ahí. De hecho, cuanto más lo cubres, más énfasis haces en él. El mismo esfuerzo de cubrirlo muestra tu miedo de que alguien pueda llegar a verlo. 
La historia de la mente, en sus diferentes ramas, ha estado poniendo parches; especialmente en las matemáticas, porque las matemáticas sólo son un juego de la mente. Hay matemáticos que no creen que esto sea ver, igual que hay teólogos que creen que Dios es una realidad. Dios es sólo una idea. Si los caballos tuviesen ideas, su Dios sería un caballo. Puedes estar absolutamente seguro de que no será un hombre, porque el hombre ha sido tan cruel con los caballos que sólo le pueden concebir como el demonio, y no como Dios. Pero, todos los animales tienen su propio concepto de Dios, del mismo modo que la raza humana tiene su concepto de Dios. 
Cuando la vida es misteriosa y encuentras huecos que no puedes rellenar con la realidad, los sustituyes por conceptos. Rellenas esos huecos con conceptos; empiezas a sentirte satisfecho porque por lo menos entiendes la vida. 
¿Alguna vez has pensado en la palabra <<entender>>? Significa que algo está debajo de ti. Es curioso que esta palabra haya adoptado un significado que, poco a poco, se ha ido alejando de la idea original: eres el amo de todo lo que está debajo de ti, de lo que tienes en tus manos, de lo que está bajo tu poder, bajo tu suela. 
La gente ha intentado entender la vida del mismo modo para poder ponerla bajo sus pies y declarar: «Somos los amos. Ahora no hay nada que no podamos entender. » 
Pero no es posible. Hagas lo que hagas, la vida es un misterio y seguirá siendo un misterio.

EN TODAS PARTES HAY UN MÁS ALLÁ. Estamos rodeados por el más allá. Ese más allá es Dios; tienes que penetrar en el más allá. Está dentro, está fuera, siempre está ahí. Pero si te olvidas de que existe... esto es lo que solemos hacer normalmente, porque es incómodo mirar al más allá, es embarazoso. Es como mirar un abismo, empiezas a temblar, te sientes mal. Basta con ser consciente de que hay un abismo para que empieces a sentir miedo. Nadie mira al abismo; miramos en otras direcciones, evitamos la realidad. La realidad es como un abismo, porque la realidad es un gran vacío. Es un vasto cielo sin límites. Buda dice durangama: estate abierto al más allá. No te pongas límites, rebasa los límites. Pon límites si los necesitas, pero recuerda que tienes que traspasarlos. No fabriques prisiones. 
Creamos muchos tipos de prisiones: las relaciones, las creencias, la religión, todos ellos son prisiones. Te sientes cómodo porque no sopla viento fuerte. Te sientes protegido, aunque la protección sea falsa, porque llegará la muerte y te llevará al más allá. Antes de que llegue la muerte y te lleve al más allá, vete por tu propio pie. 
Un cuento: 
Un monje zen estaba a punto de morir. Era muy viejo, tenía noventa años. De repente, abrió los ojos y dijo: -¿Dónde están mis zapatos? 
El discípulo le respondió: -¿Adónde vas? ¿Te has vuelto loco? Estás muriéndote, y el médico ha dicho que no tiene remedio, sólo te quedan unos minutos más. 
-Por eso quiero los zapatos -dijo---, me gustaría ir al cemente-rio, no quiero que me arrastren hasta allí. Iré por mi propio pie y me encontraré allí con la muerte. No quiero que me arrastren. Y ya me conoces, nunca me he apoyado en nadie. Sería horrible que me tu-viesen que llevar cuatro personas. No. 
Fue caminando hasta el cementerio. Y no sólo eso, sino que cavó su propia tumba, se acostó en ella y murió. ¡El coraje de aceptar lo desconocido, el coraje de ir por tu pie y darle la bienvenida al más allá! Entonces, la muerte se transforma, la muerte ya no es muerte. 
Un hombre tan valiente no muere nunca; la muerte es derrotada. Un hombre tan valiente va más allá de la muerte. Entonces, el más allá le da la bienvenida. Si te das la bienvenida al más allá, el más allá te da la bienvenida; el más allá siempre te devuelve un eco.

LA VIDA SIEMPRE ES LO DESCONOCIDO

El ego te rodea como si fuese un muro. Te convence de que te va a proteger rodeándote. Es la seducción del ego. Te repite una y otra vez: «Si yo no estoy, no estarás protegido, estarás demasiado vulnerable, habrá demasiados riesgos. Deja que te proteja, deja que te rodee. » 
Sí, el ego te da una cierta protección, pero el muro también se convierte en tu prisión. Hay una cierta protección, de lo contrario, nadie sufriría la infelicidad que te produce el ego. Hay una cierta protección, te protege contra los enemigos, pero también te prote-ge contra los amigos. 
Es como cerrar la puerta y esconderte detrás porque tienes mie-do al enemigo. Si llega un amigo se encontrará con la puerta ce-rrada, no podrá entrar. Si tienes demasiado miedo al enemigo, el amigo tampoco podrá entrar. Si abres la puerta al amigo, hay ries-gos de que entre también el enemigo. 
Hay que pensar mucho en esto, es uno de los problemas más grandes de la vida. Y sólo algunos valientes lo abordan correcta-mente, el resto se acobarda y se esconde, y así pierden toda su vida. 
La vida es arriesgada, la muerte no tiene riesgos. Mueres, y ya no tienes problemas ni te va a matar nadie, porque ¿cómo te van a ma-tar si ya estás muerto? ¡Métete en una tumba y has terminado! No habrá enfermedad, no habrá sufrimiento, no habrá ningún proble-ma, te habrás quitado de encima todos los problemas. 
Pero si estás vivo, habrá millones de problemas. Cuanto más viva está una persona, más problemas tiene. Pero esto no es malo, porque pelear con los problemas, luchar con el desafío, es la forma de crecer. 
El ego es un muro sutil a tu alrede-dor. No permite que entre nadie den-tro de ti. Te sientes protegido, seguro, pero esta seguridad es como la muer-te. Es la seguridad de la planta dentro de la semilla. La planta tiene miedo de brotar, porque ¿quién sabe?, El mundo es muy peligroso y la planta es tan dé-bil, tan frágil. Detrás del muro de la se-milla, escondida en la celda, está pro-tegida. 
Imagínate a un bebé en el vientre de su madre. Tiene todo lo que necesita, cualquiera que sea la ne-cesidad, ésta se verá cubierta inmediatamente. No hay preocupa-ciones, no hay lucha, no hay futuro. El niño es dichoso. La madre cubre todas sus necesidades. 
Pero ¿te gustaría quedarte para siempre en el vientre de tu ma-dre? Te protege. Si te dieran a elegir, ¿permanecerías siempre en el vientre de tu madre? Es muy cómodo, ¿qué puede haber más có-modo? Los científicos dicen que no hemos conseguido ninguna si-tuación más cómoda que el vientre de la madre. Aparentemente, el vientre es lo máximo, lo último en cuanto a comodidad se refiere. Es muy confortable: no hay preocupaciones, no hay problemas, no tienes que trabajar. Es existencia pura. Se te provee automáticamente de todo, surge una necesidad y enseguida te suministran lo que necesitas. Ni siquiera tienes que tomarte la molestia de respirar, la madre respira por el hijo. No tienes que preocuparte de la comida, la madre come por el hijo. 
Pero ¿te gustaría quedarte en el vientre materno? Es muy cómodo, pero no es vida. La vida siempre es lo desconocido. La vida está fuera. 
La palabra inglesa «éxtasis» es muy significativa. Significa sobresalir. Éxtasis significa salir, salir de todos los caparazones, de todas las protecciones, de todos los egos y las comodidades, de las paredes de muerte. Estar extático es salir, ser libre, moverte, ser un proceso, ser vulnerable para que puedan atravesarte los vientos. 
Hay una expresión, a veces decimos: «Fue una experiencia sobresaliente. » Esto es exactamente el significado de éxtasis: sobresaliente. 
Cuando se abre una semilla y empieza a manifestarse la luz que estaba escondida detrás, cuando nace un niño y deja atrás el vientre, cuando deja atrás todas las comodidades y las ventajas, cuando entra en un mundo desconocido, hay éxtasis. Cuando un pájaro rompe el cascarón y vuela hacia el cielo, hay éxtasis. 
El ego es el huevo y tienes que salir fuera. ¡Vive en éxtasis! Sal de todas las protecciones, los caparazones y las seguridades. Entonces, alcanzarás un mundo más amplio, más vasto, más infinito. Sólo así estarás vivo, y vivirás con abundancia. 
Pero el miedo te paraliza. Antes de salir del vientre, el niño también está dudando si salir o no. ¿Ser o no ser? Da un paso adelante y otro atrás. Quizá por eso la madre tiene que padecer tanto dolor. El niño duda, el niño no está listo para vivir en éxtasis. El pasado tira hacia atrás y el futuro hacia delante, el niño está dividido. 
Éste es el muro de la indecisión: aferrarse al pasado, aferrarse al ego. Y lo llevas a todas partes. A veces, en raros momentos, cuando estás muy despierto y muy vivo, serás capaz de verlo. De lo contrario, aunque es un muro muy transparente, no serás capaz de verlo. Puedes vivir muchas vidas -no una sola vida, sino muchas- sin darte cuenta que vives en una celda aislada, sin ventanas, lo que Leibnitz llamaba «mónada. Sin puertas ni ventanas, estás encerrado dentro pero es transparente, es un muro de cristal. 
Debes renunciar a tu ego. Tienes que armarte de valor y estrellarlo contra el suelo. La gente sigue alimentándolo de millones de formas, sin saber que están alimentando su propio infierno. 
La señora Cochrane estaba de pie al lado del ataúd de su recién fallecido esposo. Su hijo estaba agarrado del brazo. Los afligidos amigos iban pasando de uno en uno. 
-Ahora ya no sufre -dijo el señor Croy-. ¿De qué ha muerto? 
-Pobre hombre---dijola señora Cochrane-. ¡Ha muerto de gonorrea! 
Otra mujer se acercó al cuerpo. -Ya ha pasado todo -dijo---. Tiene una sonrisa de serenidad en el rostro. ¿De qué ha muerto? 
-¡Ha muerto de gonorrea! -dijo la viuda. 
De repente, el hijo separó a la madre para decirle: -Mamá, no digas algo tan terrible de papá. No ha muerto de gonorrea. ¡Ha muerto de diarrea! 
-Ya lo sé -dijo la señora Cochrane-. Pero prefiero que piensen que ha muerto como héroe y no como la mierda que fue. 
Están mintiendo hasta el final. 
El ego no permite que seas sincero, te obliga a ser falso. El ego es la mentira, pero tienes que llegar a esa conclusión. Necesitas tener mucho coraje porque cuando se desmorone caerá con él todo lo que has estado defendiendo hasta ahora. Se desmoronará todo tu pasado. Tú te desmoronarás completamente. Habrá alguien ahí, pero esa persona no serás tú. Surgirá dentro de ti una identidad discontinua, nueva, sin corromper por el pasado. Ya no habrá muros; dondequiera que estés, verás el infinito sin límites. 
El anciano entró en su bar favorito, y vio que la camarera habitual había sido sustituida por una nueva. Al principio se quedó perplejo, pero le dijo galantemente que era «la chica más guapa que había visto desde hacía mucho tiempo. 
La nueva camarera, una mujer altiva, negó con la cabeza y dijo secamente: -Lo siento, no puedo devolverle el cumplido. 
_Bueno, querida -dijo el anciano plácidamente-. Podrías haber hecho lo mismo que yo. Podrías haber mentido. 
Todas nuestras formalidades sirven para ayudar al ego del otro. Son mentiras. Le dices algo a alguien y te devuelve el cumplido. Ni tú ni él estáis siendo sinceros. Seguimos jugando a lo mismo: etiqueta, formalidades, caras civilizadas y máscaras. 
Más tarde tendrás que enfrentarte al muro. Y, poco a poco, el muro será tan grueso que no serás capaz de ver nada. El muro se va haciendo cada vez más grueso, por tanto, no esperes. Si has llegado a sentir que estás rodeado por un muro, ¡quítatelo! ¡Salte fuera! Para salirte de él sólo tienes que tomar la decisión, nada más. A partir de mañana deja de alimentarlo. Siempre que te des cuenta de que lo estás defendiendo, detente. En pocos días notarás que ha muerto, porque necesita tu apoyo constante, necesita que lo amamantes.

EL CORAJE ABSOLUTO: SIN PRINCIPIO NI FINAL

Hay muchos miedos pero, básicamente, son vástagos de tu propio miedo, son ramas del mismo árbol. El nombre de este árbol es muerte. Quizá no te des cuenta de que el miedo está relacionado con la muerte, pero todos los miedos están relacionados con la muerte. 
El miedo sólo es una sombra. Quizá no sea tan evidente si tienes miedo de ir a la bancarrota, pero realmente tienes miedo de quedarte sin dinero y hacerte más vulnerable a la muerte. La gente ahorra dinero para protegerse, aunque saben perfectamente que no hay ninguna forma de protegerse contra la muerte. Sin embargo, hay que hacer algo. Por lo menos, te mantiene ocupado, y mantenerte ocupado es una especie de inconsciencia, una especie de droga. 
Por tanto, del mismo modo que hay alcohólicos, hay adictos al trabajo. Siempre se mantienen ocupados con algún trabajo, no pueden dejar de trabajar. Les dan miedo las vacaciones; no pueden quedarse sin hacer nada. Son capaces de leer el periódico que ya han leído tres veces por la mañana. Quieren seguir ocupados, porque es un telón entre ellos y la muerte. Pero si nos limitamos a lo esencial, el único miedo que hay es el miedo a la muerte. 
Es importante darse cuenta de que los demás miedos sólo son vástagos, porque si conoces las raíces, se puede hacer algo. Si el miedo básico y fundamental es la muerte, entonces, podrás hacer algo para no tener miedo, es decir, tener una experiencia de conciencia inmortal. Nada más -ni dinero, ni prestigio, ni poder-, no hay nada que te asegure contra la muerte excepto una profunda meditación... que te revela que tu cuerpo morirá, tu mente morirá, pero tú estás más allá de la estructura cuerpo-mente. Tu núcleo esencial, la fuente esencial de tu vida ha estado ahí antes de que tú existieras, y seguirá estando después de que desaparezcas. Ha cambiado muchas veces de forma; ha evolucionado a través de muchas formas. Pero nunca ha desaparecido, ha estado ahí desde el principio. Y no desaparecerá hasta el final, si es que hay un final... porque no creo en principios ni finales. 
La existencia no tiene principio ni final. Siempre ha estado ahí y tú siempre has estado ahí. Las formas pueden cambiar; las formas cambian incluso en esta vida. 
El día que entraste en el vientre de tu madre no eras más grande que el punto en un signo de interrogación. Si te enseñasen una fotografía, no te reconocerías. De hecho, incluso antes de eso... 
Dos personas estaban discutiendo cuánto podían recordar, a partir de qué momento podían recordar algo. Uno de ellos podía recordar su infancia desde los tres años. El otro dijo: -Eso no es nada. Yo recuerdo el día que mi madre y mi padre se fueron de picnic. Cuando fuimos al picnic, estaba dentro de mi padre. Cuando volvimos del picnic ¡estaba dentro de mi madre! 
¿Puedes reconocerte cuando estabas dentro de tu padre? Te pueden enseñar una fotografía; pueden aumentarla para que la veas a simple vista, pero no te podrás reconocer. Pero es la misma forma de vida, es la misma fuente de vida que está latiendo dentro de ti ahora mismo. 
Estás cambiando todos los días. Tampoco serías capaz de reconocerte nada más nacer, cuando sólo tenías un día. Dirás: -Dios mío, ¿ése soy YO? -Todo cambia; te harás viejo y se irá la juventud. La infancia se ha ido para siempre, llegará la muerte. Pero sólo morirá la forma, no la esencia. Y lo que ha estado cambiando toda tu vida sólo era la forma. 
Tu forma cambia en cada momento. La muerte no es más que cambio, un cambio vital, un cambio más grande, un cambio más rápido. De la infancia a la juventud... no puedes distinguir cuándo te dejó la infancia y cuándo llegó la juventud. De la juventud a la madurez... las cosas son tan graduales que nunca podrás decir cuándo, qué día, qué año, te abandonó la juventud. El cambio es muy paulatino y lento. 
La muerte es un salto cuántico de un cuerpo a otro, de una forma a otra. Pero no es un final. 
Nunca has nacido y nunca morirás. 
Siempre has estado aquí. Las formas vienen y van, y el río de la vida continúa. A menos que lo experimentes, no perderás el miedo a la muerte. Sólo la meditación... sólo la meditación puede ayudarte. 
Te lo puedo decir yo, te lo pueden decir las escrituras, pero no servirá de nada; seguirás dudando. Quién sabe, quizá te estén mintiendo, o quizá ellos mismos hayan sido engañados. O quizá les ha engañado otra información, otros profesores. Si sigue habiendo duda, el miedo seguirá estando ahí. 
La meditación te enfrenta a la realidad. 
Cuando logras saber por tu cuenta qué es la vida, no te preocupa la muerte. 
Puedes ir más allá... Está en tu poder y es tu derecho. Pero tendrás que hacer un pequeño esfuerzo para pasar de la mente a la no-mente.

EN EL MOMENTO QUE NACE UN NIÑO, CREES QUE ES EL COMIENZO DE SU VIDA. Eso no es verdad. En el momento que muere un anciano, crees que es el fin de su vida. No lo es. La vida es mucho más grande que el nacimiento y la muerte. El nacimiento y la muerte no son dos extremos de la vida; en la vida hay muchas muertes y muchos nacimientos. La vida misma no tiene principio ni fin; la vida y la eternidad son equivalentes. Pero no puedes comprender fácilmente cómo se convierte la vida en muerte; es difícil de concebir. 
Hay varias cosas inconcebibles en el mundo, y ésta es una de ellas: no puedes concebir que la vida se transforme en muerte. ¿En qué momento deja de ser vida y se transforma en muerte? ¿Dónde puedes poner el límite? Tampoco puedes marcar el límite del nacimiento, el momento en que comienza la vida: ¿es cuando nace el niño o cuando es concebido? Pero incluso antes de la concepción, el óvulo de la madre estaba vivo, y el espermatozoide del padre estaba vivo... no estaban muertos, porque la unión de dos cosas muertas no puede resultar en vida. ¿Cuándo nace el niño? La ciencia todavía no ha sido capaz de decidirse. No hay forma de decidirse, porque la madre lleva los óvulos en el útero desde su nacimiento... 
Hay que aceptar una cosa, que la mitad de tu ser está vivo en tu madre, incluso antes de la concepción. Y tu padre contribuye a la otra mitad, la cual también está viva. Cuando los espermatozoides salen del cuerpo de tu padre están vivos, pero no tienen una vida larga, sólo duran dos horas. Tienen dos horas para unirse con el óvulo materno. Si no se unen, empezarán a dar vueltas por aquí y por allá... 
No hay duda de que cada espermatozoide tiene una personalidad característica. Algunos son vagos, mientras los demás van corriendo hacia el óvulo ellos se quedan dando un paseo. De esta forma nunca llegarán, pero ¿qué culpa tienen? Estas características están presentes desde su nacimiento: no pueden correr, prefieren morirse, y ni siquiera se dan cuenta de lo que va a suceder. 
Pero hay otros que son campeones olímpicos, inmediatamente se ponen a correr. Y hay una gran competencia, porque no se trata de algunos centenares de células que corren hacia el único óvulo materno... El útero materno tiene una reserva de óvulos limitada, y sólo libera un óvulo al mes. Por eso la mujer tiene un período cada mes; cada mes se libera un óvulo. Sólo un espermatozoide de toda esa turba, que consiste en millones de células vivas... ¡realmente es un gran problema filosófico! 
No es nada, sólo es la biología; el problema es que de tantos millones de personas, sólo nace una. Y ¿quiénes son los otros millones que no llegan al óvulo materno? En India, éste es el argumento que han utilizado los eruditos hindúes, los pandits, los shankaracharyas, contra el control de la natalidad. 
India es inteligente a la hora de dar argumentos. El Papa está contra el control de la natalidad pero no tiene ni un solo argumento. Su homólogo hindú por lo menos tiene argumentos muy válidos. Uno de ellos es: ¿cuándo hay que dejar de engendrar niños? ¿Después de tener dos o tres hijos? Dicen que Rabindranath Tagore era el decimotercer hijo de sus padres; si hubiesen practicado el control de natalidad, Rabindranath no existiría. 
Este argumento parece válido porque el control de la natalidad significa detenerse después de tener dos niños, como mucho, tres; no corres ningún riesgo, ya que uno de ellos puede morir o puede pasar cualquier cosa. Puedes tener dos hijos para reemplazarte a ti y a tu mujer, y así no aumenta la población; pero Rabindranath era el decimotercer hijo de sus padres. Si se hubiesen detenido en la docena, Rabindranath también habría perdido el tren. Pero ¿cuántos Rabindranaths pierden el tren? 
Estaba hablando con uno de los shankaracharyas: -Muy bien -le dije-, como argumento puedo decir que es verdad: nos habríamos quedado sin Rabindranath Tagore. Pero estoy dispuesto a renunciar a él. Si todo el país puede vivir en paz, tener suficientes alimentos, suficiente ropa, todas las necesidades básicas cubiertas, creo que vale la pena. Estoy dispuesto a perder a un Rabindranath Tagore, no es demasiado. Hay que sopesarlo: ¿millones de personas muriéndose de hambre para que exista un Rabindranath Tagore? ¿Todos los padres tienen que llegar a tener trece hijos? ¿Y el decimocuarto? ¿Y el decimoquinto? 
Olvídate de las cifras pequeñas; cada vez que un hombre hace el amor libera millones de espermatozoides, y cada vez que un hombre hace el amor no se concibe un niño. Hay millones de personas que desaparecen cada vez que se hace el amor. Nunca sabremos cuántos premios Nobel había, cuántos presidentes, cuántos primeros ministros... todo tipo de personas. 
Yo hago el siguiente cálculo: si un hombre tiene relaciones sexuales normales, desde los catorce hasta los cuarenta y dos años liberará tantos espermatozoides como población tiene la Tierra. Un solo hombre podría poblar toda la Tierra -¡súper poblarla!- y ya está superpoblada. Todas esas personas serán individuos únicos, sin nada en común excepto su humanidad. 
No, la vida tampoco comienza ahí; la vida comienza antes. Pero, para ti sólo es una hipótesis, y para mí es una experiencia. La vida comienza al morir en tu vida pasada. Cuando mueres, por un lado, cierras un capítulo de tu vida que la gente piensa que es toda tu vida. Sólo es un capítulo de un libro que tiene infinidad de capítulos. Se cierra un capítulo, pero no se cierra el libro. Vuelves la página y empieza el siguiente capítulo. 
Una persona que se está muriendo empieza a imaginarse su próxima vida. Es un hecho que conoces, porque sucede antes de acabar el capítulo. De vez en cuando, hay personas que vuelven desde el límite de la vida. Por ejemplo, una persona que se estaba ahogando pero, sin embargo, se salva. Estaba casi en coma, tuvieron que sacarle el agua y aplicarle la respiración artificial, pero logra salvarse. Estuvo a punto de cerrar este capítulo. Esas personas han dado información de hechos muy interesantes. 
Uno de estos hechos es que, en el último momento, cuando sienten que se están muriendo, que se ha terminado todo, recuerdan toda su vida como un destello, desde el nacimiento hasta ese momento. En una décima de segundo ven todo lo que les ha sucedido en su vida, todo lo que recuerdan y también cosas que no recordaban; muchas cosas que ni siquiera habían tenido en cuenta y que no sabían que estaban guardadas en su memoria. La película de su vida en la memoria pasa muy deprisa, es una centella, y tiene que suceder en una décima de segundo porque la persona se está muriendo, no queda tiempo, unas tres horas para ver toda la película. 
Aunque veas toda la película no podrás contar la vida de una persona con todos los pequeños e insignificantes detalles. Pero toda su vida pasa por delante, esto es un fenómeno cierto y muy importante. Antes de acabar el capítulo recuerda todas sus experiencias, sus deseos insatisfechos, sus expectativas, sus decepciones, frustraciones, sufrimientos, alegrías... todo. 
Buda tiene una palabra, lo llama tanha. Literalmente, significa deseo, pero metafóricamente significa toda una vida de deseo. Han sucedido todas esas cosas: frustraciones, satisfacciones, decepciones, éxitos, fracasos... pero todo esto ha sucedido en el campo de lo que puedes llamar deseo. 
La persona agonizante tiene que organizarlo todo antes de seguir, simplemente para poderlo recordar porque el cuerpo se está yendo: esta mente ya no va a estar con él, este cerebro no va a estar con él. Pero el deseo que se ha desprendido de su mente seguirá aferrado a su espíritu y este deseo decidirá su vida futura. Tendrá como objetivo dirigirse a todo lo que no ha podido cumplir. 
Tu vida comienza mucho antes de tu nacimiento, antes del embarazo de tu madre, mucho antes, al final de tu vida pasada. Ése es el principio de esta vida. Se cierra un capítulo y se abre otro. El noventa y nueve por ciento de esa nueva vida estará determinado por el último momento de tu muerte. Lo que has reunido, lo que traes contigo en forma de semilla... esa semilla se convertirá en un árbol, dará frutos, dará flores, o lo que le suceda. No puedes leer dentro de la semilla, pero esa semilla esconde el anteproyecto. 
Hay posibilidades de que algún día la ciencia sea capaz de leer el programa de la semilla; qué tipo de ramas tendrá el árbol, cuánto vivirá, qué le sucederá. Porque el anteproyecto ya está allí, pero no conocemos el lenguaje. Todo lo que sucederá ya está presente en potencia. 
Lo que haces en el momento de tu muerte determina cómo será tu nacimiento. La mayoría de la gente muere aferrándose. No quieren morirse, y es comprensible que no quieran morir. Cuando llega el momento de la muerte se dan cuenta que no han vivido. Se les ha pasado la vida como si fuese un sueño, y ha llegado la muerte. Ahora ya no queda tiempo para vivir, la muerte está llamando a la puerta. Cuando quedaba tiempo para vivir, estabas haciendo mil y una tonterías, perdiendo el tiempo en lugar de vivir la vida. 
Cuando le pregunto a la gente que juega a las cartas y al ajedrez: 
-¿Qué estáis haciendo? 
Me responden: -Matar el tiempo. 
Desde que era pequeño he estado contra la expresión «matar el tiempo. Mi abuelo era un gran jugador de ajedrez, y yo le pre-guntaba: -Te estás haciendo viejo y sigues matando el tiempo. ¿No te das cuenta de que, en realidad, el tiempo te está matando a ti? 
Pero sigues diciendo que estás matando el tiempo. Ni siquiera sa-bes qué es el tiempo, no sabes dónde está. Agárralo y enséñamelo. Todas estas expresiones de que el tiempo es fugaz, que pasa, que se va, sólo son una especie de consuelo. En realidad, eres tú el que se está consumiendo en cada momento. Y sigues pensando que es el tiempo el que pasa, ¡como si tú te quedaras mientras el tiempo pasa! El tiempo está donde está; no pasa. Los relojes son un invento del hombre para medir el paso del tiempo que no pasa en absoluto. 
En India, en el Punjab... si viajas por Punjab no le preguntes a nadie: «¿Qué es el tiempo?», Porque si casualmente son las doce te golpearán y saldrás vivo de milagro. Es por una razón muy filosófica, pero cuando la filosofía está en manos de los tontos esto es lo que sucede. 
Nanak, el fundador del sikhismo, dijo que el momento del samadhi, de la iluminación, es como cuando las dos manecillas del reloj marcan las doce, cuando dejan de ser dos. Sólo estaba poniendo un ejemplo: en el momento del samadhi la dualidad de tu ser se disuelve y alcanzas la unidad. Esto mismo sucede con la muerte. Explicó más tarde que lo mismo sucedía con la muerte: de nuevo las dos manecillas que se habían estado moviendo por separado, se unen y se detienen, se convierten en una, te vuelves uno con la existencia. 
Así, en Punjab, las doce se han convertido en el símbolo de la muerte. Si le preguntas a algún sardarji*: «¿Qué hora es?», Y da la casualidad de que son las doce, empezará a golpearte porque significa que te estás burlando de él, le estás maldiciendo con la muerte. En Punjab cuando ven una persona con la cara larga, infeliz, preocupada, dicen: «Tiene cara de doce en punto. » He visto sardars adelantar el reloj rápidamente; cuando son las doce lo adelantan cinco minutos. No lo dejan en las doce; les duele que su propio reloj se burle de ellos. Las doce sólo les recuerda la miseria, la tristeza, la muerte, se han olvidado completamente del samadhi, que es lo que Nanak estaba intentado explicar. 
Cuando alguien muere ---cuando llegan las doce para él- se aferra a la vida. Toda la vida pensando que el tiempo pasa y ahora siente que es él quien se va, que es él quien pasa. Aferrarse no servirá de nada. Se siente tan desgraciado, la infelicidad es tan insoportable que casi todo el mundo entra en una especie de inconsciencia, en un coma, antes de morir. Se pierden el recuerdo de toda su vida. 
Si no te aferras cuando llega la muerte, si no tienes deseos de seguir vivo ni un segundo más, morirás conscientemente, porque no es necesario que la naturaleza te deje inconsciente o te obligue a entrar en coma. Al morir estarás alerta y recordarás todo el pasado. Serás capaz de ver que todo lo que hiciste fue estúpido. 
Hay deseos que se han cumplido, pero ¿qué has ganado? Hay deseos que no se han cumplido y has sufrido, pero ¿qué ganas cuando se cumplen? Es un extraño juego en el que siempre pierdes, da igual que ganes o pierdas. 
Tus placeres no eran nada, sólo firmas en el agua, y tu dolor estaba grabado en piedra. Has sufrido todo ese dolor por unas firmas en el agua. Has sufrido toda la vida por unas cuantas alegrías que parecen juguetes a estas alturas, desde este lugar, desde este punto donde puedes ver el valle de tu vida. Los éxitos también son fracasos. Los fracasos, por supuesto, fueron fracasos, pero los placeres no fueron más que incentivos para padecer dolor. 
Tu euforia sólo era una función de tu facultad de soñar. Te vas con las manos vacías. Toda esta vida ha sido un círculo vicioso: siempre has estado en ese círculo, dando vueltas y vueltas. No has llegado a ninguna parte porque, si te mueves en círculos, ¿cómo vas a llegar a ninguna parte? El centro, en cualquier parte del círculo que estuvieses, siempre estaba a la misma distancia. 
Ha habido éxitos, ha habido fracasos, ha habido placer, ha habido dolor; ha habido miseria y ha habido felicidad. Todo eso sucedía en el círculo pero en el centro, tu ser siempre estaba equidistante de cualquier punto. Mientras estabas en el círculo era difícil de distinguir, estabas demasiado implicado, formabas parte de ello. Pero ahora, de repente, no tienes nada en tus manos, estás vacío. 
Kahlil Gibran tiene una frase en su obra maestra, El profeta... Al-Mustafa, el profeta, llega corriendo a la gente del pueblo que trabaja en las granjas y les dice: -Mi barco ha llegado, ha llegado el momento de irme. He venido para echar un vistazo a todo lo que ha sucedido y lo que no ha sucedido. Antes de embarcar tengo un gran deseo de ver cómo ha sido mi vida aquí. 
La frase que os iba a recordar es... él dice: -Soy como un río que está llegando al mar. El río espera un momento para echar la vista atrás y ver todo el terreno por el que ha discurrido: junglas, montañas, gentes. Ha sido una vida rica con miles de kilómetros, y ahora, en un solo instante, se disolverá todo. Igual que el río que está a punto de desembocar en el mar quiere echar la vista atrás, yo también quiero echar la vista atrás. 
Pero sólo es posible echar la vista atrás cuando no te aferras al pasado; porque si no, tendrás tanto miedo de perderlo que no tendrás tiempo de observarlo, de verlo. Sólo dura una décima de segundo. Si un ser humano muere estando alerta, viendo todo el terreno que ha cruzado y viendo toda la estupidez, automáticamente nacerá con agudeza, con inteligencia, con coraje. No es que él haga algo. 
La gente me pregunta: -Incluso cuando eras un niño eras sagaz, valiente, inteligente; yo no soy tan valiente ni siquiera ahora... -El motivo es que yo he muerto en mi vida pasada de una forma diferente a la vuestra. Eso marca la diferencia, porque naces del mismo modo que mueres. Tu muerte es una cara de la moneda, tu nacimiento es la otra cara. 
Si en la otra cara había confusión, miseria, preocupación, apego, deseo; en esta cara no podrás esperar agudeza, inteligencia, coraje, claridad, conciencia. Todo eso no estará garantizado en absoluto; no puedes esperarlo. 
Por eso es muy sencillo pero muy difícil de explicar porque, desde un principio, no he hecho nada en esta vida para ser valiente, agudo o inteligente. 
Sólo me di cuenta más tarde de lo estúpidas que eran algunas personas. Esto lo observé más tarde; pero antes no me daba cuenta de que era valiente. Creía que todo el mundo era igual. Sólo más tarde me di cuenta de que no todo el mundo es igual. 
Cuando empecé a crecer, empecé a recordar mi vida pasada y mi muerte, y recordé lo fácilmente que había muerto; no sólo fácilmente, sino con entusiasmo. Estaba más interesado en conocer lo desconocido que tenia por delante, que en lo conocido que ya había visto. Nunca he echado la vista atrás. Mi vida siempre ha sido así: no mirar atrás. No tiene sentido. No puedes volver, luego, ¿para qué perder el tiempo? Siempre miro hacia delante. Miraba hacia delante incluso cuando me estaba muriendo, y eso me dejó claro que yo no tenía los frenos que les impide a los demás hacer cosas. 
Esos frenos provienen del miedo a lo desconocido. Te aferras al pasado y tienes miedo de adentrarte en lo desconocido. Estás aferrándote a lo conocido, a lo familiar. Puede ser doloroso, puede ser horrible pero, por lo menos, lo conoces. Has llegado a entablar cierta amistad con ello. 
Te sorprenderás, pero ésta es la experiencia que tengo con miles de personas: se aferran a su desgracia por el simple hecho de que han entablado cierta amistad con la desgracia. Han vivido tanto tiempo con ella que si la dejasen ahora sería casi como un divorcio.
Es el mismo caso del matrimonio y el divorcio. El hombre pien-sa en el divorcio unas doce veces al día; la mujer también pero, de alguna forma, lo va sorteando, viven juntos por el simple hecho de que los dos tienen miedo a lo desconocido. Este hombre es malo, de acuerdo, pero ¿quién sabe cómo será otro hombre? Quizá sea peor. Y por lo menos te has acostumbrado a la maldad de este hom-bre, a su falta de cariño, y lo consigues aguantar. Lo has aguanta-do, también te has vuelto insensible. Con un hombre nuevo nun-ca sabes, tendrás que partir de cero otra vez. Por eso la gente se aferra a lo que conoce. 
Fíjate en las personas a la hora de morir. Su sufrimiento no es la muerte. La muerte no duele, es absolutamente indolora. Es agra-dable, es como un sueño profundo. ¿El sueño te parece doloroso? Pero no están preocupados por la muerte, el sueño profundo o el placer; están preocupados porque lo conocido se le escapa de las manos. El miedo sólo significa una cosa: perder lo conocido y en-trar en lo desconocido. 
El coraje es justo lo contrario del miedo. 
Siempre debes estar preparado para renunciar a lo conocido -debes estar deseoso de abandonarlo-, sin esperar a que madure. Salta a algo nuevo... su novedad y su frescura son muy atractivas. Entonces' tienes coraje. 
El miedo a la muerte es el mayor miedo y el más destructivo para tu coraje. 
Sólo puedo sugerirte una cosa. Ahora no puedes volver a tu muerte pasada, pero puedes empezar a hacer una cosa: estar siem-pre preparado para pasar de lo conocido a lo desconocido, en cual-quier cosa, en cualquier experiencia. 
Es mejor, aunque luego lo desconocido resulte ser peor que lo conocido, pero ésa no es la cuestión. Lo que importa es tu cambio de lo conocido a lo desconocido, tu prontitud para pasar de lo conocido a lo desconocido. Eso es enormemente valioso. Sigue haciendo lo mismo en toda clase de experiencias. Te preparará para la muerte, porque cuando llega la muerte no puedes decidir de re-pente: «Elijo la muerte y abandono la vida. » Esas decisiones no se toman de golpe. 
Tienes que ir paso a paso, preparándolo, viviendo cada momen-to. A medida que te vas familiarizando con la belleza de lo desco-nocido, empiezas a tener una cualidad nueva. Está ahí, pero nunca ha sido usada. Antes de que llegue la muerte, aprende a pasar de lo conocido a lo desconocido. Recuerda que lo nuevo siempre es me-jor que lo viejo. 
Dicen que no todo lo viejo es oro. Yo digo que aunque todo lo viejo sea oro, olvídalo. Elige lo nuevo, tanto si es de oro como si no, eso no importa. Lo que importa es tu elección: tu elección de aprender, tu elección de experimentar, tu elección de adentrarte en la oscuri-dad. Poco a poco, tu coraje empezará a funcionar. Y la agudeza de la inteligen-cia no está separada del coraje, sino que forma casi una unidad orgánica. 
Junto con el miedo está la cobardía e, inevitablemente, una mente retrasa-da, mediocre. Van juntos, se apoyan el uno al otro. Junto con el coraje está la agudeza, la inteligencia, la apertura, una mente sin prejuicios, la capacidad de aprender... van juntos. 
Empieza con un ejercicio fácil, que es: siempre que tengas opor-tunidad de elegir, recuerda, elige lo desconocido, lo arriesgado, lo peligroso, lo inseguro, y no te equivocarás. 
Y sólo así... la muerte podrá convertirse en una experiencia tre-mendamente reveladora, y podrás tener una percepción de tu nue-vo nacimiento, no sólo una percepción sino incluso una cierta elec-ción. Con conciencia, puedes elegir una determinada madre o un determinado padre. Normalmente, todo esto se hace inconsciente-mente, es accidental, pero un ser humano que se muere con con-ciencia, nace con conciencia. 
Podéis preguntarle a mi madre, casualmente está aquí. Después de nacer pasé tres días sin alimentarme, y estaban preocupados, inquietos. Los médicos estaban preocupados, porque ¿cómo va a sobrevivir este niño si se niega a alimentarse? Pero no tenían ni idea de mi problema, del problema que me estaban ocasionando. Intentaban obligarme de todas las formas posibles. Yo no tenía forma de explicarles lo que pasaba, y tampoco podían averiguarlo ellos mismos. 
Antes de morir en mi vida pasada, estaba ayunando. Quería completar un ayuno de veintiún días, pero me asesinaron antes de acabar el ayuno, tres días antes. Esos tres días se quedaron en mi conciencia hasta este nacimiento. Tenía que completar el ayuno. ¡Soy muy testarudo! Aparte de esto, la gente no pasa de una vida a otra con cosas, cuando se cierra un capítulo, se acabó. 
Pero durante tres días no pudieron meterme nada en la boca; lo rechazaba. A los tres días estaba perfectamente y estaban todos sorprendidos: «¿Por qué ha rechazado la comida durante tres días? No estaba enfermo, no pasaba nada; y a los tres días estaba completamente normal. » Siguió siendo un misterio para ellos. Pero no me gusta hablar de estas cosas con vosotros, porque para vosotros serán hipótesis, y no tengo forma de demostrarlo científicamente. No quiero daros ninguna creencia, por tanto, id talando todo lo que pueda originar un sistema de creencias en vuestra mente. 
Me amáis, confiáis en mí, por tanto debéis confiar en todo lo que os digo. Pero vuelvo a insistir, todas las cosas que no se basen en vuestra propia experiencia deben aceptarse hipotéticamente. No lo convirtáis en una creencia. Si a veces doy ejemplos es por absoluta necesidad, porque la gente me pregunta: «¿Cómo has logrado ser tan valiente y tan sagaz en tu infancia?» 
No he hecho nada. Simplemente he continuado haciendo lo que hacía en mi vida pasada. 
El coraje aparecerá. 
Empieza con una fórmula sencilla: No evites lo desconocido. 
Escoge siempre lo desconocido y tírate de cabeza. Aunque sufras, vale la pena, siempre te compensa. Sales más maduro, más formado, más inteligente.



 DIOS NO ES MIEDO NI AMA A LOS QUE TEMEN :

Y LA ÚLTIMA PREGUNTA: EL TEMOR DE DIOS

Aunque sólo sea una hipótesis, ¿es útil el concepto de un Dios 
personal que nos cuida? Porque simplemente pensar en renunciar 
al concepto de Dios me da mucho miedo.

¿Por qué te da miedo renunciar al concepto de Dios? Evidente- el concepto de Dios te está impidiendo tener miedo. En cuanto renuncias a él, empiezas a tener miedo. Es una especie de protección psicológica, eso es lo que es.

Es inevitable que un niño tenga miedo. En el vientre de la madre no tenía miedo. Nunca he oído decir que a un niño que está en el vientre de su madre se le ocurra ir a la sinagoga, a la iglesia, leer la Biblia, el Corán o el Gita; ni siquiera le interesa si existe Dios o no. No puedo imaginarme que un niño en el vientre de su madre tenga algún interés por Dios, el demonio, el cielo o el infierno. ¿Para qué? Ya está en el paraíso. Las cosas no podrían ser mejor de lo que son. 
Está absolutamente protegido, en una casa cálida y agradable, flotando en una sustancia nutritiva. Y te sorprenderás: en proporción, durante esos nueve meses el niño crece más de lo que crecerá en los próximos noventa años. En nueve meses hace un largo viaje, de no ser casi nada se convierte en un ser. En nueve meses pasa a través de millones de años de evolución, desde los comienzos hasta ahora. Pasa a través de todas las fases. 
La vida es absolutamente segura: no tiene que buscar trabajo, no tiene miedo de pasar hambre; el cuerpo de su madre lo hace todo. Vivir durante nueve meses estando tan seguro en el vientre de la madre, provoca un problema que ha dado origen a vuestras supuestas religiones. 
Cuando el niño sale del vientre de la madre, lo primero que siente es miedo. 
Es lógico. Ha perdido su casa, ha perdido su seguridad, sus alrededores, ha perdido todo lo que conocía como su mundo, y es expulsado a un extraño mundo, del cual no sabe nada. Tiene que empezar a respirar por su cuenta. 
Al niño le cuesta unos segundos reconocer el hecho de que ahora tiene que respirar por su cuenta, la respiración de su madre no le va a servir. Para despertar sus sentidos, el médico le coloca boca abajo y le da una palmada fuerte en el trasero. ¡Vaya comienzo! ¡Vaya bienvenida! 
A consecuencia de esa palmada, empieza a respirar. ¿Has observado alguna vez que cuando tienes miedo se altera tu respiración? Si no lo has observado antes, hazlo ahora. Siempre que tienes miedo, tu respiración se altera automáticamente. Y cuando estás tranquilo, en casa, sin miedo a nada, notarás que tu respiración es armónica, se tranquiliza profundamente, se vuelve más silenciosa. En meditación profunda, a veces sientes como si se hubiese detenido tu respiración. No se detiene, pero casi. 
Al principio un niño tiene miedo a todo. Durante nueve meses estaba en la oscuridad, y en el moderno hospital donde va a nacer, hay deslumbrantes tubos de luz por todas partes. Para sus ojos, para su retina que nunca ha visto la luz, ni siquiera la luz de una vela, esto es demasiado. Esta luz es demasiado violenta para sus ojos. 
Y el médico no tarda ni unos segundos en cortar la conexión que todavía le une a su madre, su última esperanza de seguridad... y un ser tan diminuto. Sabes perfectamente que no hay nadie más impotente que una criatura humana, en toda la existencia no hay ninguna criatura tan impotente.

Por eso los caballos no han inventado la hipótesis de Dios. A los elefantes ni siquiera se les ha ocurrido el concepto de Dios, no lo necesitan. La cría del elefante empieza a andar y a explorar el mundo inmediatamente. No está tan desvalida como la criatura humana. En realidad, te asombrarás de que haya tantas cosas supeditadas a la impotencia de una criatura humana: tu familia, tu sociedad, tu cultura, tu religión, tu filosofía... todo está supeditado a la impotencia de las criaturas humanas. 
Los animales no tienen familias por el simple hecho que la criatura no necesita a los padres. El ser humano tuvo que tomar partido por un sistema. El padre y la madre tienen que estar juntos para cuidar al niño. Es la consecuencia de su aventura amorosa, tienen que hacer ese esfuerzo. Pero si se dejase sola a una criatura humana, igual que hacen muchos animales, no te puedes imaginar que vaya a sobrevivir; ¡es imposible! ¿Dónde encontrará la comida? ¿A quién se la va a pedir? ¿Qué va a pedir? 
¿Es posible que haya llegado demasiado pronto? Algunos biólogos creen que la criatura humana nace prematuramente -nueve meses no son suficientes-, puesto que está tan desvalida al nacer. Pero el cuerpo humano está hecho de tal forma que la madre no puede cargar con el hijo más de nueve meses, si no, ella se moriría y su muerte sería la muerte del niño. 
Se ha calculado que si el niño pudiese estar en el vientre de la madre durante tres años por lo menos, quizá no sería necesario que hubiese un padre, una madre, una familia, una sociedad, una cultura, un Dios y un sacerdote. Pero el niño no puede estar en el vientre de la madre durante tres años. Esta extraña situación biológica ha afectado al comportamiento humano, a su pensamiento, a la estructura de la familia, de la sociedad; y eso es lo que ha provocado el miedo. 
La primera experiencia del niño es el miedo, y la última experiencia del hombre es el miedo. 
Si lo ves desde el punto de vista del niño el nacimiento también es como una especie de muerte. Vivía en un determinado mundo y estaba absolutamente satisfecho. No necesitaba nada de nada, no tenía afán de tener nada más. Simplemente, estaba disfrutando de ser, de crecer... y, de repente, es expulsado. 
Para el niño, ésta es una experiencia de muerte: la muerte de todo su mundo, de su seguridad, de su acogedora casa. Los científicos dicen que todavía no hemos sido capaces de inventar una casa tan acogedora como el útero. Lo hemos intentado, todas nuestras casas son intentos de reproducir esa acogedora casa. 
Hemos intentado hacer incluso camas de agua que nos den la misma sensación. Tenemos bañeras calientes; cuando te tumbas en ellas puedes tener una sensación parecida a la del niño. Los que realmente saben darse un baño de agua caliente, le añaden sal, porque el útero de la madre es muy salado, tiene tanta sal como el agua de mar. Pero ¿cuánto tiempo puedes vivir en una bañera? Tenemos tanques de aislamiento que no son más que una búsqueda del vientre que perdiste. 
Sigmund Freud no era un iluminado, en realidad, estaba un poco loco, pero a veces los locos también cantan bellas canciones. A veces tiene buenas ideas. Por ejemplo, cree que cuando un hombre hace el amor con una mujer no es más que un esfuerzo para regresar al útero. Quizá tenga algo de razón. Este hombre está loco, la idea parece traída por los pelos pero, aunque un hombre como Sigmund Freud esté loco, hay que escucharle atentamente. 
Siento que hay algo de verdad en ello: la búsqueda del útero, el mismo conducto del que salió... No puede llegar al útero, es verdad. Después, empezó a inventar todo tipo de cosas; empezó a hacer cuevas, casas, aviones. Si te fijas en el interior de un avión... no sería extraño que un día la gente flotara en los aviones dentro de bañeras de agua caliente salada. El avión puede darte exactamente la misma sensación, pero no será satisfactoria. 
El niño no conoce ninguna otra cosa. Intentamos hacerlo igual de acogedor: aprietas un botón y llega la azafata. Lo hacemos todo lo cómodo que sea posible, pero no podemos hacerlo tan cómodo como el útero. Ni siquiera tenías que apretar un botón. Recibías alimento incluso antes de tener hambre. Antes de necesitar aire, ya lo habías recibido. No tenías ninguna responsabilidad. 
Cuando el niño sale del útero materno, si es que siente algo, debe sentirlo como una muerte. No puede sentirlo como un nacimiento, es imposible. Ésa es nuestra opinión -la opinión de los que estamos fuera-, decimos que es su nacimiento. 
Y la segunda vez, llega un día después de una vida llena de esfuerzos... Ha conseguido hacer algo, una pequeña casa, una familia, un pequeño círculo de amigos, un poco de calor, un rincón en algún lugar del mundo donde poder relajarse y ser él mismo, donde le aceptan. Es complicado... toda una vida de esfuerzos y, de repente un día, se encuentra con que le vuelven a expulsar. 
El médico vuelve otra vez, ¡es el hombre que le pegó! Pero aquella vez era para que empezara a respirar; esta vez, que nosotros sepamos... Ahora estamos de este lado, no conocemos el otro lado. El otro lado queda para la imaginación; por eso está el Cielo y el Infierno... la imaginación está desenfrenada. 
Estamos de este lado y el hombre se está muriendo. Para nosotros se está muriendo, pero quizá esté volviendo a nacer. Esto sólo lo puede saber él, no puede volver para decirnos: «No os preocupéis; no estoy muerto, estoy vivo. » No podía volver al vientre de su madre para dar un último vistazo y decirle adiós a todo el mundo, ahora tampoco puede volver, abrir los ojos, despedirse de todo el mundo y decir: «No os preocupéis. No me estoy muriendo, estoy volviendo a nacer. » 
El concepto hindú de la reencarnación no es más que una proyección del nacimiento corriente. Para el útero -si el útero pensase- el niño está muerto. Para el niño -si el niño pensara- es morirse. Pero nace; no se está muriendo sino que es su nacimiento. Los hindúes han proyectado la misma idea sobre la muerte. Desde este lado parece que se está muriendo, pero desde el más allá... Pero el más allá es nuestra imaginación; no podemos convertirlo en lo que nos gustaría. 
Cada religión describe el más allá de un modo distinto, porque cada sociedad y cada cultura dependen de una geografía diferente, una historia diferente. Por ejemplo: los tibetanos no piensan que el más allá sea fresco, les da miedo incluso un lugar fresco, es imposible que haga frío. Los tibetanos piensan que el muerto está caliente en un nuevo mundo donde siempre hace calor. 
Los indios no piensan que siempre hace calor. Cuatro meses de calor en India ya son demasiados, pero una eternidad de calor... ¡te cocerías! No conocían el aire acondicionado, pero la forma en que describen su paraíso es como si tuviese aire acondicionado: aire fresco, ni caliente ni frío, sino fresco. Siempre es primavera, la primavera hindú: florecen todas las flores, el aire está lleno de fragancias, los pájaros cantan, todo está vivo; pero el aire no es caliente, sino fresco. Nos lo recuerdan una y otra vez, circula un aire fresco. 
Nuestra mente es la que está proyectando este concepto; de lo contrario, no sería diferente para los tibetanos, los hindúes y los musulmanes. Los musulmanes no conciben que el otro mundo sea un desierto; han sufrido mucho en el desierto arábigo. El otro mundo es un oasis, un gran oasis. No es que después de atravesar cien kilómetros te encuentres un pequeño oasis con un poco de agua y unos cuantos árboles, no, hay oasis en todas partes, y no hay desierto. 
Proyectamos, pero para la persona que se está muriendo, es el mismo proceso que ya experimentó una vez. Es un hecho sabido que a la hora de su muerte, si la persona no está inconsciente, si no está en coma, empieza a recordar toda su vida. Vuelve hasta el primer momento de su vida cuando nació. Aparentemente, es importante echar un vistazo a todo lo que ha sucedido antes de dejar este mundo. En unos pocos segundos recorre todo el calendario como si fuera una película. 
El calendario avanza deprisa, porque en una película de dos horas tienen que pasar muchos años... si el calendario se moviese al ritmo habitual, estarías sentado en el cine casi dos años, ¿quién sería capaz de soportarlo? No, el calendario sigue avanzando, las fechas van cambiando deprisa. En la hora de la muerte va incluso más rápido. En un instante pasa toda la vida y se detiene en el primer momento. Se vuelve a producir el mismo proceso... la vida ha dado la vuelta completa. 
¿Por qué quería que recordarais esto? Porque tu Dios no es más que el miedo del primer día que sigue estando hasta el último momento, cada vez se hace más grande. Por eso una persona joven puede ser atea, puede permitirse ser atea, pero a medida que se va haciendo mayor, se vuelve más difícil ser ateo. Si, cuando se está acercando a la tumba, cuando está con un pie en la tumba, le preguntas: «¿Sigues siendo ateo?», te dirá: «Lo estoy pensando mejor», a causa del miedo... ¿qué va a pasar? Todo su mundo está desapareciendo. 
Tú me dices: «En cuanto pienso en renunciar al concepto de Dios, tengo miedo. » Esto es señal de que estás reprimiendo el miedo con la roca del concepto de Dios, cuando apartas la roca, surge el miedo. 
Si surge el miedo, quiere decir que tienes que afrontarlo; el taparlo con el concepto de Dios no te servirá. No puedes volver a tener fe, ha sido destruida. No puedes tener fe en Dios, porque la duda es una realidad y la fe es una ficción. La ficción no puede estar por encima de los hechos. Dios seguirá siendo una hipótesis para ti; tu oración no servirá de nada. Sabes que es una hipótesis, no puedes olvidarte de esto. 
Cuando has oído una verdad, es imposible olvidarla. Ésta es una de las características de la verdad: que no necesitas recordarla. La mentira debe ser recordada continuamente; te puedes olvidar. La persona que esta acostumbrada a mentir necesita tener más memoria que la que está acostumbrada a decir la verdad, porque una persona sincera no necesita tener memoria. Si dices la verdad no necesitas recordar nada. Pero si mientes, tienes que recordar constantemente, porque le has dicho una mentira a una persona, otra mentira a otra persona, y otra mentira a otra. Tienes que clasificar en tu mente y recordar qué le has dicho a quién. Siempre que surge una pregunta sobre una mentira, tienes que volver a mentir, es una sucesión de mentiras. La mentira no cree en el control de la natalidad. 
La verdad es célibe, no tiene hijos; en realidad, no está casada. 
Cuando comprendes que Dios no es más que una hipótesis creada por los sacerdotes, los políticos, la elite del poder, los pedagogos... y todos los que quieren que sigas siendo un esclavo psicológico, todos los que tienen algún interés en que sigas siendo esclavo... Quieren que sigas teniendo miedo, que estés temblando en tu interior, porque si no tienes miedo, eres peligroso. 
Puedes ser una persona cobarde, que tiene miedo, que está dispuesta a someterse, a rendirse, una persona que no tiene dignidad, una persona que no respeta su propio ser... o puedes no tener miedo. Pero entonces serás un rebelde, no podrás evitarlo. O bien eres un hombre de fe, o bien eres un espíritu rebelde. 
Las personas que no quieren que seáis rebeldes -porque vuestra rebeldía va contra sus intereses-, siguen imponiéndote y condicionando tu mente con el cristianismo, el judaísmo, el islamismo, el hinduismo; y tú sigues muerto de miedo en tu interior. Ése es su poder: cualquier persona que esté interesada en el poder, cuya vida no tenga otro interés más que el poder de gobernar, tiene muchas aplicaciones para la hipótesis de Dios. 
Si tienes miedo de Dios -y si crees en Dios tienes que tener miedo-, tendrás que respetar sus órdenes y mandamientos, su libro sagrado, su Mesías, su encarnación; tendrás que obedecerle a él y a sus representantes. 
En realidad, él no existe, sólo existen sus representantes. Es un asunto muy extraño. La religión es una de las cuestiones más extrañas. No hay jefe, pero hay mediadores: el sacerdote, el obispo, el cardenal, el Papa, el Mesías, toda la jerarquía, y por encima de todos ellos no hay nadie. 
Pero Jesús deriva su autoridad y su poder de Dios, es su único hijo encarnado. El Papa deriva su autoridad de Jesús, es su único representante verdadero, infalible. Y así continúa hasta el sacerdote más modesto... pero Dios no existe; es tu miedo. Has pedido que in-ventaran a Dios porque no podías vivir solo. Eras incapaz de hacer frente a la vida, a su belleza, a sus alegrías, a su sufrimiento, a sus angustias. No estabas preparado para experimentarlas por tu cuen-ta sin que te protegiese nadie, sin alguien que hiciese de paraguas. Pediste un Dios porque tenías miedo. Y en todas partes hay estafa-dores. Si les pides algo te lo darán. 
Tendrás que renunciar a ese concepto de Dios que te ayuda a no tener miedo. Tendrás que ir a través del miedo y aceptarlo como una realidad humana. No tienes necesidad de escaparte de ello. Lo que necesitas es profundizar en ello, y cuanto más profundices en tu miedo, te darás cuenta que es menor de lo que crees. Cuando llegues hasta el fondo te reirás, no tienes nada que temer. 
Y cuando desaparece el miedo apa-rece la inocencia, y esa inocencia es el summum bonum, la esencia en sí del hombre religioso. 
Esa inocencia es poder. 
Esa inocencia es el único milagro que existe. 
Partiendo de la inocencia puede suceder cualquier cosa, pero no te convertirás en un cristiano ni en un musulmán. Por esa inocencia te convertirás simplemente en un ser humano, aceptando total-mente tu normalidad, y viviéndola con alegría, con agradecimien-to hacia toda la existencia y no hacia Dios, porque es un concepto que te han dado los demás. 
Pero la existencia no es sólo un concepto. Está a tu alrededor, por dentro y por fuera. Cuando eres completamente inocente surge -no lo llamaré oración porque en una oración estás pidiendo algo, lo llamaré agradecimiento profundo- surge un profundo agradecimiento. No es que estés pidiendo algo, sino que agradeces lo que el ya te ha sido dado. 
Te han dado tanto. 'Lo merecías? ¿Te lo has ganado? La existencia te colma de tantas cosas que es feo pedir más. Deberías estar agrade-cido por lo que has recibido. Y lo más hermoso es que cuando estás agradecido, la existencia sigue colmándote de cosas. Es un círculo: cuanto más tienes, más agradecido estás; cuanto más agradecido es-tás, más recibes... y esto no tiene fin, es un proceso infinito. 
Pero recuerda, la hipótesis de Dios ha desaparecido; en el mo-mento que lo llamas hipótesis, ya has renunciado al concepto de Dios. Tengas miedo o no, no puedes recuperar ese concepto; se ha terminado. 
Ahora sólo te queda un camino, examinar tu miedo. 
Adéntrate en él silenciosamente para descubrir su profundidad. 
A veces te darás cuenta de que no es demasiado profundo. 
Una historia: 
Un hombre que caminaba por la noche se resbaló de una roca. Creyendo que podía caerse miles de metros porque sabía que había un profundo valle, se agarró a una rama que colgaba encima de la roca. Lo único que podía ver por la noche es que estaba en un abis-mo sin fondo. Gritó; un eco respondió a su grito...  no había nadie que le escuchara. 
Podrás imaginarte la noche de tortura que pasó este hombre. La muerte estaba al acecho en cada momento, sus manos se estaban enfriando, perdía la sujeción... y cuando empezó a salir el sol miró hacia abajo y se rió: no había ningún abismo. Diez centímetros más abajo había una roca. Podía haber descansado toda la noche, podía haber dormido bien -la roca era bastante grande-, pero esa no-che había sido una pesadilla. 
A través de mi experiencia te puedo asegurar que el miedo no tiene más de diez centímetros. Pero todo depende de ti: puedes aga-rrarte a una rama y convertir tu vida en una pesadilla, o soltar la rama y valerte por ti mismo. 
No tienes nada que temer.



QUE ES LA ALQUIMIA INTERIOR ? :

Los he llamado, han escuchado mi llamado y han venido. Pero esta venida, esta venida externa, no es suficiente. Ahora los llamaré de nuevo para un viaje diferente, el interno. Y si cooperan, si están listos a ir hacia adentro, eso ayudará. 
Lo más importante a recordar es que el viaje interno requiere un valor muy profundo. Es una aventura hacia lo desconocido, y el mar es impredecible. Es necesario el valor para zambullirse. ¿Qué es este valor? 
El valor es dejar tu pasado y dar un salto. Si no tienes valor, continuarás con tu pasado. Irás repitiendo el pasado una y otra vez. Te mueves en una rueda, en un círculo. Toda ru vida se vuelve simplemente una" repetición. Valor significa el valor de salir de este círculo vicioso, de romper este continuum -descontinuar el pasado, ser nuevo, renacer. 
Este campamento de meditación va a ser una oportunidad para un renacimiento. Habrá mucho dolor, mucho sufrimiento, porque todo nacimiento es un fenómeno doloroso. Pero si estás listo, entonces aun el dolor se convertirá en dicha. Cuando la madrugada está en su momento más oscuro, cuando la noche se ha hecho más oscura, el alba está cerca. Cuando tu sufrimiento llega a un climax, estás justo en el límite desde donde la dimensión de la dicha y de la bienaventuranza comienza. Tendrás que pasar por el sufrimiento, así que alístate para eso; porque a menos que pases por eso, nunca irás más allá. No reprimas el sufrimiento, al contrario, entra y pasa a través de él. 
Los experimentos de meditación que se harán aquí, sacarán tu sufrimiento hasta la superficie. Desde el subconsciente, estos experimentos sacarán tu sufrimiento hasta el consciente; y cuando el sufrimiento se vuelve consciente, puede evaporarse. 
Desde el subconsciente, nada se evapora jamás. Vas empujando y reprimiendo tu dolor, tu cólera, tu angustia, cu violencia. Fuerzas todo lo que está dentro de ti en el subconsciente. Tu subconsciente se ha convertido en una herida. . El valor será necesario: valor para pasar a través del infierno, valor para renacer. 
Cuando te digo que es un renacimiento, en verdad quiero decir eso. Pasarás a través de una muerte y luego renacerás. La meditación es una muerte: una muerte en relación al pasado, una muerte completa como un ego. ¿Qué hacer? ¿Cómo morir para que una nueva vida nazca dentro de ti? ¿Cómo morir para que puedas resucitar de nuevo? 
Jesús dice que a menos que una semilla muera, no podrá convertirse en árbol, no podrá crecer. Ustedes son como semillas, semillas de la flor divina, y a menos que mueran como semillas, el florecimiento nunca ocurrirá. Han estado llevando sus semillas por vidas y vidas, por millones y millones de años. Todo momento es el momento preciso si están listos. La semilla puede morir y una nueva vida puede resucitar, una nueva vida puede surgir de eso. 
Si ustedes han venido, si han escuchado mi llamado, tengan valor ahora. ¡No se frenen a sí mismos! Cualquier cosa que yo diga, entren en eso tan totalmente como les sea posible. Si están listos para tener valor, podré hacer mucho. Mucho es posible si cooperan conmigo. Si simplemente cooperan y se abren, podré entrar en 
ustedes. Podré cambiarlos; podré hacer nuevos ajustes, un afinamiento. 
Y una vez afinados, toda la existencia se vuelve diferente; 
porque entonces podrán escuchar la armonía cósmica, la música cósmica. Una vez afinados a lo infinito, nunca volverán a ser los mismos. Si son afinados aunque sea por un solo momento, nunca volverán a ser los mismos. 
A través de los experimentos de meditación que estaremos haciendo aquí, mi esfuerzo será para afinarlos. Pero su cooperación será necesaria. Podrán crear barreras, podrán crear impedimentos, podrán resistirse. Si se resisten, no sucederá nada. Entonces dirán que no ha sucedido nada, pero será su responsabilidad. Si no sucede nada, ustedes serán responsables, porque significará que no lo permitieron, que no se entregaron. Recuerden esta palabra para todo el campamento: let-go (dejarse fluir, entregarse). No recuerden solamente la palabra, sino la sensación. Permanezcan en una actitud de entrega, listos para cualquier cosa que suceda, para cualquier cosa 
que yo haga. Permitiendo, estando vulnerables, abiertos. Aun si ocurre la muerte, estén listos. Sólo así les ocurrirá la vida. 
Si pueden confiar en mí, sólo entonces será posible algo. 1.a confianza significa, en última instancia, que están dejando todo en mis manos. Aun si la muerte ocurre, no habrá queja. Y si pueden hacer tanto como esto, si están preparados para confiar en mí tanto como esto, entonces no regresarán de este campamento siendo las mismas personas. Regresarán siendo hombres nuevos, mujeres nuevas, totalmente nuevos. Y cuando hayan tenido una introvisión en lo infinito, rodo el mundo se volverá nuevo. 
A través de este campamento, siente una profunda entrega. La primera palabra a recordar es let-gu (dejarse fluir, entregarse), rendición. 
La segunda palabra a ser recordada continuamente es ahora. A-H-0-R-A. No entren al pasado, no vayan al futuro. Permanezcan en este momento. Cada vez que sientan que su mente está volviendo a ir hacia atrás -pensando en el pasado, viviendo de memorias-tráiganla al ahora. O, si sienten que su mente está proyectando hacia el futuro, tráiganla al ahora. Si están comiendo, entonces coman -no hagan nada más. Si están caminando, entonces caminen -no hagan -nada más. Si están escuchando, entonces escuchen -no hagan nada más. Si están meditando, entonces mediten -no hagan nada más. Permanezcan en el momento, aquí y ahora. 
Este será su esfuerzo constante. Al principio lo sentirán como una tensión debido a sus hábitos antiguos, pero conforme profundicen en eso, la tensión desaparecerá. Por primera vez se sentirán no-censos; porque estando en el ahora, no hay tensión posible. Así que lo segundo a recordar es permanecer en el ahora. No vayan de aquí para allá; permanezcan en el momento presente. Es difícil, pero una vez que tengan la sensación de eso, se vuelve muy fácil, simple, natural. 
Y lo tercero: traigan su energía total a las técnicas de meditación. Un esfuerzo a medias no será suficiente. Simplemente estarán desperdiciando su tiempo y su energía. Gran intensidad es necesaria. Sólo entonces podrán ser transformados hacia otra dimensión. 
Así que saquen su energía total en cada técnica que vayamos a practicar aquí. Sólo entonces se podrá alcanzar cierto grado en el 
que ustedes ya no serán más los antiguos que eran. Los que fueron han desaparecido, se han evaporado, y un nuevo fenómeno se ha producido. Así que no se refrenen, no se dividan. Entren totalmente en cada técnica. Usen toda su mente y cuerpo en ella; no se queden con nada guardado. Y entonces les prometo que no saldrán de aquí tal como vinieron. Serán nuevos, habrán resucitado. Lo desconocido les habrá sucedido. Es cierto, es científico -pero tienen que satisfacer las condiciones.



LOS 3 SUTRAS BASICOS :

Hay tres sufras que son básicos para la transformación de la vida, que son supremos en cierto modo.

El primero: Sé no-ambicioso.

Mata la ambición totalmente. 
A menos que se mate la ambición, permanecerás en desgracia. La ambición es la fuente de todas las desgracias. ¿Qué es la ambición? "A" quiere ser "B", el pobre quiere ser rico, el feo quiere ser hermoso. Todos anhelan ser algún otro, algo diferente de lo que son. Nadie está contento consigo mismo. A eso se llama ambición. 
No estás contento con lo que eres. Esto es ambición. Entonces tendrás que estar en desgracia, porque no podrás ser ninguna otra cosa. Sólo puedes ser tú mismo; nada más es posible. Todo lo demás es simplemente inútil, dañino, peligroso. Puedes desperdiciar toda tu vida, toda tu existencia. 
Lo que sea que eres, lo eres. Acéptalo; no desees ser diferente. Esto es lo que significa la no-ambición. La no-ambición es básica para toda transformación espiritual, porque una vez que te aceptas a ti mismo, muchas cosas comienzan a suceder. Pero la primera cosa... Si te aceptas a ti mismo totalmente, lo primero que te ocurre es una vida no-tensa. No hay tensión. No quieres ser ningún otro; no hay ningún sitio donde ir. Entonces puedes estar en el aquí y en el ahora. No hay comparación. Tú mismo eres único. Ya no piensas más en función de los demás. 
Entonces no hay futuro. La ambición necesita el futuro, necesita espacio para crecer. No puede crecer en el aquí y en el ahora; no hay espacio. Este momento es tan pequeño, tan atómico. La ambición necesita el futuro; y cuanto mayor sea la ambición, mayor será el futuro que sea necesario. 
Si tu ambición es tan grande que no puede ser satisfecha en esta vida, entonces crearás un más allá. Crearás un cielo, crearás el moksha, crearás el concepto de la reencarnación. No estoy diciendo que no haya reencarnación, estoy diciendo que tú crees en la reencarnación, no porque sea un hecho, sino porque ru ambición es tan grande que no puede ser satisfecha en una sola vida. Tu creencia en la reencarnación, en el renacimiento, no es porque sea un hecho; es por tu ambición y deseo. La reencarnación puede ser un hecho, pero para ti es sólo una ficción. Para ti es sólo asunto del futuro, de más espacio en el cual te puedas mover. 
Recuérdalo, no puedes ser ambicioso en el momento presente. Es imposible. No hay espacio. El momento presente es tan atómico, tan pequeño, que no te puedes mover en él. Puedes estar en él, pero no puedes desear estando en él. Es suficientemente grande para estar en él, pero no es suficientemente grande para desear. Para desear necesitas futuro, tiempo. Realmente, el tiempo existe a causa del deseo. Para los árboles aquí, no hay tiempo. Para los pájaros cantando aquí, no hay tiempo. Para las estrellas, para el sol y para la tierra, no hay tiempo. El tiempo existe por el deseo humano. Si la humanidad no estuviera en esta tierra, no habría tiempo; no habría pasado ni futuro. 
Tu deseo crea el futuro. Tu memoria crea el pasado. Ambos son parte de ru mente. No desees y el rururo desaparece. Y cuando no hay futuro, ¿cómo podrás estar tenso? ¿Cómo? No hay posibilidad de estar tenso si no hay futuro. Y si no hay pasado -si sabes que es simplemente la memoria, el polvo recogido en el camino- ¿cómo podrá haber alguna ansiedad? Con el pasado entra la ansiedad. Y con el futuro -los planes, la imaginación, las proyecciones- existe la tensión. Cuando cae el pasado y el futuro no está abierto, estás en el aquí/ahora. Sin ansiedad, sin tensión, sin angustia. 
No-ambición significa aceptarte a ti mismo tal como eres. Pero eso no significa que no exista la posibilidad de crecimiento. Al contrario, cuando te aceptas a ti mismo tal como eres, la transformación comienza. Comienzas a crecer, pero la dimensión difiere. Entonces la dimensión no es en el futuro sino en lo eternal. 
Date cuenta bien de la diferencia. Puedes moverte de dos maneras. Si te mueves en el futuro, te estás moviendo en la mente: 
una ficción, un mundo de sueños. Si no te mueves en el futuro, entonces una dimensión diferente se abre para ti desde este mismo momento. Te estás moviendo en lo eternal. Lo eternal está escondido en el momento. Si puedes estar aquí ahora mismo, en el momento, has entrado en lo eternal. Si continúas pensando en el futuro y en el pasado, estás viviendo en lo temporal. Lo temporal es el mundo y lo eternal es nirvana. 
Se ha reportado que Buddha solía decir repetidamente que si podías estar en el ahora, no había necesidad de ninguna técnica para meditar. Era suficiente, hará todo lo que es necesario. ¿Pero cómo puedes estar en el ahora si eres ambicioso? 
La mente ambiciosa no puede estar en el ahora. Puede estar en cualquier otra pane pero no puede estar en el ahora. La mente ambiciosa siempre se mueve lejos del presente. Está pensando en aquello que va a venir; está pensando en el mañana. Está pensando en la otra vida; no está interesada en la vida que está aquí. Está interesada en algo que debería ser. No está interesada en lo que 'es'; 
siempre está interesada en lo que 'debería', en el 'debería'. Ese interés no es religioso. Una mente religiosa, una consciencia religiosa, está interesada en la existencia tal como es. El primer sutra es Mata la ambición totalmente para que puedas estar en el aquí y el ahora, para que puedas entrar en lo eternal. ;

El segundo sutra: 
Mata el deseo por la vida.

- Mata el deseo por la vida. Las leyes de la vida son muy paradójicas. Si deseas la vida, la perderás. Esa es la manera más segura de perderla. Si deseas la vida, la perderás; pero si no la deseas, te sucederá una vida abundante. 
A través del deseo, vas contra la vida. Parece paradójico. Lo es. Esta ley paradójica tiene que ser entendida profundamente. 
¿Por qué es que cuando deseas la vida, la pierdes? ¿Por qué? No debería ser así. Lógicamente, matemáticamente, no debería ser así. Si alguien desea la vida, ¿por qué va a perderla? El mecanismo es tal que cuando tú deseas, de nuevo te has ido hacia el futuro. ¡Y la vida está aquí! La vida ya es el caso -¿cómo puedes desearla? Sólo 
aquello que no es, puede ser deseado. Y la vida lo es. ¿Cómo puedes desearla? Ya está; ya está sucediendo. Tú eres vida. 
Si deseas la vida, la perderás. Por medio del deseo, (e estás alejando de la vida. Todo deseo te lleva más lejos y más lejos. Por eso es que hay tanta insistencia en el estado del no-deseo. No es que Buddha o todos aquellos que hablan del estado del no-deseo, estén contra la vida. Realmente, al contrario, están a favor de la vida. Pero dicen: "No desees", y a nosostros nos parece como si estuvieran contra la vida, que negaran la vida. No lo están. 
Estamos perdiendo la vida a causa del deseo. Por eso es que Buddha dice: "No desees". ¿Qué sucede si no deseas? La vida ce sucederá. Ya te está sucediendo, pero no puedes verla porque tus ojos se han fijado en el futuro. Estás en alguna otra parce; tu menee no está aquí. La vida está aquí y tú no estás aquí, así que el encuentro se ha hecho imposible. Entonces ansiarás la vida, desearás la vida, pero irás perdiéndola. 
Permite que la vida te suceda. ¿Cómo puede ser hecho eso? Estando alerta aquí. Sin tener el deseo de estar en alguna otra parte. 
Desde el momento en que comienzas a desear la vida, te vuelves temeroso de la muerte. Tiene que ser así, porque el deseo por la vida crea el temor a la muerte. No hay muerte. En realidad nada muere; nada puede morir; es imposible. La muerte nunca ocurre; no existe la muerte. Entonces, ¿por qué sentimos tanto por la muerte?, ¿y por qué tenemos miedo de ella? ¿Por qué tenemos temor de algo que no existe? 
Tenemos temor de la muerte a causa de nuestro deseo por la vida. El deseo por la vida crea un temor como reacción: el temor a la muerte. Nosotros no conocemos la vida, pero deseamos la vida. Entonces el temor viene cuando creemos que la vida va a ser destruida. 
Vemos que la muerte ocurre... que alguien muere. ¿Has observado alguna vez el hecho de que siempre es algún otro el que muere, nunca tú? Siempre es algún otro. Ves la muerte desde afuera; 
no la has visto desde adentro. Ves morir a alguien, pero no sabes lo que le está sucediendo en su núcleo más interno. Simplemente sabes lo que está sucediendo en la periferia. La periferia ha muerto; ya no más está viva, el hombre no puede respirar. ¿Pero qué es lo que le ha sucedido en el núcleo, en el mismo ser, en el centro? Eso no lo sabes. 
Nadie ha presenciado la muerte. Y nadie puede, porque hay una sola manera de presenciarla: si entras en tu propio núcleo más interno y la presencias desde ahí. Pero la muerte nunca sucede ahí. Por eso es que un Buddha se ríe de la muerte, un Krishna se ríe. 
Krishna le dice a Arjuna en el Gita: "No tengas temor. No pienses que alguien vaya a morir". Nadie muere; no puedes matar a nadie. Es imposible. En este mundo nada puede ser destruido, ni siquiera un microorganismo puede ser destruido. La destrucción no es. posible; sólo el cambio es posible. 
La vida continúa fluyendo. Una ola muere (parece morir) y luego sucge otra ola. Sólo las formas desaparecen y nuevas formas aparecen, pero nada muere y nada nace. 
Si nada muere, entonces nada nace, porque la muerte es posible sólo si algo nace. El nacimiento y la muerte son dos falacias. Tú exististe antes de tu nacimiento -de otro modo el nacimiento no habría sido posible- y tú continuarás existiendo después de tu muerte -de otro modo no sería posible que estés aquí y ahora. Pero el deseo de aferrarse a la vida crea el temor a la muerte. 
Si dejas de desear la vida, el temor a la muerte desaparece inmediatamente. Y cuando el temor a la muerte desaparece, podrás saber lo que es la vida. Una mente que está temblando de miedo y angustia no podrá conocerla. Para conocer es necesario una (Consciencia muy tranquila, sin temor, sin miedo. 
-^3>]      El deseo por la vida significa temor a la muerte. El surra dice Mata el deseo por la vida para que el temor a la muerte desaparezca. Y cuando no hay muerte, y no hay apego a la vida, sabes lo que es la vida, porque ya la escás viviendo. ¡Tú eres eso! No es alguien extrínseco; es algo intrínseco. Ya te está sucediendo. Estás respirando en eso. Eres como un pez en el océano de la vida, pero no estás consciente de eso, porque cu atención está obsesionada con el futuro. Deseo significa obsesión por el futuro. No-deseo significa vivir en el aquí/ahora.

Y el tercer sutra: 
Mata el deseo por la comodidad, el deseo por la felicidad, mátalo.

Parece muy oscuro, triste, negando la vida. No lo es. Cuanto más deseas la comodidad, más incomodidad sentirás. Cuanto más deseas la comodidad, más incomodidad estás creándote a ti mismo, porque la incomodidad es relativa al deseo por la comodidad.
Cuanto más busques la felicidad, estarás más en sufrimiento. El sufrimiento es una sombra. Cuanto mayor sea el deseo por la felicidad, mayor será la sombra. Pide felicidad y nunca la conseguirás. Solamente sufrirás frustración. ¿Por qué? Porque sólo hay una manera de estar feliz, y ésa es estar feliz aquí/ahora. La felicidad no es el resultado. Es una forma de vida. 
La felicidad no es el resultado final del deseo. Es una actitud, no un deseo. Puedes estai feliz aquí y ahora si sabes cómo estarlo, pero nunca estarás feliz si no sabes cómo y si continúas deseando. La felicidad es un arce. Es una manera de vid¿. 
En este mismo momento, si puedes estar en silencio y alerta de la vida que hay a tu alrededor y dentro de ti, estarás fdiy.. Las aves están cantando, el vienro e.stá soplando. Lo.s árboles están felices, el cielo está feliz, todo en la existencia está feh/ excepto tú. {3. existencia es felicidad, es una celebración eternal, una festividad. ¡Mira la existencia! Lodo árbol e,stá en un estado festivo, todo pájaro está en un estado festivo. Excepto el hombre, todo lo demás está en un estado festivo. Toda ia existencia está en un festival, en un festival constante y continuo. Ni tristeza, ni muerte, ni desgracia existe en ninguna parte excepto en la mente humana. Hay algo errado en la mente humana, no en la existencia. Hay algo errado en ci, no en la situación. 
¿Por qué el hombre está infeliz? Ningún animal está tan infeliz, ningún pájaro está tan infeliz, ningún pez está tan infeliz como el hombre. ¿Por qué el hombre está tan infeliz? Porque el hombre desea la felicidad, y los pájaros están felices en este mismo momento; los árboles están felices en este mismo momento. El hombre desea la felicidad; nunca está feliz aquí y ahora. Siempre desea la felicidad y continúa perdiéndola. I.a felicidad está aquí. Está sucediendo en todo tu alrededor. Permítela que entre dentro de ti. 
Sé parte de la existencia. No entres en el futuro. La existencia nunca entra en el futuro; sólo la mente lo hace. 
Esto es lo que llamo meditación: estar aquí, no moverse al futuro. Ser no-ambicioso, matar el deseo por la vida, no desear la felicidad. Y entonces estarás feliz y nadie podrá destruir tu felicidad. Entonces será imposible que estés infeliz. Entonces serás inmortal y la vida eterna te habrá sucedido. En realidad, ya te ha sucedido pero no estás consciente de ella. Entonces estarás pleno. Sin la ambición, estarás pleno y satisfecho. 
Eres único. Todo, todo climax de .experiencia que haya sido posible a cualquiera, también es posible para ti; pero te sucederá de una manera única. Le sucedió a Buddha, a Jesús, a Zoroastro y también te sucederá a ti. Pero nunca ocurre en la misma forma. No te va a suceder como le sucedió a Buddha. No te va a suceder como le sucedió a Jesús. Te sucederá en una forma única, individual. Cuando te suceda a ti será absolutamente nueva. El núcleo más profundo de la experiencia será el mismo -la misma bienaventuranza, el mismo silencio, la misma iluminación- pero en la periferia todo será diferente. 
Así que no imites a nadie. Eso es parte de la ambición. No imites a Buddha, no imites a Jesús. Trata de ser tú mismo. Incluso si tratas es inútil. Simplemente sé tú mismo. Cuando eres tú mismo, estás abierto a todas las posibilidades, cuando eres tú ^smo, toda la existencia comienza a ayudarte. No estás luchando con ella. 
Cuando no estás luchando... Esto es lo que significa CONnfianza. Cuando no estás luchando, la existencia te sucede. Si estás luchando con la existencia simplemente te estás destruyendo a ti mismo, destruyendo tus posibilidades, tu energía, tu vida, tu existencia. ¡No luches! Ríndete a la existencia. Acéptate a ti mismo tal como el todo desea que seas, no trates de ser ninguna otra cosa, y la iluminación te puede ocurrir en cualquier momento. En este mismo momento te puede ocurrir; no hay necesidad de esperar.



DESEO Y SEPARATIVIDAD :

La Sensación de Separatividad

Mata toda sensación de separatividad.

La mente piensa en términos de separatividad, de división, de análisis. A través de la mente la vida es dividida en fragmentos. La vida misma no está dividida; la vida misma es una unidad. La vida misma permanece sin dividir, pero la mente piensa en términos de fragmentos, así que cualquier cosa que la mente diga, tendrá que ser falsa. El árbol allá, el cielo sobre ti, la tierra, tú y todo lo ^ demás son una unidad profunda. El árbol parece estar separado de ti/ pero no lo está, no puede estarlo. El sol está tan lejos, pero tú no puedes existir aquí si el sol muere. Inmediatamente dejarás de existir aquí. Sin el sol allá -millones de kilómetros distante- no puedes existir aquí. Si el sol deja de existir, nunca llegaremos a saber que ha dejado de existir, porque no habrá nadie que lo sepa. 
Nosotros somos parte de los rayos. 
Todo el universo es una unidad cósmica. Tú no estás aislado; no eres como una isla. Estás conectado; estás enraizado en el 
océano de la existencia tal como una ola. 
A menos que esto se sienta muy profundamente, nadie podrá entrar en samadhi, uno no podrá entrar en el éxtasis total de la existencia; porque si crees que tú estás separado no podrás unirte, si crees que tú estás separado no podrás rendirte. Si sientes que tú no estás separado, la rendición se vuelve fácil; sucede. Si sientes que eres uno con la vida, puedes confiar en ella. Entonces no hay temor. Entonces podrás morir en ella con felicidad, con éxtasis. Entonces no hay temor a la muerte.

El miedo a la muerte llega a existir porque crees que tú estás separado. Entonces comienzas a luchar, entonces comienzas a protegerte. Comienzas a verte a ti mismo como a un enemigo, en conflicto. Piensas en términos de conquistar, de ser victorioso. Pero entonces serás vencido; tu derrota es segura. 
Eres solamente una parte del todo, pero continúas luchando con el todo. Por eso es que por todas partes ves que todo el mundo es un fracaso: vencido, frustrado. Y al final, todo el mundo llega a darse cuenta de que la vida ha sido una gran derrota y nada más. No solamente aquellos que no tienen éxito lo sienten así. Los que tienen éxito también lo sienten así. Un Napoleón, un Alejandro Magno, aun ellos se sienten vencidos. 
• ¿Por qué es esto así? Es así porque tú no estás separado del todo. Llamo a un hombre irreligioso si cree que él está separado de la vida, y llamo a un hombre religioso si él sabe que es una parte orgánica de la vida. Digo una parte orgánica, no una parte mecánica, porque la parte mecánica puede ser retirada; la parte orgánica no puede ser retirada. Realmente no es una parte -está en una unidad ' profunda con el todo.

Un hombre religioso va más allá de la ansiedad, más allá del temor a la muerte, porque ahora sabe que él no es y que el todo es. Entonces, ¿cómo puede haber temor? Aun la muerte se vuelve una comunión, una unión. No es una disolución. Al contrario, es una unión. No es algo que está contra ti. Mas bien es una profunda relajación para ci. 
La vida es una tensión, una ansiedad. La muerte es hermosa. Simplemente entras en una profunda relajación. Regresas a tu fuente de nuevo. La ola se elevará de nuevo, pero por el momento ha cesado; ha entrado al océano para descansar. La muerte es un descanso profundo. Y antes de un nuevo nacimiento, ese descanso es necesario. 
Una vez que te das cuenta de esto, no hay temor. Aceptas todo, y una vez que aceptas y te haces consciente de la unidad profunda, de la unidad orgánica, oceánica, sabes que todo es uno, que la existencia es una. Aparece en formas diferentes, en millones de formas, pero sólo las formas difieren. La substancia, el núcleo más interno, permanece siendo uno. 
Esta actitud te ayudará a entrar en la meditación muy fácilmente. Recuérdalo, si tienes temor a la muerte también tendrás temor a la medicación. Es un corolario lógico. Si tienes temor a la muerte no podrás permitirte entrar totalmente en la meditación,

porque la meditación es un tipo de muerte, una clase de muerte. Conscientemente, voluntariamente, te estás uniendo con el todo. Estás muriendo como individuo, como ego, y estás haciéndote uno con la existencia sin ego, 
Si tienes temor a la muerte también tendrás temor a la meditación. Pero si amas la meditación, no tendrás temor a la muerte. Si entras en la meditación sin temor, sin miedo, te volverás inmortal, porque no habrá muerte para ti. Ya estás muerto, así que, ¿cómo puedes morir otra vez? Alguien que haya entrado en la meditación ya está muerto. Ahora no puedes morir de nuevo, ahora la muerte no puede destruirte. Tú ya te has rendido; ya no eres más. La muerte entrará a una casa vacía. No serás encontrado ahí. 
Sólo el ego muere, tú no. Tu vida es eterna, pero el ego es transitorio. El ego es simplemente un fenómeno creado, compuesto. Tú lo has creado. Es necesario, tiene cierta utilidad. En la sociedad necesitas un ego; pero en la vida, en la existencia, ese mismo ego se vuelve una barrera.

Sannyas significa ir más allá de la sociedad, porque significa la rendición del ego. En la sociedad el ego es necesario. Debes tener algún punto de referencia para indicar quién eres tú. En sannyas, ese punto de referencia no es necesario. No hay necesidad de decir quién eres; simplemente puedes ser. Eres, eso es todo. No hay necesidad de decir quién eres. Ese 'quién' es una necesidad social. La existencia nunca pregunta quién eres. 
Cuando abandonas al ego, estás listo a hacerte uno con el todo. Estas son realmente dos maneras de decir lo mismo: bien siente que toda la existencia es una, o siente que no hay ego en ti. Ambas maneras lograrán lo mismo; el resultado será igual. Llegarás a una unidad oceánica. Y una vez que la conozcas, esa unidad no podrá ser perdida. 
Mata toda sensación de separatividad. Simplemente conviértete en una gota, en una gota de agua que ha caído en el océano y se ha vuelto una con él. Y no temas a la muerte porque, realmente, no hay muerte para ti. Esa parte de ti que tiene miedo es un fenómeno falso, una entidad falsa -una entidad que es creada por la sensación de separatividad. En meditación, recuerda que estás saltando de regreso a la fuente, saltando a la fuente. Estás yendo desde el ego hacía una existencia sin ego.

El Deseo por las Sensaciones

Mata el deseo por las sensaciones. ... Aprende de las sensaciones y obsérvalas, porque sólo así puedes comenzar la ciencia del auto-conocimiento, y plantar tu pie en el primer peldaño de la escalera. 
Mata el deseo por las sensaciones. Vivimos para las sensaciones, anhelamos las sensaciones. Vamos buscando más y más nuevas sensaciones; toda nuestra vida es un esfuerzo para obtener nuevas sensaciones. ¿Pero qué sucede? Cuanto mas buscas las sensaciones, menos sensible te vuelves. La sensibilidad se pierde. 
Parece paradójico. En las sensaciones, la sensibilidad se pierde. Entonces pides más sensaciones y el 'más' mata más tu sensibilidad. Entonces pides aún más, y finalmente llega un momento cuando todos tus sentidos se han vuelto insensibles y muertos. El hombre nunca antes ha estado tan insensible y muerto como lo está hoy día. Antes siempre estuvo con más vida, porque no hubo tantas posibilidades para satisfacer tantas sensaciones. Pero ahora la ciencia, el progreso, la civilización, la educación, han creado tantas oportunidades para ir entrando más y más lejos en el mundo de las sensaciones. En última instancia te conviertes en una persona muerta; tu sensibilidad se pierde. Saborea más comidas -gustos más fuertes, comidas más fuertes- y tu gusto se perderá. Si vas alrededor del mundo y vas viendo cosas más y más bellas, te volverás ciego; la sensibilidad de tus ojos se perderá.

Cambia al objeto de tu amor todos los días -a tu enamorada o a tu enamorado, a tu esposa o a tu esposo- si lo cambias todos los días, tu sensibilidad por el amor morirá. Estás yendo en un terreno peligroso. Nunca entrarás en profundidad; sólo irás por la superficie, por la periferia. Cuanto más cosas 
experimentes, tu capacidad para experimentar será menor. Y entonces al final, cuando todas las cosas a tu alrededor hayan llegado a estar muertas, pides lo divino, pides la bienaventuranza, pides la verdad. Un hombre muerto no puede experimentar lo divino. Para experimentar lo divino necesitas una sensibilidad toral; 
necesitas estar lleno de vida. Recuerda, sólo lo similar puede hacer brotar lo similar. 
Si quieres lo divino -'lo divino' significa lo más vivo, lo siempre vivo, siempre joven, siempre verde- si quieres encontrar lo divino, tendrás que estar más vivo. ¿Cómo hacerlo? Mata todo deseo por las sensaciones. No busques las sensaciones; busca la sensibilidad, vuélvete más sensible. 
Las dos son diferentes. Si buscas las sensaciones, estarás buscando cosas; acumularás cosas. Pero si buscas la sensibilidad, todo el trabajo tendrá que ser hecho en tus sentidos, no en las cosas. Kiú no estás para acumular cosas. Tienes que profundizar rus sentimientos, tu corazón, tus ojos, tus oídos, tu nariz. Todos los sencidos deberían ser profundizados de tal manera que puedan llegar a ser capaces de sentir lo sutil.

Ni siquiera podemos sentir lo grosero, y debemos yolvernos capaces de sentir lo sutil. El mundo parece ser grosero sólo porque no podemos sentir lo sutil. Lo invisible está escondido en lo visible. Mira estos árboles. Mira lo grosero: al cuerpo del árbol. Nunca miras, nunca sientes la vida de adentro. ¡El crecimiento! El árbol en sí mismo no está creciendo; el árbol es sólo un cuerpo. Alguna otra cosa -lo invisible- está creciendo en él. Y a causa de eso, el árbol crece. Lo interior está creciendo, y a causa de eso, lo exterior está creciendo. Pero tú sólo miras al árbol, así que sólo lo exterior es visto. 
Mira a tu alrededor. Mira en los ojos de tu amigo. Miras sólo los ojos, no al que ve a través de ellos. Toca el cuerpo de tu amigo. Tocas sólo lo grosero; nunca sientes lo sutil adentro. Sólo el cuerpo, sientes lo externo; porque tus ojos (tus sentidos) se han vuelto tan insensibles que no pueden sentir lo interno, lo invisible. 
Más sensibilidad es necesaria. Busca menos sensaciones y crece en sensibilidad. Cuando tocas, conviértete en el toque. Cuando ves, conviértete en los ojos. Cuando oigas, toda tu consciencia debe ÍT a los oídos. Escuchando una canción, o escuchando a los pájaros, 
vuélvete tus oídos. Olvídate de todo lo demás, como si tú fueras tan solo tus oídos. Anda a tus oídos con tu ser total. Entonces, tus oídos se harán más sensibles.

Cuando estés mirando algo -una flor, o una cara bella, o las 
estrellas- conviértete en tus ojos. Olvídate de todo lo demás, como sí todo el resto de tu cuerpo se hubiera ido de la existencia y tu consciencia se hubiera vuelto tan solo tus ojos. Entonces tus ojos serán capaces de mirar más profundamente, y tú serás capaz de mirar también a lo invisible. Lo invisible también puede ser visto, pero 
necesitas ojos más penetrantes para verlo. 
Mata. todo deseo por las sensaciones, y crece en sensibilidad. Piensa menos en el mundo y más en tus sentidos. Purifícalos. Cuando no buscas sensasiones, llegan a purificarse más. Cuando, buscas más y más sensaciones, estás matando tus sentidos. 
El hombre que encuentra lo divino es el hombre cuyos sentidos están totalmente vivos, en su máxima capacidad. Entonces no es tan solo que puedas ver lo divino. Podrás saborear lo divino, podrás oler lo divino. Lo divino puede entrar dentro de ti a través de cualquier sentido. Sólo cuando lo divino entra a ti desde todos los sentidos sucede la última realización. Si tan solo puedes ver lo divino, es tan solo una realización parcial. Entonces realmente no estás iluminado. Estás solamente parcialmente iluminado, si no puedes tocar lo divino, si no puedes saborearlo.

Usar tales palabras parece ilógico. ¿Saborear a Dios? ¿Es él una comida? Sí, él es todo. Puedes saborearlo, pero entonces necesitas una capacidad muy sutil para gustar. Tu propia comida llegará a ser divina. A través de la comida, se sentirá lo divino. Los rishis de los Upanishads han dicho que la comida es brahama. 'Anna es brahama. Ellos deben haberlo saboreado, deben haberlo comido. 
Nosotros continuamos pensando que Dios es un problema de lógica, así que vamos discutiendo acerca de él, a favor o en contra. Continuamos discutiendo si Dios existe o no. Esto no es relevante. Dios no es un tema de discusión, de lógica, de razonamiento. Dios realmente tiene que ver con la sensibilidad. Si no lo sientes, hazte más sensible. Ningún pensamiento lógico servirá de ayuda. ¡Hazte más sensible! Si eres sensible, él está ahí. El siempre ha estado ahí, pero tú no eres sensible. Las cosas te vuelven insensibles Las sensaciones te hacen insensible. Mata el deseo por las sensaciones.


EL DESEO Y EL EXITO  :

Deseando lo Inalcanzable

Desea tan solo aquello que está dentro de ti.

Parece absurdo, paradójico, ilógico. Desea tan solo aquello que está dentro de ti. El deseo básicamente es por aquello que no está dentro de ti. El deseo significa el deseo por algo que no est¿[ dentro de ti. Si ya está dentro de ti, entonces ¿cuál es la necesidad de desearlo? 
Nunca nos deseamos a nosotros mismos tal cual somos. 
Siempre deseamos alguna otra cosa. Nadie se desea a sí mismo; ño hay necesidad. Ya eres eso; no te está faltando nada. Deseas algo que te falta.

El sutra dice: Desea tan solo aquello que está dentro de TI,por muchas razones. Una, si deseas algo que no está dentro de ti, podrás conseguirlo pero nunca llegará a ser tuyo. No podrá serlo. Realmente, nunca podrás llegar a ser el amo de eso; simplemente llegarás a ser un esclavo. El que posee siempre es poseído por sus posesiones. Cuanto mayor sea el número de posesiones, mayor será la esclavitud que se crea.

Eres poseído por tus posesiones, y deseabas ser tú el amo. La frustración comienza porque toda tu esperanza es frustrada. Llecas hasta el punto donde consigues las cosas que querías, todo lo que deseabas ha sucedido, pero tú te has vuelto el esclavo. Tu reino no es sino una prisión y codo lo que posees, o lo que crees que posees realmente no lo posees, porque te puede ser quitado en cualquier momento. Aun si nadie te lo quita, la muerte tendrá que quitártela 
En terminología religiosa, aquello que te puede ser quit ¡ado por la muerte no es tuyo. La muerte es el criterio. Hay sólo un criterio para juzgar si realmente posees algo. Considéralo gn relación a la muerte y ve si aún continuarás teniéndolo después d, g ru muerte. Si la muerte se lo lleva, nunca lo poseíste. Todo fue sólo una ilusión.

¿Hay algo que la muerte no pueda llevarse de ti? Si no haV nada, entonces la religión es inútil, sin sentido. Pero hay algo que b muerte no puede llevarse y ese algo está escondido dentro d.e ti Tú ya lo posees. Es tu naturaleza más interna. Ha venido cont ipo- has nacido con ella. O mejor aun, será mejor decir que tú eres eso que tú lo posees. Si tú lo posees, te podrá ser quitado. 
Tú eres eso; es tu propio ser. Es su misma base;- su existencia. Eso es lo que es llamado atman. Atman significa aquello que tú ya eres. Nadie te lo puede quitar; ni siquiera la muerde puede destruirlo. Este sutra dice: Desea tan solo aquello que está dentro de tí. Desea atman, desea tu ser más interno, desea el centro que tú ya posees, pero al cual has olvidado completamente.

¿Por qué el hombre lo olvida? Es una necesidad. Para sobrevivir tiene que prestarse atención al mundo exterior. Para sobrevivir, para existir, para permanecer en la vida, continuamente tienes que prestar atención a las cosas: a la comida, al abrigo. El cuerpo necesita atención. Se enferma, está predispuesto a sufrir. El cuerpo está constantemente luchando para sobrevivir porque para el cuerpo hay muerte. El cuerpo está en una lucha continua con la muerte, así que se le debe prestar una constante atención. El cuerpo siempre está en un estado de emergencia porque en cualquier momento la muerte puede ocurrir. Tienes que estar continuamente alerta y continuamente consciente de esta lucha contra la muerte, así que toda tu atención se vuelca hacia afuera. No queda energía para ir hacia adentro. Esta es una necesidad de supervivencia. Por eso es que vamos olvidando que existe un centro dentro de nosotros que es inmortal, que existe un centro dentro de nosotros que es eternal, que existe un centro dentro de nosotros que es una bienaventuranza absoluta. 
El dolor atrae la atención; el sufrimiento atrae la atención. Si tienes un dolor de cabeza, tu atención va hacia la cabeza; (te haces consciente de que tienes la cabeza. Si no hay dolor en la cabeza, te olvidas de la cabeza. Te sacas la cabeza -como si no tuvieras cabeza.)

Se siente el cuerpo sólo cuando está enfermo. Si tu cuerpo .está absolutamente saludable no lo sentirás. No sentirás su peso. Realmente, llegarás a sentirte sin cuerpo. Este es el único criterio de auténtica salud: que el cuerpo no se siente en absoluto. Cada vez que se siente el cuerpo significa que hay alguna enfermedad, alguna perturbación. Tu atención en necesaria. 
Hay tantos problemas que vienen del exterior que tu atención está constantemente comprometida y ocupada allí. Por eso es que re olvidas que existe algo en el mismo centro de tu ser que es inmortal, que es divino, que es bienaventurado. Este surra dice:

Desea tan solo aquello (fue está dentro de ti.... Porque dentro de ti está la luz del mundo -la única luz que puede iluminar el Camino. Si no eres capaz de percibirla dentro de ti, es inútil buscarla en algún otro lugar. 
El siguiente sutra dice:

Desea tan solo aquello que está más allá de ti.

Desea tan solo aquello que está más allá de tí. Siempre desea lo imposible, porque sólo a través de ese deseo podrás crecer. ¿Y qué cosa es imposible? Escalar el Everest no es imposible; 
tampoco lo es ir a la Luna. Ambos han llegado a ser posibles. Alquien ha llegado al Everest. Aun si nadie hubiera llegado ahí, no era imposible. Difícil pero no imposible. Estaba dentro de la capacidad humana alcanzarlo. La Luna está dentro de nuestra capacidad de alcanzar y pronto el hombre llegará también a otros planetas. No es imposible, solamente difícil. Algún día será posible. Sólo una cosa es imposible, una cosa que está más allá de ti, y eso es tu ser más interno. 
¿Por qué? Digo que la Luna no es tan difícil de alcanzar aun cuando la Luna está tan lejos, y digo que tu ser más interno es más imposible de alcanzar aun cuando sólo está dentro de ti. ¿Por qué es tan difícil de alcanzarlo entonces? Porque está dentro de ti, por eso. Tú sólo sabes cómo alcanzar aquello que está afuera. Tus manos pueden alcanzar lo que está afuera, tus ojos pueden ver lo que está afuera. Tus sentidos se abren hacia afuera; no tienes sentidos que puedan ayudarte a mirar adentro. Tu mente se mueve hacia afuera;

no puede moverse hacia adentro; por eso es que la mynte tiene que ser desechada. Sólo entonces podrás entrar en meditación. 
La mente es básicamente un movimiento hacia el exterior. Puedes observar esto muy fácilmente. Cada vez que piensas, estás pensando en algo que está fuera de ti. Todo lo que piensas siempre está fuera de ti. ¿Alguna vez has pensado en algo que esté adentro? No hay necesidad de pensar en lo que está adentro, porque tú lo puedes experimentar. No hay necesidad de pensar en eso; el pensar es un substituto. Tú puedes llegar a realizar aquello que está dentro de ti. Está sólo en la esquina. Mueves la cabeza, cambias de dirección. Desde afuera haces un giro hacia adentro y puedes experimentarlo. ¿Cuál es la necesidad de pensar en eso?

Pero continuamos pensando aun en el interior. Pensamos en lo que es el atman. Pensamos: "¿Qué es el ser?" Creamos filosofías y sistemas. Continuamos creando teorías de que el ser significa 'esto', que la definición es 'ésta', y nadie trata de sentirlo. Está tan cerca a ti -¿cuál es la necesidad de teorías? 
Las teorías son necesarias para lo que está muy lejos, porque no puedes alcanzarlo en esce momento. Tienes que crear un puente. Las teorías son necesarias para llegar a la Luna, pero no son necesarias para llegar al centro dentro de ti, porque no hay ninguna distancia. No hay nada que unir con un puente; tú ya estás ahí. Tan solo es necesario un cambio de actitud y tú puedes realizarlo. No hay necesidad de teorizar o filosofar. Pero continuamos creando filosofías. Hemos creado miles y miles de filosofías, y los filósofos continúan desperdiciando sus vidas pensando en aquello 
que ya está dentro de ellos. ¡Podrían haber saltado adentro en cualquier momento!

Pero está más allá. Más allá de los sentidos, porque los sentidos no pueden abrirse hacia eso; se abren en la dirección opuesta. Y está más allá de la mente, porque la mente no puede conducirte ahí; siempre te conduce hacia alguna otra parte. La mente es un instrumento para el mundo; es un mecanismo para moverse en el exterior, para ir más lejos de ti. Su propósito es para eso. Por eso es que hay tanco énfasis en que en el samadhito hay mente. Samadhi es un estado de no-mente; la mente cesa. 
En las técnicas de meditación que estamos haciendo, todo el esfuerzo es éste: cómo cesar de ser una mente, cómo abandonar la mente, cómo dejar de pensar, cómo llegar a un momento donde no exista el pensar, donde exista simplemente el estado de alerta, de consciencia. 'No pensar' significa que no hay nubes en el cielo; que sólo el cielo está ahí. 'No pensar' significa que no hay nubes en la mente, tan solo la consciencia. Dentro de esa consciencia, tú estás. 
Cuando estás en la menee, estás amera; cuando estás en la no-mente, estás adentro. Esta transferencia desde la mente a la no-mente es todo el viaje. Si puedes agregar 'no' a tu mente, has llegado. Por eso es que se llama mas allá. 
Desea tan solo aquello que está más allá de ti -más allá de tus sentidos, más allá de tu mente, más allá de tu ego. 'Tú' no estarás ahí, tu centro más interno no es tú; tú estás tan solo en la periferia. La periferia no puede estar en el centro. Cuando avanzas hacia el centro dejas la periferia. La periferia no puede existir en el centro. Pertenece al centro pero existe fuera del centro, justo a su alrededor.

Todo lo que conoces sobre ti mismo es tan solo la periferia:

tu nombre, tu identidad, tu imagen. Eres un hindú o un mahometano o un cristiano; eres negro o eres blanco; eres esto o aquello. Tu nación, raza, cultura -todo esto es tan solo en la periferia; todos estos condicionamientos están sólo en la periferia. 
El mundo no puede penetrar en tu centro. Sólo puede cultivar la periferia; sólo puede tocarte en tus límites. Sólo tu envoltura puede ser hindú, sólo tu envoltura puede ser cristiana, sólo tu envoltura puede ser jama. 'Tú' no lo eres; no puedes serlo. Sólo tu envoltura pertenece a la India o a Pakistán o a América. Tú no puedes pertenecer a ninguna nación ni a ninguna raza. Tú perteneces a la misma existencia. En el centro todas las divisiones son falsas, pero significativas en la periferia. 
Todo lo que conoces sobre ti mismo es tu ego. 'Ego' es tan sólo una palabra utilitaria. Toda tu periferia quiere decir 'tú'. Pero este 'tú' desaparecerá cuando comiences a ir hacia adentro. Este 'tú' desaparecerá poco a poco; este 'tú' desaparecerá, este 'tú' se evaporará. Entonces llegará un punto cuando seas auténticamente tú mismo; tu antiguo ser ya no estará más ahí. Por eso es que se dice:

Desea tan solo aquello que está más allá de ti... Está más allá de ti; 
porque cuando lo alcanzas te has perdido a ti mismo.

Desea tan solo aquello que es inalcanzable.

Desea tan solo aquello que es inalcanzable. ¿Qué es inalcanzable? Mira a tu alrededor -todo es alcanzable. Puede ser que no lo hayas alcanzado, pero puede ser alcanzado. Si haces un esfuerzo suficiente podrás alcanzarlo. Potencialmente, es alcanzable. 
Alejandro Magno creó un gran imperio. Puede ser que tú no lo hayas creado, pero lo que Alejandro pudo tú también lo puedes. No es imposible; no es inalcanzable. Puede ser que no hayas acumulado tanta riqueza como Rockefeller o como algún otro, pero lo que Rockefeller hizo tú también puedes hacerlo. Es humano; está dentro de tu capacidad. Tú puedes ser un fracaso, puede ser que no seas capaz de alcanzarlo, pero es alcanzable. Tu fracaso es tu propio fracaso, pero porencialmente podrías haber ceñido éxito. Así que no se puede decir que las cosas son inalcanzables. 
Entonces, ¿qué cosa es inalcanzable? ¿Aquello que no puede ser alcanzado? Si ése es el significado, entonces ¿para qué desearlo? Si no puede ser alcanzado, entonces el deseo es inútil. ¿Para qué desear aquello que es inalcanzable? ¿Qué se quiere decir con eso?

El significado es muy profundo, esotérico. El significado es que cu ser más interno es inalcanzable porque ya ha sido alcanzado. No puedes lograr aquello porque tú eres eso. No lo puedes convertir en un logro. No es algo que tenga que ser logrado. Ya está ahí, tú nunca has estado lejos de él. Nunca lo has perdido; es tu propia naturaleza. Es tú, tu ser más interno. No lo puedes lograr; sólo puedes descubrirlo. No lo puedes lograr; sólo puedes destaparlo, sólo puedes reconocerlo. 
No hay posibilidad de inventarlo; ya está ahí. No tiene que ser ganado; ya está ahí. Tan solo cienes que darle tu consciencia. Tienes que focalizar tu consciencia en eso y de pronto aquello que nunca se había perdido es encontrado. 
Cuando Buddha llegó a la iluminación alguien le preguntó: 
"¿Qué has alcanzado?"

Buddha dijo: "Nada, porque todo lo que he logrado, ahora sé que siempre estuvo ahí. Nunca se había perdido. Simplemente lo he descubierto. He conocido un tesoro que ya estaba dentro de mi por siempre". 
Desea tan solo aquello que es inalcanzable. 
... Es inalcanzable, porque retrocede por siempre. Entrarás en la luz, pero nunca podrás tocar la llama. 
En otro sencido también es inalcanzable. Nunca podrás ser capaz de decir: "Lo he logrado", porque ¿quien dirá que lo ha logrado? Ese 'yo' que podría pretenderlo, ya no está más allí. Ese ego -la periferia- ya no existe más. Al lograrlo, al alcanzarlo, tiene que desaparecer. El ego tiene que ser desechado, descartado. Sólo puedes lograrlo cuando hayas llegado a estar sin ego. No podrás lograrlo teniendo el ego, porque el mismo ego es la barrera. 
Así que ¿quién está allí que vaya a jactarse? Se dice en los Upanishads que si alguien proclama que lo ha logrado, sábelo bien que no lo ha logrado, porque la misma proclama es egocéntrica. Si alguien dice: "He conocido a Dios", sábelo bien que él no ha conocido a Dios; porque una vez que Dios es conocido, ¿quién está presente para jactarse? El conocedor desaparece en el propio fenómeno del conocimiento. El conocimiento sucede sólo cuando el conocedor ya no es. Cuando el conocedor está ausente, el conocimiento sucede -así que ¿quién se jactará?

Había un monje Zen, su nombre era Nan-in. Alguien le preguntó: "¿Has conocido la verdad?" 
El se rió, pero se mantuvo en silencio. El hombre dijo: "No puedo entender tu risa misteriosa. Tampoco puedo entender tu silencio misterioso. Usa las palabras. Dime. Y sé claro sobre eso. Dime sí o no. ¿Has conocido la verdad, lo divino?" 
Nan-in dijo: "Me lo estás haciendo difícil. Si digo sí, las escrituras dicen: 'Alguien que diga: "He conocido", no ha conocido'. Así que si digo sí, quiere decir que no y si digo no, no será la verdad. Así que ¿qué estoy supuesto a hacer? No me fuerces a usar palabras. Volveré a reírme y me mantendré en silencio. Si puedes entender, está bien, si no puedes entender, también está bien. Pero no usaré palabras, no me fuerces, porque si digo sí quiere decir que no he conocido, y si digo. no, no será verdad". 
Tú llegarás, pero en tu pureza. En esa pureza, tu ego no estará presente. El ego es el elemento impuro, extraño dentro de ti -sólo el polvo acumulado a tu alrededor. No es tú. Desnudo, lo alcanzarás. Tu ego es tan solo como tus ropas. No estará presente ahí. Desea tan solo aquello que es inalcanzable.

El Poder que te Hará Nada

Desea el poder ardientemente.

... Y ese poder que el discípulo envidiará es aquél que lo hará aparecer como nada ante los ojos de los hombres. 
Estaremos entrando en más y más contradicciones. El lenguaje de la religión tiene que ser contradictorio. En la superficie, parece irracional. En cierto modo lo es, porque va más allá de la razón, trasciende la razón. Este surra dice: Desea el poder ardientemente -pero ese poder que te convierte en nada. Llegas a ser un no-ser. 
Deseamos el poder para llegar a ser algo. El poder que puede dar la riqueza, el poder que puede dar la política, el poder que puede dar el prestigio. Deseamos el poder para ser algo, y este sutra dice: Desea el poder ardientemente -pero ese poder que te convierte en nadie, en nada.'

Hay dos clases de poder. Uno, es el poder que puedes acumular de los demás -aquél que te puede ser dada por los demás o que te puede ser quitado por los demás. Depende de los demás. El poder que depende de los demás te hará alguien ante los ojos de los demás. Tú permanecerás siendo el mismo que eras, pero ante los ojos de los demás te habrás vuelto alguien. El pensar que eres alguien es lo que significa el ego. Y el ego es la barrera. 
Desea ese poder -el segundo tipo- ése te permite sentir que tú eres nadie. Es difícil sentir: "No soy nadie". Todos piensan que son alguien, ya sea que los demás estén de acuerdo o no. ¡Cada cual piensa que es alguien! Esto es lo común; toda mente común piensa que es alguien. Desde el momento en que llegas a darte cuenta de que no eres nadie, has llegado a ser extraordinario, raro, una flor única, incomparable. El sentimiento de ser nadie crea un espacio 
dentro de ci. El ego se disuelve, tu centro falso ya no más está presente. Te has vuelto más espacioso. Ahora lo eternal puede entrar

en ti. Este espacio, este vacío, puede permitir que la existencia florezca en ti. 
Tú estás lleno con tu pensamiento de ser alguien. Que eres esto o aquello. La mente es tan astuta que aun puedes crear este pensamiento de ser alguien a través del pensamiento de que no eres nadie. Te contaré una anécdota: 
Un emperador, un emperador mahometano, estaba orando en la mezquita en algún día religioso. El le estaba hablando a lo 
divino y diciéndole: "No soy nadie. No soy nada. Ten piedad de mí". 
Entonces repentinamente escuchó que un mendigo también 
estaba orando cerca a él. También estaba diciendo: "No soy nadie. Ten piedad de mí". 
¡El emperador se sintió ofendido! Miró al mendigo y le dijo: "Escucha, ¿quién está tratando de competir conmigo? Cuando digo: 'No soy nadie', ¿quién más se atreve a decir: 'No soy nadie'? ¿Quién está tratando de competir conmigo?" 
Aun al decir que no eres nadie puedes estar compitiendo. Entonces se pierde rodo el sencido. El emperador no pudo tolerar que alguna otra persona pretendiera no ser nadie delante de él. Cuando le está diciendo a Dios que él no es nadie, realmente no tiene la intención de no ser nadie. Pretendiendo no ser nadie, está creando la situación de sentirse que es alguien. También puedes crear el ego al pensar que eres nada.

Recuerda que el ego es poder en el mundo e impotencia en lo que respecta a lo divino. Todo lo que parece ser poder en el mundo es impotencia en la dimensión divina. Ahí, la impotencia es el poder. Jesús continúa diciendo a sus discípulos: "Sean pobres de espíritu". No sólo pobres, porque pueden ser pobres sin ser pobres de espíritu. Entonces aun la pobreza llegará a ser un tipo de riqueza. Si te sientes orgulloso de ser pobre, entonces tu pobreza no es pobreza. No es pobreza de espíritu. 
Así que Jesús continúa repitiendo: "Sé pobre, pobre de espíritu". De otro modo, podrás ser un mendigo en las calles -habrás dejado todo- pero ahora estarás aferrado al hecho de haber dejado todo; te aterras a tu renunciación. Habrás hecho una riqueza de tu pobreza; te sientes arrogante por eso. Observa a los sannyasins, a los monjes, a los bhikkhus. Observa en sus ojos. Ellos tienen una profunda arrogancia por el hecho de haber dejado el mundo, por haber renunciado. Ellos han renunciado al mundo, pero ahora tu renunciación se ha vuelto un saldo a favor en su cuenta bancaria. Se sienten arrogantes por eso; se sienten superiores por eso. Cuando Jesús dice: "Sé pobre de espíritu", quiere decir: no seas superior a nadie. 
El no quiere decir que seas inferior, recuérdalo. Este es el problema. El no quiere decir que seas inferior, porque si eres inferior •si sientes que eres inferior- es de nuevo superioridad puesta de cabeza, nada más. La superioridad que está parada de cabeza se vuelve inferioridad. Si te sientes inferior, el anhelo de ser superior está presente.

Cuando Jesús dice: "Sé pobre de espíritu", no solamente quiere decir que no seas superior. Quiere decir eso, pero también quiere decir que no seas inferior; simplemente que seas tú mismo. No te compares con los demás, estáte tranquilo contigo mismo. 
Entonces serás nadie, porque para ser alguien necesitas comparación. ¿Cómo puedes ser alguien si no hay comparación? Eres más hermoso, nunca eres simplemente hermoso. Nunca puedes ser simplemente hermoso; siempre eres más hermoso en comparación con alguna otra persona. Eres rico en comparación con algún orro, tienes más conocimientos en comparación con alguien más. Superioridad e inferioridad son siempre comparaciones. Eres alguien cuando te comparas con los demás. Si no hay comparación, ¿entonces quién eres? No puedes ser simplemente hermoso, ¿o sí? No puedes ser simplemente sabio, ¿o sí? 
Piensa en esto: estás solo en la tierra; toda la humanidad ha desaparecido. ¿Qué serás? ¿Sabio o tonto? ¿Hermoso o feo? ¿Un gran hombre o tan solo un hombre común? ¿Qué serás? Solo en la tierra -toda la humanidad ha desaparecido- simplemente serás tú mismo. No podrás decir: "Soy esto o aquello". No serás nadie. Serás nadie.

El sannyas real, la renunciación real, significa que es como si todo el universo, toda la humanidad, hubiese desaparecido y tú estuvieses solo. No hay posibilidad de comparar. Entonces ¿quién eres? Nadie. Este no ser nadie es poder -poder en el mundo de lo divino. 
Jesús dice: "Aquellos que son primeros en este mundo, serán los últimos en el reino de Dios; y aquellos que son los últimos aquí, serán los primeros en el reino de Dios". Aquello que es poder en el mundo, es ausencia de poder en el camino divino; y aquello que es ausencia de poder en el mundo, es poder en el camino divino. 
Este suya dice: Desea el poder ardientemente, pero recuerda el significado de 'poder'. Es ausencia de poder. Es una sensación de no ser nadie, de nada, de vacío. Y ese pudor que el discípulo envidiará es aquél que lo hará aparecer como nada ante los ojos de los hombres.

Desea la paz fervientemente.

...La paz que desees es esa paz sagrada a la que nada puede perturbar, y en la cual el alma crece como lo hace la flor sagrada sobre la laguna quieta. 
Desea la paz fervientemente. Nadie desea la paz. Vas hablando sobre ella, y continúas engañándote a ti mismo que deseas la paz, pero nadie la desea -porque una vez que es deseada, la paz sucede, y no te ha sucedido. 
Nadie desea la paz. Aun si dices que deseas la paz, no la deseas, porque ésta es una de las leyes supremas: si deseas la paz, sucede. ¿Entonces dónde está el error? 
Mucha gente viene a verme. Un estudiante vino -estaba a punto de rendir su examen final para graduarse de médico. Me preguntó: "¿Cómo puedo tener paz? ¿Cómo puedo estar en silencio? Ayúdame. Deseo la paz. Estoy tan perturbado, tan tenso". 
Le pregunté: "¿Por qué deseas la paz?"

El dijo: "Quiero lograr la medalla de oro. El examen está a punto de acontecer. Soy un estudiante de primera línea y éste va a ser mi último examen y deseo la medalla de oro. Y si mi mente está tan tensa ¿cómo podré lograrla? Así que ayúdame a estar en paz .

¡Observa la contradicción! Y esto le está sucediendo a todos. Le dije: "Si no fuera a haber ningún examen, si no tuvieras deseo de alcanzar la medalla de oro, si no tuvieras la ambición de 
"ser el primer alumno, ¿habría alguna perturbación dentro de ti? ¿Estaría perturbada tu paz?" 
El respondió: "No. ¿Por qué habría de estaria? Entonces no habría ningún problema. Estaría en paz. Pero en este momento el v examen está ahí y yo deseo la medalla de oro. Así que ayúdame a  tener paz". 
 La ambición está destruyendo su paz. Continúa aferrándose a su ambición y aún desea la paz. La paz al servicio de la ambición es imposible; es una contradicción. La ambición no puede tener paz. La ambición de tener éxito no puede tener paz. Si deseas la paz, deséala por sí misma. No la hagas un medio para alguna otra cosa. No puede ser convertida en un medio. Cuando este sutra dice: Desea la paz fervientemente, significa paz como un fin no como un medio. Nadie desea los medios, los fines son deseados y, a causa de los fines, los medios son deseados. Pero la paz nunca puede ser convertida en un medio. Todo lo que es bello, todo lo que es verdadero, todo lo que es bueno, todo lo que es profundo en la existencia, no puede ser convertido en un medio. Siempre es el fin. Pero deseamos incluso a Dios como un medio. Nadie desea a Dios por sí mismo; deseamos a Dios para algún otro propósito, entonces, el deseo es falso.

Por eso es que digo que nadie desea la paz a menos que la desee por sí misma. Puedes lograrla fácilmente si la deseas como un fin. Deséala por sí misma y sucede, porque en el propio deseo por la paz, la ambición cae; en el propio deseo por la paz, la ansiedad desaparece; en el propio deseo por la paz, la angustia desaparece. Si continúas siendo ambicioso -deseando el éxito, deseando ser esto o aquello, ser alguien- entonces la paz no te sucederá. Entonces permanecerás ansioso, cargado de ansiedad, tenso. Permanecerás en angustia y cualquier cosa que hagas no te será de ninguna utilidad. ASÍ que estáte claro sobre esto. Si quieres paz, deséala directamente como un fin. Entonces el propio deseo por la paz te transforma. 
Realmente la paz es natural. No es algo que tiene que ser deseado. Tú, tú mismo, la perturbas. Ella ya está presente. La paz es natural para ti; es tu propio ser. Tú la perturbas con la ambición, la perturbas con los deseos, la perturbas con la cólera, la perturbas con la violencia. Ella ya está ahí, pero tú la has perturbado.

¡No la perturbes! Si realmente la deseas, no la' perturbarás. Entonces comenzarás a sentirla. 
Para lograr la paz, uno tiene que retirar todos los obstáculos hacia ella. Descubre por qué no estás en paz. ¿Por qué? Entonces, retira la causa. Si la ambición la está perturbando, deshazte de la ambición y la paz sucederá. La paz ya está ahí; no necesitas tratar de conseguirla. Tan solo hazte consciente de por qué la estás perturbando y no la perturbes, eso es todo. Y sucederá. Por eso es que digo que cuando la paz es realmente deseada sucede inmediatamente. Ni siquiera por un solo momento tiene uno que esperar.

Desea las posesiones sobre todo.

Este sutra parece ser muy peligroso: Desea las posesiones sobre todo. ¿Posesiones? La propia palabra creará una perturbación en tu mente, porque todos los grandes maestros han enseñando: no desees las posesiones. Buddha dice: "Sé no-posesivo". Mahavir dice: 
"Aparigraha: no-posesión". Jesús dice: "Deja todas las riquezas, todas las posesiones". 
Jesús dice: "Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico pueda pasar por la puerta del reino de Dios", y este sutra dice: Desea las posesiones sobre todo. Pero el sufra es hermoso. Significa lo mismo que están diciendo Mahavir, Buddha y Jesús, pero lo dice en una manera muy contradictoria.

Dice que todas las cosas que tú crees que son posesiones no son posesiones, porque realmente no puedes poseerlas. ¿Puedes poseer las cosas? ¿Puedes poseer a los otros? ¿Puedes poseer algo en el mundo? Sólo puedes engañarte a ti mismo de que posees algo. Realmente no puedes poseer nada porque la muerte lo destruirá todo. 
Otra cosa: cualquier cosa que poseas se convierte en tu dueño. El que posee es poseído por sus posesiones. Te vuelves un esclavo; no eres el amo. Así que, ¿qué sentido tiene decir que posees el mundo? Nadie posee nada. Sólo una cosa puede ser poseída y ésa es tu propio ser. Nada más puede ser poseído. 
Tú puedes llegar a ser el amo solamente de tu propio ser. Si pretendes ser el amo de algún otro, llegarás a ser tan solo un esclavo. 
Podrás llamar a esta esclavitud 'poder', podrás llamarla 'dominio', pero simplemente te estás engañando a ti mismo. Engaños son engaños. Tan solo cambiando el nombre, nada se cambia. 
Observa tus posesiones. ¿Las posees? Si tu casa es destruida llorarás, gritarás, te volverás loco; pero si tú mueres, tu casa no va a llorar, no se va a enloquecer. Así que, ¿quién es el verdadero dueño? La casa te posee. No tiene ningún interés por ti: que vivas en ella o no. Realmente, se sentirá muy bien si re vas. Estará más tranquila. No depende de ti. Tú tan solo estás perturbando su paz. Si mueres, la casa se sentirá muy bien. Así que, ¿quién es el que posee? 
Este sutra es significativo en este sentido: que sólo el ser puede ser poseído y nada más. Y si tú no puedes poseer tu ser, ¿qué más crees que puedes poseer?

Así que sé el amo -el amo de tu propio ser- y no hagas ningún esfuerzo por poseer nada. No quiero decir que dejes to<fo. Ese no es el asunto. Usa rodo, pero no pienses en términos de posesión. Usa la casa, pero no seas el propietario. Usa la riqueza; no seas el propietario. Usa todo el mundo, pero no pienses que lo posees. Eres simplemente un viajero que está de paso. Cansado, descansas bajo un árbol. Pero no poseas al árbol. Y si no lo posees, sentirás una profunda gratitud por el árbol. Cuando te vayas al atardecer, le agradecerás. Te sentirás agradecido porque cuando estabas cansado y el camino quemaba, el árbol te dio su sombra; el árbol estaba fresco. Pero no trates de poseer al árbol. De otro modo, no te sentirás agradecido. 
-      Cuando posees, no sientes gratitud. No poseas a tu esposa, no poseas a tu esposo. Cuando estás cansado, tu esposa te da su amor. Siéntete agradecido por eso.

Y si no posees a tu esposa, no serás poseído por ella. La relación sucede sólo cuando no hay posesión. Si hay posesión, siempre hay conflicto. Los esposos y esposas viven peleando; no puedes encontrar enemigos más profundamente relacionados. Son enemigos íntimos; coexisten tan solo para pelear entre sí. Toda la relación es envenenada porque el esposo trata de poseer a la esposa y la esposa trata de poseer al esposo, y nadie puede poseer a nadie; la posesión es imposible. Sólo puedes poseerte a ti mismo; eso es todo lo que es posible, todo lo demás es imposible. Pero cuando uno 
trata de poseer y hacer algo imposible, todo va mal; la relación es envenenada. La vida se vuelve una desgracia.

Desea las posesiones sobre todo.

Pero esas posesiones deben pertenecer sólo al alma pura, y ser poseídas, por lo tanto, igualmente por todas las almas puras, y así ser la propiedad especial del Todo sólo cuando están unidas. Apetece tales posesiones como las que puede tener el alma pura, para que puedas acumular riquezas para ese espíritu unido con la vida, que es tu verdadero ser.



BUSCA TU CAMINO :

Busca el camino.

"... Haz una pausa y considera por un momento. ¿Es ése el camino que deseas? ¿O es que hay una oscura perspectiva en tus visiones de grandes alturas a ser escaladas por ti, de un gran futuro para que tú logres? Sé advertido. El camino será buscado por sí mismo, no en relación a tus pies que pisarán sobre él". 
Busca el camino. El camino no es conocido. Otros no te lo pueden hacer conocer; no te puede ser dado. El camino no puede ser mostrado, no puede ser transferido. Tú cienes que buscarlo. 
Comúnmente, pensamos que debemos buscar la mera, y que el camino ya está señalado. Hay tantos caminos sobre los cuales la gente va hablando, pensando que todos ellos llegan a la misma meta. La meta tiene que ser descubierta, la meta debe ser alcanzada, ¿pero el camino? El camino está disponible. En realidad, está demasiado disponible, hay demasiados caminos. 
Pero no es así, porque la meta y el camino no son dos cosas. El mismo camino se convierte en la meta. El primer paso es también el último, porque el camino y la mera no son dos cosas. El camino, conforme avanzas en él, se transforma en la meta. Lo real es no pensar en la meta. La búsqueda básica debe ser con respecto al camino. Descubre el camino: Busca el camino. 
Pero nuestras mentes están tan condicionadas que todos piensan que se Jes ha dado un camino por nacimiento. Alguien es cristiano, alguien es hindú, alguien es mahometano. Piensan que el camino les ha sido dado por la sociedad, por la cultura, por la educación. No, el camino no puede ser dado por nadie. Ni la sociedad, ni la cultura, ni la educación pueden darte el camino. Tú 
tendrás que buscarlo, porque a través de la búsqueda serás transformado. 
Un camino prestado es un camino muerto. No podrás viajar en él; no te conducirá a ninguna parte. Podrás creer en él, podrás consolarte con él, podrás posponer tu travesía a causa de él -porque crees que conoces el camino, que puedes viajar en él cualquier día-pero viajar en el camino que se te ha dado, que se te ha prestado, no te será de ninguna utilidad, de ninguna ayuda. 
Tú tendrás que buscar tu propio camino. Es difícil buscarlo; 
muchos errores son posibles. Pero nada se gana sin errores, así que ten suficiente valor para errar. Puedes ir por el camino errado, pero es mejor ir por el camino errado que no moverse en absoluto, porque por lo menos aprenderás a moverte, por lo menos aprenderás lo que es un camino errado. Eso también es bueno, porque podrás usar el método de eliminación. Irás en este camino y encontrarás lo que está errado. Irás en otro camino y descubrirás lo que está errado. Y conociendo lo que está errado, llegarás a entender lo que está correcto. 
"    • Así que no tengas temor de errar, no tengas temor de ir por el camino errado. Aquellos que tienen demasiado temor de cometer errores y de ir por el camino errado, se paralizan. Entonces se quedan donde están; nunca se mueven. 
Ten valor y busca tu propio camino. Y no imites el camino de nadie. La imitación no te llevará a la libertad. No es asunto de seguir un camino u otro; el asunto es buscar. Sé un buscador y no un seguidor. Y aprende muy bien la diferencia. 
Un seguidor es un imitador. Un''buscador también sigue, pero no es un imitador. Un buscador también sigue, pero sigue para buscar, para descubrir. Permanece alerta, permanece consciente. Un seguidor se vuelve ciego, se vuelve dependiente -un esclavo espiritualmente. Tira su responsabilidad sobre los hombros de algún otro y luego se aterra a él. Un buscador es responsable por sí mismo. Está alerta, es responsable -descubriendo algo nuevo cada día, experimentando con algo nuevo cada día. No tiene temor, es vulnerable, está abierto a cualquier nueva luz, listo a entrar en cualquier dimensión que entre en su visión. Si siente que el camino en el cual está es errado, no dirá: "Pero he invertido tanto en este camino. Ahora ya no puedo cambiar". Botará el camino, botará toda 
su inversión en él, regresará hasta donde estaba antes y comenzará a aprender de nuevo desde el A-B-C. 
Un buscador está siempre listo a cambiar, pero un seguidor es terco. Cerrará sus ojos en vez de ver la luz, porque ya ha invertido tanto... 
Un monje jaina vino a verme. Me dijo que había sido un monje jaina por treinta años. "Ahora sé que he escogido un camino que no es para mí, pero ahora no puedo dejarlo porque si lo dejo, ¡qué haré entonces? No tengo educación. Fui iniciado como monje cuando tan solo era un niño. Estos treinta años de monje me han hecho totalmente dependiente de los demás. No puedo hacer nada; 
no puedo hacer ningún trabajo físico. ¡Y soy tan respetado! Aun los grandes capitalistas vienen a verme e inclinan reverentemente sus cabezas. Si dejo de ser monje -y sé ahora que esto no es para mí-esta misma gente que se inclina a mis pies ahora, ni siquiera me daría empleo como peón. ¿Entonces qué hacer?" 
Hay mucha inversión. Todo el prestigio, el respeto, el honor, está en juego ahora. Así que le dije: "Si eres realmente un r buscador, tíralo todo. Sé un mendigo o sé un tonto, pero no seas falso. Si te das cuenta que este camino no es para ti, entonces bota todo lo que llegue a ti a través de este camino. No seas falso, no seas inauténtico". 
El monje dijo: "Pensaré sobre eso. Pero parece difícil". 
El ha estado pensando sobre eso por tres años. No ha regresado a verme. No vendrá. El es un seguidor, no un buscador. Un buscador puede tirar todo en el momento en que se da cuenta que algo no es para él. No hay dudas. Este sutra dice: Busca el camino. Sé un buscador, no un creyente. 
Busca el camino retrocediendo hacia adentro. 
Y cada vez que encuentres algo que te atraiga a ti, a tu razón, a tu lógica, a tu mente, -algo que parezca racional, que parezca verdadero- eso no es suficiente. Tu razón puede decir que es verdadero, pero puede ser que no sea verdadero. A menos que experimentes con eso, a menos que experimentes algo a través de eso, nada ha sido descubierto. A través de la lógica, nada se descubre. La lógica es una ayuda, pero no la conviertas en el criterio 
supremo. El criterio supremo siempre está adentro. Experimenta y prueba. Y a menos que experimentes algo, no creas que lo has encontrado, que el camino te ha sido revelado. Sólo a través de la experiencia las teorías se convierten en verdad. 
Busca el camino retrocediendo hacia adentro. Cada vez que encuentres una técnica, un camino, retrocede hacia adentro, anda adentro. Experimenta con él ahí: en tu subjetividad, en tu corazón. Experimenta con él. No continúes tan solo pensando sobre lo que es la meditación. ¡Hazla! Sólo entonces sabrás lo que es. Puede ser que una técnica no funcione para ti. Entonces deséchala y trarq otra. Hay cientos de técnicas de meditación. Alguna técnica tendrá que funcionar contigo. La humanidad ha estado luchando para liberarse por miles de años y todo tipo de hombre ha obtenido la liberación. Todo tipo de técnica ha sido descubierta. 1 ú no eres nuevo; has estado ya antes. Muchos como tú han estado antes y han viajado por el camino. Muchas técnicas han sido descubiertas. 
Prueba. Pero sé auténtico. Sé íntegro cuando la trates. E inténtalo con tu energía total. Si nada resulta de una técnica particular, entonces déjala y entra en otra. 
En épocas antiguas, cuando un discípulo llegaba donde un Maestro, lo primero que el Maestro trataba de observar era si el discípulo armonizaba con él y si él armonizaba con el discípulo. Si el Maestro pensaba que el discípulo no era para él, si pensaba que el discípulo podría ser ayudado más por algún otro Maestro -aun por alguien que estuviera contra él- él le decía al discípulo: "¡Ve donde 
ese Maestro!" 
El discípulo diría: "Pero he escuchado que él está contra 
usted. Dice que lo que está haciendo está errado". 
El Maestro diría: "No te preocupes de lo que dice. El armonizará contigo, su camino armonizará contigo. Ve donde él. 
Prueba ahí". 
Continúa probando diferentes técnicas, pero pruébalas con todo tu corazón. Porque podría ser que descartes una técnica que estaba bien para ti. Así que pruébalas con todo tu corazón. Si sucede algo, bien. Entra en ella, entra en profundidad. Pero si la has probado con todo tu ser, con toda tu energía, y si no sucede nada, entonces desecha la técnica; no es para ti. Pero no la descartes antes 
de que la hayas tratado -antes de que la hayas tratado con tu totalidad. Busca el camino retrocediendo hacia adentro. .:••• 
Busca el camino avanzando audazmente hacia afuera. 
Incluso si experimentas con una técnica, y sientes algo adentro, existen muchas posibilidades de que solamente sea una fantasía! Puede ser tan solo una proyección de tu mente, puede ser tan solo un sueño, la satisfacción mental de un deseo. No creas que has logrado el camino. Entonces, lo que hayas logrado interiormente, trátalo afuera. Lo que hayas conocido dentro de tu corazón, ahora transfórmalo en tu carácter; ahora vívelo. Lo has experimentado. Ahora vívelo, conviértelo en tu vida. Si has sentido que te ha sucedido el silencio a través de esa experiencia, permite que el silencio se expanda, permite que las ondas del silencio a tu alrededor vayan más allá de ti. Deja que tu silencio llegue a otros. Deja que otros también sientan que has alcanzado el silencio. 
Si todavía continúas siendo colérico hacia el exterior y si aun así dices: "Soy un gran meditador", simplemente te escás engañando a ti mismo. No alucines, no te engañes, porque solamente tú serás el perdedor, nadie más. Cualquier cosa que haya sucedido dentro de ti -si sientes que has experimentado la luz interna... ¿Cuál es el criterio para conocer si es una alucinación o si es una realidad? El criterio es que tu vida externa cambiará como resultado. 
Si realmente has experimentado la luz interna, el sexo desaparecerá. El amor te ocurrirá, pero el sexo desaparecerá; la sexualidad desaparecerá. El amor, una individualidad muy amorosa lo reemplazará. No habrá deseo de sexo. Si el deseo sexual permanece, no has experimentado la luz interna. Entonces la luz interna es tan solo una proyección de la mente. 
Y así sucesivamente. Cualquier cosa que hayas experimentado internamente debe manifestarse externamente. Debe permitírsele que se exprese en tu vida, porque ésa es la prueba real, el criterio real. Si has llegado a un silencio profundo, el odio desaparecerá. Si continúa, y no se ha transformado totalmente en amor, entonces no has sentido el silencio interno. Con el odio, el silencio interno es imposible. Puedes haber sentido algo que ha sido cultivado, puedes haber cultivado cierta quietud... 
Si vas repitiendo un manera, crearás una tranquilidad que es cultivada/falsa, pero tu vida externa permanecerá siendo la misma. Si lo interno cambia, lo externo debe cambiar, pero lo contrario no es cierto. Puedes cambiar lo externo y no hay necesidad de que lo interno haya cambiado. Eso es lo que significa la hipocresía. Puedes cambiar lo externo -puedes ser muy amoroso externamente- y estar lleno de odio internamente. Cambias lo externo, creas una máscara 
falsa, una fachada. 
Puedes verlo por todas partes, particularmente en este país 
donde se ha enseñado tanta religión. El único resultado final es ésce: 
una sociedad hipócrita, máscaras, no caras reales. Observa cualquier cara y te darás cuenta que no es real. Algo más hay escondido detrás 
de ella, algo que es completamente opuesto. 
Puedes cambiar lo externo y no hay necesidad de que cambie lo interno. Pero si lo interno cambia, es inevitable que lo externo deba cambiar. Cuando lo interno cambia, lo externo cambia automáticamente. Si no está cambiando, entonces tu cambio interno 
es tan solo una alucinación. 
Estos tres sufras son muy significativos: 
Busca el camino. 
Busca el camino retrocediendo hacia adentro. Busca el camino avanzando audazmente hacia afuera.



HALLANDO AL MAESTRO INTERNO :

La totalidad de la naturaleza del hombre debe ser usada sabiamente por aquél que desea entrar en el camino. Cada hombre es para sí mismo absolutamente el camino, la verdad y la luz... Búscalo estudiando las leyes del ser, las leyes de la naturaleza, las leyes de lo sobrenatural: y búscalo haciendo la profunda reverencia del alma a la tenue estrella que arde adentro. Constantemente, conforme la observas y veneras, su luz se hará más fuerte. Entonces podrás saber que has encontrado el comienzo del camino. Y cuando hayas encontrado el fin, su luz repentinamente se convertirá en la luz infinita. 
"... No te sientas espantado ni aterrorizado por la oscuridad interna; manten tus ojos fijos en la pequeña llama y esta crecerá. Pero deja que la oscuridad interna te ayude a entender la desesperanza de aquellos que no tienen luz, y cuyas almas están en una profunda oscuridad y tristeza".

La totalidad de la naturaleza del hombre debe ser usada sabiamente por aquél que desea entrar en el camino. Esto es muy significativo. La totalidad de ri debe ser usada. Cualquier fragmento que sea usado creará un problema; cualquier fragmento que no sea usado creará un problema. 
Puedes descartar algo dentro de ti, pero entonces nunca serás un hombre total. Puedes descartar la cólera por ejemplo; o el sexo por ejemplo. Muchos maestros, muchas religiones han enseñando a uno a descartar el sexo. Dicen que el sexo es el enemigo: 
"¡Descártalo!". Puedes descartarlo, pero entonces estás descartando 
una parte muy significativa de tu ser. Y si lo descartas, ¿cónno puedes ser transformado? Entonces siempre serás la mitad de un hombre. Cualquier cosa que llegues a ser, nunca serás toral. Y sin ser total, nunca podrás ser libre. La parte que has descartado se vengará. La parte que has reprimido continuará bullendo dentro de ti, tratando de encontrar un camino hacia afuera, y tú siempre estarás en problemas.

La sabiduría de los tiempos*dice: "Usa toda tu energía. Crea una armonía dentro de ti". Toda energía puede ser destructiva o creativa. Nada es malo en sí mismo. Todo puede ser usado de tal modo que aun el veneno se convierte en medicina. La sabiduría nunca descarta nada. Lo usará en una foroia creativa. Usará tu cólera, usará tu sexo, usará tu odio. 
¿Cómo usarlos? ¿Cómo puedes usar tu sexo? Parecería que es tu archienemigo. ¿Cómo puedes usarlo? 
Hay eres cosas significativas que recordar. Primero, ¿por qué ansias tanto el sexo? ¿Por qué lo ansiamos? ¿Qué ganamos con él? Obsérvalo. Poco a poco, conforme la observación profundiza, las ansias por el sexo se disolverán. 
¿Cuál es el sentido real de todo eso? ¿Por qué apeteces tanto el sexo? Porque te da un momento de profunda meditación. Es un proceso natural de meditación. A través del sexo tus pensamientos cesan, tu mente se disuelve -por un solo momento por supuesto. Por un solo momento dejas de ser una mente. Estás ahí sin la mente; te vuelves sin-mente. Este estado de estar sin mente te da un vislumbre de bienaventuranza.

Observa el sexo; no lo descartes. Estáte consciente de él. Actúa en él con plena consciencia y sigue tratando de descubrir cuál es su núcleo más profundo. Llegarás a este núcleo más profundo: que el sexo te da un tipo de momento meditativo natural. Llegas a estar sin pensamientos, y eso te da bienaventuranza. Una vez que has encontrado el núcleo más profundo, podrás penetrar en este momento sin pensamientos, sin tener que entrar en el sexo. Este núcleo más profundo puede ser alcanzado sin tener que enerar en el sexo. Entonces poco a poco, el sexo desaparecerá. Ahora la misma energía fluirá hacia la meditación, la misma energía llegará a ser espiritual. 
Toda energía tiene que ser usada sabiamente. Nada debe ser descartado. Esta es una de las cosas básicas que te enseño: que nada debe ser descartado, nada pase lo que pase. Tienes que entrar en la espiritualidad con el total de tu ser. Cambiaremos tus energías, cambiaremos su distribución. Haremos nuevos arreglos, nuevas armonías. Nuevas sinfonías serán creadas, pero nada será descartado. 
En este momento eres un rompecabezas: fragmentos sin coherencia, sin una unidad interna. Y cada fragmento está luchando con el otro. Tú eres una multitud, con muchas notas pero sin melodía. Estas notas pueden ser arregladas y hacerse una melodía. Y a menos que hagas esto, permanecerás en desgracia.

Este sutra dice: La totalidad de la naturaleza del hombre debe ser usada sabiamente por aquél ijue desea entrar en el camino. Si realmente quieres entrar en el camino que conduce a lo supremo, tendrás que usar el total de tu energía. Nada debe ser suprimido o descartado. Todo debe ser aceptado en profunda gratitud.

 El Silencio que Sigue a la Tormenta

Busca la flor que crece en el silencio que sigue a la tormenta: no hasta entonces. 
Una de las leyes más fundamentales de la vida tiene que ser entendida. 
La vida está basada en la polaridad; todo existe con su polo opuesto. De otro modo no sería posible. La mente existe a causa de la materia; la mente es el polo opuesto. La consciencia existe a causa de la inconsciencia, el día existe a causa de la noche, la vida existe a causa de la muerte. La felicidad existe a causa de la infelicidad, y así sucesivamente. Todo existe a causa de su polo opuesto. No puedes experimentar la felicidad a menos que hayas experimentado profundamente la infelicidad, y no puedes llegar al éxtasis supremo si no has sido empujado hasta la agonía suprema. De ahí el significado del mundo, de ahí todo este sufrimiento. No es sin sentido.

La gente viene y me pregunta por qué Dios'creó este mundo en sufrimiento. "¿Por qué hay tanto sufrimiento si Dios es compasión?" Sí, Dios es compasión. Por consiguiente, hay tanto sufrimiento. A menos que pases a través del sufrimiento no llegarás al éxtasis supremo. Es un entrenamiento básico. La infelicidad es un entrenamiento básico para el florecimiento supremo de la felicidad. 
¿Cómo puedes alcanzar el éxtasis si no has conocido la agonía? Si alcanzas el mundo del éxtasis sin haber conocido lo que es la agonía, no serás capaz de reconocerlo. El reconocimiento es imposible. Sólo por la oscuridad puede ser reconocida la luz. Puedes estar viviendo en la luz, pero si no conoces la oscuridad no podrás darte cuenta que estás viviendo en la luz. El pez en el mar no puede darse cuenta que el mar existe. Sólo si el pez es sacado fuera 
del mar podrá llegar a reconocer el mar. Si se le pone de nuevo en el mar, el pez será totalmente diferente y el mar será totalmente diferente. Ahora el pez podrá reconocerlo. Sansar, el mundo, es sólo un campo de entrenamiento. Debes ser empujado profundamente en la materia. Sólo entonces podrás regresar al otro polo, al pico de la consciencia. 
Este sutra dice: Busca la flor que crece en el silencio que sigue a la tormenta: no hasta entonces. El silencio real, auténtico, sucede sólo después que has pasado por la tormenta. Sólo cuando la tormenta ha pasado podrá explosionar el silencio dentro de ci, nunca antes. Podrás crear un silencio falso antes de la tormenta, pero entonces tan solo estás siendo engañado. Puedes crear una quietud -artificial, cultivada, forzada desde afuera- pero no es espontánea, no es de tu ser interno.

Hay muchos trucos para aquietar la mente. Puedes utilizar un mantra. Puedes sentarte silenciosamente en la postura de Buddha e ir repitiendo aum, aum, aum. Si continúas repitiendo y repitiendo, llegarás a cansarte. Ese aburrimiento parecerá quietud. Cuando te aburres, el mantra terminará. Un tipo de sueño será creado interiormente. Hipnosis -un tipo de sueño. Te sentirás bien, pero ese sueño no es dhyana, ese sueño no es silencio. Ese sueño simplemente es negativo. Te has vuelto insensible por la repetición. Toda repetición crea insensibilidad. Simplemente re has adormecido. Al adormecerte no puedes sentir la desgracia, no puedes sentir el sufrimiento. El adormecimiento es una anestesia. Te ha vuelto inconsciente. 
Esto es negativo. Estarás menos tenso ahora, pero no más vivo. Un silencio, para ser real, debe ser más vivo y más sensible. No debe ser un tipo de adormecimiento. Por medio de los mantras puedes crear un silencio en la periferia, una fachada de silencio, y puedes vivir en esa fachada por muchas vidas, pero estás viviendo un falso silencio. Un silencio real llega sólo después de la tormenta.

No fuerces a que la tormenta desaparezca. Mas bien, vívela; 
permítele que suceda. Exprésala, bótala afuera. Permite que la tormenta desaparezca de ti, que se evapore de ti. No la reprimas. Al ser reprimida permanecerá contigo. Reprimida en el subconsciente, persistirá; esperará el momento oportuno para explosionar. Siempre tendrás temor de que explosione, tendrás que 
pelear con ella continuamente. Y nunca podrás salir victorioso, porque con lo que es reprimido tiene que lucharse continuamente, •tiene que reprimirse continuamente. Tu quietud escara descansando sobre un volcán, y en cualquier momento el volcán puede erupcionar. 
Entonces siempre tendrás temor de la vida, porque la vida puede crear situaciones en las cuales el volcán podrá erupcionar. Negarás la vida, tratarás de escapar de la vida. Querrás ir a los Himalayas, porque no habrá nadie ahí que cree la oportunidad para que tu volcán erupcione. Pero el volcán aún está ahí, y los Himalayas no podrán ser útiles a menos que el volcán sea echado afuera.

Y es bueno echarlo afuera. Estás perdiéndote la experiencia fundamental de echar completamente afuera el volcán, de liberar totalmente la locura, de expresar cualquier cosa que esté presente: la tormenta interior. Permítela que salga hacia afuera y no le hagas resistencia, no la reprimas. Permítela que salga afuera completamente, entonces llegará un momento cuando la tormenta se haya ido. 
En ese momento, el silencio real te ocurre. Real en el sentido de que ahora no es cultivado; es espontáneo. La corriente está fluyendo. No es nada que tú hayas creado; no es nada que esté sucediendo a causa de tu esfuerzo. Mas bien, al contrario, tú no estás presente ahí. Sólo está el silencio. Y este silencio no tiene miedo. Nada puede perturbarlo porque aquello que podía perturbarlo ha sido echado afuera. La tormenta ha desaparecido. 
De ahí entonces mi insistencia, mi gran insistencia, en echar afuera tu locura. Adentro, es peligrosa. Bótala afuera, desaparécela. Tu corazón llega a estar vacío; se crea cierto espacio. Sólo en ese espacio puede suceder el silencio. Entonces tienes espacio para él, estás listo para él, ábrete a él.

Busca la flor que crece en el silencio que sigue a la tormenta: 
no hasta entonces. ¿Qué es la flor?

El florecimiento de Su ser ocurrirá sólo cuando el silencio real te haya sucedido, nunca antes. Tú no podrás forzar para que se abra la flor. Se abre por sí misma. No puedes forzar que se abra tu ser; no hay posibilidad de eso. No lo puedes violar. No puedes ser violento hacia él. Simplemente sería destruido. 
La flor se abre por sí misma. El único suelo necesario es el silencio auténtico, real, espontáneo. Con un silencio cultivado la flor 
nunca se abrirá. Con un silencio cultivado simplemente te volverás insensible. Tu ser tendrá menos vida, eso es todo. Con menos vida, tendrás menos problemas. Eso está bien, pero recuerda que los problemas son un entrenamiento. No deberías tratar de tener menos problemas. Vive con tus problemas y supéralos. No los dejes, no escapes de ellos. Llegará un momento cuando hayas ido más allá de ellos, pero ese momento siempre viene al haber pasado a través de ellos. Pasa a través de la tormenta y permite que un silencio real venga. Entonces tu ser florecerá, no hasta entonces. 
Crecerá, se estirará, desarrollará ramas y hojas, y formará botones mientras la tormenta continúa. mientras dura la batalla. Pero no hasta que el total de la personalidad del hombre sea disuelta, fundida... no hasta que el total de su naturaleza haya cedido y se haya sometido a su ser superior, podrán abrirse los botones. 
No creas que la tormenta es tu enemiga. No lo es. Esa tormenta es tu amiga más grande, porque sin ella no habrá silencio, sin ella no habrá florecimiento, sin ella no habrá liberación. Así que no pienses en términos de enemistad. Nada es un enemigo para Si;

Toda la exiscencia es amistosa. Aun aquello que parece estar contra ti -incluso aquello, no es tu enemigo. Jesús dice: "Ama a tu enemigo". El enemigo real que tienes que amar no es tu vecino o el enemigo de cu país. Ellos no son cus enemigos reales. Tus enemigos reales son la tormenta, el mundo, la maldad. El sexualismo, la cólera, la pasión, el odio -estos son tus enemigos reales. 
Jesús dice: "Ama a tus enemigos como a ti mismo". ¿Por qué? El cristianismo nunca lo pudo entender. Esta enseñanza de Jesús ha sido perdida completamente. Todo lo que existe bajo el nombre de cristianismo no pertenece a Jesucristo en absoluto. Pertenece a San Pablo. El es el fundador real del llamado cristianismo que existe en la tierra. 
Jesús es muy esotérico. Cuando dice: "Ama a tus enemigos como a ti mismo", quiere decir esto: que por medio de los polos opuestos, por medio del enemigo, el amigo supremo es alcanzado. Experimenta al enemigo en su totalidad para que lo puedas 
trascender. Cualquier experiencia que sea total se vuelve trascendente. Cualquier experiencia, te lo digo. Experiméntala con tu totalidad y habrás ido más allá de eso. No se aferrará a ti; tú ya has pasado por encima de eso. Ya lo has superado, ya has aprendido todo lo que hay que aprender de eso. El conocerlo es revolucionario, 
crea una mutación; te transforma.

Mientras dura la tormenta... No creas que la tormenta es tu enemiga, porque mientras tanto, bajo tierra, escondida en la oscuridad, la flor está creciendo. 
... se estirará, desarrollará ramas y hojas, y formará botones mientras la tormenta continúa, mientras dura la batalla. Pero no hasta que el total de la •• personalidad del hombre sea disuelta, fundida... no hasta que el total de su naturaleza haya cedido y se haya sometido a su ser superior, podrán abrirse los 
botones.

Cuando la tormenta se ha ido, los botones se abren. Pero estaban alistándose mientras la tormenta sucedía. A través de la tormenta estaban alistándose para florecer. Estaban acumulando energía, vida, vitalidad. Estaban alistándose para explosionar. La tormenta es el suelo, sin ella la flor no podrá florecer. 
Luego vendrá una calma como la que viene en un país tropical después de la lluvia intensa... Y en el silencio profundo el evento misterioso sucederá, el cual demostrará que el camino ha sido encontrado. 
Sólo pasando a través de la tormenta, llegarás a un espacio dentro de ti como el que viene en un país tropical después de la lluvia intensa. Recuerda profundamente esto. Será de mucha utilidad para ti.

Con cada sufrimiento, estás creando la posibilidad de algún éxtasis. El éxtasis seguirá inmediatamente después de él. Pero si estás demasiado ocupado con el sufrimiento, podrás perderlo. Si estás enfermo, después de esa enfermedad vendrá a ti un momento de salud, un momento de bienestar. Pero podrías estar demasiado 
preocupado con la enfermedad, de tal modo que cuando ese momento llegue puedes perderlo -estás demasiado involucrado con las enfermedades pasadas que ya no existen. El momento es instantáneo; podrías perderlo muy fácilmente. Después de cada dolor, llega el momento y te visita.

Después de cada sufrimiento, el éxtasis llega a tu puerta y te toca; pero tú continúas perdiéndolo porque el pasado es tan pesado. Te sientes enfermo aun después que la enfermedad se ha ido. Ella continúa en tu memoria, nubla tu menee, y pierdes ese momento atómico. 
Recuerda esto: Cada vez que estés deprimido, espera que el momento de depresión se vaya. Nada dura por siempre, la depresión se irá. Y cuando te deje, espera -estáte consciente y alerta-porque después de la depresión, después de la noche, habrá un alba y saldrá el sol. Si puedes estar alerta en ese momento, te sentirás feliz de que hayas estado deprimido. Sentirás gratitud de que estuviste deprimido, porque sólo a través de tu depresión fue posible este momento de felicidad. 
¿Pero qué es lo que hacemos? Vamos en una regresión infinita. Nos deprimimos. Entonces nos deprimimos por la depresión; le sigue una segunda depresión. Si estás deprimido, está bien. No hay nada malo en ello. Es hermoso, porque a través de eso aprenderás y madurarás. Pero entonces te sientes mal. "¿Por qué me deprimo? No debería deprimirme". Después comienzas a luchar con la depresión. La primera depresión está bien, pero la segunda depresión no es real. Y esta depresión irreal nublará tu mente. Te perderás ese momento que habría seguido a la depresión real.

Cuando estés deprimido, estáte deprimido. Simplemente deprímete. No te deprimas por tu depresión. Cuando estés deprimido, simplemente deprímete. No luches, no te distraigas, no la fuerces a irse. Simplemente permítele que ocurra; se irá por sí misma. La vida es un flujo; nada permanece igual. Tú no eres necesario; el río se mueve por sí mismo, tú no tienes que empujarlo. Si estás tratando de empujarlo, simplemente eres tonto. El río fluye por sí mismo. Déjalo fluir. 
Cuando la depresión está presente, permítela ser. No te deprimas por ella. Si la quieres terminar más pronto, te deprimirás. Si luchas con ella, crearás una depresión secundaria que es peligrosa. 
La primera depresión es bella, dada por Üios. La segunda depresión es tu propia depresión. No es dada por Dios; es mental. Entonces te atraparás en surcos mentales. Son infinitos.

Si te deprimes, siéntete feliz de que estás deprimido y permite que la depresión suceda. Entonces repentinamente la depresión desaparecerá y todo se aclarará. Ya no habrá nubes y el cielo estará claro. Por tan solo un momento, el cielo se abre para ti. Si no estás deprimido por tu depresión, podrás contactarlo, podrás comunicarte, podrás entrar por esta puerta celestial. Y una vez que lo conoces, habrás aprendido una de las leyes supremas de la vida: que la vida usa lo opuesto como un maestro, como un fondo de contraste.

• Nada es malo; todo es por tu bien. A esto llamo una actitud religiosa. Puede ser que no creas en Dios -no hay ninguna diferencia. Buddha nunca creyó en Dios, Mahavir nunca creyó en Dios, pero fueron religiosos. No hay necesidad de creer en la vida del más allá, no hay necesidad. Aun así puedes ser religioso. No hay necesidad ni siquiera de creer en el alma. Puedes ser religioso sin creer en ella.

Entonces, ¿qué es religión? Religión significa esta confianza: 
que todo es por tu bien. Esta confianza de que todo es por tu bien es una mente religiosa; esto es religiosidad. 
Y si confías en que todo es por tu bien, llegarás a realizar lo divino. Lo divino puede ser realizado por medio de esa confianza. Aun la tormenta trabaja para el silencio. Lo malo existe en beneficio de lo bueno; la muerte existe en beneficio de la vida; el sufrimiento y la agonía son tan solo situaciones en las cuales puede ocurrir el éxtasis. 
Mira la vida de esta manera y el momento no está muy lejano cuando el sufrimiento desaparezca completamente, cuando el dolor desaparezca completamente, cuando la muerte desaparezca completamente. El que sabe que la agonía existe en beneficio del éxtasis no puede tener agonía. El que sabe y siente y se da cuenta que el sufrimiento existe en beneficio de la felicidad, no puede ser forzado a sufrir. Es imposible. Está usando el mismo sufrimiento para estar más feliz, está usando la misma agonía como un peldaño hacia el éxtasis. Ha ido más allá de las garras del mundo, ha saltado fuera de la rueda del sansar.

"Cuando el botón se abre, es el momento glorioso cuando la percepción despierta: con ello llega la confiama, el conocimiento, la certeza". 
"... Cuando el discípulo está listo para aprender, entonces él es aceptado, reconocido. Debe ser así, porque él ha encendido su lámpara, y no puede estar escondida". 
Lo que está escrito arriba son las primeras reglas que están escritas en las paredes del Salón de Aprendizaje. Los que piden tendrán. Los que deseen leer, leerán. Los que deseen aprender, aprenderán.

QUE LA PAZ ESTE CONTIGO.

Dos cosas más a ser entendidas: "Cuando el botón se abre, es el momento glorioso cuando la percepción despierta: con ello llega la confianza, el conocimiento, la certeza". A menos que tú lo experimentes, no podrás estar seguro. A menos que tú lo experimentes, no lo has conocido. A menos que tú lo experimentes, no podrá haber fe. Antes de que lo hayas experimentado, roda creencia es falsa, toda certidumbre es tan solo una fachada, todo conocimiento es tan solo información y nada más. Recuérdalo, antes de que experimentes algo por ti mismo, no estés demasiado seguro, porque la demasiada certeza es tan solo un truco de la mente para esconder la incertidumbre interna. Antes de experimentar algo por ti mismo, no digas que lo conoces, porque tu pretendido conocimiento es tan solo un truco para esconder tu ignorancia. 
Puedes haber leído el Gita, puedes haber leído el Corán, puedes haber leído la Biblia. Entonces habrás memorizado, pero no sabrás. Podrás haber memorizado mucho acerca de Dios, pero eso no significa nada a menos que tú conozcas a Dios. Memorizar 'acerca de' no es conocimiento. Tú puedes memorizar lo que Jesús ha dicho, pero eso es prestado, secundario, inútil. Puedes repetir lo que Krishna ha dicho, pero tan solo es mecánico. Puedes memorizarlo, puedes recordar de memoria, pero nunca estará en el corazón;

permanece en la memoria. La memoria es mecánica; no es conocimiento. El conocimiento llega sólo a través de tu propia experiencia. Insiste en tu propia experiencia. Si insistes la ganarás. 
Los que piden tendrán. Pero tú nunca pides; tú te contentas con conocimientos prestados. Nunca dices: "Debe permitírseme conocerme a mí mismo". Si pides, la existencia está lista a darte;

pero tú estás contento con los libros, con las escrituras, con información prestada. Nunca pides lo real. 
Busca lo real. Y lo real quiere decir tu experiencia, la tuya propia. Los Buddhas no son de ayuda en esto. Ellos simplemente pueden mostrar el camino, pero tú tienes que recorrerlo con tus propios pies. Insiste en tu propio conocimiento, en tu propia experiencia. Nunca estés contento antes de eso. 
Los que deseen leer, leerán. Si eres muy insistente en leer las leyes supremas, ellas serán abiertas para ti. La Biblia real no está en la Biblia, el Corán real no está en el Corán, el Gira real no está en el Gita. La Biblia real, el Corán real, el Gita real, están escritos en la existencia, en la vida misma. Si no crees en las escrituras, las escrituras reales serán abiertas ante ti. 
Insiste que: "Quiero leer en la existencia", y el momento ce será dado. Pero si no insistes, si llevas un libro muerto y estás contento, entonces la existencia no te va a forzar. La existencia es absolutamente no-violenta; no te forzará. Podrás permanecer con tus escrituras, y si escás feliz está bien. Pero estás viviendo en un mundo falso, estás viviendo en palabras. Abre el libro de la existencia. Bota todas las escrituras para que la escritura real pueda ser encontrada.

Los que deseen aprender, aprenderán. Aprender es difícil, porque aprender significa ceder, aprender significa rendirse, aprender significa volverse como un útero, volverse femenino, permitir que la existencia entre en ti. Pero, Los que deseen aprender, aprenderán. 
Nosotros también deseamos, pero no aprender. Deseamos acumular más información. Eso no es aprender. 
Mucha gente viene a mí y dice: "Venimos a los campamentos de meditación porque aprendemos muchas cosas nuevas aquí". Acumulan información, acumulan algunas palabras, y entonces se van felices. Son estúpidos. Y su felicidad es suicida porque todo lo que yo diga no es de ninguna utilidad a menos que lo experimentes.

Puedes llevar mis palabras. Entonces estarás cargando un peso muerto. Te será una carga; no serás liberado. Mis palabras no pueden liberarte. Pueden incluso aprisionarte, pueden volverse cadenas para ti. Habría sido mejor si no hubieras venido. Todo lo que estoy diciendo no es para ser recordado. Es para ser vivido. Y si tú lo vives, se vuelve tuyo. Entonces esas palabras ya no me pertenecen a mí. Ahora esa experiencia ha llegado a ser tu propia experiencia. Ahora tú sabes algo por tus propios ojos, ahora sientes algo por tu propio corazón. Esto es conocimiento. Y esto da certeza y esto da fe. 
Que la paz esté contigo -porque sólo en la paz lo divino se hace posible.

Tú Has Cosechado

La búsqueda espiritual comienza como una búsqueda de la bienaventuranza eterna, como una búsqueda de la liberación eterna, como una búsqueda de la luz divina y de la vida divina. Pero el centro permanece contigo. Al principio es una búsqueda centrada en uno mismo. Todo lo que estás buscando lo estás buscando para ti 
mismo.

Este centramiento en uno mismo, en última instancia, probará ser una barrera, porque no puedes estar en un éxtasis total si estás centrado en ti mismo. Este cenrramiento en uno mismo es un obstáculo profundo, pero al principio tiene que ser así. Es natural que uno deba comenzar la búsqueda por sí mismo. No hay otra forma. No puedes comenzar con nadie más. 
Tiene que ser centrado en uno mismo al comienzo, pero no debe ser así al final. Al comienzo está bien. Al final es peligroso. Llega un punto donde tu centramiento en ti mismo debe cesar. Sólo entonces tu ser florecerá en una bienaventuranza total. 
Es así: respiras hacia adentro, inhalas. Esto es media respiración. También tienes que exhalar. Eso es la otra mitad. Y ambas respiraciones -la inhalación y la exhalación- hacen un círculo, una respiración total. Si piensas sólo en inhalar, y no ves ningún objetivo en exhalar -"¿para qué?"- morirás. Inhalar, lo cual es necesario para la vida, llegará a ser peligroso para la vida si no hay exhalación. El aliento debe ser liberado.

Lo mismo sucede cuando comienzas a recibir momentos de bienaventuranza, cuando comienzas a recibir momentos de éxtasis, cuando lo eterna! comienza a vaciarse dentro de ti. Lo primero es la inhalación -inhalarás bienaventuranza- pero después la exhalas. De otro modo, morirás con tu propia bienaventuranza. Esa bienaventuranza se volverá venenosa. Exhálala, compártela, dásela a los demás. 
Cuando sientas que estás lleno de bienaventuranza, exprésala. Compártela; no trates de conservarla dentro de (i. No la fuerces, no enfáticos que es la tuya propia. No trates de poseerla; permite que sea compartida con todos. Realmente celébrala de tal forma que toda la existencia la comparta. Una flor se abre y su perfume se esparce. El viento lo lleva lejos, muy lejos, a los extremos más lejanos de la tierra. Deja que tu perfume, que tu bienaventuranza, sean llevados muy lejos de ti, que sean compartidos, que sean compartidos por la propia existencia. 
¿Por qué? Porque entonces la bienaventuranza ha llegado a ser total: la inhalación y la exhalación, ambas. Se convierten en un círculo. Y cuanto más la compartes, más la obtienes. Cuanto más la tiras, más la encuentras, porque ahora estás en contacto con la fuente infinita.

No seas un avaro. De otro modo matarás todo el proceso, al principio está bien si estás centrado en ti, pero cuando la bienaventuranza comienza a suceder, se vuelve peligrosa. Este sutra tiene que ver con esta exhalación. 
Del silencio que es la paz, una voz resonante surgirá. Y esta voz dirá: No está bien; tú has cosechado, ahora tú debes sembrar. Y al darte cuenta que esta voz es el propio silencio, tú obedecerás. 
Tú has cosechado. Tú has cosechado la bienaventuranza, tú has cosechado el éxtasis. Ahora siémbralo para los demás. En el mundo, tú lo siembras primero y después lo cosechas. En la dimensión espiritual todo es justo al revés. Primero cosechas, y después siembras.

Tú has cosechado lo que Buddha ha sembrado, lo que Jesús, lo que Kriahna y Mahoma han sembrado. Ellos han sembrado las semillas y tú las has cosechado. Ahora, siembra semillas para otros. Y recuerda bien que sembrar es simplemente exhalar. Es parte de todo el proceso. Permanecerás a medias, incompleto, imperfecto, a menos que la bienaventuranza haya comenzado a fluir desde ti hacia todo lo demás. 
Esta es una ley muy necesaria. Cuando llegas a estar en silencio, tú escuchas. Nadie te lo está diciendo. Tu propio corazón, 
tu propio ser más profundo te está diciendo esto. Esta indicación, esta enseñanza, este mensaje no es desde afuera. Es desde tu propio ser más profundo. Por eso es que tú lo obedecerás. No hay posibilidad de no obedecerlo, es el tuyo propio. Pero si lo sabes bien, será fácil.

Será fácil si sabes que es parte del proceso: que la bienaventuranza debería ser distribuida y compartida; sólo entonces crecerá más. Si no sabes esta ley, tu avaricia, tu antiguo centramiento en ti mismo, puede retardar el completar el proceso. 
Sólo puede ser retardado; no puede ser desobedecido por siempre. ¿Pero por qué retardarlo? Así que recuerda esto: cada vez que sientas que sucede algún momento de bienaventuranza, compártelo. 
De ahí mi insistencia, mi gran insistencia, en que después de la meditación debes expresar tu bienaventuranza; debes celebrarla. Debes asegurarte de que todo lo que te suceda -permítelo- sea compartido. Baila y canta. Esto es solamente simbólico; es sólo para servir como un recuerdo continuo.

Cuando se hayan ido de aquí, muchas cosas les sucederá si continúan con la meditación. Pero cada vez que les suceda algo, no se lo guarden para sí mismos. Compártanlo. Aun si no pueden hacer nada más, sólo sonreír, sonreírle a algún extraño, puede ser suficiente. Simplemente tomar la mano de algún extraño en tus manos y sentir al amigo dentro de él será suficiente. O compartir cualquier cosa, simplemente como un símbolo. O si no hay nadie ahí contigo y estás sentado bajo un árbol, entonces baila y siente que estás bailando con el árbol. Canta y siente que estás cantando con los pájaros. Y tarde o temprano llegarás a entender que cuando compartes, aun un árbol está listo a devolverte lo que compartas con él. 
Han hecho algunas investigaciones recientes en una universidad Rusa. A través de muchos experimentos, un psicoanalista, Pushkin, ha concluido que los árboles tienen emociones similares a las del hombre. No sólo eso, los árboles pueden ser hipnotizados. Más aun, si una persona es hipnotizada bajo un árbol y bajo hipnosis se le sugiere: "estás muy triste", la persona llegará a estar triste y, simultáneamente, el árbol también llegará a estar triste.

Estas son conclusiones experimentales. Ahora hay instrumentos electrónicos que pueden registrar si estás triste o contento, si estás deprimido, si estás con cólera, si estás sexualmente excitado. Con cada emoción, se descarga un tipo diferente de onda desde tu menee. Esa onda eléctrica puede ser registrada. 
Pero ésta ha sido una conclusión muy extraña: que la misma onda también es registrada desde el árbol. Estás bailando bajo un árbol, feliz. Tu mente dará una indicación de que tú estás feliz y será registrada. Si el artefacto está conectado también con el árbol, el árbol también registrará la misma onda. Así que Pushkin dice que si estás bailando bajo un árbol, muy feliz, el árbol lo comparte. Se sentirá muy feliz contigo. 
Y si un árbol puede compartir, ¿por qué no los pájaros? Ellos tienen más vida. ¿Por qué no los animales? Ellos tienen aun más vida. ¿Y por qué no toda la existencia? Tarde o temprano descubriremos que aun las piedras comparten. Sus almas pueden estar escondidas muy profundamente, pero están ahí; y algún día inventaremos instrumentos que recogerán indicaciones que aun una piedra, una roca, tiene emociones.

Así que dondequiera que estés, dondequiera que sientas que alguna emoción extática te ha sucedido, báilala en su melodía, cántala en su melodía, y comparte tu felicidad en cualquier forma que te suceda, en cualquier forma que sientas compartirla. ¡Pero compártela! Crecerá más. Al compartirla crece. Si la acumulas, si no la compartes, morirá, se encogerá. 
La muerte es un encogimiento. El encogimiento es muerte; 
la vida es expansión. Permítela expandirse. Y una vez que conozcas la sensación de expansión, la permitirás que suceda, porque es tu ser más interno el que está dictando. 
Tú que ahora eres un discípulo, capaz de estar de pie, capaz de oír, capaz de ver, capaz de hablar, que has conquistado al deseo y has logrado el auto-conocimiento, que has visto tu alma en su florecimiento y la has reconocido, y has oído la voz del silencio, anda tú al Salón de Aprendizaje y lee lo que esta escrito ahí para ti.

"... oír la voz del silencio es entender que desde adentro viene la única guia verdadera, ir al Salón de Aprendizaje es entrar en el estado en el cual el aprendizaje se hace posible. Entonces muchas palabras estarán escritas ahí para ti, y escritas en letras de fuego para que tú puedas leerlas fácilmente. Porque cuando el discípulo está listo, el Maestro también está listo". 
"Oír la voz del silencio es entender que desde adentro viene la única guía verdadera". Cuando estás en silencio, realmente en silencio, -después que la tormenta ha pasado, cuando has caído en silencio espontáneamente- tú no lo has cultivado; ha llegado a ti, ha surgido en ti espontáneamente. En este silencio llegarás a sentir, a entender y a darte cuenta que ahora la verdadera guía es posible desde tu propio ser más interno. Ahora el maestro, el maestro interno se aparecerá ante ti. 
Tu propio centro más interno es tu maestro real. Los maestros externos pueden ayudar, pero su ayuda está dirigida básicamente para encontrar al maestro interno. Y cuando el maestro interno es hallado, no hay necesidad del maestro externo. Te has vuelto un maestro por derecho propio.

Pero esto sucede sólo cuando has llegado a realizar un silencio interno total, sin ningún pensamiento, sin ninguna palabra, sin ninguna imaginación, sin ninguna agitación de ninguna clase. Cuando hayas llegado a entender y a sentir un silencio sin agitación, un silencio sin pensamientos, sin movimientos -este silencio se vuelve tu maestro interno. Ahora, como resultado de este silencio, la orientación te será dada. 
"Porque cuando el discípulo está listo, el Maestro también está listo". Cuando estás listo para recibir la guía interna, la guía interna viene en forma natural, automática. Pero el discípulo debe estar listo. 
¿Qué se quiere decir con que el discípulo esté listo? Quiere decir llegar a estar totalmente receptivo, humilde, sin ego, en rendición, en un profundo let-go (dejarse fluir, entregarse). Cuando no estás diciendo nada sino simplemente estás receptivo a escuchar, cuando no estás imponiendo ninguna teoría encima de la verdad - 
escás desnudo, vacío y listo para permitir que la verdad se revele por sí misma en su propia manera; no estás en ningún modo, consciente o inconscientemente, forzando nada encima de la verdad; has dejado de forzar; estás listo para ser llevado a donde sea que la verdad te conduzca- entonces, tú eres un discípulo.

Hay una diferencia entre un estudiante y un discípulo. Un estudiante está ansioso por la información. Un discípulo no está ansioso por ninguna información. Su búsqueda es del conocimiento, de la experiencia auténtica. El no está interesado en lo que los otros dicen. Está interesado en lo que él puede sentir. El estudiante acumulará información, entrenará su memoria. Y cuanto más sea entrenada su memoria, cuanto más información sea acumulada, se volverá más egocéntrico. Un estudiante nunca puede ser humilde, un erudito nunca puede ser humilde. Su búsqueda básica es egocéntrica. 
Alguien acumula riquezas y algún otro acumula información. No hay diferencia. Toda acumulación alimenta al ego. No importa lo que acumules -a mayor cantidad, más egocéntrico te sentirás. Así que un estudiante o un erudito no es un discípulo. La propia dimensión es diferente. Un discípulo no está buscando acumular. Mas bien, al contrario, está listo a botar todo lo que ha acumulado. Si la verdad sucede sólo en ese vacío, él está listo a tirar todo lo que ha acumulado, roda la información. 
Se reporta que en su ancianidad Sócrates dijo: "Ahora puedo decir que no sé nada. Soy ignorante". El era un discípulo. 
Sucedió que un vidente declaró a Sócrates como el hombre más sabio de Atenas. Aquellos que oyeron al vidente fueron corriendo donde Sócrates. Le dijeron: "Sócrates ¿te has enterado o no? El vidente ha dicho que tú eres el hombre más sabio de Atenas".

Sócrates dijo: "Debe haber habido algún error. Regresa y dile al vidente que Sócrates dice que no sabe nada. Que es absolutamente ignorante". 
La gente regresó donde el vidente y le dijo: "Tu profecía ha sido negada por el mismo Sócrates. Dice: 'No sé nada, soy ignorante". 
El vidente se rió y dijo: "Por esto es que digo que es el hombre más sabio" -porque sólo un hombre perfectamente sabio puede decir: "No sé". 
La gente ignorante siempre pretende saber. Cuanto más ignorantes, más pretenden saber. Esto es parte de la ignorancia. Un estudiante, un erudito, -todos ellos proclaman saber. No son discípulos.

Y recuerda, si eres un estudiante puedes llegar a ser un profesor pero nunca un Maestro. Sólo un discípulo puede llegar a ser un Maestro. Si eres un estudiante, un erudito, puedes llegar a ser un profesor -nunca un Maestro. Solamente un discípulo puede llegar a ser Maestro. El discipulado significa una entrega sin ego. Y una vez que te entregas, tu ser más interno re es revelado. Ese es el Maestro que te está esperando. Ha estado esperando por ti durante vidas y vidas. 
En cualquier momento de rendición, el Maestro te será revelado. Y ese Maestro no es otro sino tu propio ser más interno; es tu propio atman. Así que realmente, se puede decir esto: Cuando eres un discípulo perfecto, te conviertes en Maestro. Ya no eres más un discípulo. Al lograrse el discipulado, ahora eres transformado en un Maestro.



EL CENTRO DEL GUERRERO INTERIOR :

Obedeciendo al Guerrero Interno

-Todos estos sutras son logrados por la sabiduría suprema. Son profundos y a veces muy complejos, aun contradictorios, pero son el florecimiento supremo de la sabiduría. Cuando un Buddha llega a ser un Buddha o cuando un Cristo llega a ser un Cristo, estos sutras son revelados. Si los puedes entender, aun su entendimiento te transformará. Si puedes sentir la realidad escondida dentro de ellos, serás un hombre completamente diferente. Así que trata de entenderlos muy profundamente. 
Hazte a un lado en la batalla que viene, y aunque luches no seas tú el guerrero. 
... El es tú mismo, sin embargo, tan solo eres finito y sujeto a error. El es eternal y seguro. El es la verdad eternal. Una vez que haya entrado en ti y se haya vuelto tu guerrero, él nunca te abandonará, en absoluto, y en el día de la gran paz él llegará a ser uno contigo. 
Hazte a un lado en la batalla que viene, y aunque luches no seas tú el guerrero. Estamos en una lucha constante con nosotros mismos. La lucha continúa noche y día. La vida entera es un campo de batalla, pero no llegas a nada. Ni eres vencido totalmente ni eres victorioso. La lucha continúa, y la energía de vida es disipada innecesariamente. Simplemente te desperdicias a ti mismo y a tu existencia. ¿Cuál es la causa? ¿Por qué no eres nunca victorioso? ¿Por qué la lucha nunca termina?

Luchas con el sexo, luchas con la cólera, luchas con la ambición. Luchas con todo, pero continúas bajo el dominio de estas cosas con las cuales escás peleando. Cuanto más luchas con el sexo, estás más dominado y sientes más que tienes que luchar más. Es un círculo vicioso. Luchas más y entonces el sexo se vuelve más atractivo, el sexo se vuelve más magnético. Tomas muchas decisiones para no estar con cólera, pero cada decisión es un fracaso. El resultado total es éste: que al final te sientes culpable, inferior, al final sientes que no eres capaz de hacer nada, sientes una derrota interna.

Esto le ha sucedido a toda la humanidad. La humanidad está tan triste ahora, no por lo que le haya sucedido en esta época, sino por tantos siglos de lucha religiosa; tantos siglos de continua lucha religiosa han demostrado a la mente humana que nada puede ser logrado. La mente humana siente un profundo fracaso. Esto crea tristeza y depresión. 
La esperanza se ha vuelco una desesperanza. Parece no haber ninguna salida de esto. Puedes luchar, pero todo es inútil, un desperdicio; nadie logra nada. Esto ha sucedido no porque la mente humana no sea capaz de la victoria. Esto ha sucedido porque la base de la lucha está errada, todo el esfuer/o de la lucha está errado ¿por qué? Porque estás luchando contigo mismo. 
¿Cómo puedes ganar?

Si creo un conflicto entre mis dos manos, entre la izquierda y la derecha, podré luchar continuamente, pero no habrá victoria ni derrota, porque ambas manos me pertenecen. El impulso por el sexo me pertenece y el impulso para ir más allá del sexo también me pertenece; ambos son mis manos. Puedo continuar luchando, puedo continuar alternando de una a la otra -permitiendo que unas veces gane la mano derecha y que otras gane la izquierda- pero nada va a suceder porque internamente estoy con ambas. ¿Cómo puede haber una derrota o una victoria? Para la derrota y la victoria es necesario que por lo menos hayan dos, y yo estoy solo, luchando conmigo mismo. Toda esta lucha es una lucha con mi sombra, es una tontera. 
¿Entonces qué hacer? Este sutra te da la llave: Hazte a un lado en la batalla que viene, y aunque luches no seas tú el guerrero. Hazte a un lado. Sé un testigo. 
Recuerda esta palabra 'testigo'. Esta es una de las palabras claves en la búsqueda de la espiritualidad. Si puedes entender esta palabra y practicarla, no necesitas nada más. Aun esta única llave te abrirá las puertas del paraíso. Esta es una llave maestra. Cualquier cerradura puede ser abierta por ella.

¿Qué significa hacerse a un lado? Cuando el sexo surge en ti, tú te identificas. Entonces después del acto sexual, te entra una depresión, porque esperabas tanto y no ocurrió nada. Anhelabas .-demasiado, esperabas demasiado, y no sucedió nada. Todo el asunto sólo ha sido un fraude. Te sientes traicionado, engañado. Luego entra el arrepentimiento y comienzas a pensar en términos anti-sexo. Comienzas a pensar en cómo estar en brahmacharya, cómo ser célibe. Comienzas a pensar en términos de cómo ser un monje;

comienzas a ir contra el sexo. Luego comienzas a identificarte con esa actitud 'anti'. 
Ser un testigo significa que cuando surge el sexo, re haces a un lado y lo observas. No te identificas. No digas: "Me he vuelto el sexo". Di: "Un deseo sexual ha surgido en mí. Ahora debo observarlo". No estés a favor y no estés en contra. Permanece quieto y en calma -simplemente siendo un observador. 
Eso no quiere decir que lo reprimas, porque la represión no te permitirá que sepas lo que es. No lo reprimas. La represión significa que estás identificado con la acritud 'anti'. Recuerda esto: 
si lo reprimes, estás identificado con la acritud 'anti'. No lo reprimas, no te identifiques. Permítele que ocurra. No tengas temor; tan solo espera y observa. 
Entra al acto sexual con los ojos bien abiertos, sabiendo bien lo que está sucediendo y permitiendo que suceda. Sin perturbarlo, sin reprimirlo -permitiendo que llegue a manifestarse en su totalidad, pero haciéndote a un lado como si estuvieses observando a otra persona.

El acto llegará a su pico. Ve con él, pero siempre ponte a un lado. Date cuenta de todo lo que está sucediendo en detalle. Estáte alerta; no pierdas la consciencia, entonces, desde el pico, comenzarás a caer hacia abajo y la actitud 'anti' surgirá. Estáte alerta de nuevo. No te identifiques con la actitud 'anti'. Mira lo que está sucediendo; 
la ola ha llegado a su pico; y ahora la ola está cayendo. El sexo es la ola elevándose. Brahmacharya, la actitud 'anti' hacia el sexo, es la ola cayendo. 
Tú estáte consciente, estáte alerta. No estés ni a favor ni en contra; no lo condenes; no lo juzgues. No seas un juez; tan solo sé un 
testigo. No digas: "Esto es bueno; esto es malo". No digas nada, simplemente estáte alerta y observa lo que está sucediendo. Sé verdadero con los hechos; no les des ninguna interpretación. Eso es lo que quiere decir ser testigo.

Si puedes ser un testigo ante el sexo y ante la actitud antisexo, llegarás a una gran comprensión. Esa comprensión re dirá que el sexo y el anti-sexo son los dos polos de la misma ola. Realmente no están opuestos el uno al otro. Simplemente son la elevación y la caída de la misma ola. Ambos son uno, así que no hay nada que elegir. Si eliges uno, ya has elegido al otro, porque es parte de eso, la parte escondida de eso. Si has escogido a uno ya has escogido al otro, porque el otro no puede estar separado. Ambos son uno, así que no hay elección. Entonces, el estado de no-elección te sucede. 
Ese estado de no-elección es el camino a la victoria. Ahora tú ya no escoges; no hay nada que escoger. Y sucede un milagro:

cuando no escoges, ambos caen. El sexo y el brahmacharya, ambos desaparecen y por vez primera ya no escás bajo su poder, por vez primera no estás aprisionado por los opuestos. 
Presenciar es el comienzo y presenciar es el fin. El primer paso y el último paso son uno. Presenciar es el medio y presenciar es la meta. Entonces la lucha continúa, pero tú no eres el guerrero. Ahora la lucha es en un nivel distinto. ¿Cuál es ese nivel? Ahora el sexo y el anti-sexo están presentes, ambos simultáneamente. Esta presencia simultánea de los opuestos es la lucha. Luchan entre sí, y tú permaneces como testigo. Porque son opuestos, polos opuestos, se destruyen entre si completamente y ambos desaparecen. Tienen la misma fuerza y la misma energía, se niegan mutuamente.

Esta es la lucha. Pero tú no eres el guerrero, eres simplemente un testigo. Simplemente estás mirando desde afuera: 
un observador en la cima. Abajo en el valle la lucha continuará, pero ahora eres tan solo un observador en la torre. Tan solo miras hacia abajo y sabes que están luchando; los opuestos están luchando. Pero los dos se niegan mutuamente, porque son de la misma fortaleza. 
Recuerda esto: sólo una persona profundamente sexual puede llegar a ser un brahmacharya. El deseo sexual abundante puede ser convertido en brahmacharya. Si eres tan solo normalmente sexual, no puedes llegar a ser un brahamacharya, porque para llegar a ser un 
brahmacharya es necesaria mucha energía. Y las energías opuestas son siempre equivalentes. Así que solo personas profundamente sexuales llegan a ser brahmacharyas. Personas comunes, con sexo natural, normal, nunca llegan a ese extremo. No pueden. La energía que se mueve viene del sexo. Las energías opuestas son equivalentes.

No necesitas luchar; no necesitas tomar parte a favor de este lado o del otro. Ese es el camino de la derrota. Tan solo permanece a un lado, sal del círculo -sé un testigo. 
Es difícil, porque la mente quiere escoger; la mente siempre escoge. La menee es la que elige, porque sin elegir, no habrá mente; 
caerás fuera de la mente. Por eso es que es tan difícil no elegir. 
Aun lo que estoy diciendo... Muchos de ustedes pueden elegir seguir lo que estoy diciendo, pero elegirán hacerlo así por una razón. La gente llega a mí y cuando digo: "Sé un testigo", inmediatamente preguntan: "¿Si llego a ser un testigo desaparecerá la sexualidad?" Entonces no pueden llegar a ser testigos porque ya han elegido. Preguntan: "¿Desaparecerá la sexualidad si llego a ser un testigo?" ¡Están listos incluso a llegar a ser testigos si la 
sexualidad desaparece!

Pero ellos han hecho una elección. Ellos han decidido que la sexualidad es mala y el brahmacharya es bueno. Me preguntan: "Si llego a ser un testigo ¿llegaré a ser un brahmacharya, me volveré 
célibe?" No han entendido nada. 
Yo estoy diciendo: "No elijas", y ellos ya han elegido. Ellos quieren ser testigos como un instrumento para su elección. Pero tú no puedes utilizar el ser un testigo en esa manera. 
Un hombre vino a verme. Era un buscador, un buscador verdadero. Pero estúpido. Hay buscadores verdaderos que son esrópidos. Y cuando digo estúpido quiero decir esto: no pueden entender lo que están haciendo. El hombre estaba sufriendo por el sexo. Todo el mundo está sufriendo a causa del sexo. El sufrimiento ha penetrado tan profundamente, que no solamente sufres a causa de tu propia sexualidad; sufres a causa de la sexualidad de los demás. Esto parece ser una locura. Sufres a causa de tu propia sexualidad y sufres también a causa de la sexualidad de los demás, por lo que 
ellos están haciendo.

Suficiente desgracia puede ser creada por tu propia sexualidad. ¿Por qué preocuparse por los demás? Pero esa desgracia 
parece no ser suficiente para tí, as'' que continúas acumulando lo que otros están haciendo: quién está actuando mal y quién está actuando bien. ¿Quién eres tú para decidir? ¿De quién has obtenido ese derecho? ¿Quién eres tú para volverte policía? 
El hombre que vino a verme se había vuelto policía. El estaba sufriendo por lo que los demás estaban haciendo. Pero le dije: "No te preocupes por los demás. El problema real debe estar dentro de ti. Todavía no debes haber confrontado tu propia sexualidad, ése es el problema. ¿Por qué sufrir a causa de los demás? ¿Por qué crear más problemas? ¿Tan solo para escapar de tus propios problemas? ¿Sólo para mantenerte ocupado? ¿Quién te ha designado para que seas policía? ¿Para qué desperdiciar tu vida? Debes estar profundamente obsesionado por el sexo; por eso es que te preocupas de los demás".

El respondió: "Has tocado exactamente en la herida. Tengo sesenta y cinco años, y aún estoy sufriendo. Conforme envejezco, sufro más. Pareciera que mi sexualidad está creciendo con mi edad. La energía es menor, pero la sexualidad es mayor. Conforme la muerte se acerca, parezco ser más y más sexual. Toda mi mente, por veinticuatro horas al día, está obsesionada con el sexo". 
Le dije: "Has estado luchando con el sexo continuamente". Eres un gran buscador. Has permanecido con tantos santos, con tantos gurús. Le dije: "Te han destruido. No has llegado a ninguna parte. Todo lo que has estado haciendo está errado. Ahora, ya no sigas luchando más con el sexo". 
El hombre se asustó y dijo: "He estado luchando con el sexo. Y ésta es la razón: aun luchando soy tan sexual. Ahora tú dices: 
'¡No luches!' Entonces me volveré completamente loco". 
Le dije: "Has tratado la lucha. Ahora trata lo otro. No has llegado a nada. Ahora, ¡no luches!" 
"¿Y entonces qué?", preguntó, "¿Qué estoy supuesto a hacer?" 
Le dije: "Sé un testigo".

Preguntó: "¿Desaparecerá la sexualidad?"

Le dije: "Si quieres ser un testigo con un punto de vista parcializado -para ser brahmacharya, contra el sexo- no podrás llegar a ser un testigo. Y si no puedes llegar a ser un testigo, la sexualidad no puede desaparecer. Vuélvete testigo. La sexualidad desaparecerá, pero recuerda, el brahmacharya también desaparecerá 
con ella". No hay necesidad de brahmacharya cuando desaparece la sexualidad. Es parte del mismo juego. Cuando la enfermedad ha desaparecido, ¿qué utilidad tiene la medicina? Tirarás la medicina con la enfermedad. Así que le dije: "El brahmacharya también desaparecerá. Pero recuerda no elegir". 
El respondió: "Lo trataré".

Después de tres meses -le dije que regresara después de tres meses- él regresó y dijo: "Pero el sexo todavía no ha desaparecido". A esto es lo que llamo estupidez. "El sexo todavía no ha desaparecido, y he estado practicando el ser testigo por tres meses". La elección inconsciente permanece: que el sexo debe desaparecer. Entonces no podrá ser un testigo. Ser un testigo significa no elegir, una consciencia en estado de no-elección. Esta es una de las llaves más fundamentales para todas las enfermedades de la mente humana. Si puedes volverte un testigo, los opuestos luchan uno contra el otro, se matan entre sí, y ambos mueren, ambos desaparecen. Pero si eliges uno en contra del otro, no puedes ser un testigo.

Busca al guerrero y déjalo que luche en ti.

... Búscalo porque en la fiebre y apuro de la lucha, podrías dejar de verlo; y él no te reconocerá a menos que tú lo reconozcas primero. Si tu grito llega a su oído en espera, entonces él luchará en ti, y llenará tu nublado vacío interno. 
Busca al guerrero y déjalo que luche en ti. No seas tú el guerrero; no hay necesidad. El guerrero es este fenómeno: presentar a tu consciencia simultáneamente a los dos opuestos. 
Comúnmente, sólo uno está presente. Cuando el sexo está presente, no estás pensando en el brahmacharya. Cuando el brahmacharya está presente, no estás pensando en el sexo. Uno de ellos está presente y el otro está escondido. Esta es la desgracia. 
Saca al otro en el mismo momento y éste se convertirá en el guerrero para ti. Saca a ambos simultáneamente. Cuando estés lleno de cólera, saca el arrepentimiento inmediatamente. Siempre te arrepientes -pero después. Cuando estás con cólera, estás con cólera. Cuando la cólera ha hecho su devastación, entonces aparece el 
arrepentimiento y comienzas a hacer juramentos de que no vas a volver a tener cólera. Pero la cólera y el arrepentimiento nunca se encuentran. Permite que los opuestos se encuentren. El uno negará al otro.

Si continúas moviéndote de un opuesto al otro, nunca saldrás victorioso. Ya has desperdiciado muchas vidas como ésta, y puedes desperdiciar un infinito número de vidas. Pero éste es el secreto: 
saca los opuestos simultáneamente; déjalos estar presentes ante ti simultáneamente. No sigas a uno. Si sigues a uno, el otro estará a tu espera. Cuando estés aburrido, cuando estés harto con uno, el otro ce cogerá. 
Si los opuestos no pueden encontrarse, el uno no podrá negar al otro. Tú no necesitas hacer nada. Este es el milagro, ésta es la química interna. Junta a los opuestos y simplemente obsérvalos. Lucharán; permítelos luchar. No necesitas involucrarte en eso; 
simplemente permanece a un lado. Desaparecerán juntos. Al estar presentes juntos, ellos no persistirán; ambos desaparecerán. 
Así que un Mahavir no es un brahmachari. El sexo y el brahmacharya, ambos han desaparecido. El es inocente; es como un niño. Un Buddha no se ha vuelto no-colérico; la cólera y la no-colera, ambos han desaparecido. El es inocente, ninguno de ellos está presente. Un Krishna no es ni un sansari ni un sa.nnya.sin; él no pertenece al mundo ni pertenece al anti-mundo de la renunciación. Ambos han desaparecido; él es inocente.

- La perfección, la totalidad de la consciencia, está en la inocencia. Y cuando uso la palabra 'inocencia' quiero decir la ausencia de los opuestos. La ausencia de los opuestos es la pureza. Si has elegido a uno, no eres puro. El otro está escondido en el subconsciente; ambos están ahí. 
Ambos estarán presentes si uno de ellos está ahí. El otro no puede estar separado; sólo puede estar escondido. Y si uno de ellos no está presente, el otro tampoco puede estar presente ahí. Ambos desaparecerán; todo el campo de los opuestos desaparecerá. Entonces eres inocente. Esa inocencia es liberación, esa inocencia es divina, esa inocencia es nirvana. 
Toma sus órdenes para la batalla y obedécelas 
Obedécele, no como si fuera un general, sino como si fueras tú mismo, y como si sus palabras pronunciadas fueran la expresión de tus anhelos secretos; porque él es tú mismo, pero infinitamente más sabio y fuerte que tú mismo.

Encuentra al testigo y después obedécele. Primero encuentra al testigo y luego obedécele, porque encontrar al testigo significa encontrar tu propio núcleo más interno. 
Vivimos en dos capas, dos niveles. Uno es la periferia: el mundo de la acción. El otro es el ser interno, el mundo de la no-acción: el mundo de la existencia, no del hacer. Todo lo que hacemos está en la periferia y todo lo que somos está en el centro. Tenemos que movernos continuamente desde el centro a la periferia para hacer algo. Cada vez que estás haciendo algo, estás en la periferia. Cualquier cosa que hagas está en la periferia. Cuando no estás haciendo, cuando no escás haciendo nada, entonces estás en el centro. El presenciar, el ser un testigo es un no-acto. La medicación es un no-acto.

Estamos haciendo medicación aquí. Por treinta minutos estás en la periferia haciendo algo: respirando, haciendo catarsis, diciendo el manera hu. Estás haciendo algo; estás en la periferia. Cuando de pronto digo: "¡Stop!", quiero decir: "Ahora estáte en el no-acto, en el no-hacer". Cuando repentinamente haces el 'stop', eres empujado desde la periferia hasta el ser, hasta el centro más interno, porque cuando no estás haciendo nada ya no eres necesario en la periferia. Necesitas estar en la periferia sólo mientras estás haciendo algo. Ahora eres empujado de nuevo a tu centro. Ese centro es tu testigo.

Una vez que conoces ese cencro, una vez que reconoces esce centro, una vez que has sentido ese centro -sigue sus órdenes. Serás guiado; has enconcrado a tu maescro. Ahora sigue cualquier cosa que te sea dicha desde cu cencro y no escuches a la periferia. La periferia es culcivada por otros y cu centro no ha sido tocado, está virgen; es de lo divino. 
La periferia proviene de la sociedad. Por eso es que decimos que un sannyasin ,va más allá de la sociedad. No contra la sociedad, más allá de la sociedad. Ahora él sigue su propio cencro 
más interno; no está siguiendo a nadie más. Todas las órdenes de los demás no tienen ningún sentido ahora.

Ahora has encontrado tu propio ser interno, y ahora ese ser puede guiarte. Ese ser es infinitamente más fuerte y sabio que tú mismo. El 'tú' que está en la periferia es un debilucho; el 'tú' que está en el centro es infinitamente potente. El 'tú' que está en la periferia es tan solo algo mundano; el 'tú' que está en el centro es el mismo Dios. 
Pero primero encuentra al testigo. Jesús ha dicho: "Primero busca el reino de Dios y todo lo demás vendrá por añadidura". No te preocupes sobre lo demás. Primero descubre el núcleo más interno del reino de Dios. Entonces no necesitas preocuparte de nada más; todo lo demás llegará. 
Tan solo sigue a la voz interna. ¿Pero cómo? No sabes lo que es la voz interna, no sabes lo que es lo interno. La sociedad los ha confundido profundamente. Va repitiendo que su propia voz es tu voz interna. Ha insertado muchas voces dentro de ti para controlarte desde adentro.

-Es una necesidad social. La sociedad se controla de dos maneras. Una, con controles externos: los policías en las calles, la corte, el juez, la ley, el gobierno. Esre es el control externo, pero esto no es suficiente. Puedes engañar a la ley, puedes manipular a la corte. Y el policía, por supuesto es can solo otro ser humano. Así que esos controles no son suficientes. 
Lo que es bueno para un Hindú puede ser que no sea bueno para un jaina. Cualquier cosa que digas que es verdad, lo opuesto también es verdad en alguna otra parte; no es absoluto. Ahora que nos hemos hecho conscientes de coda la complejidad de la consciencia humana, sabemos que tu consciencia es tan solo un producto social. Existen muchas sociedades ahora en las que el policía interno se ha debilitado. Las sociedades humanas son ahora menos moralistas, porque el policía interno está casi muerto. Sabes que lo que dice no tiene ningún significado: no ce preocupas por eso. Simplemence observas la ley externa... y trataras de encontrar una forma de evitarla. 
Lo que te estoy diciendo es que la voz del policía interno no es tu voz. Encuentra al testigo. Sólo entonces encontrarás la voz interna.

La voz interna te dirigirá. Sus directivas serán absolutamente diferentes de lo que la sociedad dice -absolutamente diferentes. Pero por vez primera llegarás a ser religioso, no tan solo simplemente moral. Serás moral en un sentido mucho más profundo. La moralidad no será una obligación, no será algo impuesto en ti. No será una carga; será espontáneo. Serás bueno, bueno en una forma natural. No ce volverás un ladrón -no porque la sociedad lo diga: "No robar", sino porque no puedes serlo. No matarás porque ce es imposible. Amas tanto a la vida que ahora la violencia se vuelve imposible. No es un código moral; es una directiva interna. 
Afirmas la vida, reverencias la vida. Te viene una profunda reverencia, y por medio de esa reverencia rodo lo demás sigue. Eso es lo que Jesús dice: "Busca el reino de Dios primero y lo demás vendrá por añadidura". Descubre la voz interna, y Todo lo demás VENDRA POR AÑADIDURA.



ESOTERICO O INTERNO...NO SON LO MISMO ? :

Un obstáculo para el crecimiento

¿Existe separación entre cuerpo y mente, materia y conciencia, 
lo físico y lo espiritual? ¿Cómo podemos trascender al cuerpo y 
a la mente para alcanzar la conciencia espiritual? 
 

Lo primero que hay que entender es que la división entre cuerpo y mente es totalmente falsa. Si partes sobre la base de esa división no llegarás a ninguna parte; una partida falsa no lleva a ningún lado. Nada lograrás por ese camino, porque cada paso tiene su propia evolución lógica. El segundo paso se basa en el primero, el tercero surge del segundo y así sucesivamente. Existe una secuencia lógica. Así es que, al dar el primer paso, eliges todo un camino.

El primer paso es más importante que el último, el comienzo es más importante que el final, porque el final es sólo un resultado, una consecuencia. Sin embargo, siempre nos preocupa el final, nunca el principio; siempre nos preocupan los resultados, nunca los medios. El final ha llegado a significar tanto para nosotros, que hemos perdido de vista la semilla, el principio. Así, podremos seguir soñando, pero nunca alcanzaremos lo real.

Para cualquier buscador, este concepto de una persona dividida, de una existencia dual -cuerpo y mente, lo físico y lo espiritual- es un paso en falso. La existencia se encuentra unificada; toda división es producto de la mente. La forma en que la mente percibe las cosas es la que crea la dualidad. Es la prisión de la mente la que crea la división.

La mente no puede hacer otra cosa. Es difícil que ella conciba que dos contrarios son uno, que dos polaridades opuestas son una. La mente tiene una compulsión, una obsesión por ser consistente. No puede imaginar que la luz y la oscuridad sean una sola. Es algo inconsistente, paradójico.

La mente debe crear opuestos: Dios y el diablo, vida y muerte, amor y odio. ¿Cómo podemos concebir que amor y odio son la misma energía? Es difícil que la mente logre eso. Así, la mente divide. Entonces el problema desaparece. El odio es el opuesto del amor, y el amor es el opuesto del odio. Ahora eres consistente y la mente se tranquiliza. Así, la división es una conveniencia de la mente: no es una verdad, no es una realidad.

Es conveniente dividirse en dos: el cuerpo y tú. Sin embargo, cuando divides, das un paso equivocado. A menos que vuelvas atrás y cambies tu primer paso, puedes vagar durante vidas enteras y no lograrás nada, porque un paso en falso conduce a más pasos en falso. Así pues, comiencen bien desde el principio. Recuerden que ustedes y su cuerpo no son dos, que dos es sólo una conveniencia. Uno es suficiente, al menos en cuanto a la existencia respecta.

La división en dos es artificial. En realidad, siempre sientes que eres uno; sin embargo, apenas comienzas a pensar acerca de ello, surge el problema. Cuando tu cuerpo te duele, no se te Ocurre sentir que son dos. Sientes que eres uno con tu cuerpo. Divides después, cuando te pones a pensar en el asunto.

En el momento presente, no hay división. Por ejemplo, si alguien te pone un puñal contra el pecho, desaparece la división. No piensas que esa persona te va a matar el cuerpo; piensas que va a matarte a ti. Sólo puedes dividir posteriormente, cuando el hecho ya es un recuerdo. Ahora puedes mirar las cosas, pensar acerca de ellas. Puedes afirmar que ese hombre iba a matar tu cuerpo. Pero no pudiste decir eso en el momento mismo en que todo ocurrió.

Siempre que sientes, sientes unidad. Siempre que piensas, te pones a dividir. Surge la enemistad. Si no eres el cuerpo, se origina una lucha. Aparece la pregunta: "¿Quién es el amo? ¿El cuerpo o yo?". El ego se siente amenazado. Comienzas a reprimir al cuerpo. Y cuando reprimes al cuerpo, te reprimes a ti mismo; cuando luchas contra tu cuerpo, luchas contra ti mismo. Así que de esto surge mucha confusión. Se transforma en algo suicida.

Aun si lo intentas, no podrás reprimir totalmente al cuerpo. ¿ Cómo podría eliminar mi mano izquierda con mi mano derecha? Parecen ser dos, pero en ambas fluye la misma energía. Si realmente fueran dos, la represión sería posible; -y no sólo la represión: la destrucción total también lo sería- pero si la misma energía fluye en ambas, ¿cómo puedo suprimir mi mano izquierda? Esto es ficticio. Puedo dejar que mi mano derecha doblegue a mi mano izquierda y pretender que mi mano derecha ha ganado; sin embargo, al minuto siguiente podré levantar la mano izquierda sin que nada pueda detenerla. Este es el juego en que participamos. Y sigue y sigue. A veces doblegas al sexo, y otras veces el sexo te doblega a ti. Se transforma en un círculo vicioso. Nunca podrás suprimir al sexo. Puedes transformarlo, pero nunca podrás suprimirlo.

Si partes de la base de una separación entre tú y tu cuerpo, desembocarás en una represión. Si buscas la transformación, no debieras comenzar dividiendo. La transformación sólo puede surgir de una comprensión del todo como un todo. La represión surge del equívoco de considerar que el todo está formado por partes separadas. Si sé que las dos manos son mías, el esfuerzo por suprimir una de ellas resulta absurdo. La pugna resulta absurda porque, ¿cuál debe suprimir a cual? ¿Quién debe luchar contra quién? Si puedes sentirte a gusto con tu cuerpo, habrás dado el primer paso que será el correcto. Entonces no habrá división ni represión.

El separarte de tu cuerpo producirá automáticamente una variedad de consecuencias. Mientras más reprimas al cuerpo, más frustrado te verás, porque suprimirlo es imposible. Puedes lograr una tregua momentánea, pero luego te verás nuevamente derrota-do. Y mientras más te frustres, mayor será la división, más amplia será la brecha que te separa de tu cuerpo. Te sentirás cada vez más hostil a su respecto. Creerás que el cuerpo es muy fuerte y que es por eso que no eres capaz de suprimirlo. Concluirás, " ¡Tendré que luchar con más ímpetu! ".

Por esto digo que todo tiene su propia lógica. Si partes de una premisa equivocada, podrás seguir hasta el final sin llegar nunca a ninguna parte. Toda lucha te conducirá a otra lucha. La mente siente, "El cuerpo es fuerte y yo soy débil. Debo reprimirlo más". O bien, "Ahora debo debilitar mi cuerpo". Toda austeridad es sólo un esfuerzo por debilitar al cuerpo. Pero mientras más debilites al cuerpo, más te debilitas a ti mismo. La misma fuerza relativa se mantiene siempre entre tú y tu cuerpo.

Al debilitarte te sientes más frustrado, porque ahora es más fácil derrotarte. Y no hay nada que puedas hacer al respecto: Mientras más te debilitas, menos posibilidades tienes de enfrentar con éxito las exigencias del cuerpo, y más tienes que luchar en su contra.

Por tanto, lo primero es no pensar en términos de una división. Esta división -físico y espiritual, material y mental, conciencia y materia- es sólo una falacia lingüística. El lenguaje crea todo este absurdo.

Por ejemplo, si ustedes dicen algo, deberé responder "sí" o "no". No existe la actitud neutral. "Sí" es siempre absoluto; "no" es también absoluto. No existe ninguna palabra neutral en ningún idioma. Así pues, De Bono acuñó una nueva palabra: "po". Afirma que "po" debiera utilizarse como palabra neutral. Significa: "He escuchado su punto de vista, y no le respondo ni "sí" ni "no".

Usen "po", y todo cambia. "Po" es una palabra artificial que De Bono tomó de hipótesis o posibilidad o poesía. Es una palabra neutral que no implica evaluación, ni condenación, ni apreciación, ni compromiso; ni a favor ni en contra. Si alguien le insulta, responda "po". Luego, sienta la diferencia en su interior. Una sola palabra puede producir tanta diferencia. Cuando dices "po", estás diciendo, "Le he escuchado. Ahora sé que ésta es su opinión respecto a mí. Puede tener razón; puede estar equivoca-do. No me pronuncio"

El lenguaje crea la división. Aún los grandes pensadores crean lingüísticamente cosas que no existen. Si les preguntas, "¿Qué es la mente? "  responden "No es materia". Si preguntas "¿Qué es materia? " Responden "No es mente". No llegas a conocer ni la materia ni la mente. Definen la materia por medio de la mente, y a la mente por medio de la materia. Las raíces no llegan a conocerse. Esto es absurdo, pero nos resulta más confortable que decir, "No sé. Nada se sabe acerca de eso"

Cuando decimos "La mente es inmaterial", nos tranquiliza-mos, como si algo se hubiese aclarado. Nada se ha aclarado. La mente y la materia pertenecen a lo desconocido, pero responder "No sé" sería humillante para el ego. Cuando dividimos, sentimos que hemos llegado a dominar cosas de las que somos totalmente ignorantes.

El noventa y nueve por ciento de la filosofía es creada por el lenguaje. Diferentes idiomas crean diferentes tipos de filosofía; si cambias el idioma, la filosofía cambiará. Por esto la filosofía no se puede traducir. La ciencia siempre puede traducirse, pero la filosofía no. Y la poesía es aún más intraducible, porque depende de una frescura particular del lenguaje. Cuando cambias el Idioma, cambia el sabor. Ese sabor corresponde a una ordenación particular de las palabras, una utilización particular de ellas. No se les puede traducir.

Así, lo primero que hay que recordar es que no debemos comenzar con una división. Sólo entonces el primer paso será el correcto. No quiero decir que haya que partir de la idea de que "Yo soy uno". No quiero decir eso. De esa forma, también comienzas con un concepto. Comienza desde la ignorancia, desde la humilde ignorancia; parte de la base del "No sé".

Puedes afirmar que cuerpo y mente se hallan separados; o bien, puedes adoptar la posición opuesta y decir, "Yo soy uno". - Cuerpo y mente son uno solo.  Sin embargo, esta frase aún  presupone una división. Dices "uno", pero sientes dos. A la sensación de dos opones la aseveración de unidad. Esta asevera-ción es, nuevamente, una sutil represión. 
 

Así que no partas de advait, de una filosofía no dual. Parte de la existencia, no de conceptos. Parte de una conciencia profunda, carente de conceptos. A eso me refiero cuando hablo de un buen comienzo. Comienza a sentir la existencia.  No digas "uno" o "dos", no digas "esto" o "eso". Comienza a sentir lo que es. Y sólo puedes sentir lo que es cuando la mente no está, cuando los conceptos no están, cuando las filosofías y las doctrinas no están; en realidad, cuando el lenguaje no está presente. Cuando el lenguaje esté ausente, te encontrarás en medio de la existencia. Cuando el lenguaje esté, estarás sumergido en tu mente.

Con un idioma diferente, tendrás una mente diferente. Existen tantos idiomas. No sólo en un sentido lingüístico, sino que en el religioso, en el político. Un comunista sentado a mi lado no está en absoluto conmigo. Vive en un idioma diferente. A mi otro lado puede estar sentado alguien que crea en el karrna. El comunista y este otro hombre no pueden encontrarse. No es posible el diálogo, porque desconocen totalmente el lenguaje del otro. Pueden utilizar las mismas palabras, pero aún así no sabrán lo que el otro está diciendo. Viven en universos diferentes.

Con el lenguaje, cada uno vive en un universo privado. Sin el lenguaje, perteneces al idioma común, la existencia. A esto me refiero con meditación; abandonar el mundo lingüístico privado y entrar a la existencia no verbal.

Aquellos que separan el cuerpo de la mente siempre están en contra del sexo. Esto es, porque comúnmente el sexo es la única experiencia no verbal y natural que conocemos. En ese plano, el lenguaje es totalmente innecesario. Si empleas el lenguaje en el sexo, no podrás profundizar en él. Así es que todos los que afirman que no eres tu cuerpo estarán en contra del sexo, porque en el sexo tus divisiones desaparecen.

No vivas en un mundo verbal. Entra profundamente en la existencia misma. Utiliza lo que desees, pero vuelve una y otra vez al nivel de lo "no verbal", al nivel de la conciencia. Con los árboles, con las aves, con el cielo, el sol, las nubes, la lluvia: vive con la existencia no verbal en todas partes. Y mientras más lo hagas, más profundamente entrarás en eso, más sentirás una unidad que no existe en oposición a la dualidad; una unidad que no es sólo la unión de dos: es la unidad del continente con la isla que se encuentra ligada a él por debajo de la superficie del océano. Continente e isla siempre han sido uno solo. Ves dos, sólo porque te limitas a mirar la superficie.

 El lenguaje es la superficie. Todas las formas de lenguaje (religioso, político) se encuentran en la superficie. Cuando vives con la existencia no verbal, alcanzas una sutil unidad, que no es una unidad matemática, sino una unidad existencial.

Así es que no traten de jugar estos juegos lingüísticos: "Cuerpo y mente se hallan separados"; "Cuerpo y mente son uno solo". ¡Abandónenlos! Son interesantes, pero inútiles. No llevan a ninguna parte. Aun si encuentran alguna verdad en ellos, son sólo verdades lingüísticas. ¿Qué enseñanza van a obtener de eso? Tu mente ha practicado este juego durante miles de años, pero hacerla es propio de un niño; cualquier juego verbal es un juego infantil. Da lo mismo con cuánta seriedad lo juegues. Podrás hallar muchas cosas que apoyen tu posición, podrás hallarle mucho sentido, pero es sólo un juego. El lenguaje es útil en lo que al trabajo cotidiano respecta; pero no podrás incursionar en realidades más profundas con él, porque estas realidades son no-verbales.

El lenguaje es sólo un juego. Si encuentras asociaciones entre lo verbal y lo no verbal, no será porque hayas encontrado algún secreto importante. Podrás encontrar muchas asociaciones que parecerán de importancia, pero no la tendrán, en realidad. Estarán allí porque tu mente las ha creado inconscientemente.

La mente humana es básicamente similar en todas partes, así es que todo lo que provenga de ella tiende a ser parecido. Por ejemplo, la palabra referente a "madre" es parecida en todos los idiomas. Y no es que esto signifique algo, sino que todo se debe a que el sonido ma es el que más fácilmente articula un niño. Una vez que el sonido ya está presente, puedes crear diferentes palabras a partir de esa base, pero un sonido es sólo un sonido. El niño sólo profiere el sonido ma, pero lo oyes como una palabra.

Algunas veces podemos hallar una similitud que es sólo una coincidencia. "God" (Dios) es el reverso de "dog" (perro) (*) Es sólo una coincidencia. Sin embargo, lo encontramos significativo, porque para nosotros un perro es algo vil. Luego, decimos que Dios es lo opuesto de esto. Esta es interpretación nuestra. Puede ser que para lo opuesto de Dios hayamos creado una palabra ("dog" = perro) y luego le dimos esta denominación a los perros. Ambas cosas no están relacionadas en lo absoluto; pero si puedes establecer una conexión entre ellas, te parecerá que tiene sentido.

Puedes seguir creando similitudes a partir de la nada. Puedes crear un vasto océano de palabras, con infinita cantidad de similitudes. Por ejemplo, la palabra "monkey" (mono) Puedes jugar con esta palabra y encontrar ciertas relaciones, pero estohabría sido imposible antes de Darwin. Ya que ahora sabemos que el hombre desciende del mono, podemos inventar juegos de palabras. Podemos decir "monkey" ("man-key" = hombre-llave) la llave hacia el hombre. Otras personas han unido estas palabras en forma diferente. Han dicho, "El mono y el hombre se hallan relacionados debido a la mente. El hombre tiene una mente de mono".

(*) Los juegos de palabras de Rajneesh en inglés son intraducibles al español, por lo que reproducen las palabras en los dos idiomas. (N. del T.) 
  
 

Así es que puedes crear asociaciones y disfrutar de ello, puedes sentir que es un juego divertido, pero es sólo un juego. Debemos recordar eso. De otra forma, perderás de vista el límite entre lo que es real y lo que es sólo un juego, y te volverás loco.

Mientras más te sumerges en las palabras, más conexiones podrás encontrar. Y luego, con rebuscadas triquiñuelas, podrás crear toda una filosofía a partir de esto. Muchos lo hacen. Hasta Ram Dass ha hecho esto. Ha jugado con la palabra "monkey" (mono) de esta forma; ha comparado "dog" (perro) y "God" (Dios) de esta manera. Está bien; no hay nada malo en ello. Lo que estoy diciendo es esto: si juegas un juego y te diviertes con él, diviértete: pero nunca te dejes engañar por él. Y puedes engañarte. El juego puede ser tan absorbente que te dejes llevar por él, y habrás desperdiciado mucha energía.

Muchos creen que, puesto que hay tantas similitudes entre los idiomas, debe haber existido un idioma original del que surgieron todos los demás. Pero estas similitudes no se deben a la existencia de un idioma común; existen debido a similitudes en la mente humana. En todo el mundo, la gente que experimenta frustración emite los mismos sonidos; con los que están enamora-dos ocurre igual cosa. Un parecido básico entre los seres humanos produce también un cierto parecido en nuestras palabras. Pero no tomen esto en serio, porque podrán perderse en esto. Aún si encuentran bases comunes significativas, seguirá siendo algo insensato, sin importancia. Para un buscador espiritual, esto es algo ajeno a la cuestión.

Y nuestras mentes funcionan de tal forma que cuando vamos en busca de algo, partimos de un prejuicio. Si pensamos que los mahometanos son mala gente, buscaremos datos que apoyen nuestra opinión, hasta que en último término comprue-ben que estoy en lo cierto. Luego, cada vez que me tope con un musulmán, comenzaré a encontrarle defectos, y nadie podrá decirme que estoy equivocado, porque tengo "pruebas".

Alguien puede enfrentarse al mismo individuo con el concepto opuesto. Si para él un musulmán es un "buen hombre", podrá encontrar pruebas de esto con esta misma persona. Bueno y malo no son opuestos: coexisten. El hombre tiene la posibilidad de ser cualquiera de los dos, así que lo que sea que busques en él lo encontrarás. En algunas situaciones será bueno y en otras será malo. Cuando lo juzgas, todo depende más de tu actitud que de la situación misma. Depende de la forma en que mires esto o aquello.

Si, por ejemplo, consideras que fumar es malo, se volverá malo. Si piensas que comportarse de cierta manera es malo, se volverá malo. Si estando aquí sentados alguien se duerme mientras hablamos, alguien podrá considerar que eso es malo: se volverá malo, entonces. Pero en realidad, nada es bueno; nada es malo. Alguien que tenga una actitud diferente puede pensar que este mismo incidente está bien. Pensará que es bueno que alguien se tienda y se duerma estando entre amigos, porque eso implica que se siente libre de hacerlo. Así, entonces, depende de tu actitud.

Estuve leyendo acerca de algunos de los experimentos que intentó A.S. Neill en su escuela, Summerhill. Experimentó con un nuevo tipo de escuela, en la que existía total libertad. Él era el director, pero no había disciplina. Un día un profesor enfermó, y él les dijo a los niños que no hiciesen ruido para no molestar al profesor esa noche.

Sin embargo, esa noche los niños comenzaron a pelear Justo al lado del cuarto del enfermo. Neill subió. Cuando los niños oyeron que alguien venía se callaron y comenzaron a estudiar. Neill miró hacia adentro a través de la ventana. Uno de los chicos, que simulaba hacer los preparativos para acostarse, levantó la vista y descubrió a Neill en la ventana. Dijo a los otros, "Es sólo Neill. Vamos, no es necesario detenerse. Es solamente Neill". Así que comenzaron a pelear nuevamente. ¡Y Nelly era el director de la escuela!

Neill escribió, "Me hizo muy feliz el que no me tuvieran miedo, al punto de que pudiesen decir, "No hay de qué preocuparse. Es sólo Neill". A él le agradó lo sucedido, pero a ningún otro director le hubiese agradado. ¡A ningún otro! 
¡ Nunca en la historia!

Así es que depende de ti, de la forma en que definas las cosas. Neill lo sintió como amor; pero, nuevamente, ésa es su definición. Siempre encontramos aquello que estamos buscando. Puedes encontrar absolutamente cualquier cosa si la estás buscando seriamente.

De modo que no comiencen con la mente centrada en encontrar algo. ¡Limítense a comenzar! Una mente en actitud  investigadora no busca nada específico, sino que sencillamente busca. Simplemente busca, sin ideas preconcebidas, sin buscar nada definido. Encontramos cosas porque las buscamos.

El significado de la historia bíblica de la Torre de Babel es que, apenas hablas, te encuentras dividido. La historia no trata de personas que comenzaron a hablar diferentes idiomas, sino de personas que comenzaron a hablar. Apenas comienzas a hablar, aparece la confusión. - Apenas articulas algo, te encontrarás dividido. Sólo el silencio es uno.

Muchas personas han desperdiciado sus vidas buscando cosas. Cuando tomas algo en serio, puedes desperdiciar tu vida con mucha facilidad. Jugar con palabras es algo tan gratificante para el ego que te puedes pasar la vida en ello. Aun si es interesante -un juego entretenido, divertido- es un juego inútil para el buscador espiritual. La búsqueda espiritual no es un juego.

Podemos practicar el mismo juego, utilizando números. Puedes establecer relaciones. Puedes lucubrar el motivo por el cual hay siete días en la semana, siete notas musicales, siete esferas, siete cuerpos. ¿Por qué motivo hay siempre siete? 
Entonces podrás crear una filosofía completa en tomo a ello, pero esa filosofía será producto de tu imaginación.

A veces las cosas comienzan en forma muy inocente. Por ejemplo, la forma en que se, comenzó a contar. El único motivo por el cual existen nueve dígitos es porque el hombre tiene diez dedos. En todas partes del mundo, el hombre comenzó a contar utilizando sus dedos. Así pues, diez fue el límite que se eligió. Era suficiente, porque de ahí en adelante se puede ir repitiendo. Así es que en todas partes del mundo hay nueve dígitos.

Una vez que ya se ha determinado el nueve como límite, es difícil imaginar el procedimiento a seguir con una cantidad de dígitos mayor o menor que nueve. Sin embargo, se pueden utilizar menos. Usar nueve es sólo una costumbre. Leibnitz utilizaba sólo tres dígitos: l, 2 y 3. Cualquier problema puede ser resuelto con tres dígitos, al igual que con nueve. Einstein utilizaba sólo dos dígitos: 1 y 2. En esa forma, se cuenta así: 1,2, 10, 11... Nos podría parecer que aquí hay un salto de ocho, pero ese salto no existe: está sólo en nuestras mentes.

Estamos condicionados a pensar que el 3 debe venir después del 2. Ese debería no existe. Sin embargo, eso nos confunde. Pensamos que 2 más 2 son siempre 4, pero no existe ninguna obligatoriedad de que sea así. Si se utiliza un sistema de dos dígitos, 2 más 2 serán 11. Y entonces, "11" y "4" aludirán a la misma cantidad. Puedes decir que dos sillas más dos sillas son cuatro sillas, o también puedes decir que son once; sin embargo, independientemente del sistema que utilices, la cantidad existen-cial de sillas será la misma.

Puedes hallar un motivo para todo: por qué la semana tiene siete días, por qué el ciclo menstrual de una mujer abarca veintiocho días, por qué hay siete notas en la escala, por qué hay siete esferas. Y puede que algunas de estas cosas tengan realmente un motivo.

Por ejemplo, la palabra "menstruo" significa un mes. Es posible que el hombre comenzó a contar los meses de acuerdo al ciclo menstrual de la mujer, pues el ciclo femenino natural es un período de tiempo fijo: veintiocho días. Este habría sido un método simple para saber que ha transcurrido un mes. Cuando tu esposa comienza a menstruar, significa que ha pasado un mes.

O bien, puedes contar los meses de acuerdo a la luna. Sin embargo, el lapso que llamamos "un mes" varía en este caso a treinta días. La luna crece durante quince días y decrece por otros quince días, de modo que en treinta días completa su ciclo.

Fijamos los meses con un criterio lunar, así es que contamos treinta días para el mes. Sin embargo, si determinamos la duración del mes según Venus o según el ciclo menstrual, tendremos veintiocho días. Podemos superar la disparidad divi-diendo el ciclo de veintiocho días y concibiendo una semana de siete días. Y una vez que esta forma de concebir el mes se establece en la mente, las demás cosas se suceden en forma automática. Esto es lo que quiero decir: todo tiene su propia lógica. Una vez que tienes la semana de siete días, podrás encontrar muchos otros patrones de siete, y el siete se transforma en un número significativo, en un número mágico. No lo es. O bien la vida entera es magia pura o nada lo es. Se transforma en un juego para la imaginación.

Puedes jugar con estas cosas, y encontrarás muchas coinci-dencias. El mundo es tan grande, tan infinito, ocurren tantas cosas en cada segundo, que es totalmente obvio que habrá coincidencias. Las coincidencias comienzan a acumularse; y finalmente tienes una lista tan larga de ellas que te dejas convencer  y te preguntas, "¿Por qué hay siempre siete? Debe haber algún misterio subyacente". Todo el misterio lo construye tu mente, que ve las coincidencias e intenta interpretarlas en una forma lógica.

Gurdjieff afirmó que el hombre es el alimento de la luna. Esto es algo totalmente lógico. Nos demuestra el absurdo de la lógica. Todo lo que existe es alimento para algo o alguien, de modo que Gurdjieff tuvo una idea muy ingeniosa: el hombre debe ser el alimento de algo o alguien. Si seguimos ese razonamiento, la pregunta" ¿Quién se alimenta del hombre?", resulta totalmente lógica y coherente.

El sol no puede ser el devorador del hombre, porque sus rayos son alimento para otros organismos: las plantas. El hombre se encontraría entonces situado en un estrato inferior al de otras especies. Pero esto no puede ser, puesto que el hombre es el animal más elevado -según su propia opinión-. Así pues, el hombre no puede ser alimento para el sol.

La luna se relaciona con nosotros en una forma sutil, pero no del modo como Gurdjieff lo describió. Se encuentra sutilmen-te relacionada con el período menstrual de la mujer. Se relaciona con la marea, con el flujo y reflujo del mar. Parece ser que es mayor la proporción de gente que se vuelve loca cuando hay luna llena. Es de ahí de donde proviene la palabra "lunático": de lunar, la luna. 

La luna siempre le ha resultado muy hipnótica a la mente humana. Gurdjieff afirmó, "El hombre debe ser el alimento de la luna, porque el alimento puede ser fácilmente hipnotizado por el que lo devora". Los animales -en particular, las serpientes -hipnotizan primero a sus víctimas. Estas se paralizan a tal punto que luego pueden ser devoradas. Esta es otra coincidencia con la que jugó Gurdjieff. La luna hipnotiza a poetas, lunáticos, estetas y pensadores. Debe haber algo. El hombre debe ser un alimento.

Podemos jugar con esta idea. Con una mente fértil como la de Gurdjieff, las cosas pueden seguir hilándose lógicamente. Gurdjieff era un genio: podía presentar las cosas de tal manera que parecieran lógicas, racionales, significativas, independien-temente de lo absurdas que fueran. Sugirió esta teoría, y luego su imaginación fue capaz de hallar muchas conexiones, muchas pruebas.

Todo aquel que crea un sistema utiliza la lógica como medio para distorsionar, para comprobar su idea. ¡Todos los que crean sistemas! Aquellos que desean permanecer junto a la verdad no pueden crear sistemas. Por ejemplo, yo nunca  pude crear un sistema, porque para mí, el intento mismo de hacerla va por el camino errado. Lo que digo sólo puede ser fragmentario, incompleto. Existirán brechas insalvables. Conmigo, deberán saltar de un punto a otro.

Un sistema puede crearse con mucha facilidad, porque las brechas pueden ser rellenadas por la imaginación. De ese modo, el todo queda muy claro, límpido, lógico. Sin embargo, mientras más lógico es, más se-aleja de la fuente existencial.

Mientras más sabes, más claro te queda que existen brechas que no pueden rellenarse. La existencia nunca puede ser consistente, nunca. Un sistema debe ser coherente, pero la existencia misma nunca lo es. De modo que ningún sistema puede explicarla.

Siempre que el hombre ha creado sistemas para explicar la existencia (en India, en Grecia, en China), ha inventado juegos. Si aceptas el primer paso como verdadero, el sistema completo resultará perfectamente verdadero; sin embargo, si no aceptas el primer paso, todo el edificio se vendrá abajo. Todo el edificio es un ejercicio de la imaginación. Está bien. Es poético, hermoso. Sin embargo, una vez que un sistema insiste en que su versión de la existencia es la verdad absoluta, resultará violento y destructi-vo. Estos sistemas de verdades son poesías. Son hermosos, pero son sólo poesías. La imaginación habrá rellenado muchas brechas.

Gurdjieff estaba señalando ciertos fragmentos de la verdad; sin embargo, puesto que no es tan fácil basar una teoría en uno o dos fragmentos, reunió muchos de ellos. Luego, intentó crear un sistema coherente con estos fragmentos. Comenzó a rellenar los huecos. Sin embargo, mientras más huecos se rellenan, más se aleja todo de la realidad. Y, finalmente, todo el sistema se "desploma debido a estos rellenos.

El que está fascinado por la personalidad de un maestro puede no ver las brechas que existen en su teoría, mientras que aquellos que no lo están verán sólo las brechas, y no los fragmentos de verdad. Para sus seguidores, Buda es un Buda (un iluminado); sin embargo, otros sólo se confunden, pues solamen-te ven las brechas. El conjunto de todas las brechas será destructivo; sin embargo, el conjunto de todas las verdades puede ser el fundamento de tu transformación.

La verdad es, necesariamente, fragmentada. La verdad es tan infinita, que con una mente finita nunca podrás abarcarla totalmente. Y, si insistes en intentar alcanzar la totalidad, perderás la cabeza, trascenderás tu, mente. Pero si creas un sistema, nunca perderás la cabeza, porque tu mente rellenará todos los huecos. El sistema resulta claro y preciso; resulta impresionante, racional, comprensible -pero nunca más que eso-. Y necesitas algo más: la fuerza, la energía para transfor-marte. Sin embargo, esa fuerza sólo vendrá en destellos, en fragmentos.

La mente crea tantos sistemas, tanto método. Lucubra, "Si abandono la vida que estoy llevando, encontraré algo más profundo". Esto es absurdo. Sin embargo, la mente prosigue, creyendo que en algún lugar del Tibet, en algún 1ugar en Meru Pravat, en alguna parte, "la cosa" está ocurriendo. El corazón se ve en un conflicto: ¿Cómo llegar allí? ¿Cómo establecer contacto con los maestros que trabajan allí? La mente siempre-  busca algo en alguna otra parte; nunca busca algo de aquí y de ahora. La mente nunca está aquí. Y cada teoría atrae gente: "¡LA cosa está pasando ahora mismo, en el Monte Meru! Ve allá, toma contacto con los maestros del lugar, y te verás transformado".

No te dejes engañar por estas cosas. Aún si existe alguna base real, no corras tras ellas. Alguien puede estarte diciendo algo que es cierto, pero el motivo por el que te sientes atraído está equivocado. Lo verdadero, lo real, está aquí ahora; se encuentra contigo ahora. Limítate a trabajar en ti. Aun cuando uno haya ido a todos los Montes Meru, deberá regresar a estar consigo mismo. Finalmente, uno encuentra que el Monte Meru está aquí, que el Tibet está aquí: Aquí, en mi interior. Y he estado vagando, y vagando, por todos lados..."

Mientras más racional sea un sistema, más se desmorona, y entonces es necesario agregar algo irracional. Sin embargo, apenas agregas el elemento irracional, la mente comienza a hacerse astillas. Así es que no se preocupen de los sistemas. Simplemente, salten al aquí y al ahora.



TRASCENDIENDO LOS SIETE CUERPOS :

Afirmas que tenemos siete cuerpos: un cuerpo etérico, un cuerpo mental y así sucesivamente. A veces resulta difícil adecuar el idioma hindú a los términos que emplea la psicología  occidental. No tenemos teorías acerca de esto en Occidente, así es que, ¿qué nombres podemos darles a estos diferentes cuerpos en nuestro lenguaje? El espiritual no es problema; pero, ¿y el etérico? ¿El astral? ¿El mental? No podemos denominarlos así. ¿Qué podemos hacer? 
 

Las palabras sí pueden ser traducidas, pero acudiendo a fuentes donde no han buscado. Jung fue mejor que Freud, al menos en lo que respecta a la investigación más allá de la conciencia superficial, pero también Jung es sólo un principio. Pueden informarse más profundamente acerca de estas cosas en la Antroposofía de  Rudolph Steiner o en los escritos Teosóficos: "Secret Doctrine", "lsis Unveiled" y otros de Madame Blavatsky (*), o en los trabajos de Annie Besant, Leadbeater, el Coronel Olcott.  Pueden también tener una visión revisando las doctrinas Rosacru-ces Existe también una gran tradición Hermética en Occidente, como también escritos secretos de los Esenios, la fraternidad Hermética que inició a Cristo. Y, más recientemente, Gurdjieff y Ouspensky  pueden ser de ayuda. Así es que pueden hallar fragmentos, y estos fragmentos pueden unificarse.

Y lo que he dicho lo expresé en vuestra terminología. Una sola de las palabras que utilicé no forma parte de la terminología occidental: el nirvánico. Los otros seis términos -el físico, el etérico, el astral, el mental, el espiritual y el cósmico..... no son hindúes. Pertenecen igualmente al Occidente. Nunca se ha hablado acerca del séptimo en Occidente; no debido a que nadie lo conociera, sino porque el séptimo es imposible de transmitir.

Si estos términos les presentan dificultad, pueden sencilla-mente decir: "el primero", "el segundo", "el tercero" y así  sucesivamente. No intenten explicar a -qué se refieren por medio de un nombre: expliquen eso en forma aparte. La descripción será suficiente; la terminología que utilicen es irrelevante.

    (*) "The Secret Doctrine", por  H.P, Blavatsky, Theosophical U. Press, Pasadena, California; 1888. "Isis Unveiled", de la misma autora y editorial, fue publicada en 1877. (N. del T.) 
 

Estos siete pueden ser enfocados desde tantos ángulos. Al menos en lo que concierne al sueño, pueden utilizarse los términos de Freud, de Jung y de Adler. Lo que ellos llaman lo consciente es el primer cuerpo. El inconsciente es el segundo -no exactamente lo mismo, pero se aproxima lo suficiente-. Lo que ellos denominan el inconsciente colectivo es el tercero -nueva-mente, no es exactamente lo mismo, pero se le aproxima-.

Y si no existen términos comunes en uso, pueden acuñarse nuevos términos. De hecho, eso es siempre lo mejor, pues las palabras nuevas no tienen connotaciones antiguas. Dado que no tienes asociaciones previas con una palabra nueva, ésta llega a ser más significativa y es comprendida con mayor profundidad. Así pues, es posible acuñar nuevas palabras.

El etérico se refiere a aquello relacionado con el cielo y con el espacio. El astral significa lo más diminuto, el sukshma, lo último, lo atómico, más allá de lo cual la materia deja de existir. Para lo mental no hay problema. Para lo espiritual tampoco. Tampoco para lo cósmico se presenta dificultad alguna.

Entonces llegas al séptimo, al nirvánico. Nirvánico significa cese absoluto, vacío absoluto. Ni siquiera la semilla existe ahora; todo ha cesado. Lingüísticamente, la palabra significa "la extinción de la llama". La llama se ha ido; la luz se ha apagado. No puedes preguntar dónde se ha ido. Sólo ha dejado de existir.

Nirvana significa, la llama que se apagó. Ahora no se encuentra en ninguna parte; o bien, en todos lados. No tiene un punto, ni tiempo o momento determinados de existencia. Ahora es el espacio mismo, el tiempo mismo. Es la existencia o la no-existencia: no hace mayor diferencia. Dado que esta en todas partes, puedes utilizar cualquiera de los dos términos. Si está en alguna parte no puede estar en todas partes; y, si se encuentra en todas partes, no puede estar en alguna parte; así entonces, "en ninguna parte" y "en todas partes" significan lo mismo. Así, para el séptimo cuerpo, tendrán que utilizar la palabra "nirvánico", porque no existe otra mejor para referirse a él.

En sí, las palabras no tienen significado alguno. Sólo las experiencias lo tienen. Sólo una experiencia respecto a estos siete cuerpos tendrá significado para ti. Para ayudarte, existen diferen-tes métodos a utilizar en cada plano.

Comienza con el cuerpo físico. Luego, todas las demás etapas se abrirán para ti. Apenas comiences a trabajar con el primer cuerpo, tendrás destellos del segundo. Así es que hay que comenzar con el físico. Toma conciencia de él en todo momento. y no sólo en su aspecto exterior. También puedes tomar conciencia de él desde su interior. Puedo tomar conciencia de mi mano tal como la veo desde fuera, pero también tengo una sensación interna de ella. Cuando cierro los ojos no veo mi mano, pero aún está presente una sensación interna de que algo está ahí. Así, no tomen conciencia de su cuerpo como si lo vieran desde afuera. Esto no podrá llevarles adentro. La sensación interna es bien diferente.

Cuando sientas el cuerpo desde adentro, sabrás por primera vez lo que es estar dentro del cuerpo. Cuando te limitas a verlo desde afuera, no puedes conocer sus secretos. Conoces sólo los límites externos, el aspecto que tu cuerpo ofrece a los demás. Si lo veo de esa forma, lo veo como lo ven los demás, pero no he sabido cómo es para mí. Puedes ver mi mano desde afuera, y yo también. Esto es objetivo. Puedes compartir tu conocimiento de esto conmigo. Sin embargo, mi mano, mirada de esa forma, no es conocida desde el interior. Se ha transformado en propiedad pública. Puedes conocerla tan bien como yo mismo.

Sólo en el momento en que la veo desde adentro llega a ser mía en una forma que no se puede compartir. No puedes conocerla; no puedes saber cómo la siento desde adentro. Solamente yo puedo saberlo. El cuerpo que conocemos no es nuestro cuerpo. Es el cuerpo que todo el mundo conoce en forma objetiva, el cuerpo que un médico puede conocer en un laboratorio. No es el cuerpo que es. Sólo un conocimiento privado y personal puede llevarte a tu interior; el conocimiento público no puede hacerlo. Por esto la fisiología y la  sicología, que son observaciones desde el exterior, no han conducido a un conocimiento de nuestros cuerpos internos. Sólo saben acerca del cuerpo físico.

Han surgido tantas disyuntivas debido a esto. Alguien puede sentirse hermoso desde su interior, pero podemos obligarlo a creer que es feo. Si todos nos hemos puesto de cuerdo en eso, él también tendrá que estar de acuerdo. Sin embargo, nadie se siente feo en su interior. La sensación interna es siempre de hermosura. -

Este sentimiento exterior no es, en realidad, sentimiento- alguno. Es sólo una moda, un criterio impuesto desde afuera. Una persona que es hermosa dentro de una sociedad determinada puede ser fea dentro de otra; una persona que es hermosa en un período determinado de la historia puede no serlo en otra época. Sin embargo el sentimiento más íntimo siempre se refiere a belleza; así, si no hubiese un criterio exterior, la fealdad no existiría. Tenemos una imagen fija de la belleza: la que todo el mundo comparte. Por esto existe la fealdad y la belleza; de otro modo, estos conceptos no existirían. Si todos quedára-mos ciegos, nadie sería feo. Todos serian hermosos.

Así, la primera etapa consiste en sentir el cuerpo desde adentro. Desde adentro, sentirán al cuerpo diferente en diferentes situaciones. Cuando te encuentras enamorado, experimentas una sensación interna específica; cuando experimentas odio, sentimiento interno es diferente. Si le preguntas a Buda, te responderá "El amor es belleza", porque su sentimiento interno le dice que cuando él ama, se vuelve hermoso. Cuando hay odio, ira, celos, algo ocurre internamente que te hace sentirte feo. Así es que te sentirás diferente en diferentes situaciones, en diferen-tes momentos, en diferentes estados mentales.

Cuando te sientes holgazán, tendrás una sensación distinta que cuando te sientes activo. Cuando te sientes soñoliento, hay una diferencia. Estas diferencias deben ser distinguidas cuidadosa-mente. Sólo entonces podrás familiarizarte con la vida interna de tu cuerpo. Entonces, conoces la historia interna, la geografía interna de ti mismo en la niñez, en la juventud, en la vejez.

Apenas tomas conciencia totalmente del cuerpo desde adentro, surge automáticamente a la vista el segundo cuerpo. Este segundo cuerpo, será ahora conocido desde el exterior. Si conoces el primer cuerpo desde adentro, tomarás conciencia del segundo cuerpo desde el exterior.

Desde afuera del primer cuerpo, nunca puedes conocer el segundo; pero desde su interior podrás ver el exterior del segundo cuerpo. Todos los cuerpos tienen dos dimensiones: la externa y la interna. Del mismo modo como una pared tiene dos lados -una cara mira hacia fuera y la otra hacia adentro- todos los cuerpos tienen un límite, una muralla. Cuando llegas a conocer al primer cuerpo desde adentro, tomas conciencia del segundo desde afuera.

Ahora te encuentras en un punto intermedio: dentro del  primer cuerpo y fuera del segundo. Este segundo cuerpo, el cuerpo etérico, es como humo condensado. Puedes atravesarlo sin problema, pero no es transparente; no puedes mirar en su interior desde afuera. El primer cuerpo es sólido. El segundo es igual que el primero en cuanto a la forma, pero no es sólido.

Cuando el primer cuerpo muere, el segundo permanece vivo durante trece días. Viaja contigo. Luego, después de trece días, también muere. Se dispersa, se evapora. Si llegas a conocer, al segundo cuerpo mientras el primero aún se encuentre vivo, podrás comprobar este hecho, tomar conciencia de él.

El segundo cuerpo puede separarse del primero. A veces, durante una meditación, este segundo cuerpo sube o baja, y tienes la sensación de que la fuerza gravitacional no ejerce su tirón sobre ti; has dejado el suelo. Pero cuando abres los ojos, te encontrarás en el suelo, y sabrás que has estado ahí todo el tiempo. Esta sensación de elevarse surge del segundo cuerpo, no del primero. Para el segundo cuerpo no existe la gravitación; así, cuando conozcas al segundo, sentirás una cierta libertad que le era desconocida al cuerpo físico. Ahora puedes salir de tu cuerpo y regresar.

Esta es la segunda etapa, si deseas conocer las experiencias de tu segundo cuerpo. Y el método no es difícil. Basta con desear ir afuera y estarás afuera. El deseo mismo es su realización. Para el segundo cuerpo no es, necesario hacer ningún esfuerzo, porque no hay  tirón gravitacional. Las dificultades del primer cuerpo residen en la fuerza gravitacional. Si deseo visitarte en tu casa, tendré que luchar con la fuerza gravitacional. Pero si no hay gravitación, el solo deseo será suficiente. Lo deseado ocurrirá.

El cuerpo etérico es el que trabaja durante los estados hipnóticos. El primer cuerpo no se halla involucrado durante la hipnosis: el segundo cuerpo sí. Es por eso que una persona con visión perfecta puede enceguecer. Si el hipnotizador afirma que te has vuelto ciego, te volverás ciego con sólo creerlo. El cuerpo etérico ha sido influido; la sugestión lo afecta a él. Si te encuentras en trance profundo, tu segundo cuerpo es susceptible de influencias. Una persona perfectamente sana puede ser paralizada, sólo con sugerirle: “usted se encuentra paralizado". Un hipnotizador no debe utilizar un lenguaje ambiguo. Si dice "parece que usted ha enceguecido", no dará resultado. Debe estar totalmente seguro respecto al punto. Sólo entonces será efectiva la sugestión.

Así, en el segundo cuerpo, sólo di: "Estoy fuera del cuerpo". Basta que desees estar fuera, y lo estarás.

El sueño de descanso corresponde al primer cuerpo. Es el primer cuerpo -exhausto por el trabajo del día, por la tensión-, relajándose. En la hipnosis, es el segundo cuerpo el que duerme. Si se le pone a dormir, puedes trabajar con él.

Cuando contraes una enfermedad, el setenta y cinco por ciento de ella surge del segundo cuerpo y se expande al primero. El segundo cuerpo es tan sugestionable que los estudiantes de primer año de medicina siempre contraen la misma enfermedad que se está estudiando. Comienzan a tener los síntomas. Si se está hablando acerca del dolor de cabeza, todos, sin darse cuenta, se preguntan internamente. ¿Tengo, dolor de cabeza? ¿Tengo estos síntomas?. Dado que la introspección afecta al cuerpo etérico, la sugestión penetra y el dolor de cabeza es proyectado, creado.

El dolor del parto no corresponde al primer cuerpo; corresponde al segundo. Así, por medio de la hipnosis, el parto puede resultar totalmente indoloro: sólo a través de la sugestión. Existen sociedades primitivas en las que las mujeres no sienten dolores de parto, sólo porque esa posibilidad nunca se les ha ocurrido. Sin embargo, todos los tipos de civilización crean sugestiones para sus miembros,  y éstos desarrollan expectativas en este sentido.

Bajo la influencia de la hipnosis, desaparece el dolor. Aún la cirugía resulta indolora con hipnosis, pues si el segundo cuerpo recibe la sugestión de que no habrá dolor, éste no se presentará. En mi opinión, todo tipo de dolor -y también todo tipo de placer- proviene del segundo cuerpo y se extiende hacia el primero. Así, si la sugestión cambia, aquello que ha resultado doloroso puede convertirse en placentero, y viceversa.

Cambien la sugestión, cambien la mente etérica, y todo cambiará. Tan sólo deséenlo totalmente, y ocurrirá. La totalidad es la única diferencia entre un deseo y la voluntad. Cuando deseas algo en forma total y completa, con toda tu mente, se transforma en fuerza de voluntad.

Si deseas totalmente salir de tu cuerpo fisiológico, podrás salir de él. Sólo entonces tendrás la posibilidad de conocer al segundo cuerpo desde adentro. Cuando sales de tu cuerpo físico  ya no te encuentras en una posición intermedia: dentro del primero y fuera del segundo. Ahora te encuentras dentro del  segundo. El primer cuerpo ya no está.

Ahora podrás tomar conciencia de tu segundo cuerpo desde adentro, del mismo modo como tomaste conciencia del primer cuerpo desde su interior. Toma conciencia de sus procesos internos, de su funcionamiento interno, de su vida interna. La primera vez que lo intentes te resultará difícil; sin embargo, después de eso te encontrarás siempre entre dos cuerpos: el primero y el segundo. Tu centro de atención se encontrará ahora en dos dimensiones, dos dominios.

Apenas te encuentres dentro del segundo cuerpo, estarás fuera del tercero, el astral. En lo que respecta al astral, ni siquiera necesitas la voluntad. Basta con el deseo de encontrarse en su interior. Ya no es necesaria ninguna totalidad. Si deseas entrar en él, puedes hacerlo. El cuerpo astral es un vapor, -tal como el segundo cuerpo- pero es transparente. Así, apenas estés fuera, estarás dentro. Ni siquiera sabrás si te encuentras afuera o adentro, pues el límite es transparente.

El cuerpo astral es del mismo tamaño que los primeros dos cuerpos. Hasta el quinto cuerpo, el tamaño es el mismo. El contenido cambia, pero el tamaño será el mismo: hasta el quinto. Con el sexto cuerpo, el tamaño será cósmico. Y con el séptimo, no habrá tamaño en lo absoluto; ni siquiera cósmico. 
 

El cuarto cuerpo no tiene paredes físicas. Desde el interior del tercer cuerpo, no existe siquiera una pared transparente. Es sólo un límite, sin paredes, sin murallas físicas, de modo que no existe dificultad alguna en entrar en él, ni tampoco es necesario ningún método. Así, aquel que ha realizado el tercer cuerpo, podrá realizar el cuarto muy fácilmente. 
Sin embargo, para ir más allá del cuarto, existirá tanta dificultad como la hubo para atravesar el primero, pues ahora desaparece lo mental El quinto es el cuerpo espiritual. Antes de llegar allí, encontrarás otra pared; pero no en el mismo sentido en que la hubo entre el primer  y el segundo cuerpo. La pared separa ahora dos dimensiones  diferentes. Corresponde a un plano diferente.

Los cuatro cuerpos inferiores correspondían a un mismo plano. La división era horizontal. Ahora es vertical. Así, entonces, la pared que separa al cuarto y al quinto cuerpo es mayor que la que separa a cualquiera de los cuerpos inferiores, pues la forma en que miramos corrientemente es horizontal, y no vertical. Vemos de lado a lado, no arriba y abajo. Sin embargo, el movimiento desde el cuarto hacia el quinto cuerpo es de un plano inferior hacia uno superior. La diferencia no es entre afuera y adentro, sino entre arriba y abajo. A menos que comiences a mirar hacia arriba, no podrás avanzar hacia el quinto.

La mente siempre mira hacia abajo. Por esto el yoga está contra la mente. La mente fluye hacia abajo, tal como el agua. El agua nunca ha sido el símbolo de ningún sistema espiritual, pues su naturaleza intrínseca la lleva a fluir hacia abajo. El fuego ha, sido el  símbolo de tantos sistemas. El fuego se proyecta hacia arriba, nunca hacia abajo. Así, el fuego es el símbolo de la movilización desde el cuarto hacia el quinto cuerpo. Debemos comenzar a mirar hacia arriba; ya no hacia abajo.

     ¿Cómo mirar hacia arriba? ¿Cuál es la forma? Ustedes deben haber oído que, al meditar, los ojos deben mirar hacia arriba, al ajna chakra  (*) Los ojos deben estar enfocados hacia arriba, como si fueras a mirar el interior de tu cráneo. Los ojos son sólo un símbolo. Lo realmente importante es la visión. Nuestra visión, nuestra facultad de ver, se encuentra relacionada con los ojos; así, entonces, los ojos se transforman en el medio a través del cual incluso la visión interna ocurre. Si enfocas tus ojos hacia arriba, también tu visión se dirigirá hacia arriba.

(*) El ajlna chakra, el espacio entre las dos cejas es conocido como el tercer ojo.

El raja yoga comienza con el cuarto cuerpo. Únicamente el hatha yoga comienza con el primer cuerpo; todos los otros yogas comienzan desde otro punto. La teosofía parte desde el segundo cuerpo, Y otros sistemas lo hacen desde el tercero. A medida que la civilización progresa hacia el cuarto cuerpo, a muchas personas les será posible comenzar desde allí. Sin embargo, podrán hacer esto únicamente si en vidas pasadas han realizado los tres cuerpos inferiores. Aquellos que estudian raja yoga de escrituras, swamis o gurús sin saber si han realizado los tres primeros cuerpos, sufrirán una desilusión, pues no se puede comenzar con el cuarto. Antes se deben superar los tres anteriores. Sólo entonces se puede abordar el cuarto.

El cuarto es el último cuerpo desde el cual es posible comenzar. Existen cuatro yogas: hatha yoga para el primer cuerpo, mantra yoga para el segundo, bhakti yoga para el tercero y raja yoga para el cuarto. Antiguamente, todo el mundo debía comenzar con el primer cuerpo, pero ahora existen tantos tipos de personas: uno ha trabajado hasta el segundo cuerpo en una vida anterior, otro hasta el tercero, etcétera. Sin embargo, al menos en lo que al sueño respecta, debemos comenzar con el primer cuerpo. Sólo en esa forma se puede conocer el sueño en toda su extensión, en todo su espectro.

Así, en el cuarto cuerpo, tu conciencia debe ser como el fuego: debe dirigirse hacia arriba. Existen muchas formas de comprobar si esto se está haciendo correctamente. Por ejemplo, si la mente fluye hacia el sexo, será como el agua que cae, pues el centro sexual se encuentra abajo. En el cuarto cuerpo, uno debe partir dirigiendo los, ojos hacia arriba, no hacia abajo.

Si la conciencia debe dirigirse hacia arriba, debe partir desde un centro que se encuentre por encima de los ojos, no debajo de ellos. Existe sólo un centro por encima de los ojos a partir del cual el movimiento pueda dirigirse hacia arriba: el ajna chakra. Ahora los dos ojos deben enfocarse hacia arriba, hacia el tercer ojo. 
 

El tercer ojo ha sido recordado de tantas formas. En la India, la distinción entre una virgen y una mujer casada se realiza mediante una marca de color sobre el tercer ojo de esta última. Una virgen debe mirar hacia abajo, hacia el centro sexual; sin embargo, cuando se casa debe comenzar a mirar hacia arriba. El sexo debe cambiar, ella debe transformarse en una madre. Ahora su jornada se dirige hacia la no-sexualidad -o bien. a trascender la sexualidad-. Una tika, una marca de color sobre el tercer ojo, le ayuda a recordar que debe mirar hacia arriba.

Se han utilizado marcas tika en las frentes de tantos tipos de personas: sannyasins(*), adoradores... tantos tipos de marcas de color. O bien, se puede utilizar chandan (pasta de madera de sándalo) Cuando los dos ojos comienzan a mirar hacia arriba, al tercer ojo, se produce un gran fuego en ese centro; aparece una sensación de ardor. El tercer ojo está comenzando a abrirse, y debe mantenérsele fresco. Así, en India se utiliza pasta de madera de sándalo. No sólo es fresca; tiene un perfume especial que se halla relacionado con el tercer cuerpo y con el trascenderlo. La frescura del perfume y el punto donde se le coloca se transforman en una atracción hacia arriba, en una recordación del tercer ojo.

(*) Los Sannyasins (discípulos) son personas que han formulado votos de renuncia al mundo, en algún sentido: celibato, pobreza u otros. Sin embargo, los sannyasins de Rajneesh tienen una actitud totalmente diferente a los demás. Ellos estimulan a amar todas las manifestaciones de la vida, a celebrar, a regocijarse (N. del T.) 
 

Si ustedes cierran los ojos y yo coloco mi dedo sobre la ubicación de su tercer ojo, no estaré realmente tocando su tercer ojo, pero igual comenzarán a sentirlo. Incluso con esta presión basta. Apenas el leve contacto del dedo. Así, entonces, también es suficiente el perfume, su delicado contacto y su frescura. De ese modo, su atención se estará siempre movilizando desde sus ojos hacia su tercer ojo.

Así, para cruzar el cuarto cuerpo existe solamente una técnica, Un método: mirar hacia arriba. La posición invertida del cuerpo, sirshasan (parada de cabeza), fue utilizada como método para lograr esto, pues comúnmente los ojos miran hacia abajo. Si te paras de cabeza, aún estarás mirando hacia abajo, pero ahora el abajo es arriba. El flujo de tu energía hacia abajo se convertirá en un flujo ascendente.

Por esto al meditar, aún sin saberlo, algunas personas adoptarán posiciones invertidas. Comenzarán a hacer sirshasan, pues el flujo de energía ha experimentado un cambio. Sus mentes se hallan tan condicionadas al flujo descendente que cuando la energía cambia de dirección se sentirán incómodos. Cuando comiencen a pararse de cabeza se sentirán cómodos nuevamente, pues el flujo de energía será nuevamente descendente. Sin embargo, no será descendente. En relación con sus centros, sus chakras, la energía seguirá movilizándose en forma ascendente.

Así, el sirshasan ha sido utilizado como un método para movilizarse desde el cuarto hacia el quinto cuerpo. Lo principal es recordar que hay que mirar hacia arriba. Esto puede hacerse mediante el tratak (mirar un objeto fijo), mediante la concentra-ción en el sol, mediante tantos objetos diferentes. Sin embargo, es mejor hacerlo en forma interna. ¡Sólo cierren los ojos!

Sin embargo, antes deberán atravesar los primeros cuatro cuerpos. Sólo así podrá ser útil; no de otro modo. En caso contrario, puede ser perturbador, puede producir todo tipo de enfermedades mentales, pues toda la regulación del sistema se hará añicos. Los cuatro cuerpos miran hacia abajo, y con tu mente interna estarás mirando hacia arriba. En esa situación, es muy posible que sobrevenga la esquizofrenia.

En mi opinión, la esquizofrenia es resultado de una situación como ésta. Por esto la sicología común no puede profundizar en la esquizofrenia. La mente esquizofrénica trabaja simultáneamente en direcciones opuestas: estás parado afuera y miras hacia adentro; estás parado afuera y miras hacia arriba: Todo tu sistema debe estar en armonía. Si no has conocido tu cuerpo físico desde adentro, tu conciencia debiera mirar hacia abajo. Eso será sano; la regulación será correcta. No debes nunca intentar que una mente centrada en el exterior Se focalice hacia arriba; la consecuencia sería la esquizofrenia, la división.

Nuestras civilizaciones, nuestras religiones, han sido la causa fundamental de la personalidad dividida de la humanidad. No les ha interesado la armonía total. Existen profesores que enseñan métodos para movilizarse hacia arriba a personas que ni siquiera se encuentran dentro de sus cuerpos físicos. El método comienza a dar resultado;  y parte de la persona permanece fuera de su cuerpo mientras que una segunda parte se moviliza hacia arriba. Se producirá entonces una escisión entre las dos. Se transformará en dos individuos: a veces esto, a veces  otro, Jekyll y Hyde.

Es muy posible que una persona llegue a ser siete individuos al mismo tiempo. Entonces la escisión  será total. Ha llegado a ser siete energías diferentes. Una parte de él  moviliza hacia abajo, adherida al primer cuerpo; otra parte se encuentra atada al segundo; otra al tercero. Una parte va hacia arriba; otra se dirige a otra parte. No tiene centro alguno.

Gurdjieff solía decir que tal persona es como  una casa donde el ama se encuentra ausente, y en donde cada sirviente quiere asumir el rol del amo. Y nadie podrá contradecirlos pues el amo se encuentra ausente. Cuando alguien viene a la casa y golpea la puerta, el sirviente que se encuentre más cerca será el amo. Al día siguiente, otro sirviente abrirá la puerta y asegurará que él es el amo.

Un esquizofrénico no tiene centro. ¡Y todos somos así! Nos hemos limitado a ajustamos a la sociedad. La diferencia es sólo de grado. El amo está ausente o dormido, y cada parte de nosotros alega ser el propietario. Cuando el apremio sexual se presente, el sexo será el amo. Todo será negado: tu mortalidad, tu familia, tu religión. El sexo se transforma en el propietario absoluto de la casa. Y luego, cuando el sexo se ha ido, viene la frustración. Tu razón toma las riendas y afirma, "Yo soy el amo". Ahora la razón reclama toda la casa, y le negará al sexo un hogar.

Todos reclaman toda la casa. Cuando la ira se presenta, se transforma en el amo. En ese momento, no habrá razón, no habrá conciencia. Nada podrá interferir con la ira. Por esto no  podemos comprender a los demás. Una persona que sentía amor se pone iracunda, y súbitamente el amor desaparece. Ahora no sabemos si siente amor o si no lo siente. El amor era sólo un sirviente, y también la ira es sólo un sirviente. El amo no está. Por esto por lo general no podemos confiar en nadie. El otro no es amo de sí mismo; cualquier sirviente puede tomar el poder. No es un individuo definido; no es una unidad.

Lo que estoy diciendo es que no debiéramos experimentar con técnicas para mirar hacia arriba antes de  haber atravesado los primeros cuatro cuerpos. De otra forma, se creará una brecha imposible de franquear, y tendremos que esperar la próxima vida para comenzar nuevamente. Es preferible practicar técnicas que comiencen desde el principio. Si has atravesado tus primeros tres cuerpos en vidas anteriores, lo harás nuevamente  en poco tiempo. No habrá ninguna dificultad. Conoces el territorio; conoces el camino. Se te presentan. Los reconoces; ¡Y los habrás cruza-do! Entonces podrás avanzar. Así es que siempre insisto en que  comiencen con el primer cuerpo. ¡Todos por igual!

Avanzar más allá del cuarto cuerpo es lo más significativo. Hasta el cuarto cuerpo eres humano. Ahora eres sobrehumano. En el primer cuerpo, eres sólo un animal. Sólo con el segundo cuerpo aparece tu humanidad. Y sólo con el cuarto florece completamente. La civilización nunca ha avanzado más allá del cuarto.  Trascender el cuarto es trascender lo humano. No podemos clasificar a Cristo como un ser humano. Un Buda, un Mahavir, un Krishna, se encuentran más allá de lo humano. Son sobrehumanos.

La mirada hacia arriba representa un salto desde el cuarto cuerpo. Cuando observo mi primer cuerpo desde fuera de él, soy sólo un animal con la posibilidad de transformarme en ser humano. La única diferencia es que yo puedo llegar a ser humano y el animal no. Al menos en lo que a este punto respecta, ambos nos encontramos por debajo de la humanidad; somos sub-huma-nos. Sin embargo, yo tengo la posibilidad de ir más allá. Y, a partir del segundo cuerpo, ocurre el florecimiento del ser humano.

Incluso aquel que se encuentra en la etapa del cuarto cuerpo nos parece sobrehumano.  No lo es. Un Einstein o un Voltaire parecen sobrehumanos, pero no lo son. Son el florecimiento total del ser humano; y, puesto que nosotros nos encontramos por debajo de lo humano, ellos están por encima de nosotros. Sin embargo, no se encuentran por encima de lo humano. Sólo un Buda, un Cristo o un Zaratustra son más que humanos. Al mirar hacia arriba, al dirigir su conciencia más arriba del cuarto cuerpo, han atravesado el límite de la mente; han trascendido el cuerpo mental.

Existen parábolas que vale la pena comprender. Mahoma, dirigiendo su vista hacia lo alto, afirma que algo le ha llegado desde arriba. Interpretamos este arriba en forma geográfica; así, el cielo se transforma en la morada de los dioses. Para nosotros, arriba significa el cielo; abajo significa el estrato por debajo de la tierra. Sin embargo, el interpretarlo en esta forma significa que el símbolo no ha sido comprendido.

Cuando Mahoma dirige la vista hacia arriba, no mira al cielo; mira hacia el ajna chakra. Cuando afirma que algo le ha llegado desde arriba, su sensación es correcta. Sin embargo, arriba tiene un significado diferente para nosotros.

En todas las ilustraciones, Zaratustra mira hacia arriba. Sus ojos nunca se dirigen hacia abajo. Miraba hacia arriba cuando vio lo divino por primera vez. Lo divino se le manifestó como fuego. Es por eso que los persas han adorado al fuego. Esta sensación de fuego surge del ajna chakra. Cuando diriges la vista hacia arriba, el punto se siente ardiente, como si todo se estuviese quemando. Este fuego te transforma. El ser inferior se quema, deja de existir, y nace el ser superior. Ese es el significado de "pasar por el fuego".

Después del quinto cuerpo, te movilizas aun a otro dominio, otra dimensión. En los primeros cuatro cuerpos, el movimiento es desde afuera hacia adentro; del cuarto al quinto es desde abajo hacia arriba; a partir del quinto es del ego al no-ego. Ahora la dimensión es diferente. Ya no se trata de afuera, adentro, arriba o abajo. Se trata de "yo" y "no-yo". Ahora el punto es, si hay un centro o no lo hay.

Una persona no tiene un centro hasta que alcanza el quinto cuerpo: se halla dividido en diferentes partes. Sólo para él quinto cuerpo existe un centro, una unidad. Sin embargo, el centro es el ego. Ahora, este centro será una cortapisa para el progreso futuro. El paso que antes era una ayuda ahora es un obstáculo para seguir avanzando. Debes abandonar cada puente que atravieses. Te fue útil para poder cruzar, pero se transformará en un obstáculo si te aferras a él.

Hasta el quinto cuerpo, era necesario crear un centro. Gurdjieff señala que este quinto centro es la cristalización. Ahora ya no hay sirvientes; el amo ha tomado él mando. Ahora el amo es el amo. Ha despertado; ha regresado. Cuando el amo está presente, los sirvientes se apaciguan; se silencian.

Así, cuando entras en el quinto cuerpo, el ego se cristaliza.

Pero ahora, si deseas seguir avanzando, debes abandonar nueva-mente esta cristalización. Abandonarla en el vacío, en lo cósmico Sólo aquel que tiene puede perder; así, hablar de no-ego antes del quinto cuerpo es un disparate, un absurdo. No tienes un ego; ¿cómo podrías perderlo? O bien, puedes decir que tienes muchos egos, cada sirviente tiene un ego. Tienes un ego-múltiple, tienes una multi-personalidad, una multi-psique, pero no un ego unificado.

No puedes perder el ego, pues no lo tienes. Un hombre rico puede renunciar a sus riquezas, pero un pordiosero no puede hacerlo. No tiene nada a lo cual renunciar, nada que perder. Sin embargo, existe gente pobre que piensa en la renuncia. Un hombre rico teme la renuncia porque tiene algo que perder, pero un hombre pobre siempre está listo a renunciar. Está dispuesto, pero no tiene nada a lo cual renunciar.

El quinto cuerpo es el más rico. Es la culminación de todo aquello que le es posible a un ser humano. El quinto es el cenit de la individualidad, el cenit del amor, de la compasión, de todo aquello que es valioso. Las espinas han quedado atrás. Ahora, también la flor deberá desaparecer. Entonces, sólo el perfume permanecerá; la flor habrá desaparecido.

El sexto es el dominio del perfume, del perfume cósmico.

No hay flor, no hay centro. Hay una circunferencia, pero no hay centro. Puedes decir que ahora todo se ha transformado en un centro; o bien, que ya no hay centro. Sólo hay una sensación difusa. No hay escisión, no hay división; ni siquiera la división entre el "yo" y el "no-yo", el "yo" y el "otro". No hay divisiones en lo absoluto.

Así, el individuo puede perderse en dos formas: una, esquizofrénico, dividiéndose en muchas subpersonas; y la otra, cósmica: perderse en lo esencial, en lo más grande, el Brahma; perderse en el espacio. Ahora la flor no está; pero sí está su perfume.

La flor también es un trastorno; sin embargo, cuando sólo el perfume está, todo es perfecto. La fuente que lo origina ha desaparecido, de modo que él no puede desaparecer. Es imperece-dero. Todo aquello que tiene una fuente, un origen, morirá; sin embargo, ya la flor no está, la fuente ya no está. Nada produce al perfume, de modo que no tendrá muerte ni limitaciones. Una flor tiene limitaciones; el perfume es ilimitado. No hay obstáculos que lo detengan. Sigue y sigue, y trasciende.

Así, entonces, desde el quinto cuerpo ya no se trata de un arriba, abajo, a los lados, adentro, afuera. Se trata de estar con un ego o de estar sin él. Y el ego es lo más difícil de perder. El ego no representa un problema antes de alcanzar el quinto cuerpo, pues el progreso lo gratifica. Nadie desea ser esquizofrénico; todos prefieren tener- una personalidad cristalizada. Así, todos los Sadhaka todos los buscadores, pueden progresar hasta el quinto cuerpo.

No existe método alguno para movilizarse más allá del quinto cuerpo, pues cualquier forma de método se halla ligado al ego. Si utilizas un método, el ego se fortalece. Por tanto, aquellos que se interesan en avanzar más allá del quinto hablan del no-método. Hablan de la ausencia de método, de la ausencia de técnicas. Ahora ya no hay un cómo. A partir del quinto, ya no cabe método alguno.

Puedes utilizar un método hasta alcanzar el quinto; a partir de ese momento, ningún método será útil, pues aquel que los utiliza debe desaparecer. Si utilizas algo, el usuario se fortalecerá. Su ego seguirá cristalizándose; se volverá un núcleo de cristaliza-ción. Por esto aquellos que se han quedado en el quinto cuerpo afirman que hay cantidad infinita de almas, cantidad infinita de espíritus. Conciben cada espíritu como si fuese un átomo. Dos átomos no pueden reunirse. No tienen ventanas, no tienen puertas; se encuentran cerrados a todo lo externo.

El ego no tiene ventanas. Puedes utilizar una palabra de Leibnitz: mónadas. Aquellos que permanecen en el quinto cuerpo se transforman en mónadas: átomos sin ventanas. Ahora estás solo, y solo, y solo.

Sin embargo, este ego cristalizado debe disolverse. ¿Cómo deshacerse de él sin un método? ¿Cómo trascenderlo si no hay un camino? ¿Cómo huir de él? No hay una puerta. Los monjes Zen hablan de la puerta sin puerta. Ahora ya no hay puerta; y, sin embargo, igual debemos cruzarla.

¿Qué hacer, entonces? Lo primero: no identificarse con esta cristalización. Toma conciencia de esta casa cerrada del "yo".  Tan sólo toma conciencia -no hagas nada- ¡y habrá una explosión! Te encontrarás más allá de ella.

Existe una parábola en el Zen. Un huevo de ganso es colocado en el interior de una botella. El ganso sale del huevo y comienza a crecer, pero el cuello de la botella es tan pequeño que el ganso no puede salir de ella. Crece más y más, y la botella llega a ser demasiado pequeña para vivir en ella. Ahora hay dos posibilidades: destruir la botella para salvar al ganso o dejar que éste muera. Los buscadores han preguntado: "¿Qué es lo que hay que hacer? No queremos perder a ninguno de los dos. Debemos salvar al ganso y también a la botella. ¿Qué hacer? ". Este es el planteamiento del quinto cuerpo. Cuando ya no hay salida y el ganso sigue creciendo, cuando la cristalización se ha consolidado, ¿qué hacer?

El buscador se encierra en un cuarto y reflexiona sobre el punto. ¿Qué debe hacerse? Sólo dos alternativas parecen posibles; o destruir la botella y salvar al ganso, o dejar que el ganso muera y salvar la botella. El pensador se devana los sesos. Cree hallar la solución, pero después la descarta porque no hay forma de llevarla a la práctica. El maestro lo envía a pensar un poco más.

Por muchas noches y muchos días el buscador sigue pensando, pero no encuentra forma de resolver el problema. Finalmente, llega el momento en que deja de pensar. Sale corriendo y gritando, "¡Eureka! ¡El ganso está afuera! ; El maestro nunca pregunta cómo, pues todo el asunto es un absurdo.

Para movilizarse más allá del quinto cuerpo, el problema se transforma entonces, en un koan Zen. Debiéramos solamente tomar conciencia de la cristalización ¡y el ganso estará fue-ra! Llega el momento en que estás fuera; ya no hay un "yo". La cristalización se ha obtenido y se ha perdido. Para el quinto, la cristalización (el centro, el ego) era esencial. Como tránsito, como puente, era una necesidad; de otro modo, el quinto cuerpo no podía ser atravesado. Pero ahora ya no es necesaria.

Existen personas que han alcanzado el quinto sin atravesar el cuarto. Una persona que tiene muchas riquezas ha alcanzado el quinto; se ha cristalizado, en cierto modo. Una persona que ha llegado a presidente de un país también ha cristalizado, en cierta forma. Un Hitler, un Mussolini, han obtenido una forma de cristalización. Pero la cristalización se halla en el quinto cuerpo. Si los cuatro cuerpos inferiores no están armonizados con ello, la cristalización se transforma en una enfermedad. Mahavir y Buda también se hallan cristalizados, pero su cristalización es diferente.

Todos ansiamos colmar el ego, debido a una necesidad muy interna de alcanzar el quinto cuerpo. Sin embargo, si elegimos un atajo, al final nos habremos extraviado. Existen atajos a través de la riqueza, el poder, la política. El ego puede colmarse, pero será una cristalización falsa; no se halla en armonía con tu personali-dad total. Es como un callo que se forma y cristaliza en tu pie. Es una cristalización falsa, un producto anormal, una enfermedad.

Si el ganso sale en el quinto, te encontrarás en el sexto. Del quinto al sexto se encuentra el dominio del misterio. Hasta el quinto, podrás utilizar métodos científicos, así es que el yoga es útil. Sin embargo, después de eso no tendrá validez, pues el yoga es una metodología, una técnica científica.

En el quinto, el Zen es muy útil. Es un método para avanzar del quinto al sexto. El Zen floreció en Japón, pero comenzó en la India. Sus raíces provienen del yoga. El yoga floreció en el Zen.

El Zen ejerce mucho atractivo en Occidente, pues el ego occidental se encuentra, en cierto sentido, cristalizado. Los  occidentales son los amos del mundo: lo tienen todo. Sin embargo, el ego se ha cristalizado mediante el proceso equivoca-do. No se ha desarrollado a través de la trascendencia de los primeros cuatro cuerpos. Así, entonces, el Zen es a tractivo para el Occidente; pero no será útil, pues la cristalización es incorrecta. Gurdjieff le es mucho más útil al Occidente, pues él trabaja los primeros cinco cuerpos. Después del quinto cuerpo, deja de prestar utilidad. Sólo hasta el quinto, hasta la cristaliza-ción. Mediante sus técnicas, podrán alcanzar una cristalización correcta.

El Zen ha sido sólo una moda en Occidente, pues sus raíces provienen de otra parte. Se desarrolló a través de un proceso muy prolongado en el Oriente, comenzando con el hatha yoga y culminando en el Buda. Miles y miles de años de humildad: no de ego, sino de pasividad; no de acción positiva, sino de receptivi-dad: una larga permanencia de la mente femenina, la mente receptiva. El Oriente siempre ha sido femenino, mientras que el Occidente es masculino: agresivo, positivo. El Oriente ha sido una apertura, una receptividad. El Zen pudo ser útil en Oriente porque otros métodos, otros sistemas, trabajaban con los cuatro cuerpos inferiores. Estos cuatro fueron las raíces, y el Zen pudo florecer. .

Hoy en día el Zen ha llegado a perder casi totalmente su valor en Japón. El motivo es que el Japón se ha accidentalizado por completo. Hubo un tiempo en que los japoneses eran las personas más humildes; sin  embargo, actualmente su humildad es sólo una pose. Ya no forma parte de su naturaleza más básica. Así, el Zen ha sido desarraigado del Japón y ahora su popularidad está en Occidente. Sin embargo, esta popularidad se debe sólo a una falsa cristalización del ego.

En el tránsito del quinto al sexto cuerpo, el Zen resulta muy útil. Pero sólo en ese momento; ni antes ni después. Es totalmente inútil para los otros cuerpos incluso dañino. Enseñar cursos de nivel universitario en la escuela primaria no es solamente inútil: puede ser dañino.

Si  se utiliza el Zen antes del quinto cuerpo, podrás experimentar el satori, pero eso no es el samadhi (*) El satori es un falso samadhi. Es un vistazo al samadhi, pero sólo un vistazo. Al menos en lo que respecta al cuarto cuerpo (el cuerpo mental), el satori te hará más artístico, más estético. Creará en ti un sentido de la belleza; producirá una sensación de bienestar. Sin embargo, no será de ayuda para la cristalización. No te ayudará a movilizarte desde el cuarto hacia el quinto cuerpo.

(*) Para. una descripción más completa de la diferencia entre satori y samadhi, vea el 
capítulo  pertinente en "Meditación: el arte del éxtasis", de Bhagwan Shree Rajneesh, Roselló Impresiones, España.

Sólo después de la cristalización es útil el Zen. El ganso se encuentra fuera de la botella, sin un cómo. Sin embargo, sólo en este momento puede practicársele, después de haber utilizado tantos otros métodos. Un pintor puede pintar con los ojos cerrados; puede pintar como si fuese un juego. Un actor puede actuar como si no estuviese actuando. En realidad, la actuación llega a ser perfecta sólo cuando no parece actuación. Sin embargo, en ello se han invertido muchos años de trabajo, muchos años de práctica. Ahora el actor se encuentra totalmente relajado, pero esa soltura no se logra en un solo día. Tiene sus  propios métodos.

Caminamos, pero nunca sabemos cómo lo hacemos. Si alguien te pregunta cómo caminas, respondes: "Sólo camino. No hay un cómo implícito".  Sin embargo, el cómo tiene lugar cuando un niño comienza a caminar. Aprende. Si le dijeras al niño que no precisa de métodos para caminar-"Camina, simplemente"- sería una insensatez. El niño no entendería. Krishnamurti  ha hablado en esta forma; le ha hablado a adultos con mentes de niño, diciéndoles: "Ustedes pueden caminar.¡Simplemente, caminen! " La gente escucha. Se fascinan. ¡Fá-cil! Caminar sin utilizar métodos. Entonces, todos podrán cami-nar. 
 

Krishnamurti también resulta atractivo en Occidente, y sólo debido a esto. Si observan el hatha yoga, el mantra yoga, el bhakti yoga, el raja yoga o el tantra, parecerán tan lentos, tan trabajosos, tan difíciles. Se necesitan siglos de trabajo, vidas y más vidas. No pueden esperar. Debe haber algún atajo, algún tipo de truco instantáneo. Así, Krishnamurti les atrae. Les dice: ''Tan sólo caminen. Caminen hacia Dios. No existe método". Sin embargo, el no-método es lo más difícil de alcanzar. Actuar como si uno no estuviese actuando, hablar como si no se estuviese hablando, caminar relajadamente como si uno no caminara: todo eso se basa en un esfuerzo muy prolongado.

El trabajo y el esfuerzo son necesarios. Sin embargo, tienen una limitación. Sólo se les necesita hasta el quinto cuerpo, pues son inútiles para avanzar del quinto al sexto. No irás a ninguna parte; el ganso nunca saldrá.

Ese es el problema con los yoguis hindúes. Les resulta difícil atravesar el quinto, pues se encuentran fascinados, hipnotizados por los métodos. Siempre han trabajado con un método. Han seguido un método preciso y claro hasta el quinto, y progresaron con facilidad. Representó un esfuerzo; ¡y pudieron hacerlo! No fue problema para ellos la intensidad con la que debieran trabajar, ni el esfuerzo que desplegaron. Sin embargo, en el quinto, deberán cruzar la frontera entre el método y el  no-método. Ahora se encuentran en desventaja. Se sientan, se detienen. Y, para muchos buscadores, el quinto es el final.

Es por eso que se habla de cinco cuerpos y no de siete. Aquellos que sólo han alcanzado el quinto creen que ése es el último. No es el final; es un nuevo comienzo. Ahora deberemos trascender la individualidad. El Zen, o los métodos como el Zen, pueden ser útiles si se les trabaja relajadamente.

El zazen significa permanecer sentado sin hacer nada. Una persona que ha hecho mucho no puede concebir esto. ¡Tan sólo estar sentado sin hacer nada! Es inconcebible. Un Gandhi no puede imaginárselo. Él dirá, "Debo hacer algo. Esta es mi oración, mi meditación". Para él, no-acción significa no hacer nada. La no-acción tiene su propio dominio, su propio éxtasis, su propia regulación; pero esa es del quinto al sexto cuerpo. No puede ser comprendido antes de eso.

Del sexto al séptimo, ni siquiera está el no-método. El método Se pierde en el quinto, y el no-método en el sexto. Un día simplemente te encuentras en el séptimo. Aun el cosmos se ha ido; sólo la nada es. Sólo ocurre. Es algo que ocurre del sexto al séptimo. Inmotivado, desconocido.

Sólo cuando es inmotivado puede ser discontinuo con lo que ocurrió antes. Si hay un motivo, una causa, habrá una continuidad y el ser no podrá disolverse, incluso en el séptimo. El séptimo es el no-ser total: nirvana, vacío, no-existencia.

No es posible continuidad alguna al movilizarse de la existencia a la no-existencia. Es sólo un salto, inmotivado. Si hubiese una causa habría una continuidad, y todo sería igual que en el sexto cuerpo. Así que ni siquiera podemos hablar de movilizamos del sexto al séptimo. Es una discontinuidad, una brecha. Algo era y algo es ahora: y no existe relación entre las dos cosas. Algo acaba de finalizar y algo acaba de comenzar. No existe relación entre ambas cosas. Es como si un invitado se hubiese ido por una puerta y otro invitado hubiese entrado por otra. No hay relación entre la ida de uno y la llegada del otro. Son eventos desconectados entre sí.

El séptimo cuerpo es lo supremo, pues ahora has atravesado incluso el mundo de la causalidad. Te has ido a la fuente original, la que era antes de la creación y que estará después de la aniquilación. Así, del sexto al séptimo ni siquiera hay un no-método. Nada es de ayuda; todo puede ser un obstáculo. De lo cósmico a la nada hay sólo una ocurrencia, inmotivada, para la cual no se necesita preparación ni intención.

Ocurre en forma instantánea. :Sólo debes recordar una cosa: no debes aferrarte al sexto. Si te aferras, no te movilizarás al séptimo. No existe forma positiva de movilizarse  hacia el séptimo, pero puede haber una cortapisa negativa. Puedes aferrarte al Brahma, al cosmos. Puedes decir: " ¡Lo he logrado! " Aquellos que dicen haberlo logrado no pueden progresar al séptimo.

Aquellos que dicen "He conocido", permanecen en el sexto. Así, aquellos que escribieron los Vedas permanecieron en el sexto. Sólo un Buda atraviesa el sexto, pues dice: "No sé, no conozco". Se niega a dar respuesta a las preguntas últimas. Responde, "Nadie sabe. Nadie ha sabido". Buda no pudo ser comprendido. Aquellos que lo escucharon dijeron: "No, nuestros maestros supieron. Ellos dicen que Brahma es.  Pero Buda habla del séptimo cuerpo. Ningún maestro puede afirmar que ha conocido al séptimo, pues apenas lo afirme perderá contacto con él. Una vez que lo has conocido, no puedes hablar. Hasta el sexto cuerpo, los símbolos pueden resultar expresivos; sin embargo, no hay símbolo alguno para el séptimo. Es sólo un vacío.

Hay un templo en China que se encuentra totalmente vacío. No hay nada en su interior: ni imágenes, ni escrituras, nada. Son sólo paredes llanas, desnudas. Aun el sacerdote vive afuera. Él dice, "Un sacerdote sólo puede estar fuera del templo; no puede estar dentro". Si le preguntan al sacerdote dónde se encuentra la divinidad del templo, les responderá: "¡Véanla! ": y ahí está el vacío, no hay nadie. Les dirá: "¡Vean! ¡Aquí! ¡Ahora!" y sólo hay un templo desnudo, llano y vacío.

Si buscas objetos, no podrás cruzar del sexto al séptimo. Así, entonces, hay preparaciones negativas. Es preciso una mente negativa, una mente que no ansíe nada, ni siquiera el moksha, ni siquiera la liberación, ni siquiera el nirvana, ni siquiera la verdad; una mente que no espera nada: ni siquiera Dios, ni siquiera Brahma. Sólo es, sin ansias, sin deseos, sin anhelos. Sólo es. Entonces, ocurre... e incluso el cosmos se ha ido.

Así, puedes llegar al séptimo en forma gradual. Comienza con el físico y trabaja el etérico. Luego el astral, el mental, el espiritual. Hasta el quinto podrás trabajar y luego, en adelante, sólo estar consciente. El hacer ya no es lo importante; la conciencia lo es. Y, finalmente, del sexto al séptimo, aun la conciencia deja de ser importante. Sólo ser. Esa es la potenciali-dad de nuestras semillas. Esta es nuestra posibilidad.



EL INTELECTO ES UNA VENDA :

LA FALACIA DEL CONOCIMIENTO :

Bhagwan, ¿qué enseñas y cuál es tu doctrina?

No estoy enseñando una doctrina. Enseñar una doctrina es insensato. No soy un filósofo; mi mente es antifilosófica. La filosofía no ha conducido a ninguna parte ni puede hacerlo. La mente que piensa, que cuestiona, no puede saber.

Existen tantas doctrinas. Sin embargo, una doctrina es una ficción, una ficción humana. No es un descubrimiento, es una invención. La mente humana puede crear infinidad de sistemas y doctrinas; pero es imposible conocer la verdad por medio de teorías. Una mente repleta de conocimiento es una mente destinada a permanecer ignorante.

La revelación llega cuando se suspende el conocimiento. Existen dos posibilidades: o bien pensamos acerca de algo ó nos acercamos a ello en forma existencial. Mientras más piensa una persona, más se aleja de lo que está aquí y ahora. Pensar acerca de algo equivale a perder contacto con ese algo.

Así entonces, lo que enseño es una experiencia antidoctrinaria, antifilosófica, antiespeculativa. Cómo ser, tan sólo ser. Cómo ser en este momento que es aquí y ahora. Abierto a él, vulnerable a él, uno con él. Esto es lo que llamo meditación.

El conocimiento sólo puede conducir a la ficción, a proyectar cosas. No puede ser un vehículo para alcanzar la verdad. Pero una vez que has conocido la verdad, el conocimiento puede ser un vehículo para comunicarse, para compartir con alguien que no sabe. El lenguaje, las doctrinas y las teorías pueden entonces transformarse en un medio. Sin embargo, sigue siendo inadecuado. Falsifica necesariamente. 
 

Cualquier cosa que haya sido conocida en forma existencial no podrá ser expresada totalmente. Sólo podrás indicarla. Cuando expreso lo que he conocido, las palabras van hacia ustedes, pero el significado se queda atrás. Lo que les llega es palabra muerta. En cierta forma, no tendrá sentido, pues el significado era la experiencia misma.

Así entonces, el conocimiento puede transformarse en un vehículo de expresión, pero no en un medio para lograr la realización. La mente que sabe es un obstáculo, una cortapisa, pues cuando sabes no eres humilde. Cuando te encuentras atiborrado  de conocimiento, no tienes espacio en tu interior para recibir lo desconocido. La mente debe vaciarse: un útero, una receptividad total.

El conocimiento es tu pasado. Es lo que has aprendido. Son tus recuerdos, tu acumulación, lo que posees. La acumulación se transforma en una barrera. Esa barrera te separa de lo nuevo, te separa de lo desconocido.

Sólo siendo humilde puedes abrirte a lo desconocido. Debemos estar constantemente conscientes de nuestra ignoran-cia: aún hay algo que desconocemos. Una mente que se basa en recuerdos, información, escrituras, teorías, doctrinas, dogmas, es egocéntrica y no humilde. El conocimiento no puede otorgarte la humildad. Sólo la inmensidad de lo desconocido puede conducirnos a la humildad.

Así, debemos interrumpir los recuerdos. No es que no debamos tener recuerdos; pero cuando intentamos conocer, en el momento de la vivencia, el recuerdo debe desaparecer. En ese instante, se necesita una mente abierta y vulnerable. Este momento de vacío, de vacuidad, es la meditación, dhyana. 
 

¿ La experiencia misma no podría acaso transformarse en una doctrina?

La experiencia sólo puede ser comunicada a los demás en forma negativa. No puedo decir lo que es, pero puedo decir lo que no es. El lenguaje puede ser un vehículo para expresar lo que, no es. Cuando digo que el lenguaje no puede expresarlo, estoy  sin embargo, expresándolo. Cuando digo que toda doctrina acerca de ello es un imposible, ésa es mi doctrina. Pero esto es negativo. No estoy afirmando algo; estoy negando algo. Un no puede decirse; el sí no puede ser dicho. El sí debe ser comprendido, verificado.

El apegarnos a nuestra fe en el conocimiento se transforma-rá en un obstáculo para alcanzar el vacío, para lograr la meditación. En primer lugar, debemos comprender la futilidad del pasado, de lo que sabemos, del conocimiento de la: mente. En lo que respecta a lo desconocido, en lo que respecta a la verdad, este conocimiento es una pamplina.

O te identificas con lo que has conocido o eres un testigo frente a ello. Si te identificas con ello, tú y tus recuerdos serán uno solo. Sin embargo, si no hay identificación, si permaneces apartado de tus recuerdos, si te separas, si no te identificas con ellos,  tendrás conciencia de ti mismo como algo diferente de tus recuerdos. Esta conciencia se transforma en un camino hacia lo desconocido.

Mientras mayor sea tu capacidad para transformarte en un testigo de tu conocimiento (mientras menos te identifiques como el sujeto que conoce), menos posibilidades habrá de que tu ego se transforme en el poseedor de este conocimiento. Si te separas de tus recuerdos, los recuerdos se transforman en algo similar a un motón de polvo acumulado. Han llegado a través de la experiencia y han pasado a formar parte de tu mente, pero, tu conciencia es otra cosa. El que recuerda es diferente de aquello que es recordado; el conocedor es diferente de lo que, ha sido conocido. Si tienes clara esta distinción, te acercarás más y más al vacío. No-identificado, puedes estar abierto y libre de los recuerdos: no se te interpondrán frente a lo desconocido.

El vacío puede ser alcanzado, pero no creado. Si lo creas, será necesariamente tu antigua mente quien lo hará, será tu conocimiento. Es por eso que no puede haber método alguno para alcanzar esto. Un método sólo puede surgir de la informa-ción que has acumulado, de modo que si intentas utilizar algún método, éste será necesariamente una prolongación de tu antigua mente. Sin embargo, lo desconocido no puede venir hacia ti como una prolongación. Sólo podrá venir como una brecha discontinua. Sólo entonces se encontrará más allá de lo conocido, más allá de tu conocimiento.

Así, no puede haber método como tal, no puede haber metodología; sólo la comprensión de que "soy distinto de lo que he acumulado". Si comprendes esto, no será necesario que cultives el vacío. ¡La cosa ha ocurrido! ¡Eres el vacío! No existe ya la necesidad de crearlo.

Uno no puede crear el vacío. Un vacío creado no sería el vacío; sólo sería tu creación. Tu creación nunca podrá ser la nada, el vacío, porque tendrá límites. Tú lo has creado, de modo que no podrá ser más que tú; no podrá ser más que la mente que lo ha creado. No puedes crear el vacío; éste debe penetrarte. Sólo puedes ser su receptor. Y sólo en forma negativa podrás prepararte para recibirlo. Preparado en el sentido de que no debes identificarte con tu conocimiento; preparado en el sentido de que  has comprendido la futilidad, la insignificancia de todo aquello que sabes.

Sólo esta conciencia del proceso intelectual puede lanzarte al interior de una brecha donde aquello-que-es te sumerge, donde aquello-que-es está siempre presente. Ahora no habrá barrera que te separe de ello. Has llegado a ser uno con el momento, uno con la eternidad, con el infinito.

Si uno traduce este momento a conocimiento, nuevamente se transformará en parte de tu memoria.. Entonces se perderá. Así, uno nunca puede decir "he conocido". Lo desconocido permanece desconocido. Sin importar cuánto lo hayas experi-mentado, lo desconocido siempre queda por conocerse. Su encanto, su belleza, su atractivo, sigue siendo el mismo.

El proceso de conocer es eterno, de modo que nunca llegaremos a un punto en que podamos decir "He llegado a la cima". Si alguien dice esto, cae nuevamente en el patrón del recuerdo, el patrón del conocimiento. Entonces, muere. El momento en que se asevera poseer conocimiento es el momento de la muerte. La vida se detiene. La vida siempre va desde lo desconocido Y hacia lo desconocido. Viene del más allá y va hacia el más allá. Así, pienso que una persona religiosa no asegura poseer conocimiento. El que asegura eso puede ser un teólogo, un filósofo, pero nunca una persona religiosa. Una mente religiosa acepta el misterio supremo, la suprema imposibilidad de conocer, el supremo éxtasis de la ignorancia, la suprema bendición de la ignorancia.

El momento de la meditación, el momento del vacío, no puede ser creado; no puede ser proyectado. No puedes hacer que tu mente se aquiete. Si lo haces, la habrás intoxicado o la habrás hipnotizado; pero esto no es el vacío. El vacío llega. No podrá nunca ser creado; no podrá nunca ser atraído.

Así, entonces, no enseño ningún método. En el sentido en que existen métodos, técnicas, doctrinas, no soy un profesor. 
 

Me has convencido. ¿Cómo puedo trasformar esta convicción en una experiencia? 
 

No hay cómo, pues el cómo implica un método. Hay sólo un despertar. Si me escuchas y algo despierta en tu interior, tendrás la experiencia, sentirás algo. No intento convencerte. Una convicción intelectual no es convicción en absoluto. Sólo estoy transmitiendo un hecho.

¿Por qué estás convencido por lo que yo he dicho?  Existen dos posibilidades: o bien son mis argumentos los que te han convencido, o bien ves la verdad de lo que he dicho como una realidad en ti mismo. Si mi argumento te convence, preguntarás cómo; pero si lo que digo lo estás vivenciando, si te das cuenta de que es una realidad en tu interior, ese conocimiento no guarda relación conmigo. No te estoy entregando ningún conocimiento. Más bien, la experiencia misma está ocurriendo mientras hablo.

Cuando el intelecto se convence, pregunta: ¿Cómo? ¿Cuál es la forma? Desea saber. Pero no les estoy entregando ninguna doctrina. Sólo les estoy contando mi experiencia. Cuando digo que la memoria es una acumulación,  que está muerta, que es sólo un resto del pasado, lo que quiero decir es que es un fragmento del pasado que cuelga de ti, pero del cual estás separado. Si les llega la sensación de lo que quiero decir, y tienen un vislumbre de la separación que existe entre ustedes y su memoria (su conciencia y su memoria), no habrá un cómo. Algo ha ocurrido, y este algo puede seguir penetrándote, cada vez más, no a través de ningún método, sino a través de tu conciencia, tu constante rememoración.

Ahora sabes que la conciencia es diferente de sus conteni-dos. Si estás consciente de este hecho en forma constante -mientras caminas, hablas, comes, duermes- algo ocurrirá. Si estás constantemente consciente de que la mente es sólo un proceso incorporado y computarizado que tiene la finalidad de acumular recuerdos y que no es parte de tu ser; esta conciencia por sí sola, este no-método por sí solo, ayudará a que este algo ocurra en tu interior.

Nadie puede decir cuándo ocurrirá, cómo ocurrirá, dónde ocurrirá; pero si la conciencia permanece, por sí sola se profundizará más y más. Es un proceso automático. Del intelecto se dirige al corazón; de la inteligencia se dirige a tu mente intuitiva; de lo consciente se moviliza lentamente hacia lo inconsciente. Y un día, estarás totalmente despierto. Algo ha ocurrido. No ha sido cultivado; es un producto lateral del recordar. No has llegado allí por medio del cultivo de ninguna doctrina; has despertado a una realidad interna, a una visión interna. Algo ha entrado profundamente en ti.

Cuando el momento llega es en forma totalmente inaudita, sin aviso, como una explosión. En ese momento de explosión, te encuentras totalmente vacío. No eres; dejas de ser. No hay intelecto, no hay razón, no hay memoria. Hay sólo conciencia: conciencia de la nada, del vacío. En ese vacío se halla el conocimiento. Sin embargo, ese conocimiento tiene un sentido muy diferente. Ahora no hay ni conocedor ni algo que es conocido. Hay sólo conocer. Es existencial.

Lo que existe en el vacío, lo que el vacío es, no puede ser comunicado. Sólo el tránsito, el proceso, pueden ser comunicados. Sin embargo, el proceso no puede ser concebido como un método; no es algo que deba practicarse. No hay nada que practicar. O recuerdas o no lo haces.

¿Recomiendas llevar algún tipo especial de vida como prepara-ción?

Cuando tomes conciencia, toda tu vida, toda tu forma de vida cambiará. Sin embargo, estos cambios vendrán a ti; no se les debiera practicar. Apenas practicas algo, ese algo pierde lo que sea que es significativo en él. Así que cualesquiera cambios que ocurran, debieran ocurrir en forma espontánea.

No se trata de practicar algo. Simplemente, se trata de comprender que no puedes desear e1 vacío. No es sólo una contradicción de vocablos: es una contradicción existencial. No puedes desearlo, pues este deseo viene de tu antigua mente, de tu conocimiento. Todo lo que puedes hacer es estar consciente de lo que eres. En el momento en que tomas conciencia de ti mismo tal como eres, ocurre una separación, una división, una partición. Una parte de ti llega a des-identificarse del resto de ti. Entonces habrá dos: yo Y mí. El "mí" es la memoria, la mente; el "yo" es la conciencia, el atman. 
 

Deben escucharme y escuchar simultáneamente su mente interna. Este proceso debiera funcionar todo el tiempo. Lo que estoy diciendo se está transformando en parte de su "mí", en parte de su acumulación, en parte de su conocimiento. Este conocimiento requerirá más conocimiento: el cómo, el método. Y, si muestro algún método, también eso pasará a formar parte de su conocimiento. Su "mí" se fortalecerá; llegará a ser más sabihondo.

A mí no me interesa su "mí"; no le hablo a su "mí". Si su "mí" interviene, la comunicación no  se transforma en comunión. Es sólo una discusión, no un diálogo. Solamente se convertirá en un diálogo si no hay "mí". Si estás aquí pero tu "mí" no está, no habrá interrogantes respecto al cómo. Lo que estoy diciendo se verá como una verdad o como una falsedad, como una realidad o como una doctrina llena de tretas.

Sólo me interesa producir una situación: ya sea hablando, permaneciendo en silencio o confundiéndoles: Mi intención es producir una situación en la cual su "yo" surja de ustedes, en que su "yo" aparezca más allá de su "mí". Trato de crear tantas situaciones. 
 

Esto también es un tipo de situación. Les estoy diciendo cosas absurdas. Hablo de alcanzar algo y al mismo tiempo niego la validez de todos los métodos. ¡Esto es absurdo! ¿Cómo puedo decir algo y al mismo tiempo afirmar que eso no puede ser dicho? Sin embargo, es el absurdo mismo el que puede crear la situación. La situación no se produce si les convenzo. Lo dicho se transformará en parte de su "mí", de su conocimiento. Su "mí" sigue preguntando: ¿cómo? ¿cuál es la forma? Negaré que exista un camino, pero aún así seguiré hablando de transforma-ción. La situación llega entonces a ser tan irracional que tu mente queda insatisfecha. Sólo entonces puede tomar las riendas algo ulterior.

Estoy creando situaciones todo el tiempo. El absurdo es la situación apropiada para las personas intelectuales. La conciencia viene sólo cuando aparece una situación en que la continuidad se interrumpe. El mismo absurdo e irracionalidad de la situación debe crear una brecha que trastorne y perturbe al individuo, al punto que aparezca la conciencia.

Recuerdo un incidente en la vida de Buda. Una mañana llegó a un pueblo. Al entrar en él, alguien le dijo: "Creo en el Supremo. Por favor dime si Dios existe". Buda lo negó totalmente. Respondió: "No hay Dios alguno. Nunca ha habido ni nunca lo habrá. ¡Qué disparate estás diciendo! " El hombre quedó aturdido, pero la situación se produjo.

En la tarde, otro hombre se acercó a Buda y le dijo: "Soy ateo. No creo en Dios. ¿Existe acaso un Dios? ¿Qué me puedes decir de eso? " 
Buda respondió: "Sólo Dios es. Nada existe fuera de Él". El hombre quedó atónito.

Al atardecer, un tercer hombre se acercó a Buda y le dijo: "Soy agnóstico. No creo ni que sí ni que no. ¿Qué me dices? ¿Existe o no existe un Dios? " 
Buda permaneció en silencio. El hombre quedó aturdido.

Sin embargo, un monje llamado Anand, que siempre acompañaba al Buda, quedó aún más confundido. En la mañana Buda había dicho "No existe Dios alguno"; en la tarde dijo "Sólo Dios existe" y al atardecer había permanecido en silencio. Esa noche, Anand le dijo a Buda: "Antes de irte a dormir, te ruego que me respondas una pregunta. ¡Has alterado mi tranquili-dad! ¡Me encuentro perplejo! ¿Qué quieres decir con esas preguntas absurdas y contradictorias? "

Buda le contestó: "Ninguna de esas respuestas era para ti. ¿Por qué las escuchaste? Cada una de esas respuestas le correspondía a la persona que preguntó. Si te han alterado, bien esta. Esa es la respuesta para ti.

Así, se pueden crear situaciones. Un monje Zen produce situaciones a su modo. Puede empujarte fuera -de su cuarto o abofetearte. Parecerá absurdo. Preguntas una cosa y él responde acerca de otra. Alguien pregunta" ¿Cuál es el Camino?"; sin embargo, la respuesta del monje Zen no guarda relación alguna con el Camino. Puede que diga" ¡Mira el río!" o "Mira ese árbol, qué alto es". Esto es absurdo.

La mente desea continuidad. Teme a los absurdos. Teme a lo irracional, teme a lo desconocido. Sin embargo, a la verdad no se llega mediante la intelectualización. No es ni una deducción ni una inducción. No es una conclusión lógica.

No estoy comunicándoles algo. Sólo estoy produciendo una situación. Si la situación se produce, algo que no puede ser comunicado será comunicado. Así, no pregunten cómo. Limíten-se a ser. Estén conscientes si pueden; y si no, estén conscientes de su inconciencia. Estén alertas a lo que es. Si no pueden hacerla, estén atentos a su falta de atención. Y la cosa ocurrirá. La cosa ocurre.

Con "producir una situación absurda", ¿ quieres acaso decir que a la persona debe trastornársele de alguna forma? ¿Cuál será la consecuencia? . 
 

Las personas ya están suficientemente trastornadas. Sin embargo, debido a esto, se han identificado con sus trastornos. Se han acomodado a la situación, se han acostumbrado a su enfermedad. ¡Ya estamos trastornados! Es imposible desconocer la verdad, a menos que estemos trastornados.

El trastorno es nuestra situación normal; así, cuando yo les trastorno, su trastorno es trastornado. El trastorno queda entonces anulado. Te tranquilizas por primera vez. Cuando hablo de producir una situación absurda, no es para obtener algún resultado; más bien, es un método para transmitir un mensaje que  es esencialmente intransmisible.

Preguntas: "¿Cuál será la consecuencia? " Puedo responder a eso, estipulando sí que lo que se diga no debe ser tomado como la verdad. Debe tomársele sólo en un sentido simbólico, poético, mítico. Para mí, cada escritura religiosa es un mito, y toda afirmación que provenga de una persona que ha experimentado el suceso es, en un sentido, engañosa. No es la verdad, sino sólo un indicador. Deberán olvidar al indicador antes de poder conocer la verdad.

Existen tres palabras que indican el límite más allá del cual sólo existe el silencio. Estas palabras son, sat/chit/anand: existencia, conciencia, éxtasis. La experiencia es una, pero al transformarla en un concepto la separamos en tres fases. Siempre es vivenciada como una, pero se halla conceptualizada en estas tres.

En esta existencia total (sat), esta total es-idad, sólo estás. No eres ni esto ni lo otro; no estás identificado con nada. Existe sólo esta es-idad.

La segunda es conciencia (chit) Esto no se refiere a la mente consciente. La mente consciente es sólo un fragmento de una mayor, inconsciente. Generalmente, cuando estamos cons-cientes, estamos conscientes de algo. La conciencia es objetiva, en el sentido de que se refiere a algo. Chit es conciencia pura, conciencia de nada. No hay objeto. La conciencia no está enfocada en algo; no tiene dirección. Es infinita, pura.

El último es anand, el éxtasis. No la felicidad, no la alegría, sino el éxtasis. La felicidad incluye un estado de infelicidad: un recuerdo de ella, un contraste frente a lo actual. La alegría también incluye una cierta tensión, algo que debe aliviarse, que debe apaciguarse. El éxtasis es felicidad sin rastro alguno de infelicidad; es alegría sin un precipicio que la rodee. Es felicidad sin asomo de tensión.

El éxtasis es el punto medio entre la alegría, por un lado, y la tristeza, por el otro. Es el punto medio, el punto de la trascendencia. Tiene la profundidad de la tristeza y la altura de la alegría: ambas cosas. La alegría tiene altura, pero no profundi-dad, mientras que la tristeza tiene profundidad -una profundi-dad abismal- pero no una cima. El éxtasis tiene ambos: la altura de la alegría y la profundidad de la tristeza, de modo que trasciende a ambas. Sólo en el punto medio puede haber una trascendencia total de los dos extremos.

Estos tres términos, sat/chit/anan, son el límite: lo más que puede decirse y lo menos que puede ser experimentado. Esta es la última cosa que puede ser expresada, y el limite a partir del cual podemos saltar hacia lo inexpresable. Este no es el final, es sólo el principio.

Satchitanand es sólo una expresión, no la realidad. Si recordamos esto, no se producirá daño alguno. Sin embargo, la mente olvida; y entonces, la expresión satchitanand se transforma en una realidad. Creamos teorías y doctrinas en torno a ello, y la mente se cierra. Entonces no habrá salto. Esto ha ocurrido en la India. La tradición entera se ha entretejido en torno a estas tres palabras. Sin embargo, la realidad no es satchiranand: está más allá de esto. Esta es sólo la porción de la realidad que puede expresarse en palabras. Debiera tomársele como una metáfora. Toda la literatura religiosa es una parábola; es simbólica. Es una verbalización de algo intrínsecamente inexpresable.

Ni siquiera me gusta utilizar el término satchitanand, porque apenas la mente se entera de lo que debe ocurrir, comienza a preguntar y a exigir. Entonces exige satchitanand, y aparecen instructores que satisfacen la exigencia con mantras, con técnicas, con métodos. Toda exigencia puede ser satisfecha; por tanto, una exigencia insensata será satisfecha con absurdos. Todas las teologías Y todo lo que se crea alrededor de los gurus surgen de esta forma.

Uno debe estar siempre muy atento a no convertir lo supremo en un objetivo deseable. No lo transformen en un deseo, en un objetivo que lograr o en un destino a donde viajar. ¡Se encuentra aquí en este momento! Si podemos llegar a ser conscientes, la explosión podrá ocurrir. Ahora mismo se encuen-tra cerca, es nuestro vecino más próximo; sin embargo, seguimos deseando lo que se halla lejos. Lo tenemos a nuestro lado, pero continuamos nuestro largo peregrinaje. Nos sigue como una sombra pero nunca lo vemos, pues nuestros ojos se dirigen a lo que se encuentra lejos, a la distancia.

La vida debe estar en el ser. Hay un dicho de Lao-Tsé: "Busca y perderás. No busques, y encontrarás".



DIOS NO ES UNO NI TRES :

VENTANAS HACIA LO DIVINO

En la filosofía hindú, la naturaleza de la verdad última ha sido descrita como verdad (satyam), belleza (sundaram) y bondad (shivam) ¿Son éstas las características de Dios?

Estas no son las cualidades de Dios. Más bien, es la forma corno experimentamos a Dios. No pertenecen a la divinidad como tal; son nuestras percepciones. La divinidad, en sí, no puede ser conocida. La divinidad es, o bien todas las cualidades, o ninguna en absoluto. Pero tal como es, la mente humana puede vivenciar lo divino a través de tres ventanas: puedes tener un vistazo a través de la belleza, a través de la verdad o a través de la bondad.

Estas tres dimensiones pertenecen a la mente humana. Son nuestras limitaciones. Somos nosotros quienes determinamos la estructura; la divinidad, en sí, es inestructurada. Es así: podemos ver el cielo a través de una ventana; la ventana parecerá un marco que rodea al cielo, pero el cielo mismo no tiene marco alguno. Es infinito. Sólo la ventana le pone un marco. Del mismo modo, la belleza, la verdad y la bondad son las ventanas a través de las cuales podemos percibir lo divino.

La personalidad humana se halla separada en tres niveles. Si el intelecto predomina, la divinidad adquirirá la forma de la verdad. El enfoque intelectual crea la ventana de la verdad, el marco de la verdad. Si la mente es emocional -si percibimos la realidad con el corazón, no con la cabeza-, la divinidad se convierte en belleza. La cualidad poética la pones tú. Es sólo el marco. El intelecto le pone un marco de verdad; la emoción la enmarca de belleza. Y si la personalidad no es ni emocional ni intelectual -si es la acción la que predomina.- el marco resulta ser la bondad.

Así, pues, aquí en la India utilizamos estos tres términos para lo divino. El bhakti yoga se refiere al camino de la devoción, y es para el tipo emocional. Dios es percibido como belleza; El jnana yoga es el camino del conocimiento. Dios es percibido como verdad. Y el karma yoga es el camino de la acción. Dios es bondad. 

La misma palabra "Dios" proviene de la palabra "bueno" (*) Esta palabra ha sido la más influyente, porque la mayor parte de la humanidad es predominantemente activa, no es ni intelec-tual ni emocional. Esto no significa que no haya intelecto ni emoción, pero no son los factores que predominan. Muy pocos son intelectuales y muy pocos son emocionales. La mayor parte de la humanidad es predominantemente activa. A través de la acción, Dios se transforma en "lo bueno".

(*) En el original en inglés: La misma palabra "God" (Dios) proviene de la palabra "good" (bueno) (N. del T.) 
 

Pero también debe existir el polo opuesto; por tanto, si Dios, es percibido como lo bueno, el demonio será percibido como lo malo. La mente activa percibirá al demonio como lo malo; la mente emocional lo verá como lo feo, y la mente intelectual, como lo engañoso, lo ilusorio, lo falso.

Estas tres características (verdad, bondad y belleza) son categorías humanas que enmarcan lo divino, que es, en sí, inestructurado. Estas no son cualidades de la divinidad como tal Si la mente humana logra percibir la divinidad a través de una hipotética cuarta dimensión, esta cuarta dimensión también se transformará en una cualidad de la divinidad. No quiero decir que la divinidad no es bondad. Sólo afirmo que esta bondad es la cualidad que nosotros elegimos y vemos. Si el hombre no existiese en la, tierra, la divinidad, ¿no sería buena, no sería hermosa? No sería verdadera. La divinidad existiría igual; pero estas cualidades -que nosotros elegimos- no estarían presentes. Estas son sólo percepciones humanas. Podríamos percibir tam-bién-otras cualidades en lo divino.

No sabemos si los animales captan lo divino, no sabemos siquiera cómo perciben las cosas, pero algo es seguro: no perciben lo divino en los términos humanos. Si percibiesen lo divino, lo harían en una forma muy diferente de la nuestra. Las cualidades que ellos percibirían no serían las mismas que percibimos nosotros.

Cuando una persona es predominantemente intelectual, no puede imaginarse la idea de que Dios es hermoso. El concepto mismo es totalmente ajeno a su mente. Y un poeta no puede concebir que la verdad pueda significar otra cosa que belleza. Para él, no puede implicar algo diferente.' Verdad es belleza; cualquier otra cosa es simplemente intelectual. Para un poeta, para un pintor, para un hombre que percibe al mundo en los términos del corazón, la verdad es algo desnudo, sin belleza alguna. Es sólo una categoría intelectual.

Así que si una mente determinada es predominantemente intelectual, no le será posible comprender a la mente emocional, y viceversa. Es por eso que existen tantos errores de interpretación  y tantas definiciones. Ni una sola definición podrá ser aceptada por toda la humanidad, Dios debe venir a ti  en tus propios términos. Cuando defines a Dios, eres parte de la definición. La definición surgirá de ti; Dios, como tal, es indefinible. Así, entonces, aquellos que lo miran a través de estas tres ventanas han impuesto, en cierto modo, sus propias definiciones sobre lo divino. 
 

"Aquél que ha trascendido estas tres divisiones en su personalidad tiene la posibilidad de percibir a la divinidad de una cuarta forma. No tenemos una palabra para esta cuarta forma en la India. La llamamos simplemente turiya (la cuarta)  Existe un tipo de conciencia en la que no eres ni intelectual ni emocional ni activo; sólo consciente. De esa forma, no miras al cielo a través de ninguna ventana. Has salido fuera de tu casa, y ahora conoces la inmensidad del cielo. No hay patrón, no hay marco.

Sólo el tipo de conciencia que ha alcanzado la cuarta forma podrá comprender las limitaciones de las otras tres. Puede entender las dificultades que tienen los demás para comprender, y también puede captar la similitud subyacente que existe entre la belleza, la verdad y la bondad. Sólo el cuarto tipo puede comprender y ser tolerante. Los otros tres tipos siempre estarán peleándose.

Todas las religiones pertenecen a una de estas tres categorías, y han tenido una pugna constante. Buda no puede tomar parte en este conflicto él pertenece al cuarto tipo. Él dice: "Esto es absurdo. No están discutiendo acerca de cualidades de la divinidad; discuten acerca de sus ventanas. El cielo sigue siendo el mismo, visto desde cualquier ventana".

Así, éstas no son cualidades divinas: Son cualidades divinas ¡tal como nosotros las percibimos! Si podemos destruir nuestras ventanas, conoceremos lo divino como carente de cualidades, ninguna. Entonces, trascendemos las cualidades. Sólo entonces deja de aparecer la proyección humana.

Sin embargo, cuando llega ese momento, resulta muy difícil decir algo. Cualquier cosa que se diga acerca de lo divino, sólo podrá ser dicha a través de las ventanas, pues cualquier cosa que pueda expresarse será dicha, en realidad; acerca de las ventanas no acerca del cielo mismo. Cuando vemos más allá de las ventanas, vemos un cielo tan vasto, tan infinito. No puede definírsele. Ninguna palabra puede aplicársele; todas las teorías son inadecuadas.

Así, aquel que se encuentra en el cuarto siempre ha permanecido en silencio a su respecto; las definiciones de lo divino provienen de los primeros tres. Si el que se halla en el cuarto dice algo, se expresa en términos aparentemente absurdos, ilógicos, irracionales. Se contradice a sí mismo. A través de la contradicción, intenta mostrar algo. No intenta decir algo; intenta mostrar algo.

Wittgenstein ha realizado esta distinción. Afirma que hay verdades que pueden  ser expresadas, y que hay verdades que pueden ser mostradas, pero no expresadas. Una cosa determinada es susceptible de definición porque existe entre otras cosas. Puede relacionársele con otras cosas, pueden hacerse comparacio-nes. Por ejemplo, siempre podemos decir que una mesa no es una silla. Podemos definirla en referencia a algún otro objeto. Posee un límite hasta donde se extiende, y más allá del cual comienza otra cosa. En realidad, sólo definimos el límite. Una definición  alude al límite a partir del cual empiezan las demás cosas.

Sin embargo, no hay nada que podamos decir acerca de la divinidad. La divinidad es el total, de modo que no hay límite; no hay una frontera a partir de la cual comience otra cosa. No hay ninguna "otra cosa". Lo divino no tiene fronteras, así que no puede ser definido.

El cuarto sólo puede mostrar; sólo puede indicar. Es por eso que ha permanecido rodeado de misterio, y el cuarto es el más auténtico, pues no se halla teñido por las percepciones humanas. Todos los grandes santos han indicado; no han dicho nada. Da lo mismo si se trata de Jesús, Buda, Mahavir o Krishna. Ellos no dicen nada, sólo indican algo; sólo un dedo apuntando a la luna.

Pero siempre existe la posibilidad de que te obsesiones con el dedo. El dedo no tiene significado alguno; sólo indica algo. No te quedes con la vista fija en el dedo. Si deseas ver la luna, debes olvidar al dedo por completo.

Esta ha sido la mayor dificultad en lo que respecta a la divinidad. Ves la indicación y crees que esta indicación es, en sí, la verdad. Entonces, la intención del acto se pierde. El dedo no es la luna; son cosas totalmente diferentes. El dedo puede mostrar la luna, pero no debemos quedamos pegados en el dedo. Si un cristiano no puede olvidar la Biblia, si un hindú no puede olvidar: el Gita, el propósito se pierde. Todo se vuelve vago, insensato, y en cierto modo, irreligioso, antirreligioso.

Siempre que nos acerquemos a lo divino, debemos estar conscientes de nuestra mente. Si nos acercamos a la divinidad a través de la mente, la divinidad se teñirá de ella. Si te acercas a lo divino sin mente, sin tú mismo, sin que lo humano se entrometa; si te acercas como un vacío, como una vacuidad, una nada; sin conceptos previos, sin propensión alguna a ver las cosas de una manera determinada: sólo en ese caso te darás cuenta de que lo divino no posee cualidades, no de otro modo. De cualquier otra forma, todas las cualidades que otorguemos a lo divino serán parte de nuestras ventanas humanas. Se las impondremos a lo divino. 
 

¿Estás diciendo que no necesitamos utilizar la ventana para ver el cielo?

Sí. Es mejor mirar por la ventana que no mirar; pero no puedes comparar el mirar por la ventana con la infinidad del cielo.

Pero, ¿cómo puede uno salir al encuentro del cielo infinito? 
Puedes pasar a través de la ventana para ir hacia el cielo, pero no debes permanecer en la ventana. De otro modo, la ventana estará siempre allí. La ventana debe ser dejada atrás. Debes atravesarla, trascenderla.

Cuando uno se encuentra en el cielo desaparecen las palabras, hasta que uno regresa al cuarto. Y ahí la historia vuelve... 
Sí, uno puede regresar. Pero no podrá ser el mismo de antes. Ha conocido aquello que no tiene patrón, el infinito. Entonces, incluso desde la ventana sabrá que el cielo no tiene patrones, no tiene ventanas. Ni siquiera estando detrás de la ventana podrá engañarse. Aun si la ventana se cierra y el cuarto se oscurece, sabrá que el cielo infinito está allí. No podrá ser el mismo de nuevo.

Cuando has conocido el infinito, te has transformado en el infinito. Somos lo que hemos conocido, lo que hemos sentido. Una vez que has conocido el infinito, lo ilimitado, en cierto modo has llegado a ser infinito. Conocer algo es transformarse en eso. Conocer el amor es ser amor; conocer la oración es ser la oración; conocer lo divino es ser lo divino. Conocer es compren-der; conocer es ser.

¿Las tres ventanas se convierten en una sola?

No. Cada ventana seguirá siendo lo que era. La ventana no ha cambiado; tú has cambiado. Si la persona es emotiva saldrá y entrará a través de esa  ventana pero ahora no renegará de las demás ventanas; no tendrá una actitud antagónica respecto a- ellas. Ahora comprenderá a los demás. Sabrá que las otras ventanas también conducen al mismo cielo.

Cuando has estado bajo el cielo, sabes que las demás ventanas forman parte de la misma casa. Ahora puedes explorar las demás ventanas o puedes no hacerla. Depende de ti. No es necesario que lo hagas: una ventana es suficiente. Si una persona es como Ramakrishna, puede que recorra otras ventanas para comprobar si ve el mismo cielo a través de ellas. Depende de la persona. Puedes mirar a través de otras ventanas o puedes no hacerlo.

Y no es necesario, en realidad. Conocer el cielo es suficiente. Pero uno puede pesquisar, sentir curiosidad. En ese caso, mirará a través de otras ventanas. Ha habido personas qué han indagado Y otras que no lo han hecho. Pero una vez que una persona ha conocido el cielo infinito, no renegará de las demás ventanas; no renegará de otros enfoques. Ratificará que esas ventanas tienen el mismo panorama al frente. Así, una persona que ha conocido el cielo se vuelve religioso, no sectario. La mente sectaria permanece detrás de la ventana; la mente religiosa la trasciende.

Aquel que ha visto el cielo puede explorar; puede acercarse también a otras ventanas. Existe infinita cantidad de ventanas; Estas son las principales, pero no son las únicas. Existen tantas posibilidades de combinaciones.

¿Existe una ventana para cada conciencia, para cada hombre?

Sí. En cierta forma, cada persona llega a la divinidad a través de su propia ventana. Y cada ventana es básicamente diferente de todas las demás. Son infinitas las ventanas, e infinitas las sectas. Cada persona tiene su propia secta. Dos cristianos no son iguales. 
Dos cristianos difieren entre sí tanto como el cristianismo difiere del hinduísmo.

Una vez que has conocido el cielo, te das cuenta de que todas las diferencias corresponden a la casa. Nunca corresponden a algo tuyo. Pertenecen a la casa en la que viviste, a través de la cual miraste, a través de la cual sentiste: pero no te pertenecen a ti como tal. Cuando estás bajo el cielo, te das cuenta que también formas parte de él, aun cuando has vivido entre paredes. El cielo del interior de la casa no es diferente al cielo de afuera. Una vez afuera, nos damos cuenta de que las barreras no eran reales. Ni siquiera una pared constituye una barrera para el cielo; no lo divide. Aparentemente, la pared divide al cielo: ésta es mi casa y ésa es la tuya; el cielo de mi casa me pertenece a mí y el cielo de tu casa te pertenece a ti; sin embargo, cuando llegas a conocer al cielo mismo, ves que no hay diferencia. Deja entonces de haber individuos como tales. Las olas desaparecen y sólo el océano permanece. Volverás adentro nuevamente, pero ahora no serás diferente del cielo. 
 

Parece ser que son muy pocos los cristianos que han ido y regresado del cielo con este concepto. 
Hay algunos. San Francisco, Eckhart, Bohme... No nos dijeron que se trataba del mismo cielo, ¿no? 
No pudieron hacerlo. El cielo es siempre el mismo, pero no pueden contarnos acerca de él de la misma forma. Los relatos acerca del cielo serán necesariamente diferentes; sin embargo, la base en que se fundamentan es la misma.

Para aquellos que no han conocido aquello sobre lo cual se habla, el relato lo será todo. Entonces las diferencias se agudizan. Sin embargo, sólo se está relatando una selección, una opción. No se puede hablar acerca de la totalidad; sólo acerca de una parte. Y, al hablar acerca de ello, se transforma en algo muerto.

San Francisco puede-relatar sólo como San Francisco puede hacerlo. No puede hacerlo como Mahoma, pues el relato no proviene del cielo. El relato proviene del marco de la individuali-dad. Viene de la mente: los recuerdos, la educación, las experiencias; de las palabras, el lenguaje, la secta, de la vida que se lleva. El relato surge de todo eso. No es posible que la comunicación provenga sólo de San Francisco, pues un relato nunca puede ser totalmente individual. Debe ser público; de lo contrario, será un completo fracaso.

Si hago un relato en mi propio lenguaje personal, nadie lo comprenderá. Cuando experimenté el cielo, lo experimenté sin la comunidad. Estaba totalmente solo en ese momento. No había lenguaje, no había palabras. Sin embargo, cuando relato mi experiencia, se la relato a personas que no la han tenido. Debo hablar en su lenguaje. Tendré que utilizar el lenguaje que conocía antes de tener esta experiencia.

San Francisco utiliza el lenguaje cristiano. En mi opinión, las religiones son sólo lenguajes diferentes. Pienso que el cristianismo es un lenguaje determinado, derivado de Jesucristo. El hinduismo es otro lenguaje; el budismo es otro lenguaje. La diferencia siempre reside en el lenguaje. Sin embargo, si uno conoce el lenguaje y no la experiencia a la que se refieren, la diferencia será necesariamente amplia.

Jesús habló del "reino de Dios", porque se expresaba en términos que pudieran ser comprendidos por su auditorio. La palabra "reino" fue bien comprendida por algunos y mal comprendida por otros. Consecuencia de esto fueron la cruz y la crucifixión. Aquellos que comprendieron a Jesús captaron lo que él quería decir con el "reino de Dios", pero aquellos que no lograron comprender creyeron que hablaba de un reino terrenal.

Pero Jesús no podía utilizar las palabras de Buda. Buda nunca habría utilizado la palabra "reino" Hay tantos motivos para esta diferencia. Jesús provenía de una familia pobre; su lenguaje era el de los pobres. Para un pobre, la palabra "reino" resulta muy expresiva; pero a Buda no le significaba nada, pues él mismo había sido un príncipe. La palabra no era significativa para Buda, pero sí lo era para Jesús.

Buda se transformó en un mendigo y Jesús en un rey. Así debía ocurrir. El otro polo se llena de significado. El polo que no conocemos aparece como expresión de lo desconocido. Mendigar era algo totalmente ajeno para Buda, de modo que adoptó la forma de lo desconocido, la forma de un mendigo. El término bhikkhu (mendigo) llegó a ser para él el más significativo.

La palabra bhikkhu nunca se utiliza en la India, pues hay tantos mendigos aquí. En lugar de eso, utilizamos la palabra swami (maestro) Cuando alguien se transforma en un sannvasin, cuando renuncia, se transforma en un swami, un maestro. Pero cuando Buda renunció, se transformó en un bhikkhu, un mendigo. A Buda, esta palabra le significaba algo que no podía significarle a Jesús.

Jesús sólo pudo hablar con términos que tomó prestados de la cultura judía. Pudo modificar algo aquí y allá, pero no podía cambiar todo el lenguaje, pues nadie lo habría comprendido. Así que en cierto sentido, no era un cristiano. Cuando San Francisco apareció, ya se había desarrollado una cultura cristiana, con un lenguaje propio. Por lo tanto, San Francisco era más cristiano que el mismo Cristo. Cristo siguió siendo judío; su vida entera era totalmente judía. No podía ser de otro modo.

Puede que si naces cristiano, el cristianismo no te resulte significativo; puede que no te toque. Mientras más lo conoces, menos sentido tiene para ti. El misterio se pierde. Para un cristiano, el punto de vista hindú puede ser más significativo, más valioso. Puesto que es algo desconocido, puede expresar lo inconocible.

 En mi opinión, es mejor para una persona no permanecer en la religión en que nació. Deberá renegar alguna vez de las actitudes y creencias que le fueron transmitidas desde su nacimiento: si no es así, la aventura nunca comenzará. No debiéramos quedamos ahí donde nacimos. Debiéramos recorrer rincones desconocidos y experimentar el regocijo que ello implica.

A veces no nos es posible comprender aquello que creemos comprender mejor. Un cristiano cree comprender el cristianismo. Eso se transforma en una barrera. Un budista cree comprender el budismo porque lo conoce, pero esta forma de conocer es la que se transforma en el obstáculo. Sólo lo desconocido puede transformarse en lo magnético, lo oculto, lo esotérico.

Debemos trascender las circunstancias de nuestro nacimien-to.  El nacer en un medio cristiano es sólo producto de las circunstancias; es sólo circunstancial haber nacido en el seno de la religión hindú. No debiéramos permitir que las condiciones de nuestro nacimiento nos limiten. Al menos en lo que a la religión respecta, debemos nacer dos veces. Debemos recorrer los rincones desconocidos. Entonces aparece la excitación. Comienza la búsqueda.

Las religiones son, en cierta forma complementarias. Deben trabajar mancomunadas; deben aceptar a las demás. Un cristiano, un hindú o un judío deben conocer la emoción, la excitación de la conversión. La emoción de la conversión crea la base para la transformación. El occidental que vaya al Oriente siempre encontrará algo nuevo. La actitud oriental es tan diferente que no puede encasillarla en las categorías que le son familiares. La mentalidad es tan diferente, tan opuesta de la que conoces que si deseas comprenderla, deberás cambiar tú.

Lo mismo le ocurre a alguien que se traslade de Oriente a Occidente. Debiera ocurrir. Uno debiera estar lo suficientemente abierto como para que ocurra. Es lo desconocido, lo que no nos es familiar, lo que produce el cambio.

En la India no pudimos crear una religión como el cristianismo. No pudimos crear una teología. No pudimos crear un Vaticano, una Iglesia. Existen templos, pero no una Iglesia. La mente oriental es fundamentalmente ilógica, de modo que necesariamente será, en cierto sentido, caótica. Siempre se mantiene en el ámbito individual; no puede formar organizaciones.

Un sacerdote católico es algo muy diferente. Está entrenado para formar parte de una organización. Pertenece a algún punto de la jerarquía, y eso resulta. Una institución, una jerarquía, es lógica; es así como el cristianismo ha logrado difundirse en todo el mundo.

El hinduismo nunca ha intentado convertir a nadie. Aún si alguien se ha convertido, el hinduismo no se sentirá cómodo con esa persona. Es una religión que no intenta convertir, que no tiene una organización. No existe el sacerdocio en la forma en que se presenta en el catolicismo. El monje hindú es sólo un individuo errante que no tiene ninguna jerarquía, que no pertenece a ninguna institución. No tiene raíz alguna. En lo que al mundo exterior respecta, este estilo es un fracaso; sin embargo, en lo que al individuo respecta, este estilo es un fracaso; sin embargo, en lo que al individuo respecta, en lo que respecta a la profundidad interior, es necesariamente un éxito.

Vivekananda se sintió muy atraído por el cristianismo. Creó la Orden de Ramakrishna basándose en el patrón del sacerdocio católico. Esto es algo muy ajeno al Oriente. Es totalmente occidental. La mente de Vivekananda no tenía nada de oriental.

Y, tal como afirmo que Vivekananda era occidental, también digo que Eckhart y San Francisco eran orientales. Pertenecían básicamente al Oriente.

Jesús mismo perteneció al Oriente. Pero el cristianismo no es oriental, sino que occidental. Jesús era fundamentalmente  oriental; era anti-eclesiástico anti-organizaciones. Ese fue el problema. 
La mente occidental piensa en términos de lógica, racioci-nio, sistema, argumentación. No puede profundizar mucho; permanecerá en la superficie. Será extensiva, pero nunca intensi-va. 
 

Así, entonces, las religiones organizadas representan un velo para nosotros. Deberán desaparecer para que podamos ver el cielo. 
 

Sí. Tapan la ventana. Constituyen un obstáculo.

¿La mente occidental deberá expandirse, tal como lo ha hecho la mente oriental? . 
 

La mente occidental puede tener éxito en el campo de la ciencia, pero no en el campo de la conciencia religiosa. Una mente religiosa siempre será oriental, aun en Occidente. En Eckhart, en Bohme, la cualidad esencial de la mente es oriental. Y, cuandoquiera que aparece una mente científica en el Oriente, será necesariamente occidental. Oriente y Occidente, no son una división geográfica. "Occidente" se refiere a lo aristotélico y "Oriente" a lo no-aristotélico. "Occidente" significa equilibrio y "Oriente" significa no-equilibrio; "Occidente" se refiere a lo racional y "Oriente" a lo irracional.

Tertuliano fue una de las mentes más orientales de Occidente. Decía: "Creo en Dios porque es imposible creer. Creo en Dios porque es absurdo". Esta es la actitud fundamental del Oriente: porque es absurdo. Nadie puede decir esto en Occidente.  En Occidente, afirman que sólo puedes creer algo cuando es racional. Si no es así, es sólo una creencia, una superstición.

Eckhart es también una mente oriental. Dice: "Creer en lo posible no es una creencia. Creer en argumentos no te guiarán hacia la religión. Esto forma parte de la ciencia. Sólo si crees en lo absurdo vendrá a ti algo que se encuentra más allá de la mente". Este concepto no es occidental. Pertenece al Oriente.

Por otra parte, Confucio es una mente occidental. Los occidentales pueden comprender a Confucio, pero nunca com-prenderán a Lao Tsé. Lao Tsé dice: "Eres un necio si sólo eres racional. Ser racional, razonable, no es suficiente. Lo irracional debe tener su propio dominio. Una persona es razonable sólo si es tanto racional como irracional"

Una persona totalmente racional nunca podrá ser razonable. La razón tiene su propio rincón oscuro de irracionalidad. Un niño nace en un oscuro útero. Una flor nace en la oscuridad, en las raíces del subsuelo. La oscuridad no debe ser negada; es la base. Es lo más significativo, lo que más da vida.

La mente occidental ya dio su aporte al mundo. Es la ciencia, no la religión. La mente oriental sólo puede contribuir con la religión, no con la tecnología o la ciencia. La ciencia y la religión son complementarias. Si podemos damos cuenta tanto de sus diferencias como de su complementariedad, podrá surgir una mejor cultura mundial.

Si uno necesita ciencia, debiera ir a Occidente. Pero si Occidente crea una religión, ésta nunca podrá superar un nivel teológico. En Occidente, tratas de convencerte con argumentos de que Dios existe. ¡Argumentos para probar la existencia de Dios! Eso es inconcebible en Oriente; no puedes probar su existencia. El esfuerzo por hacerla es absurdo. Aquello que puede ser probado nunca será Dios; será una conclusión científica. En Oriente, decimos que lo divino es lo que no puede probarse. Cuando te aburras de tus pruebas, salta a la experiencia misma; salta a lo divino.

La mente oriental sólo puede ser seudo-científica; del mismo modo, la mente occidental sólo puede ser seudo-religiosa. Han creado una gran teología en Occidente, no una tradición religiosa. Del mismo modo, cuandoquiera que en Oriente se intenta algo en pro de la ciencia, sólo surgen técnicos, no científicos; personas que saben cómo hacer cosas, no innovadores, no creadores.

Por tanto, no vengan al Oriente con una mente occidental, o lo comprenderán todo en forma equivocada. Y luego creerán que lo que han comprendido es la idea correcta. La actitud oriental es totalmente opuesta. Sólo los opuestos, como el macho y la hembra, son complementarios.

La mente oriental es femenina; la mente occidental es masculina. La mente occidental es agresiva. La lógica es necesaria-mente agresiva, violenta. La religión es receptiva, tal como una mujer. Dios sólo puede ser recibido; no puede ser descubierto o inventado. Debemos ser como una mujer, totalmente receptivos, limitamos a estar abiertos, esperando. A esto se refiere la meditación. 
 

Ramakrishna afirmó que el-esquema bhakti es el más adecuado a esta época. ¿Es cierto eso? 
No. Ramakrishna afirmó que el bhakti yoga era el enfoque más adecuado porque para él lo era. Esa fue la principal ventana a través de la cual él vio el cielo. No se trata de que un enfoque sea adecuado o no lo sea para una época particular. No podemos pensar en términos de épocas.

Los siglos existen en forma contemporánea. Parecemos ser contemporáneos; podemos no serlo. Puedo estar viviendo veinte siglos atrás. Nada es totalmente parte del pasado. Para alguien eso forma parte del presente. Nada es totalmente del futuro. Para alguien forma parte del presente. Y nada es totalmente presente tampoco. Para alguien forma parte del pasado y para otro aun no llega. Así que nada puede decirse tan categóricamente para una época como tal.

Ramakrishna era una persona devota. Llegó a Dios a través de la oración y el amor, a través de la emoción; Se realizó de esta forma; por lo tanto, le pareció que este camino le sería útil a todo el mundo. No pudo comprender cómo podía resultarle difícil a otros. Por mucho que simpaticemos con los demás, siempre los vemos a la luz de nuestras propias experiencias. Fue así que a Ramakrishna le pareció que el medio era el bhakti yoga: el camino de la devoción.

Si queremos pensar en términos de épocas, podemos decir que ésta es la más intelectual, la más científica, la más tecnológica; y la menos devocional, la menos emocional. Lo que Ramakrishna afirmó que era bueno para él puede haberlo sido para los que lo rodeaban; sin embargo, Ramakrishna nunca tuvo influencia amplia en el mundo. Pertenece fundamentalmente a la aldea, a la mente no-tecnológica, no-científica. Era un aldeano ineducado, se hallaba limitado a su propio círculo, de modo que lo que dijo debiera ser comprendido considerando el lenguaje de su aldea. No pudo concebir los días que ahora vivimos. Formaba parte del mundo del labriego, en donde el intelecto es nada y la emoción lo es todo. El no era un hombre de esta época. Lo que él decía era correcto para el mundo en el cual se movía pero no lo es para el mundo actual.

Estas tres categorías siempre han existido: lo intelectual, lo activo, lo emocional. Siempre habrá un equilibrio entre ellas, tal como existe equilibrio entre machos y hembras. El equilibrio no puede perderse por mucho tiempo. Si se pierde, pronto se recuperará.

El Occidente ha perdido su equilibrio. El intelecto se ha convertido en el factor predominante. Puede resultarles atractivo el que Ramakrishna diga: "La devoción es el camino para esta época"; porque su equilibrio se ha perdido. Pero Vivekananda afirma lo contrario. Dado que el Oriente también se ha desequilibrado, él es predominantemente intelectual. Esto es sólo para equilibrar el extremo existente. Es, en cierta forma, complementario. 
Ramakrishna era de tipo emocional y su principal discípulo era de tipo intelectual. Eso fue así necesariamente. Ese es el acoplamiento: el macho y la hembra. Ramakrishna es totalmente femenino: no agresivo, receptivo. El sexo no sólo existe en la biología; existe por todas partes. En todos los campos, donde-quiera que exista la polaridad, existe el sexo y la atracción de los opuestos.

Vivekananda nunca pudo sentirse atraído por ningún intelectual. Eso no podía ocurrir, pues él no era el polo opuesto. Existían gigantes intelectuales en Bengala. Los visitaba y regresa-ba con las manos vacías. No sentía atracción. Ramakrishna era la persona menos intelectual existente. Él era todo lo que Viveka-nanda no era, todo lo que él estaba buscando.

Vivekananda era el opuesto de Ramakrishna; por tanto, lo que él enseñó en nombre de Ramakrishna no contenía el mismo espíritu que la enseñanza del mismo Ramakrishna. Así, cual-quiera que se acerque a Ramakrishna a través de Vivekananda nunca podrá llegar realmente a Ramakrishna. El que comprenda la interpretación que Vivekananda hace de Ramakrishna nunca puede comprender a Ramakrishna mismo. La interpretación proviene del polo opuesto.

Cuando la gente dice: "Nunca habríamos sabido de Rama-krishna, de no ser por Vivekananda", tienen razón, en cierto sentido. El mundo en extenso nunca habría oído de Ramakrishna si no hubiera sido por Vivekananda. Sin embargo, Vivekananda falseó todo lo que se conoce acerca de Ramakrishna. Es una interpretación falsa. Esto se debe a que su tipo es el opuesto al de Ramakrishna. Ramakrishna nunca argumentó; Vivekananda era argumentador. Ramakrishna era ignorante; Vivekananda era un hombre sapiente. Lo que Vivekananda dijo acerca de Rama-krishna fue dicho a través del cristal de Vivekananda. Nunca fue auténtico. No podía serlo.

Esto ha ocurrido siempre. Seguirá ocurriendo. Buda atrae a personas que son su polo opuesto. Mahavir y Jesús atraen a personas que, espiritualmente, pertenecen al otro sexo. Estos opuestos son los que después crean la organización, el orden. Interpretarán. Los mismos discípulos serán los falsificadores. Pero esto es como es. No puede ser de otra manera.



LA VERDAD TIENE LIMITES O FORMAS ? :

COMO PREGUNTAR

No formulen preguntas teóricas. Las teorías resuelven menos y confunden más. Si no hubiese teorías, habría menos problemas. No es que las teorías resuelvan preguntas o proble-mas. Al contrario: las preguntas surgen de las teorías.

Tampoco formulen, preguntas filosóficas. Las preguntas filosóficas parecen ser preguntas, pero no lo son. Es por eso que no ha sido posible obtener respuestas. Si una pregunta es realmente una pregunta, será posible responderla; pero si es falsa, si es sólo una confusión lingüística, no podrá ser respondida. La filosofía ha entregado respuestas por siglos y siglos, pero las preguntas siguen siendo las mismas. Como sea que respondas una pregunta filosófica, nunca la responderás satisfactoriamente, porque la pregunta misma es falsa. No pretende ser respondida. La pregunta es tal que, intrínsecamente, no hay respuesta posible.

Ni tampoco formulen preguntas metafísicas. Por ejemplo, si preguntas quién creó al mundo, no habrá respuesta posible.. Es absurda. No se trata de que las preguntas metafísicas no sean verdaderas preguntas, pero no hay respuesta para ellas. Pueden ser resueltas, pero no respondidas.

Formulen preguntas personales, íntimas, existenciales. Uno debe estar consciente de lo que está realmente preguntando. ¿Se trata de algo realmente importante para ti?  Si obtienes respuesta, ¿se abrirá una nueva dimensión para ti? ¿Tu existencia obtendrá algo de ello, tu ser se transformará de alguna forma? Sólo estas preguntas son religiosas. 
 

La religión guarda relación con problemas, no con pregun-tas. Una pregunta puede surgir simplemente de la curiosidad, pero un problema es íntimo y personal. Te encuentras, compro-metido en él; el problema eres tú. Una pregunta se halla separada de ti; un, problema eres tú. Así, antes de preguntar algo, profundiza en ti y pregunta algo que sea íntimo y personal, algo en lo que te encuentres confundido, algo en lo que te halles comprometido. Sólo entonces podrás recibir ayuda. 
 

Cuando alguien alcanza la conciencia, la iluminación, queda totalmente fuera del dominio de la causa y el efecto. Se vuelve totalmente impredecible. Nada puedes decir a su respecto. Comienza a vivir cada momento; su existencia se vuelve atómica. Tu existencia es una cadena en la cual cada etapa se encuentra determinada por el pasado. Tu futuro no es un real futuro; es sólo un producto del pasado. Es el pasado el que determina, modela, formula y condiciona tu futuro. Es por eso que tu futuro es predecible.

Skinner afIrma que el hombre es tan predecible como cualquier otra cosa. La única dificultad consiste en que aún no se cuenta con medios como para conocer todo el pasado de un individuo. Si pudiéramos conocer su pasado, podríamos predecir todo su futuro. Dadas las personas con las que trabajó, Skinner tiene razón, pues todas eran totalmente predecibles. Ha experi-mentado con centenares de personas y ha encontrado que todas son seres mecánicos, que' no existe nada en su interior a lo que pueda Hamarse libertad.

Pero su estudio tiene limitaciones. Nunca llegó un Buda a su laboratorio para someterse a sus experimentos. Si sólo una persona es libre, si sólo una persona no es mecánica, no predecible, toda la teoría de Skinner se viene abajo. Si una persona en toda la historia de la humanidad es libre e. impredecible, significa que el hombre es potencialmente libre e impredecible.

La posibilidad de la libertad depende de si se destaca el cuerpo o la conciencia. Si sólo eres un flujo de vida hacia el exterior, todo estará determinado. ¿O también eres algo interno? No des ninguna respuesta preconcebida. No respondas "Yo soy el alma". Si sientes que no hay nada en tu interior, sé honesto respecto a eso. Esta hoqestidad será el primer paso hacia la libertad interna de la conciencia.

Si entras profundamente en ti, verás que todo es sólo parte de lo exterior. Tu cuerpo ha venido de fuera, tus pensamientos provienen de afuera; incluso tu personalidad te ha sido dada por otros.. Es por eso que temes tanto a la opinión de los demás: porque te controlan totalmente. En cualquier momento pueden cambiar la opinión que tienen de ti. Tu personalidad, tu cuerpo, tus pensamientos te han sido dados por otros; entonces, ¿qué hay adentro? Estás formado por capas y capas de acumulación de lo exterior. Si estás identificado con esta personalidad que proviene de los demás, todo se hallará determinado.

Toma conciencia de todo lo que proviene del exterior y no te identifiques con ello. Llegará entonces d momento en que lo exterior caiga por sí solo. Te encontrarás en un vacío. Este vacío es el pasadizo entre el exterior y el interior, la puerta.

Vuestras vidas, ¿están predestinadas o no lo están?

Este no es un problema personal, es una pregunta filosófica.

Nuestras vidas están predestinadas y no lo están. Sí y no. Y ambas respuestas resultan verdaderas para todas las interrogantes acerca de la vida. 
En cierto modo, todo se halla predeterminado. Todo lo que en ti es físico, todo lo que es material, todo lo que es mental, se halla predeterminado. Pero hay algo en ti que es siempre impredecible. Ese algo es tu conciencia.

Estarás determinado por la causa y el efecto en la misma proporción en que estés, identificado con tu cuerpo y con tu existencia material. En un extremo, eres una máquina. Pero si no te identificas con tu existenciá material, ni con el cuerpo ni con la mente -si te sientes separado, diferente, trascendente al cuerpo/mente-, en ese caso, esa conciencia trascendente no se halla predeterminada. Es espontánea, libre. Conciencia significa libertad; materia significa esclavitud. Así, entonces, depende de la forma en que te autodefines. Si dices.. “Soy sólo el cuerpo”, todo lo que guarde relación contigo estará totalmente determinado.

Una persona que afirme que somos sólo un cuerpo no puede decir que el hombre no se halla predeterminado. En general, los que no creen en la conciencia tampoco creen en la predetermi-nación; por otra parte, las personas religiosas que creen en la conciencia por lo general también creen En la predeterminación. Así que lo que digo puede parecer muy contradictorio. Pero así es, sin embargo.

Una persona que ha conocido la conciencia ha conocido la libertad. Por tanto, sólo una persona espiritual puede decir que la determinación no existe. Esta comprensión sólo viene cuando te des-identificas totalmente de tu cuerpo. Si te concibes sólo como existencia material, no tendrás libertad. Con la materia, la libertad no es posible. La materia significa: aquello que no puede ser libre. Debe seguir la cadena de la causa y el efecto.

Cuando alguien alcanza la conciencia, la iluminación, queda totalmente fuera del dominio de la causa y el efecto. Se vuelve totalmente impredecible. Nada puedes decir a su respecto. Comienza a vivir cada momento; su existencia se vuelve atómica.

Tu existencia es una cadena en la cual cada etapa se encuentra determinada por el pasado. Tu futuro no es un real futuro; es sólo un producto del pasado. Es el pasado el que determina, modela, formula y condiciona tu futuro. Es por eso que tu futuro es predecible.

Skinner afIrma que el hombre es tan predecible como cualquier otra cosa. La única dificultad consiste en que aún no se cuenta con medios como para conocer todo el pasado de un individuo. Si pudiéramos conocer su pasado, podríamos predecir todo su futuro. Dadas las personas con las que trabajó, Skinner tiene razón, pues todas eran totalmente predecibles. Ha experi-mentado con centenares de personas y ha encontrado que todas son seres mecánicos, que no existe nada en su interior a lo que pueda llamarse libertad.

Pero su estudio tiene limitaciones. Nunca llegó un Buda a su laboratorio para someterse a sus experimentos. Si sólo una persona es libre, si sólo una persona no es mecánica, no predecible, toda la teoría de Skinner se viene abajo. Si una persona en toda la historia de la humanidad es libre e impredecible, significa que el hombre es potencialmente libre e impredecible.

La posibilidad de la libertad depende de si se destaca el cuerpo o la conciencia. Si sólo eres un flujo de vida hacia el exterior, todo estará determinado. ¿O también eres algo interno? No des ninguna respuesta preconcebida. No respondas "Yo soy el alma". Si sientes que no hay nada en tu interior, sé honesto respecto a eso. Esta honestidad será el primer paso hacia la  libertad interna de la conciencia.

Si entras profundamente en ti, verás que todo es sólo parte de lo exterior. Tu cuerpo ha venido de fuera, tus pensamientos provienen de afuera; incluso tu personalidad te ha sido dada por otros. Es por eso que temes tanto a la opinión de los demás: porque te controlan totalmente. En cualquier momento pueden cambiar la opinión que tienen de ti. Tu personalidad, tu cuerpo, tus pensamientos te han sido dados por otros; entonces, ¿qué hay adentro? Estás formado por capas y capas de acumulación de lo exterior. Si estás identificado con esta personalidad que proviene de los demás, todo se hallará determinado.

Toma conciencia de todo lo que proviene del exterior y no te identifiques con ello. Llegará entonces d momento en que lo exterior caiga por sí solo. Te encontrarás en un vacío. Este vacío es el pasadizo entre el exterior y el interior, la puerta.

Tememos tanto al vado, tememos tanto al estar vacíos que nos aferramos a la acumulación de lo externo. Debemos tener el valor suficiente para des-identificarnos de la acumulación y permanecer en el vacío. Si no eres lo suficientemente valeroso, saldrás Y te colgarás de algo; serás entonces llenado por ese algo. Pero este momento en que permaneces en el vacío es de meditación. Si eres valeroso, si puedes permanecer en este momento, pronto todo tu ser se volverá automáticamente hacia adentro.

Cuando no hay nada exterior a lo cual apegarse, tu ser se vuelve hacia adentro. En ese momento te das cuenta por primera vez que eres algo que trasciende todo lo que has creído que eras. Ahora eres diferente del devenir; eres ser. El ser es libre; nada puede determinarlo. Es libertad absoluta. Ninguna cadena de causa y efecto resulta posible.

Tus acciones se relacionan a acciones pasadas. A creó una situación para que pudiera producirse B; B crea una situación en la que C florece. Tus actos se encuentran conectados con actos pasados, y esta situación se pierde interminablemente en el pasado y hacia el futuro. No sólo tus propios actos te determinan, sino que también los de tu padre y madre tienen continuidad con los tuyos. Tu sociedad, tu historia, todo lo que ha ocurrido antes, está de alguna forma relacionado con tu acto presente. Toda la historia ha florecido en ti.

Todo lo que alguna vez ha ocurrido guarda relación con tu acto; de modo que tu acto se encuentra, obviamente, determina-do. Es una parte tan minúscula de todo el panorama. La historia es una fuerza vital tan grande, y tu acto individual es una parte tan pequeña de ella.

Marx dijo: "No es la conciencia la que determina las condiciones de la sociedad. Es la sociedad y sus condiciones las que determinan la conciencia. No es que los grandes hombres sean los creadores de las grandes sociedades. Las grandes sociedades son las que crean grandes hombres". Y en cierto modo tiene razón, pues no eres tú quien origina tus propios actos. Toda la historia los ha determinado. Te limitas a llevarlos a cabo.

El proceso evolutivo entero se ha dado en la producción de tus células biológicas. Estas células que forman parte de ti pueden posteriormente pasar a formar parte de otra persona. Puedes creer que eres el padre, pero sólo has sido un eslabón al que toda la evolución biológica ha forzado a actuar. El acto de la procreación es así de imperioso porque se halla más allá de ti; es el proceso evolutivo completo actuando a través de ti.

Esta es una forma en la que los actos ocurren con relación a tros actos pasados. Pero cuando una persona se ilumina, cmienza a ocurrir un nuevo fenómeno. Sus actos ejan de estar conectados a los actos pasados. Todo acto guarda ahora solamente relación con su conciencia. Surge de su conciencia, no del pasado. Por esto una persona iluminada es impredeci-ble.

Skinner afirma que puede determinar lo que harás, con la condición de conocer tus actos pasados. Dice que el viejo proverbio "Puedes llevar a un caballo hacia el agua, pero no puedes forzarlo a beber", es falso. Puedes forzarlo. Puedes crear una atmósfera tal que el caballo se vea obligado a beber. El caballo puede ser forzado y tú también, pues tus actos surgen de situaciones, de circunstancias. Pero aun cuando puedas llevar a un Buda al río, no podrás forzarlo a beber. Mientras más lo fuerces, más imposible te resultará. El calor, por intenso que fuere, no lo hará beber. Ni siquiera mil soles irradiando sobre él darán resultado. El origen de los actos de un Buda es diferente. No guarda relación con otros actos; guarda relación con la con-ciencia.

Es por eso que insisto en que actúen conscientemente. Entonces, cada uno de sus actos no será la continuación de otros actos. Son libres. Ahora eres tú quien actúa, y nadie podrá decir cómo lo harás.

Los hábitos son mecánicos; se repiten. Mientras más repites algo, mayor eficiencia logras. La eficiencia implica que la conciencia ya no es necesaria. Si una persona es un dactilógrafo eficiente, eso implica que no necesita esforzarse; puede realizar su trabajo en forma inconsciente. Incluso puede pensar en otras cosas mientras trabaja. El cuerpo trabaja; el hombre es innece-sario. Eficiencia significa que lo que se hace es tan certero que es imposible realizar errores. Con la libertad siempre cabe el error. Una máquina no puede cometer errores. Para cometerlos, debemos ser conscientes.

Así entonces, tus actos tienen estrecha relación con tus actos anteriores. Se encuentran determinados. Tu niñez deter-mina tu juventud; tu juventud determina tu vejez. Tu nacimiento determina tu muerte; todo está determinado. Buda solía decir: "Proporcionen la causa, y aparecerá el efecto". Este es el mundo de la causa y el efecto, en el cual todo se encuentra determinado.

Si actúas con total conciencia, se producirá una situación totalmente diferente. Todo ocurrirá de momento a momento. La conciencia es un flujo; no es estática. Es la vida misma, de modo que cambia. Está viva. Se expande todo el tiempo; se renueva, se refresca, rejuvenece. Entonces, tus actos serán espontáneos.

Recuerdo una historia Zen. Un maestro Zen formuló a su discípulo una pregunta determinada. La pregunta fue respondida tal como debía serlo. Al día siguiente, el maestro formuló exactamente la misma pregunta. El discípulo respondió: "Pero contesté esta pregunta ayer".

El maestro dijo: "Ahora te pregunto de nuevo". El discípulo repitió la misma respuesta. El maestro respondió: " ¡No sabes! ".

El discípulo dijo: "Pero ayer respondí de la misma forma y usted asintió con la cabeza. Por lo tanto, yo entendí que la respuesta era correcta. ¿Por qué ha cambiado ahora de opi-nión ? "

Respondió el maestro: "Cualquier cosa que pueda repetirse no proviene de ti. La respuesta viene de tu memoria, no de tu  conciencia. Si realmente supieras, la respuesta habría sido diferente, pues son tantas las cosas que han cambiado. Yo no soy la misma persona que ayer te formuló esta pregunta. La situación completa es diferente. Tú también has cambiado, pero la respuesta es la misma. Tuve que repetir la pregunta, solamente para ver si ibas a repetir la respuesta. Nada puede repetirse".

Mientras más vivo estés, menos repetitivo serás. Sólo un muerto puede ser consistente. La vida es inconsistente; la vida es libertad. La libertad no puede ser consistente. ¿Consistente con qué? Sólo puedes ser consistente con el pasado.

Una persona iluminada es consistente sólo en su conciencia; nunca es consistente con su pasado. Está totalmente involucrado en el acto. Nada queda atrás; nada queda afuera. Al minuto siguiente el acto termina y su conciencia está fresca nuevamente. La conciencia estará allí cuandoquiera que se produzca una situación, pero cada acto será realizado en total libertad, como si fuese la primera vez que este hombre se encuentra en esta situación específica.

Es por eso que contesté sí y no a tu pregunta. Depende de ti: depende de si eres conciencia o si eres una acumulación, una existencia corpórea.

La religión libera porque la religión da la conciencia. Mientras más sepa la ciencia acerca de la materia, más será esclavizado el mundo. El fenómeno de la materia es el de causa y efecto. Si sabes que dado "esto", ocurre "eso", todo puede ser determinado.

Antes que termine este siglo, veremos cómo el curso entero de la humanidad será determinado de muchas maneras. La mayor calamidad que puede ocurrir no es la guerra nuclear. Eso sólo puede destruir. La verdadera calamidad vendrá de las ciencias 
psicológicas. Aprenderán la forma de controlar totalmente a un ser humano. Dado que no somos conscientes, se nos puede hacer actuar de formas preestablecidas.

Tal como estamos, todo lo que somos se halla determinado. Alguien es hindú; otro es mahometano. Esto es predetermina-ción, no libertad. Los padres han decidido; la sociedad está decidiendo. Alguien es médico y otro es ingeniero. Ahora su conducta se halla determinada.

Ya en la actualidad se nos está controlando constantemente, y nuestros métodos son aún bastante primitivos. Las técnicas que tendremos podrán determinar nuestra conducta en tal grado que nadie será capaz de decir que el alma existe. Si, todas tus respuestas se hallan determinadas, ¿cuál es el sentido del alma?

Tus respuestas pueden determinarse a través de la química del cuerpo. Si te dan alcohol, te comportas de otra forma. La química de tu cuerpo es diferente, así que te comportas en forma diferente. En un tiempo, la suprema técnica del tantra consistía en ingerir tóxicos y permanecer consciente. Sólo si una persona permanecía consciente cuando todo indicaba que debía estar inconsciente: sólo entonces el tantra reconocía que el hombre estaba iluminado.

Si la química del cuerpo puede modificar tu conciencia, ¿cuál es entonces el sentido de la conciencia? Si una inyección puede sumirte en la inconsciencia, ¿qué sentido tiene? La droga química que la inyección contiene es, entonces, más poderosa que tu propia conciencia. El tantra afirma que es posible trascender toda sustancia intoxicante y permanecer consciente. Se ha dado el estímulo, pero la respuesta no aparece.

El sexo es un fenómeno químico. Una cantidad determinada de cierta hormona crea el deseo sexual. Te transformas en el deseo. Puede que te arrepientas cuando la química de tu cuerpo se haya regularizado, pero no tiene sentido que lo hagas. Cuando aparezcan nuevamente las hormonas, actuarás de la misma forma. Así, por tanto, el tantra también ha experimentado con el sexo. Si no sientes deseo sexual en una situación totalmente sexuali-zada, eres libre. La química corporal ha sido dejada muy atrás. El cuerpo está allí, pero tú no estás en el cuerpo.

La ira también es mera química. Los bioquímicos pronto podrán impermeabilizarte a la ira o al sexo. Pero no serás un Buda. Buda no era incapaz de éxperimentar ira. Era capaz de ello, pero el efecto de experimentar la ira no aparecía.

Si la química de tu cuerpo es controlada, serás incapaz de enojarte. La condición química que te hace sentir enojado no estará allí, así que el efecto de la ira támpoco aparecerá. O bien, si las hormonas sexuales son expulsadas de tu cuerpo, no experimentarás el sexo. Pero lo realmente importante no es si eres sexual o no lo eres, si experimentas ira o no. Lo importante es cómo permanecer consciente en una situación que exige tu inconsciencia. ¿Cómo estar consciente en; una situadon que sólo ocurre en medio de la inconciencia?.

Cuandoquiera que se presente tal situación, medita en ella.  Se te presenta una gran oportunidad. Si sientes celos, medita en ello. Este es el momento oportuno, La química de tu cuerpo te está influyendo por dentro. Te hará inconsciente; te hará comportarte como un loco. Ahora, sé consciente. Permite que los celos se manifiesten no los reprimas, pero permanece consciente; sé un testigo frente a esto.

Si la ira aparece sé testigo de ella; si aparece el sexo, sé un testigo frente a él. Permite que todo lo que está ocurriendo en tu interior se manifieste. y comienza a meditar e n la situación completa. Y mientras más se profundice tu conciencia serán cada vez menos las posibilidades de que tu conducta te sea determinada. Te liberas. El moksha, la libertad. no significa otra cosa. Sólo se refiere a una conciencia que es tan libre que nada puede ahora determinarla.

¿ Qué es el divino amor? ¿ Cómo experimenta el amor unapersona iluminada?

Primero consideremos la pregunta misma. Debes haber estado esperando para formularla. No puede haberte venido a la cabeza en este preciso momento; debes haberla elegido por adelantado. Era una pregunta que esperaba; te estaba forzando a formularla. Tu memoria ha determinado el que preguntes, no tu conciencia. Si estuvieses consciente en este preciso momento, si estuvieses en este ahora, esta pregunta no habría aparecido, si hubieses estado escuchando lo que he dicho, hubiese sido imposible que esta pregunta se produjera.

Si la pregunta ha estado presente en ti, es imposible que hayas escuchado nada de lo que he dicho. Una pregunta que está constantemente presente en la mente produce tensión, y esta tensión impide que estés aquí. Por esto tu conciencia no puede actuar con libertad. Si comprendes esto, podremos responder tu pregunta.

La pregunta en sí es buena, pero la mente que ha estado pensando en ella se encuentra enferma. La conciencia debe estar presente en todo momento; no sólo en los actos sino también en las preguntas, en todo gesto. Si levanto el dedo, puede que sólo se trate de un hábito. En ese caso, no soy el amo de mi cuerpo. Pero si es la expresión espontánea de algo que en este preciso instante se encuentra presente en mi conciencia, toda la situación cambia.

Todos los gestos de un predicador cristiano se hallan predeterminados. Se los han enseñado. Una vez estuve en una escuela teológica cristiana. Después de permanecer cinco años en esta escuela, te transformas en un doctor en divinidad. ¡Absur-do! ¡Un doctor en divinidad es una completa idiotez! Se les entrenaba en todo: cómo pararse en el púlpito, cómo comenzar el servicio, cómo cantar el himno, cómo mirar al auditorio, dónde detenerse y dónde dejar una pausa o in tervalo. ¡Todo! Esta necedad no debe ocurrir. Es una gran desgracia.

Así entonces, debes estar en el momento. No decidas nada por anticipado. Toma conciencia de que la pregunta está presente en ti, de que golpea la puerta de tu mente continuamente. No me estabas escuchando en absoluto; ¡sólo por esta pregunta! Y cuando comienzo a hablar acerca de tu pregunta, tu mente creará otra pregunta. Te equivocarás nuevamente. Lo que estoy dicien-do no te sirve sólo a tí. Vale para todos.

Ahora la pregunta.

Cuandoquiera que el amor existe es divino, de modo que hablar de "amor divino" no, tiene sentido. El amor es siempre divino. Pero la mente está llena de trucos. Dice: "Sabemos lo que el amor es. Es sólo que no sabemos lo que es el amor divino". Pero ni siquiera conocemos el amor. Es una de las cosas más desconocidas. Es mucho lo que se habla acerca de él, pero nunca se le vive. Este es un truco de la mente. Hablamos acerca de lo que no podemos vivir.

La literatura, la música, la poesía, la danza... todo gira en torno al amor. Si ¡el amor estuviese realmente presente, no hablaríamos tanto acerca de él. Lo mucho que hablamos acerca del amor demuestra que el amor no está presente. Hablar acerca de cosas que no están es un sustituto. Al hablar, al utilizar el lenguaje, los símbolos, el arte, creamos la ilusión de que la cosa está presente. Aquel que nunca ha conocido el amor puede escribir una mejor poesía acerca de él que uno que lo ha conocido realmente, pues tiene un vacío mucho más profundo. Debe llenarlo. Debe crear algo que sustituya al amor.

Es mejor comprender primero lo que es el amor, porque cuando preguntas acerca del amor divino se subentiende que conoces el amor. Pero no es así. Lo que se conoce con el nombre de amor es otra cosa. Debe conocerse lo falso antes de dar pasos hacia lo real, lo verdadero.

Lo que llamamos amor es sólo apasionamiento. Comienzas a amar a alguien. Si ese alguien llega a ser totalmente tuyo, el amor pronto morirá; pero si se presentan obstáculos, si no puedes tener a la persona que amas, el amor se hará más intenso. Mientras más obstáculos existan, más intensamente será experimentado el amor. Si el ser amado es inaccesible, el amor se vuelve eterno; pero si puedes alcanzar fácilmente a tu ser amado, el amor morirá con igual facilidad. 
 

Cuando tratas de obtener algo sin lograrlo, el deseo de obtenerlo se vuelve más intenso. Mientras más dificultades se presenten, más sentirá tu ego que es necesario hacer algo. Se transforma en un problema del ego. A mayor dificultad, mayor es la tensión que experimentas, y más te apasionas. A esta tensión la llamas amor. Por esto el amor está viejo una vez que se acaba la luna de miel. Aun antes de eso. Lo que conociste con el nombre de amor no lo era. Era sólo una pasión del ego, una tensión del ego: una lucha, un conflicto.

Las antiguas sociedades humanas eran muy astutas. Crearon métodos para que el amor fuera duradero. La pasión y la tensión se presentarán si a un hombre se le dificulta el ver a su esposa por largo tiempo. Con este sistema, un hombre puede permanecer toda su vida al lado de una esposa.

Sin embargo, en el Occidente actual, el matrimonio ya no puede existir. No se trata de que la mente occidental sea más sexualizada. Lo que ocurre es que ahora no se permite que el apasionamiento se acumule. El sexo se puede obtener con tanta facilidad que el matnmonio no puede existir. Tampoco el amor puede existir con una libertad de este tipo. Si una sociedad es totalmente libre respecto al sexo, sólo el sexo podrá existir.

El aburrimiento es la otra cara del apasionamiento. Si amas a alguien y no puedes conseguirlo, el apasionamiento se profundi-za; pero si lo consigues para ti, comienzas a aburrirte, a hastiarte. Existe mucha dualidad es: apasionamiento/aburrimiento, amor/odio, atracción/repulsión. Con el apasionamiento sientes atracción, amor; con el aburrimiento sientes repulsión, odio.

Ningún tipo de atracción puede ser amor real, pues la repulsión aparecerá necesariamente. Está en la naturaleza misma de las cosas el que aparezca el otro lado de la polaridad. Si no deseas que aparezca el contrario, deberás crear barreras para que el apasionamiento, nunca termine; debes producir tensiones diariamente. Entonces la pasión se prolonga. Esta finalidad tenía el antiguo sistema de crear obstáculos para alcanzar el amor.

Pero pronto esto ya no será posible. Entonces, morirá el matrimonio y también el amor. Desaparecerá en el trasfondo. Sólo permanecerá el sexo. Pero el sexo no puede permanecer por sí solo; se vuelve demasiado mecánico. Nietzsche declaró que Dios estaba muerto. Lo que realmente va a morir en este siglo es el sexo. No quiero decir que la gente vaya a dejarlo. La gente seguirá siendo sexual, pero desaparecerá el énfasis excesivo que se le ha dado al sexo. El sexo se transformará en un acto tan corriente como cualquier otro: orinar, comer o algo por el estilo. No será significativo. Son las barreras que lo rodean  las que lo  han vuelto significativo. 
 

Lo que han llamado amor no es amor. Es sólo sexo aplazado. Entonces, ¿qué es el amor? El amor no guarda ninguna relación con el sexo. El sexo puede acompañar al amor o puede no hacerla; pero en realidad, no guardan ninguna relación entre sí. Son cosas totalmente diferentes.

En mi opinión, el amor es un producto lateral de una mente meditativa. No guarda relación con el sexo; guarda relación con la meditación, dhyana. Mientras más silencioso te vuelvas, más estarás a gusto contigo mismo, más pleno te sentirás y más aparecerá una nueva expresión de tu ser. Comenzarás a amar. A nadie en particular. Puede que ocurra con una persona determinada, pero ese es otro asunto. Comienzas a amar. Este amor se transforma en tu forma de vida. Nunca podrá transformarse en repulsión, pues no se trata de una atracción.

Deben comprender claramente la diferencia. En general, cuando te enamoras de alguien, la sensación de fondo consiste en determinar cómo obtener el amor de esta persona. No, es que tu amor fluya hacia esa persona. Más bien, se trata de una expectativa de que el amor fluya desde ella hacia ti. Es por eso que el amor se vuelve posesivo. Posees a alguien, de modo de poder obtener algo de él. Sin embargo, el amor del que hablo ni es posesivo ni incluye expectativas. Es simplemente la forma como te comportas. Te has vuelto tan silencioso, amas en tal grado, que tu silencio va ahora hacia los demás.

Cuando sientes rabia, tu rabia va hacia los demás. Cuando odias, tu odio llega a los demás. Cuando amas, sientes que tu amor fluye hacia los demás, pero no eres confiable. En un momento habrá amor y al siguiente habrá odio. El odio no es lo contrario del amor; ambos forman parte de un continuo.

Si has amado a alguien, luego lo odiarás. Puede que no te atrevas a admitirlo, pero lo odiarás. Los amantes siempre están en conflicto cuando están juntos. Puede que el uno entone canciones de amor para el otro cuando se separan, pero cuando están juntos, están siempre peleando. No pueden vivir solos y tampoco pueden vivir juntos. Cuando el otro no está, surge la pasión; reaparece el amor mutuo. Pero cuando el otro vuelve, la pasión se va y reaparece el odio.

El amor del que hablo implica que te has silenciado en tal grado que ahora no hay ira ni atracción ni repulsión. En realidad, ahora no hay ni amor ni odio. No estás en absoluto orientado hacia el otro. El otro ha desaparecido; te encuentras solo contigo mismo. En este sentimiento de soledad, el amor viene a ti como una fragancia.

Es siempre feo pedirle al otro que te ame. Depender del otro, pedirle algo, siempre crea esclavitud, sufrimiento, conflicto. Una persona debiera ser autosuficiente. Lo que yo llamo meditación es un estado de existencia en el que una persona es autosuficiente. Tú solo te transformas en un círculo. El mandala está completo.

Tratas de completar el mandala con otras personas: un hombre con una mujer, una mujer con un hombre. En ciertos momentos las líneas se encuentran; sin embargo, casi antes del encuentro se inicia la separación. El amor solamente florecerá en ti si te transformas en un círculo perfecto -entero, autosuficien-te-. Entonces amarás a lo que sea que se te acerque. No es en lo absoluto un acto; no es algo que haces. Tu ser mismo, tu presencia misma, es amor. El amor fluye á través de ti.

Si a alguien que haya alcanzado este estado le preguntas: "¿Me amas? ", le será difícil responderte. No puede decir: "Te amo", porque no es un acto de su parte; no es un hacer y tampoco puede decir: "No te amo", pues él ama. En realidad, él es amor.

Este amor sólo surge con la libertad de la que he estado hablando. El sentimiento que tú tienes es de libertad, y lo que los demás perciben en ti es el amor. Cuando la meditación ocurre en tu interior, te sientes totalmente libre. Esta libertad es un sentimiento interno; los demás no pueden captarlo.

Puede que tu conducta les produzca dificultades a los demás, porque no podrán entender lo que te ha pasado. En cierto modo, serás un problema para ellos, una molestia, pues no podrán predecir tus actos. Ahora no sabrán nada de ti. ¿Cuál será la próxima cosa que hagas? ¿ Qué vas a decir? Nadie puede saberlo. Todos los que te rodeen se sentirán incómodos. Nunca podrán estar tranquilos contigo porque eres capaz de hacer cualquier cosa; no estás muerto.

No podrán percibir tu libertad porque- no han conocido nada que se le parezca. Ni siquiera la han buscado; no la han deseado. Se encuentran tan esclavizados que ni siquiera pueden imaginarse lo que es la libertad. Han vivido en una jaula, no han conocido el cielo abierto; así entonces, aún si les hablas acerca de la inmensidad del cielo no podrás comunicárselos. Pero podrán sentir tu amor, porque han buscado el amor. Aun en sus jaulas, en su esclavitud, han buscado el amor. Han creado esa esclavitud -esclavitud con personas, con cosas- sólo porque buscaban el amor.

Así, cuandoquiera que una persona se libera, los demás sienten su amor. Pero lo percibirán como compasión, no como amor, pues no implicará excitación. Será algo muy difuso –no tendrá calor, ni siquiera tibiéza-. No será algo excitante. Está ahí, eso es todo. La excitación viene y va, no puede ser constante; por tanto, si el amor de Buda incluye excitación, Buda también tendrá que odiar. Por tanto, no habrá excitación. No habrá ni cimas ni valles. El amor sólo estará allí. Lo sentirás como karuna, compasión.

La libertad no puede ser captada desde el exterior; sólo el amor puede serlo. Y eso también, sólo como compasión. Este ha sido uno de los fenómenos más conflictivos en la historia humana. La libertad de un ser iluminado crea incomodidad, y su amor es la compasión. Es por eso que la sociedad siempre se divide frente a estas personas.

Existen aquellos que sólo han sentido la incomodidad que un Cristo produce. Estas son las que se hallan bien establecidas. No necesitan compasión. Creen tener amor, salud, riqueza, respeto, todo. Cristo aparece y "los que tienen" estarán contra él pues les producirá incomodidad, mientras que "los que no tienen" estarán con él pues sentirán su compasión. Necesitan amor. Nadie los ha amado, pero este hombre los ama. No sentirán incomodidad en presencia de Cristo, pues no tienen nada que temer, nada que perder.

Cuando un Cristo muere todo el mundo sentirá su compa-sión, pues ahora no está la incomodidad. Incluso los "bien establecidos" estarán tranquilos; lo adorarán. Pero en vida, será un rebelde. Y es un rebélde porque es libre.

No es un rebelde debido a que la sociedad tenga algo malo. Este tipo de rebeldía, es sólo de tipo político. Si la sociedad cambia, aquél que era rebelde será ahora ortodoxo. Esto ocurrió en 1917. Los grupos revolucionarios se transformaron en las pandillas más antirrevolucionarias del mundo. Apenas hombres como Stalin o Mao llegan al poder, se transforman en los líderes más extremadamente antirrevolucionarios, pues no son verdade-ros rebeldes. Sólo se están rebelando frente a una situación particular. Una vez que logran modificar esa situación, se vuelven iguales a los que quisieron derrocar.

Pero un Cristo es siempre rebelde. Ninguna situación va a modificar su rebeldía, pues su rebeldía no se dirige en contra de nadie. Su rebeldía se origina en la, libertad de su conciencia. Dondequiera que sienta un obstáculo, se sentirá rebelde. Su espíritu es la rebelión. Así que si Jesús viene en nuestros días, los cristianos no se sentirán a gusto con él. Ellos forman ahora parte de lo establecido; se encuentran satisfechos. Si Jesús va nueva-mente al mercado, destruirá todo lo que tienen. El Vaticano y la Iglesia no son posibles con Jesús. Sólo pueden existir si Jesús no está.

Todo maestro que alcanza la iluminación es rebelde, pero la tradición que le sigue nunca lo es. No guarda relación con su rebelión, con su libertad, sino sólo con su compasión, con su amor. Y entonces, la tradición se vuelve impotente. EI amor no puede existir sin libertad, sin rebelión.

No puedes amar tanto como un Buda a menos que seas tan libre como él. Un monje budista sólo trata de ser compasivo. La compasión es estéril, porque la libertad no está presente. La  libertad es la fuente. Mahavir es compasivo, pero un monje jain no es compasivo en absoluto. Sólo actúa en forma no violenta Y compasiva; no es realmente compasivo. Es astuto. Aun en su compasión y en su exhibición de ella, es astuto. No hay compasión, pues la libertad está ausente.

Cuandoquiera que aparece la libertad en la conciencia humana, la libertad es la sensación interna Y el amor es lo que se percibe desde afuera. En este amor, en esta compasión, el amor y el odio están ausentes. La dualidad desaparece; no hay ni atracción ni repulsión.

Así, depende de ti si puedes o no tomar el amor de una persona que ama y es libre. No depende de mí cuánto amor pueda darles; todo depende de cuánto amor puedan recibir. En general, el amor depende de la persona que lo da. Puede dar amor o puede no darlo. Pero el amor del que hablo no depende del que lo da. Se encuentra totalmente abierto, pródigo en todo momento. Aun cuando nadie se encuentre presente, el amor fluye.

Es igual que una flor en el desierto. Puede que nadie sepa que ha florecido Y que despide su perfume, pero la fragancia está de todas maneras. El perfume no emana para alguien en especial; sólo emana. La flor se ha abierto Y la fragancia aparece. El que alguien pase o no por los alrededores no tiene importancia. Si alguien pasa Y es sensible al perfume, podrá recibirlo. Pero si está totalmente muerto, insensible; puede que ni siquiera se dé cuenta de que hay una flor en los alrededores.

Cuando el amor aparece, depende de ti que lo recibas o no. Sólo cuando el amor no está puede el otro dártelo o rehusártelo. Con el amor, con la compasión, no existe separación entre lo que es divino y lo que no lo es. El amor es divino. Dios es amor.



CONSCIENCIA: LA PUERTA HACIA EL EDÉN :

Crear el fuego de la consciencia en uno mismo es dhoop,el incienso.

Para la filosofía, son muchos los problemas; infinitos.  Pero para la religión sólo existe un problema, y ese problema es el hombre en sí mismo.  No es que el hombre tenga problemas, sino que el hombre mismo es el problema.  Y ¿por qué es el hombre el problema? 
Los animales no tienen problemas.  Son tan inconscientes, tan dichosamente inconscientes, tan ignorantes, que no existe la posibilidad de la existencia de conciencia alguna sobre los problemas.  Los problemas existen, pero los animales no son conscientes. No hay problema para los dioses, porque ellos son totalmente conscientes. Cuando la mente es totalmente consciente, los problemas sencillamente desaparecen como la oscuridad.  Pero para el hombre existe la angustia.  La misma existencia del hombre, su mismo ser, es un problema porque el hombre existe entre esos dos espacios: el reino de los animales y el reino de los dioses.

El hombre existe como un puente entre dos infinitos: el infinito de la ignorancia y el infinito de la sabiduría.  El hombre ni es animal, ni es divino.  O bien, el hombre es ambas cosas, animal y divino.  Ese es el problema.  El hombre es un ser inacabado, es algo incompleto, algo por terminar, un proyecto, no una realidad. 
Los animales poseen un “ser”.  El hombre es un proyecto. No “es”; solamente es un proyecto. El hombre es un proceso. El proceso está incompleto.  Ha abandonado el mundo de la ignorancia y todavía no ha alcanzado el mundo de la sabiduría. El hombre está entre dos aguas.  Eso crea el problema, la tensión, la angustia y el conflicto constante. 
Solamente hay dos formas de estar en paz, de estar sin problemas: una es retroceder, volver atrás, regresar al mundo de los animales; la otra es trascender, ir hacia delante y ser una parte del Divino Ser.  Ser o animales o dioses; esas son las dos alternativas. 
Retroceder es fácil, pero es algo temporal porque una vez que has crecido no puedes retroceder de forma permanente.  Puedes regresar por un instante, pero luego eres lanzado de nuevo hacia delante porque realmente no existe el camino para regresar.  No hay ninguna posibilidad real de retroceder.  No puedes ser un niño de nuevo si ya te has convertido en un adolescente, y tú no puedes ser otra vez un adolescente si ya te has vuelto viejo.  Si sabes algo, no puedes retroceder al estado en que estabas cuando eras ignorante.  No puedes retroceder, pero por un instante puedes olvidarte del presente y liberar el pasado en tu memoria, en tu mente. 
De este modo el hombre puede regresar al estado animal.  Es algo dichoso, pero temporal.  Esta es la razón por la que los intoxicantes, las drogas, el alcohol, tienen de atractivo.  Cuando te quedas inconsciente mediante algún químico, has vuelto atrás por un instante.  En ese momento dejas de ser un hombre, dejas de ser un problema.  De nuevo eres parte del mundo animal, de la existencia inconsciente.  Entonces no eres un hombre; por eso tienes problemas.

La Humanidad ha estado constantemente buscando cosas, desde el sonna rasa, al LSD para poder olvidar, para regresar, para ser simplemente un niño, para recuperar la inocencia animal, para no tener problemas.  O sea, para carecer de humanidad, porque, para mí, humanidad significa ser un problema.  Este retroceso, esta regresión, es posible, pero sólo temporalmente.  Tendrás que volver otra vez, serás de nuevo un hombre y habrá los mismos problemas aguardándote.   En realidad se habrán agudizado.  Tu ausencia no va a disolverlos.  Se habrán vuelto más complicados y complejos.  Así se crea un círculo vicioso. 
Cuando estás de vuelta y eres consciente tienes que afrontar problemas que se han complicado debido a tu ausencia.  Se han multiplicado.  Y así has de olvidarte de ti mismo una y otra vez, y cada vez que te olvidas y regresas, tus problemas se han acrecentado.  Tendrás que enfrentarte a tu humanidad una y otra vez.  Uno no puede escapar de este modo.  Uno puede engañarse, pero no puede escapar de ese modo. 
La otra alternativa es ardua.  Es crecer hasta llegar a ser un “Ser”.  Cuando digo “regresar”, quiero decir volver a ser inconsciente, perder la poca consciencia que tenemos.  Cuando digo, “ser un Ser”, quiero decir, perder la inconsciencia y ser totalmente consciente.

Tal como somos, solamente una parte de nosotros es consciente, un diminuto fragmento del Ser es consciente y el continente restante es pura oscuridad.  Una pequeña isla es consciente, y todo el continente, la tierra firme está a oscuras.  Cuando esta islita también se queda a oscuras, has vuelto atrás, has retrocedido.  Esta ignorancia es dichosa porque entonces no eres consciente de los problemas. Los problemas están ahí, pero no eres consciente de ellos.  De modo que, para ti, parece que no existen los problemas.  Es el método del avestruz: cierras tus ojos y tu enemigo desaparece solamente porque no puedes verlo.  Esta lógica infantil, juvenil, dice que cuando no alcanzas a ver algo, esto deja de ser real.  A menos que veas algo, esto no existe.  ¡De modo que si no eres capaz de percibir los problemas, estos no existen! 
Cuando digo “ser un Ser”, “trascender la humanidad”, “volverse divino”, quiero decir ser totalmente consciente, ser no sólo una isla, sino todo el continente.  Esta consciencia también te llevará más allá de los problemas porque los problemas existen básicamente en función de ti.  Los problemas no son realidades objetivas; son fenómenos subjetivos. ¡Tú creas tus problemas!  ¡Y a menos que seas transformado, seguirás creando problema!  Resuelves uno y, en realidad, al solucionar ese uno creas muchos otros porque tú permaneces siendo el mismo.  Los problemas no son algo objetivo.  Son parte de ti.  Debido a que eres de cierto modo, creas determinados problemas.

La ciencia trata de resolver los problemas objetivamente y opina que si no existieran los problemas el hombre estaría en paz.  Los problemas podrán ser resueltos objetivamente, pero el hombre no estará en paz, porque el hombre es en sí mismo el problema. Si soluciona algún problema, crea otros.  El es el que los crea.  Si creas una sociedad mejor, los problemas cambiarán, pero los problemas seguirán.  Si se consigue un nivel de salud mejor, un sistema médico mas eficiente, los problemas serán otros, pero los problemas seguirán. 
Cuantitativamente habrán tantos problemas como siempre, porque el hombre permanece siendo el mismo, solamente son las situaciones las que cambian.  Cambias de situaciones; los antiguos problemas desaparecerán pero surgirán nuevos problemas.  Y los nuevos problemas son más graves que los viejos problemas porque tú ya te habías acostumbrado a los viejos problemas.  Con los nuevos problemas te sientes más incómodo.  Por eso, hoy en día, hemos alterado por completo nuestro entorno, pero los problemas siguen ahí, peores, creando aún más angustia. 
Esa es la diferencia entre religión y ciencia.  La ciencia cree que los problemas son objetivos, que provienen de alguna parte en el exterior, que pueden ser cambiados sin que tú cambies.  La religión cree que los problemas están en el interior, en mí, o mejor, que yo soy el problema. A  menos que yo cambie, nada será distinto.  Las apariencias cambiarán, los hombres serán diferentes, pero la substancia seguirá siendo la misma.  Crearé otro mundo de problemas.  Seguiré proyectando nuevos problemas.

Este hombre, inconsciente de su propio ser, inconsciente de sí mismo, es el creador de los problemas.  Sin saber quién es, qué es, con un desconocimiento absoluto de sí mismo, sigue generando problemas porque, a no ser que te conozcas a ti mismo no puedes saber para qué estás viviendo y existiendo.  No puedes saber adónde has de ir, no puedes saber cuál es tu destino, y nunca podrás percibir cuál es el sentido.  Seguirás haciendo muchas cosas, pero todo te conducirá, en último término, a la frustración.  Porque si haces algo sin saber por qué existes, sin saber qué es lo que eres, eso no te va a proporcionar satisfacción alguna. Carecerá se sentido.  Has errado el objetivo, tu esfuerzo será desperdiciado y al final todo el mundo se sentirá frustrado.  Los que alcanzan el éxito se sienten más frustrados que los que no lo alcanzan porque los que no lo alcanzan pueden seguir albergando esperanzas.  Pero aquellos que tienen éxito no poseen ni esperanzas.  Su caso no tiene solución.  Por eso digo que no hay fracaso tan grande como el éxito.

La religión piensa en términos subjetivos, en términos objetivos: “Cambia la situación no al hombre”. La religión dice: Cambia al hombre; la situación es irrelevante”.  Sea cual sea la situación, una mente distinta, un ser transformado se sitúa más allá de los problemas.  Por eso Buda puede estar en absoluta paz viviendo como un mendigo y un Midas no puede vivir tranquilo ni poseyendo el milagro alquímico: toque lo que toque se transforma en oro.  La situación con Midas se ha vuelto dorada; todo lo que toca se convierte en oro. Pero esto no cambia nada, al contrario, Midas se encuentra en una situación más complicada. 
Nuestro mundo ha creado, mediante la ciencia, una situación como la de Midas.  Todo lo que tocamos se convierte en oro. Un Buda, viviendo como un mendigo, se encuentra en una paz y en un silencio tan absoluto que los emperadores se sienten celosos de él.  ¿Cuál es el secreto?  El énfasis en el hombre, en el interior del hombre, es lo importante, no la situación.  Debes pues cambiar el interior del hombre.  Y solamente hay un cambio posible.  Si creces en consciencia, cambias, mutas.  Si disminuyes tu consciencia, también cambias, mutas.  Pero si tu consciencia es disminuida retrocedes hacia el mundo animal.  Si tu consciencia es incrementada, asciendes hacia el mundo de los dioses.

Este es el único problema para la religión: cómo incrementar la consciencia.  Por eso las religiones han estado en contra de las drogas desde siempre.  La razón no es moral ni ética, ¡no!  Y los llamados puritanos moralistas le han dado un tinte equivocado a todo el asunto.  Para la religión no es una cuestión de moralidad el que alguien ingiera drogas.  No es una cuestión concerniente a la moralidad porque la moralidad sólo aparecen en escena cuando yo entro en contacto con alguien más.  Si bebo alcohol y caigo inconsciente, no es asunto de nadie más.  Estoy haciendo algo conmigo mismo.  La violencia concierne a la moralidad, no al alcohol.  Si prometo encontrarme contigo a una hora determinada y no acudo, es inmoral, porque hay alguien más implicado.  El alcohol concierne a la moral solamente si implica a alguien más; sino, no es una cuestión moral en absoluto.  Es algo que haces contigo mismo.  Para las religiones éste no es un tema de moralidad.  Para las religiones existe un tema más profundo: la cuestión de incrementar o disminuir la consciencia.

Una vez adquieres el hábito de sumergirte en la inconsciencia, será más y más difícil incrementar tu consciencia.  Será más y más difícil, porque tu cuerpo será incapaz de sostenerte en un estado de consciencia incrementada.  Te ayudará a mantenerte inconsciente.  No te ayudará a ser consciente.  Y cualquier cosa que se convierta en una barrera en la adquisición de consciencia es un problema religioso, no un problema moral. 
Por eso, a veces sucede que puedes encontrar que un alcohólico sea una persona de mayor moralidad que un no-alcohólico, pero nunca será una persona más religiosa.  Un alcohólico puede ser más compasivo que un no-alcohólico, puede ser más tierno que un no-alcohólico, puede que sea más honesto, pero nunca más religioso.  Y cuando digo “no será nunca más religioso”, quiero decir que “no será nunca una persona más consciente y despierta”.  Este crecimiento en consciencia provoca angustia. 
Sería adecuado comprender la antigua historia bíblica de Adán y Eva.  Fueron expulsados del Paraíso; fueron expulsados del Jardín del Edén.  Es una historia profundamente psicológica.  Dios les permitía comer cualquier fruto excepto uno.  Había un árbol que no debía ser tocado y ése era el Árbol del Conocimiento.  ¡Es algo extraño ver a Dios prohibiendo a sus criaturas comer el fruto del Árbol del Conocimiento!  Parece algo muy contradictorio.  ¿Qué clase de Dios es éste?  ¿Y qué clase de padre es aquel que está en contra de que sus hijos crezcan en conocimiento y sabiduría?  Esta historia ha preocupado a muchos. ¿Por qué Dios tuvo que prohibir el conocimiento?  Valoramos en mucho al conocimiento, pero fue prohibido. 
Adán y Eva existían en un mundo animal.  Eran dichosos, pero eran ignorantes.  Los niños son felices, pero también son ignorantes.  Y los niños, si han de crecer, han de crecer en conocimiento.  No hay otra forma de crecimiento. Si eres ignorante puede que seas feliz, pero no eres consciente de tu felicidad.

Esto se ha de entender correctamente.  Puedes ser dichoso siendo ignorante, pero entonces no puedes percibir tu dicha, no puedes ser consciente de tu felicidad.  En el instante en que empiezas a percibir tu felicidad, dejas de ser ignorante.  El conocimiento ha entrado, te has convertido en uno que sabe.  Por eso Adán y Eva existían como animales, absolutamente ignorantes y dichosos.  Pero recerca, esta felicidad no era algo de lo que ellos se dieran cuenta.  Eran sencillamente felices sin saberlo. 
La historia dice que el Diablo tentó a Eva para que comiera del fruto y la razón por la que el Diablo pudo tentar a Eva fue ésta: le dijo, “Si comes de esta fruta, serás como los dioses.  Esto es altamente significativo. A menos que comas de ese fruto del Conocimiento, del fruto del Árbol del Conocimiento, nunca podrás ser como los dioses, seguirás siendo como los animales.  Y ese fue el motivo por el cual Dios les había prohibido, vedado, el tocar ese árbol.  ¡Pero fueron tentados! 
Esta palabra “diablo” (*) es muy hermosa y en particular para los hindúes.  Tiene un significado diferente que para los cristianos porque “diablo” proviene de la misma raíz, de la misma palabra, de la cual proviene “deva” o “devata”, dios. “Diablo” y “divino” provienen de la misma raíz.  De este modo parece que la historia cristiana es parcial, incompleta de alguna forma.  Una cosa si se sabe: el Diablo mismo era un dios rebelde, un ángel rebelde que se alzó contra Dios.  Pero en sí, él era un dios. 
¿Por qué digo esto?  Porque para mí no existen dos fuerzas en el mundo como Dios y el Diablo.  Esa dicotomía es falsa. ¡Solamente existe una fuerza!  Y la dicotomía no es de dos enemigos, sino de dos polaridades de una misma fuerza, de Dios y el Diablo.  Es una misma fuerza operando a través de dos polaridades porque a menos que una fuerza se manifieste en dos polaridades, no puede operar.

Para mí esta historia bíblica adquiere un nuevo significado.  Dios lo prohibió porque sólo puedes tentar si prohíbes.  Si no se hubiera mencionado para nada al Árbol del Conocimiento, parece improbable que Adán hubiera pensado o imaginado comer de este árbol en particular.  El Jardín del Edén era inmenso, había infinitos árboles.  Desconocemos el nombre de cualquier otro árbol.
Este árbol se volvió importante debido a que fue prohibido.  Esta prohibición se convirtió en una invitación; esta prohibición se convirtió en la tentación.  No fue realmente el diablo quien tentó.  El primero fue Dios mismo. Esta fue la tentación, “No os acerquéis al Árbol del Conocimiento; no comáis de su fruto. Solamente hay un árbol prohibido excepto en eso, sois libres”.  De repente este árbol se convierte en el más importante del Jardín. 
Y para mí, “Diablo” es simplemente otra denominación de Divino, la otra polaridad.  Y el Diablo tentó a Eva porque entonces podría ser como los dioses; ésta era su promesa.  ¿Y a quién no le gustaría ser como los dioses? ¿A quién no le gustaría?

(*) N. del T.- En inglés, en el original, “devil”.

Adán y Eva fueron tentados y luego expulsados del Cielo.  Pero esta expulsión forma parte del proceso.  En realidad, ese Cielo equivalía a una existencia animal, dichosa, pero ignorante.  Debido a que comieron del fruto del Árbol del Conocimiento, Adán y Eva se convirtieron en seres humanos.  Antes no eran en absoluto humanos.  “Se convirtieron en seres humanos” y cuando digo esto, quiero decir que se convirtieron en problemas. 
Se dice que las primeras palabras que Adán dijo cuando salió por la puerta del Jardín fueron: “Estamos viviendo tiempos revolucionarios”.  Fue una época revolucionaria.  La mente humana no conocerá otra vez una revolución de tal calibre como esta expulsión del mundo animal, esta expulsión de una existencia de felicidad, de ignorancia.  Los tiempos fueron verdaderamente revolucionarios.  Las demás revoluciones no son nada si las comparamos con ésta.  La mayor revolución fue ésta: la expulsión.

Pero. ¿por qué fueron expulsados?  En el instante en que te vuelves consciente, en el instante en que sabes, dejas de vivir en la felicidad.  Surgirán problemas.  Y aunque te sientas dichoso, este problema surgirá en tu mente: “¿Por qué soy feliz?  ¿Por qué?”.  Y no puedes ser dichoso a menos que te sientas angustiado, porque todo sentimiento es posible únicamente con su extremo opuesto. Puedes sentir la felicidad solamente si comienzas a sentirte infeliz; puedes empezar a sentirte sano solamente cuando has empezado a conocer la enfermedad; no puedes ser consciente de la vida si no has temido a la muerte. 
Los animales viven, pero no son conscientes de que viven porque no son conscientes de muerte alguna.  La muerte no es un problema para ellos; por lo tanto viven, pero no están vivos en el mismo sentido en que el hombre está vivo.  El hombre está vivo, consciente de que está vivo, solamente debido a la muerte.  Con el saber nace el extremo opuesto, y con la polaridad surgen los problemas.  Entonces cada instante es un conflicto. En todo momento te hallas dividido en dos.  Nunca volverás a ser uno.  Estarás siempre dividido, en conflicto, en agitación interna. 
Por eso, ésa fue realmente una revolución; más bien “la revolución”.  Adán y Eva fueron expulsados, fueron desterrados.   En realidad ésa es una historia muy bonita.  Nadie los expulsó, nadie se lo ordenó, nadie les dijo, “¡Marchaos!”. Ellos estaban ya fuera.  En el momento en que se hicieron conscientes dejaron de estar en el Jardín. Fue automático.  Piensa en esto: un perro sentado aquí y que de repente se vuelve consciente de la situación.  Ha sido expulsado.  Nadie le expulsa, sino que ya no es más un animal.  Ha sido expulsado del estado animal y nunca más podrá volver a ser el mismo.

Adán y Eva trataron una y otra vez de entrar, pero aún no han encontrado la puerta de nuevo.  Siguen y siguen dando vueltas, pero no encuentran la puerta.  No hay tal puerta.  La expulsión es total y definitiva.  No pueden entrar otra vez porque el conocimiento es un fruto amargo y dulce; amargo y dulce al mismo tiempo.  Dulce porque por primera vez te vuelves un ego, y amargo porque con el ego adquieres todos los males.  Es una espada de doble filo. 
Adán fue tentado porque el Diablo le dijo, “Te volverás como los dioses.   Serás poderoso”.  El saber es poder, pero si sabes, tienes que conocer ambas caras de la moneda.  Puedes sentirte más vivo, puedes sentirte más dichoso, pero serás consciente de la muerte.  Serás más dichoso, pero en la misma proporción sufrirás mayor angustia.  Este es el problema, esto es lo que es el hombre: una profunda angustia, una profunda escisión entre dos polaridades. 
Puedes sentir la vida, pero cuando la muerte se halla presente todo resulta envenenado.  Cuando la muerte está ahí, cada instante está envenenad.  ¿Cómo puedes estar vivo si la muerte está ahí?  ¿Cómo vas a sentirte dichoso si el sufrimiento está ahí?  incluso si alcanzas un instante de felicidad, es efímero.  Y cuando la ocasión se presenta, eres consciente de que en algún lugar, oculta tras la felicidad, la infelicidad está presente, la desgracia está ahí, escondida.  Surgirá pronto, antes o después.  Por eso, incluso un solo instante de felicidad se halla envenenado si se es consciente de que la infelicidad está oculta, aproximándose.  Está a la vuelta de la esquina y tendrás que afrontarla.

El hombre se hace consciente del futuro, consciente del pasado, consciente de la vida, consciente de la muerte.  Kierkegaard lo ha denominado “angustia consciente”. Puedes volver atrás, pero es una medida temporal.  De nuevo ascenderás. Por eso, la única posibilidad es crecer; crecer en conocimiento hasta un punto desde el que puedes saltar, porque el salto sólo es posible en los extremos.  Poseemos un extremo: el retroceder.  Podemos hacerlo, pero es imposible desde el momento en que no podemos quedarnos para siempre en él.  Somos lanzados hacia delante una y otra vez.  La otra posibilidad es la de que, si creces en consciencia, alcanzas un punto en el que eres totalmente consciente, y desde allí trasciendes. 
Ya hemos “conocido”. Ahora debemos descubrir algo más allá del conocimiento.  Hemos salido del Jardín por causa del conocimiento y podemos entrar en ese jardín, de nuevo, solamente si nos desprendemos de este conocimiento.  Pero este desprenderse no es posible mediante la regresión.  No podremos encontrar nunca otra vez esa puerta a través de la cual Adán fue expulsado.  Podemos encontrar otra puerta, a través de la cual Cristo fue invitado o Buda fue invitado.  Podemos abandonar ese conocimiento, podemos desprendernos de esa consciencia, pero solamente desde el punto extremo en el que seamos totalmente conscientes.

Cuando uno se vuelve totalmente consciente, cuando se ha desprendido hasta del sentimiento de que “Soy consciente”, cuando uno se vuelve simplemente como los animales en el estado en que son felices y dichosos –ellos no sabes que cuando eres totalmente consciente, te conviertes en un dios-, si esa consciencia es total, entonces eres sencillamente consciente sin darte cuenta de que eres consciente. Esta simple consciencia será el comienzo, será la entrada.  Estarás de nuevo en el Jardín, ahora no como un animal, sino como Dios.  Y este proceso es inevitable.  Esta expulsión del Adán y el surgimiento de un Jesús, es un proceso ineludible.  Uno ha de ser expulsado de su propia ignorancia; éste es el primer paso. Y luego uno ha de ser expulsado de su propio conocimiento; ése es el segundo paso. 
Este sutra se ocupa de la consciencia. 
Crear el fuego de la consciencia en un mismo  es dhoop, el incienso.

¡Crear el fuego de la consciencia en uno mismo! 
Primero se ha de entender lo que quiere decirse con consciencia.  Caminas, te das cuenta de muchas cosas; de las tiendas, de la gente que pasa junto a ti, del tráfico, de todo. Eres consciente de muchas cosas y solamente inconsciente de una: de ti mismo.  Caminas por la calle, eres consciente de muchas cosas; ¡únicamente no eres consciente de ti mismo!  Esta consciencia del yo es lo que Gurdjieff ha llamado “recuerdo de sí”.  Gurdjieff dice: “En todo momento, estés donde estés, recuérdate a ti mismo”. 
Por ejemplo: estás aquí.  Me estás escuchando, pero no eres consciente del que escucha.  Puede que seas consciente del que habla, pero no eres consciente del que escucha.  Percíbete a ti mismo estando aquí; ¡tú estás aquí! Por un instante alcanzas un vislumbre y luego te olvidas otra vez.  ¡Inténtalo! 
Hagas lo que hagas, continúa con una sola cosa en todo momento: sé consciente de ti mismo haciéndolo.  Estás comiendo: sé consciente de ti.  Estás caminando: sé consciente de ti.  Estás escuchando, estás hablando: sé consciente de ti.  Cuando estés enfadado, sé consciente de que estás enfadado.  En el mismo instante en que se presente la ira, sé consciente de que estás enfadado.  Este constante recuerdo del Yo crea una energía sutil, una energía muy sutil en ti.  Empiezas a ser un ser cristalizado. 
Por lo general, eres simplemente algo informe. Sin centro, sin cristalización; simplemente un líquido, un amasijo de muchas cosas sin un centro; una multitud constantemente cambiando y variando sin ningún amo en su interior.  ¡Por consciencia se entiende ser un amo!  Y cuando digo “Sé un amo”, no quiero decir ser un controlador. Cuando digo “Sé un amo”, quiero decir ser una presencia, una continua presencia.  Sea lo que sea que estés haciendo o dejando de hacer, hay una cosa que debe estar presente continuamente en tu consciencia: que eres tú.

Este simple sentimiento de uno mismo, de que uno es, crea un centro, un centro de quietud, un centro de silencio, un centro de maestrazgo interno, un poder interno.  Y cuando digo “un poder interno”, lo digo literalmente. Por eso este sutra dice “…el fuego de la consciencia”.  Es un fuego.  ¡Es un fuego!  Si empiezas a ser consciente, empiezas a percibir una nueva energía en ti, un nuevo fuego, una nueva vida.  Y debido a esta nueva vida, a este nuevo poder, a esta nueva energía, muchas de las cosas que estaban dominándote se van disolviendo. No has de luchar contra ellas. 
Combates tu ira, tu codicia, tu sexualidad, porque eres débil.  De modo que, la codicia, la ira y el sexo no son los problemas.  La debilidad es el problema.  Una vez comienzas a fortalecerte interiormente, con el sentimiento de una presencia interna de que tú eres, tus energías se concentran, cristalizan en un solo punto, y nace el Yo.  Recuérdalo: nace un Yo, no un ego.  El ego es un falso sentido del Yo.  Sin tener un Yo sigues creyendo que tienes un Yo.  Eso es el ego.  El ego quiere decir el falso Yo.  Tú no eres un Yo, y aún así crees que eres un Yo. 
Maulungaputra, un buscador de la verdad, acudió a Buda.  Buda le preguntó: “¿Qué es lo que buscas?”. 
Maulungaputra empezó a llorar y le dijo, “¿Cómo voy a prometer?  “Yo” no existo.  “Yo” no existo todavía.  ¿Cómo voy a prometer algo?  No sé lo que voy ha hacer mañana.  No poseo un “Yo” que pueda prometer; no me pidas pues imposibles. Lo intentaré.  Cómo máximo puedo decirte esto: lo intentaré, pero no puedo decir que cualquier cosa que digas la voy a cumplir, porque ¿quién será el que la haga?  Estoy en busca de Aquello que es capaz de prometer y que es capaz de cumplir una promesa.  “Yo” no existo todavía”.

Buda le dijo, “Maulungaputra, te he preguntado eso para escuchar esta respuesta. Si hubieras prometido, te habría dicho que e fueras.  Si hubieras dicho, “Puedo cumplir esa promesa”, hubiera sabido que no eres un auténtico buscador del Yo, porque un buscador debe saber que “él” no existe todavía.  Sino, ¿para qué buscar?  Si tú ya eres, no hay porque.  ¡Tú no existes” y si uno es capaz de sentir esto, entonces el ego se evapora. 
El ego es una falsa noción de algo que no existe.  El “Yo” quiere decir un centro que sí puede prometer.  Este centro es creado por el mantenerse continuamente consciente, constantemente consciente.  Sé consciente de que estás haciendo algo, de que estás sentado, de que vas a dormir, de que el sueño te está viniendo, de que te estás quedando dormido.  Trata de ser consciente en todo momento y empezarás a percibir que ha nacido un centro en ti, que las cosas han comenzado a cristalizar, que ha surgido un centramiento.  Ahora todo gira en torno a un centro. 
Funcionamos sin un centro.  A veces nos sentimos centrados, pero esos son momentos en los que cierta situación te hace ser consciente. Si surge una situación repentina, una situación peligrosa, empiezas a sentir un centro en ti porque el peligro te hace sentirte consciente.  Si alguien quiere matarte, dejas de pensar en ese instante, dejas de ser inconsciente en ese instante.  Toda tu energía se centra y este instante se convierte en algo sólido.  No puedes irte al pasado ni puedes irte al futuro.  Este mismo instante se convierte en el todo.  Y entonces no solamente eres consciente del asesino; te haces consciente de ti mismo, del que va a ser asesinado.

En este sutil instante comienzas a percibir un centro en ti. Por eso han aparecido los juegos peligrosos.  Pídele a alguien que ascienda a la cima de Gourishankar, del Everest. Cuando por primera vez Hillary estuvo allí debió de percibir un centramiento repentino.  Y cuando por primera vez alguien pisó la Luna, debió de surgir un súbito sentimiento de un centro.  Por eso el peligro tiene tanto atractivo. Conduces un coche y vas a más y más velocidad y entonces la velocidad se convierte en un peligro.  Entonces dejas de pensar; los pensamientos cesan.  Entonces dejas de soñar.  Entonces no puedes imaginar.  Entonces el presente se vuelve algo sólido. En esos momentos de peligro, cuando es posible una muerte repentina, eres consciente súbitamente de un centro en ti.  El peligro atrae tan sólo porque cuando estás en peligro a veces te sientes centrado. 
Nietzsche dice en algún lugar que la guerra debe continuar porque es sólo en la guerra donde a veces se percibe el Ser, donde se siente un centro, porque la guerra supone peligro.  Y cuando la muerte se vuelve una realidad, la vida adquiere intensidad.  Cuando la muerte está justo ahí, la vida se vuelve intensa y tú te centras.  En todo instante en el que te haces consciente de ti mismo, surge un centramiento.  Pero es algo momentáneo; cuando la situación cambia, desaparece.

No debe ser algo dependiente de la situación, debe ser interno.  Trata de ser consciente en todas las actividades cotidianas.  Estando sentado, inténtalo: sé consciente del que está sentado.  No sólo de la silla, no sólo de la habitación, de la atmósfera circundante; sé consciente del que está sentado.  Cierra tus ojos y percíbete a ti mismo; profundiza y siéntete a ti mismo. 
Herrigel aprendía con un Maestro zen.  Estuvo aprendiendo el arte del tiro con arco durante tres años seguidos.  Y el Maestro siempre le decía: “Está bien.  Todo lo que haces está bien, pero no es suficiente”.  Herrigel mismo llegó a ser un maestro del tiro con arco. Su puntería alcanzó el cien por cien de efectividad y aún así el Maestro le decía, “Lo estás haciendo bien, pero no es suficiente. 
“¡Con el cien por cien de efectividad!” decía Herrigel: “¿Qué es lo que esperas?  ¿Cómo he de progresar?  Si tengo un cien por cien de efectividad?, ¿cómo puedes pedir algo más?”. 
Se dice que el Maestro zen le dijo, “Me trae sin cuidado tu destreza o tu puntería.  Me preocupas tú.  Te has convertido en alguien técnicamente perfecto.  Pero cuando la flecha parte de tu arco, no eres consciente de ti; por eso es algo fútil.  No me preocupa el que la flecha acierte en la diana.  Me preocupas tú!  Cuando apuntas con el arco, en tu interior has de apuntar con tu consciencia.  Aunque yerres el blanco, no importa, pero es el blanco interno el que no debe ser errado, y ahí estás fallando.  Te has vuelto técnicamente perfecto, pero eres un imitador.  Pero para una mente occidental, en realidad, para una mente moderna –y la mente occidental es la mente moderna- es muy difícil el concebir esto.  Parece no tener sentido.  El arte del tiro con arco se ocupa de alcanzar una determinada eficiencia en dar en el blanco.

Poco a poco Herrigel se fue sintiendo desencantado y un día dijo, “Voy a dejarlo.  Me parece algo imposible.  ¡Es imposible!  Cuando estás apuntando a algo, tu consciencia se enfoca en el blanco, en el objetivo, y si has de convertirte en un gran arquero te has de olvidar de ti mismo, te has de centrar solamente en la diana, en el blanco, y olvidarte de todo lo demás.  Sólo debe existir el blanco.  Pero el Maestro zen trataba continuamente de forzarlo a que creara en su interior otro objetivo.  Esta flecha ha de estar dirigida en dos sentidos: apuntando externamente al objetivo y apuntando continuamente hacia el interior, hacia el Yo. 
Herrigel dijo, “Ahora lo dejo.  Me parece algo imposible. Tus condiciones son imposibles.  Y el día de la partida se encontraba simplemente sentado.  Había acudido a despedirse del Maestro y el Maestro apuntando a otro blanco.  Había allí otro alumno y por primera vez Herrigel no estaba involucrado. Había acudido a despedirse: estaba sentado.  Cuando el Maestro acabara con su clase, partiría. Por primera vez no estaba implicado. 
Entonces, de repente, se dio cuenta del Maestro y de la consciencia doblemente dirigida del Maestro.  El Maestro estaba apuntando.  Durante tres años había estado con el mismo Maestro, pero estaba más preocupado con su propio esfuerzo.  Nunca había observado a ese hombre, lo que hacía.  Por primera vez lo vio y supo; y de improviso, espontáneamente, sin esfuerzo alguno, se acercó al Maestro, tomó el arco de sus manos, apuntó a la diana y disparó la flecha.  Y el Maestro dijo, “¡Bien! Es la primera vez que lo has logrado.  Me siento feliz”.

¿Qué era lo que había hecho?  Por vez primera estaba centrado en sí mismo.  El blanco estaba allí, pero él también estaba presente. Hagas lo que hagas, no importa que sea el tiro con arco, sea lo que sea que hagas, incluso simplemente estando sentado, mantente consciente en sentido doble.  Recuerda lo que sucede en el exterior y recuerda también al que está en el interior. 
Lin-Chi estaba dando un discurso una mañana y alguien le preguntó de improviso, “Contéstame solamente a una pregunta: ¿Quién soy?”.  Lin-Chi descendió y se acercó al hombre.  Todo el mundo guardó silencio.  ¿Qué iba ha hacer?  Era una pregunta sencilla.  La podía haber contestado desde su asiento. Llegó hasta donde estaba el hombre.  Toda la sala estaba en silencio.  Lin-Chi se quedó de pie delante de él mirándole a los ojos.  Era un momento muy intenso. Todo se detuvo.  El que hacía la pregunta comenzó a sudar.  Lin-Chi le observaba fijamente a los ojos. Y entonces, Lin-Chi le dijo, “No me preguntes a mí.  Adéntrate en ti mismo y averigua quién es el que está haciendo la pregunta.  Cierra tus ojos.  No preguntes “¿Quién soy?”.  Penetra en tu interior y descubre quién es el que está preguntando, quién es el que hace internamente la pregunta.  Olvídame.  Descubre el origen de la pregunta.  ¡Penetra en tu interior!”.

Y se dice que aquel hombre cerró los ojos, se quedó en silencio y de repente se iluminó.  Abrió los ojos, se rió, tocó los pies de Lin-Chi y dijo, “Me has contestado.  He estado haciendo esta pregunta a todo el mundo y me han contestado de muy diferentes maneras, pero no hubo nada que resultase ser una auténtica respuesta.  Pero tú me has contestado”. 
“¿Quién soy?”  ¿Cómo va a poder contestarlo alguien?  Pero en aquella situación concreta, con un millar de personas guardando silencio, un silencio absoluto, Lin-Chi se acercó con la mirada fija y le ordenó a aquel hombre.  “Cierra tus ojos, penetra en ti y descubre quién es el que hace la pregunta.  No esperes la respuesta.  Descubre al que ha preguntado”.  Y el hombre cerró los ojos.  ¿Qué ocurrió entonces?  Se centró.  Súbitamente se encontró centrado, súbitamente se hizo consciente de su mismísimo centro. 
Esto es lo que hay que descubrir y ser consciente es el método para descubrir este núcleo central.  Cuanto más inconsciente eres, más te alejas de ti mismo.  Cuanto más consciente, más te acercas a ti mismo.  Si la consciencia es total, estás en el centro.  Si la consciencia es menor, te acercas a la periferia.  Cuando eres inconsciente, estás en la periferia en la cual uno se olvida por completo del centro.  Esas son las dos direcciones posibles hacia adonde ir. 
Puedes ir hacia la periferia y entonces vas hacia la inconsciencia. Sentado viendo una película, sentado escuchando música, puedes olvidarte de ti mismo.  Entonces estás en la periferia.  Incluso escuchándome a mí puedes olvidarte de ti mismo.  Entonces estás de nuevo en la periferia.  Leyendo el Gita o la Biblia o el Corán puedes olvidarte de ti mismo.  Entonces estás en la periferia.

Hagas lo que hagas, si puedes recordarte a ti mismo, estás cerca del centro.  Y entonces, algún día, de repente, estás centrado.  Entonces posees energía. Esa energía, dice este sutra, es el fuego.  La vida entera, la existencia entera es energía, es fuego.  Fuego es el nombre antiguo; ahora la llamamos electricidad.  El hombre la ha estado etiquetando con muchos, muchos nombres, pero llamarla “fuego” es correcto.  “Electricidad” parece con menos vida; “fuego” parece más vital.  Este fuego interno, dice este sutra, es el incienso.  Cuando alguien se dirige a rendir culto lleva consigo incienso, dhoop.  Ese dhoop, ese incienso, no sirve para nada a menos que acudas con tu fuego interno como incienso. 
Este Upanishad trata por todos los medios de dar significados internos a símbolos externos.  Cada símbolo tiene una contraparte interna.  La externa está bien por sí misma, pero no es suficiente.  Y es solamente simbólica; no es la substancia.  Indica algo, pero no es lo real.  Debes de haber observado el incienso.  Es quemado por doquier en todos los templos.  Está bien como incienso, pero es únicamente un símbolo externo.  Se necesita de un fuego interno.  Y así como el incienso perfuma, el fuego interno también perfuma.

Se dice que fuera donde fuera Mahavira, todo el mundo percibía su presencia como un sutil perfume.  Se ha dicho esto de mucha otra gente.  ¡Es posible!  Cuanto más centrado estás interiormente, más se vuelve tu presencia un perfume.  Y los que tienen la receptividad adecuada pueden percibirlo.  Entra pues en tu templo, no con incienso externo, sino con un incienso interno.  Y este incienso interno puede alcanzarse únicamente siendo consciente.  No hay otra forma. 
Actúa con plena consciencia.  Es un viaje muy largo, muy arduo y es difícil ser consciente tan siquiera por un solo instante.  La mente está constantemente oscilando.  Pero no es imposible.  Es arduo, es difícil, pero no es imposible.  ¡Es posible! Es posible para todos.  Sólo se requiere de esfuerzo; de un esfuerzo total.  No se ha de reservar nada, todo ha de ser entregado, nada debe ser dejado sin participar.  Todo debe ser sacrificado por ser consciente.  Solamente entonces se descubre la llama interna.  Está ahí.  si alguien trata de descubrir la unidad esencial que subyace en todas las religiones que han existido o que podrán existir, encontrará estás sencillas palabras “ser consciente”.

Jesús cuenta una historia.  El amo de una hacienda ha salido y les ha dicho a sus sirvientes que se mantengan constantemente alerta porque en cualquier momento puede regresar.  Han de estar alerta las veinticuatro horas del día.  En cualquier instante el amo puede volver, ¡en cualquier instante!  No hay una hora fija, una fecha fija, un día determinado.  Si hubiera una fecha determinada podrías dormirte, podrías hacer lo que quisieras y estar alerta únicamente en esa fecha en particular porque entonces sería cuando llegase el amo.  Pero el amo ha dicho, “Vendré en cualquier momento.  Tenéis que estar alerta día y noche para recibirme”. 
Esta es la parábola de la vida.  No puedes posponerlo.  En cualquier momento se puede presentar lo Divino, en cualquier instante el Amo puede regresar.  Uno ha de estar continuamente alerta.  No hay fecha fija, no se sabe nada de cuando puede ser la repentina llegada.  Solamente se puede hacer una cosa: ¡estar alerta y esperar! 
Rabindranath ha escrito un poema, “El Rey de la Noche”.  Es una parábola muy profunda.  Había un gran templo con cien sacerdotes y un día el jefe de los sacerdotes soñó que el Divino Invitado iba a venir aquella noche.  El Divino Invitado por el que habían estado esperando y esperando.  Durante siglos la congregación había estado esperando que el Rey llegara, que el Divino Rey llegara.  ¡La Divinidad del templo tenía que venir!  Pero el sacerdote principal se sentía dubitativo.  “Puede que solamente haya sido un sueño.  Y si ha sido simplemente un sueño todos se reirán. Pero, ¿quién sabe?  Puede que sea verdad.  Puede que sea una premonición auténtica”.

El sacerdote principal estuvo pensando esa mañana sobre si debía o no debía decírselo a los demás.  Se sintió asustado.  ¡Puede que fuera cierto!  Por eso, por la tarde lo contó. Reunió a todos los sacerdotes, cerró todas las puertas del templo y les dijo, “¡No salgáis y no se lo digáis a nadie!  Puede que haya sido simplemente un sueño; nadie puede asegurarlo.  Pero he soñado y el sueño era muy real. En el sueño, la deidad, el Rey de este templo decía, “Voy a venir esta noche”  ¡Estad listos!”.  Debemos pues estar alerta.  Esta noche no podemos irnos a dormir”. 
Decoraron todo el templo, limpiaron todo el templo e hicieron todos los preparativos para recibir al Invitado. Y luego se dispusieron a esperar.  Entonces, lentamente, las dudas fueron apareciendo.  Alguien dijo, “¡Qué tontería!  Fue sólo un sueño y estamos desperdiciando nuestras horas de descanso”. Pasó media noche y nuevas dudas surgieron.  Entonces alguien se rebeló y dijo, “Me voy a dormir.  Esto no tiene sentido.  Hemos perdido todo el día y aún estamos esperando.  ¡No va a venir nadie!”.  Hubo muchos que estuvieron de acuerdo,  muchos se rieron, “Es simplemente un sueño por lo tanto no debemos prestarle tanta atención”. 
Incluso el sacerdote principal claudicó y les dijo, “Puede que haya sido sólo un sueño.  ¿Cómo voy a saber si fue real?  Podemos estar siguiendo los dictados de un sueño, de una forma estúpida, necia”.  Por lo tanto dijeron, “Solamente una persona debería estar vigilando en la puerta para que todos los demás pudiéramos irnos a dormir. Si alguien viene, él nos informará”. 
Noventa y nueve sacerdotes se fueron a dormir y el que quedó dijo, “Si noventa y nueve sacerdotes dicen que fue sencillamente un sueño, ¿para qué debo desperdiciar mi descanso?  Y si el Divino Invitado llega, que venga.  Vendrá en un gran carruaje y por lo tanto habrá mucho alboroto y todo el mundo se despertará”. Cerró las puertas y también se quedó dormido.  Entonces llegó el carruaje y las ruedas del carro crearon un gran tumulto. Uno que estaba dormido dijo, “Parece que el Rey está llegando.  Parece que las ruedas del carro están haciendo mucho ruido”. Otro que estaba a punto de dormirse le dijo, “No pierdas el tiempo.  No viene nadie.  No es el carruaje.  Son solamente nubes en el cielo”. Y el Invitado llegó y llamó a la puerta.  Alguien dijo otra vez, “Parece que ha llegado alguien y que está llamando a la puerta”.  Así que el mismo sacerdote principal le contestó, “Duérmete ya.  No sigas molestando una y otra vez.  Nadie llama a la puerta.  Es solamente el viento”. 
Por la mañana descubrieron que el carruaje había venido esa noche y se pusieron a llorar y a gritar.  Había marcas en la calle y el Divino Invitado había llegado hasta la puerta y llamado. Había marcas de pisadas en el polvo de los escalones.

Hay muchas parábolas. Buda y Mahavira han contado muchas historias con una sola idea fundamental: que la Iluminación es posible en cualquier instante, en cualquier momento. Puede suceder en cualquier instante.  Uno ha de estar alerta, consciente y atento.  Esta parábola del “Rey de la Noche” no es solamente una parábola.  Es real.  Todos interpretamos así las cosas; todas nuestras interpretaciones son simplemente justificaciones de nuestro sueño y a favor de nuestro sueño.  Decimos, “No es nada más que el viento; no es nada más que la tormenta.  Entonces podemos dormir tranquilos.  Negamos continuamente la religión, negamos todo aquello que rompe nuestro sueño.  Razonamos el que no existe Dios, el que no hay religión, el que no hay nada, nada excepto el viento, nada excepto nubes.  Entonces podemos dormir tranquilos, cómodos. 
Si existiera una Divinidad, si existiera una posibilidad de algo más elevado que nosotros, entonces no podríamos dormir cómodamente.  Entonces tendríamos que estar alerta y despiertos y esforzándonos, luchando.  Entonces la transformación se convertiría en nuestra preocupación más inmediata.

El mantenerse consciente es la técnica para centrarse uno mismo, para alcanzar el fuego interno.  Está ahí, escondido, puede ser descubierto.  Y una vez descubierto, solamente entonces somos capaces de entrar en el templo.  Nunca antes, nunca antes. 
Pero podemos engañarnos a nosotros mismos con símbolos. Los símbolos existen para mostrarnos realidades más auténticas, pero podemos usarlos para autoengañarnos.  Podemos quemar externamente un incienso, podemos reverenciar objetos externos y así podemos sentirnos tranquilos porque hemos hecho algo.  Podemos sentirnos religiosos sin ser religiosos en absoluto.  Esto es lo que está sucediendo; esto es en lo que se ha convertido la Tierra.  Todo el mundo cree que es religioso porque actúa de acuerdo con ciertos símbolos externos, sin fuego interior. 
Esfuérzate aunque fracases.  Estarás en el comienzo.  Caerás una y otra vez, pero cada caída te ayudará.  Cuando seas capaz de ser consciente aún por un solo instante percibirás por primera vez cuan inconsciente eres. 
Caminas por la calle y no puedes andar unos pocos metros sin volverte inconsciente.  Una y otra vez te olvidas de ti mismo.  Empiezas a ver un anuncio y te olvidas de ti mismo.  Alguien pasa por tu lado, le miras y te olvidas de ti mismo. 
Tus fracasos te serán de ayuda.  Te enseñarán lo inconsciente que eres.  E incluso si eres capaz de ser consciente de que eres inconsciente has ganado cierta consciencia. 
Si un loco se vuelve consciente de que está loco, está en el camino de la cordura.



LA LÁMPARA MAGICA DE LA CONSCIENCIA :

Consolidarse en el sol de la consciencia es la única lámpara

Un día una mujer fue a la escuela de Mulla Nasrudin con su hijo pequeño.  La mujer le pidió a Mulla que asustara al chico.  Era muy rebelde y no obedecía a nadie.  Necesitaba ser amedrentado por alguien que fuera una autoridad.  Desde luego, Mulla era alguien en su pueblo. Adoptó una postura muy amenazadora.  Sus ojos, fieros, se salían de sus órbitas y empezó a dar saltos.  La mujer pensó, “Ahora es imposible detener a Mulla. Puede que hasta mate al niño”. 
La mujer se desmayó, el niño se escapó y él, Mulla, se asustó tanto de sí mismo que tuvo que salir corriendo de la escuela. Esperó afuera y la mujer regresó.  Luego volvió a entrar lentamente, en silencio, con la cara seria.  La mujer dijo, “Mulla, qué extraño, ¡nunca te pedí que me asustaras!”.

Mulla dijo, “No te das cuenta de lo que ha sucedido. No fuiste solamente tú la que te asustaste; incluso yo me asusté de mí mismo.  Cuando el miedo aparece, acaba con todo.  Es fácil provocarlo, pero controlarlo es difícil. Yo era el amo cuando lo provoqué, pero al poco rato me dominó y él se convirtió en el amo y yo en el esclavo; no pude hacer nada por impedirlo.  Y más aún: el miedo no entiende de favoritismos.  Cuando golpea, golpea a todos. 
Es una bella parábola que muestra una profunda comprensión de la mente humana.  Eres consciente de todo, pero sólo al comienzo.  Después el inconsciente toma el mando.  El inconsciente se hace cargo de la situación y el inconsciente se hace el amo y señor.  Puedes provocar la ira, pero nunca puedes hacer que termine.  Al contrario, la ira termina contigo.  Eres capaz de hacer que empiece lo que sea, pero antes o después el inconsciente se convierte en el amo, eres relevado de tu cargo.  De modo que solamente los comienzos están en tus manos, nunca los finales.  Y tú no eres el amo de todo lo que sigue. 
Esto es algo natural porque solamente un muy pequeño fragmento de la mente es consciente.  Funciona como lo hace un motor de arranque en tu coche.  Pone en funcionamiento el coche y luego deja de ser útil; entonces el motor pasa a realizar el trabajo.  Se requiere solamente para poner en marcha el motor.  Sin él, es difícil arrancarlo.  Pero no sigas creyendo que porque eres capaz de empezar algo, eres el amo.  Este es el secreto de esta parábola.  Debido a que lo originaste, empiezas a creer que eres el amo.  Debido a que lo empezaste, crees que podías haberlo detenido.

Puede que no lo hayas iniciado, esa es otra cuestión, pero una vez empezado, al poco rato lo voluntario se convierte en involuntario y lo consciente se convierte en inconsciente. Porque la consciencia es simplemente la capa más externa, la superficie de la mente y la mayor parte de la mente es inconsciente.  Tú lo empiezas y el inconsciente comienza a funcionar y a operar. 
Por eso Mulla dijo, “No soy el responsable de lo que h sucedido. ¡No soy el responsable!  Soy el responsable solamente de su inicio y fuiste tú la que me dijiste que lo hiciera.  Comencé a asustar al crío, luego el chico se asustó, tú te desmayaste, entonces yo me asusté y todo se convirtió en un caos.

Todo es también un caos en nuestras vidas, siempre con la consciencia empezando las cosas y el inconsciente tomando el mando.  Si no lo vez, si no percibes este mecanismo, siempre serás un esclavo y la esclavitud se hace más cómoda si sigues creyendo que tú eres el amo.  Es difícil ser un esclavo a sabiendas, sabiendo que eres un esclavo.  Es fácil ser un esclavo cuando te engañas a ti mismo creyendo que res el amo de tu amor, de tu ira, de tu codicia, de tus celos, de tu violencia, de tu crueldad, incluso de tu simpatía y de tu compasión. 
Digo “tuyos”, pero es tuyo solamente al comienzo. Tan sólo durante un instante, tan sólo una chispa es tuya.  Luego tu mecanismo se pone en marcha y la totalidad de tu mecanismo es inconsciente.  ¿Por qué es esto así?  ¿Por qué existe este conflicto entre consciente e inconsciente?  Y existe un conflicto.  No eres capaz de hacer predicciones ni tan siquiera sobre ti mismo.  Incluso tú mismo, incluso tus actos son impredecibles para ti porque desconoces lo que va a suceder, desconoces qué es lo que vas a hacer.  No eres consciente de lo que vas a hacer al momento siguiente porque el ejecutante está sumido en la oscuridad.  Tú no eres el que obra.  Eres solamente el comienzo.  A menos que tu mecanismo al completo se haga consciente, tú te convertirás en un problema para ti y en un infierno para ti.  No habrá nada , sino sufrimiento continuo.

Tal y como he estado recalcando a diario uno puede hacerse total de dos formas.  La primera es aquella por la cual pierdes la consciencia fragmentaria, te desprendes de ese pedazo de mente que se ha vuelto consciente y lo lanzas al oscuro inconsciente, donde se disuelve y tú te haces total. Pero entonces eres simplemente como un animal y eso es algo imposible.  Hagas lo que hagas, no es posible.  Te lo puedes imaginar, pero no es posible.  Una y otra vez serás lanzado hacia adelante. 
Esa pequeña parte que se ha hecho consciente no puede volverse inconsciente otra vez.  Es como un huevo que se ha convertido ya en gallina.  Ahora la gallina no pede volver atrás y convertirse de nuevo en un huevo.  Una semilla que ha germinado ya ha iniciado el camino para convertirse en un árbol.  Ahora no puede volver atrás, no puede retroceder y volver a ser una semilla de nuevo. Un niño que ha salido del vientre de su madre no puede ya regresar, no importa lo placentero que haya sido el vientre para él. 
No hay un volver atrás. La vida siempre se mueve hacia el futuro, nunca hacia el pasado.  Solamente el hombre es capaz de pensar en el pasado. Por eso digo que uno puede imaginárselo, pero no puede ser hecho realidad.  Puedes imaginártelo, puedes pensar en volver atrás, puedes creer en ello, puedes tratar de regresar, pero no puedes hacerlo.  Es una imposibilidad.  Uno ha de ir hacia adelante.  Ese es el segundo método para hacerse total.

A sabiendas o no, uno se está moviendo a cada instante.  Si te mueves sabiéndolo, entonces se acelera la velocidad. Si te mueves sabiéndolo no desperdicias ni energía ni tiempo.  Entonces, aquello que no sucedería en un millón de vidas vividas siendo inconsciente, puede suceder en una sola vida, porque si te mueves sin saberlo, te mueves en círculos.  Cada día repites lo mismo, en cada vida repites lo mismo y la vida se convierte en un hábito, en una repetición. 
Puedes romper el hábito repetitivo si te mueves conscientemente.  Entonces hay una ruptura.  Por eso lo primero es ser consciente de que tu consciencia es tan poca que actúa únicamente como un motor de arranque.  A menos que adquieras más consciencia que inconsciencia, que estés más atento que desatento el balance no cambiará.  ¿Cuáles son los obstáculos?  ¿Por qué ocurre esto?  ¿Por qué se da esta situación?  ¿Por qué existe este conflicto entre consciencia e inconsciencia?  Considerémoslo detenidamente.

Es natural.  Sea lo que sea, es natural.  El hombre ha evolucionado a través de millones de años.  Esta evolución te ha creado a ti, a tu cuerpo, a tu mecanismo.  Esta evolución ha supuesto una larga lucha, millones y millones de experiencias, de fracasos, de éxitos.  Tu cuerpo ha aprendido mucho, tu cuerpo ha estado continuamente aprendiendo cosas.  Tu cuerpo sabe mucho y lleve impreso este saber.  Repite una y otra vez sus modos de comportamiento.  Incluso aunque la situación haya cambiado, el cuerpo permanece el mismo.  Por ejemplo, cuando sientes ira, la sientes del mismo modo que la sentía un hombre primitivo, la sientes igual que la siente un animal, la sientes de la misma forma que cualquier chico.  Y éste es el mecanismo: cuando te sientes enojado tu cuerpo tiene una rutina prefijada, un ritual, una rutina que desplegar. 
En el instante en que tu mente dice “ira”, posees glándulas que comienzan a liberar compuestos en la sangre.  Se libera adrenalina en la sangre.  Es algo necesario porque bajo la ira tendrás que golpear o ser golpeado por tu contrincante.  Necesitarás de un aumento de circulación sanguínea y este compuesto ayudará a que aumente la circulación.  Puede que tengas que luchar o puede que tengas que escapar de cierta situación, huir.  En ambos casos este compuesto será de ayuda.  Por eso, cuando un animal está enojado el cuerpo se siente dispuesto a luchar o a escapar.  Y esas dos son las dos alternativas: si el animal percibe que es más fuerte que su oponente, luchará; si siente que él no es el más fuerte, escapará.  Y el mecanismo trabaja muy eficazmente.

Pero para el hombre, la situación se ha vuelto distinta por completo. Cuando te sientes enojado, puede que no puedas ni siquiera expresarlo. Eso es algo imposible para el animal.  Depende de la situación. Si se trata de enfrentarte a tus inferiores, entonces eres capaz de expresarlo.  Si es en contra de tu superior, entonces no eres capaz de expresarlo.  No solamente esto; puede que incluso rías o sonrías.  Puede que incluso persuadas a tu jefe, a tu amo de que no solamente no estás enojado sino que eres muy feliz.  Estás confundiendo así a todo el mecanismo corporal.  El cuerpo se halla en disposición de pelear y tú estás sonriendo.  Estás creando una confusión en el cuerpo.  El cuerpo es incapaz de entender lo que estás haciendo.  ¿Estás loco o qué?  El está dispuesto a hacer una de las dos cosas que le son naturales: luchar o escapar. 
Este sonreír es algo nuevo.  Este engaño es algo nuevo. El cuerpo no posee mecanismos adecuados a él, de modo que te ves obligado a forzar la sonrisa sin el flujo químico que te ayuda a sonreír, que te ayuda a reír.  No hay substancias que ahora te ayuden a reír.  Muestras una sonrisa forzada, una falsa sonrisa mientras el cuerpo ha liberado compuestos en el cuerpo que te hacen estar dispuesto para pelear.  ¿Qué hará ahora la sangre? El cuerpo posee un lenguaje que comprende a la perfección, pero te estás comportando de un modo insano, carente de cordura.  Se crea así una separación entre tú y tu cuerpo.  Este mecanismo es inconsciente, este mecanismo es involuntario.  Tu voluntad, tu volición no es necesaria porque conllevará tiempo y hay situaciones en las cuales no se puede disponer de tiempo.

Un tigre te acaba de atacar; no hay tiempo ahora para meditaciones.  No puedes contemporizar sobre qué hacer. Tienes que hacer algo sin la mente.  Si la mente se entromete, estás perdido.  No puedes pensar, no le puedes decir al tigre, “¡Espera! Deja que lo piense; deja que piense qué hacer”.  Has de actuar inmediatamente, sin consciencia alguna. 
El cuerpo posee un mecanismo.  El tigre está ahí.  la mente sabe simplemente que el tigre está ahí. El mecanismo corporal comienza a trabajar.  El trabajo no depende de la mente porque la mente es un trabajador lento, muy poco eficiente.  No se puede confiar en ella en situaciones de emergencia, por eso el cuerpo comienza a trabajar.  Te sientes asustado.  Vas a escapar, huirás. 
Lo mismo ocurre cuando estás en un escenario preparado para dirigirte a una gran audiencia.  No hay un tigre, pero te sientes asustado por el público.  El miedo toma forma; el cuerpo es informado.  Esa información de que tú tienes miedo es automática. El cuerpo empieza a liberar compuestos, los mismos compuestos que liberaría si el tigre te atacara.  No hay tal tigre, en realidad no hay nadie que te ataque, pero la audiencia parece que va a iniciar un ataque frontal.  Parece que todo el mundo tiene un talante agresivo.  Por eso te has asustado.

Ahora el cuerpo está listo para luchar o para escapar, pero las dos alternativas están descartadas.  Has de estar ahí y hablar. Tu cuerpo empieza a transpirar, aunque sea una noche fría. ¿Por qué?  Porque el cuerpo está listo para correr o para luchar.  La sangre circula más, se crea más calor, y tú sigues ahí.  así que empiezas a sudar y a continuación te sacude un ligero temblor. Todo tu cuerpo empieza a temblar. 
Ocurre lo mismo que si arrancas un coche y pisas el acelerador y el freno al mismo tiempo.  El motor se calentará, listo para correr y lo estás frenando simultáneamente.  Todo el coche se pondrá a temblar.  Lo mismo ocurre cuando estás en un estrado.  Sientes miedo y el cuerpo está listo para escapar.  El acelerador se pisa, pero no puedes echar a correr.  Tienes que dirigirte al público.  Eres un líder o algo así.  No puedes echar a correr.  Has de afrontarlo y quedarte ahí, en el estrado.  Has de dar la cara. 
En este instante estás haciendo dos cosas simultáneamente que son auténticamente contradictorias.  Estás pisando el acelerador y el freno al mismo tiempo.  No puedes echar a  correr, pero el cuerpo está listo para hacerlo.  Empiezas a temblar y se genera calor.  Tu cuerpo se pregunta, “¿Qué estás haciendo?”.  El cuerpo no es capaz de entenderte.  Se crea una brecha.  El inconsciente hace una cosa y el consciente sigue haciendo otra.  Estás dividido.  Esta brecha ha de ser estudiada cuidadosamente. 
En cada uno de tus actos esa brecha está presente.  Ves una película, una película erótica.  Tu sexualidad es excitada.  Tu cuerpo está listo para explosionar en una experiencia sexual, pero solamente estás viendo una película.  Simplemente estás sentado en una silla y tu cuerpo está listo para el acto sexual.  La película te irá acelerando, te irá presionando.  Estás excitado, pero no puedes hacer nada.  El cuerpo está listo para hacer algo, pero la situación no.  Por esto se crea una brecha.  Empiezas a percibirte a ti mismo como diferente y surge una barrera entre tú y tu cuerpo.  Debido a esta barrera y a esa constante excitación y represión simultáneas, a este acelerar y frenar simultáneo, a esta constante contradicción en tu existencia, te encuentras enfermo.

Si pudieras retroceder y ser un animal, lo cual es imposible, te encontrarías sano e íntegro.  Es un hecho extraño: los animales no se encuentran enfermos cuando están en su hábitat natural, pero ponlos en un zoo y empezarán a imitar las enfermedades humanas.  Ningún animal es homosexual en su entorno natural, en su estado natural, pero pon a los animales en un zoo y comenzarán a comportarse de un modo absurdo: empezarán a comportarse de un modo homosexual.  Ningún animal s vuelve loco en estado natural, pero en un zoo los animales enloquecen. 
No se sabe, en toda la historia de la Humanidad, de ningún animal que haya cometido suicidio, pero en un zoo los animales pueden suicidarse.  Es algo extraño, pero no realmente extraño porque en el instante en que el hombre comienza a forzar a los animales a llevar una vida que no es natural, estos se sienten divididos por dentro.  Se crea una división, una brecha; se pierde la unidad. 
El hombre está dividido.  El hombre nace dividido.  ¿Qué hacer pues?  ¿Cómo es posible no crear esta brecha y como aportar consciencia a cada célula del cuerpo, a cada lugar y rincón de tu cuerpo?  ¿Cómo aportar esa consciencia?  Ese es el único problema de todas las religiones, de todos los yogas, de todos los sistemas para alcanzar la Iluminación.  Cómo llevar consciencia a la totalidad de tu ser de modo que no quede inconsciencia en parte alguna. 
Se han probado multitud de métodos, muchos son los métodos posibles, por eso hablaré de algunos métodos para que cada célula de tu cuerpo pueda volverse consciente.  Y a menos que tú como totalidad te vuelvas consciente, no podrás sumirte en el gozo, no podrás estar en paz.  Seguirás siendo una casa de locos.

Cada célula de tu cuerpo te afecta.  Tiene su propio modo de funcionar, su propio sistema de aprendizaje, su propio condicionamiento.  En el instante en que comienzas algo la célula toma el mando y comienza a comportarse según su modo peculiar.  Entonces te sientes alterado.  “¿Qué es lo que está pasando?” te preguntas.  “Nunca supuse esto; nunca pensé en ello”.  Y estás en lo cierto.  Tus deseos puede que sean totalmente diferentes.  Pero una vez le proporcionas a tus células, a tu cuerpo, algo que hacer, lo van a hacer según su propio sistema, según el modo en el que lo han aprendido.  Debido a esto, los científicos, en particular los científicos rusos, creen que no podemos cambiar al hombre a menos que cambiemos sus células. 
Hay una escuela, una escuela de psicología del comportamiento, que sostiene que ser un Buda es debido a un fallo, que ser un Jesús es debido a un fallo, que ellos siempre serán debidos a fallos.  No hay nada de extraño en eso porque sin cambiar la estructura misma del cuerpo, la estructura química del cuerpo, nada puede ser cambiado.

Esos psicólogos conductistas –Watson, Skinner, Pavlov-, dicen que si un Buda permanece en silencio, solamente significa que posee una constitución química distinta y nada más.  Si está en silencio, si la paz le rodea, si nunca se altera, si nunca se encoleriza, esto sólo demuestra que carece de los compuestos que crean tales alteraciones, que crean la ira.  Por eso Skinner dice, “Más pronto o más tarde será posible crear un Buda.  No habrá necesidad de meditación alguna, no habrá porque ser más consciente.  Lo único que es necesario es cambiar los compuestos químicos. 
En cierto modo lo que afirma es cierto, pero peligrosamente cierto porque si determinados compuestos son extraídos de tu cuerpo, tu comportamiento cambiará.  Si se introducen ciertas hormonas en tu cuerpo, tu comportamiento cambiará. Eres un hombre y te comportas como un hombre, pero no eres tú el que se comporta como un hombre.  Son ciertas hormonas que hay en ti las que hacen que te comportes como un hombre. Si se cambian esas hormonas y se introducen otras que pertenezcan a la estructura femenina, te conducirás como una mujer.  No es pues realmente tuyo tu comportamiento: es un comportamiento hormonal.  No eres tú el que se enoja, sino ciertas hormonas que hay en ti.  No eres tú el que está meditativo y en silencio, es cierta hormona que hay en ti.

Skinner afirma, “Por eso Buda es un fracasado, porque habla y habla de cosas irrelevantes.  Le dice a un hombre, “No te enojes”, pero ese hombre está repleto de hormonas, de compuestos que crean la ira”. Por eso para un conductista, esto es lo mismo que si alguien se encuentra con fiebre muy alta, cuarenta grados de fiebre, y tú continúas hablándole de cosas hermosas y le dices, “Mantente en silencio, medita, no te afiebres”.  Es algo absurdo, ¿Qué puede hacer el hombre en cuestión?  A menos que cambies algo de su cuerpo seguirá teniendo fiebre.  La fiebre es provocada por ciertos virus, por determinados compuestos.  A menos que estos cambien, a menos que varíe su proporción, seguirá con fiebre.  No hay ni que hablar de ello.  Es absolutamente absurdo. 
Lo mismo, para un Skinner, para un Pavlov, ocurre con la ira.  Lo mismo ocurre con el sexo. Puedes hablar y hablar del celibato, del brahmacharya, y el cuerpo seguir rebosante de energía sexual, de células sexuales.  Esa energía sexual no depende de ti.  Más bien al contrario, tú dependes de esa energía.  Sigues hablando del brahmacharya, pero no puede ocurrir nada solamente con hablar.  Y tienen razón en cierto modo, pero solamente en cierto modo.  Aciertan al decir que si cambian los compuestos químicos, si todas las células sexuales son expulsadas de tu cuerpo, no podrás sentirte sexual.  Pero no te convertirás en un Buda.  Te sentirás impotente, incapaz. Carecerás de algo.

Buda no carece de nada.  Más bien al contrario, algo nuevo ha entrado en su vida. No es que carezca de hormonas sexuales.  Están ahí.  ¿Qué es pues lo que le ha ocurrido?  Su consciencia se ha incrementado y su consciencia a penetrado hasta en las células sexuales.  Las células sexuales están ahí, pero son incapaces de comportarse independientemente.  A menos que el centro les ordene que actúen no pueden actuar.  Permanecen inactivas. 
En una persona que es impotente las células sexuales no existen.  En un Buda están ahí y más potentes que en una persona corriente; más fuertes, porque no son nunca empleadas, nunca se utilizan.  La energía se acumula en ellas, hierven de energía, pero la consciencia a penetrado ahora en las células.  Ahora la consciencia no es solamente un punto de arranque; se ha convertido en el amo. 
Puede que Skinner prevalezca en un futuro próximo. Puede que se convierta en una gran fuerza.  Tal y como Marx se convirtió en una gran fuerza para la economía externa de una sociedad; tal y como Marx, cualquier día Pavlov y Skinner se convertirán en el motor central para la economía interna del cuerpo humano y de la mente humana.  Y son capaces de demostrar todo lo que afirman. ¡Pueden demostrarlo!  Pero el fenómeno tiene dos vertientes.

Observas una bombilla eléctrica.  Si destruyes la bombilla, la luz desaparecerá no es que la electricidad desaparezca.  Lo mismo ocurre cuando desenchufas la corriente: la bombilla queda intacta, pero la luz también desaparecerá.  La luz puede pues desaparecer de dos formas.  Si rompes la bombilla, seguirá habiendo electricidad, pero al no existir un medio mediante el cual pueda evidenciarse, no podrá mostrarse como luz.  Si tus células sexuales son destruidas, la sexualidad seguirá estando en ti, pero sin un  medio a través del cual expresarse.  Este es un método. 
Skinner ha experimentado con multitud de animales.  operándoles simplemente en una glándula determinada, un perro feroz se convierte en una imitación de buda.  Se sienta en silencio como si meditara.  No puedes provocarle para que se enfurezca de nuevo.  Hagas lo que hagas te observará sin ira. No es que el perro se haya convertido en un Buda, ni que su mente interior haya desaparecido.  Esto es impotencia.  El medio ha desaparecido, no el deseo.  Si se destruye el medio, si no existe la bombilla, puedes preguntar, “¿Dónde está tu luz y dónde está tu electricidad?”.  Está ahí, pero ahora escondida. 
Las religiones han estado trabajando desde el otro extremo, sin intentar destruir la bombilla.  Eso es algo estúpido porque si acabas con la bombilla no podrás darte cuenta de la corriente que subyace tras ella.  Cambia la corriente, transforma la corriente, permite que la corriente se mueva en una nueva dimensión, y deja que la bombilla permanezca intacta, viva, pero sin luz.

Digo que Skinner puede que prevalezca porque muestra un camino fácil.  Te sientes enojado; puedes ser operado de ello.  Te sientes sexual; puedes ser operado de ello.  Tus problemas serán resueltos, pero no por ti, sino por un cirujano, por alguien distinto de ti.  Y siempre que un problema es resuelto por alguien que no eres tú te pierdes una gran oportunidad porque al solucionarlo, creces. Cuando alguien lo resuelve por ti, permaneces siendo el mismo.  El problema puede ser resuelto sobre el cuerpo y dejará de haber problemas, pero tú ya no serás más un ser humano. 
El énfasis de la religión está en la transformación de la consciencia y lo primero es crear una mayor fuerza consciente en tu interior para ayudar a que esa consciencia se expanda.  Este sutra es hermoso. Dice,

Consolidarse en el sol de la consciencia 
es la única lámpara.

El Sol está muy, muy lejos.  La luz tarda diez minutos para viajar hasta la Tierra, y la luz viaja muy rápido: 300,000 Km. por segundo.  El Sol tarda diez minutos en llegar a la Tierra.  Está muy, muy lejos.  Pero por la mañana el Sol sale y lega incluso hasta las flores de tu jardín. 
“Llegar” tiene un significado distinto.  Solamente son los rayos los que llegan, no el sol.  Por esto si tu energía llega a convertirse en un sol en tu centro más interior, si tu centro se convierte en un centro solar, si te vuelves consciente, consciente centralmente, si tu consciencia crece, entonces los rayos de tu consciencia alcanzarán cada parte de tu cuerpo, llegarán hasta cada célula. Entonces tu consciencia penetrará todas las células del cuerpo.

Es algo así como cuando el sol sale por la mañana, cuando todo adquiere vida sobre la Tierra. De pronto hay luz y el sueño desaparece, la monótona noche desaparece.  De repente todo parece renacer.  Los pájaros comienzan a cantar y extienden otra vez sus alas, las flores se abren y todo cobra vida solamente con el contacto, con el cálido contacto de los rayos del sol.  Por eso cuando posees una consciencia central, cuando tienes una consciencia central, ésta comienza a llegar a cada poro, a cada rincón y a cada lugar.  Penetra en todas las células.  Y posees muchas, muchas células: setenta millones en tu cuerpo.  Eres una gran ciudad, una gran nación.  Setenta millones de células, y actualmente todas ellas son inconscientes. Tu consciencia nunca las ha alcanzado. 
Crece en consciencia y cada célula será penetrada.  Y en el instante en que tu consciencia toque las células, cambiarán.  Su cualidad intrínseca cambia.  Un hombre está dormido; el sol sale y el hombre se despierta.  ¿Es el mismo hombre que estaba durmiendo?  ¿Son lo mismo su sueño y su estado de despierto?  Era un capullo cerrado, yerto, y el sol ha salido y el capullo ha florecido y se ha convertido en una flor.  ¿Es la misma flor?  Algo nuevo la ha penetrado.  Ha aparecido una vitalidad, una capacidad para crecer y florecer.  Un pájaro estaba dormido, como muerto, como materia muerta, pero el sol se ha levantado y el pájaro ha desplegado sus alas.  ¿Es el mismo pájaro?  Es un fenómeno distinto. Algo le ha tocado y el pájaro ha cobrado vida.  Todo estaba en silencio y ahora todo entona una canción.  La mañana es una canción. 
El mismo fenómeno ocurre en el interior de las células del cuerpo de un Buda.  Se le conoce como Buda-kaya, l cuerpo de un Iluminado, de un Buda.  Es un cuerpo distinto.  No es el mismo cuerpo que tú tienes, ni incluso similar al cuerpo que tenía Gautama antes de convertirse en un Buda.

Buda está a punto de morir y alguien le pregunta, “¿Te estás muriendo?  ¿Dónde vas a ir cuando mueras?”.  Buda le contesta, “El cuerpo que nació, morirá, pero hay otro cuerpo, el Buda-kaya, el cuerpo de un Buda, el cual ni ha nacido ni puede morir.  He abandonado el cuerpo que me fue dado, que se me dio a través de mis padres.  Así como una serpiente cambia la vieja piel cada año, yo lo he abandonado.  Ahora existe el Buda-kaya, el cuerpo del Buda”. 
¿Qué es lo que quiere decir esto?  Tu consciencia alcanza todas las células de tu cuerpo, la cualidad intrínseca de tu ser, cambia, se transmuta porque entonces cada célula se vivifica, se vuelve consciente, se Ilumina.  Entonces deja de haber esclavitud.  Te has convertido en el amo.  Simplemente convirtiéndote en un centro consciente, te vuelves el amo. 
Este sutra dice,

Consolidarse en el sol de la consciencia 
es la única lámpara.

Así que, ¿por qué llevas contigo una lámpara de barro cuando acudes al templo?  ¡Coge la lámpara interna!  ¿Por qué quemas cirios en el altar?  No te servirán de nada.  ¡Enciende tu lámpara interna!  ¡Conviértete en un cuerpo de Buda!  Permite que cada una de tus células adquiera consciencia.  No dejes que parte alguna de tu ser permanezca inconsciente. 
Los budistas han conservado algunos huesos de Buda.  La gente cree que son simplemente supersticiones.  No lo son porque estos huesos no son huesos comunes.  ¡No lo son!  Las células, las partículas, los electrones de esos huesos han conocido algo que en muy raras ocasiones sucede. En Cachemira, en una mezquita, se conserva un pelo de Mahoma. Ese no es un pelo ordinario. No es simplemente una superstición.  Ese pelo ha conocido algo.

Trata de comprenderlo así: una flor que no haya conocido nunca un rayo de sol y una flor que sí los haya conocido, que haya conocido al sol, no son las mismas, no pueden serlo.  La flor que nunca ha conocido un rayo de sol nunca ha conocido luz alguna en ella porque ésta surge cuando el sol sale.  La flor está sencillamente muerta; es una potencialidad.  Nunca ha conocido su propio espíritu.  Una flor que ha visto un amanecer ha visto también amanecer algo n ella.  Sabe de un alma.  Ahora la flor ya no es más simplemente una flor.  Ha conocido algo que la ha conmocionado en su interior.  Algo se ha agitado, algo ha cobrado vida en ella. 
Por eso el pelo de Mahoma es algo diferente; posee una cualidad distinta.  Ha conocido a un hombre, ha estado con un hombre que era un sol interior, una luz interna.  Ese pelo se ha sumergido en las profundidades de algo misterioso que raramente sucede.  Consolidarse en esa luz interior es la única lámpara que vale la pena llevar al altar de la deidad.  No hay otra cosa que sirva.

¿Cómo crear este centro de consciencia?  Consideraremos algunos métodos.  Hablaba de Buda y del Buda-kaya y es pues adecuado el comenzar con Buda.  Inventó un método, uno de los métodos más maravillosos, un método de lo más poderoso para crear un fuego interno, un sol interno de consciencia.  Y no solamente para crearlo. El método es tal que, simultáneamente, la luz interior comienza a penetrar las células mismas del cuerpo, de todo tu ser. 
Buda utilizó la respiración como método, el respirar con consciencia.  El método es conocido como “Anapanasati Yoga”, el Yoga de ser consciente del aliento entrante y saliente.  Estás respirando, pero es algo inconsciente.  Y el aliento es prana, el aliento es el elan vital de Bergson: es la vitalidad, la vitalidad misma, la luz misma; y es algo inconsciente.  No te das cuenta de él.  Si tuvieras que ser consciente de él a cada momento, caerías muerto porque sería muy difícil poder respirar. 
He oído que existen ciertos peces que no pueden dormir durante más de seis minutos porque si duermen más tiempo se mueren; se olvidan de respirar.  Si durmieran profundamente, se olvidarían de respirar, y por lo tanto morirían.  Esos peces en particular no pueden dormir por más de seis minutos.  Han de vivir en grupo, siempre en un grupo.  Algunos peces duermen, otros peces han de permanecer constantemente alerta para no dejarles que duerman más de lo permitido.  Cuando se acaba el tiempo, les despiertan, pues sino, el pez que durmiera, moriría.  No volvería a la vida.

Esta es una observación científica.  Sería también un problema para ti si tuvieras que acordarte, si te tuvieras que acordar de respirar.  Tendrías que estar constantemente recordándolo el hacerlo y no podrías acordarte de otra cosa ni por un solo instante.  Si te olvidaras un solo instante, dejarías de existir.  Por eso respirar es algo inconsciente, no depende de ti.  Aunque permanezcas en coma durante meses, seguirás respirando. 
En realidad, me gustaría decir de pasada que esos peces son algo extraño y algún día quizá la ciencia descubra que posen cierta profunda consciencia de la que el hombre carece, porque respirar conscientemente es algo muy difícil.  Esos peces puede que hayan alcanzado cierto grado de consciencia que no está presente en nosotros. 
Buda utilizó la respiración como vehículo para conseguir dos cosas al mismo tiempo.  Una, para crear consciencia, y la otra para hacer que esa consciencia penetre en todas las células del cuerpo.  Dijo, “Respira conscientemente”. No es pranayama.  Es simplemente hacer de tu aliento un objeto de tu consciencia, sin cambio alguno.  No hay necesidad de que alteres tu respiración.  Déjala tal y como está, natural.  Déjala tal y como sea.  No la alteres.  Haz algo más: cuando respires, respira conscientemente.  Deja que tu consciencia se mueva con el aliento entrante.  Cuando expulses el aliento, ve con él.  Entra, sal.  Muévete conscientemente con el aliento; no te olvides ni de una sola respiración.

Se dice que Buda dijo que si eres capaz de ser consciente de tu respiración aún solamente por una hora, estarás ya Iluminado.  Pero no se debe pasar por alto ni un solo aliento.  Una hora es suficiente. Parece tan poco, sólo un pedacito de tiempo, pero no es así.  Cuando lo intentas, una hora de consciencia te parecerá milenios porque por lo general no puedes ser consciente durante más de cinco o seis segundos, y eso aún para un hombre muy consciente.  En caso contrario te olvidarás a cada segundo.  Comenzarás: el aliento entrando.  El aliento ya ha entrado y tú te has desplazado a alguna otra parte.  De pronto te das cuenta de que el aliento está siendo expelido.  El aliento ha sido expulsado y tú estabas en alguna otra parte. 
Acompañar el aliento quiere decir que no debe ser permitido ni un solo pensamiento porque ese pensamiento absorberá tu atención, el pensamiento te distraerá.  Por eso Buda nunca dice que detengas el pensar, sino que dice, “Simplemente respira conscientemente”.  Automáticamente, el pensar se detendrá.  No puedes hacer ambas cosas simultáneamente: pensar y respirar conscientemente.

Un pensamiento llega a tu mente y absorbe tu atención.  Un solo pensamiento y te vuelves inconsciente de tu proceso de respiración.  Por eso Buda empleó una técnica muy simple y al mismo tiempo muy vital.  Les decía a sus bikus, “Haced cualquier cosa que estéis haciendo, pero no os olvidéis algo muy sencillo: acordaos del aliento entrante y saliente.  Acompañadlo, fluid con él”.  Cuanto más lo intentes, cuanto más te esfuerces, más consciente te volverás.  La consciencia se incrementará por instantes.  Es arduo, es difícil, pero una vez eres capaz de percibirlo eres un hombre distinto, eres un ser distinto en un mundo distinto. 
Esto funciona en un doble sentido.  Cuando inspiras  expiras conscientemente, poco a poco te vas acercando a tu centro, porque tu aliento toca el centro de tu ser.  A cada instante en que el aliento ingresa, toca el centro de tu ser. 
Fisiológicamente crees que el respirar es algo para purificar solamente la sangre, que es una función de tu corazón, que es algo corporal.  Crees que es una función de tu corazón, un sistema de bombeo para refrescar tu circulación sanguínea, para aportar más oxígeno a tu sangre, lo cual es algo que necesitas, y expulsar anhídrido carbónico como residuo, como material de desecho, para arrojarlo al exterior, para expulsarlo y sustituirlo.

Pero esto es algo desde el punto de vista fisiológico.  Si empiezas a ser consciente de tu aliento, poco a poco irás profundizando, yendo más allá de tu corazón.  Y un día empezarás a percibir un centro justo al lado de tu ombligo.  Ese centro puede ser percibido solamente si acompañas a tu aliento continuamente, porque cuanto más te aproximas a tu centro, más tiendes a perder consciencia.  Eres capaz  de comenzar cuando el aliento está entrando, cuando está acariciando tu nariz; puedes empezar dándote cuenta.   Cuanto más hacia el interior se desplace, más dificultoso será mantenerse consciente.  Vendrá un pensamiento, o un ruido o cualquier cosa y te habrás ido. 
Si puedes llegar al centro mismo cuando, por un solo instante, el aliento se detiene y se crea una brecha, puede darse el salto. El aliento entra, el aliento sale.  Entre esos dos se da una sutil pausa.  Esa brecha es tu centro.  Cuando acompañas al aliento, solamente entonces, después de un prolongado esfuerzo, te podrás volver consciente del intervalo, cuando no hay movimiento del aliento, cuando el aliento ni entra ni sale.  Entre dos alientos surge un intervalo, una brecha.  En ese intervalo estás en el centro. 
De modo que el aliento es empleado por Buda como un camino para acercarse más y más al centro.  Cuando sale, sé consciente del aliento.  De nuevo surge un intervalo.  Hay dos intervalos: un intervalo dentro y un intervalo afuera.  El aliento entra, el aliento sale: hay una brecha.  Es aún más difícil el darse cuenta del segundo intervalo. 
Observa este proceso. Tu centro se halla entre el aliento que entra y el aliento que sale.  Hay otro centro, el Centro Cósmico.  Puedes llamarlo “Dios”.  Entre el aliento que sale y el aliento que entra hay otra brecha.  Esta brecha es el Centro Cósmico. Esos dos centros no son dos cosas distintas, pero antes tendrás que darte cuenta de tu centro interno y luego te volverás consciente de tu centro externo, y por último podrás llegar a conocer que esos dos centros son uno.  Entonces el “afuera” y el “adentro” pierden su significado.

Buda dice que acompañes conscientemente el aliento y crearás un centro interno de consciencia.  Y una vez que el centro ha sido creado, la consciencia empieza a acompañar tu aliento en tu sangre, a las mismas células, porque toda célula necesita aire y toda célula necesita oxígeno y toda célula, por así decirlo, respira.  ¡Todas las células!  Y en la actualidad los científicos afirman que parece incluso que la Tierra respira.  Y debido al concepto einsteniano del universo en expansión, los científicos teóricos dicen ahora que parece que el universo entero respira. 
Cuando tú inspiras, tu pecho se expande.  Cuando expiras, tu pecho se contrae.  Los científicos teóricos dicen en la actualidad que parece que el universo entero respira.  Cuando el universo entero inspira, se expande.  Cuando el universo entero expira, se contrae. 
En los antiguos puranas hindúes, las escrituras mitológicas, se dice que la creación es una respiración de Brahma, la inspiración, y que la destrucción, pralaya, el fin del mundo, es el aliento que sale.  Una respiración, una creación. 
De un modo miniaturizado, de un modo atómico, lo mismo sucede en ti. Cuando tu consciencia se hace una con tu respiración, tu respiración lleva la consciencia a todas las células.  Los rayos penetran entonces y todo y cuerpo se convierte en un cuerpo de un Buda.  Realmente no posees un cuerpo material.  Posees un cuerpo de consciencia.  Esto es lo que quiere decir el sutra,

Consolidarse en el sol de la consciencia 
es la única lámpara.

Así como estamos aprendiendo acerca del método de Buda, sería conveniente entender otro método, un método más.  El Tantra ha utilizado el sexo. Esa es otra fuerza vital.  Si quieres profundizar tendrás que emplear fuerzas muy vitales, las más arraigadas en ti. El Tantra emplea el sexo.  Cuando estás inmerso en un acto sexual, estás muy cerca del centro de la creación, del centro mismo de la vida.  Si puedes sumergirte en el acto sexual de una forma consciente, se convierte en meditación. 
Es algo muy difícil, más difícil incluso que la respiración.  Puedes respirar conscientemente en pequeña escala, des luego que puedes, pero el fenómeno mismo del sexo requiere tu inconsciente.  Si te vuelves consciente perderás tu deseo sexual y tu lujuria.  Si te vuelves consciente no albergarás deseo sexual en tu interior.  Así que el Tantra ha hecho la cosa más complicada que puede hacerse en este mundo.  En la historia de los experimentos con la consciencia, el Tantra es el que va más lejos. 
Pero, desde luego, uno puede engañarse y con el Tantra el engaño es muy fácil porque nadie más que tú sabe en qué consiste el engaño.  Nadie puede saberlo. Pero solamente uno entre cien puede alcanzar el éxito en el método tántrico de la consciencia, porque el sexo necesita del inconsciente. Por eso un tántrico, un discípulo del Tantra, ha de operar con el sexo, con el deseo sexual, de modo similar como con el aliento. Ha de ser consciente de él. Cuando se está implicado de hecho en el acto sexual, ha de mantenerse consciente. 
Todo tu cuerpo, la energía sexual, alcanza un clímax desde donde explota.  El buscador, el sadhak tántrico alcanza el clímax conscientemente y existe un método con el que poder evaluarlo.  Si la eyaculación sucede de modo automático y tú no eres el amo, entonces no eres consciente de ello.  Entonces el inconsciente ha pasado a ser el amo.  El sexo alcanza su culminación y luego no puede hacer nada más que eyacular. La eyaculación no es algo que hagas tú.  Tú puedes ser el que inicia el proceso sexual, pero nunca puedes ser el que lo termina.  El final siempre corre a cargo del inconsciente.

Si eres capaz de retener el clímax y convertir en un acto consciente el tener o no tener la eyaculación, si eres capaz de regresar desde este clímax sin eyacular o si eres capaz de mantener ese clímax durante horas, si éste es tu acto consciente, entonces eres el amo.  Y si alguien puede alcanzar el clímax sexual, justo al borde del orgasmo, y puede retenerlo y ser consciente de ello, de repente se vuelve consciente de su centro propio más profundo.  ¡De repente!  Y no solamente ocurre que se vuelve consciente de su centro más profundo; también se vuelve consciente del centro de su compañero, de su centro más interno. 
Por eso el practicante del Tantra, si es un hombre, reverenciará siempre a su compañera. La compañera no es simplemente un objeto sexual. ¡Es divina!  ¡Es una diosa!  Y el acto no es en absoluto carnal.  Si puedes sumergirte en él de forma consciente, es el acto más espiritual que puede darse.  Pero llegar a lo más hondo es algo virtualmente imposible.  Emplea pues o bien el sexo o bien la respiración. 
Mahavira utilizó el hambre.  Esa es otra cosa muy arraigada.  El hambre no es sencillamente tener hambre por un sabor o de algo en particular. Es tu misma subsistencia.  Mahavira empleó el hambre, el ayuno, como un método de consciencia.  No es una austeridad.  Mahavira no fue un asceta.  La gente lo ha mal interpretado completamente.  No fue en absoluto un asceta.  Ningún sabio lo es.  Pero empleaba el ayuno, el hambre, como vehículo para ser consciente. 
Puede que te hayas dado cuenta del hecho de que, cuando tu estómago está lleno, te empiezas a sentir somnoliento, empiezas a sentirte inconsciente.  Quieres irte a dormir.  Pero cuando tienes hambre, cuando ayunas, eres incapaz de dormir.  Incluso por la noche das vueltas y vueltas en la cama.  Eres incapaz de dormir cuando ayunas.  ¿Por qué no puedes dormir? Porque es algo peligroso para la vida. El sueño es entonces algo secundario.  La comida es la necesidad perentoria, el obtener alimento.  Eso es lo más necesario. El suelo deja de ser entonces un problema.

Pero Mahavira lo empleaba de una forma muy, muy científica.  Debido a que eres incapaz de dormirte cuando ayunas, puedes recordar con más facilidad.  La consciencia viene a ti más fácilmente.  Y Mahavira empleaba el hambre misma como un objeto para su consciencia.  Se mantenía de pie siempre. Puede que hayas visto las estatuas de Buda sentado, pero las estatuas de Mahavira lo muestran en posición más o menos erecta.  Estaba siempre de pie. Puedes sentir más tu hambre cuando permaneces de pie.  Si estás sentado la percibirás menos; si estás tumbado la sentirás aún menos. Cuando estás de pie, todo el cuerpo empieza a sentirse hambriento.  Sientes el hambre por todo tu cuerpo.  Todo tu cuerpo fluye, se vuelve un río de hambre.  Estás hambriento desde la cabeza a los pies.  No es solamente en el estómago.  Los pies la perciben, incluso el cuerpo entero siente el hambre.  Y Mahavira permanecía de pie en silencio observando, acompañando el hambre tal y como se acompaña el aliento.  Se dice que en el período de sus doce años de silencio, estuvo ayunando más o menos unos once año.  Solamente durante trescientos setenta días en los doce años ingirió comida. El hambre fue el método. 
La comida y el sexo son las cosas más profundas, como el aliento.  Cuando te mantienes siendo consciente de tu hambre, no haciendo nada más que ser consciente, de improviso eres arrojado a tu centro, a tu ser.  Primero, el hambre se mueve superficialmente.  Si no alimentas las capas superficiales, las capas más profundas se vuelven hambrientas.  Si no das alimento a estas capas más internas, niveles aún más profundos se vuelven hambrientos.  Y así sucesivamente.  Por último tu cuerpo entero empieza a sentirse hambriento. Cuando todo el cuerpo está hambriento, eres lanzado al centro.

Cuando sientes hambre, es un hambre falsa.  En realidad, es más o menos un hábito, no hambre.  Si almuerzas a una hora determinada, por ejemplo a la una, entonces a la una comienzas a sentir hambre.  Esta es un hambre falsa, sin conexión alguna con el cuerpo.  Si no comos a la una en punto te darás cuenta que a las dos el hambre ha desaparecido.  Si fuera algo natural, se habría incrementado aún más.  ¿Por qué ha desaparecido?  Si fuera real la hubieras sentido más a las dos y aún más a las tres y más a las cuatro.  Pero ha desaparecido.  Era una costumbre simplemente, una costumbre muy superficial. 
Si un hombre bien alimentado ayuna durante tres semanas, solamente entonces puede saber realmente lo que es la auténtica hambre.  Entonces, por vez primera, sabe lo que es la verdadera hambre.  Así como estás ahora nunca podrás darte cuenta de que el hambre es algo tan poderoso como el sexo.  Es más poderoso, pero solamente el hambre auténtica.  Por eso ocurre que cuando estás ayunando, tu deseo sexual desaparece, porque entonces algo más fundamental está en juego. 
La comida es tu supervivencia, el sexo es para la supervivencia de tu raza.  Es un fenómeno distante, sin relación contigo.  El sexo es el alimento de la raza, no el tuyo.  Morirás, pero a través del sexo la Humanidad puede vivir.  Por eso no es en realidad tu problema.  Es un problema racial.  Puedes hasta olvidarte de él, pero no puedes olvidarte de comer porque ése es tu problema.  Te implica a ti. De modo que si ayunas, poco a poco el sexo desparece, se volverá más y más distante. 
Debido a esto mucha gente se engaña a sí misma.  Creen que si comen menos cada vez se volverán célibes, brahmacharis. No será así. El problema ha sido, sencillamente, dejado de lado.  Dales comida adecuada y el deseo sexual volverá, con más fuerza aún, más fresco, más joven. 
Si ayunas durante más de tres semanas, todo tu cuerpo estará hambriento.  Cada célula, cada célula de tu cuerpo empezará a sentir el hambre.  Entonces, por primera vez, estás hambriento; tu estómago está hambriento, tu cuerpo entero está hambriento.  Estás rodeado por un tremendo fuego de hambre.  Mahavira empleaba este método para mantenerse consciente.  Por eso se mantenía hambriento: ayuno y consciencia.

Un hombre puede vivir sin comida durante tres meses.  Un hombre sano, desde luego.  Un hombre normalmente sano es capaz de estar tres meses sin comer.  ¡Tres meses!  Si ayunas durante tres meses, entonces n día de improviso te encontrarás a las puertas de la muerte.  Este es un encuentro consciente con la muerte y ese encuentro se da solamente cuando estás a las puertas de abandonar tu cuerpo y saltar a tu centro, dentro.  Todo el cuerpo se halla ahora exhausto.  No puede seguir.  Eres lanzado a tu origen y no puedes vivir en tu cuerpo.  Poco a poco eres expulsado de tu cuerpo, hacia adentro, hacia adentro, hacia adentro. 
La comida te lleva hacia fuera.  El ayuno te lleva hacia adentro.  Llega un momento en el que el cuerpo es incapaz de soportarte un instante más.  Entonces eres lanzado a tu centro.  En ese instante tu sol interior es liberado. 
Por eso Mahavira ayunaba durante tres meses, incluso durante cuatro meses.  Estaba extraordinariamente sano.  Es todavía un secreto el porqué, después de tres o cuatro meses, de repente iba al pueblo a mendigar comida.  En realidad, cuando se acercaba al límite en el cual un solo instante podía ser fatal, solamente entonces iba a mendigar comida.  Reentraba en el cuerpo y de nuevo ayunaba, de nuevo se dirigía al centro.  De nuevo entraba en el cuerpo; luego otra vez al centro. 
Así podía darse cuenta de la brecha: el aliento entrante, el aliento saliente.  La vida entrando en el cuerpo, la vida saliendo del cuerpo.  Y permanecía consciente de este proceso.  Ingería comida y permanecía consciente de este proceso.  Ingería comida y regresaba al cuerpo, digámoslo así, y luego volvía a ayunar.  Estuvo haciendo esto continuamente durante doce años.  Era un proceso interno.

He explicado pues tres puntos: el aliento, el sexo y el hambre.  Puntos fundamentales, muy básicos.  Mantente consciente en cualquiera de ellos.  El del respirar es el más sencillo.  Es más difícil emplear el método tántrico.  A la mente le gustaría emplearlo, pero es complicado.  Será difícil el emplear el método del hambre; a la mente no le gustaría.  Esos dos son muy difíciles.  Tanto si te gustan como si no, son difíciles.  Solamente el proceso de la respiración es sencillo.  Y para la era entrante creo que el método de Buda será de mucha ayuda.  Es moderado, fácil, no muy peligroso. 
Por eso Buda es conocido desde siempre como el creador del “camino medio”, majhim-nikaya, el punto medio de oro.  El sexo y la comida están entre esos dos.  El aliento es el punto medio dorado, el centro exacto. 
Y hay muchos métodos más. Con cualquier método puedes establecerte esa luz interior.  Y una vez establecido, tu luz comienza a fluir hacia tus células corporales.  Todo tu mecanismo es entonces refrescado y posees un cuerpo de Buda, un cuerpo de uno que está Iluminado.



ILUMINADOS DE LA EVOLUCION COLECTIVA :

¿Cuál es el significado de los esfuerzos de voluntad 
del hombre para crecer en consciencia?

¿Cuál es el papel de los Iluminados 
en la expansión de la consciencia?

Osho, la consciencia parcial del hombre es una etapa en la evolución de la vida.  ¿Cuál podría ser el significado de sus esfuerzos volitivos en pos de su crecimiento? 
Explica también, por favor, el papel que juegan los Budas, los Iluminados, en la expansión de la consciencia humana.

La evolución es inconsciente.  No se necesita de voluntad alguna, de ningún esfuerzo consciente.  Es simplemente algo natural. Pero una vez que surge la consciencia, entonces eso es diferente.  Una vez aparece la consciencia, la evolución se detiene.  La evolución llega hasta la consciencia.  El trabajo de la evolución es crear la consciencia.  Una vez la consciencia ha aparecido, la evolución se detiene.  Entonces toda la responsabilidad recae sobre la consciencia misma.  Esto es algo que se ha de entender desde distintos aspectos.

El hombre no está evolucionando ahora.  Desde hace ya mucho tiempo, el hombre ha dejado de evolucionar. La evolución se ha detenido en lo que concierne al hombre.  El cuerpo ha alcanzado su culminación.  Desde hace mucho, el cuerpo humano no ha evolucionado. Los huesos más antiguos y los esqueletos humanos más antiguos que han sido hallados no son básicamente distintos de los de nuestros cuerpos.  No hay una diferencia fundamental.  Si un cuerpo de un hombre de mil años de antigüedad pudiera revivir y ser entrenado, sería similar al tuyo.  No habría diferencia alguna. 
El cuerpo humano ha dejado de evolucionar.  ¿Cuándo fue que se detuvo?  Cuando la consciencia aparece, el trabajo de la evolución ha tocado a su fin.  Ahora depende de ti el que evoluciones.  Así el hombre permanece estático, sin evolucionar, a menos que él mismo se esfuerce en ello. Desde ahora, más allá del hombre, todo ha de ser consciente. Por debajo del hombre, todo es inconsciente.  Con el hombre se ha introducido un nuevo factor, el factor de la consciencia, el factor del ser consciente.  Con este factor la función de la evolución ha terminado.  La evolución sirve para crear una situación en la cual surja la consciencia.  Una vez nace la consciencia, toda la responsabilidad recae en la consciencia. Por eso ahora, el hombre será incapaz de evolucionar de modo natural.  No habrá evolución.

La consciencia es la culminación de la evolución, el último escalón.  Pero no es el último escalón de la vida.  La consciencia es el último escalón de la evolución, de toda la herencia animal.  Es el último paso, el clímax, la culminación, pero para un crecimiento ulterior ha de haber un primer paso.  Y cuando digo que la evolución se ha detenido, quiero decir que ahora se requiere de un esfuerzo interno.  A menos que ahora hagas algo, no evolucionarás.  La naturaleza te ha llevado hasta un punto que es el final para la evolución inconsciente.  Ahora eres consciente, ahora sabes.  Cuando sabes, entonces eres responsable. 
Un niño no es responsable de sus actos, pero un adulto sí. Un loco no es responsable de sus actos, pero un hombre cuerdo sí. Si estás bajo el efecto de bebidas alcohólicas dejas de comportarte conscientemente, dejas de ser responsable.  Con la consciencia, la facultad de saber, te vuelves responsable de ti mismo. 
Sartre ha dicho en alguna parte que la responsabilidad es la única carga humana.  Ningún animal es responsable. La evolución es responsable de todo lo que el animal es.  El animal no es responsable de nada.  El hombre es responsable.  Hagas lo que hagas ahora será tu responsabilidad.  Si quieres crearte un infierno y sumergirte en él, puedes hacerlo.  Si quieres evolucionar, si quieres crecer y crear un estado de dicha, depende de ti.

Los existencialistas han hecho una muy sutil, una bella, distinción, que al mismo tiempo es muy significativa. Dicen que en los animales la esencia va primero y que la existencia es un crecimiento posterior.  Esto es algo difícil de entender, pero trata de hacerlo.  Dicen que para los animales, para los árboles, la esencia es lo primero y que la existencia va tras ella.  Hay una semilla. La semilla es en esencia el árbol.  Con toda seguridad va a ser manifestado, expresado.  ¡El árbol vendrá a continuación!  El árbol no va a ser una cosa nueva.  En cierta forma, ya estaba allí.  Por esto, en realidad, la semilla carece de libertad.  el árbol existe en ella.  Y el árbol también carece de libertad; está predestinado por la semilla.  Esto es lo que quiere decir al colocar la esencia en primer lugar, por debajo del hombre, y a continuación la existencia. 
Con el hombre, la situación es totalmente la contraria.  La existencia va en primer lugar y le sigue la esencia.  No naces con futuro prefijado; has de creártelo.  Naces, posees pues una existencia, una existencia simple, sin esencia.  Ahora crearás la esencia. Así, el hombre se crea a sí mismo.  Un árbol es creado por la naturaleza, pero el hombre se crea a sí mismo. 
El hombre nace simplemente con una existencia, sin esencia alguna.  Luego todo lo que hagas dará lugar a tu esencia.  Tus actos te crearán, y la libertad es multidimensional.  Un hombre puede convertirse en lo que sea o puede no ser nadie. Puede permanecer siendo una existencia sin esencia, puede seguir siendo un cuerpo sin alma.  El alma ha de ser, de alguna manera, creada.

Gurdjieff solía decir que careces de alma, que no tienes alma.  A menos que la crees, ¿cómo vas a tenerla?  Parece que contradice todas las enseñanzas religiosas, pero no es así. Cuando la religión afirma que todo el mundo posee un alma, solamente quiere decir que todos podemos poseer un alma.  Es una posibilidad.  Puedes desarrollar un alma.  Si ya tuvieras un alma no habría diferencia entre una semilla y tú.  Si ya tuvieras un alma no habría diferencia entre una semilla y tú.  Si creces como una semilla que se convierte en árbol, entonces no hay diferencia entre el hombre y todo lo que existe por debajo del hombre. 
El hombre es libertad; la libertad de ser. Puede ser muchas cosas o no puede ser nada.  Pero puede que permanezca simplemente como posibilidad sin llegar a ser nada.  Eso crea inestabilidad y da miedo. 
Kierkegaard ha aportado el concepto de “terror”.  Dice que el hombre vive sumido en el terror.  ¿A qué se debe este terror, este miedo? Este es el miedo: que seas simplemente una posibilidad y nada más.  Que poseas existencia únicamente, sin esencia.  Eres capaz de crearla, pero puedes no hacerlo. La responsabilidad es tuya.  Es un estado sumamente pavoroso.  No hay nada que sea cierto.  El hombre está inseguro.  A cada instante, multitud de direcciones se abren y te has de mover hacia alguna, de alguna forma, sin saber hacia adonde te estás dirigiendo, sin saber cuál va a ser el resultado, sin saber que será de ti mañana.

Tu mañana no nacerá automáticamente de tu hoy, pero el mañana de una semilla surgirá automáticamente de su hoy.  La muerte de un animal será el resultado automático de su vida, pero no ocurrirá así contigo.  Esa es la diferencia.  Tu muerte te la ganarás tú; serás responsable de ella.  Y por eso cada hombre muere de una forma determinada.  No hay una muerte de un hombre que sea similar a la de algún otro. No puede serlo. 
El perro A, el perro B, el perro C, sólo pueden morir de una forma.  Su muerte es simplemente parte de su vida.  No son responsables de su vida, no son responsables de su muerte.  Cuando alguien dice que morirá como un perro, significa que morirá sin evolucionar, sin haberse vuelto esencia.  Se mantendrá solamente como una posibilidad.  Dos perros mueren de forma similar; nunca pasa lo mismo con dos hombres.  No pueden morir de modo similar, y si mueren de forma semejante, significa que han dejado escapar la oportunidad de evolucionar.  Con la presencia de la consciencia tú eres el responsable de todo, no importa de qué.  Es una pesada carga y una gran angustia.  Da miedo.  Estás al borde de un abismo.  Esto es lo que quiero decir cuando afirmo que el hombre necesita ahora de un esfuerzo consciente.  Ser un hombre quiere decir que se entra en el campo de la evolución consciente.  Millones y millones de años te han creado, pero ahora la naturaleza no te va ayudar.  Esta es la culminación del crecimiento natural. Ahora la naturaleza no puede hacer nada por ti. Ya ha hecho todo lo que podía.  Debido a este hecho existirá implícita una profunda tensión interna en todo momento.

El hombre está en tensión.  Es algo natural y es bueno que lo esté.  No trates de olvidarte de ello: ¡úsalo! Puede que intentes olvidarte; entonces te perderás la oportunidad. Cualquier esfuerzo por olvidar tu tenso estado mental es algo erróneo, peligroso.  Estás retrocediendo.  Emplea esta tensión interna para crecer, para ir más lejos.  Ahora eres incapaz de ir más lejos mediante el cuerpo.  El cuerpo se ha convertido en un cul-de-sac, en un callejón sin salida.  No hay un progreso ulterior. 
El cuerpo se mueve horizontalmente.  Es algo así como esto: un aeroplano rodando en tierra, por una pista, para poder despegar. Hay un momento en el que deberá dejar de rodar en horizontal.  Tendrá que recorrer uno, dos, o tres kilómetros para tomar impulso.  A partir de ahí el seguir rodando en tierra perderá todo sentido.  Y si un aeroplano sigue rodando en la pista, no es un aeroplano; se comporta como un coche.  Cuando alcanza el suficiente impulso, el aeroplano despega y comienza un movimiento ascendente. 
Esto es lo que ha ocurrido con el hombre.  Hasta el hombre, la evolución ha estado, digámoslo así, rodando por la pista.  Ahora el hombre se ha convertido en el impulso.  Con el hombre, el único movimiento posible es el ascendente.  Si analizas esto y piensas, “Hemos de seguir rodando por la pista porque lo hemos estado haciendo desde hace millones de años”, te estás equivocando porque todo este rodar estaba en función del momento en que pudieras despegar. 
Los animales ruedan hacia el hombre, los árboles ruedan hacia los animales, la materia rueda hacia los árboles, todo en esta tierra rueda en dirección al hombre.  ¿Hacia qué rueda pues el hombre? El hombre es el foco central.  Todo crece en dirección al hombre. Para el hombre no existe el movimiento horizontal.  Y si tú continúas moviéndote en horizontal, tu vida no será verdaderamente una vida humana.

Tu vida la forman numerosos niveles no humanos.  A veces te comportas como un animal. Si te mueves en horizontal puede que a veces seas como un vegetal y a veces puede que seas como materia muerta, pero nunca un hombre. Observa pues las profundidades de tu vida.  No ha dado un giro en vertical.  ¿Qué estás haciendo entonces?  Si analizas en detalle cada uno de tus actos descubrirás que una clase de actos pertenece al mundo animal, otra pertenece al mundo vegetal, etc.  Considera tu actividad, tu vida y entonces descubrirás que es como si fuese materia sin vida; ciertas cosas son algo así como un crecimiento vegetal y tras como un animal. ¿Dónde está el hombre? 
Con el impulso vertical el hombre entra en la Existencia y a partir de ahí depende de ti.  La evolución consciente va a ser a partir de ahora la única evolución.  Por eso la religión se volverá más y más importante cada día. 
Día a día, a cada instante, la religión será más y más importante porque ahora los científicos perciben el hecho de que al parecer no existe el movimiento.  Desde luego, horizontalmente no hay movimiento.  No puedes progresar más, todo se ha detenido. Por eso la ciencia se limita sencillamente a complementar tus sentidos. 
Tus ojos han dejado de evolucionar, por eso ahora empleas instrumentos para ver.  Tu cerebro ha dejado de evolucionar, por eso ahora empleas ordenadores.  Tus piernas han dejado de evolucionar, por eso ahora empleas los coches.  Todo lo que la ciencia aporta son sencillamente instrumentos adicionales en ayuda de un crecimiento que se ha estancado.

El hombre no está creciendo, solamente los nuevos instrumentos se están desarrollando.  Y, desde luego, cada instrumento incrementa tu poder, pero tú no creces con él.  Más bien es el caso contrario.  Los coches han aumentado mucho la cuestión de la rapidez, pero han acabado con tus piernas. Esto es algo lamentable, pero es lo que va a ocurrir.  Si los ordenadores reemplazan la mente del hombre, y la reemplazarán porque la mente del hombre no es tan eficiente como la de un ordenador, será algo grande, pero en último término destruirá la mente humana porque todo aquello que no es utilizado es destruido. 
Por eso la ciencia percibe ahora que cualquier cosa que se vaya a hacer no es más que dar una falsa noción de evolución.  Si retrocedemos al pasado, la velocidad más alta alcanzable era la velocidad de un caballo, unos 40 Km. por hora. Ahora hemos llegado a los 40.000 Km. por hora.  La velocidad ha evolucionado desde los 40 Km. por hora hasta los 40.000 Km. por hora.  No el hombre, sino la velocidad es la que ha evolucionado.  ¡No ha sido el hombre!  El hombre permanece igual.  O, más bien al contrario, el hombre ha retrocedido porque un hombre montando un caballo, es más fuerte que un hombre pilotando un aeroplano.  La velocidad ha progresado, ha evolucionado, pero el hombre ha retrocedido. 
Un grupo determinado de científicos opina que el hombre es una regresión, no una evolución.  Puede que sea así porque en la vida nunca puedes permanecer estático.  Si no evolucionas, retrocedes.  No hay un instante estático en la vida, no puedes quedarte en un punto determinado.  No puedes decir, “No estoy desarrollándome, por lo tanto me quedaré tal y como soy.  Mantendré el status quo”. ¡No puedes mantenerlo!  O bien vas hacia delante o bien retrocedes.  Un grupo determinado de científicos opina que el hombre está retrocediendo día a día, que está ocurriendo una “infantilización”. El hombre se comporta más como un niño que como un adulto, en cualquier parte de la Tierra.

Analizando, muchas cosas resultan claras y obvias. Una: en el pasado, siempre era el anciano, el hombre evolucionado, el que era predominante en la sociedad, pero nuestra sociedad es la única sociedad en la historia mundial en la que los niños se han convertido en los que mandan.  Lo dominan todo, todas las tendencias, todas las modas, todo.  Son los modelos. Todo lo que hacen se convierte en religión, todo lo que hacen se convierte en política, todo lo que hacen establece determinadas tendencias en el mundo. 
Si retrocedemos, un hombre de treinta años se comportaba de un modo maduro. Ahora no ocurre así.  Incluso una persona de treinta años se comporta infantilmente, de forma juvenil, con las mismas rabietas, con las mismas actitudes infantiles.  ¿Cuáles son esas actitudes infantiles?  Un crío cree que es el centro del mundo y que todos sus deseos han de ser satisfechos de inmediato. Lo son.  Cuando está hambriento se le proporciona leche, cuando solloza todo el mundo le presta atención. Toda la familia se dispone en torno a él.

Los niños se convierten en dictadores.  Saben como ejercer una dictadura sobre la familia al completo.  Un niño de muy poca edad es el dictador de toda la familia.  Al padre, le persuade; a la madre la soborna.  ¡Incluso con los invitados se comporta dictatorialmente!  Un niño se cree el centro del mundo. Ha de ser soportado, ayudado por todos sin pagar nada.  No está para dar amor, solamente para pedirlo.  Desde luego no podemos esperar de un niño que ame.  Pide y pide de todo y si sus peticiones no son satisfechas se vuelve violento, se enfada.  Se vuelve en contra del mundo entero, se pone a romper cosas. 
En la actualidad esto sucede con todo el mundo.  Siempre fue así con los niños, pero ahora ocurre con todo el mundo.  Nuestras mal llamadas revoluciones no son nada más que tentativas infantiles.  Nuestras llamadas rebeliones no son nada más que el considerarse cada uno a sí mismo como centro del mundo.  Todos sus deseos han de ser satisfechos inmediatamente y si no es así, entonces destruirá el mundo. 
Los estudiantes se rebelan en las universidades de todo el mundo.  Simplemente muestran sus mentes inmaduras, juveniles.  ¿Qué significado tiene el que los estudiantes arrojen piedras a las ventanas de los edificios universitarios, el que incendien los edificios, que destruyan?  ¿Qué quiere decir esto?  Carecen por completo de madurez.  Y si comienzas a pensar en ello, no son solamente los estudiantes y los niños, los chicos y las chicas. Si analizas al hombre moderno, incluso a un padre o a una madre, observarás que se comportan de un modo infantil.  Si observas a nuestros políticos, verás que se comportan de forma infantil careciendo por completo de madurez alguna. 
¿Qué es lo que ha sucedido?  En realidad, el desarrollo del hombre se ha detenido.  El crecimiento evolucionario se ha detenido.  Y en la actualidad disponemos de un substituto para este desarrollo la acumulación científica. El hombre se ha detenido; las cosas siguen creciendo.  Tu casa se vuelve más y más grande y tú sigues siendo el mismo. Tu fortuna crece y por esto sientes que tú estás creciendo.   Tu conocimiento crece, tu información aumenta y debido a esto crees que te estás desarrollando.

Desde luego que, obviamente, un Buda sabe menos que tú, pero eso no quiere decir que tú estás más desarrollado.  Un Jesús sabe menos que tú.  Sabe menos que cualquier cura católico porque nunca fue educado, entrenado.  Fue sencillamente el hijo de un carpintero, sin educación, sin información sobre el mundo, pero aún así no estás más evolucionado que él.  Un Mahoma es un completo analfabeto, un Kabir es un don nadie, pero ellos están más evolucionados.  Así pues esa evolución es algo más: una evolución de la consciencia, no solamente de las cosas. 
Puedes sustituir el “ser” por el “tener”.  El “ser” es una dimensión diferente del crecimiento, es una dimensión vertical.  El “tener” es horizontal.  Las cosas siguen y siguen y tú posees tantas cosas, tanta información, tanto conocimiento, tanta fortuna, tantos títulos, tantos honores.  Pero esto es acumulación, es horizontal.  No han un empuje vertical. Tú permaneces siendo el mismo.  Y realmente, no puedes permanecer el mismo porque si no creces empiezas a comportarte infantilmente; retrocedes.  Este es uno de los mayores problemas con los que la Humanidad se está enfrentando hoy en día. 
La ciencia solamente puede aportarte cosas.  Puede darte lunas y planetas, puede proporcionarte el universo entero.  La religión sólo puede darte una cosa: el movimiento ascendente, un crecimiento vertical, una metodología consciente para crecer en el ser.  Lo que tú posees no es algo importante.  Es totalmente irrelevante con respecto a tu desarrollo. Lo único significativo es lo que eres y este crecimiento hacia el ser es una responsabilidad debido a que es una libertad. No eres obligado a crecer por las fuerzas de la evolución; puedes elegir.

La evolución no te está empujando. Ella incita a los animales, a los árboles, los dirige todo excepto al hombre.  La evolución obliga tanto, que todo se ve impelido a crecer.  Pero con el hombre esto se ha acabado.  Ahora te has vuelto consciente de modo que puedes hacer lo que te dé la gana. 
Sartre dice que el hombre está condenado a ser libre.  ¡Condenado a ser libre!  La naturaleza entera se halla en paz debido a que no hay libertad. La libertad es una pesada carga; ese es el motivo por el cual nos disgusta la libertad. digamos lo que digamos, a nadie le gusta la libertad.  Todos temen la libertad. La libertad es una cosa peligrosa.  En la naturaleza la libertad no existe, por eso hay tanto silencio.  Nunca le podrás decir a un perro, “Eres un perro imperfecto”.  Todos los perros son perfectos. Puedes decírselo a un hombre, “No eres un hombre perfecto”.  Entonces sí tiene sentido.  Pero decirle a un perro, “No eres un perro perfecto”, es absurdo. Todos los perros son perfectos porque un perro no es libre para elegir. Es empujado por la evolución.  Es hecho, no se crea a sí mismo.

Una rosa es una rosa.  Por muy bella que sea, no es libre, es solamente una esclava. Es dirigida.  No tiene libertad para florecer o no florecer.  No existe ningún problema, no hay elección; una flor ha de florecer.  La flor no puede decir, “No me gusta florecer” o “Me niego a ello”.  No tiene elección, no tiene libertad. por eso la naturaleza es tan silenciosa: es una esclava. No puede equivocarse, no puede errar. Y si no puedes equivocarte, si siempre haces lo correcto, y si “lo correcto” no está en tus manos, estás simplemente dirigido por fuerzas externas. 
La naturaleza es una gran esclavitud.  Con el hombre, por vez primera, la libertad hace su aparición.  El hombre tiene libertad para ser o para no ser.  Y así surge la angustia, el miedo de si será o no capaz, de si podrá o no podrá ser, el miedo por lo que va a suceder.  Hay una profunda incertidumbre.  Cada instante es un instante incierto.  No hay nada fijo ni cierto, nada es predecible con el hombre.  Todo es impredecible.

Hablamos de la libertad, pero a nadie le gusta la libertad. Por eso continuamos hablando de la libertad, pero creamos esclavitud.  Hablamos de libertad y luego creamos una nueva esclavitud.  Nuestra libertad misma no es más que un cambio de cautiverio.  Cambiamos de una esclavitud a otra, de una dependencia a otra.  A nadie le complace la libertad porque la libertad crea miedo.  Entonces has de decidir y elegir. Le preguntamos a uno u a otro que nos indique qué hay que hacer.  A la sociedad, al gurú, a las escrituras, a la tradición, a los padres.  Alguien nos ha de indicar qué es lo que debemos hacer, alguien nos ha de indicar el amino. Luego podemos seguirlo, pero no somos capaces de movernos por nosotros mismos.  Existe la libertad y existe el miedo. 
Por eso existen tantas religiones.  No existen por causa de Jesús, de Buda o de Krishna. Surgen debido a la existencia de un arraigado temor hacia la libertad. no puedes ser solamente un hombre. Has de ser un hindú, un cristiano o un musulmán. Así siendo un cristiano, pierdes tu libertad; siendo un hindú, dejas de ser un hombre porque ahora puedes decir, “Sigo una tradición. No estoy pisando suelo desconocido, inexplorado.  Voy por un camino bien determinado.  Sigo a alguien, no estoy yendo solo. Soy un hindú, por eso voy con la multitud, no me muevo como individuo.  Si me muevo como individuo, solo, entonces surge la libertad.  entonces a cada instante he de decidir, a cada instante he de dar nacimiento a mí mismo, a cada instante estoy creando mi propia alma.  Y nadie será el responsable; en última instancia sólo yo seré el responsable”.

Nietzsche ha dicho, “Ahora Dios ha muerto y el hombre es completamente libre”.  Si Dios está realmente muerto, entonces el hombre es totalmente libre.  Y el hombre no está asustado por la muerte de Dios; está mucho más asustado de su propia libertad.  Si existe un Dios, entonces todo está bien con respecto a ti.  Si no hay un Dios, entonces se te deja completamente libre.  Estás condenado a ser libre.  Haz entonces lo que quieras y sufre las consecuencias y nadie más será el responsable. 
Erich Fromm ha escrito un libro titulado “El miedo a la libertad”.  Te enamoras y empiezas a pensar en casarte.  El amor es libertad; el matrimonio es esclavitud.  Pero es difícil encontrar una persona que s enamore y no empiece a pensar en casarse inmediatamente.  Debido a que el amor es una libertad, existe el miedo.  El matrimonio es algo fijo; entonces no hay temor.  El matrimonio es una institución muerta; el amor es un acontecimiento, vivo.  Tiene vida, puede cambiar. El matrimonio carece de vida, nunca cambia.  Por esto el matrimonio posee una certeza, una seguridad. 
El amor no tiene certeza ni seguridad. El amor es inseguro.  En cualquier instante puede desaparecer en la nada tal y como ha surgido de la nada.  ¡En cualquier instante puede desaparecer!  No es terrenal, no tiene raíces en la Tierra.  Es impredecible. Así pues, “Mejor es casarse.  Entonces habrá unas raíces.  Entonces este matrimonio no podrá desaparecer en la nada.  ¡Es una institución!”.  En todas partes, tal y como ocurre con el amor, en todas partes, cuando encontramos la libertad, la transformamos en esclavitud.  ¡Cuánto antes mejor!  Entonces nos sentimo en paz.  Por eso toda historia de amor acaba en matrimonio.  “Se casaron y vivieron felices para siempre”.

Nadie es feliz, pero es bueno acabar ahí la historia porque entonces comienza el infierno.  Por eso, toda historia acaba en el momento más hermoso.  ¿Y cuál es ese instante?  ¡La libertad convirtiéndose en esclavitud!  Y no solamente ocurre con el amor, ocurre con todo.  Por eso el matrimonio es algo repulsivo.  Ha de serlo.  Todas las instituciones han de ser repulsivas porque son solamente el cuerpo sin vida de algo que estuvo vivo.  Pero con cualquier cosa que esté viva, la incertidumbre estará presente. 
“Vivo” quiere decir que puede moverse, que puede cambiar, que puede ser diferente.  Te quiero y un instante después puedo no quererte, pero si soy tu marido o tu mujer puedes tener la certeza de que en el instante siguiente sí seré tu marido o tu mujer.  Es una institución.  Lo muerto es permanente; lo vivo es momentáneo, cambiante, fluye. 
El hombre se siente asustado ante la libertad, y la libertad es la única cosa que te hace un hombre.  Por eso somos suicidas: destruimos nuestra libertad.  y con esa destrucción estamos destruyendo todas nuestras posibilidades de ser.  Entonces el “tener” es lo correcto porque “tener” significa acumular cosas muertas.  Puedes seguir acumulando; no tiene fin.  Y cuanto más acumulas, más seguro te sientes.  Cuando afirmo, “Ahora el hombre ha de funcionar conscientemente”, quiero decir que tienes que ser consciente de tu libertad y también ser consciente de tu miedo a la libertad.

¿Cómo emplear esta libertad?  La religión no es nada más que un esfuerzo hacia la evolución consciente, un esfuerzo en pos de cómo emplear esta libertad.  Tus esfuerzos de voluntad son ahora importantes.  Cualquier cosa que hagas de forma no voluntaria forma parte del pasado.  Tu futuro depende de tus actos voluntarios. Un simple acto hecho conscientemente, según tu voluntad, te aporta cierto crecimiento. Incluso un acto ordinario. 
Estás ayunando, pero no porque carezcas de comida.  Tienes comida, puedes comerla.  Tienes hambre, puedes comer.  Sigues ayunando.  Este es un acto volitivo, una acción consciente.  Ningún animal puede hacer esto.  Un animal ayunará cuando no hay comida, pero solamente el hombre es capaz de ayunar cuando se juntan el hambre y las ganas de comer.  Este es un acto volitivo.  Empleas tu libertad.  el hambre no puede coaccionarte.  El hambre no puede impelerte y la comida no puede condicionarte. 
Si no hay comida, no es un ayuno.  Si no está presente el hambre, es naturopatía, no es un ayuno.  El hambre está ahí, la comida está ahí y tú estás en ayuno.  Este ayunar es un acto de voluntad, un acto consciente.  Esto te aportará mucha consciencia.  Experimentarás cierta sutil libertad. Liberación de la comida, liberación del hambre.  En realidad, en lo profundo, liberación del cuerpo, y aún más profundo, liberación de la naturaleza.  Y tu libertad crece y tu consciencia crece.  A medida que tu consciencia crece, tu libertad crece.  Están interrelacionadas.  Sé más libre y serás más consciente; sé más consciente y serás más libre.  Son interdependientes.

Pero somos capaces de engañarnos a nosotros mismos.  Un hijo, una hija pueden decir, “Me rebelaré contra mi padre para ser así más libre”.  Los hippies están haciendo esto.  Pero la rebelión no es libertad porque es sencillamente algo natural.  A cierta edad el rebelarse en contra de los padres no supone libertad alguna, es simplemente algo natural.  Un niño que está saliendo del vientre de su madre no puede decir, “Estoy abandonando el vientre”.  Es algo natural. 
Cuando alguien alcanza la madurez sexual, es un segundo nacimiento.  Ahora ha de luchar en contra de sus padres porque únicamente combatiendo a sus padres podrá alejarse de ellos.  Por eso todo niño irá en contra de sus padres; es algo natural.  Y si un niño no se opone a sus padres, eso supone un crecimiento, porque entonces lucha contra la naturaleza. 
Por ejemplo, te casas.  Tu madre y tu esposa van a hallarse en conflicto, lo cual es natural, digamos, porque para la madre es un gran shock.  Te has ido con otra mujer.  Hasta ese instante eras total y exclusivamente de tu madre.  Y no importa que ella sea tu madre, en lo más hondo nadie es una madre de nadie ni nadie es una esposa.  En lo más profundo toda hembra es una mujer.  De repente te has ido con otra mujer y la mujer que hay en tu madre sufrirá, se sentirá celosa.  La lucha y el conflicto son algo natural.  Pero si tu madre aún puede amarte, eso supone un crecimiento.  Si tu madre puede amarte más de lo que te ha estado amando, ahora que te has ido con otra mujer, eso es crecer, eso es crecer conscientemente.  Ella está superando sus instintos naturales.

Cuando eres un niño amas a tus padres.  Eso es algo natural, un simple pacto.  Estás indefenso y ellos hacen todo por ti.  Los amas y los respetas.  Cuando tus padres se hayan vuelto viejos y no puedan hacer nada por ti, si todavía les respetas y les amas, eso supondrá un crecimiento.  En cualquier momento en que trasciendes los instintos animales, creces. Has realizado un acto voluntario, por eso tu ser crecerá y adquirirás una esencia. 
La antigua cultura hindú intentó por todos los medios transformar la vida de un modo tal que todo se convirtiera en fuente de crecimiento.  Es natural para un niño que respete a su padre, pero no es natural que lo respete cuando se ha vuelto viejo, anciano, incapaz de hacer nada por el niño y se ha convertido simplemente en una carga para él.  ¡Entonces no es natural!  Ningún animal hace esto; la pauta natural se ha roto.  Solamente el hombre es capaz de hacerlo, y si se hace, creces.  Es volitivo.  Creces con cualquier acto volitivo, sea simple o complejo. 
Te voy a contar una historia.  En el Mahabarata, el padre de Bishma se enamora de una chica.  Era muy anciano.  Pero incluso cuando eres viejo, enamorarse, es algo natural.  Incluso en el lecho de muerte puedes enamorarte. La chica estaba dispuesta pero el padre de ella estableció una condición.  Dijo, “Tú tienes a tu hijo, Bishma”.  Bishma era joven, en la edad de casarse. El padre de la chica dijo, “Bishma heredará tu reino, por eso asegúrame que si mi hija te da un niño, él heredará el reino, no Bishma”.

Era antinatural para el padre el decir esto a Bishma.  Era un anciano que podía morir en cualquier momento, pero se sentía preocupado y se volvió triste, por lo que Bishma le preguntó: “¿Qué ocurre?  ¿En qué piensas?  ¿Qué puedo hacer, dímelo?”. 
Por eso se inventó una historia.  Los ancianos son muy duchos en eso. Dijo, “Debido a que eres mi único hijo, el único, y debido a que nadie puede confiar en la naturaleza, si murieras o algo te sucediera, ¿quién heredaría mi reino?  He hablado con los sabios y me han aconsejado que es mejor que me case de nuevo para que pueda tener así otro heredero”. 
A lo que Bishma dijo, “¿Qué hay de malo en ello?  ¡Cásate!”. 
Entonces el padre le dijo, “Existe un problema.  Quiero casarme con esa chica, pero su padre quiere como condición “Que tu hijo Bishma no herede el reino.  Solamente podrá hacerlo el hijo de mi hija”. 
A lo que Bishma dijo, “De acuerdo.  Te lo prometo”. 
Bishma acudió al hombre cuya hija iba a desposarse con su padre.  Le dijo, “Te prometo que no heredaré el reino”. 
Pero ese hombre era un pescador, muy vulgar.  Le dijo, “Lo sé.  Pero, ¿cómo puedes prometerme eso?  Tus hijos pueden crear problemas. Y nosotros somos simples pescadores, gente muy sencilla.  Si tus hijos crean problemas, no podremos hacer nada”.

A lo que Bishma respondió, “Te lo prometo: nunca me casaré. ¿De acuerdo?”.  Y entonces se acabó toda la historia. 
Esto es algo muy poco corriente.  El era un joven y nunca se casó, nunca miró a una mujer con deseo carnal.  Esto supuso un crecimiento.  Esto creó un sutil ser, una integración, una cristalización.  No hubo entonces necesidad de otra sadana, de otra práctica espiritual!  Esta única acción fue suficiente.  Cristalizó.  ¡Esta promesa fue suficiente!  Se convirtió en un hombre distinto, empezó a crecer en vertical.  La línea natural horizontal se detuvo.  Con esa promesa, todo se detuvo.  No había una posibilidad biológica ahora.  Todo lo que fuera natural se volvió carente de sentido. 
Pero un Bishma es raro. Sin ninguna otra práctica espiritual, sin otro esfuerzo espiritual más que éste, alcanzó la culminación más alta posible.   Por eso con cualquier acción simple o compleja que sea una decisión consciente de tu parte –sin ninguna fuerza orientadora detrás, sin ninguna fuerza natural obligándote a decidir-, si es tu decisión, a través de esta decisión tú eres creado.  Toda decisión es decisiva para tu nacimiento; naces en una nueva dimensión.  Emplea pues cada acción; incluso las acciones más comunes. 
Estás sentado.  Decide que “No voy a mover mi cuerpo durante diez minutos”.  Te sorprenderás al ver que aunque el cuerpo no se estaba moviendo antes, ahora el cuerpo te obliga a moverte.  Empiezas a percibir muchos sutiles movimientos en tu cuerpo de los cuales no eras consciente.  El cuerpo se rebelará.  Todo el pasado está tras él y el cuerpo dirá, “Me moveré”.  El cuerpo empezará a temblar, habrá pequeños temblores y tendrás numerosas tentaciones de moverte, rascarte en alguna parte.  Muchas cosas sucederán.  Estabas sentado anteriormente sin moverte, pero ahora no puedes permanecer sentado.  Pero si puedes permanecer sentado durante diez minutos sin moverte, no tendrás necesidad de otra meditación. 
En Japón llaman al “estar simplemente sentado”, la única meditación.  Lo denominan “Za-zen” significa simplemente estar sentado.  Pero siéntate y no hagas nada más.  Cuando un buscador acude a un Maestro zen, el Maestro le dice, “Simplemente permanece sentado; siéntate durante horas”.  En un monasterio zen verás a muchos, muchos buscadores sentados durante horas.  Simplemente estando sentados, sin hacer nada.  No se les da meditación alguna, ni contemplación, ni oración.  El estar sentado es la única meditación.

Un buscador permanecerá sentado durante seis horas sin movimiento alguno, y cuando todo movimiento se desvanece, se elimina, cuando no queda ningún movimiento, no tan sólo ningún movimiento, sino ningún deseo interno de moverse, estás centrado, ¡has cristalizado!  Has empleado el mismo acto de sentarse para ejercer tu voluntad, tu volición, tu consciencia. 
Es algo muy difícil.  Si te digo, “Cierra simplemente los ojos y no los abras”, se te presentarán muchas tentaciones.  Y entonces te sentirás incómodo por no abrirlos, y los abrirás.   Y puedes engañarte a ti mismo con “No los estoy abriendo.  De repente se han abierto por sí mismos; los ojos se han abierto solos.  No era consciente”.  O puedes engañarte de otra forma: puedes atisbar un poco, un pequeño vislumbre y luego los cierras. 
Si puedes mantener tus ojos cerrados como un simple acto de tu voluntad, eso te ayudará.  Cualquier cosa puede convertirse en un medio para crecer, así que observa tus hábitos.  Y hagas lo que hagas, halo voluntariamente.  Todo, cualquier hábito, puede ser utilizado, cualquier acción mecánica puede ser empleada.  Empieza a actuar de otra forma; cambia y luego, una vez decidas hacer algo, hazlo.  Sino puede ser fatal.

¡Y es fatal!  Si tomas una decisión y no la ejecutas, es mejor que no la hubieras tomado porque esto te conmocionará profundamente.  Y seguimos haciéndolo.  Seguimos decidiendo hacer y no hacemos. Por último, perdemos nuestra capacidad de ejercer la voluntad y empezamos a sentir una profunda carencia de voluntad, una profunda impotencia, una profunda debilidad.  Y decides sobre cosas muy comunes.  Alguien decide, “No voy a fumar”, y al día siguiente está fumando.  Puedes pensar, “¿Qué hay de malo en ello?  Fue una decisión mía y yo soy el amo de mis decisiones, por eso la he cambiado”. 
¡No lo eres!  Has cambiado porque no eres el amo.  El fumar ha demostrado ser el amo, no tú.  El fumar es más poderoso que tú.  En este caso es mejor no tomar una decisión.  Seguir fumando.  Pero si tomas una decisión, haz que ésta sea una decisión definitiva.  Nunca te apartes de ella.  Eso te aportará un crecimiento. 
Desde luego que todos los hábitos lucharán en tu contra y tu mente dirá, “¿Qué es lo que estás haciendo?  ¡Te equivocas!”.  Tu mente se justificará de muchas maneras.  No digo que el fumar no sea algo malo.  Digo que he decidido no fumar y entonces el fumar no es lo adecuado.  Haz incluso a la inversa: si decides fumar, fuma. No te detengas entonces.  Ocurra lo que ocurra, tengas cáncer o lo que sea, déjalo que ocurra.  Si todo el mundo está en contra de ello, deja que lo estén.  Si has decidido fumar, fuma.  Aún si te cuesta la vida, sigue fumando.  Eso te hará crecer. 
El tema no es cigarrillos si, cigarrillos no, fumar o no fumar.  En realidad lo importante es una cuestión de decisión, de voluntad, de una acción voluntaria.  Sea cual sea el objeto es irrelevante, pero decídete y con esas pequeñas decisiones puedes alcanzar un gran poder de voluntad.  Con decisiones de poco alcance.

Di simplemente, “No miraré por la ventana durante una hora”.  Es una determinación muy, muy sencilla, sin un valor particular, sin sentido.  ¿Quién se preocupará de ver si miras o no miras por la ventana?  Y no hay nada que esté ocurriendo en el exterior.  Pero en el instante en que decides no mirar por la ventana todo tu ser se rebela y le gustaría mirar y la ventana se convierte en el punto focal del mundo.  Es como si fueras a perderte un gran acontecimiento, ¡algo va a ocurrir allí! 
Un día Mulla Nasrudin decidió no acudir al mercado.  Era temprano por la mañana; las cinco en punto. No había porque ir al mercado. ¡Sencillamente decidió no ir!  Y entonces empezó a pensar en el mercado.  Y decidió no ir porque sencillamente recordó que una vez a la semana, cada semana, era el día de mercado en el pueblo.  Pensó, “Todas las semanas voy al mercado sin necesidad, sin nada que vender ni nada que comprar”. 
Era un pobre hombre “¡Nada que vender ni nada que comprar!”.  Entonces pensó, “¿Por qué tengo que ir al mercado sin tener necesidad?  ¿Porque todo el mundo va y es el día de mercado, el día de la fiesta del pueblo? ¿Por qué tengo que ir?  Hoy no voy a ir aunque sea el día del mercado”. 
Lo decidió temprano por la mañana, a las cinco en punto.  Entonces empezó a pensar en ello, “¿Y si algo pasa allí?  Debería ir por si pasara algo”.  Y estuvo rumiando y por dentro se encontraba inquieto.  Y luego, a las seis en punto, estaba en el mercado.  Faltaban cinco o seis horas para que el mercado abriera sus puertas, para que la gente acudiera, pero él estaba en el mercado sentado bajo un árbol, justo en el centro del mercado. 
Alguien le pidió a Mulla Nasrudin, “¿Por qué has venido tan temprano?”. 
Nasrudin le dijo, “Es día de mercado y pensé que si ocurriera algo y se congregase una gran multitud, pudiera suceder que me fuera imposible llegar al lugar del suceso.  Por eso estoy sentado aquí justo en el centro.  Si algo ocurre, entonces seré el primero.  Y ¿quién sabe?  En este mundo todo es posible”.

El mercado se convirtió en algo muy importante, en el centro del mundo, y adquirió esta condición al decidir “No voy a ir al mercado porque cada semana voy sin tener porqué, sin nada que vender ni nada que comprar”. 
En el instante en que tomas una decisión, serás tentado y el trascender la tentación es crecer.  Recuérdalo, no es reprimir.  ¡No es represión!  Es trascender.  La tentación está ahí. No has de combatirla; has de familiarizarte con ella. Dices, “De acuerdo, está ahí, pero ya he tomado una decisión”.  Inténtalo como meditación. 
Estás sentado y cuando te sientas para meditar muchos son los pensamientos que acuden.  Huéspedes sin invitación.  Nunca llegan en situaciones corrientes.  Cuando meditas, solamente entonces se interesan en ti.  Llegan en multitud, te rodean.  No luches con ellos.  Di simplemente, “He decidido no sentirme molestado por vosotros”.  Y permanece quieto. Un pensamiento llega, dile simplemente, “Vete”.  ¡No luches! Con la lucha lo aceptas, con la lucha lo admites, con la lucha demuestras que eres inferior.  Di simplemente “Vete” y permanece en calma.  Te sorprenderás.  Con decirle simplemente “Vete” a un pensamiento, se va. 
Pero dilo con determinación.  Tu mente no debe estar dividida.  No debe ser algo así como un “no” femenino.  No debe serlo porque con un “no” femenino ocurre que cuanto más fuerte lo dices, más quiere decir “sí”.  No ha de ser un “no” femenino. Si dices, “Vete”, no has de querer decir por dentro, “Acércate más”.  ¡Que sea un “vete”! dilo de corazón y el pensamiento desaparecerá.  Si estás enfadado y has decidido no enfadarte, no te reprimas. Dile sencillamente a la ira, “No me voy a enfadar”, y el enfado desaparecerá.

Hay un mecanismo.  Se necesita tu voluntad porque la ira requiere energía.  Si dices “no” con total energía, no queda energía para la ira. Un pensamiento aparece porque en el interior hay un oculto sí.  Por eso los pensamientos aparecen en tu mente.  Si dices “no”, ése “sí” es cortado de raíz.  El pensamiento queda desarraigado.  No puede asentarse en ti. Pero tanto con el “no” y el “sí” debes decirlo de corazón. El “no” debe ser no y el “sí”, sí.  Pero seguimos diciendo “no” queriendo decir “sí” y diciendo “sí” queriendo decir “no”. Así la vida entera resulta confundida.  Y tu mente, tu cuerpo, no saben que es lo que estás diciendo, qué es lo que quieres decir. 
Este esfuerzo consciente para tomar decisiones, para actuar, para ser, será a partir de ahora la evolución para el hombre.  Un Buda es distinto de ti debido a este esfuerzo y a nada más.  Potencialmente no existe diferencia alguna.  Solamente este esfuerzo consciente es el que marca la diferencia.  Entre un hombre y otro hombre, la única diferencia es la del esfuerzo consciente. Todo lo demás es superficial.  Digámoslo así: solamente tus vestidos son distintos.  Pero cuando has adquirido alguna consciencia en ti, cuando has crecido, cuando has adquirido cierto crecimiento interno que no es natural sino que va más allá, entonces posees una individualidad distinta. 
Buda estaba atravesando un pueblo en el que muchos se habían congregado para insultarle.  Dijo, “Habéis llegado tarde.  Deberías haber llegado hace diez años porque ahora me he vuelto consciente.  Ahora soy incapaz de reaccionar. Si abusáis de mí, si me insultáis, conmigo no pasará nada.  No voy a reaccionar.  No podéis forzarme a que reaccione. 
Cuando alguien abusa de ti te está obligando a que te enojes y cuando te enojas, simplemente te vuelves un esclavo de la ira. “El” te ha hecho enfadar y tú lo vas repitiendo sin comprender lo que dices.  “Ese hombre me ha hecho enojar”. ¿Qué quieres decir con ello?  El ha dicho algo y te ha hecho enfadar, por eso es tu amo. Puede decirte algo, puede manipularte, puede apretar una tecla y tú te enfadas. Enloqueces. Tu interruptor puede ser conectado por cualquiera y tú puedes volverte loco. 
Buda dijo, “Habéis llegado tarde amigos.  Ahora me he convertido en el amo de propio yo. No me podéis obligar a hacer nada.  Si quiero, lo hago.  Si no quiero, no lo hago.  Tendréis que dar media vuelta.  No voy a replicaros”. Ellos se sintieron confundidos porque ese hombre se estaba comportando de un modo totalmente impredecible. Cuando abusas de alguien, él se siente insultado, se enfada, “debe” reaccionar de una u otra forma.  Pero este hombre sencillamente declinaba reaccionar.  Buda les dijo, “Tengo prisa por llegar al otro pueblo.  Si habéis terminado, dejadme ir.  Si tenéis algo más que decir, cuando vuelva tendréis la ocasión”.

Esto es trascender. Algo natural ha sido trascendido.  El reaccionar es natural; la acción supone un crecimiento.  Todos reaccionamos. No desplegamos acciones, solamente reacciones.  Alguien te muestra su aprecio y te sientes bien y alguien abusa de ti y te sientes mal, y alguien hace esto y esto, y esto otro sucede.  Eres predecible. 
Al volver a casa su marido sabe lo que su mujer le va a pedir.  Se prepara su respuesta. Aunque no ha llegado aún a casa, se prepara su contestación.  Sabe que su mujer no va a creerle y su mujer sabe lo que va a preguntarle y lo que su marido va a responderle. Todo es predecible y cada día suceden estas cosas y continuarán sucediendo por la vida.  Las mismas preguntas, las mismas respuestas, las mismas sospechas, las mismas dudas, las mismas tretas, las mismas comedias y la gente sigue con ellas. Son simplemente reacciones. 
Alguien pidió algo de dinero y Mulla Nasrudin dijo, “Es la primera vez que pides así que voy a dártelo”.  Le dio el dinero.  Era poca cantidad.  Entonces Mulla pensó, “No me va a devolver esa suma”. Pero a los pocos días el hombre se la devolvió.  Siete días después el hombre se la devolvió.  Mulla se quedó sorprendido. 
Una semana después aquel hombre fue otra vez a pedirle dinero.  Mulla le dijo, “No me vas a engañar de nuevo.  Me engañaste la última vez”.

El hombre le dijo, “¡Qué dices! Te devolví el dinero”. 
Pero Mula dijo, “Pero me engañaste porque lo dispuse todo para que no lo devolvieras.  Lo había decidido así, pero tú me engañaste al devolverlo.  No me vas a engañar otra vez.  No voy a darte el dinero”. 
Si alguien se comporta de un modo imprevisto, nos sorprende.  Eres absolutamente predecible, todo el mundo sabe qué es lo que vas a hacer.  Haces esto y luego vendrá esto otro.  Es una respuesta mecánica.  Trasciende las respuestas mecánicas, trasciende las fuerzas naturales, crea una voluntad.  Ese es el camino más allá de la evolución humana. Por debajo de lo humano se halla el crecimiento natural, pero éste ha dejado de corresponderle al hombre. 
Y la segunda parte de la pregunta es, “Explica el papel que los Budas, los Iluminados desempeñan en la expansión de la consciencia humana”. 
Los Budas juegan un papel porque la consciencia humana no es únicamente individual; es también colectiva.  Está en ti, pero también está fuera de ti.  En cierto modo, la consciencia está en ti y tú estás dentro de una consciencia aún mayor, como un pez en el mar. El pez está en el mar y el mar está dentro del pez. 
Existimos en un gran océano de consciencia y siempre que un Buda nace, siempre que alguien alcanza la condición de Buda, siempre que alguien alcance la Iluminación a través de sus esfuerzos, mediante su evolución consciente, se alza una ola en el océano. Con esa ola todo lo que está en el océano se ve afectado.  Ha de ser así porque una ola en el océano forma parte de un esquema aún mayor.

Cuando Buda alcanza una determinada altura, todo el océano se ve afectado en múltiples maneras.  Esta altura será entonces reverberada en todas direcciones.  Lanzas una piedra a un lago: se crea un pequeño círculo. Luego se va expandiendo y por último todo el lago se ve afectado por él.  Un Buda es una piedra en el lago de la consciencia humana. La Humanidad nunca volverá a ser la misma que fue antes de un Buda. 
Los cristianos lo han convertido en un punto de partida.  Dividen la historia en “antes de Cristo y después de Cristo”.  Es algo muy significativo.  En realidad la historia es diferente y no está dividida, pero la división es creada porque después de Cristo surge un cambio.  Debido a que Cristo ha nacido, la Humanidad nunca podrá volver al mismo anterior estado mental.  Todo se ve afectado.  Nos elevamos con los Budas y caemos con los Hitlers, pero el elevarte y el caer es algo natural para ti.  Un Buda nace: todo el mundo se elevará con él. Pero éste no es un esfuerzo consciente por tu parte. 
Puedes emplear esta oportunidad.  Un Buda está ahí: una posibilidad ha florecido en su pura esencia, una consciencia ha llegado a su culminación.  Este es un instante adecuado para vuestros esfuerzos conscientes.  Te tomará menos tiempo, necesitarás menos esfuerzo.  Es como si la historia al completo fluyera hacia arriba.  Ahora puedes nadar fácilmente. Pero si no usas la oportunidad alcanzarás la altura y bajarás.  Con un Buda, asciendes; con un Hitler desciendes. Seguirás yendo arriba y abajo. Este ir hacia arriba y hacia abajo será una fuerza natural para ti.  Para un Buda, supondrá un esfuerzo consciente; para ti será algo natural.

¡Empléalo!  El hombre puede emplearlo de dos formas.  Cuando un Buda está presente, alzarse es fácil.  La consciencia entera se halla abierta encarando la cumbre. La cumbre está ahí.  En tus profundidades ella resuena.  La música se escucha en lo profundo; puedes seguirla.  Si haces un pequeño esfuerzo, puedes alcanzar la condición de Buda con facilidad. 
Existe una historia muy significativa. Buda alcanzó lo Supremo; luego permaneció en silencio durante siete días.  No sentía que debiera decir nada sobre lo que había alcanzado.  El silencio parecía total, indestructible.  Entonces Brahma se sintió asustado, “Puede que no hable, y ¡sucede en tan pocas ocasiones que un hombre alcanza la condición de Buda!”.  Por eso la historia cuenta que Brahma acudió a Buda, se postró a sus pies y dijo, “¡Has de hablar!  No te quedes en silencio.  ¡Debes hablar!”. 
Buda dijo, “Parece que es algo inútil porque aquellos que pueden oírme y entenderme, serán capaces de entender aun sin mí.  Pero aquellos que no pueden oírme, incluso aunque escuchen no podrán entenderme.  Parece pues que no hay necesidad de hablar”. 
Brahma dijo, “Hay otros pocos a los cuales estás excluyendo.  Hay unos pocos más que se hallan en la línea fronteriza.  Si hablas, te escucharán y darán el salto.  Si no hablas, puede que incluso retrocedan. Están en el límite.  Te escucharán y darán el salto”.

Un Buda está ahí.  Es una posibilidad para dar el salto.  Pero tú resultas afectado des o no des el salto.  ¡Serás afectado!  Pero esta influencia, sin tu voluntad consciente, será una fuerza natural.  Y cuando surja un Hitler, descenderás.  Tal y como ascendiste con un Buda, puedes descender con cualquiera, porque el ascender no es un logro tuyo.  Con una ola que se eleva, tú asciendes; con una ola que baja, desciendes. Pero puedes emplear la oportunidad.  Cuando asciendes, con sólo un poquito de esfuerzo de parte de tu voluntad, eres capaz de alcanzar más. Por eso con un Buda, miles se convierten en Budas. 
Desconozco si lo sabes o no, pero en quinientos años sucedieron grandes cosas con respecto a la religión.  ¡En quinientos años!  Buda, -Gautama el Buda- Mahavira, Sócrates, Platón, Aristóteles, Confucio, Lao Tse, Zarathustra, Jesús aparecieron en un lapso de quinientos años, en un período determinado en el que todo ascendía. Todas las grandes religiones surgieron en esos quinientos años. 
Algo misterioso radicaba en su origen, algo muy misterioso.  Tan sólo en Bihar, en un lugar muy pequeño, en una minúscula provincia, en los tiempos en que Buda vivió allí hubo ocho personas de la altura de Buda.  Tan sólo en la pequeña área de Bihar hubo ocho Iluminados.  Estaba Mahavira, estaba Buda, estaba Ajit Keshanbal, estaba Belatiputta, ¡ocho de tales personas!  Y esos eran personajes conocidos. 
Alguien le preguntó al Buda, Tienes a 10.000 bikus contigo.  ¿Cuántos de ellos han alcanzado la condición de Buda?”. 
Buda respondió, “Tantos que no puedo contarlos”. 
El que preguntaba le dijo, “¿Por qué están tan silenciosos? ¿Por qué no nos damos cuenta de ellos?  ¿Por qué no son famosos?”. 
Buda le dijo, “Cuando estoy hablando no hay necesidad de que ellos hablen.  Y aún más, cuando alcancé por primera vez la condición de Buda, traté por todos los medios de permanecer en silencio. Fue Brahma el que me persuadió para que hablara.  Por eso se han vuelto silenciosos.  Nadie sabrá sobre ellos; ni sus nombres serán conocidos”. 
Un día Buda acudió a su asamblea de monjes con una flor en la mano.  Tenía que hablar, pero no habló.  Simplemente se sentó y así continuó por largo tiempo.  Todo el mundo se sintió inquieto y empezaron a susurrar de oreja a oreja.  “¿Qué ocurre?  ¿Por qué no habla hoy?”.  el estaba sentado allí con una flor en la mano, una flor de loto, observándola, totalmente absorto en ella.  Entonces alguien preguntó, “¿Acaso no vas a hablar?”. 
Buda dijo, “Estoy hablando. ¡Escucha!  Y permaneció en silencio”.

Alguien más preguntó, “Somos incapaces de comprender lo que está haciendo, señor.  Está observando la flor y hemos acudido para oír algo de usted”. 
Buda dijo, “Os he dicho muchas cosas que podían ser dichas.  Ahora estoy diciendo algo que no puede ser dicho y si alguien lo entiende, que ría”. 
Solamente una persona rió, Mahakashyapa.  No era nadie conocido anteriormente; nadie sabía nada de él.  Este es el único incidente que se conoce.  Mahakashyapa era su nombre”. 
Ananda era un discípulo muy conocido, Sariputta era un discípulo muy conocido, Mogdalayan era un discípulo muy conocido, pero Mahakashyapa era un discípulo absolutamente desconocido.  Ni Sariputta, ni Ananda, ni Mogdalayan, fueron capaces de reír; solamente un hombre desconocido, del que nadie sabía nada, rió.  Buda le llamó, “Mahakashyapa, ¡ven!”.  Y Buda le dio la flor a Mahakashyapa y le dijo, “Todo lo que podía decir lo he dicho a los demás y lo que no podía decir te lo he dicho a ti.  Toma esa flor”.  Este es el único incidente conocido sobre Mahakashyapa, la única mención de su nombre. 
Cuando Bodidharma llegó a la China setecientos años después de Buda, dijo, “Soy un discípulo de Mahakashyapa.  Buda fue el primer Maestro, Mahakashyapa fue el segundo Maestro y en esa saga soy el vigésimo octavo”.  Por esto la tradición zen en Japón dice que Mahakashyapa fue su fundador; el hombre que rió y el hombre al que Buda le dio la flor. 
Por la noche, cuando todo el mundo se había ido, cuando todos se habían dispersado, Ananda le preguntó, “¿Quién es este Mahakashyapa?  Nunca oímos hablar de él.  Es un hombre extraño y totalmente desconocido”. 
Buda dijo, “¿Cómo vas saber de él. Ha permanecido en silencio durante años.  Y solamente él pudo reír debido a que había permanecido tan en silencio. Solamente él fue capaz de entender.  Fue una transmisión sin palabras, una comunicación sin palabras.  Solamente él fue capaz”.

Cuando un Buda está presente, con un pequeño esfuerzo de tu voluntad eres capaz de lograr mucho. Cuando un Buda no está allí, estás luchando contra la corriente.  Cuando un Hitler o un Gengis Kan están presentes, se requiere mucho esfuerzo.  Incluso entonces, el tener éxito es muy difícil. 
Se dice que Buda dijo, “Elige el momento adecuado para nacer. Escoge un tiempo en el que un Buda se halle presente”.



DESPIERTA Y ERES ESO :

Despierta y eres eso

Amado Osho, 
Cuando hablas de los muchos estadios del camino a la iluminación ni siquiera soy capaz de ver dónde estoy. Siempre creo que debo estar a miles de vidas de distancia del estado más alto. Por otro lado, Tú dices que puede ocurrir aquí y ahora, para todos nosotros. No me ima-gino que un cambio tan rápido pueda ser posible: desde un estado de inconsciencia como el mío, hasta un estado de consciencia total. En mi realidad a menudo me veo como un idiota, me siento muy estúpido. He vislumbrado alguna comprensión, especialmente a través de tus supuestas contradicciones, pero esta comprensión crea en mí todavía más absurdos. Por ejemplo: «La más alta libertad reside en la más alta esclavitud.» 
Estoy totalmente confundido y al mismo tiempo, no lo estoy. Incluso cuando digo que no creo en las ocurrencias repentinas, aquí y ahora, no creo en mi propia creencia, porque podría ocurrir que mi tru-culenta mente haya conservado el recuerdo de lo que tú dijiste respec-to a que la iluminación es lo único que no puede ser deseado. 
Por tanto estoy aquí, disfrutando, agradecido por Tu ser y por Tus palabras. Ser una de las personas de este mundo a las que se les per-mite sentarse a los pies del hombre más hermoso del mundo me hace comprender que la existencia cuida tanto de mi que no puedo ser solo un idiota; como mínimo debo ser un loco agraciado. 
  Por favor ayúdame a saber un poco de quién soy.

    Un hombre dormido puede soñar que está en cualquier lugar del Universo. Desde ese punto de vista, estar despierto le parecerá que está a miles de vidas de distancia. Pero se trata de un sueño; en lo que se refiere al hecho real de estar durmiendo, el despertar está muy cerca. 
    Puedes despertar en cualquier momento. 
    Cualquier situación puede hacer que despiertes. 
 Y el trabajo del maestro es crear dispositivos para que puedas des-pertar. A veces son cosas muy pequeñas, con sólo echarte agua fría a los ojos puedes despertar. Mientras dormías creías estar muy lejos, pero al despertar te das cuenta de que era el sueño el que creaba la distancia. El sueño es la distancia. Por supuesto, para soñar hay que dormir, pero en el momento que despiertas el sueño desaparece, y con él desaparece también todo el mundo de los sueños. 
La verdad es que el despertar es la realidad que está más cerca de ti, está justo a tu lado. No está lejos, por eso no puede convertirse en un objetivo. Todos los objetivos pertenecen al sueño, todos los logros per-tenecen al sueño. El despertar no puede ser un objetivo porque el hom-bre que está dormido ni siquiera puede pensar en lo que sería el des-pertar. Mientras sueña, no puede hacer del despertar su objetivo, eso es totalmente imposible. O el objetivo que formule será totalmente dife-rente de la realidad de la iluminación. 
    La iluminación es parte de tu consciencia de vigilia. 
 En Oriente tenemos cuatro niveles de consciencia. Primero está la 
que conocemos como vigilia. No es una verdadera vigilia, porque justo debajo de ella flotan los sueños. Cierra los ojos y soñarás despierto. Cierra los ojos y lo verás inmediatamente: la imaginación asume el con-trol y empiezas a alejarte del momento presente, del aquí. En la realidad no estás yendo a ninguna parte, pero en tu imaginación puedes ir a cual-quier lugar. 
 Por eso el primer estadio es el llamado estado de vigilia; el segundo estadio es el sueño, dormir. De estos dos somos conscientes.

El tercero son los sueños, porque se puede dormir sin soñar; enton-ces el sueño tiene una cualidad muy diferente. Ese sueño es muy pacífi-co, muy silencioso, oscuro y profundo... es muy rejuvenecedor. 
Por tanto dormir es el segundo estadio y después viene el tercero, soñar. Mientras duermes, la mayor parte del tiempo estás soñando. Si duermes ocho horas, estarás soñando al menos seis horas. Sólo estás dor-mido algún rato aquí y allá, por lo demás estás soñando continuamente. 
Como no lo recuerdas, esto te parecerá exagerado: seis horas soñan-do y sólo dos de sueño sin sueños. Cuando te despiertas sólo recuerdas los últimos sueños, porque la memoria sólo empieza a actuar al desper-tar; por eso sólo capta el final de tu mundo de sueños. No recuerdas todos los sueños, sólo los anteriores al momento de despertar: los sueños mañaneros. 
En Oriente siempre se ha entendido que las seis horas en las que soñamos son tan importantes como las dos de sueño silencioso. Y en Occidente, durante los últimos diez años, las investigaciones científicas han demostrado por primera vez que la comprensión oriental es absolu-tamente acertada. De hecho, los nuevos descubrimientos dicen que los sueños son aún más importantes que el sueño sin sueños, porque al soñar expulsas la basura de tu mente. 
Durante el día la mente va almacenando todo tipo de palabras, todo tipo de deseos, ambiciones; ¡demasiado polvo! Tiene que ser retirado. Durante el día no dispones de tiempo para retirarlo y vas acumulando cada vez más. Por eso de noche, mientras duermes, la mente tiene la oportunidad de limpiarse. Soñar es como una limpieza de primavera. Éste es un ciclo que sigue sucediendo ininterrumpidamente: vuelves a acumular, vuelves a soñar, vuelves a acumular...

Éstos son los estadios o niveles que conocemos. El cuarto no tiene nombre en Oriente, simplemente se le llama el cuarto, turiya. Es un número, no es una palabra. No se le da ningún nombre para que no pue-das interpretarlo, para que tu mente no pueda jugar con él y engañarte. ¿Qué puede hacer la mente si sólo escucha el número cuatro? Se que-dará paralizada. Si le das cualquier nombre que tenga un significado, la mente tiene una forma de tratar con él, a través del significado. Pero el número cuatro no tiene ningún significado. 
El cuarto estado es el verdadero despertar. El cuarto estado tiene que ser comprendido en relación a los otros tres. Tiene algo parecido al primero, al llamado estado de vigilia. El estado de vigilia es muy tenue, muy fino, casi insignificante, pero tiene cierta cualidad... El cuarto esta-do consiste sólo en esa cualidad: es puro despertar. Estás plenamente despierto. 
También tiene alguna similitud con el segundo estado, el sueño. El sueño es silencioso, profundo, pacífico, relajado, pero en una medida muy pequeña, sólo lo necesario para los asuntos del día a día. El cuarto estado es un estado de totalidad: total relajación, total silencio, profun-didad abismal. 
También tiene alguna de las cualidades del sueño. El sueño te aleja de ti mismo. En el sueño puedes ir a la luna, puedes ir a una estrella, aun-que estés aquí, en tu cama. En realidad no vas a ninguna parte, pero en la imaginación -mientras sueñas- parece absolutamente real. En el sueño no puedes pensar que se trata de un sueño. Si dentro de un sueño puedes pensar que es un sueño, el sueño se rompe: te despiertas y no con-sigues volver a atrapar ese sueño. 
Una historia sufí cuenta que Mulla Nasruddin soñó una noche que un ángel le daba dinero: «Como eres tan virtuoso, tan sabio, Dios te ha enviado un premio.» Pero tal como es la mente, el ángel sólo le dio diez rupias y Mulla dijo: «Esto no puede ser el premio, no me insultes.» Y poco a poco hizo que el ángel subiera hasta noventa y nueve rupias. Pero como Mulla era muy testarudo, acabó diciendo: «Tomaré cien rupias o no tomaré nada. Qué premio tan mezquino, ¡y proviene de Dios! ¿Eres el representante de Dios y no puedes subir hasta cien?»

Entonces gritó en voz alta: «¡O cien o nada!», y eso le despertó. Miró a su alrededor y vio que estaba durmiendo en su cama. Se dijo: «Dios mío, por ser tan testarudo e insistir en obtener una rupia más, he perdido tontamente noventa y nueve rupias.» Cerró los ojos y lo inten-tó con gran empeño: «Por favor, vuelve, donde quiera que estés. Noventa y nueve están bien; incluso me conformo con noventa y ocho...; noventa y siete también me vale, cualquier cantidad vale. ¡Vuelve! ¿Dónde estás?» 
Bajó hasta una rupia: «Tomaré sólo una rupia... cualquier cosa que Dios me de es genial. He sido muy estúpido de llamar avaro a Dios; de hecho, el codicioso soy yo. Perdóname y dame sólo esa única rupia.» Pero el ángel ya no estaba allí. 
 No puedes atrapar el mismo sueño de nuevo; una vez despierto no hay forma de recuperar el mismo sueño. 
El sueño te aleja de ti mismo; esa es su cualidad básica. Quizá por eso te limpia y en cierta forma te ayuda a relajarte: te olvidas de tus pre-ocupaciones. Al menos por unos segundos puedes estar en el paraíso, puedes estar en la situación en la que siempre has querido estar.

El cuarto estado también tiene algo parecido, pero sólo es un pare-cido. También te aleja de ti mismo, pero para siempre. No puedes vol-ver a ti. En el sueño no puedes volver al mismo sueño; en el cuarto esta-do no puedes volver al yo que tenías. Te lleva tan lejos que verdadera-mente puedes ser todo el Universo. Esto es lo que han dicho los místi-cos orientales: Aham brahmasmi, me he convertido en la totalidad. 
    Pero tienes que perder el yo. No puedes volver a él. 
 A este cuatro estado se le han dado diversos nombres. Este nombre es el más matemático, el cuarto. Le fue dado por Patanjali, que era un místico muy científico y matemático. Su tratado ha sido la única base del yoga durante miles de años. No se le ha añadido nada más porque no lo necesita. Es muy raro que una persona cree un sistema completo, tan completo y perfecto que sea imposible cambiar nada de él. 
En Occidente se pensaba que Aristóteles era ese tipo de persona: creó la lógica, él solo creó todo un sistema lógico que ha permanecido inmutable durante dos mil años. Pero en este siglo las cosas han cam-biado, porque los nuevos descubrimientos de la física han hecho impres-cindible encontrar algo mejor que Aristóteles. Los nuevos descubri-mientos en el campo de la física han creado un problema, porque si sigues a Aristóteles no puedes aceptarlos. Van en contra de la lógica  aris-totélica,  pero no puedes negar la realidad.

iLa realidad es la realidad! Puedes cambiar la lógica -que está hecha por el hombre-, pero no puedes cambiar el comportamiento de los electrones. No está en tu poder, es algo existencial. Así, se ha desarrollado una lógica no aristo-télica. 
El segundo caso fue la geometría. Euclides reinó durante cientos de años como el maestro perfecto en lo referente a la geometría, pero en este siglo eso también está cuestionado. Se han desarrollado geometrías no euclidianas. Han tenido que desarrollarse debido a los nuevos hallaz-gos de la física. Por ejemplo, habrás oído que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, pero los descubrimientos de los físicos demuestran es que no hay ninguna línea recta. La línea recta es imposi-ble por el simple hecho de que vives en una tierra global. Puedes dibu-jar una línea recta sobre el suelo, pero no es una línea recta sino que es parte de un círculo. Si sigues prolongándola desde ambos extremos, algún día se encontrarán en algún lugar y te darás cuenta de que has dibujado un círculo. Entonces el trocito que pensabas que era una línea recta en realidad no lo es, es una parte tan pequeña del círculo que no podías ver la curva. La curva era invisible porque era muy pequeña, pero estaba allí. 
¿Dónde podrías dibujar una línea recta? Porque todas las estrellas, los planetas, todo es global, es redondo. Cuando dibujas una línea, por pequeña que sea, puede parecer absolutamente recta -puedes com-probar que sea muy recta incluso con instrumentos científicos-, pero continúa alargándola y se convertirá en parte de un círculo. Entonces era un arco, no una línea recta. Toda la geometría euclidiana ha sido fal-seada de la misma forma. 
Patanjali sigue siendo la única persona, y quizá lo seguirá siendo, que ha creado toda una ciencia en solitario y durante cinco mil años no ha sido cuestionada desde ninguna parte. Le llama turiya, el cuarto. Es un hombre tan científico que uno simplemente se queda asombrado.

    Hace cinco mil años tuvo el coraje, la intuición, la consciencia, de decir que Dios sólo es una hipótesis. Puede ayudarte a despertar pero no es una realidad, sólo es un dispositivo. No hay un Dios que alcanzar; sólo es una hipótesis. 
La hipótesis puede ayudar a algunos -puede ser empleada-, pero recuerda, no es la realidad. Una vez que despiertas, desaparece, de la misma forma que los sueños desaparecen cuando despiertas. A veces son tan reales que incluso cuando despiertas su realidad sigue produ-ciendo efectos: tu corazón late más deprisa, sudas, tiemblas, sigues teniendo miedo. Sabes perfectamente que era un sueño, pero sigues llo-rando, las lágrimas están presentes. El sueño no era existencial, pero te ha afectado mucho porque durante ese periodo lo has considerado real. 
Así pues, es posible. Puedes ver a los devotos llorando ante de su dios, muy afectados emocionalmente, bailando, cantando, adorando y sintiendo la verdad de todo ello, pero sólo es una hipótesis. No hay nada, no hay Dios, pero estas personas están tomando la hipótesis como una realidad. Un día, cuando despierten, se reirán de sí mismos, porque sólo se trataba de una hipótesis. 
   Pero hay otros maestros que le han dado otros nombres depen-diendo de su trasfondo filosófico. Algunos lo han llamado iluminación:  llenarse de luz -toda la oscuridad desaparece, todo el inconsciente , desaparece-, llenarse de consciencia. 
   Hay otros que lo han llamado liberación, libertad; recuerda, es libe-rarte de ti mismo. Todas las demás libertades son políticas, sociales. Son verse libre de alguien, de algún Gobierno, de algún país, de algún parti-do político; pero siempre se trata de libertad de... 
    La libertad religiosa no es libertad de otra persona, sino de ti mismo. 
    Ya no eres.

Como ya no eres, algunos maestros de Oriente lo han llamado anat-ta, el no-yo. Buda lo llamó nirvana -que es muy cercano a anatta, no-yo, o ausencia de yo-, simplemente un cero, una profunda nada que te rodea. Pero no es vacío, es plenitud: plenitud de ser, de alegría última, plenitud de dicha, plenitud de gracia. Todo lo que has conocido antes ya no está allí; por tanto estás vacío de todo ello. Pero has descubierto algo nuevo, algo absolutamente nuevo en lo que ni siquiera habías soñado. 
Algunos lo han llamado existencia universal, pero no importa qué nombre le des. Yo pienso que el cuarto sigue siendo el mejor nombre, porque no te incita a ninguna especulación mental; los otros nombre te llevan a pensar en ello: «¿Qué es el vacío? ¿Qué es la nada?» Y la nada puede darte miedo, el vacío puede darte miedo, anatta, no-yo, puede dar miedo. El nombre de «el cuarto» es absolutamente correcto. 
 Ya conoces tres estadios; el cuarto es un poco más profundo. No está muy lejos. 
 La idea de estar a varias vidas de él es un sueño. 
 En realidad está a tu lado...; despierta y eres eso.

   Amado Osho, 
    Te he oído decir que la iluminación es la trascendencia de la mente -consciente, inconsciente, subconsciente- y que uno se disuelve en el océano de vida, en el Universo, en la nada. También te oigo hablar de la individualidad de los seres humanos. ¿Cómo puede manifestarse la individualidad de la persona iluminada si está disuelta en la totalidad?

   El ser humano ordinario, inconsciente, no tiene individualidad; sólo tiene personalidad. Personalidad es lo que te dan los demás -tus padres, los profesores, el sacerdote, la sociedad-, es todo lo que dicen de ti. Como has deseado ser respetable y ser respetado, has esta-do haciendo cosas que los demás valoran, y la sociedad te va premian-do, respetándote cada vez más. Éste es su método para crear una perso-nalidad. 
Pero la personalidad es muy superficial, no va más allá de la piel. No es tu naturaleza. El niño nace sin personalidad, pero nace con una individualidad potencial. La individualidad potencial simplemente indi-ca su peculiaridad frente a todos los demás; él es diferente.

Por tanto recuerda que individualidad no es personalidad. Cuando abandonas tu personalidad, descubres tu individualidad, y sólo el indi-viduo puede iluminarse. Lo falso no puede convertirse en la realización última de la verdad. Sólo lo verdadero puede encontrarse con lo verda-dero, sólo lo igual puede encontrarse con lo igual. Tu individualidad es existencial, de ahí que cuando tu individualidad florece te vuelves uno con la totalidad. 
Ésta es la pregunta: ¿Si te haces uno con la totalidad, cómo puedes seguir siendo un individuo? 
El problema simplemente está en tu falta de entendimiento. La experiencia de convertirte en la totalidad es una experiencia de consciencia, y se expresa a través del cuerpo, a través de la mente. La expe-riencia está más allá de la estructura cuerpo-mente. Cuando uno se queda en absoluto silencio, entra en samadhi, alcanza el cuarto estado, no es el cuerpo, no es la mente. Éstos se quedan en silencio; él está muy por encima. Es pura consciencia.

Esta pura consciencia es universal, de la misma forma que la luz de todas las bombillas es una, pero puede expresarse de manera muy dife-rente. La bombilla puede ser azul, la bombilla puede ser verde, la bom-billa puede ser roja; la forma de la bombilla también puede ser diferen-te. El cuerpo-mente sigue estando allí, y si el hombre que ha tenido la experiencia quiere expresarla, entonces tiene que usar el cuerpo-mente; no hay ninguna otra forma. Y su cuerpo-mente es único: sólo él tiene esa estructura, nadie más. 
Entonces ha experimentado lo universal, se ha convertido en lo uni-versal, pero para el mundo, para los demás, él es un individuo único. Su expresión va a ser diferente de la de otros seres realizados. No es que él quiera ser diferente; tiene un mecanismo diferente y sólo puede conec-tar contigo a través de ese mecanismo. 
Ha habido pintores iluminados. Nunca han hablado porque la pala-bras no son su especialidad, su arte, pero han pintado. Y sus cuadros son totalmente distintos de los cuadros ordinarios, incluso de los cuadros de los grandes maestros. Hasta los grandes maestros pintores son personas inconscientes; lo que pintan refleja su inconsciente. 
Pero cuando el que pinta es un hombre realizado, su pintura tiene una belleza totalmente diferente. No sólo es una pintura, también es un mensaje. Tiene un significado por descubrir. El significado está codifi-cado, porque el hombre sólo era capaz de pintar, por eso su pintura está codificada. Tienes que descubrir el código y entonces la pintura te reve-lará significados inmensos. Cuanto más entres en ellos, tanto más encon-trarás. Los demás cuadros simplemente son planos; puede que estén hechos por maestros, pero son planos. Los cuadros hechos por una per-sona realizada son multidimensionales, no son planos. Quieren decirte algo. Si el hombre es un poeta, como Kabir, entonces canta, y su expre-sión es su poesía. 
   Si el hombre tiene la capacidad de expresar lo inexpresable, enton-ces habla; pero sus palabras tienen un impacto totalmente diferente. Todo el mundo utiliza las mismas palabras, pero no tienen el mismo impacto porque no llevan la misma energía, no vienen de la misma fuen-te. Un hombre que tenga la experiencia expresará palabras llenas de experiencia: no son palabras secas, no son las palabras de un orador, de un conferenciante.

    Quizá no sea un gran orador, pero ningún orador podrá hacer lo que él hace con las palabras. Puede transformar a la gente con que sólo le escuchen. Con sólo estar en su presencia, con sólo dejar que sus pala-bras se derramen sobre ti, sentirás una transformación: nace en ti un nuevo ser, renaces. 
Por eso cuando digo que incluso los seres iluminados tienen indivi-dualidad, me refiero a que siguen siendo únicos, por la simple razón de que tienen una estructura cuerpo-mente que es única y todo lo que te llegue tiene que hacerlo a través de esa estructura. 
Buda habla de una manera, Mahavira de otra. Chuang Tzu cuenta historias absurdas -es un gran narrador de historias-, pero sus histo-rias, a su vez, van jugando con tu corazón. Son tan absurdas que tu mente no puede hacer nada con ellas. 
Por eso ha elegido que las historias sean absurdas, para que tu mente no pueda entrometerse. Detiene tu mente con las historias absur-das, y entonces su presencia está disponible para ti y para tu corazón; puedes beber el vino que te ha traído. Y ha alejado tu mente contándo-te una historia absurda. La mente se queda confundida y deja de fun-cionar. 
Mucha gente se ha preguntado por qué Chuang Tzu escribe unas historias tan absurdas, pero nadie ha podido explicarlo por la simple razón de que la gente que se lo pregunta no tiene ni idea de que es un dispositivo para detener el funcionamiento mental: entonces estás dis-ponible, plenamente disponible desde tu corazón. De esa forma él puede contactar contigo. 
Pero Buda no puede contar una historia absurda. Él usa las pará-bolas, que son muy significativas. No quiere evitar la mente...; estás son las peculiaridades de las personas. Él quiere que la mente esté conven-cida y entonces, a través del convencimiento mental, quiere llegar a tu corazón. Si la mente está convencida, entonces dejará pasar. Y las pará-bolas de Buda, sus discursos, son todos muy lógicos; la mente tiene que dejar pasar antes o después. 
Distintos maestros... Por ejemplo, Jalaluddin Rumi no hacía nada más que dar vueltas. Se iluminó después de estar dando vueltas durante treinta y seis horas seguidas, sin parar; estuvo dando vueltas sin parar.

De hecho, a todos los niños les gusta dar vueltas. Los padres les detienen, les dicen: «Te vas a caer. Te va a dar un ataque o te vas a gol-pear con algo; no lo hagas.» Pero a los niños de todo el mundo les gusta dar vueltas, porque, de alguna manera, mientras el niño da vueltas encuentra su centro. 
   No puedes dar vueltas sin encontrar el centro. El cuerpo sigue girando, pero el giro tiene que ocurrir desde un centro; y así, poco a poco, vas tomando consciencia del centro. 
    Después de girar continuamente durante treinta y seis horas, Rumi tenía absolutamente claro cuál era su centro. Esa fue su experiencia del último estado, del cuarto. Desde entonces no hizo otra cosa en su vida que enseñar a la gente a dar vueltas. A un budista le parecerá absurdo, y también le parecerá absurdo a la gente de cualquier otra religión, por-que, ¿qué puedes conseguir girando? Es un método simple, el más sim-ple, y puede encajar contigo o no. 
Para mí, por ejemplo, no es adecuado. Yo no puedo ni sentarme en un columpio: es suficiente para hacerme sentir náuseas. ¿Qué puedo decir de lo que supone para mí sentarme en un columpio? Ver a otra persona columpiarse ya me da náuseas. Entonces, Rumi no es para mí. Puede haber muchas personas otras a las que girar les produzca náuse-as, vómitos. Eso significa que no es para ellos.

 Somos diferentes individualmente. Y no hay contradicción. Uno puede experimentar lo universal, y sin embargo cuando le llega la hora de expresarse, tiene que ser un individuo.

    Amado Osho, 
La otra mañana te oí decir que lo que llamamos yo sólo es una idea mental, porque a la mente le resulta duro aceptar que nuestro ser sea una pura nada, que sorprendentemente contiene la totalidad. ¿Entonces quien y qué es el testigo del que tanto hablas? ¿Es un dis-positivo magistral que hay que dejar de lado en algún momento?

    Lo es. Todo es una estrategia, un dispositivo porque la verdad no puede ser dicha. Sólo se pueden facilitar estrategias. Tienes que estar convencido del dispositivo que usas, pero tendrás que soltarlo en el último momento, ¡aunque eso no significa que tengas que soltarlo ahora! 
   Soltarlo ahora no te servirá de nada; ahora tienes que usarlo hasta el máximo de sus posibilidades. Y entonces el momento llegará por sí mismo... cuando ese dispositivo ha alcanzado el punto más alto, desapa-rece, y estás en la experiencia del cuarto. 
  Todo el problema surge porque la verdad no puede ser dicha, por eso hay que inventar algo que te lleve hasta ella. Y el dispositivo tiene que ser tal que; no sea una obstrucción en sí mismo. Por eso un gran maestro es el que te da un dispositivo hecho de tal forma que desapare-cerá automáticamente, autónomamente, en el momento en el que estés cerca de la verdad. 
Hay muchos dispositivos que son buenos pero peligrosos, porque pueden convertirse en obstáculos. Por ejemplo, os he dicho que Pa-tanjali dice que Dios es una hipótesis. Nadie lo dijo antes que él, y des-pués tampoco. Hay gente que ha dicho que Dios es una verdad, y ha habido gente que ha dicho que no hay Dios, pero la actitud de Patan-jali es totalmente diferente de ambas. No es teísta, no es ateo, simple-mente es una mente científica. Dice que Dios es una hipótesis. La batalla por su existencia o falta de existencia carece de base: uno no lucha con-tra las hipótesis.

Pero es una hipótesis peligrosa. Se convirtió en un obstáculo inclu-so en la vida de un hombre como Ramakrishna. 
Así, pues, el dispositivo no te dejará automáticamente en el momen-to justo. Es peligroso; se quedará pegado a ti, obstruirá tu visión. Te lle-vará hasta el último paso, pero no te permitirá darlo. El gran apego al dispositivo mismo se convertirá en una barrera. 
Ramakrishna era un devoto de la diosa madre Kali; y no era un devoto ordinario, no era un devoto formal; realmente la amaba. A veces estaba bailando en el templo desde la mañana hasta la noche. Y a veces cerraba el templo durante días y ni siquiera se acercaba por allí. Se contaba...; el templo pertenecía a una mujer muy rica, Rani Rasmani; Ramakrishna era uno de sus sirvientes a sueldo, era el sacerdote. Alguna gente decía que no estaba bien que el templo estuviera cerrado durante días. Había devotos venían y tenían que irse porque Ramakrishna no estaba de humor para abrir las puertas. Y otras veces estaba tan anima-do que los devotos se cansaban... 
Cuando va al templo uno espera el prasad, el alimentó ofrecido a Dios tiene que ser distribuido entre los feligreses presentes. Se piensa que el prasad -prasad significa gracia- es la gracia de Dios, su regalo: Por eso la gente espera para recibirlo; ¿pero cuánto tiempo se puede esperar? 
Ramakrishna seguía bailando y cantando desde la mañana hasta la noche...; los feligreses habían venido y se habían tenido que ir, porque el prasad sólo se distribuye cuando el sacerdote termina la ceremonia.

A los sacerdotes se les paga por sus servicios, por eso siempre tie-nen prisa. De hecho, el mismo sacerdote ira a muchos templos para poder sacar un sueldo de cada uno de ellos; por eso hacen las ceremo-nias tan breves como pueden y es aceptable, distribuyen inmediatamen-te el prasad y corren a otro templo. En India hay tantos templos que un sacerdote puede encargarse de cinco o seis con toda facilidad. Pero Ramakrishna no era este tipo de sacerdote; era un verdadero amante. Para él, la diosa no era sólo una estatua y la adoración no era sólo un ritual; era una realidad, no un sueño. 
La dueña del templo, Rasmani, le llamó y le preguntó: «¿Qué pasa? He estado oyendo protestas en relación a ti. Una de las quejas es que a veces la ceremonia dura todo el día, ¿en qué escritura se dice eso?» 
Ramakrishna dijo: «No conozco ninguna escritura y te dejé muy claro antes de que me contrataras que soy una persona sin estudios. No conozco ninguna escritura, sólo conozco los cantos devocionales, por eso canto. Para mí la adoración no dura un período determinado. El tiempo desaparece, no tengo ni idea. Una vez que me meto en ello, ya no se si es por la mañana o por la noche. Por eso, si no me quieres, me puedo ir. Pero yo voy a seguir siendo como soy.» 
Rasmani dijo: «Esto puede permitirse, pero no es la única queja. Alargar las ceremonias todo el día no es problema... Pero a veces no abres las puertas del templo.»

Él dijo: «Es verdad. A veces me enfado con la diosa. La amo, pero como no me escucha, a veces me enfado -después de todo soy un ser humano- y le digo: "De acuerdo, quédate encerrada dos o tres días. Eso te hará entrar en razón." iLe dejo sin alimento y sin ceremonia de adoración! Pero si tienes algún problema con esto me puedo ir.» 
    Rasmani no podía decirle que se fuera, el hombre era tan hermoso y tan auténtico, y lo que decía tenía su propia belleza. Incluso el hecho de no abrir las puertas era parte de una historia de amor, una pelea entre dos amantes. Ella dijo: «Incluso eso puede ser permitido, porque quie-ro que sigas aquí. Pero hay una cosa nefasta: he oído que antes de ofre-cer el alimento a la diosa tú pruebas cada uno de los dulces.» 
Él dijo: «Es verdad, porque mi madre solía hacer esos dulces» -y los bengalíes hacen los mejores dulces de la India-; «los hacía y lue-go los probaba. Si eran muy buenos, entonces nos daba alguno a mí y a mi padre; si no lo eran, los volvía a hacer. Mi esposa prepara los dulces. Ella me avisa: "Lo que haces no está bien. Primero tienen que ser ofre-cidos a la diosa y después pueden ser distribuidos." Pero yo no puedo ofrecer nada que no tenga sabor o que no esté bien hecho; he de pro-barlo primero. Si no lo quieres así, estoy dispuesto a irme, pero si me quedo seguiré haciendo lo mismo.»

  El hombre era muy simple, y lo que decía era muy hermoso: no podía ofrecer a la diosa algo que no fuera lo mejor. Sólo debe ofrecerse lo mejor, pero ¿cómo podía averiguar qué era lo mejor? Tenía que pro-barlo. 
Durante toda su vida ofició en Dakshineswar, cerca de Calcuta. Hacia el final de su vida, unos años antes de morir, una mañana le dijo a la diosa: «Ahora los médicos dicen que tengo un cáncer de garganta. No está creciendo pero puede empezar a hacerlo en cualquier momen-to y antes de morir quiero experimentar la verdad. Estoy preparado y haré lo que sea: hoy bailaré y cantaré delante de ti.» En cada templo de la madre Kali siempre cuelga una gran espada, porque en el pasado esa espada se usaba -y aún se usa en el templo principal de Calcuta- para cortar las cabezas de los animales sacrificados. 
Ramakrishna no sacrificaba animales, pero la espada se había con-vertido en parte del templo. Y dijo: «Si para la tarde no he tenido esa experiencia, sacaré la espada y me mataré: tú serás la responsable.» 
Había algunos feligreses presentes. Salieron corriendo y dijeron a  todo el mundo: «Ese loco va a hacer algo... Esto es demasiado. Todo lo que hecho hasta ahora puede permitirse, ¡pero ahora se va a matar!»

Se reunió una gran multitud en el templo, y Ramakrishna bailó y cantó locamente durante todo el día. Y cuando el sol se estaba ponien-do, sacó la espada y dijo a la diosa: «Me voy a cortar la cabeza como sacrificio a ti. O me das la experiencia, o mi cabeza caerá a tus pies.» Y cuando estaba a punto de cortarse con la espada, ésta cayó de su mano y él cayó al suelo. Se quedó allí durante seis horas; para el mundo exter-no estaba inconsciente, pero en su propia experiencia estaba en samadhi, en un estado precioso, totalmente silencioso y bendito. Cuando le despertaron seis horas después, despertó llorando y dijo: «¿Por qué me habéis despertado? Deberíais haberme dejado en ese estado.» 
Unos días después pasó por allí un maestro que oyó que Ramakrishna había tenido un samadhi de seis horas y se acercó. Ramakrishna era un hombre muy humilde; tocó los pies del maestro y le dijo: «Ayúdame, porque he tenido la experiencia pero sólo durante seis horas, después volví a mi estado anterior.» 
El maestro dijo: «No lo comprendes, no fue una experiencia real. Forzaste la experiencia por ser tan testarudo, porque te ibas a matar. Después de bailar y cantar durante todo el día, viendo la situación, tu mente simplemente se detuvo: "¡Este hombre se va a matar!". No ha tenido que ver con la diosa Kali ni con nadie; simplemente tu mente se detuvo. Y esa experiencia sólo es una experiencia de silencio mental: sientes un silencio, una belleza y una alegría inmensos. Si realmente quieres la experiencia última, el cuarto estado, entonces tendrás que hacer una cosa muy dura: cortar toda ligazón con la diosa madre. 
   «Ese es tu problema. Has pasado todas las demás barrerás, pero esta última es la más difícil porque lo has puesto todo en ella. Así que haz lo que te digo: siéntate en meditación, cierra los ojos, y cuando veas surgir la madre Kali cerca de tu tercer ojo, cosa que va a ocurrir...» 
 Él dijo: «Sí, ocurre. Cuando cierro mis ojos, ella está allí.» 
 Y el maestro respondió: «Eso es bueno. Ese es el momento...; esta vez no vas a cortarte la cabeza; toma la espada y corta a la diosa madre en dos.»

     Ramakrishna dijo: «Por Dios, ¡eso es muy difícil! No puedo hacerle daño, ¡y me estás pidiendo que la mate!» 
     Pero el maestro añadió: «Si no lo haces, nunca lograrás la realiza-ción. Pruébalo y verás.» 
Cuando cerraba los ojos, comenzaba a derramar lágrimas, y su cara expresaba una gran alegría e irradiación. Después abría los ojos y, cuando el maestro le preguntaba, él decía: «Sí, la vi; pero me olvidé de matarla, es tan hermosa. Y la quiero desde hace tanto tiempo..., desde el primer momento que puedo recordar.» Era muy joven cuando se hizo sacerdote. Lo intentó dos o tres veces. 
    El maestro dijo: «Ésta es la última vez. Si no puedes hacerlo, enton-ces lo haré yo. He traído este trozo de cristal. Cuando vea que empiezas a derramar lágrimas, sabré que estás viendo a la diosa madre. Te corta-ré la frente con este trozo de cristal para recordarte que ésta es la oca-sión: tú debes hacer lo mismo, córtala en dos pedazos. Sólo es una idea tuya; no hay nada más. Sólo es una hipótesis.» 
El maestro le tuvo que cortar en la frente y se le quedó una gran cicatriz para el resto de su vida. La sangre empezó a rodar por su cara, pero dentro de sí reunió el coraje suficiente para cortar a la diosa madre en dos partes. 
    Y cuando cayó partida en dos, fue como si se abriera una puerta y todo el Universo fuera suyo. 
    Le costó seis días volver. Las primeras palabras que dijo cuando volvió son tremendamente importantes. Dijo: «Ha caído la última barrera.»

     Asimismo cualquier dispositivo puede acabar convirtiéndose en una barrera. Puede ayudarte a liberarte de otras cosas, pero finalmente tendrás que liberarte de él, y eso puede resultar difícil. Fue muy difícil para Ramakrishna. Y aquél fue el último día... no volvió al templo nunca más. A continuación vivió tres o cuatro años más, y simplemente se olvi-dó de Kali. 
    Pero hay otros dispositivos que no crean tantas dificultades, y tam-bién hay dispositivos que se caen automáticamente. Se caen en el momento en el que llegas al clímax de tu ser. 
    Yo digo que un maestro es un gran maestro, el maestro perfecto, 
cuando construye un dispositivo que caerá por sí mismo cuando esa per-sona llegue a experimentar el estado último. Los demás dispositivos están creados por gente más pequeña. Quizá no sepan que estos dispo-sitivos en sí mismos pueden convertirse en apegos. 
    Por tanto; todo lo que digo es un dispositivo. El hecho de hablaros es un dispositivo para que podáis estar aquí: vuestra mente está entrete-nida, escuchándome, y algo invisible puede transpirar entre mí y vues-tros corazones. Eso es lo real. 
     Las palabras ayudan a la mente a seguir conectada. Son como juguetes. Cuando no quieres que los niños te molesten -estás estudian-do-, les das juguetes y ellos se quedan jugando con los juguetes. Así puedes hacer tu trabajo, o estudiar, o hacer lo que desees, y los niños no vendrán a molestarte y a hacerte preguntas sobre esto y lo otro. 
 La mente es como un niño. 
    Las palabras son sus juguetes; no son verdades, sino simples jugue-tes. Pero mientras la mente está entretenida algo puede ocurrir  entre mi profundidad y la tuya. Puede que no lo entiendas pero comenzará a producir cambios en ti, transformaciones en tu ser.

A veces el simple hecho de sentarse en silencio conmigo..., pero, entonces siempre surge el problema de que tu mente te altera. He tratado de sentarme en silencio con vosotros y he visto que llego menos a vuestros corazones; vuestra mente os altera demasiado. Hablar parece un dispositivo más adecuado: vuestra mente está entretenida, y aunque de vez en cuando dejo un silencio entre dos palabras, la mente no moles-ta. Simplemente mira y espera: «¿Qué va a ocurrir? ¿Qué se va a decir?» 
Entretanto se está haciendo el verdadero trabajo. El verdadero trabajo es de tu corazón al mío.



PENSAMIENTO Y EMOCIONES :

¿Qué son vuestros pensamientos salvo ondas en un lago?

¿Qué son vuestras emociones, estados de ánimo, sentimientos?

¿Qué es la totalidad de vuestra mente? Simplemen-te un torbellino.

Y debido a ese torbellino no podéis ver  vuestra propia naturaleza.

No dejáis de pasaros por alto.

Conocéis a todo el mundo y, jamás os conocéis a vosotros.

Estáis enfadados, pero no podéis permanecer así siempre.

Incluso el hombre más encolerizado ríe a veces, ha de hacerlo.

Estar airado no puede convertirse en un estado per-manente.

Hasta el hombre más triste sonríe; e incluso el hom-bre que ríe continuamente a veces llora y sus ojos se llenan de lágrimas.

Las emociones no pueden ser permanentes. Se mueven, y continuamente cambiáis de un estado a otro.

En este momento os halláis tristes, en aquel  momento estáis felices; en este momento estáis en-fadados.

Aquel momento sois muy compasivos; este mo-mento sois cariñosos, en otro momento estáis llenos de odio; la mañana fue hermosa, la noche es fea.

Esto continúa.

El punto de vista corriente es que, el corazón es la fuente de emociones como el amor, el odio o la ira. Así como la mente es la fuente de los pensamientos conceptuales, el corazón es la fuente de todo lo que es emocional y sentimental.

Ese es el punto de vista corriente.

Hemos vivido con la división tradicional de que la imaginación, las sensaciones, las emociones y los sentimientos, pertenecen al corazón.

Pero vuestro corazón es un sistema de bombeo.

Todo lo que pensáis, imagináis o sentís está confi-nado en la mente.

La mente tiene setecientos centros y estos son los que lo controlan todo.

Pero cuando Buda dice «el corazón», se refiere al centro mismo de vuestro ser.

Considera que vuestro amor, vuestro odio, todo, surge de la mente.

Y pienso que él es absolutamente científico; todos los psicólogos estarían de acuerdo con él.

Podéis experimentar con vosotros.

Podéis ver de dónde surge vuestra ira... de la mente.

De dónde surgen vuestras emociones... de la mente.

La mente es un fenómeno grande, abarca el pensa-miento conceptual, abarca los patrones emotivos y los sentimientos.

Hay que comprender esto: las emociones están en la cabeza, pero la consciencia no.

De hecho, ¡vuestra cabeza esta en la consciencia!

La consciencia es vasta, infinita. Las emociones, los deseos, las ambiciones, están en vuestra cabeza; se marchitarán.

Pero incluso cuando vuestra cabeza se haya desva-necido completamente y desaparecido en la tie-rra, la consciencia no desaparecerá.

La consciencia no esta contenida en vosotros, sino os contiene, es más grande que vosotros.

Es absolutamente cierto: vuestras emociones, sentimientos, pensamientos... toda la parafernalia de la mente, procede del exterior, está manipula-da por el exterior.

Eso ha quedado más claro científicamente.

Pero incluso sin la investigación científica, durante miles de años los místicos han afirmado exacta-mente lo mismo...

Que todas estas cosas con la que está llena la men-te no son vosotros. Vosotros estáis más allá de ellas.

Se os identifica con ellas, y ese es el único pecado.

La mente es una división que piensa. Y el co-razón es otra división de la misma mente que siente.

Sentir y pensar, pensamientos y emociones... pero ser testigo está separado de los dos.

Si estáis pensando, el observador observa... un pen-samiento pasa, u os sentís enfadados... el testigo sigue observando.

Una emoción pasa, del mismo modo que pasan las nubes, que veis.

No sois ni lo bueno ni lo malo.

No sois ni lo agradable ni lo desagradable.

No sois ni el pensamiento ni las emociones.

No sois ni la mente ni el corazón.

El amor siempre pone nervioso. Exis-ten motivos para ello. Procede del inconsciente y todas las capacidades de las personas se hallan en el consciente: todas las destrezas y todo el conoci-miento se encuentra en el consciente. El amor pro-cede del inconsciente y no sabéis cómo enfrentaros a él ni qué hacer con él, lo cual resulta excesivo. El inconsciente es nueve veces más grande que el consciente, de modo que cualquier cosa que salga de él es abrumadora. Por eso es por lo que la gente le tiene miedo a las emociones, a los sentimientos. Los contienen por miedo a que vayan a crear caos; y lo crean, ¡pero el caos es hermoso! 
Existe necesidad de orden y también de caos. Cuan-do el orden es necesario, usadlo, emplead la mente consciente; cuando se necesite el caos, utilizad el inconsciente y dejad que el caos se manifieste.

Una persona completa, total, es aquella capaz de emplear ambos, que no permite que el consciente ejerza interferencia alguna sobre el inconsciente, ni al revés.

Creemos en la vida en su totalidad, en sus dí-as, en sus noches, en los días soleados y en los nublados.

Creemos que todo en la vida se puede disfrutar.

Solo necesitáis un poco más de percepción, más consciencia de lo que sucede.

No sois vuestra mente, no sois vuestro cuerpo.

En alguna parte dentro de -vosotros hay un testigo que puede continuar mirando a la mente, a las emociones, a las reacciones fisiológicas.

Ese testigo sois vosotros.

Y ese testigo es capaz de disfrutar de todo, una vez que os centráis allí.

Vuestra mente siente desdicha, sufrimien-to; siente todo tipo de emociones, vínculos, deseos y anhelos, pero todo es proyección de la mente.

Detrás de la mente está vuestro verdadero yo que nunca ha ido a ninguna parte. Siempre está aquí y aquí.

Si estáis enfadados, estadlo y no juzguéis si es bueno o malo.

Y esta es la diferencia entre las emociones nega-tivas y positivas:

Si cobráis consciencia de una emoción específica, y por ello la emoción se desvanece, es nega-tiva.

Si al cobrar dicha consciencia entonces os convertís en la emoción, si esta se extiende y, se convierte en vuestro ser, es positiva.

La consciencia trabaja de forma diferente en ambos casos.

Si se trata de una emoción venenosa, quedáis ali-viados de ella a través de la percepción.

Si es buena, feliz, extática, os volvéis uno con ella. La percepción la profundiza.

Por ello para mí este es el criterio:

Si algo se profundiza mediante vuestra percepción, es algo bueno.

Si la percepción lo disuelve, es algo malo.

Aquello incapaz de permanecer en la consciencia es pecado, y, lo que crece en la consciencia es virtud.

La virtud y el pecado no son conceptos sociales, son realizaciones interiores.

0s digo que incluso las emociones negativas son buenas, si son reales; y si son reales, poco a poco su misma realidad las transforma.

Se vuelven más y más positivas, y llega un momento en que todo lo positivo y lo negativo desapa-rece.

Simplemente permanecéis auténticos: no sabéis lo que es bueno ni lo que es malo, no sabéis lo que es positivo y, lo que es negativo.

Simplemente sois, auténticos.

Esta autenticidad os brindará un vislumbre de lo que es real.

Solo lo real puede conocer a lo real, solo lo verda-dero puede conocer la verdad, lo auténtico puede conocer lo auténtico que os rodea. 
 

La Ira y  La Tristeza Son Lo Mismo

La tristeza es ira pasiva y la ira es tristeza activa.

Como la tristeza surge con facilidad, la ira parece difícil, porque estáis demasiado sintonizados con lo pasivo.

Es difícil para una persona triste estar enfadada.

Si podéis encolerizar a una persona triste, su triste-za desaparecerá de inmediato.

Será muy difícil para una persona airada estar triste.

Si podéis entristecerlo, su ira desaparecerá de inme-diato.

En todas nuestras emociones continúa la polaridad básica: de hombre y mujer, de yin y yang, de ma-cho y hembra.

La ira es masculina, la tristeza es femenina.

De modo que si estáis en sintonía con la tristeza, es difícil pasar a la ira, pero me gustaría que lo hicierais.

Hacerla estallar en vuestro interior no ayudará mu-cho, porque una vez más buscáis algún modo de ser pasivos.

No. Sacadla, expresadla. Aunque parezca una ton-tería, hacedlo.

Sed un bufón ante vuestros propios ojos, pero sa-cadla.

Si podéis flotar entre la ira y la tristeza, ambas se tornan similarmente fáciles.

Tendréis una trascendencia y entonces podréis ob-servar. Podéis estar detrás de la pantalla y, con-templar estos juegos, para luego ir más allá de las dos. Pero primero debéis moveros con facili-dad entre ambas, de lo contrario tendéis a estar tristes, y cuando uno se siente atribulado, la tras-cendencia resulta difícil.

Recordad, cuando dos energías, dos energías opuestas son exactamente iguales, entonces es muy fácil salir de ellas, porque están peleándose y cancelán-dose y no os halláis sujetos por ninguna.

Vuestra tristeza e ira están al cincuenta por ciento, son energías iguales, de manera que se cancelan entre sí.

De pronto tenéis libertad y podéis escapar.

Pero si hay un setenta por ciento de tristeza y un treinta de ira, entonces resulta muy difícil.

Un treinta por ciento de ira en contraste con un se-tenta por ciento de tristeza significa que aún estará presente un cuarenta por ciento de tristeza y no será posible, no seréis capaces de escabulliros con facilidad. Ese cuarenta por ciento colgara so-bre vosotros.

De modo que esta es una de las leyes básicas de las energías interiores:

Dejad siempre que las polaridades opuestas alcan-cen un mismo rango, y entonces podréis escapar de ellas.

Es como si dos personas estuvieran peleando y pu-dierais escapar.

Se encuentran tan concentradas que no tenéis que preocuparos y podéis escapar. No dejéis que en-tre en juego la mente.

Haced que sea un ejercicio.

Podéis convertirlo en un ejercicio cotidiano.

... Sea cual fuere el caso, es el caso, aceptadlo y dejad que salga delante de vosotros.

De hecho, con solo decir «no reprimas» no basta.

Si me lo permitís, me gustaría decir: «Dadle vuestra amistad".

-Os sentís tristes? haceos su amigo.

Sentid compasión por ella. La tristeza también  tiene un ser.

Dejad que sea, abrazadla, sentaos junto a ella, tomadle la mano.

Mostraos amigables. Enamoraos de ella. ¡La tristeza es hermosa!

No tiene nada de malo. ¿Quién os dijo que hay algo malo en estar triste? De hecho, solo la tristeza os da profundidad.

La risa es poco profunda, la felicidad es superficial. La tristeza llega hasta la médula. Nada alcanza la profundidad de la tristeza.

Así que no os preocupéis. Permaneced a su lado, y la tristeza os llevará hasta su núcleo. Podéis ir a su lado y seréis capaces de conocer algunas cosas sobre vuestro ser que nunca habíais conocido.

Esas cosas únicamente se os pueden revelar en un estado triste, jamás es uno feliz. La oscuridad también es buena y es divina.

El día no es solo de Dios, también lo es la noche.

A esta actitud yo la llamo religiosa.

Dejarlo todo y simplemente sentaros bajo un árbol y sentiros felices no es difícil... cualquie-ra se sentirá de esa manera.

Sin nada que hacer, podéis distanciaros; con todo que hacer, os volvéis apegados, pero cuando ha-céis todo y permanecéis desapegados, cuando os movéis con la multitud, en el mundo y sin em-bargo, solos, entonces está sucediendo algo de verdad.

Si no sentís ira al estar solos, no cuenta.

Cuando estáis solos no sentiréis ira, porque la ira es una relación, necesita a alguien con quien enfa-darse. A menos que estéis furiosos, solos no sen-tiréis ira; estará dentro, pero no encontrará nin-guna salida.

Cuando el otro está presente, no estar furiosos en-tonces sí que cuenta.

Cuando no tenéis dinero, ni objetos ni casa... si es-táis desapegados, ¿qué dificultad hay en ello?

Pero cuando lo tenéis todo, ni permanecéis desape-gados "un mendigo en un palacio", entonces se ha alcanzado algo muy profundo.

Si os trasladáis al Himalaya y estáis des-apegados, sois una única nota de música; si vi-vís en el mundo y estáis apegados, una vez más sois una única nota de música.

Pero cuando estáis en el mundo y más allá de él, y lleváis vuestro Himalaya en el corazón sois una armonía, no una única nota.

Y tiene lugar la armonía, incluyendo la de todas las notas discordantes, una síntesis de los opuestos, un puente entre dos orillas.

Y lo más elevado solo es posible cuando la vida es muy compleja, solo en la complejidad acontece lo más elevado.

Cuando veis ira en otros, id a hurgar en vosotros mismos y allí la encontraréis; cuando veis demasiado ego en otros, id dentro y allí en-contraréis ego.

El interior funciona como un proyector; otros se convierten en pantallas y comenzáis a ver películas sobre otros que son realmente vuestras pro-pias cintas.

El único problema con la tristeza, la desesperación, la ira, la impotencia, la ansiedad, la an-gustia, la desdicha, es que queréis deshaceros de ellas.

Esa es la única barrera.

Tendréis que vivir con ellas.

No podéis escapar.

Representan la precisa situación en que la vida ha de integrar y crecer. Son los retos de la vida.

Aceptadlos. Son bendiciones disfrazadas.

Si queréis escapar de ellas, si de algún modo queréis deshaceros de ellas, entonces surge un pro-blema...

Porque si queréis deshaceros de algo nunca lo mi-ráis directamente.

La estrella de un éxito de Broadway visita-ba a unos amigos cuando la conversación, co-mo siempre, derivó a la psiquiatría. «He de de-cir», manifestó la anfitriona, «que creo que mi analista es el mejor del mundo. No podéis imaginar lo que ha hecho por mí. Deberíais probarlo».

«Pero yo no necesito analizarme», dijo la estrella. «No podría ser más normal... no hay nada fuera de lugar conmigo.»

«Pero el es absolutamente genial», insistió su ami-ga. «Encontrará algo fuera de lugar.»

Hay personas que viven en encontrando algo malo en vosotros. Su único secreto radica en encontrar al-go malo en vosotros. No pueden aceptaros como sois: os darán ideales, ideas, ideologías, os harán sentir culpables y os harán sentir que no valéis nada, que sois porquería. Ante vuestros propios ojos, os harán sentir tan condenados que olvida-réis todo sobre la libertad.

De hecho, tendréis miedo de la libertad, porque ve-réis lo malos que sois, lo equivocados que es-táis... Ni si sois libres, vais a hacer algo mal, así que seguid a alguien. El Sacerdote depende de que lo hagáis, el político depende de que lo ha-gáis. Os dan lo bueno y lo malo, ideas fijas, y consiguen que os sintáis culpables para siempre. 
 

0s digo: que no hay nada bien ni nada mal.

Si estáis enfadados, el sacerdote dirá que la ira está mal, que no os enfadéis. ¿Qué vais a hacer? Po-déis reprimirla, contenerla, tragárosla, literalmen-te, pero pasará a vuestro interior, a vuestro sistema. Tragaros la ira y tendréis úlcera de estómago, tragárosla y tarde o temprano sufriréis cáncer.

Tragaros la ira y de ello surgirán mil y un problemas, porque la ira es veneno. Pero ¿qué vais a hacer? Si la ira está mal, tenéis que tragárosla.

Yo no digo que la ira está mal. Digo que la ira es energía... pura energía, energía hermosa. Cuan-do surja, sed conscientes de ella, y ved acontecer el milagro. Si sois conscientes de ella, quedaréis sorprendidos; quizá os aguarde la mayor sorpre-sa de vuestra vida, ya que al ser conscientes de ella, la ira desaparece. Se transforma. Se con-vierte en pura energía: se convierte en compasión, en perdón, en amor. Y no necesitáis repri-mirla, de modo que no os agobia el veneno. Y no estáis enfadados, así que no le hacéis daño a na-die. Ambos os salváis: el otro, el objeto de vues-tra ira, se salva, y vosotros os salváis. En el pasa-do, siempre sufrían el objeto o vosotros.

Lo que digo es que no hay necesidad de que nadie sufra. Simplemente sed conscientes, dejad que la consciencia esté presente. La ira surgirá y será consumida por la consciencia. No se puede estar enfadado cuando se es consciente, como tampo-co se puede ser codicioso o celoso con ella. La consciencia es la llave de oro.

Intentad comprender por qué sucede, de dón-de viene, dónde están las raíces, cómo acontece, cómo funciona, cómo os domina, cómo con la ira os volvéis locos.

La ira ya ha tenido lugar antes, y sucede ahora, pero en este momento tenéis que añadirle un elemento nuevo, el elemento de la comprensión... y enton-ces la calidad cambiará.

Entonces, dentro de un tiempo, veréis que cuanto más la entendéis, menor es su presencia.

Y cuando la comprendéis a la perfección, desapare-ce. La comprensión es como el calor. Cuando llega a un punto determinado "cien grados", el agua desaparece. 
Dicen que la ira está mal.

Todo el mundo os ha dicho que la ira está mal, pero nadie os ha dicho cómo saber qué es.

Todo el mundo dice que el sexo está mal.

Han estado enseñando que el sexo está mal, pero na-die dice qué es el sexo y cómo conocerlo.

Preguntádselo a vuestro padre y se sentirá incómodo.

Exclamará: «No hables de cosas tan malas».

Pero estas cosas malas son realidades.

Ni siquiera vuestro padre pudo escapar a ellas; de lo contrario no habríais nacido.

Vosotros sois una cruda realidad.

       Y no importa lo que diga vuestro padre sobre el sexo, no pudo escapar de él.

Pero si lo interrogáis al respecto se sentirá incómo-do porque nadie se lo ha dicho; sus padres jamás le explicaron por qué el sexo es malo.

¿Por qué? ¿Y cómo saberlo?

¿Y cómo profundizar en él?

Nadie os dirá esto, simplemente seguirán etiquetan-do cosas: esto está mal y esto bien.

Etiquetar crea desgracia y un infierno.

Así que recordad una cosa... para un buscador, un buscador de verdad, es básico entender esto: sed fieles a vuestro hechos, tratad de conocerlos.

No dejéis que la sociedad os imponga su ideología. No os miréis a través de los ojos de otros. Tenéis ojos: no estáis ciegos.

Y disponéis de los hechos de vuestra vida interior.

¡Utilizad los ojos! Eso es lo que significa la consi-deración. Y si lo consideráis. entonces esto no será un pro-blema.

Entrad en vosotros mismos sin prejuicio alguno, sin ninguna suposición y ved qué es la ira.

Dejad que vuestra ira os revele lo que es la ira.

No le impongáis vuestras suposiciones.

Y el mismo día en que la descubráis en su completa desnudez, en su completo espanto, en su fuego ardiente, en su veneno asesino, de pronto descu-briréis que habéis salido de ella.

¡La ira se ha desvanecido!

Cualquier tendencia se puede tratar de esa manera... poco importa de qué tendencia se trate.

El proceso es el mismo, ya que la enfermedad es la misma, solo los nombres son diferentes.

El Miedo es como la Oscuridad

Qué podéis hacer directamente acerca de la  oscuridad?

No podéis libraros de ella, no podéis expulsarla, no podéis hacerla pasar. No hay manera de relacionarse.

Con la oscuridad sin introducir la luz.

El camino hacia la oscuridad pasa por la luz.

Si queréis oscuridad, apagad la luz: si no queréis oscuridad. Encended la luz.

Pero tendréis que hacer algo con la luz, en absoluto con la oscuridad.

¿Por qué le tengo miedo a las mujeres?

No es personal, es algo casi universal.

Todos los hombres le tienen miedo a las mujeres, y todas las mujeres le tienen miedo a los hom-bres...

Porque todas las personas le temen al amor.

El temor es al amor, de ahí que el hombre tema a la mujer ya que es objeto de amor, y las mujeres le temen a los hombres porque son su objeto de amor.

Tememos al amor porque el amor es una muerte pequeña. El amor requiere que nos entreguemos, algo que no queremos hacer. Nos gustaría que el otro se entregara, nos gustaría que el otro fue-ra el esclavo. Pero la otra parte desea lo mismo: el hombre quiere que la mujer sea una esclava; y por supuesto la mujer también quiere lo mismo, el mismo deseo está ahí presente. Sus métodos para esclavizarse pueden ser diferentes, pero el deseo es el mismo.

Todos los miedos se pueden reducir a un miedo: el miedo a la muerte, el miedo de que: «un día quizá tenga que desaparecer, un día quizá tenga que morir. Soy. Y se acerca el día en que no seré».

... Eso asusta, ese es el miedo.

Para evitar ese miedo empezamos a movernos de tal manera que podamos vivir todo lo que nos sea posible. E intentamos asegurar nuestras vidas... empezamos a transigir, empezamos a volvernos más seguros, debido al miedo. Nos para-lizarnos, porque cuanto más seguros estamos, más a salvo nos encontramos, y menos vivos es-taremos.

Entonces, debido al miedo a la muerte, lu-chamos por alcanzar seguridad, un buen saldo en el banco, pólizas de seguro, un matrimonio, una vida asentada, un hogar; nos volvemos parte de un país, nos apuntamos a un partido político, nos in-corporamos a una iglesia... nos volvemos hindúes, cristianos, mahometanos. Todos estos son caminos para encontrar seguridad, un sitio al que pertenecer: un país, una iglesia. Debido a este miedo, los políticos y sacerdotes si-guen explotándoos. Si no tuvierais ningún miedo, ningún político o sacerdote podría explotaros. Es solo por el temor que os pueden explotar, porque pueden proporcionaros, al menos pueden promete-ros, que eso os hará seguros:  «Esta será vuestra se-guridad. Os lo garantizo». Quizá que nunca cum-plan... eso ya es otra cosa, pero la promesa... Y la promesa mantiene explotada y oprimida a la gen-te. La promesa mantiene a las persona en servi-dumbre.

«¿De qué está compuesto el miedo?».

El miedo está compuesto de ignorancia del propio yo. Solo existe un miedo: se manifiesta de mu-chas maneras, de mil y una formas, pero básica-mente el miedo es uno, y ese es que «en lo más hondo, existe la posibilidad de que yo no sea». 
Y en cierto sentido es verdad que no sois.

El coraje significa entrar en lo desconocido a pesar de todos los miedos.

El coraje no significa la falta de miedo.

La falta de miedo tiene lugar si sigues siendo cada vez más valeroso. La falta de miedo es la expe-riencia última del coraje; representa la fragancia cuando el coraje se ha vuelto absoluto. Pero al comienzo no existe mucha diferencia entre la persona cobarde y la valerosa. La única diferen-cia es que el cobarde escucha a sus miedos y les hace caso, y la persona valerosa los hace a un la-do y sigue adelante.

La persona valerosa se adentra en lo desconocido a pesar de todos los miedos. Los conoce, sabe que están ahí.

Habéis exagerado vuestros miedos. 
Miradlos fijamente, y al hacerlo empezarán a em-pequeñecerse.

Nunca los habéis mirado, habéis estado escapan-do de ellos.

Habéis estado creando protecciones contra ellos en vez de mirarlos directamente a los ojos. No hay nada que temer: lo único que necesitáis es un poco más de consciencia. Sea cual fuere vuestro temor, agarradlo, miradlo con fijeza, tal como haría un científico con una cosa. Y os sorprenderá, ya que empezará a derretirse como un copo de nieve. Cuando hayáis mirado su totalidad, habrá desapa-recido. 
Y cuando tengáis libertad sin ningún temor, sentiréis una bendición que no se puede expresar con palabras.

El miedo aceptado se convierte en libertad; el miedo negado, rechazado, condenado, se con-vierte en culpabilidad.

Si aceptáis el temor como parte de la situación... Es parte de la situación. El hombre es una parte muy pequeña, diminuta, y el todo es vasto: una gota, una gota muy pequeña, y el todo es todo el océano. Surge un temblor: «Puede que me pierda en el todo; podría perder mi identidad». Ese es el miedo a la muerte. Todos los temores son el temor a la muerte. Y el miedo a la muerte es el miedo a la aniquilación.

Un hombre que vive con miedo siempre está temblando por dentro.

Continuamente está a punto de volverse loco, por-que la vida es grande, y si continuamente tenéis miedo...

Y hay todo tipo de temores.

Podéis redactar una gran lista, y os sorprenderá ver cuántos miedos hay... ¡y aún seguís con vida!

Por doquier hay, infecciones, enfermedades, peli-gros, secuestros, terroristas... y la  vida es tan pe-queña.

Y por último está la muerte, que no podéis evitar.

Toda vuestra vida se tornará oscura.

¡Abandonad el miedo! Inconscientemente asumis-teis el miedo en vuestra infancia; y ahora conscientemente lo vais a abandonar y a ser maduros.

Y entonces la vida podrá ser una luz que irá profun-dizándose a medida que crecéis.

La Comprensión Es El Secreto De La Transformación

Simplemente comprended un poco más todos vuestros sentimientos, emociones.

... Todos tienen un lugar específico en la armonía total de vuestro ser.

Pero se nos ha mantenido casi ciegos respecto a nuestras potencialidades, dimensiones.

Mostraos un poco mas alertas sobre todo, y recor-dad que lo es lo superior y lo antinatural es falso y americano.

Desde el mismo comienzo se debería recordar que estamos buscando un lugar, un espacio, donde nada se levante... ni el polvo, ni el humo: donde todo es puro y limpio, absolutamente vació, simple espacio. Desde el mismo principio hay que tener claro lo que se busca.

Se necesita consciencia, no condena... y a tra-vés de la consciencia la transformación se produ-ce de forma espontánea.

Si adquirís consciencia de vuestra ira, la compren-sión os penetra.

Solo observando, sin juzgar, sin decir si está bien o mal, solo observando vuestro cielo interior.

Hay relámpagos, ira, os sentís acalorados, todo vuestro sistema nervioso se sacude, y sentís un estremecimiento que os recorre el cuerpo... un momento hermoso, porque cuando la energía funciona, la podéis observar con facilidad; cuan-do no funciona, no podéis verla.

Cerrad los ojos y, meditad en ello.

No luchéis, simplemente contemplad lo que suce-de... todo el cielo está lleno de electricidad, de tantos relámpagos, de tanta belleza... tumbaos en el suelo,  contemplad el cielo y observad.

Luego haced lo mismo por dentro.

Allí tenéis nubes, porque sin nubes no puede haber relámpagos

...Ahí hay nubes oscuras, pensamientos. Al-guien os ha insultado, alguien se ha reído de vos-otros, alguien ha dicho esto o aquello... hay muchas nubes oscuras en el cielo interior y muchos relámpagos.

¡Mirad! Es una escena hermosa... también terrible, porque no la entendéis.

Es misteriosa, y si el misterio no se entiende, se  vuelve terrible, lo teméis. Y siempre que se comprende un misterio, se transforma en una gracia, un don, porque entonces tenéis las llaves ... y con llaves sois los amos.

No lo controláis, simplemente os volvéis los amos cuando sois  conscientes. Y cuanto más conscien-tes seáis, más podréis penetrar en el interior, porque la percepción es viajar hacia adentro, siempre hacia dentro; totalmente conscientes, totalmente dentro: menos conscientes, más hacia fuera; inconscientes... estáis completamente afuera, fuera de vuestra casa, vagando por los alrededores.



EL ARTE DE VIVIR :

 La vida es corta, la energía limitada, muy limitada.  Y con esta energía limitada tenemos que encontrar lo ilimitado; en esta corta vida tenemos que encontrar lo eterno.  ¡Una gran tarea, un gran reto!  Así que, por favor, no te preocupes por cosas sin importancia. 
 ¿Qué es importante y qué no lo es?  Según la definición de todos los Budas, lo que la muerte se puede llevar no es importante y lo que no se puede llevar lo es.  Recuerda esta definición, que sea tu piedra de toque.  Puedes valorar instantáneamente cualquier cosa con ella. 
 ¿Has visto la piedra de toque con la que se prueba el oro?  Que esta sea la piedra de toque para discernir lo que es importante: ¿te lo va a quitar la muerte?, entonces no es importante.  El dinero no es importante; es útil, pero no es importante.  El poder, el prestigio, la respetabilidad; la muerte se lo llevará todo, así que ¿por qué armar tanto alboroto por ello los pocos días que estás aquí?  Esto es una caravana, una parada nocturna; por la mañana nos vamos. 
 Recuerda, sólo lo que te puedas llevar al dejar el cuerpo es importante.  Eso significa que, excepto la meditación, nada es importante; excepto la consciencia, nada es importante, porque la consciencia es lo único que la muerte no se puede llevar.  Todo lo demás se lo puede llevar porque todo lo demás viene de afuera.  Sólo la consciencia mana desde dentro: no se te puede quitar.  Tampoco las sombras de la consciencia: la compasión y el amor, se te pueden quitar; son partes intrínsecas de la consciencia. 
 Te llevarás contigo sólo la consciencia que hayas alcanzado; y esa es tu verdadera riqueza. 
      The book of wisdom.  Discurso 21

He oído que tus sannyasins lo celebran todo…

 ¡Has oído correctamente!  Mis sannyasins lo celebran todo.  La celebración es la base de mi sannyas; no la renuncia sino el regocijo; disfrutar de todas las bellezas, las alegrías, de todo lo que la vida ofrece, porque la vida entera es un regalo de Dios. 
 Las viejas religiones te han enseñado a renunciar a la vida.  Todas ellas son negativas respecto a la vida; todo su enfoque es pesimista.  Están todas en contra de la vida y sus gozos.  Para mí, vida y Dios son sinónimos.  De hecho, vida es una palabra mucho mejor que Dios, porque Dios es sólo un término filosófico mientras que “vida” define algo real, existencial.  La palabra “Dios” existe sólo en las escrituras; es una palabra, una mera palabra.  La vida está dentro y fuera de ti: en los árboles, en las nubes, en las estrellas.  La existencia entera es una danza de la vida. 
 Yo enseño amor a la vida. 
 Yo enseño el arte de vivir la vida plenamente, de emborracharse con lo divino a través de la vida.  No soy un escapista.  Todas tus religiones te han enseñado a escapar; en cierto sentido eran todas “hip”*.  Hay que entender la palabra “hippie”.  Simplemente significa: uno que escapa de la batalla de la vida; alguien que da la espalda.  ¡Todas vuestras viejas religiones son “hippies”!  Dan la espalda.  No pudieron aceptar el reto de la vida, no pudieron confrontar, encarar la vida.  Fueron cobardes; escaparon a las montañas, a los monasterios. 
 Pero aunque te escapes a las montañas y a los monasterios, ¿cómo podrías dejarte atrás a ti mismo?  Eres parte de la vida.  ¡La vida late en tu sangre, la vida

*La palabra hip significa literalmente cadera (N. de los T.)

respira en ti, la vida es tu mismísimo ser!  ¿Dónde podrías escapar?  Todos esos esfuerzos por escapar, examinados correctamente, son suicidas.  Vuestros monjes, vuestras monjas, vuestros mahatmas, vuestros mal llamados santos, han sido todos gente suicida; han intentado suicidarse gradualmente.  No sólo han sido suicidas, también han sido cobardes; porque ni siquiera podían suicidarse de golpe.  Se estaban suicidando gradualmente, a plazos; iban muriendo poco a poco.  Y hemos respetado a esa gente enferma, esa gente desintegrada, esa gente insensata.  Estaban en contra de Dios porque estaban en contra de la vida. 
 Yo estoy tremendamente enamorado de la vida, por eso enseño a celebrar. 
Todo tiene que ser celebrado, todo tiene que ser vivido, amado.  Para mí no existe la diferencia entre lo mundano y lo sagrado. Para mí todo es sagrado, desde el peldaño más bajo al más alto de la escalera.  La misma escalera: desde el cuerpo hasta el alma, desde lo material hasta lo espiritual, desde el sexo hasta el samadhi: ¡todo es divino! 
 Uno de mis antiguos sannyasins le dijo a un actor que estaba haciendo Hamlet que una vez él había interpretado ese papel. 
 “¿Cómo fue tu interpretación? –Preguntó el actor-.  ¿Hizo Hamlet el amor con Ophelia realmente?” 
 “No sé si Hamlet lo hizo –replicó el sannyasin-, pero yo sí que lo hice”. 
 La celebración tiene que ser total, sólo entonces puedes ser multidimensionalmente rico.  Y ser multidimensionalmente rico es lo único que podemos ofrecerle a Dios. 
 Si hay un Dios, y algún día tienes que encararle, sólo te hará una pregunta: “¿Has vivido tu vida plenamente o no?”: porque esta oportunidad se te ha dado para vivirla, no para renunciar a ella. 
 Mis sannyasins también celebran la muerte, porque para mí la muerte no es el final de la vida sino su crescendo, su clímax.  Es la culminación de la vida.  Si has vivido correctamente, si has vivido momento a momento plenamente, si le has exprimido todo su jugo a la vida, tu muerte será el orgasmo supremo.

Come, come, yet again come.  Discurso 2 
 

¿Cuál es el objetivo de la vida?

 La vida no tiene otro objetivo que ella misma porque no es más que otro nombre para Dios mismo.  Todas las demás cosas de este mundo pueden tener un objetivo, pueden ser un medio para un fin, pero por lo menos una cosa tienes que dejar como el fin de todas y el medio de ninguna. 
 Lo puedes llamar existencia. 
 Lo puedes llamar Dios. 
 Lo puedes llamar vida. 
 Son nombres diferentes para una sola realidad. 
 Dios es el nombre dado  a la vida por los teólogos pero tiene un peligro en sí porque puede ser refutado; puede ser rebatido.  Casi la mitad de la Tierra no cree en ningún Dios.  No sólo los comunistas, los budistas, los jainistas y miles de librepensadores son ateos.  El nombre “Dios” no es muy definible porque se lo ha dado el hombre y no hay evidencia, prueba o argumento sobre él.  Se queda más o menos como una palabra vacía.  Significa lo que quieras que signifique. 
 Pero para mí, tal como “Dios” es un extremo, “existencia” es otro, porque la palabra “existencia” no indica que pueda estar viva; puede estar muerta.  No indica que sea consciente; puede no tener consciencia alguna. 
 Por eso, mi elección es “vida”.  La vida contiene todo lo que se necesita; además, no necesita pruebas.  Tú eres vida.  Tú eres la prueba.  Tú eres el argumento.  No puedes negar la vida; por eso en toda la historia del hombre, no ha habido un simple pensador que haya negado la vida. 
 Millones han negado a Dios, ¿pero cómo puedes negar la vida?  Late en tu corazón, está en tu aliento, se muestra en tus ojos.  Se expresa en tu amor.  Se celebra de mil y unas formas: en los árboles, en los pájaros, en las montañas, en los ríos. 
 La vida es el objetivo de todas las cosas.  Por eso, la vida no puede tener otro objetivo que ella misma.  En otras palabras: el objetivo de la vida es intrínseco.  Dentro de ella misma están el crecimiento, la expansión, la celebración, la danza, el amor, el gozo; todos estos son aspectos de la vida.

 Pero hasta ahora, ninguna religión ha aceptado la vida como el objetivo de nuestros esfuerzos, de todo nuestro afán.  Por el contrario, las religiones han estado negando la vida y sosteniendo un hipotético Dios.  Pero la vida es tan real que todas las religiones durante miles de años no han sido capaces de hacerle mella, a pesar de que todas ellas han sido antivida.  Su Dios no era el mismísimo centro de la vida; a su Dios se le encontraba sólo renunciando a la vida.  Ha sido una gran calamidad por la que ha pasado la humanidad: la misma idea de renunciar a la vida significa respetar a la muerte. 
 Todas vuestras religiones veneran la muerte. No es casualidad que sólo veneréis a los santos muertos.  Cuando están vivos, los crucificáis.  Cuando están vivos, los lapidáis a muerte.  Cuando están vivos, los envenenáis y cuando están muertos, los veneráis; un cambio repentino.  Vuestra actitud cambia totalmente. 
 Nadie ha profundizado en la psicología de este cambio.  Merece la pena contemplarla: ¿por qué se venera a los santos muertos y se condena a los vivos?  Porque los santos muertos cumplen todas las condiciones para ser religiosos: no se ríen, no gozan, no aman, no danzan, no tienen ninguna relación con la existencia.  Realmente han renunciado a la vida en su totalidad: no respiran, su corazón ya no late.  ¡Ahora son perfectamente religiosos!; no pueden pecar.  Una cosa es segura: puedes depender de ellos, puedes fiarte de ellos. 
 Un santo en vida no es de fiar.  Mañana puede cambiar de opinión.  Hay santos que se han vuelto pecadores y pecadores que se han vuelto santos; así que hasta que no han muerto no se puede decir nada de ellos con absoluta seguridad.  Esa es una de las razones básicas, en vuestros templos, iglesias, mezquitas, gurudwaras, sinagogas: ¿a quién veneráis?  Y no veis la estupidez de todo esto, que lo vivo venera a lo muerto.  El presente venera al pasado.  A la vida se le obliga a venerar a la muerte.  Es por esas religiones antivida que una y otra vez a través de los siglos surge esta pregunta: ¿cuál es el objetivo de la vida? 
 De acuerdo a vuestras religiones, el objetivo es renunciar a ella, destruirla, torturarte a ti mismo en nombre de algún mitológico e hipotético Dios. 
 Los animales no tienen  religión alguna, excepto la vida.  Excepto el hombre, toda la existencia confía en la vida; no hay otro Dios ni otro templo.  No hay escrituras sagradas. 
 En resumen: la vida lo es todo en sí misma.

 Es Dios, es el templo y es la sagrada escritura; y vivir la vida plenamente, con todo el corazón, es la única religión. 
 Yo os digo que no hay otro objetivo que vivir con tal totalidad que cada momento se convierta en una celebración.  La misma idea de “objetivo” trae el futuro a la mente, cualquier objetivo, cualquier fin, cualquier meta, necesita el futuro: todas tus metas te privan de tu presente que es la única realidad que tienes; el futuro está sólo en tu imaginación, y el pasado es tan sólo las huellas que han quedado en la arena de tu memoria.  Ni el pasado es ya real ni el futuro lo es todavía. 
 Este momento es la única realidad. 
 Y  al vivir este momento sin ninguna inhibición, sin ninguna represión, sin codicia alguna por el futuro, sin ningún miedo (sin repetir el pasado una y otra vez, sino absolutamente fresco en cada momento, fresco y joven, sin que moleste la memoria, sin que la imaginación estorbe), adquiere tal pureza, tal inocencia, que sólo a esa inocencia yo le puedo llamar divinidad. 
 Para mí, Dios no es alguien que creó el mundo.  Dios es alguien que tú creas cuando vives plenamente, intensamente; con todo tu corazón, sin reprimir nada.  Cuando tu vida se vuelve simplemente un gozo momento-a-momento, una danza momento-a-momento, cuando tu vida no es otra cosa que un festival de luces, entonces, cada momento es precioso porque un vez que se va, se va para siempre… 
 En lo que a mí concierne, vive gozosamente, contento, satisfecho, compartiendo tu amor, tu silencio, tu paz; que tu vida se convierta en una danza tan bella que no sólo tú te sientas bendito sino que puedas bendecir al mundo entero: este es el único camino auténtico.  La vida en sí misma es el criterio; todo lo demás no es esencial. 
 Y cada individuo es tan único que no se puede hacer una super-autopsia por la cual todo el mundo tenga que viajar para encontrar el objetivo de la vida.  Por el contrario, todo el mundo tiene que encontrar su objetivo, sin seguir a la masa, sino siguiendo su propia voz interior, no en muchedumbre, sino siguiendo un estrecho sendero.  El cual tampoco ha sido creado por nadie.  Lo creas tú al caminar.

 El mundo de la vida y la consciencia es casi como el firmamento; los pájaros vuelan pero no dejan ninguna huella.  Cuando vives profunda, sincera y honestamente, no dejas ninguna huella, nadie tiene que seguirte.  Cada uno tiene que seguir su serena, pequeña voz. 
 Mi énfasis en la meditación es para que puedas oír tu serena vocecita: la cual te dará orientación, sentido de la dirección.  Ninguna escritura puede darte eso.  Ninguna religión, ningún fundador de religión puede dártelo porque han estado tratando de dárselo a la humanidad durante miles de años y todos sus esfuerzos han fracasado.  Sólo han creado gente retrasada, gente sin inteligencia, porque han insistido en la fe.  En el momento en que crees en alguien, pierdes inteligencia.  Creer es casi como veneno para tu inteligencia. 
 Yo te digo que no creas en nadie, incluyéndome a mí.  Tienes que encontrar tu propia visión y seguirla.  Donde quiera que te lleve es el camino correcto para ti.  La cuestión no es si otros lo siguen o no.  Cada individuo es único y cada vida es bella en su individualidad.  Tu pregunta es muy significativa, quizá la más antigua de las preguntas.  El hombre se la ha estado preguntando desde el mismísimo principio.  Y se han dado millones de respuestas pero ninguna ha sido la correcta.  La pregunta todavía permanece… 
 Mi respuesta es: el objetivo de la vida es la vida misma; más vida, vida más profunda, vida más elevada, pero siempre vida.  No hay nada más elevado que la vida.

The hidden splendor.  Discurso 26

El arte de vivir plenamente

¿Por favor podrías hablar acerca de cómo vivir plenamente?

 El arte de vivir plena, total e intensamente no es algo arduo o difícil pero lo han hecho casi imposible.  Es tan simple y tan obvio que no hay necesidad de aprenderlo. 
 Se nace con un sentido intuitivo, intrínseco a la vida misma.  Los árboles lo conocen, los pájaros lo conocen, los animales lo conocen.  Sólo el hombre es desafortunado.  El hombre es la cima más elevada de la vida, y quiere conocer el arte de vivir.  Ha habido un continuo condicionamiento contra la vida.  Ese es el motivo principal por el que se necesita este arte. 
 Todas las religiones del mundo que han dominado a la humanidad durante siglos son antivida.  Su fundamento básico es que la vida es un castigo.  De acuerdo al cristianismo, has nacido en pecado porque Adán y Eva desobedecieron a Dios.  Es increíble hasta dónde puede llegar la ficción.  Aún si Adán y Eva desobedecieron a Dios, no veo qué relación tiene contigo o conmigo.  Y además, la desobediencia no es necesariamente un pecado.  Algunas veces es lo más virtuoso que se puede hacer. 
 Pero todas las culturas, todas las sociedades quieren obediencia, que es otra forma de llamar a la esclavitud, al encarcelamiento espiritual.  ¿Qué mal hicieron Adán y Eva al comer de la fruta del conocimiento?  ¿Es acaso la sabiduría un pecado?  ¿Es acaso la ignorancia una virtud?  Dios les prohibió comer de esos dos árboles; uno era el de la sabiduría y el otro, el de la vida eterna.  ¿Quién está cometiendo el pecado, Adán y Eva o Dios?  Ni la sabiduría es mala, ni el anhelo por la vida eterna es malo: son absolutamente naturales.  La prohibición es errónea y su desobediencia es absolutamente correcta.  Ellos fueron los primeros revolucionarios del mundo, los primeros seres humanos con algo de dignidad.

 Debido a su desobediencia, toda civilización, ciencia, arte y todo lo demás, ha sido posible.  Si no hubieran desobedecido, todavía estaríamos masticando hierba desnudos en el Jardín del Edén; ni masticar chicle sería posible. 
 No sólo el cristianismo, también otras religiones encuentran razones para condenar la vida.  El hinduismo, el jainismo, el budismo, todos dicen que sufres, que eres desgraciado, y que no puedes dejar de serlo porque es un castigo por las malas acciones de vidas pasadas.  Ahora bien, lo que se haya hecho en vidas pasadas no puede deshacerse; tienes que padecerlo.  Tú mismo has creado esta miseria, este sufrimiento, esta angustia, y lo único que puedes hacer es sufrir pacientemente para que en el futuro la vida te recompense.  ¡Extraño argumento! 
 Si haces algo malo en esta vida, deberías ser castigado en esta misma vida.  De hecho, la causa y el efecto van siempre unidos.  Simplemente pon tu mano en el fuego: ¿crees que te quemarás en tu próxima vida?  Te quemarás aquí y ahora.  Cada acto tiene su propia recompensa o su propio castigo.  Esta distancia entre vidas es una idea muy astuta para hacer que aceptes vivir la vida al mínimo, todas esas religiones te enseñan a renunciar a ella.  Los que renuncian a ella se convierten en santos; son venerados.  A los que viven plena, totalmente, nadie los venera; ni siquiera se les aprecia.  Por el contrario, son condenados. 
 Toda nuestra educación es tal que va en contra del placer, en contra de gozo, en contra del sentido del humor, en contra de disfrutar de las cosas pequeñas de la vida: cantar una canción o tocar la flauta.  Nadie te va a llamar santo por tocar la flauta bellamente; excepto yo.

 Te llamaré santo si bailas tan totalmente que desaparezcas en el baile y sólo quede la danza; entonces el que baila se funde completamente, se disuelve y se convierte en la danza.  Si tocas la flauta tan totalmente que te olvides de ti mismo, que sólo quede la música y ya no seas el flautista sino sólo un oyente, entonces la flauta estará en los labios de Dios. 
 Si amas, eres condenado. 
 Todas las religiones han dicho que el amor es algo animal.  Yo he observado a los animales pero nunca he visto amor alguno en ninguna especie de animal.  Yo he observado a los animales pero nunca he visto amor alguno en ninguna especie de animal.  El amor es absolutamente humano.  Los animales pueden abandonarse al sexo, ¿pero te has fijado en ellos mientras lo hacen?  No verás ningún gozo. Te parecerán absolutamente distantes; con caras tan serias que parece que estuvieran sufriendo.  Y de hecho están sufriendo.  Es una necesidad biológica, y la sienten; están siendo forzados por una fuerza desconocida a hacer algo en lo que no están interesados. 
 Es por eso que, excepto el hombre, ningún animal hace el amor durante todo el año.  Sólo cuando les llega el celo, cuando la biología se lo impone: “Ahora tienes que hacerlo”; a la fuerza, como si alguien se lo estuviera ordenando con un arma: “Haz el amor”.  Fíjate en los animales, en sus ojos; no están sintiendo ningún gozo. 
 Hablar acerca del amor como algo animal es un gran disparate.  Los animales no saben lo que es el amor.  Ni siquiera millones de seres humanos de saben.  El amor necesita, como base, estar algo centrado en tu propio ser, y de algún modo, cerca de él, porque a no ser que estés centrado en tu ser no conocerás todos los tesoros que llevas dentro de ti mismo; el amor es uno de esos tesoros.  Hay cosas aún más elevadas: la verdad, el éxtasis y la experiencia de lo divino.  A no ser que esté en profunda meditación, no se puede amar y no se puede vivir. 
 Me preguntas acerca del arte de vivir plenamente.  Empieza con la meditación para que puedas conocer la fuente de tu vida y volver a su origen; es una experiencia sorprendente.  De repente te das cuenta de que tienes tantísimo, tal abundancia, que si quieres puedes amar al mundo entero.  Puedes llenar el mundo entero con tu amor.

 En tu pequeño cuerpo está la semilla que puede crear millones de flores, que contienen toda la fragancia del mundo. 
 El arte de la vida comienza con la meditación.  Y por meditación quiero decir silencio de la mente, silencio del corazón, alcanzar el mismo centro de tu ser y encontrar el tesoro que es tu realidad.  Una vez que lo conoces, puedes irradiar amor, vida, creatividad.  Tus palabras se volverán poéticas, tus gestos tendrán gracia; hasta en tu silencio habrá una canción.  Aunque estés sentado inmóvil, estarás danzando.  Cada inspiración, cada espiración, será un gozo; cada latido del corazón será precioso porque es el latido del corazón del mismo Universo: tú eres parte de él. 
 Si reconoces que tú mismo eres parte de la existencia… empezarás a vivir plenamente, sin miedo a las religiones ni a los sacerdotes ni a todas esas enseñanzas antivida que quieren que, en vez de gozar, renuncies a la vida, escapes de ella.  Una ves que eres libre de tus condicionamientos (y la meditación es casi como el fuego que quema toda la basura que el pasado te ha dejado en herencia) naces de nuevo.  Entonces no necesitarás aprender ningún arte.  Surgirá espontáneamente dentro de tu ser. 
 Por el momento hay demasiados obstáculos, demasiadas barreras.  Has sido envenenado durante tanto tiempo, y te han enseñado tantas cosas equivocadas, que casi vas arrastrándote. En vez de ser una danza, la vida se ha convertido en un acto de arrastrarse desde la cuna a la tumba.  La gente sigue viviendo, ¿qué otra cosa puede hacer?  No se suicidan porque, si la vida es tan miserable, ¿cómo pueden esperar que la muerte vaya a ser algo mejor?  Así que en vez de poner tu atención en el arte de vivir ponla en el lugar desde donde mana tu vida, en las mismísimas raíces de las que saca su jugo.  Profundiza en ti buscando las raíces de tu vida y te encontrarás con lo que los místicos han llamado iluminación, despertar, o la experiencia de lo divino.  Después de esa experiencia eres una persona totalmente diferente. 
 Entonces tu totalidad estará detrás de cada uno de tus actos.

 Entonces no estarás esquizofrénico. 
 Entonces no reprimirás nada. 
 Si bailas, eres la danza.  Si cantas, eres la canción.  Si amas, eres el amor.  Si escuchas, eres sólo oídos y todo lo demás desaparece.  Entonces cada momento adquiere plenitud, y esta plenitud continúa expandiéndose. 
 De no ser así, la gente se conforma con el mínimo, consolándose con el “Benditos sean los pobre, benditos los mansos”.  No es necesario ser pobre ni es necesario ser manso. 
 La vida te da tanto que podrías ser un emperador.  Para serlo no necesitas un imperio; ser emperador es sólo una forma de vivir auténtica y plenamente.  De no ser así también vuestros emperadores son mendigos.  No están vivos, están en el mismo bote que tú; por dentro están tan vacíos como tú.  Tú pides más y ellos piden más. 
 Esto me recuerda una vieja historia sufí: 
 Un gran emperador fue a dar un paseo en su jardín por la mañana temprano y de repente se encontró con un mendigo que estaba esperándole allí, sabiendo que venía todas las mañanas antes del amanecer.  ¿Quién si no le iba conseguir una audiencia a un mendigo?  El emperador siempre venía sólo, así que no habría problema.  Le preguntó: “¿Qué quieres?”. 
 “Esta es mi escudilla y quiero que la llenes –dijo el mendigo-.  Con una condición: que la llenes, no importa con qué (oro, plata y diamantes o piedras y barro).  Mi condición es que debe llenarse completamente.  Sólo si aceptas mi condición puedes intentarlo, si no me marcharé”. 
 Era un gran reto para el emperador, el cual respondió: “¿Qué crees: que no puedo llenar tu escudilla?”. Llamó inmediatamente a su primer ministro y le dijo: “Llena esta escudilla con los diamantes más preciosos”. 
 “Una vez más te repito, de mendigo a mendigo –insistió este-, que todavía estás a tiempo; aún puedo marcharme”. 
 “¿Qué significa de “mendigo a mendigo”?” –respondió el emperador.

 “Luego lo entenderás –respondió el mendigo-.   Espera que venta tu primer ministro”. 
 Y vino con un cubo lleno de diamantes y los echó todos dentro de la pequeña escudilla.  El emperador y el primer ministro no se lo podían creer; los diamantes desaparecían según caían en la escudilla.  La escudilla seguía vacía; tan vacía como antes.  Pero el emperador era un hombre de gran orgullo y apuntó: “Aunque tenga que echar todo mi tesoro, tengo que vencer a este mendigo.  He vencido a emperadores; no puedo permitir que este mendigo me venza a mí.  Y ya me ha tratado de “mendigo a mendigo”. 
 Mientras el sol avanzaba, se corrió el rumor en la capital de que el emperador estaba en un gran apuro.  La escudilla se estaba tragando su tesoro.  Se hacían corrillos; nadie se lo podía creer.  Pero el emperador era testarudo.  Desaparecieron los diamantes, los rubíes, las esmeraldas y los zafiros, luego el oro y la plata.  Al llegar la tarde el emperador dijo: “Tenías razón.  Ahora soy tan mendigo como tú”. 
 “Por eso te dije que luego lo entenderías” –respondió el mendigo.

 “Me has engañado esto no es una escudilla y tú no eres un mendigo.  Al parecer eres un mago” –respondió el emperador. 
 “No, no soy un mago, soy un simple mendigo.  Pero esta escudilla es realmente mágica –contestó el mendigo-.  Y te contaré su secreto, de “mendigo a mendigo”.  Encontré esto; acércate y míralo.  Es la calavera de un hombre.  La he limpiado y pulido.  La encontré en el cementerio.  Soy tan pobre que no puedo comprarme una escudilla en el mercado, así que me dije: “Esta me irá perfectamente bien”.  La lavé, la limpié, le saqué brillo, pero por ser la calavera de un hombre, nunca está satisfecha, siempre está pidiendo más.  No tiene mucho misterio.  Tu calavera hace lo mismo.  Todas las cabezas hacen lo mismo: pedir mas”. 
 Al pedir más pierdes lo que tienes.

 Un meditador ni se preocupa por el pasado que ya se ha ido, ni por el futuro que no ha llegado todavía.  Está centrado en el presente, y lo que tiene lo disfruta en su plenitud.  Naturalmente, su vida no es la vida de un mendigo.  Nunca pide más, no obstante está viviendo al máximo con totalidad e intensidad.  De no ser así, tendrás que conformarte.  Eso es lo que vuestras religiones os enseñan: a conformaros con poco. 
 Al hecho de conformarse se le ha dado un gran valor.  Para que por lo menos puedas aguantar el sufrimiento que te rodea y la miseria en la que te ahogas continuamente. 
 Un hombre estaba jugando al golf, y mandó su bola al bosque.  Fue a recuperarla y se encontró con una bruja que estaba removiendo una pócima en un gran caldero.  “¿Qué hay ahí?” –preguntó. 
 “Estro es una poción mágica –cacareó la bruja-.  Si bebes de ella serás el mejor jugador de golf del mundo.  Nadie te podrá vencer”. 
 “Dámela entonces –dijo el hombre-.  Quiero beberla”. 
 “Espera un momento –le advirtió-, también tendrás la peor vida sexual del mundo”.

 El hombre se lo pensó por un momento y dijo: “De acuerdo, dame la poción”.  Se la bebió, volvió con sus amigos, ganó el partido y se convirtió en el campeón del club.  Siguió jugando campeonatos y se convirtió en el mejor jugador de golf del país. 
 Un año después estaba jugando en el mismo campo y decidió ir a ver si la bruja estaba todavía por allí.  Fue al bosque y la encontró en el mismo lugar.  “¿Te acuerdas de mí?” –preguntó él. 
 “¡Ah, sí!, me acuerdo de ti –dijo ella-.  Dime, ¿cómo te va con el golf?”. 
 “Tenías  toda la razón –dijo-.  Siempre gano.  Soy el mejor jugador de golf del país”. 
 “¿Y tu vida sexual?”  -preguntó ella riéndose. 
 “No está mal” –contestó él. 
 “¿No está mal? –dijo ella sorprendida-.  Dime, ¿cuántas veces has hecho el amor el último año?” 
 “Bueno, no –dijo él-, no para un cura católico de una pequeña congregación”. 
 Así que, ¡no seas un cura católico!  Si quieres vivir la vida plenamente, no formes parte de ninguna religión organizada y no te dejes dominar por las cosas muertas.  Vive de acuerdo a tu propia luz.  Encuentra tu propia luz interior y vive de acuerdo a ella, sin ningún miedo.  Es nuestra existencia, somos parte de ella, y nos ha dado el potencial para ser cualquier cosa que quiera que seamos.  ¡Utilízalo!  ¡Actualízalo!  Nunca reprimas, y no seas tacaño viviendo, amando, compartiendo, cantando, danzando, en todo lo que hagas o dejes de hacer.

The razo’s edge.  Discurso 23 
 

¿Qué es la receptividad?

A menudo hablas sobre la importancia de estar abierto y receptivo a cualquier cosa que la vida traiga.  ¿Qué es la receptividad?

 La receptividad es un estado de no-mente.  Cuando estás completamente vacío de todo pensamiento, cuando la consciencia no tiene contenido, cuando el espejo no refleja nada, eso es receptividad.  La receptividad es la puerta de lo divino.  Abandona la mente y sé. 
 En la mente, estás a kilómetros de ser.  Cuanto más piensas menos eres.  Cuanto menos piensas, más eres.  Y cuando no piensas en absoluto, el ser se afirma en su totalidad. 
 Receptividad simplemente significa tirar la basura que has estado llevando sobre tu cabeza; y hay mucha basura, completamente inútil.  La mente carga con el pasado.  Ahora el pasado no tiene ninguna utilidad; ya ha ocurrido y no va a volver a ocurrir nunca, porque en la realidad nunca se repite nada. 
 Aún cuando pienses o sientas que esta es la misma situación, nunca es la misma.  Cada mañana es nueva, y el sol que te encuentras cada mañana es un nuevo sol.  No me refiero al sol material.  Estoy hablando acerca de la belleza, la bendición que trae cada día; es algo totalmente nuevo. 
 Si sigues cargando con imágenes del pasado, no serás capaz de ver lo nuevo.  Tus ojos estarán cubiertos por tus experiencias, expectativas, y esos ojos no serán capaces de ver lo que está enfrente de ti.

 Así es como desaprovechamos la vida: el pasado se convierte en una barrera, te atrapa, te encierra en algo que ya no existe. Te quedas estancado en lo muerto.  Y cuanta más experiencia, más madurez tengas, el caparazón de las experiencias muertas se hará más grueso a tu alrededor.  Te cierras más y más, poco a poco todas las ventanas, todas las puertas se van cerrando.  Entonces existes, pero existes alienado, desarraigado.  Entonces no estás en comunión con la vida.  No estás en comunión con los árboles, las estrellas y las montañas.  No puedes estar en comunión porque te rodea la gran muralla china de tu pasado. 
 Cuando digo vuélvete receptivo, quiero decir que te conviertas en un niño de nuevo. 
 Recuerda a Jesús, quien decía a sus discípulos; a menos que seáis como niños no podréis entrar en el reino de Dios.  Lo que él dice es el significado exacto de receptividad: el niño es receptivo porque no sabe nada, y al no saber nada es receptivo.  El viejo no es receptivo porque sabe demasiado, y al saber mucho está cerrado.  Tiene que renacer, tiene que morir al pasado y convertirse en un niño de nuevo; no físicamente, por supuesto, pero la consciencia siempre debería ser como la de un niño.  No aniñado, recuerda, sino como un niño: adulto, maduro, pero inocente. 
 Y así es como se aprende, aprende la verdad que se te presenta a cada momento de tu vida; aprende a conocer al Huésped que viene y llama a la puerta a cada momento, día tras día, año tras año.  Pero estás tan inmerso en tu conversación interior, en tu propia procesión interior de pensamientos, que no oyes la llamada. 
 ¿Oyes la distante llamada del cuco?  ¿Oyes cantar a los pájaros?  Esto es receptividad.  Es un estado existencia de silencio, silencio total; sin movimiento, nada se agita, y a la vez no estás dormido, estás alerta, absolutamente consciente.  Donde el silencio y la consciencia se encuentran, se entremezclan y se vuelven uno, se haya la receptividad.  La receptividad es la más importante cualidad religiosa. 
 Conviértete en un niño. Empieza a funcionar desde el estado de no saber, el silencio y una gran consciencia vendrán por su propia cuenta.  Entonces la vida será una bendición.

The guest.  Discurso 14

¿Es la espontaneidad compatible con la observación?

En occidente somos constantemente bombardeados con el aforismo: “¡No te quedes quieto, haz algo!”.  En cambio Buda diría: “¡No hagas nada, quédate quieto!”.  El hombre inconsciente reacciona mientras que el sabio observa.  Pero, ¿y la espontaneidad?  ¿Es la espontaneidad compatible con la observación?

 Es cierto que Buda dice: “¡No hagas nada; quédate quieto!”.  Pero eso es sólo el principio del peregrinaje, no el final.  Cuando has aprendido a quedarte quieto; cuando has aprendido a estar completamente en silencio, inmóvil, impertérrito; cuando sabes simplemente cómo sentarte, sentarte en silencio, sin hacer nada, la primavera llega y la hierba crece por sí sola.  ¡Pero la hierba crece, recuerda! 
 La acción no desaparece, la hierba crece por sí sola.  El Buda no se vuelve inactivo; a través de él sucede una gran acción, sin embargo ya no hay hacedor.  El hacedor desaparece, el hacer continúa.  Y cuando no hay hacedor, el hacer es espontáneo; no puede ser de otra forma.  Es el hacedor quien no permite la espontaneidad. 
 El hacedor es el ego, el ego es el pasado.  Cuando actúas, lo haces siempre desde el pasado, desde las experiencias que has acumulado, desde las conclusiones a las que has llegado en el pasado.  ¿Cómo puedes ser espontáneo?  El pasado domina, y por su causa no puedes ver el presente.  Es tanto el humo del pasado y tus ojos están tan llenos de él, que ver se hace imposible.  ¡No puedes ver!  Estás casi completamente ciego; ciego por el humo, ciego por las conclusiones del pasado, ciego por el conocimiento.
 El hombre de conocimiento es el más ciego del mundo.  No ve lo que ocurre porque funciona desde su conocimiento: simplemente sigue funcionando mecánicamente.  Lo que ha aprendido se ha convertido en un mecanismo automático en él, desde el cual funciona. 
 Hay una famosa historia: 
 Había dos templos en Japón, enemigos entre ellos, como siempre ha ocurrido a través de los tiempos.  Los monjes de ambos templos eran tan antagonistas que hasta habían dejado de mirarse.  Si se encontraban en el camino, dejaban de hablar; durante siglos esos dos templos y sus monjes no se habían hablado. 
 Pero entre los monjes de ambos había muchachos jóvenes; para servirles, para hacer los recados.  Los monjes de ambos templos tenían miedo de que los muchachos, después de todo, siendo jóvenes, pudieran acabar haciéndose amigos. 
 Uno de los monjes le dijo a su chico: “Recuerda, el otro templo es enemigo nuestro.  ¡Nunca hables con el chico del otro templo!  Son gente peligrosa; evítalos como si fueran una enfermedad.  Como si fueran una plaga.  Evítalos”.  El muchacho siempre se sentía atraído, porque estaba cansado de escuchar grandes sermones que no podía entender.  Se leían extrañas escrituras cuyo lenguaje no entendía.  Se discutían grandes problemas.  No había nadie con quien jugar, ni siquiera alguien con quien hablar.  Y cuando se le dijo: “No hables con el chico del otro templo”, surgió en él una gran tentación.  Así es como surgen las tentaciones.

 Ese día no pudo evitar hablar con el otro chico.  Cuando le vio en el camino le preguntó: “¿Dónde vas?”. 
 El otro muchacho era un poco filosófico; habiendo escuchado gran filosofía se había vuelto filósofo.  Dijo: “¿Ir? ¡No hay nadie que vaya o venga!  Ocurre: voy donde el viento me lleva”.  Había oído decir al maestro tantas veces que así es como vive un Buda, como una hoja muerta que va donde el viento la lleva.  Así que el chico dijo: “¡Yo no voy!  No hay hacedor.  Así que, ¿cómo puedo ir?  ¿Qué insensatez estás diciendo?  Soy una hoja muerta.  Voy donde me lleva el viento…”. 
 El otro chico se quedó estupefacto.  No pudo ni contestar; no encontraba nada que decir.  Estaba perplejo, avergonzado.  Pensó: “Mi maestro tenía razón al decir que no hablara con esta gente; ¡esa gente es peligrosa!  ¿Qué clase de conversación es esta?  Yo le he hecho una pregunta simple: “¿Dónde vas?”.  De hecho yo ya sabía dónde iba, porque ambos vamos a comprar verduras al mercado.  Una respuesta simple hubiera sido suficiente. 
 Regresó y le dijo a su maestro: “Lo siento, perdón.  Me lo prohibió, pero no le escuché.  De hecho, lo que me tentó fue su prohibición.  Esta es la primera vez que he hablado con esa gente tan peligrosa.  Era tan sólo una pregunta simple: “¿Dónde vas?”, y ha empezado a decir cosas extrañas: “No hay ir y venir.  ¿Quién va?  ¿Quién viene?  Soy vacío absoluto”, y “Sólo soy una hoja muerta al viento.  Y voy donde el viento me lleva…”. 
 El maestro le dijo: “Ya te lo había dicho.  Pues bien, mañana espérate en el mismo lugar y cuando venga le preguntas otra ves, “¿Dónde vas”?, y cuando diga esas cosas, simplemente le dices: “Es verdad, sí, eres una hoja muerta, también yo. Pero cuando no hay viento, ¿dónde vas?  ¿Dónde puedes ir?”.  Di sólo eso, se sentirá desconcertado; tiene que ser una situación embarazosa para él, tenemos que vencerle.  Hemos estado discutiendo continuamente, y nunca han sido capaces de vencernos en ningún debate.  Así que mañana tienes que enfrentarte a él”. 
 El chico se levantó temprano, preparó su respuesta, la repitió muchas veces antes de salir.  Entonces, esperó en el sitio donde solían cruzarse, la repetía una y otra vez, estaba preparado; entonces vio al otro chico venir y dijo: “Muy bien, ahora”. 
 Cuando llegó le preguntó: “¿Dónde vas?”.  Esperaba que ahora llegara su oportunidad. 
 Pero le contestó: “Donde me lleven las piernas…”.  ¡Sin mencionar el viento!  ¡Sin hablar de la nada!  ¡Sin preguntas acerca de la no-acción!  ¿Qué podía hacer ahora?  La respuesta que tenía preparada parecía completamente absurda.  Hablar ahora sobre el viento no tendría sentido. 
 Otra ves cabizbajo, realmente avergonzado por haber sido tan estúpido pensó: “Qué cosas más raras sabe este chico; ahora dice, “Donde las piernas me lleven…”. 
 Cuando regresó, el maestro le dijo: “Te advertí que no hablaras con esa gente; ¡son peligrosos!  Es nuestra experiencia de siglos.  Pero ahora tenemos que hacer algo.  Así que mañana le preguntas otra vez: “¿Dónde vas?”, y cuando te diga: “Donde mis piernas me lleven”, dile: “¿Y si no tuvieras piernas, que…?”.  ¡Hay que acallarle de una forma u otra!”. 
 Así que al día siguiente le preguntó otra vez: “¿Dónde vas?”, y esperó.

 Y el otro le dijo: “Voy al mercado por verduras”. 
 La vida no tiene obligación de encajar con tus conclusiones.  Es por eso que la vida es muy confusa: confusa para los que creen que saben, los que tienen respuestas preparadas.  El Bhagavad Gita, el santo Corán, la Biblia, los Vedas, se han empollado todo, conocen todas las respuestas.  Pero la vida nunca plantea la misma cuestión dos veces; por eso el erudito nunca da la talla.

 Es cierto que Buda dice: “Aprende a sentarte en silencio”.  Eso no significa que diga: “Sigue sentado en silencio para siempre”.  No dice que tangas que volverte inactivo; por el contrario, la acción sólo puede surgir del silencio.  Si no estás en silencio, si no sabes cómo quedarte en silencio, en profunda meditación, lo que sea que hagas será reacción, no acción.  Reaccionarás. 
 Alguien te insulta, aprieta un botón, y tú reaccionarás.  Te pones furioso, saltas sobre él; ¿y a eso lo llamas acción?  No lo es aunque lo creas, es una reacción.  Él es el manipulador y tú el manipulado.  Él ha apretado un botón y tú has funcionado como una máquina.  Igual que cuando aprietas un interruptor y se enciende la luz, y aprietas otra vez y se apaga; eso es lo que la gente hace contigo: te encienden y te apagan. 
 Viene alguien que te halaga, y tu ego se infla, y te sientes estupendamente; luego viene otro y te pincha, y simplemente te deja por los suelos.  Tú eres tu propio maestro: cualquiera puede insultarte y ponerte triste, irritado, fastidiado, violento, fuera de ti.  Y cualquiera puede alabarte y ponerte por las nubes, puede hacer que sientas que eres el más grande; que ni Alejandro Magno era nada comparado contigo…  Y actúas de acuerdo a las manipulaciones de los demás.  Esto no es verdadera acción. 
 Buda estaba cruzando un pueblo, la gente vino y le insultó.  Y usaron toda clase de insultos, todas las palabras sucias que conocían.  Buda se quedó ahí, escuchando silenciosamente, muy atentamente, y luego dijo: “Gracias por venir a mí, pero tengo prisa.  Tengo que llegar al próximo pueblo, la gente me está esperando allí.  Hoy no puedo quedarme más, pero mañana al regresar tendré más tiempo. Podéis reuniros otra vez, y si queda algo que hubierais querido decirme y no hayáis podido, podréis decírmelo, pero hoy, perdonadme”.

 Esa gente no daba crédito a lo que estaba escuchando: este hombre había permanecido sin inmutarse, sin distraerse en absoluto.  Uno de ellos le preguntó: “¿No nos has oído?  Te hemos estado insultando, y tú ni siquiera has contestado”. 
 Buda dijo: Deberías haber venido hace diez años, entonces os hubiera contestado.  Hace diez anos que he dejado de ser manipulado por los demás.  Ya no soy un esclavo, soy mi propio maestro.  Actúo de acuerdo a mí mismo, no de acuerdo a nadie más.  Actúo de acuerdo a mi necesidad interna.  No me podéis forzar a hacer nada.  Querías insultarme y me habéis insultado; sentíos satisfechos, habéis hacho vuestro trabajo perfectamente bien.  Pero yo no recibo vuestros insultos, y a no ser que yo los reciba, no significan nada”. 
 Cuando alguien te insulta, tienes que recibirlo, tienes que aceptar lo que te dice; sólo entonces puedes reaccionar.  Pero si no lo aceptas, si simplemente permaneces alejado, si mantienes la distancia, si permaneces tranquilo, ¿qué te puede hacer? 
 Buda dijo: “Si alguien tira una antorcha encendida al río, permanecerá encendida hasta que llegue al agua.  En el momento que cae al río, el fuego se apaga; el agua lo enfría.  Yo me he convertido en un río.  Me lanzas insultos, y son fuego cuando los tiras, pero en el momento que me alcanzan, en mi frialdad, pierden su fuego; ya no duelen.  Tú tiras espinas; al caer en el silencio se vuelven flores.  Yo actúo desde mi propia naturaleza intrínseca”. 
 Esto es espontaneidad.  El hombre de consciencia y entendimiento, actúa.  El hombre que es inconsciente, mecánico, como un robot reacciona.

 Tú dices: “El hombre inconsciente reacciona mientras que el sabio observa”.  No simplemente observa; observar es una gran parte de su ser.  No actúa sin observar.  Pero no malinterpretes al Buda.  Los Budas siempre han sido malinterpretados; no eres el primero en hacerlo.  Todo este país ha entendido mal a Buda por eso se ha vuelto inactivo.  Creyendo que todos los grandes maestros dice: “Siéntate en silencio”, este país se ha vuelto vago, perezoso; ha perdido energía, vitalidad, vida.  Se ha vuelto soso, sin inteligencia.  Porque la inteligencia se agudiza sólo cuando actúas. 
 Y Cuando actúas momento a momento desde tu consciencia y tu observación, surge una gran inteligencia.  Empiezas a brillar, te vuelves luminoso.  Pero esto ocurre a través de dos cosas: observar, y la acción a partir de ese observar.  Si observar se convierte en inactividad, te estás suicidando.  Observar debería conducirte hacia la acción, una nueva clase de acción; le da una nueva cualidad a la acción. 
 Observa. Estate totalmente tranquilo y en silencio.  Ve cuál es la situación y desde ese ver, responde.  El hombre de consciencia no reacciona, responde, es responsable; literalmente capaz de responder.  Su acción nace de su consciencia, no de tu manipulación; esa es la diferencia.  Por eso, no surge la cuestión de la incompatibilidad entre la observación y la espontaneidad.  La observación es el principio de la espontaneidad; la responsabilidad es la culminación de la observación. 
 El verdadero hombre de entendimiento actúa; actúa tremendamente, actúa totalmente, pero actúa en el momento, desde su consciencia: es como un espejo.  El hombre ordinario, el hombre inconsciente, no es como un espejo, es como una placa fotográfica.  ¿Cuál es la diferencia entre un espejo y una placa fotográfica?  Una placa fotográfica una vez expuesta, se vuelve inútil.  Recibe la impresión, queda impresa; lleva la imagen.  Pero recuerda, la imagen no es real; la realidad continúa creciendo.  Puedes ir al jardín y tomar una foto del rosal.  Mañana, en la foto estará igual, también pasado mañana estará igual.  Ve otra vez y mira el rosal: ya no es igual.  Las rosas se han caído, o nuevas rosas han brotado.  Mil y una cosas han ocurrido. 
 Se cuenta que una vez un filósofo realista fue a ver al famoso pintor Picasso.  El filósofo creía en el realismo, e iba a criticar a Picasso porque la pintura de Picasso es abstracta, no es realista.  No representa la realidad como es.  Por el contrario, tiene una dimensión totalmente diferente: es simbólica.

 “No me gusta su pintura –dijo el filósofo-.  ¡La pintura debería ser realista!  Si pinta a mi esposa, su retrato debería parecérsele”.  Sacó una foto de su esposa y dijo: “¡Mire esta foto!  El cuadro debería ser así”. 
 “¿Es esta su esposa?”  -dijo Picasso mirando la foto. 
 “Sí, es ella”  -dijo él. 
 “¡Es sorprendente!  Es muy pequeña y plana –dijo Picasso-  ¡Esta foto no puede ser su esposa!”. 
 Se cuenta otra historia: 
 Una mujer  hermosa se acercó a Picasso y le dijo: “Precisamente ayer he visto su autorretrato en casa de un amigo.  Era tan bello, me influenció tanto que, caso hipnotizada, abrace el cuadro y lo besé”. 
 “¿En serio?  ¿Y qué hizo el cuadro?  ¿Le devolvió el beso?” –respondió Picasso. 
 “¿Estás loco?  ¿Cómo me lo va a devolver?” –respondió la mujer. 
 “Entonces no era yo” –contestó Picasso. 
 Un cuadro es una cosa muerta.  La cámara, la placa fotográfica, sólo capta un fenómeno estático y la vida nunca es estática, va cambiando.  Tu mente funciona como una cámara, va coleccionando imágenes; es un álbum.  Y luego, desde esas imágenes, reaccionas. Por eso no eres fiel a la vida, porque hagas lo que hagas te equivocarás; y repito, hagas lo que hagas te equivocarás.  Nunca será lo correcto. 
 Una mujer estaba mostrando el álbum familiar a su hijo, y llegaron a la foto de un hombre muy guapo: cabello largo, barba, muy joven, muy vivo. 
 “Mamá, ¿quién es ese hombre?”  -preguntó el niño. 
 “¿No le reconoces?  Es tu papá” –dijo la mujer. 
 “Si ese es mi papá, entonces ¿Quién es ese hombre calvo que vive con nosotros?”  -dijo el niño que parecía perplejo. 
 Una foto es estática.  Permanece como es, nunca cambia.  La mente inconsciente funciona como una cámara, funciona como una placa fotográfica.

 La mente observadora, la mente meditativa, funciona como un espejo.  No atrapa la impresión; se queda completamente vacía, siempre vacía.  Lo que se pone enfrente del espejo, se refleja.  Si estás delante del espejo, re refleja.  Si te vas, no podrás decir que el espejo traiciona.  El espejo es simplemente un espejo.  Cuando te has ido, no te refleja; ya no tiene obligación de reflejarte.  Si se mira otro, reflejará a otro.  Si no hay nadie, no reflejará nada.  Es siempre fiel a la vida. 
 La placa fotográfica nunca es fiel a la vida.  Aunque te hagan una foto ahora mismo, cuando el fotógrafo la haya sacado de la cámara, ¡ya no serás el mismo!  Mucha agua habrá bajado por el Ganges.  Has crecido, cambiado, te has hecho más viejo.  Puede que sólo haya pasado un minuto, pero un minuto puede ser una cosa muy importante ¡puedes morir!  Solo hace un minuto estabas vivo; un minuto después puedes estar muerto.  La foto nunca morirá. 
 Pero en el espejo, si estás vivo, estás vivo; si estás muerto, estás muerto. 
 Buda dice: “Aprende a sentarte en silencio; conviértete en un espejo”.  El silencio hace de tu consciencia un espejo, luego funcionas momento a momento.  Refleja vida.  No vas cargando un álbum sobre tu cabeza.  Tus ojos son limpios e inocentes, tienes claridad, tienes visión, y nunca le eres infiel a la vida. 
 Esto es vivir auténticamente.



LA ILUMINACION NO ES DIFICIL :

¿Es posible iluminarse, fácil y relajadamente?

¿Es posible iluminarse de una forma realmente relajada y fácil, sin demasiado esfuerzo y con muchas siestas?

 ¡Me preguntas a mí, un hombre que nunca ha hecho nada!  Precisamente a través de la relajación -¡sin esfuerzo alguno y con muchas siestas!  Yo paso la mayor parte del tiempo durmiendo.  Sólo me levanto para hablaros a vosotros por la mañana, luego regreso a dormir.  En total debo dormir unas dieciocho horas.  Seis estoy despierto, dos horas con vosotros y el resto para el baño, la comida y el recuerdo de que estoy en absoluto samadhi.  ¡Soy tan vago que ni siquiera sueño! 
 ¡Y me haces esa pregunta a mí! Esa es toda mi filosofía, que no debes hacer ningún esfuerzo, que sólo relajándote llega la iluminación.  Viene cuando te encuentras realmente relajado, sin tensión, sin esfuerzo; e inmediatamente te inunda con miles de flores. 
 Pero todas las religiones han enseñado justo lo opuesto, que la iluminación es un trabajo muy arduo, que requiere el esfuerzo de toda una vida, quizá de muchas vidas, y aún así no es algo seguro, no hay garantía.  Puedes perderte cuando estás sólo a un paso de la iluminación.  ¡Y tú no conoces el camino hacia la iluminación!  Así que hay muchas posibilidades de perderse, de desviarse.  Algunas personas han tropezado con la iluminación por azar, sólo por accidente. 
 Millones de personas han estado buscando y no han encontrado nada, sin ser conscientes de que la propia búsqueda les está poniendo tensos; su propio esfuerzo está creando un estado en el cual la iluminación no puede suceder.  La iluminación sólo puede suceder cuando estás tan en silencio, tan relajado, que casi no estás.  Tan sólo un puro silencio, e inmediatamente la explosión, la explosión de tu alma luminosa. 
 La gente rigurosa simplemente destruye su inteligencia y su cuerpo, y yo no creo que alcancen la iluminación.  Las pocas personas que han alcanzado la iluminación lo han hecho en un estado relajado.  La relajación es la tierra donde crecen las rosas de la iluminación. 
 Así que, está muy bien que quieras estar relajado, cómodo, sin esfuerzos y cantidad de siestas; esa es la receta.  Te iluminarás.  ¡Te puedes iluminar hoy!  La iluminación es tu ser más interior.  Sólo porque estás tan ocupado con el esfuerzo, en buscar, averiguar, haciendo esto y aquello, nunca llegas a tu propio ser.  Cuando estás relajado no vas a ningún sitio, tú no haces nada y la hierba crece por sí misma. 
 Todo lo que se necesita es estar alerta, ser inteligente, consciente, que no son esfuerzos; atestiguar, observar, que no son tensiones.  Son experiencias muy gozosas, de las que no te cansas y que te dejan muy calmado y sereno.  No se han tenido noticias de que la inteligencia fuera parte de vuestros mal llamados santos.  La destruyeron completamente con sus estúpidos esfuerzos,  Y yo os digo, todos los esfuerzos para iluminarse son estúpidos. 
 ¡La iluminación forma parte de tu naturaleza!  Ya estás iluminado, sólo que no lo sabes.  En lo que a mí concierne estáis todos iluminados, porque puedo ver vuestra llama interior.  Cuando os veo, no veo vuestra figura, veo vuestro ser, el cual es sólo una preciosa llama luminosa. 
 Se dice que a Gautama Buda le sorprendió que en el momento en que se iluminó también se iluminó toda la existencia, porque sus propios ojos cambiaron, su propia visión cambió.  Podía mirar tan profundo dentro de él mismo como dentro de todos los demás,  hasta de los animales y los árboles.  Podía ver que todo se mueve hacia la iluminación.  Todas las cosas necesitan realizar su propia naturaleza; sin ello la vida no es un gozo, no es una festividad. 
 Simplemente sé un poco inteligente, y la iluminación ocurrirá por sí sola; ni siquiera tienes que pensar en ello. 
 Una mujer entró en un banco y fue a la oficina del presidente.  Se dirigió derecha a su despacho y le dijo: “Quisiera apostar diez mil dólares”. 
 “Lo siento señora –contestó el presidente-, pero este banco no acepta apuestas”. 
 “Yo no quiero apostar con el banco –dijo ella-, quiero apostar con usted.  Se las apuesto a que mañana a las diez sus testículos serán cuadrados”. 
 “Usted está loca –dijo el presidente-, pero le voy a aceptar la apuesta.  Mañana a las diez aquí, y traiga los diez mil dólares”. 
 A las diez menos cinco, la mujer entra con un caballero alto de aspecto imponente.  “¿Quién es este señor?” –preguntó el presidente. 
 “Es mi abogado –contesta la mujer-  Ha venido para ver que todo marche bien”. 
 “De acuerdo” –dice el presidente. Y riendo se baja los pantalones.  La mujer acerca la mano y se los palpa.  En ese momento, el abogado se desmaya. 
 “¿Qué le pasa?” –pregunta el presidente. 
 “Pues bien –responde la mujer-, he apostado cincuenta mil dólares con él a que esta mañana a las diez tendría a un presidente de banco cogido por las pelotas”. 
 ¡Simplemente sé un poco inteligente! 
 …Sólo un poco inteligente.  El mundo no es inteligente.  Está funcionando de una forma muy poco inteligente y crea toda clase de miserias para todos, en vez de ayudarles a ser más felices.  Todo el mundo se burla de los demás, arrastrándose los unos a los otros hacia una oscuridad más profunda, hacia un lodo más profundo, hacia problemas más profundos.  Parece que en este mundo la gente disfruta sólo de una cosa: de crear desdicha a los demás, por eso hay tal nube de oscuridad rodeando la Tierra. Si no, esto sería un continuo festival de luces; y no de luces ordinarias, sino de las luces de tu mismo ser. 
 ¿Por qué han logrado los sacerdotes convencer al hombre de que la iluminación es muy difícil, una tarea casi imposible?  La razón está en tu mente, ella siempre está interesada en lo difícil, en lo imposible, porque eso resulta desafiante y el ego necesita un desafío para hacerse más y más grande. 
 Los sacerdotes han conseguido convenceros de que la iluminación es muy difícil, casi imposible.  Entre millones de personas sólo de vez en cuando uno se ilumina; tienen la idea de que no te puedes iluminar.  Para evitar que te ilumines usan un ingenio muy astuto.  Desafían tu ego y tú te interesas por toda clase de rituales, por toda clase de austeridades, de autotortura.  Has hecho de tu vida una angustia lo más profunda posible. 
 Pero esas personas que han hecho de su vida una tortura, los masoquistas, no pueden iluminarse.  Pueden seguir oscureciéndose más y más.  Y esas personas que viven en la oscuridad acaban por arrastrarse como esclavos fácilmente, porque en su extraño esfuerzo han perdido toda su inteligencia, toda su consciencia. 
 ¿Has visto alguna vez, durante el invierno, un perro descansando al sol por la mañana temprano?  Ve su propia cola moverse y siente curiosidad.  ¿Qué es eso?  Salta para cazar su cola.  Pero entonces se vuelve loco, porque esto resulta muy extraño: cuando salta él, también salta la cola.  Y la distancia entre el perro y la cola es siempre la misma; da vueltas y vueltas.  ¿Lo has observado?: cuanto más salta la cola, más empeño pone; usando su fuerza de voluntad, trate de agarrarla de una u otra forma.  Pero el pobre no sabe que es imposible.  Que ya es parte de él.  Y que cuando él salte, la cola saltará. 
 La iluminación no es difícil ni imposible.  No tienes que hacer nada para obtenerla: es simplemente tu naturaleza intrínseca, es tu propia subjetividad.  Todo lo que tienes que hacer es relajarte totalmente por un momento, olvida todos los quehaceres y todos los esfuerzos, para no estar ocupado con nada.  Esta consciencia desocupada de repente se da cuenta de que “yo soy eso”. 
 La iluminación es la cosa más fácil del mundo, pero los sacerdotes no quieren que la gente se ilumine.  De ser así no serían cristianos, no habría católicos ni hindúes, ni mahometanos: tienen que prevenirlos; tienen que mantenerlos ciegos a su propia naturaleza y han descubierto una manera muy astuta: no tienen que hacer nada, simplemente darte la idea de que es muy difícil, una misión imposible. 
 Inmediatamente a tu ego le interesa.  Al ego nunca le interesa lo obvio.  Nunca le importa lo que eres; sólo se interesa por una meta lejana; cuando más lejana sea la meta, mayor será el interés.  Pero la iluminación no es una meta y no dista ni una pulgada de ti: ¡eres tú! 
 El buscador es lo buscado. 
 El observador es lo observado. 
 El conocedor es lo conocido. 
 Una vez que has comprendido que tu propia naturaleza es la iluminación… de hecho, la palabra sánscrita para religión es dharma: significa naturaleza, tu propia naturaleza.  No significa Iglesia, no significa teología, simplemente significa tu naturaleza.  Por ejemplo, ¿cuál es el dharma del fuego?: ser caliente.  ¿Y cuál es el dharma del agua?: fluir hacia abajo.  ¿Cuál es la naturaleza del hombre?: iluminarse; conocer su propia divinidad. 
 Si puedes comprender la facilidad… los logros sin esfuerzo de tu naturaleza… sólo así te consideraré inteligente; si no puedes comprender esto, no eres inteligente, eres simplemente un egoísta que intenta…  Igual que algunos egoístas intentan ser los hombres más ricos del mundo, otros pocos egoístas intentan ser los más poderosos y muy pocos intentan iluminarse.  Pero la iluminación no es posible para el ego; puedes conseguir la riqueza, el poder, el prestigio, y son cosas difíciles, muy difíciles. 
 A Henry Ford, uno de los hombres más ricos de este tiempo, aunque nació pobre, le preguntaron: “¿Qué desea para la próxima vida?”. 
 Él dijo: “No quiero ser el hombre más rico otra vez.  Ha sido una tortura toda mi vida; no he podido vivir. Solía llegar a la fábrica a las siete de la mañana, los operarios llegaban a las ocho, los oficinistas llegaban a las nueve y el director llegaba a las diez y se iban a las dos; todos los demás se iban a las cinco y yo me quedaba a trabajar hasta bien entrada la noche, unas veces hasta las diez, otras veces hasta las doce. 
 “Trabajé duro para convertirme en el hombre más rico y lo conseguí.  ¿Pero para qué?  No he podido disfrutar de nada.  Trabajé más duro que mis trabajadores.  Ellos han disfrutado más de la vida. Yo no he tenido vacaciones.  Hasta en vacaciones solía ir a la fábrica a proyectar planes para el futuro”. 
 Ser el hombre más rico es difícil, pero si haces el esfuerzo necesario puedes llegar a serlo.  Es difícil, pero puedes llegar a la cima del Everest si haces el esfuerzo necesario.  Pero si haces el más mínimo esfuerzo, la iluminación se vuelve imposible para ti.  Si pones a tu mente, con todas sus tensiones y preocupaciones, a componer tu iluminación, vas en la dirección equivocada, te alejas de ella.

 Necesitas dejarte ir completamente, con una tranquilidad absoluta, sin tensiones, en un estado de silencio.  Y de repente… la explosión.  Habéis nacido todos iluminados, os deis cuenta de ello o no. 
 La sociedad, las religiones, los políticos, no quieren que te des cuenta de ello, porque va en contra de sus intereses creados. 
 Viven y te chupan la sangre porque no estás iluminado.  Son capaces de reducir a toda la humanidad a estúpidas etiquetas; cristiano, hindú, mahometano; como si fueras cosas, mercancías.  Te han etiquetado quién eres en la frente. 
 Actualmente en la India puedes encontrar brahmanes con símbolos en la frente.  Viendo el símbolo puedes reconocer a qué clase de brahmanes pertenece; son medios o mercancías.  Llevan sus símbolos marcados en la frente. Puede que tú no lo lleves, pero en el fondo sabes que dentro de tu ser llevas gravado que eres cristiano, que eres budista, que eres hindú. 
 Si os iluminarais, serías simplemente luz, un gozo para vosotros mismos y para los demás, una bendición para vosotros y para toda la existencia, serías la última libertad.  Nadie podría explotarte, nadie podría esclavizarte en ningún sentido.  Y ese es el problema; nadie quiere que te ilumines.  Hasta que no te des cuenta seguirás jugando en las manos de los intereses creados, los cuales son todos parásitos. Su única función es chuparte la sangre. 
 Si quieres libertad, la iluminación es la única libertad.  Si quieres individualidad, la iluminación es la única individualidad.  Si quieres una vida llena de bendiciones, la iluminación es la única experiencia.  Y es muy fácil, absolutamente fácil; es la única cosa que para conseguirla no tienes que hacer nada, porque ya está ahí.  Tan sólo tienes que relajarte y verlo. 
 Por eso en la India no tenemos nada paralelo a la filosofía occidental.  Filosofía significa pensar acerca de la verdad: “Amor al conocimiento”.  En la India tenemos una cosa totalmente diferente.  Lo llamamos darshan.  Y darshan no significa pensar, significa ver. 
 Tu verdad no es para ser pensada, tiene que ser vista.  Ya está ahí, no tienes que ir a ningún sito para encontrarla. No tienes que pensar acerca de ella, tienes que parar de pensar para que pueda emerger a la superficie de tu ser. 
 Se necesita que haya espacio sin ocupar dentro de ti para que la luz que está oculta pueda expandirse y llenar tu ser.  Y no sólo llena tu ser, empieza a irradiar desde él.  Toda tu vida se vuelve belleza, una belleza que no es la del cuerpo, sino la que se irradia desde dentro, la belleza de tu consciencia.

Sat Chit Anand.  Discurso 25



CONCIENCIA Y ENERGIA :

La relación entre la consciencia y la energía

Por favor, ¿podrías comentar algo acerca de la relación entre la consciencia y la energía?

 Los físicos modernos han descubierto una de las cosas más importantes que jamás se hayan descubierto, esto es: la materia es energía.  Esta es la contribución más grande de Albert Einstein a la humanidad: E = mc2, la materia es energía.  La materia sólo aparenta serlo… por lo demás no existe tal cosa como la materia, nada es sólido.  Hasta una sólida roca es energía pulsante, la roca es energía en la misma medida que lo es el rugiente océano.  Las olas que surgen en la sólida roca no pueden ser vistas porque son muy sutiles, pero en la roca hay olas, pulso, respiración; está viva. 
 Friedrich Nietzsche declaró que Dios está muerto.  Dios no está muerto; por el contrario, lo que está muerto es la materia.  Se ha descubierto que la materia no existe en absoluto.  Este nuevo punto de vista de la materia acerca a los físicos muchísimo al misticismo.  Por primera vez los científicos se están acercando mucho, casi dándose la mano. 
 Eddington, uno de los más grandes científicos de nuestro tiempo, dijo: “Solíamos pensar que la materia es una cosa; ahora ya no es así.  La materia es más como un pensamiento que como una cosa”. 
 La existencia es energía.  La ciencia ha descubierto que lo observado es energía, el objeto es energía.  A lo largo de los siglos, por lo menos durante cinco mil años, se ha sabido que la otra polaridad: el sujeto, el observador, la consciencia, es energía. 
 Tu cuerpo es energía, tu mente es energía, tu alma es energía.  ¿Entonces cuál es la diferencia entre los tres?  La diferencia es solamente una diferencia de ritmo, diferente longitud  de onda, eso es todo.  El cuerpo es energía basta funcionando de una forma basta, en una forma visible. 
 La mente es un poco más sutil, pero todavía no demasiado sutil, porque puedes cerrar los ojos y ver los pensamientos moviéndose; se pueden ver.  No son visibles como tu cuerpo; tu cuerpo es visible para todos los demás, es públicamente visible.  Tus pensamientos son privadamente visibles.  Nadie más puede ver tus pensamientos; sólo tú puedes verlos; o la gente que ha trabajado muy profundamente en ver los pensamientos.  Pero ordinariamente no son visibles para los demás. 
 Y el tercero, la última capa dentro de ti, es la de la consciencia.  Ni siquiera para ti es visible.  No puede ser reducida a un objeto, continúa siendo un sujeto. 
 Si estas tres energías funcionan en armonía, estás sano e íntegro. Si estas tres energías no funcionan en acuerdo y armonía estás débil, enfermo; ya no estarás completo. Y estar completo es ser sagrado. 
 El esfuerzo que aquí estamos haciendo es para ayudarte a que tu cuerpo, tu mente y tu consciencia, puedan bailar al mismo ritmo, en unidad, en profunda armonía; no en conflicto, sino en cooperación.  El momento en que tu cuerpo, mente y consciencia funcionan juntos, te conviertes en una trinidad, y en esa experiencia está Dios. 
 Tu pregunta es significativa.   Preguntas: “Por favor, ¿podrías comentar algo acerca de la relación entre la consciencia y la energía?”. 
 No hay relación entre la consciencia y la energía.  La consciencia es energía, la más pura de las energías; la mente no es tan pura, el cuerpo es todavía menos puro.  El cuerpo es algo demasiado confuso, y la mente tampoco es totalmente pura.  La consciencia es energía totalmente pura.  Pero sólo puedes conocer esta consciencia si haces un cosmos con las tres, y no un caos.  La gente vive en caos: sus cuerpos dicen una cosa, quieren ir en una dirección; sus mentes no escuchan en absoluto al cuerpo; porque durante siglos se te ha enseñado que tú no eres el cuerpo, durante siglos se te ha dicho que el cuerpo es tu enemigo, que tienes que luchar contra él, que le tienes que destruir, que el cuerpo es pecado. 
 Debido a todas esas ideas; que son tan tontas y estúpidas, que son tan dañinas y venenosas, pero que han sido enseñadas durante tanto tiempo que se ha convertido en parte de vuestra mente colectiva, tú no experimentas tu cuerpo danzando en ritmo contigo mismo.  De ahí mi insistencia en la música y la danza, porque sólo en la danza sentirás que tu cuerpo, tu mente y tú funcionáis juntos; la riqueza es enorme. 
 La consciencia es la forma más elevada de energía.  Y cuando estas tres energías funcionan juntas, llega la cuarta; la cuarta está siempre presente cuando las otras tres funcionan al unísono.  Cuando estas tres funcionan en una unidad orgánica, siempre está la cuarta; la cuarta no es otra cosa que esa unidad orgánica. 
 En Oriente, a la cuarta la hemos llamado simplemente “la cuarta” (turiya); no le hemos puesto ningún nombre.  Las otras tres tienen nombres, la cuarta no.  Conocer la cuarta es conocer a Dios.  Digámoslo de esta manera: Dios es cuanto tú eres una unidad orgásmico-orgánica.  Dios no es cuando tú eres un caos, una desunión, un conflicto.  Cuando eres una casa dividida en contra de ti mismo, Dios no es. 
 Cuando estás tremendamente feliz contigo mismo, tan feliz como puedes, tan agradecido como puedes, y todas tus energías danzan juntas, cuando todas tus energías son una orquesta, Dios es.  Ese sentimiento de unidad total es lo que Dios es.  Dios no es una persona en algún sitio, Dios es la experiencia de las tres cayendo en tal unidad que la cuarta surge.  Y la cuarta es más que la suma total de las partes. 
 Si analizas minuciosamente una pintura, encontrarás el lienzo y los colores, pero la pintura no es simplemente la suma total del lienzo y los colores; hay algo más.  Ese “algo más” se expresa a través del pintar, los colores, el lienzo, el artista, pero ese “algo más” es la belleza.  Disecciona una rosa, y encontrarás todos los productos químicos y las cosas de las que está construida,  pero la belleza desaparecerá.  No era tan sólo la suma total de sus partes, era más. 
 El todo es más que la suma total de las partes; se expresa a través de ellas, pero es más.  Entender que es más, es entender a Dios.  Dios es ese más, ese plus.  No es cuestión de teología, no puede decidirse por argumentación lógica; tienes que sentir la belleza, tienes que sentir la música, tienes que sentir la danza.  Y definitivamente tienes que sentir la danza en tu cuerpo, en tu mente, en tu alma. 
 Tienes que aprender a tocar esas tres energías para que se conviertan en una orquesta.  Entonces Dios es (no que veas a Dios, no hay nada que ver)  Dios es el mismísimo ver, la observación.  Aprende a fundir tu cuerpo, mente y alma; encuentra formas en las que puedas funcionar como una unidad. 
 Muchas veces ha ocurrido que corredores…  Tú puede que pienses que correr no sea una meditación, pero los corredores sienten algunas veces tremendas experiencias de meditación.  Se sorprendían, porque no lo estaban buscando (¿quién cree que un corredor va a experimentar a Dios?), pero ha ocurrido, y ahora correr se está convirtiendo más y más en una forma de meditación.  Puede ocurrir corriendo; si alguna vez has corrido, si has disfrutado corriendo y por la mañana temprano cuando el aire es fresco y todo el mundo está regresando del sueño, despertando, y tú corriendo, tu cuerpo funcionando maravillosamente, el aire fresco, y el mundo renacido de la oscuridad de la noche, todo cantando a tu alrededor, y te sentías tan vivo…  Llega un momento en el que el corredor desaparece, sólo queda el correr.  Cuerpo, mente y alma empiezan a funcionar juntos; de repente se produce un orgasmo interno. 
 Los corredores, algunas veces, han llegado accidentalmente a la experiencia de la cuarta, turiya, aunque no se dan cuenta porque piensan que han disfrutado el momento a causa del correr, porque era un día precioso, porque el cuerpo estaba sano y el mundo era maravilloso, y estaban de cierto humor.  No se darán cuenta.  Pero si se dieran cuenta, mi propia observación es que un corredor puede acercarse más a la meditación que cualquier otra persona.  Correr puede ser de una inmensa ayuda, nadar puede ser de una inmensa ayuda.  Todas estas cosas tienen que ser transformadas en meditación. 
 Olvida las viejas ideas de las meditaciones: que simplemente sentarse bajo un árbol en una postura de yoga es meditación.  Esa es una de las maneras, y puede ser la apropiada para unas pocas personas pero no la apropiada para todos.  Para un niño pequeño esto no es meditación, es una tortura.  Para un hombre joven que está vivo, vibrante, es una represión, no es meditación.  Puede que para un hombre viejo que ha vivido, cuyas energías están declinando, sea meditación. 
 Las personas son diferentes, hay muchas clases de personas.  Para alguien que tenga un tipo de energía baja, sentarse bajo un árbol es una postura de yoga puede ser la mejor meditación, porque la postura de yoga es la que menos energía gasta; la que menos.  Cuando la columna está erguida, en un ángulo de noventa grados con la tierra, tu cuerpo gasta la menor energía posible.  Si estás inclinado hacia la derecha o hacia el frente, tu cuerpo necesita gastar más energía, porque la gravedad tira de ti hacia abajo y tienes que mantenerte; tienes que sujetarte para no caer.  Esto es un gasto.  Se ha descubierto que cuando la columna está erguida necesita el mínimo gasto de energía. 
 Entonces sentarse con las manos juntas sobre el regazo es también muy provechoso para las personas de energía baja, porque cuando ambas manos están tocándose, la electricidad de tu cuerpo empieza a moverse en círculo.  No sale fuera de tu cuerpo; se hace un círculo interno, la energía se mueve dentro de ti. 
 Tienes que saber que la energía siempre se libera a través de los dedos, la energía nunca se libera desde las cosas con forma redonda; por ejemplo, tu cabeza no puede liberar energía, la contiene.  La energía se libera a través de los dedos de los pies y de las manos.  En cierta postura de yoga los pies están juntos, así que un pie libera la energía y el otro la recoge; una mano libera energía y entra a la otra.  Vas recogiendo tu propia energía, te conviertes en un círculo interno.  Es muy sosegador, muy relajante. 
 La postura del yoga es la postura más relajada posible.  Es más relajante aún que dormir, porque cuando estás durmiendo la gravedad tira de todo tu cuerpo.  Estar en horizontal es relajante de una forma muy diferente; es relajante porque te lleva de regreso a épocas remotas cuando el hombre era un animal, horizontal.  Es relajante porque es regresivo; te ayuda a convertirte en animal de nuevo. 
 Es por esto que acostado no puedes pensar claramente, se vuelve difícil pensar.  Pruébalo.  Puedes soñar fácilmente pero no puedes pensar fácilmente; para pensar te tienes que sentar.  Cuanto más erguido te sientes, mayores son las posibilidades de pensar.  Pensar llegó más tarde; hasta que el hombre no se hizo vertical, no existía el pensar.  Así que cuando te acuestas empiezas a soñar, el pensar desaparece.  Es una forma de relajación porque el pensar se para; tienes una regresión. 
 La postura de yoga es una buena meditación para aquellos que tienen energía baja, para los que están enfermos, para los ancianos, para aquellos que yan han vivido casi toda su vida y se acercan cada vez más a la muerte. 
 Miles de monjes budistas han muerto sentados en la postura del loto, porque la mejor manera de recibir a la muerte es en esa postura; porque en la postura del loto estarás totalmente alerta, y las energías irán desapareciendo, irán disminuyendo a cada momento.  La muerte va legando.  En la postura del loto puedes mantenerte alerta hasta el mismísimo final.  Y permanecer alerta mientras te estás muriendo es una de las mayores experiencias, el orgasmo supremo. 
 Y si estás despierto mientras mueres tendrás un tipo de nacimiento totalmente diferente; volverás a nacer despierto.  El que muere consciente nace consciente.  El que muere inconsciente nace inconsciente.  El que muere con atención puede elegir el embarazo adecuado él mismo; tiene elección, se lo ha ganado.  El hombre que muere inconsciente no tiene el derecho a elegir el embarazo; el embarazo ocurre inconscientemente, accidentalmente. 
 El hombre que muere totalmente alerta en esta vida regresará sólo una vez más, porque la próxima vez no habrá necesidad de volver.  Sólo ha quedado un poco de trabajo por hacer; una vida ordenada hará este trabajo.  Al que muere conscientemente, sólo le queda una cosa: no ha tenido tiempo de irradiar su consciencia a la compasión, algo queda incompleto, algo queda imperfecto.  La próxima vez podrá irradiar su atención a la compasión.  Y hasta que la consciencia no se convierta en compasión, algo queda incompleto, algo queda imperfecto. 
 Correr puede ser una meditación; correr, bailar, nadar, cualquier cosa puede ser una meditación.  Mi definición de meditación es: cuando tu cuerpo, mente y alma funcionan juntos al mismo ritmo, eso es meditación, porque eso hará entrar a la cuarta.  Y si estás alerta de que estás haciéndolo como una meditación (no para participar en los juegos olímpicos, sino como una meditación) entonces es tremendamente hermoso. 
 En la nueva comuna vamos a introducir toda clase de meditaciones.  Los que disfruten nadando, tendrán la oportunidad de ir a una meditación de nadar.  Los que disfruten corriendo, tendrán su grupo para correr kilómetros.  Cada uno de acuerdo a sus necesidades.  Sólo entonces este mundo puede llenarse de meditación; de otra forma no. 
 Si damos sólo patrones fijos de meditación, entonces será aplicable sólo para unas pocas personas.  Este ha sido uno de los problemas del pasado: los patrones fijos de la meditación, la falta de flexibilidad; patrones fijados para que encajen en determinados tipos, dejando a todos los demás en la oscuridad. 
 Mi esfuerzo es hacer que la meditación esté a disposición de todos y cada uno; se debería poner la meditación de acuerdo a las características de cada uno a disposición de todo aquel que quiera meditar.  Si necesita descansar, entonces el descanso debería ser su meditación.  Entonces, “sentarse en silencio sin hacer nada, la primavera llega y la hierba crece por sí sola”,  será su meditación.  Tenemos que encontrar tantas dimensiones a la meditación como personas hay en el mundo.  Y el patrón no tiene que ser muy rígido, porque no hay dos individuos iguales.  El patrón tiene que ser muy fluido para que pueda encajar con el individuo.  En el pasado, el individuo tenía que encajar con el patrón. 
 Yo traigo una revolución.  El individuo no tiene que encajar con el patrón, el patrón tiene que encajar con el individuo.  Mi respeto por el individuo es absoluto.  A mí no me importan los medios; los medios pueden cambiar, disponerse de maneras diferentes. 
 Es por eso que te encuentras con tantas meditaciones aquí.  No tenemos demasiadas posibilidades aquí, si no te sorprendería cuántas puertas tiene el templo de Dios.  También te sorprendería que hay una puerta especial para ti y para nadie más.  Este es el amor de Dios por ti, su respeto por ti.  Serás recibido a través de una puerta especial, no a través de la puerta pública; serás recibido como un invitado especial. 
 Pero cualquiera que sea la meditación, el fundamento básico, el requisito que tiene que cumplir es: que cuerpo, mente y consciencia, los tres deben funcionar en unidad.  Entonces de repente un día llega la cuarta: la observación.  O si lo prefieres puedes llamarle Dios; llámale Dios o nirvana o Tao o lo que quieras.

The book of wisdom.  Discurso 23



ACERCA DE LA RISA Y LA CELEBRACIÓN :

 En toda la existencia solamente el hombre puede reírse.  La risa es parte de la consciencia elevada que el hombre ha alcanzado. 
 El sol se levanta pero nadie se ríe; los pájaros cantan, pero no se ríen.  Están muy por debajo en lo que a la consciencia se refiere.  Vuestros santos tampoco se ríen; en vuestras iglesias tampoco hay risa. No es un progreso para la consciencia, sino un retroceso, un descenso. 
 La seriedad es una enfermedad. 
 Sólo una mente enferma es seria. 
 La juventud, los jóvenes ríen, danzan, cantan.  Pero con una mente seria, el hombre pierde esa maravillosa espuma que aparece en las olas del océano.  Que aunque sólo sea espuma; sin ella las olas parecerían desnudas.  Esa espuma la corona.  La espuma blanca de las olas de la marea arribando a la costa, le evocan a uno los picos del Himalaya, donde la nieve nunca  se derrite; nieves eternas.  Y la blancura de la espuma le da belleza, le da vida, le da cierta danza a la ola. 
 Yo estoy en contra de todas las religiones que os hacen serios; y casi todas lo hacen.  Destruyen toda posibilidad de risa: al parecer la risa es algo mundano.  Pero yo afirmo: la risa es el fenómeno más sagrado de toda la Tierra; porque es la cima más elevada de la consciencia. 
 Y no sólo las religiones, sino  casi toda clase de gente seria (sea religiosa o no), es seria porque la sociedad respeta la seriedad. 
 Si te encuentras a Jesús cargando con la cruz… verás una cara larga, estilo inglés (a veces me pregunto por qué nacería en Judea: Inglaterra hubiera sido un lugar más apropiado), parece completamente británico.  Él nunca se rió.  Y encima esa cruz tan seria… y no sólo la tiene que llevar él, sino que además les dice a sus discípulos que todo el mundo tiene que llevar su propia cruz.  ¿Por qué todo el mundo tiene que cargar con una cruz?  ¿Por qué no una guitarra?  Mi gente llevará guitarras. 
 Pero durante miles de años la seriedad ha sido tan respetada que algunos países se han olvidado completamente de reír.  Se dice que algunos países se han olvidado completamente de reír.  Se dice que cuando le cuentas un chiste a un inglés, se ríe dos veces: la primera para que nadie se de cuenta de que no lo ha entendido, y la segunda, a mitad de la noche, cuando lo coge. 
 Si le cuentas el mismo chiste a un alemán, se ríe sólo una vez; por pura educación: porque los demás se ríen, tiene que hacer un esfuerzo.  En el fondo no sabe de lo que se está riendo.  Pero nunca lo coge, así que la segunda vez no viene al caso.  Si le cuentas el mismo chiste a un judío, en vez de reírse dirá: "¡Un momento, no pierdas el tiempo!  Es un chiste muy viejo, y además, lo estás contando mal". 
 La gente se comporta de diferentes maneras, porque ha sido condicionada diferentemente.  Yo he estado buscando durante mucho tiempo un chiste que fuera puramente indio, pero no he sido capaz de encontrar ninguno; aquí todos los chistes son importados.  Y menos mal que no hay que pagar tasas por los chistes importados; de ser así, en la India no existirían los chistes. 
 Los indios han tenido una actitud muy seria respecto a todo respecto a Dios, respecto a lo supremo.  No se puede concebir a un Gautama Buda o a un Shankaracharya o a un Mahavira riéndose; es imposible.  Es algo que siempre me ha intrigado…  porque las estatuas de Gautama Buda fueron de las primeras que se hicieron en el mundo; son de las más antiguas. 
 ¿Por qué habrán elegido el frío mármol para hacer sus estatuas?  Buda es frío.  La risa trae calidez; la seriedad poco a poco se va volviendo fría; inhumanamente fría.  Y el mármol blanco representa exactamente su rostro, porque Buda nunca mostró ninguna emoción en su semblante, nadie vio lágrimas en sus ojos, ni una sonrisa en sus labios.  Hasta en vida, fue una estatua de mármol. 
 La India ha sido seria durante siglos, y esa es una de las causas de su degradación.  El silencio es hermoso, pero silencio no significa seriedad.  El silencio puede estar lleno de sonrisas; de hecho,  sólo el auténtico silencio está lleno de sonrisas, de alegría.   Que alguien haya experimentado el éxtasis y no haya estallado de risa, eso va en contra de mi propia experiencia y en contra de la ley de la existencia. 
 La primera cosa que le ocurre a una persona que se ilumina es una risa a carcajadas; por la pura estupidez de que ha estado buscando algo que está dentro de él.  Lo ha estado llevando durante siglos dentro de él mismo pero nunca ha buscado allí; buscaba alrededor de todo el mundo el tesoro que hubiera podido encontrar en un minuto dentro de él mismo. 
 Solamente cierra tus ojos… quédate en silencio… y está ahí. 
 No me puedo imaginar a nadie que al encontrarlo dentro de sí no se eche a reír, pero en todas las historias de cientos de iluminados ni se menciona.  Quizá se rieron, pero no exteriorizaron la risa; la controlaron. 
 Tan sólo porque toda la tradición dice que cuanto más te elevas en la consciencia, más serio te vuelves… Pero yo sé por experiencia propia (y es una analogía relevante) que si estás buscando las gafas por todos los lados y de repente te das cuenta de que están sobre tus narices, es imposible no reírte, o al menos sonreír. 
 La experiencia espiritual no es muy diferente a esto.  Está sobre tus narices; y tú la buscas por todo el mundo.  Simplemente  siéntate, olvídate del mundo, y así está.  ¿Quién es el que la busca?... 
 El buscador es lo buscado. 
 El cazador, lo cazado. 
 El observador, lo observado. 
 Pero como tú nunca miras hacia dentro… y no puedes encontrarlo fuera en ningún lugar (ni siquiera en los picos de los Himalayas o en la luna), naturalmente, fracaso tras fracaso, te vuelves serio, triste, como si no fueras suficientemente apto, como si no estuvieras bastante capacitado para encontrarlo.  La verdad es: que no lo encuentras porque no está fuera de ti. 
 Así que todos los caminos son falsos.  Dondequiera que vayas encontrarás fracaso, y nada más.  Deja ese ir, deja ese buscar: estate tranquilo, relájate.  Primero uno debería mirar dentro de sí mismo.  Si no lo encuentras ahí, entonces lo lógico sería que fueras a buscarlo a otro lugar.  Pero siempre que uno ha mirado dentro de sí mismo lo ha encontrado ahí. 
 Y en este encuentro te reirás de ti mismo, porque la existencia te ha gastado una gran broma. 
 Hay una vieja historia: 
 Cuando Dios creó el mundo solía vivir en él, en el mismísimo centro de la ciudad.  Pero su vida se estaba convirtiendo en un infierno, porque la gente le llegaba continuamente con quejas: la esposa de alguien estaba enferma, el niño de alguien había muerto, algún otro no conseguía trabajo; toda clase de quejas y quejas.  Y a la gente ni siquiera le importaba si era de día o de noche: tenía que escuchar quejas las veinticuatro horas del día, así que naturalmente, acababa perdiendo los estribos. 
 Al final preguntó a sus consejeros.  Le dijeron: "Sólo hay una cosa que puedas hacer.  Para empezar, no deberías haber creado el mundo; y en segundo lugar, tampoco tenías que haberte venido a vivir a él.  Será mejor que escapes; si no, toda esa gente te acabará destruyendo". 
 "¿Pero dónde voy a ir?"  -objetó él. 
 "¡Vete al Everest!"  -le sugirió alguien. 
 "Tú no conoces el futuro -contestó él-.  Yo conozco el pasado, el presente, y el futuro: y sé que un día, un hombre: Edmund Hillary, llegará hasta allí.  Y una vez que me vea, otra vez el mismo jaleo volverá a empezar: por todas las partes habrá autobuses, carreteras, aeropuertos, restaurantes… la gente vendrá a quejarse de todos sus problemas.  Y todo empezará de nuevo". 
 "Entonces vete a la luna" -le sugirió algún otro. 
 "Tú no lo comprendes -respondió-: no hay ni un solo lugar en todo el mundo donde no vaya a llegar el hombre un día u otro". 
 Un consejero muy viejo que raramente hablaba, le susurró al oído: "Yo sé un lugar donde nunca llegará el hombre: dentro de él.  Te buscará por todos los sitios, pero nunca mirará allí".  Y Dios dijo: "Eso tiene sentido".  Y desde entonces ha estado viviendo dentro de ti. 
 Ya te he contado el secreto, ahora depende de ti: si quieres encontrarle, ¡ve dentro de ti!  Pero si no, no te quejes.  De hecho, él se alegrará mucho de verte, porque no ha visto a casi nadie durante miles de años; muy de tarde en tarde. 
 Y los que le han encontrado, lo han hecho quedándose en silencio, atentos, conscientes.  Y cuando le encuentran no que quejan, se ríen.  Yo os digo: Dios se echa a reír con vosotros. 
 Pero esto tiene que ser una experiencia; de otra forma sólo será una creencia y yo no quiero crear ningún sistema de creencias.  Lo que os estoy dando es sólo mi propia experiencia; vosotros podéis tener la vuestra. 
 Estáis en la cima de la consciencia, podéis celebrarlo, lo estáis celebrando.  ¿Pero cómo puede una persona ordinaria unirse contigo en celebración? 
 Nadie es ordinario.  ¿Quién os ha dicho que lo seáis?  ¿De dónde habéis sacado esa idea?  ¡Todo el mundo es extraordinario!  Las cosas son como son.  Dios nunca crea gente ordinaria.  ¿Cómo va a hacer eso Dios?  Todo el mundo es especial, extraordinario.  Pero acuérdate de no alimentar tu ego con ello.  Ser extraordinario no viene de tu parte sino de la parte de Dios.  Tú procedes de la totalidad, sigues enraizado en la totalidad, vuelves a disolverte en la totalidad; y la totalidad es extraordinaria, incomparable. 
 Tú también lo eres, pero todas las religiones, las mal llamadas religiones, han tratado de hacerte sentir ordinario.  Esto es sólo un truco para provocar a tu ego.  Trata de entenderlo: en el momento que alguien dice de ti que eres ordinario, instantáneamente se crea en ti el deseo de hacerte extraordinario, porque te empiezas a sentir inferior. 
 Precisamente el otro día estuvo aquí un hombre que me preguntó: "¿Cuál es el propósito de la vida?  A menos que tenga algún propósito especial para mí, ¿para qué voy a vivir?  Si hay un propósito especial, entonces la vida tiene significado.  Si no hay ningún propósito especial, entonces no lo tiene".  Preguntaba: "¿Para qué propósito especial me ha creado Dios?  ¿Para qué he venido al mundo?".  El ego es el que lo pregunta.  Se siente ordinario; nada especial.  "¿Entonces para qué va uno a vivir?".  Tenéis que ser alguien especial sólo entonces la vida parece tener sentido. 
 ¡La vida tiene sentido, y no tiene ningún propósito!,  es  un sentido sin propósito, como una canción, una danza; como una flor, que florece sin ningún propósito, para nadie en especial.  Aunque nadie pase a su lado, la flor florecerá y esparcirá su fragancia a los cuatro vientos.  Aunque nadie jamás llegue a olerla, no importa.  El propio florecer es su sentido, sin ningún propósito. 
 Pero se os ha dicho que sois ordinarios: "Llegad a ser grandes poetas, grandes pintores, grandes líderes de la humanidad, grandes políticos, grandes santos".  Tal como sois, habéis sido condicionados por todas las religiones: "No sois nada, gusanos en la tierra.  ¡Llegad a ser alguien!  Demostrad ante Dios que sois alguien"; como para probar de qué estáis hechos. 
 Pero yo digo que esto es absolutamente absurdo.  Todas estas religiones han estado comportándose irreligiosamente. No tenéis ninguna necesidad de probar nada.  El mismísimo fenómeno de que Dios os haya creado es suficiente; se os acepta.  Dios te ha dado la vida, eso es suficiente.  ¿Qué más hay que probar?  No necesitáis ser ni grandes pintores, ni grandes líderes, ni grandes santos.  No hay ninguna necesidad de ser grandes, porque ya lo sois. 
 Yo pongo el énfasis en que: ya eres aquello que deberías ser.  Puede que tú no te hayas dado cuenta, eso lo sé.  Puede que aún no hayas encontrado tu propia realidad, lo sé.  Puede que hayas mirado en tu interior y no hayas visto el emperador que llevas dentro de ti, lo sé.  Puede que pienses que eres un mendigo y trates de ser un emperador.  Pero tal como yo te veo, tú ya eres un emperador. 
 No hay necesidad de posponer la celebración.  Inmediatamente, en este momento, puedes celebrar.  No necesitas nada más.  Para celebrar se necesita la vida, y la vida ya la tienes.  Para celebrar se necesita ser y ya eres.  Para celebrar, se necesitan los árboles, los pájaros y las estrellas, y ya están ahí.  ¿Qué más necesitas?  Si te coronan y te aprisionan en un palacio dorado, ¿celebrarías?  De hecho, entonces es cuando será imposible.  ¿Has visto alguna vez a un emperador bailando, cantando y riendo en la calle?  No,  está apresado, encarcelado: en las formas, en el protocolo… 
 En algún lugar, Bertrand Russell escribió que cuando por primera vez visitó una comunidad primitiva de aborígenes, que vivía en lo profundo de una selva, se sintió celoso, muy celoso.  Sintió que la forma en la que bailaban… era como si cada uno fuera un emperador.  No tenían coronas, pero las habían hecho con plumas y flores.  Cada mujer era una reina.  No tenían diamantes, pero lo que tenían era mucho, les era suficiente.  Danzaron durante toda la noche, luego durmieron, allí mismo, en el sitio donde habían bailado.  Y por la mañana estaban listos para volver al trabajo.  Trabajaron durante todo el día, y de nuevo al anochecer estaban listos para celebrar, para bailar.  Russell dice: "Ese día, me sentí realmente celoso.  Yo no podía hacer eso". 
 Algo ha ido mal.  Algo se frustra en ti; no puedes bailar, no puedes cantar, algo te retiene.  Vives una vida mutilada.  Nunca se ha pretendido de ti que seas un para lítico, pero vives una vida tullida, una vida paralizada.  Y sigues pensando, ¿cómo vas a celebrar siendo ordinario?  No hay nada especial en ti.  ¿Pero quién te ha dicho que para celebrar se necesita ser especial?  De hecho, cuanto más persigues ser especial, más y más difícil te será danzar. 
 Sé ordinario.  No hay nada malo en lo ordinario, porque en el mismo ser ordinario está lo extraordinario.  No te preocupes acerca de los requisitos que se requieren para decidir cuándo hay que celebrar.  Si te preocupas en cumplir ciertos requisitos, ¿crees que entonces podrás celebrar?  Nunca lo harás, morirás como un mendigo.  ¿Por qué no hacerlo ahora mismo?  ¿Qué te falta? 
 Mi observación es que: si empiezas ahora mismo, de repente la energía fluye.  Y cuanto más bailas, más fluyes y más capaz de celebrar te haces.  Quien necesita condiciones que cumplir es el ego, no la vida.  Los pájaros pueden cantar y bailar; simples pájaros, pájaros ordinarios.  ¿Has visto alguna vez pájaros extraordinarios bailando y cantando?  ¿Tienen acaso primero que ser un Ravi Sankar o un Yehudi Menuhin?  ¿Tienen que ser antes grandes cantantes e ir a colegios a aprender música, para luego poder cantar?  Simplemente cantan y bailan; no necesitan ninguna formación.  El hombre nace con la capacidad de celebrar.  Cuando hasta los pájaros pueden celebrar, ¿por qué tú no puedes?  Porque tú creas barreras innecesarias, creas una carrera de obstáculos.  No los hay.  Los pones tú y luego dices: "A menos que los saltemos y los crucemos, ¿cómo podremos bailar?".  Tú te pones contra ti mismo, te divides a ti mismo, eres tu propio enemigo.  Todos los predicadores del mundo dicen que eres ordinario, ¿así que cómo te atreves a celebrar?  Tienes que esperar.  Primero sé un Buda, primero sé un Jesús, un Mahoma, y entonces podrás. 
 Pero el caso es justo lo opuesto: si puedes bailar, ya eres un Buda; si puedes celebrar, ya eres un Mahoma; si puedes sentirte bendito, eres Jesús.  Lo contrario no es verdad; lo contrario es una lógica falsa.  Dicen: primero sé un Buda, luego podrás celebrar.  ¿Pero cómo vas a ser un Buda sin celebrar? 
 Yo te digo: "¡Celebra, olvídate de todos los Budas!".  En tu propia celebración descubrirás que tú mismo te has vuelto un Buda. 
 Los místicos zen dicen: "Buda es un obstáculo; ¡olvídate de él!".  Bodhidharma solía decir a sus discípulos: "Siempre que digas el nombre de Buda, inmediatamente lávate la boca.  Es sucio, la misma palabra es sucia".  Y Bodhidharma era un discípulo de Buda.  Tenía razón porque sabía que de cada palabra "Buda" podrías crear ídolos, ideales.  Y entonces esperarías durante vidas y vidas para llegar a ser un Buda primero, y celebrar después.  Eso jamás ocurrirá. 
 Un monje zen, Lin, Chi, solía decir a sus discípulos" "¡Cuando entréis en meditación, recordad siempre que si os encontráis al Buda en el camino, inmediatamente partidle en dos!  No le permitáis que permanezca ni un solo momento, de otra manera os enganchará y se convertirá en un obstáculo".  Un discípulo preguntó: "Pero cuando estoy meditando y Buda llega (Buda le llega a los budistas, como Jesús a los cristianos; no el verdadero Buda, a él no se le encuentra en ningún lugar), ¿cómo le voy a partir en dos?  ¿De dónde voy a sacar la espada?". 
 El maestro respondió: "De donde sacaste al Buda; de tu imaginación.  Saca la espada del mismo lugar, pártele en dos y sigue adelante". 
 Recuerda esto, todas las enseñanzas de los iluminados, de todos aquellos que han despertado, se puede resumir en una sola frase, la cual es: ya eres aquello que puedes ser.  Puede que darte cuenta de esto te lleve muchas vidas, eso lo decides tú.  Pero si estás atento, no pierdas ni un momento.  "Tú eres eso" (Tat twan así, suetketu); tú ya eres eso, no hay necesidad de llegar a ser.  Llegar a ser, el mismísimo esfuerzo por llegar a ser algo, es ilusorio. 
 Eres, no tienes que llegar a ser.  Pero los predicadores te dicen que eres ordinario y crean en ti un deseo de volverte extraordinario.  Te hacen sentir inferior y crean en ti un deseo de hacerte superior.  Primero crean en ti un complejo de inferioridad, y luego te agarran.  Entonces te enseñan cómo volverte superior. Primero te condenan, crean un sentimiento de culpa en ti, y luego te enseñan la forma de ser virtuoso. 
 Conmigo te vas a encontrar en verdaderas dificultades porque a tu mente le gustaría eso mismo, porque eso te da tiempo.  Pero yo no te doy tiempo.  Yo te digo que tú ya eres eso.  Que todo está ya completo.  ¡Comienza la fiesta, celébralo!  Tu mente dice: "Pero no estoy preparado, necesito algo de tiempo".  Ese es el posponer por donde entran los predicadores.  A través de esta brecha entran en tu ser y te destruyen.  Te dicen: "Sí, se necesita tiempo, ¿cómo vas a ponerte a celebrar ahora mismo?  Prepárate, disciplínate.  Hay que purificar muchas cosas en ti y muchas otras han de ser mejoradas.  Necesitas una larga disciplina.  Puede que te lleve multitud de vidas y una gran disciplina.  Te llevará muchas vidas, y sólo entonces estarás listo para poder celebrar.  ¿Ahora cómo vas a celebrar? 
 Te atraen porque entonces te puedes relajar y decir: "Está bien, si es cuestión de mucho tiempo, ahora mismo no hay problema.  Podemos continuar haciendo lo que estábamos haciendo".  Algún día en el futuro, algún mañana dorado…  Cuando lo consigas, bailarás. 
 Mientras tanto puedes ser desgraciado; mientras tanto puedes gozar torturándote; tú decides. Si te decides por el sufrimiento, no habrá necesidad de crear mucha filosofía a su alrededor.  Puedes decir simplemente: "Disfruto con mi sufrimiento".  Es realmente sorprendente que nadie pregunte: "¿Cómo puedo ser desgraciado?  Se necesita cierta disciplina, toda una formación.  Iré a Patanjali y a grandes maestros, y aprenderé cómo ser desgraciado".  Parece ser, que ser desgraciado no requiere ninguna formación, naces para serlo.  ¿Pero entonces por qué debería necesitarse para ser feliz?  Ambas son dos caras de la misma moneda; si se puede ser infeliz sin ninguna disciplina, también se puede ser feliz.  Sé natural, relajado, y simplemente siente las cosas.  Y no esperes; ¡comienza!  Aunque sientas que no conoces los pasos, comienza a danzar. 
 No te digo que bailar vaya a ser tu arte.  Para el arte, puede que quizá se necesite una cierta formación.  Estoy diciendo que danzar es sólo una actitud.  Aún sin conocer los pasos correctos, puedes danzar.  ¡Y si puedes bailar ¿a quién le importan los pasos correctos?! bailar es suficiente en sí mismo.  Es fruto de la abundancia de tu energía.  Si se convierte en un arte por sí solo, está bien; si no, también.  Es suficiente en sí mismo, más que suficiente.  No se necesita nada más. 
 Así que no me digas: "Tú estás en la cima de la consciencia".  ¿Y dónde estás tú?  ¿Dónde te crees que estás?  Tu valle está en tus sueños.  Tu oscuridad se debe a que sigues con los ojos cerrados; de otro modo estás donde yo estoy.  No es que tú estés en el valle y yo en la cima.  Yo estoy en la cima, y tú también, pero tú sueñas con el valle.  Yo vivo en Puna, y tú también.  Pero cuando duermes, empiezas a soñar que estás en Londres o en Nueva York o en Calcuta, visitas miles de lugares.  Yo no voy a ningún sitio; hasta cuando duermo, estoy en Puna.  Pero tú sigues viajando por ahí.  Tú estás en la misma cima en la que yo, sólo que tú tienes los ojos cerrados. 
 Tú dices: "Está muy oscuro". Yo hablo de luz y tú dices: "Tú debes de estar en algún otro lugar en una cima elevada.  Nosotros somos gente norma viviendo en la oscuridad".   Pero yo puedo ver que estáis sentados en la misma cima sólo que con los ojos cerrados.  Hay que sacudirte para despertarte.  Y entonces podrás ver que el valle nunca ha existido.  No había oscuridad; tus ojos estaban cerrados. 
 Los maestros zen hacen bien.  Llevan una vara y sacuden a sus discípulos con ella.  Muchas veces, cuando el palo está descendiendo sobre la cabeza del discípulo, de repente abre sus ojos y se echa a reís.  Él nunca se había dado cuenta de que estaba en la misma cima.  Lo que veía era un sueño. 
 Estate alerta.  Y si decides estarlo, la celebración te será de gran ayuda.  Cuando digo que celebres, ¿qué quiero decir?  Lo que quiero decir es que lo que sea que hagas, no lo hagas como un deber, hazlo desde tu amor; no lo hagas como si fuera una carga, hazlo como si fuera una celebración.  Puedes comer como si fuera una obligación: a disgusto, sin disfrutar, aburrido, insensible.  Puedes tragarte la comida sin ni siquiera saborearla, sin ningún sentimiento por ella.  Es vida; vives a través de ella.  No seas tan insensible con ella.  Los indios han dicho: Annam Brahman; la comida es Brahman.  Eso es celebración: estás comiendo Brahman, estás alimentándote de Dios a través de la comida, porque todo lo que existe es Dios.  Cuando te das una ducha, es Dios duchándose porque sólo Dios existe.  Cuando sales a dar un paseo por la mañana, es Dios yendo de paseo.  Y la brisa y los árboles también son Dios; todo es divino.  ¿Cómo puedes sentirte a disgusto, aburrido e insensible y andar por la vida como si fuera una carga? 
 Cuando te digo que celebres, quiero decir sensibilízate más y más con todo.  La danza no debería estar separada de la vida.  De hecho, toda la vida debería convertirse en una danza; tendría que ser una danza.  Puedes ir de paseo e ir bailando. 
 Permite que la vida entre en ti, vuélvete más abierto y sé más vulnerable, siente más, vuélvete más sensual.  Estás rodeado de pequeñas cosas maravillosas.  Observa un niño pequeño; déjale en el jardín y sólo obsérvalo.  Tú también deberías ser así; tan maravillado, tan lleno de asombro: corriendo a coger esa mariposa, corriendo por esa flor, jugando con el barro, revolcándose en la arena.  Lo divino rodea al niño por todas partes. 
 Si puedes vivir en asombro serás capaz de celebrar.  No vivas en el conocimiento; por todos lados, es una sorpresa continua.  Vívela como si fuera una sorpresa, un fenómeno impredecible: cada momento es nuevo.  ¡Sólo prueba, inténtalo!  No perderás nada por probar, y puede que lo ganes todo.  Pero te has hecho adicto al sufrimiento.  Te agarras a tu sufrimiento como si fuera algo precioso.  Date cuenta de esta atadura. 
 Como ya he dicho, hay dos tipos de gente: los sádicos y los masoquistas. Los sádicos hacen daño a los demás, y los masoquistas se hacen daño a sí mismos.  Alguien me ha preguntado: "¿Por qué?, ¿por qué las personas son así?  Hacen daño a los demás o se lo hacen a sí mismas.  ¿Por qué hay tanta agresividad y tanta violencia en la vida?". 
 Es un estado negativo.  Haces daño porque no puedes gozar.  Al no poder amar, te vuelves violento, haces daño.  Al no saber cómo ser compasivo, te vuelves cruel; es un estado negativo.  La misma energía de crueldad se convertirá en compasión: con una mente atenta la misma energía se vuelve compasión; con una mente dormida la misma energía se vuelve dañina, o contigo o con los demás.  Cuando estás despierto la misma energía se vuelve amor, para ti mismo y para los demás.  La vida te da una oportunidad pero hay miles de causas para que algo vaya mal. 
 ¿Has observado alguna vez que si alguien se siente desgraciado le muestras simpatía, sientes amor hacia él?  Ese amor no es lo más adecuado, pero te causa simpatía.  Si alguien está feliz, contento, celebrando; sientes celos, te sientes mal.  Es difícil simpatizar con un hombre feliz.  Es muy difícil sentirse bien con un hombre feliz: sin embargo, cuando alguien es infeliz, te sientes bien.  Al menos puedes pensar que tú no eres tan feliz y te hace sentir superior; entonces muestras simpatía. 
 El niño comienza a aprender cosas desde que nace.  Tarde o temprano se da cuenta de que siempre que es infeliz, atrae la atención de toda la familia.  Se vuelve el centro y todo el mundo siente simpatía por él, todo el mundo te quiere.  Mientras todo va bien, está feliz y saludable; nadie se preocupa por él. Por el contrario, parece molestarle a todo el mundo.  Cuando un niño salta y juega, le molesta a toda la familia y cuando está en la cama enfermo con fiebre, toda la familia le presta su atención y simpatía.  El niño termina por aprender que de alguna forma, estar enfermo, ser desgraciado, es bueno; estar muy vivo, feliz y saltando, es algo que está mal.  Así es cuando él aprende y así es como tú has aprendido. 
 Para mí, cuando un niño está feliz y saltando, toda la familia debería estar feliz y saltando con él.  Y cuando un niño está enfermo, habría que cuidarle pero no habría que demostrarle simpatía alguna.  Cuidarle está bien; pero la simpatía, no.  La indiferencia, negarle el amor, sería muy duro en apariencia: el niño está enfermo y tú no le das importancia.  Cuídale, dale las medicinas, pero no le prestes atención, porque por debajo está ocurriendo un fenómeno más sutil.  Si sientes simpatía, compasión, amor y se lo muestras al niño, le estás destruyendo para siempre.  Desde ahora se aferrará al sufrimiento, convertirá el sufrimiento en algo valioso.  Siempre que salta, grita, corre por toda la casa molesta a todo el mundo.  En esos momentos celebra, estate con él; y el mundo entero será diferente. 
 Pero hasta la sociedad ha existido basándose en conceptos erróneos, que todavía persisten.  Por eso te agarras al sufrimiento.  Me preguntas: "¿Cómo es posible para seres ordinarios como nosotros celebrar ahora mismo, aquí y ahora?".  No, no lo es.  Nunca nadie os ha permitido celebrar.  Vuestros padres continúan en vuestras mentes.  Vuestros padres y vuestras madres os persiguen hasta el mismo momento de vuestra muerte.  Están continuamente detrás de vosotros, aunque hayan muerto.  Los padres pueden ser muy, pero muy destructivos; hasta ahora lo han sido.  No digo que vuestros padres sean los responsables, porque esa no es la cuestión: sus padres les hicieron lo mismo a ellos.  Toda la estructura social es errónea, psicológicamente errónea; además también los padres tienen sus razones y por eso esta destructividad continúa y no puede pararse.  Parece imposible. 
 Por supuesto, siempre hay razones.  El padre tiene sus razones: puede que esté leyendo el periódico y el niño salte y grite y se ría, pero un padre debería ser más comprensivo.  Un periódico no tiene ningún valor.  Aunque pudieras leerlo tranquilamente, ¿qué vas a ganar con ello?  ¡Tíralo!  Pero el padre está envuelto en la política, en los negocios, tiene que saber qué está pasando en el mundo.  Es ambicioso y leer el periódico forma parte de su ambición.  Si uno tiene que alcanzar algunas metas, conseguir alguna ambición, tiene que conocer el mundo.  El niño resulta ser una molestia. 
 La madre está cocinando, el niño la acosa a preguntas mientras salta, y ella se irrita.  Ya sé que es difícil; la madre tiene que hacer la comida.  Pero el niño debería ser lo primero, porque el niño va a ser un mundo entero, el niño va ser el mañana, el niño va a ser la humanidad venidera.  Él debería ser lo primero, debería tener prioridad.  Los periódicos se pueden leer más tarde, y aunque no se lean, no se pierde nada.  Es el mismo absurdo cada día; los lugares y los hombres cambian, pero la estupidez es siempre la misma.  Vuestros periódicos son una locura.  La comida puede retrasarse un poco, pero la curiosidad del niño no, no debería, no tendría que posponerse, porque en este momento él está con ese humor y puede que nunca vuelva a estarlo.  En este momento está interesado y se puede hacer algo. 
 ¿Pero ves acaso a las madres bailando, saltando, tirándose por el suelo con sus hijos?  No. Las madres son serias, los padres son muy serios; cargan con el mundo sobre sus hombros.  El niño vive en un mundo totalmente diferente.  Tú le fuerzas a entrar en tu triste y miserable actitud hacia la vida.  Podría haber crecido siendo un niño, podría haber mantenido esa cualidad, la cualidad del asombro, de la sorpresa, y la cualidad de estar aquí y ahora, en el momento. 
 Yo defino esto como la única revolución verdadera.  Ninguna otra revolución va a ayudar al hombre: ni la revolución francesa, ni la rusa, ni la china; ninguna ha ayudado ni ayudará.  Básicamente continúa el mismo patrón entre el padre y el hijo, y existe un motivo.  Puedes crear un mundo comunista, pero no será muy diferente del capitalista.  Los nombres se diferencian sólo superficialmente.  Podéis crear un mundo socialista, podéis crear un mundo gandhiano, pero no será diferente, porque la revolución básica es la de la madre, el padre, y el niño.  En algún lugar entre los padres y el niño está el vínculo; y si no se cambia ese vínculo, el mundo seguirá moviéndose en la misma dirección. 
 Esto no quiere decir que te esté dando una excusa para tu miseria.  Estoy simplemente dándote la explicación para que te hagas consciente de lo que ocurre.  Así que no trates de decirte en tu mente: "¿Qué le voy a hacer?  Ya tengo cuarenta, o cincuenta o sesenta años, mis padres ya están muertos y aunque estuvieran vivos, no podría deshacer el pasado.  Ya ha ocurrido, y tengo que vivir como soy".  No, si entiendes que puedes simplemente salirte de todo ello.  No hay necesidad de seguir aferrándose a ello.  Puedes volverte un niño de nuevo. 
 Jesús tiene razón cuando dice: "Sólo aquellos que sean como niños podrán entrar en el reino de Dios"; ¡tiene toda la razón!  Sólo aquellos que sean como niños… 
 Esa es la revolución: volverse todo el mundo como niños pequeños.   El cuerpo puede crecer pero la cualidad de la consciencia debería permanecer inocente, virgen, como la de un niño. 
 Tú ya estás donde necesitas estar, tú ya estás en ese espacio que buscas.  Sólo haz un pequeño esfuerzo para zafarte de tu atadura con el sufrimiento.  No inviertas en sufrimiento; invierte en celebración.  Si das un paso en dirección a la vida, la vida da mil pasos hacia ti.  Sólo da un paso fuera de tu atadura con el sufrimiento.  La mente continuará tirando hacia atrás.  Sé indiferente a ella y dile: "Espera, he vivido durante suficiente tiempo contigo, ahora déjame vivir sin ti". 
 Eso es lo que significa ser un niño: vivir sin mente, o, vivir en la no-mente.

Yoga: The Alpha and the Omega.  Volumen 4.  Discurso 2

Tú estás en contra de la seriedad…

Tú estás en contra de la seriedad.  Te has reído de todo, incluso de los dioses, de los seres divinos y de las escrituras  ¿Cómo puedes pensar que la gente va a tomarte a ti y tus enseñanzas en serio?

 ¿Y quién te ha dicho que espero que la gente me tome a mí y mis enseñanzas en serio?  Quiero ser comprendido con alegría, no seriamente.  Quiero que se me tome en broma, no seriamente; no con caras largas, sino con una maravillosa carcajada. 
 Vuestra risa, vuestra alegría demuestra que me habéis comprendido.  Vuestra seriedad muestra que me habéis entendido mal, que no os habéis enterado; porque la seriedad no es otra cosa que una enfermedad.  Es otro nombre para la tristeza; es una sombra de la muerte, yo estoy totalmente a favor de la vida. 
 Si para poder reír, para poder danzar, es necesario rechazarme, entonces rechazadme; pero no reneguéis de la danza ni de la canción, ni de la vida, porque esa es mi enseñanza. 
 ¿Por qué tendrías que tomarme en serio? 
 Y por eso yo no tomo en serio a nadie.  Quizá todavía tú no lo entiendes: no me tomo a nadie en serio simplemente para dejar bien claro que no quiero que tú tampoco me trates a mí seriamente.  Ríete de mí, diviértete conmigo, regocíjate en mí; pero por el amor de Dios, ¡no te pongas serio! 
 La seriedad ha matado a la humanidad.  Ha demostrado ser el cáncer del alma. 
 Mi única contribución a la evolución humana es el sentido del humor.  Ninguna otra religión, ninguna otra filosofía ha tratado de que el humor fuera algo religioso; parece como si para ellos fuera algo profano. 
 Para mí, el humor es la experiencia más sagrada de la vida. 
 Y hay suficiente material para demostrarlo: ningún animal en toda la existencia tiene sentido del humor, excepto el hombre.  ¿Puedes pedirle a un búfalo que se ría?  ¿Puedes a un burro que tenga sentido del humor?  En el momento que vuestros santos se vuelven serios, caen en la misma categoría de los búfalos y los burros; dejan de ser humanos, porque esa es la única cualidad específicamente humana.  Muestra que sólo en cierto punto de la evolución se manifiesta el humor. 
 Y cuanto más te eleves, más divertida será tu actitud hacia la vida y sus problemas.  Resolverlos no supondrá una carga, será un gozo.  La vida no será un pecado; eso pertenece a la gente seria que ha hecho de la vida un pecado; la vida será un premio, un regalo. 
 Y aquellos que malgastan la vida siendo serios están siendo desagradecidos con la existencia. 
 Aprende a reír con las flores y las estrellas, sentirás una extraña ligereza elevando tu ser… como si te hubieran crecido alas y pudieras volar.

The Osho Upanishad.  Discurso 39



  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
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publicado por masallaesoteric a las 16:38 · Sin comentarios ·  Recomendar
 
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